Cocina típica cubana - Fernando Fornet Piña - E-Book

Cocina típica cubana E-Book

Fernando Fornet Piña

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Beschreibung

En este texto el lector podrá conocer muchas de las recetas más tradicionales de la cocina cubana. Fernando Fornet Piña nos proporciona un amplio recetario que va desde aperitivos, ensaladas, sopas y potajes, viandas y vegetales, arroces, productos del mar, carnes, salsas, postres; hasta el uso del ron en la cocina y distintas maneras de preparar el café. cocina cubana, cocina tradicional cubana, cocina típica cubana, culinaria, recetario, aperitivos, ensaladas, sopas y potajes, viandas y vegetales, arroces, productos del mar, carnes, salsas, postres, uso del ron en la cocina, maneras de preparar el café

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Seitenzahl: 134

Veröffentlichungsjahr: 2022

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COCINA TÍPICA CUBANA

 

Revelaciones de valiosos secretos

Fernando Fornet Piña

Edición y corrección: Blanca Zabala Santana

Diseño, fotografía de cubierta y diagramación:

Laura Salgado Zabala

Conversión a ebook y corrección: A. Molina

 

 

 

 © Fernando Fornet Piña, 2011

© Sobre la presente edición:

   Ediciones Cubanas, Artex, 2015

 

 

  

ISBN 9789597230663  

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

 

 

Ediciones Cubanas, Artex

5ta. Ave. esq. a 94, Miramar, Playa,

La Habana, Cuba.

 

E-mail: editorialec@edicuba.artex.cu

(53) 7204-5492, 7204-3585, 7204-4132

Índice de contenido
Influencias en la conformación de la cocina cubana
Servicio a la criolla
Disposición de la dieta básica de la cocina cubana tradicional
Otras equivalencias útiles
Aperitivos
Chicharrones
Chicharritas o mariquitas
Frituras de maíz tierno
Frituras de malanga
Frituras de bacalao
Frituras de garbanzos
Frituras de yuca con queso
Papas rellenas
Jaiba rellena a la antigua
Ensaladas
De aguacate
De tomates
De pepinos
De lechuga
De col
Mixta
De frijoles
De quimbombó
De pollo
De remolacha
Sopas y potajes
Ajiaco
Sopa de plátanos
Sopa de sustancia con fideos
Sopa de tomate
Sopa de pescado
Sopa de ajos
Sopa a la habanera
Sopa de pollo a la criolla
Consomé de tortuga
Sopa cubana
Caldo criollo
Frijoles negros
Potaje de frijoles colorados
Potaje de judías
Potaje de chícharos
Puré San Germán
Sopa de camarones
Viandas y vegetales
Plátanos verdes fritos
Plátanos maduros fritos
Fufú
Plátanos al horno
Plátanos en tentación
Plátanos maduros rellenos
Chayotes al horno
Quimbombó a la habanera
Aguacates rellenos
Yuca frita
Piña frita
Tambor de papas
Albóndigas de maíz
Harina de maíz con cangrejos
Tamal en cazuela
Tamal en hojas
Casabe
Arroces
Arroz blanco
Congrí
Moros y cristianos
Arroz con pollo a la chorrera
Arroz con pollo a la cubana
Arroz con pescado
Arroz con carne de cerdo
Arroz con maíz tierno
Productos del mar
Pargo a la salsa de aguacate
Pescado estofado
Bacalao con papas
Aporreado de bacalao con boniatos
Tortuga a la matancera
Almejas a la cubana
Ostión
Escabeche
Pescado frito
Ruedas de pescado fritas
Minutas de pescado
Pargo asado
Pescado marinado en crema suprema
Aporreado de pescado
Pescado salsa perro
Enchilado de camarones
Langosta kayac
Langosta Varadero
Carnes
Albóndigas de ternera
Picadillo a la habanera
Picadillo a la criolla
Ropa vieja
Carne mechada
Bistec cubano
Carne con papas
Salpicón
Vaca frita
Aporreado de tasajo a la antigua
Gallina de guinea con casabe
Guanajo relleno
Suprema de pollo
Pollo a la cubana
Fricasé de pollo
Mollejas de pollo
Pollo ahumado a la criolla
Pollo en caldero
Chilindrón de carnero
Carne fría
Pierna de cerdo asada
Cerdo asado
Carne de cerdo frita
Morcilla blanca
Butifarras sencillas
Montería camagüeyana
Salsas
Cubana
De tomate a la cubana
Criolla de ajos
Criolla de plátanos
Batidos y refrescos
Batidos de frutas
Piña fría
Champola
Agua de coco
Refresco de tamarindo
Refresco de mamoncillo
Pru oriental
Postres
Cascos de guayaba
Boniatillo
Pastel de boniato
Pudín de boniato
Majarete criollo
Harina de maíz en dulce
Flan de mamey
Yemas dobles
Huevos reales
Dulce de leche
Arroz con leche
Natilla
Torrejas
Coquimol
Coquito quemado
Buñuelos de yuca
Torticas de morón
Pudín de pan
Besos
Turrón de maní
Flan de coco
Matahambre
Pudín de calabaza
Malarrabia
Manjar cubano
Ensalada de frutas
Coco glasé
Tradiciones de leyenda
Cocina erótica de Cuba
Consomé tropical de aleta de tiburón
Rabo encendido
Pavo en salsa de guayaba, menta y jengibre
Filetes de tiburón rellenos con mariscos
Cocina con ron
Albóndigas de maíz añejadas
Tortilla de frutas al ron
Camarones con mamey y miel
Sorbete de café al ron
El café, su impronta cubana
A la criolla
Al licor
Al diablo
Antillano
A la llama
A lo cubano
Carretero
Calipso
Claro
Con jengibre
Con leche
D’amour
De la amistad
Expreso
Fariseo
Fuerte
Helado
Rocío de gallo
Tropical
Glosario
Fuentes consultadas
Sobre el autor
Tabla de equivalencias

Influencias en la conformación de la cocina cubana

Cuando Cristóbal Colón pisa tierra en Cuba en 1492, el hombre del Viejo Mundo comienza a conocer productos que enriquecieron en grado sumo la cultura culinaria y, en ese preciso momento, se inició un proceso de proyección de la cocina universal, que sería definitivamente otra desde entonces. Muchos tesoros de su flora y su fauna mostró la América nueva a la cultura de los conquistadores; algunos de estos caudales fueron encontrados exactamente en Cuba: yuca, ají, boniato, maíz, calabaza, maní; animales como jutía, manatí, manjuarí  y frutas como guayaba, piña, anón, hicacos, mamey, etcétera.

Algunos dominios americanos aportaron un rosario de variados frutos, que potenciarían de manera espectacular la cocina mundial. De esa forma, los tesoros americanos en forma de oro, especias y joyas deslumbrantes se fueron convirtiendo en otros tal vez más importantes, con efectos capaces de mitigar las hambrunas de la empobrecida Europa, como ocurrió con la papa; imperar en la economía y las políticas interiores y exteriores de poderosos estados, como sucedió con el tabaco; convertirse en novedosas fuentes de exquisitos productos culinarios y crear ramas enteras como el caso del cacao; someter cocinas nacionales de innumerables países como pasó con el tomate; y así otros muchos, de indudable influencia.

Se elaboraban y consumían por los aborígenes: casabe (ralladura de la yuca), frutas y viandas (asadas, hervidas o tostadas) como calabaza, boniato, yuca; aves, quelonios y peces. Por vez primera, en la precariedad de sus abastecimientos traídos desde la península, el hombre europeo se ve obligado a aprovechar, circunstancialmente, los productos nativos.

La cocina nacional comenzó un largo proceso de formación. El aporte fundamental se debió a la influencia del país colonizador: España. Ellos trajeron distintos tipos de ganado: vacuno, porcino, equino, caprino; aves de corral; trigo, aceite, vinos; algunas hortalizas y el arroz, que iniciaron, de conjunto, con la ya citada influencia del entorno y los restos de cierto influjo indígena, la conformación de la incipiente cocina del país.

Tempranamente el continente africano aportó nuevos ingredientes a la mezcla, sobre todo a través del comercio de esclavos. Algunos productos y costumbres alimenticias africanas se enraizaron, el consumo en amplia escala del plátano o el quimbombó fue, y es aún hoy, una práctica común de la mesa cubana.

La base de las preparaciones era propia de climas templados, la que unida a las influencias citadas hacían de las comidas un verdadero reto a las condiciones cálidas del país. La cocina autóctona había pasado de la etapa simple y natural de los hombres originarios hacia una nueva escala, matizada por la conjunción de los tres pilares fundamentales, mencionados anteriormente.

Entre finales del siglo XVIII y los comienzos del XIX —como consecuencia de la emigración que produjo la revolución haitiana— se advierte la presencia de la refinada cocina francesa en las mesas de las familias acaudaladas. Esa emigración contribuyó, en buena medida, al desarrollo de la plantación del café en Cuba, que se expandió de manera rápida y atrapó a todos los habitantes de la Isla, independientemente de las capas sociales.

Hacia mediados del siglo XIX comienza la emigración china hacia Cuba. La cocina hogareña de los esclavistas había sido dominada por ellos, hasta ese momento, pero a partir de la presencia china, comenzaron a incorporar en sus dietas las nuevas recetas traídas. Los chinos, entre otras labores, se dedicaron a cultivar hortalizas y al negocio de pequeños restaurantes (fondas), lo cual hizo inevitable y significativo su aporte al gusto criollo.

Otras influencias son también visibles en el espectro de la cocina nacional. El sostenido desarrollo de las relaciones económicas y comerciales con distintas ciudades portuarias de Estados Unidos introdujo, desde el propio siglo XIX, una impronta cuya estela es evidente hasta nuestros días. La torta (cake) de festejos, el desayuno americano, las conservas y cereales de la industria de ese país, los perros calientes y otras llamadas comidas rápidas, se manifestaron de manera ostensible. La masiva importación de fuerza de trabajo caribeña para las labores cañeras durante la primera mitad del siglo XX —fundamentalmente jamaicana y haitiana—, estampó también su huella.

Más recientemente ha sido significativa la amplia dimensión que adquirió en el ámbito nacional la cocina popular italiana, de escasa repercusión antes. En la actualidad es muy común encontrar pizzerías en los más recónditos lugares del país.  

Servicio a la criolla

Se adecua según la oferta de platos tradicionales y se caracteriza por ser simple, comunicativo y familiar:

 

• Cada comensal, al llegar a la mesa, tiene su plato montado boca abajo, acompañado con el juego de servicio (cubiertos y cristalería) correspondiente.

 

• Los alimentos se sirven en fuentes o bandejas que son colocadas en el centro de la mesa.

 

• Las fuentes y las bandejas se acompañan con su juego de servicio (cuchara y tenedor).

 

• Estos utensilios se encuentran al alcance de los comensales para que cada cual pueda servirse a su gusto.

 

• El servicio se realiza todo a la vez.

 

• El postre y el café se sirven individualmente hacia el final de la cena.

Aperitivos

Chicharrones

1 kilogramo de carne de cerdo (empella

o masa entreverada)

Zumo de 1 naranja agria

3 dientes de ajo machacado

3 cucharadas de sal

 

 

(Primera variante)

Corte la carne de cerdo en gruesos pedazos y haga tajos paralelos sobre la grasa y hasta la piel en una dirección; después haga lo mismo en orientación perpendicular a los primeros cortes. Se sala convenientemente y se pone a freír en una cazuela de hierro que previamente contenga un poco de grasa para evitar que la carne se pegue a las paredes y facilitar la cocción. El fuego debe ser vivo, sin exceso. Cuando los pedazos de carne hayan perdido la grasa, sáquelos y escúrralos. La piel del chicharrón debe estar crujiente. Al igual que todos los fritos, deben escurrirse en papel secante para disminuir la grasa al momento de ser consumidos. Se comen calientes, pues cuando se enfrían, tienden a reblandecerse.

 

 

(Segunda variante)

Se corta la carne de igual manera que la descrita anteriormente. Eche estos pedazos en una cazuela de hierro (caldero), preferentemente, que contenga un poco de agua, con zumo de naranja agria, ajos machacados y sal. El agua debe cubrir ligeramente la carne, se pone al fuego hasta que evapore y quede frita en su propia grasa, revolviendo todo el tiempo para que no se pegue a las paredes del caldero. Entonces saque los chicharrones y escúrralos.

Chicharritas o mariquitas

2 plátanos verdes

1 taza de manteca o aceite

Sal de mesa al gusto

 

Pele los plátanos y córtelos en rodajas muy finas, a cuchillo o en maquinilla. Ponga grasa abundante en una sartén y cuando esté bien caliente, eche tantas rodajas de plátano como quepan holgadamente en el recipiente. Procure que las rodajas no se peguen unas a otras. Fríalas por unos minutos en un fuego algo subido, y cuando las note fuertes y quebradizas al toque de una espumadera, las va escurriendo y sacando rápidamente para que no se sobrefrían y quemen. Colóquelas sobre papel secante, limpio y extendido, para eliminar la grasa al máximo. Póngalas en un plato en un lugar seco y espolvoréeles sal fina. Sírvalas calientes. Si se mantienen a temperatura ambiente por un largo rato, se reblandecen.

Frituras de maíz tierno

6 mazorcas de maíz tierno (hacia lo duro)

3 dientes de ajo

1 cebolla mediana

2 ajíes verdes pequeños

1 tomate maduro

1 ramita de perejil

1 huevo

Pimienta a discreción

Sal al gusto

1½ tazas de aceite

 

Quite las hojas del maíz y ralle las mazorcas en un guayo o desgránelo y muélalo en una maquinilla. Luego mézclelo con ajo machacado, cebolla, ají, tomate y perejil finamente picados. Agréguele el huevo batido, pimienta y sal al gusto. Revuélvalo bien. Se toman cucharadas de la pasta obtenida y se fríen en aceite caliente.

Frituras de malanga

500 gramos de malanga

1 cebolla mediana

2 dientes de ajo

1 ramita de perejil

Sal a discreción

1 huevo

½ taza de harina de trigo

1½ tazas de aceite

Pele y lave bien las malangas (que no sean muy tiernas). Rállelas en un guayo o muélalas en una maquinilla. Retire el jugo que suelten al molerlas. Agrégueles cebolla, ajo y perejil picados finamente, y sal a discreción. Mézclelo todo con el huevo batido. Si la pasta obtenida está muy suave, endurézcala con harina de trigo. Fríalas por cucharadas en una sartén con grasa caliente.

 

Frituras de bacalao

500 gramos de bacalao salado

1 huevo

1 ramita de perejil

1 cebolla grande

½ taza de caldo de pescado

1 taza de harina de trigo

Sal al gusto

Abundante aceite para freír

Ponga el bacalao en remojo de un día para otro, con el objetivo de desalarlo.



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