Con tinta de médico - J.M. Salas - E-Book

Con tinta de médico E-Book

J.M. Salas

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Beschreibung

"No te conformes con solo auscultar corazones, aprende a escucharlos". J.M. Salas Dicen que los médicos tienen mala letra y el caso de J.M. Salas no es una excepción. Para vuestra suerte, este libro lo escribió con ayuda de un ordenador; si no, tan solo los farmacéuticos más intrépidos podrían descifrarlo. En estas páginas, el autor del blog "Con tinta de médico" nos regala un divertido y emocionante viaje por el mundo de las Urgencias. Una recopilación de anécdotas e historias que acercan el trabajo de estos profesionales adictos a la noche y que desgranan de forma amena los pasos que sigue un médico desde que se gradúa hasta que cuelga el título de especialista en su consulta. El MIR, la llegada al hospital, las primeras guardias o los miedos e inquietudes de los nuevos residentes son algunos de los temas que encontramos en el libro, que abre también la puerta de atrás al día a día en las ambulancias y, en definitiva, a la vida de un profesional de Urgencias. Algunas de las historias están contadas en clave de humor y otras vienen cargadas de emociones que humanizan a médicos y pacientes. Todas nos invitan a reflexionar sobre el mundo sanitario y sobre la propia vida. Por este motivo, "Con tinta de médico" es una lectura imprescindible para aquellos que quieran conocer más de cerca el mundo de las urgencias y emergencias. Atrévete a descubrirlo.

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Diario de un Médico de Urgencias adicto a la noche

© Con Tinta de Médico. Diario de un Médico de Urgencias adicto a la noche

© J.M. Salas

ISBN epub: 978-84-685-2067-4

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

Reservados todos los derechos sobre este libro. De acuerdo a la legislación vigente, y bajo las sanciones en ella previstas, así como a lo dispuesto en el artículo 270 y siguientes del Código Penal, y a la Ley de Propiedad Intelectual, queda totalmente prohibida la reproducción y/o transmisión parcial o total de este libro, por procedimientos mecánicos o electrónicos, incluyendo fotocopia, grabación magnética, óptica o cualesquiera otros procedimientos que la técnica permita o pueda permitir en el futuro, sin la expresa autorización por escrito de los propietarios del copyright. La infracción de los derechos mencionados puedes ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

ÍNDICE

 

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1: MIR, EIR Y OTRAS COSAS DEL QUERER

TU PRIMER PACIENTE EN URGENCIAS

EL COMEDOR DEL HOSPITAL

LA NOCHE

EL FIN DE LA RESIDENCIA

CAPÍTULO 2: EL TRABAJO EN URGENCIAS

EL HOSPITAL

LA AMBULANCIA

LA CONSULTA DE URGENCIAS

LOS SALIENTES DE GUARDIA

LAS VACACIONES

LOS AVISOS A DOMICILIO

CAPÍTULO 3: LAS HISTORIAS

EL AMOR NO SE FRACTURA

EL ANCIANO DEL PASILLO

BODAS DE PLATA

PERDIDO

SOLITARIAS UÑAS, ENGROSADA CARTILLA

VIVIR SIN ORFIDAL ES POSIBLE

EL DOLOR DEL SILENCIO

MÉDICOS QUEMADOS, PACIENTES ASUSTADOS

LA SOLEDAD

DEMONIOS

NOCHE, AÑOS Y EL MIEDO A LA MUERTE

A SUS ORDENES SEÑORA II

REANIMANDO CORAZONES II

VISITANDO A LA ABUELA QUE OLVIDÓ SU NOMBRE II

UN MAR DE PALABRAS

SIMPLES ESPECTADORES

CAPÍTULO 4: MI MEJOR POST

GRACIAS ENFERMERÍA

Agradecimientos

PRÓLOGO

Dicen que los médicos tenemos mala letra, y en mi caso no puedo ser la excepción.

En ocasiones no entiendo ni mis propias prescripciones y me toca repetirlas por el bien de mis pacientes. Por suerte este libro lo escribí con la ayuda de un ordenador, si no, tan sólo los farmacéuticos, nuestros grandes aliados, podrían descifrarlo.

La mayoría de los profesionales que trabajamos en el ámbito sanitario, celadores, auxiliares, técnicos, enfermeros, farmacéuticos o médicos, tratamos directamente con personas, que generalmente presentan enfermedades agudas o crónicas y precisan nuestra ayuda.

Cada enfermedad tiene unos signos y síntomas que suelen ser comunes, pero cada persona tiene una vida que es única e irrepetible y que condiciona irremediablemente su manera de enfrentar la enfermedad.

Las salas de cualquier servicio de Urgencias, el interior de una ambulancia o la privacidad de un hogar, nos regalan a diario historias que merecen la pena contar. Historias que humanizan nuestra profesión y acortan la enorme distancia que en ocasiones nos separa de nuestros pacientes.

Con Tinta de Médico es un libro hecho con el corazón y desde la experiencia, con un original punto canalla que lo diferencia de otros.

En los primeros capítulos desgrano de una manera divertida y sarcástica el paso de estudiante a MIR, la llegada al hospital y como son esas primeras guardias, algo que todo residente debe conocer.

Luego transporto al lector al interior de nuestro trabajo, recorro las particularidades de nuestra profesión dentro y fuera de las ambulancias, para finalmente sumergirlo en las historias.

Y es que Con Tinta de Médico es un libro lleno de originales historias, mezcla de realidad y ficción que invitan al lector a reflexionar sobre diversos temas del mundo sanitario, así como de aspectos generales de la propia vida.

Algunas historias están contadas con un sentido irónico del humor y otras cargadas de gran sentimiento, pero todas ellas respetan la privacidad de nuestros pacientes, y nos regalan un pedacito de su vida para compartir.

Tal vez algún día, la asignatura de medicina humanitaria sea una materia obligada en cada facultad de medicina o enfermería, pero hasta entonces seguiré escribiendo Con Tinta de Médico para intentar conseguir que los nuevos profesionales y los que ya llevan un tiempo en esto, no olviden que tratamos personas y no enfermedades, que la medicina se practica al lado del paciente y que un trato humano debe ser siempre parte de nuestro tratamiento.

Sin más preámbulos os invito a comenzar la lectura de este libro, que ya llevaba varios años dormido en el escritorio de mi ordenador esperando a que un día me decidiera a ponerle un punto final y publicarlo.

Espero que paséis un rato agradable y os sirva para comprender un poco más a estos particulares profesionales que trasnochamos en los servicios de urgencias.

J.M. Salas

CAPÍTULO 1: MIR, EIR Y OTRAS COSAS DEL QUERER

Esta historia comienza desde que uno decide que ser licenciado en medicina o enfermería no es suficiente para ejercer su profesión y necesita especializarse.

De momento, dejo para otro libro en la recámara, aquellas anécdotas de la universidad, de noches en vela, glúteos pegados a una silla y hambre de libros, que los que estudiamos alguna de estas carreras tuvimos que pasar.

Y es que entrar en la facultad no es sencillo, pero salir tampoco.

En medicina, después de 6 años estudiando, terminas la carrera y te das cuenta, que aunque tu madre le diga a sus vecinas que eres médico y tu padre saque pecho por ti con sus compañeros en el trabajo, mejor que no te pregunten mucho, porque todavía tienes que digerir todos aquellos conocimientos que de universitario aprendiste, y el resultado de la digestión tal vez no te resulte del todo satisfactorio.

Y es que, en nuestra profesión ser médico no es suficiente. Siempre que alguien te presenta como médico, nunca puede faltar la siguiente pregunta de rigor, “¿y qué especialidad tienes?”.

Pero ¡por queeeé!, nosotros cuando nos presentan a un abogado, arquitecto o ingeniero, no solemos preguntarle en que se especializó, pero a los médicos siempre nos lo hacen, y esto pronto, para bien o para mal, también se extenderá a los licenciados en enfermería, la falta de especialización estará mal visto.

Pues bien, si se te ocurre responder “que todavía en nada”, te dirán “¡ah! sigues estudiando”, y si para colmo de males la especialidad que hiciste fue la de Medicina Familiar y Comunitaria, apaga y vámonos, te soltarán el lapidante “¡ah! médico general” y seguirán la conversación por otros cauces.

Vamos que 6 años de carrera, 4 de especialidad y alguno más de preparación del MIR no son suficientes todavía, ¡pues estamos arreglados!. La historia interminable parece un corto comparado con nuestra especialidad, pero bueno, nadie nos obligó a estudiar esta profesión así que nos toca asumirlo con orgullo y resignación.

En España el acceso a la especialidad de medicina es a través del examen MIR, al de enfermería por el EIR, farmacia FIR, biología BIR y así sucesivamente.

Es una prueba de acceso que te va a condicionar el resto de tu vida, porque ya os aseguro que aunque todos seamos médicos, no es lo mismo operar cerebros o pinchar bótox, que atender urgencias subido a una ambulancia a las 4 de la madrugada, hay enormes diferencias.

Preparar este examen te hará el más antisocial de todos tus amigos. Aprenderás a decir “no puedo” a cada sugerencia lúdica que te hagan. Se te acumularán los numeritos en el icono del whatsapp y sorprendentemente por fin normalizarás tus transaminasas.

Si tienes la fortuna de tener novia o novio u otras cosas del querer, cambiarás el sabor de sus labios por el amargor de la cafeína, para así aguantar tus divertidas noches de manuales, resúmenes y simulacros, y más simulacros, y más simulacros.

Cuando tu mascota te ladre, será un signo inequívoco de que ya llevarás un largo tiempo preparándote este examen, y quizás vaya siendo hora de que cojas de una vez tu plaza ¿no crees?.

Pero eso tampoco es sencillo.

La elección de la especialidad es uno de esos momentos fundamentales en tu vida, que seguramente condicionen la marca de coche que vas a conducir en los próximos años y si tu casa tendrá piscina privada o comunitaria, pero aunque a priori puede ser una elección irresistible, mi consejo es que elijas con el corazón, porque tus pacientes seguro que te lo recompensarán. Lo material siempre se puede conseguir, pero hacer lo que a uno le gusta, eso no tiene precio. Le doy la razón a ese tópico que dice, “escoge un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día en tu vida”, es completamente cierto.

El día de la elección tendrás muchos nervios, barajarás demasiadas hipótesis. Portarás tu número de orden con orgullo, como si estuvieras esperando para una audición de gran hermano, y aunque no cambie, lo mirarás una y otra vez, no vaya a ser que te equivoques. Y por supuesto, le preguntarás incrédulamente al de delante sus intenciones, porque no suele faltar aquel que te quita la plaza en el último suspiro. Ya te digo que no sirve de nada, nunca cogen lo que te dicen, son muy mentirosillos.

Al final como si de un bingo se tratara, tendrás una hoja llena de opciones tachadas hasta llegar a tu elegida, enhorabuena el proceso de elección ha terminado, el niño se nos va para Murcia.

Pues bien, yo elegí ser médico de familia, porque me gusta la cercanía con los pacientes y quise ser un profesional todo terreno, que está capacitado para tratar una diabetes, una hipertensión arterial, atender un parto en la calle o actuar ante una emergencia. Vamos un nostálgico de los orígenes de la medicina.

Y mi historia de residente de medicina de familia, empieza con un primer recuerdo y en este caso fue la primera guardia como R1 en un servicio de Urgencias.

Un particular encuentro con una realidad que merece la pena compartir.