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El lector tiene en sus manos una rara obra de erudición y audacia. Sugerir y sustentar que es posible armonizar la ciencia y la fe, la teología y la evolución, "Dios y Darwin", para sintetizar uno de las "polémicas" sociales, culturales, académicas e intelectuales más exigentes y productivas, o bien responde a un acto insensato o bien al acto confiado de una mente inusitadamente informada y de un espíritu profundamente cultivado. No sería exagerado decir que estamos ante el fruto maduro de un vida entera de búsqueda y conocimiento, en el cruce del pensamiento teológico más actual y el conocimiento científico mejor ponderado. Quien conozca de estas materias podrá reconocer en la bibliografía fuentes de exquisita actualidad, la mayoría de las cuales no han sido traducidas al castellano. Tal el nivel de calidad, variedad y actualidad. Puesto que el autor no aspira a un reconocimiento personal, sino a realizar una contribución que considera indispensable, estos autores son constantemente citados. He aquí otra de las perlas que la obra nos depara: acceder a un cúmulo de conocimientos, ideas, reflexiones y posicionamientos, en un articulado y crítico paneo sobre las autores de las distintas disciplinas científicas, teológicas y filosóficas que las sustentan. La posición del autor es clara: no hay oposición entre evolución y creación. El conflicto no es entre ciencia y religión sino, en todo caso, lo juzgará el lector, entre religión y materialismo, pero "un sistema teológico que ignore la gran Sinfonía Cósmica se condena a la marginalización, transita un camino que lleva a la nada. Si la racionalidad del mundo maravillaba a Einstein y le hacía recordar un milagro, si el mundo se debe a un plan racional de Dios, es lógico que su estructura se manifieste por intentos racionales para descifrarlo. Dios creó el mundo, la ciencia lo explica".
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Seitenzahl: 539
Veröffentlichungsjahr: 2025
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ISBN edición digital: 9789871984756
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1. Teoría del Conocimiento.
2. Teoría de la Filosofía.
I. Título.
CDD 121
Dirección de Arte: Cecilia Ricci
Sb editorial
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a Nicolás, María Jesús, Joaquín, Belén,Sebastián, Matías, Juan Manuel, Martín y Tomás,
que le dan forma y calor a mi vida
1. La creación
1. Origen del universo
2. La formación de la Tierra
3. Origen de la vida
3.1 Origen: teorías
3.2 La vida y la iglesia católica
3.3 Esbozo evolutivo
4. Origen del hombre
2. Génesis, alma y pecado
a. Génesis
1. Dos historias
2. Génesis 1: fuentes
3. Génesis, Agustín y Aquino
4. Creación de la nada - creatio ex nihilo
5. Creación continua - creatio continua
6. Creación y big bang
6.1 Bing bang y teología
7. Creación y leyes naturales
8. Cristo y la creación
9. Creación, reduccionismo y emergencia
b. Alma
10. Génesis 2: el aliento de Dios
11. El dualismo y la Biblia
12. La doctrina dualista
13. Monismo
13.1 Monismo reductivo
13.2 Monismo no reductivo
14. La doctrina católica
14.1 Tradicional
14.2 No tradicional
c. Pecado original
15. Adán y Eva
16. Pecado original, Magisterio y doctrina
16.1 Visión protestante
16.2 Visión católica
16.3 A manera de resumen
17. Pecado original y expiación
17.1 La doctrina católica
18. Pecado, evolución y escatología
19. Esperando una síntesis
20. Pecado y dogma
3. Ciencia y Religión
a. Religión
1. Religión y mundo
2. Teorías sobre la religión
2.1 Introducción: la sicología evolutiva y la mente
2.2 Teorías cognoscitivas
3. Orígenes de la religión
3.1 Proto-religión
3.2 Transición
3.3 Religión
4. Evolución religiosa
4.1 Período axial
4.2 Etapa profética
5. Ateísmo
5.1 Origen
5.2 El nuevo ateísmo
5.3 Nuevo ateísmo: réplica teísta
b. Ciencia
6. Un pantallazo histórico
6.1 Ciencia y religión
6.2 Palabras finales
4. Ciencia y teología
1. Importancia de la ciencia para la religión
A. Consonancia entre ciencia y teología
A1. Creación sin Creador
2. Las propuestas de Hawking
A2. Creación y principio antrópico
3. El principio antrópico
3.1 Principios Antrópicos Débil y Fuerte
4. Diferentes interpretaciones antrópicas
4.1 Propuestas científicas
4.2 Propuestas religiosas
4.3 Propuestas científico-religiosas
5. Principio antrópico y múltiples universos
5.1 Multimundos, Dios y la vida
5.2 Múltiples universos y Encarnación
A3. Creación y propósito
6. Posiciones positivas y negativas
6.1 Visiones negativas
6.2 Visiones positivas
A4. La acción de Dios en el mundo
7. Providencia general y especial
7.1 Providencia especial y milagros
7.2 Milagros y leyes naturales
8. Las acciones de Dios en el mundo
8.1 Caos y complejidad
8.2 La teoría cuántica
8.3 Causalidad descendente
8.4 Causas primarias y secundarias
8.5 La oración y su eficacia
B. Teodicea: el mal, el sufrimiento y Dios
9. El mal
9.1 La Teodicea
9.2 La moralidad de Dios
9.3 El análisis bien-mal
9.4 Reflexiones finales
5. Teología de la ciencia
1. Teología de la ciencia
2. La Iglesia y la teología de la evolución
2.1 Conclusiones
3. Cristianismo y evolución
4. Ciencia, evolución y doctrina católica
5. Necesidad de una Iglesia activa
Bibliografía
1. Origen del universo
Al principio era la nada. No había ni arriba ni abajo, ni luz, ni color, ni sonido, ni materia, ni tiempo. Nada de nada. La nada acaba cuando explota algo infinitamente pequeño llamado singularidad. Al hacerlo nacen la energía, el espacio y el tiempo. La explosión es increíble, enorme, y al expandirse ilumina con mil colores de inimaginable intensidad.
Si el universo comenzó con una gran explosión, ¿qué había antes? La respuesta cristiana es Dios, la ciencia no tiene explicación, no regía ninguna ley conocida. Frente a una pregunta similar –qué hacía Dios antes del principio– Agustín pedía, con humor, enviar al infierno al que la formulara.
El universo nació de una singularidad: algo infinitamente denso y caliente –tan pequeña que un grano de arena lucía gigante– que explotó con increíble violencia y con una furia expansiva que lo arrastró en todas direcciones. La bola de fuego inicial era un gas uniforme mezclado con radiaciones, un plasma cósmico sin estructura y de una temperatura trillones de grados mayor que el interior actual del sol.
La física distingue bosones, relacionados con los campos de fuerzas, de fermiones, que se relacionan con partículas como los átomos. Una minúscula fracción de segundo después de la explosión (0 seguido de 37 ceros) surgió el “bosón de Higgs”, a la vez campo ondulatorio y partícula, que permeaba y permea el universo y pega la materia. Cuanto más interactúan las partículas con el campo de Higgs, más masa obtienen: los quarks interactuaron más que los electrones y por eso obtuvieron una masa centenares de miles de veces mayor; los fotones no lo hicieron y carecen de masa.
Las actuales cuatro fuerzas independientes (gravedad, fuerzas nucleares fuerte y débil, electro-magnética) formaban una sola fuerza, pero después de 10-43 segundos, se separó la fuerza de gravedad. De vital importancia es que a los 10-35 segundos (35 ceros delante del 1), se originó la inflación: el universo se expandió exponencialmente, más aun que la velocidad de la luz, repetidamente doblando su radio sobre iguales intervalos de tiempo. Alan Guth entendió que el campo escalar (productor de la gravedad negativa) atrae las cosas, no las separa. La gravedad negativa causó que el universo se expandiera exponencialmente, como si una pelota de tenis se inflara al tamaño del universo observable, o que una moneda de 1 centímetro de diámetro midiera súbitamente 10 veces más que el ancho de la Vía Láctea. En menos de un parpadeo, el universo se expandió a distancias gigantescas, llevando el germen de la vida en su seno.
La enorme energía almacenada se convirtió en calor, lo que hoy la radiación cósmica confirma.
Según Paul Davies (2008), la intensa energía calentó al universo con mil trillones de trillones de grados, suficiente para crear las 1050 toneladas de materia del universo observable.
A los 10-35 segundos la fuerza nuclear fuerte se separó de la electrodébil. La expansión del universo lo enfriaba, y los quarks, protones y neutrones se asociaron, originando electrones y neutrinos. Las partículas se constituyeron en materia-antimateria casi en proporciones iguales, cada una con su antipartícula (misma masa, opuesta carga eléctrica, por ejemplo, el electrón con carga –1 tiene como antipartícula al positrón con carga +1) La materia y la antimateria al contactarse se aniquilaban mutuamente, pero al superar la primera en 1 parte en un billón a la segunda, impidió que la masa del universo desapareciera antes del primer segundo, el cosmos emergió de esa materia residual, también nosotros. A 10-10 segundos se separaron las fuerzas restantes, la nuclear débil y la electromagnética. A 10-6 segundos, la temperatura y la densidad eran tales que sólo permitían una sopa de quarks, los componentes elementales de la materia subnuclear; el universo estaba cubierto por una mezcla de varias partículas subatómicas.
Minutos después del big bang, con una temperatura de mil millones grados K, los neutrones y protones formaron núcleos de deuterio y helio en un universo que seguía expandiéndose y enfriándose. A los 380.000 años se formaron los átomos de hidrógeno; materia y energía se separaron y a los 3.000 grados K el universo devino transparente.
Todos los objetos del universo que tienen una temperatura mayor al cero absoluto, emiten radiaciones. La radiación microscópica es un “fósil” del universo primitivo, proveniente del gas caliente producto de la explosión inicial. Los fotones cambian de color al enfriarse: del violeta al azul, al verde, al amarillo, al rojo, al infrarrojo, a la microonda y la frecuencia de radio. Esta radiación prueba el big bang que además, fue confirmado por las predicciones de la ciencia: a) examinando la edad de galaxias y estrellas, se llega a una edad próxima al big bang;b) si el universo fuera eterno el cielo sería luminoso; su oscuridad demuestra que las estrellas no existieron siempre; nacieron en algún momento; c) las estrellas no producendeuterio y generan poco helio, pero éste abunda en el universo, ¿cómo se originó?; d) Hubber demostró que las galaxias se alejan cada vez más (el espacio se expande a mayor velocidad y arrastra las galaxias consigo). Siguiendo el proceso inverso se llega a un punto donde la densidad, la temperatura y la curvatura del universo eran infinitas –el mundo de la singularidad. Horgan (1996), apunta que el big bang es para la astronomía lo que la selección natural de Darwin es para la biología: suministra cohesión, sentido, significado y una narrativa unificada.
El universo parecía homogéneo, pero la radiación microscópica muestra que desde el primer microsegundo tenía áreas más densas o según Martin Rees, vibraciones microscópicas que se expandieron en la época inflacionaria formando fluctuaciones que formarán las galaxias. La inflación provocó que las pequeñas fluctuaciones se expandieran, determinando las grandes estructuras del universo, como las galaxias. La gravedad aproximaba las regiones más densas que el promedio provocando una expansión más lentamente, lo que originaba más densidad y menor expansión, hasta llegar a colapsar bajo su peso y a fragmentarse en miles o millones de nudos que volverán a colapsar y finalmente formarán las Galaxias. El satélite COBE detectó nubes gigantescas con ligeras variaciones en su densidad, verdaderas semillas galácticas.
En el universo observable existen 10 billones de galaxias con un promedio de 100 billones de estrellas que tienen muchas formas y tamaños: de un disco plano, un disco espiral, o una elipse. Las espirales contienen muchas estrellas jóvenes; las elípticas, estrellas viejas. Las luces de las galaxias disco son azules, las de las elípticas, rojas, reflejando la edad de sus estrellas. Se estima que la creación galáctica se produjo a los 2.000 millones de años, pero hay otras anteriores, incluso una nacida 500 años del big bang, con estrellas aún más antiguas, de 200 años luego del big bang. El telescopio Hubble descubrió seis galaxias formadas 600 años después del big bang, una solo a los 380 millones de años. Andrómeda –nuestra galaxia más cercana– surgió de una choque con la Vía Láctea 9.000 millones de años atrás y en 4 billones de años colisionará nuevamente con nuestra galaxia. El diámetro de la Vía Láctea es de 100.000 años-luz, (1 año luz =distancia que recorre la luz en un año, 9.5 trillones de quilómetros), su diámetro es 10 trillones de quilómetros x 100.000 y el espesor en su centro es de 1.000 años luz. Los astrónomos calculan que cada diez mil estrellas surge un agujero negro, y al detentar la Vía Láctea varios centenares de millones de estrellas, los agujeros negros deben sumar decenas de millones.
Los billones de galaxias del universo, se clasifican en cúmulos, super-cúmulos y aun cúmulos de super-cúmulos. Cúmulos de galaxias, sonagrupaciones de galaxias como el Grupo Local, compuesto por la Vía Láctea (1.000.000 años luz de diámetro) y Andrómeda (130.000 años luz de diámetro) separadas por 2.5 millones años-luz y otras 50 galaxias satélites. Nuestra galaxia está cerca de la periferia del Grupo, Andrómeda en su centro y debe su forma discoide a la rápida rotación de las estrellas alrededor de su centro. El Supercúmulo Local lo integran mil galaxias brillantes y varios miles de otras más opacas, desparramadas en cien millones de años luz. Cúmulos de cúmulos, sonagrupaciones de agrupaciones galácticas con cientos de años-luz de diámetro. Algunos autores dudan de la existencia de grupos mayores, pero los datos indicarían la existencia de cúmulos de super-cúmulos de galaxias.
Al notar que las galaxias se movían rápido, los astrónomos creyeron que la atracción gravitatoria les impedía alejarse en el espacio. Pero al medir la gravedad del material visible se comprobó que era insuficiente para tal efecto; debía haber un material invisible que facilitaba la atracción gravitatoria. La materia ordinaria del universo es el 4%, pero la mayoría –el 96%– lo compone la materia oscura (22.72%) y la energía oscura (74%), sólo detectable por su influencia en la expansión del espacio. El 0.01 % del universo consiste en átomos pesados, componentes básicos de la vida. El universo visible –por la vista o por sofisticados telescopios que orbitan el espacio– es el 0.5% de todo el contenido del universo, incluyendo galaxias y estrellas; el resto lo componen la materia y la energía oscura. La materia oscura (en verdad es transparente) no emite, refleja o absorbe ni luz ni radicaciones; se le conoce por su gran poder gravitatorio que mantiene unidas a las galaxias. Jugó como pozo gravitatorio que atrajo las masas de gas y polvo, las condensó y constituyó en materia prima galáctica. Luego se comprobó que se asientan en el medio de una nube esférica de materia oscura que se extiende más allá de los límites luminosos, formando un halo que se expande al espacio intergaláctico.
Se suponía que la expansión del universo decrecía, pero en 1998 notaron que el espacio intergaláctico aceleraba su expansión. La explicación reside en que en el primitivo universo predominaba la materia oscura, y al ser el espacio pequeño, la energía oscura era menor que la materia oscura que predominaba gravitacionalmente. Luego de billones de años y de más expansión, el mayor espacio aparejó más energía oscura, alterando la atracción gravitatoria: la atracción de la materia oscura fue sustituida por la repulsión de la energía oscura, causando la aceleración de la expansión espacial.
Las estrellas se originaron en inestabilidades gravitatorias de nubes de gases billones de veces más grande que la Tierra. Según Chaisson (2006), para que el gas no se disperse al espacio interestelar, se necesitaron mil billones billones billones billones billones billones de átomos (1057), más que todos los granos de arena en las playas del mundo. Las nubes gaseosas continuaron fragmentándose hasta que la presión en alza frenó el proceso. Su contracción y recalentamiento continuó y al llegar a los 10 millones de grados Celsius provocó una reacción nuclear y la transformación del hidrógeno en helio para originar una estrella. Se estima que nacieron 4.000 billones de años atrás, pero el espectógrafo del telescopio espacial Hubble muestra estrellas nacidas a los 200 años del big bang. Felizmente, las estrellas de nuestra galaxia están separadas por 30 millones de millas. Si la distancia fuera menor, habría afectado las órbitas planetarias; si hubiera sido mayor, la distribución de los restos de la supernova imposibilitaría la formación de los sistemas planetarios.
Los guiños estelares van del azul al rojo e indican diferentes temperaturas (azul, cuatro a cinco veces más caliente que el sol; roja, tres veces menos caliente que el sol). Unas tienen una masa equivalente 60 veces la del Sol, son 100.000 veces más brillantes. Las menos brillantes tienen una masa menor a 0.1 y su brillo es 0.001 del solar. La muerte estelar puede ser suave o violenta. Las de menor masa terminan pacíficamente su vida, las poseedoras de una masa 8 veces superior a la solar siguen el camino de la supernova, que explota tan violentamente que puede por días brillar más que 100 galaxias y por meses, más que su galaxia. La explosión expela al espacio interestelar los elementos generados en su interior: carbón, oxígeno, nitrógeno, fósforo, silicón, hierro, todos indispensables para la creación de la vida y para alimentar de energía a la biósfera.
La ecuación es simple: sin estrellas no hay vida. Las explosiones de las supernovas se producen dos o tres veces por centuria y por galaxia. No seré el primero en decir que la vida se origina con la muerte de las supernovas, pero así es. De otra forma no habría sido posible.
Las moléculas del organismo humano están compuestas por átomos de hidrógeno, carbón, oxígeno y nitrógeno. El hidrógeno proviene del universo inicial; el carbón, oxígeno y el nitrógeno de las estrellas. Somos 90% polvo de estrellas por el peso y 10% de hidrógeno. Pájaros, árboles y seres humanos están compuestos por polvo de estrellas, igual que el calcio de nuestros huesos y el hierro de nuestra sangre. De Rosney (1996) comenta que al morir vuelven al mundo los átomos, moléculas y sales minerales, porque la naturaleza los precisa para continuar con su evolución. La naturaleza está envuelta en un proceso de reciclaje. La vida animal se puede reciclar, así como las moléculas de nuestros cuerpos fueron recicladas gran número de veces. Edwards (2004), recuerda que con cada generación estelar los elementos químicos galácticos se transformaron en otros más pesados y se necesitaron tres generaciones para proporcionar los químicos requeridos para formar ballenas, loros y seres humanos. Sin olvidar, dice Gribbin (2009), que el hombre posee cien mil billones de células y que existen cien veces más células en el cuerpo humano que estrellas en la Vía Láctea.
Nuestro sistema solar, producto del calentamiento, enfriamiento, ardor y explosión de millones de estrellas en un largo tiempo, se condensó de una nube interestelar 4.600 billones de años atrás. El sol es una estrella de tercera generación con un diámetro de 1.4 millones de km a 30.000 años-luz del centro de la Vía Láctea, a la que orbita cada 250 millones de años (lo hizo veinte veces), con una temperatura interior de 15 millones de grados. Cada segundo fusiona 654.600,000 toneladas de hidrógeno en 650.000.000 toneladas de helio, transformando las 4.600.000 toneladas restantes en energía que envía al espacio. El joven sol tenía un flujo de rayos X entre cien y mil veces superior al actual, entre diez a cien veces de radiación UV extrema y una luminosidad visible 10 veces menor.
El Sistema Solar comprende 1 estrella, 9 planetas, más de cien lunas, 19.500 asteroides e incontables cometas y meteoritos, pero el sol es el 98,6 % de toda la masa del sistema solar. La distancia Sol-Tierra –150 millones km– llamada “unidad astronómica”, es recorrida por la luz solar en 8 minutos 19 segundos. El sistema solar abarca 80 unidades, o sea una billonésima del tamaño de la Vía Láctea. La distancia Sol-Tierra es providencial para la vida: más cerca, los océanos se habrían vaporizado; más lejos, se habrían congelado. Si el sol fuera más joven, su luminosidad no estaría estabilizada; más viejo, no sería suficiente estable. Si el sol fuera más rojo o más azul, la fotosíntesis estaría afectada. Vélez (2004) ofrece lo que por entonces entendía como un posible fin del sistema solar, un cuadro dantesco: en 5.000 millones de años el sol se habrá dilatado, duplicado su diámetro y su luminosidad crecido en proporción. Su tamaño en otros 3.000 millones de años, se habrá multiplicado por cien, su luminosidad por dos mil, los océanos se evaporarán, se derretirán los metales, la Tierra será un desierto hirviente con un sol quemante que ocupa la mitad del firmamento, para luego convertirse en un gigante rojo que se engullirá los cuatro planetas más próximos, la Tierra en tercer lugar.
Josep Trigo (2012), enseña que nuestro sistema planetario comenzó 4.567 millones años atrás cuando las primeras partículas sólidas formaron el disco proto-planetario. El disco de gas formado después del Sol perdía temperatura poblándose de partículas sólidas; después se agregaron granos estelares de estrellas vecinas y partículas interestelares. Los granos minerales eran micrométricos –milésima parte de un milímetro– pero su tamaño creció a escalamilimétrica y en pocos miles de años, a escala centimétrica. La fase de acreción de partículas dio origen a los planetesimales (contracción de planetas e infintesimales) que eran inicialmente bloques de pocos metros y que por colisión y agregación aumentaron su dimensión hasta 1 km de diámetro (pueden alcanzar 1.000 km) ejerciendo una influencia gravitatoria sobre los objetos vecinos, aumentando aún más su tamaño. Alrededor de un millón de años después de nacido el Sol, se formaron 30 embriones planetarios como la Luna. Algunos capturaron el gas del disco que se disipó durante los primeros millones de años, originando los planetas gaseosos gigantes. Al continuar colisionando entre sí los embriones restantes del interior del sistema solar, originaron los planetas rocosos. Cien millones de años más tarde el actual sistema de 8 planetas se consolidaba.
El contraste entre los plantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno) y rocosos (Mercurio, Venus, Tierra, Marte) se debe a las diversas condiciones físicas iniciales del sistema solar que privilegió la formación de los gaseosos. La migración de Júpiter y Saturno hacia el sol y luego a la región solar externa implicó para los planetas rocosos a) el arrastre a las órbitas de esos planetas de cometas y asteroides ricos en agua y materia orgánica; b) un crecimiento temprano de Venus y la Tierra.
La astronomía sigue incansable descubriendo nuevos planetas. En 1995 halló a 51Pegasi b, cercano a una estrella a 42 años-luz de la Tierra y la lista creció enormemente desde entonces. En setiembre 2010 se descubrieron 50 planetas extrapolares y 10 planetas “flotantes” que no orbitan ninguna estrella, formados de nubes proto-estelares expulsadas de la órbita estelar. En 2011 surgieron 54 candidatos a planetas en la zona habitable del espacio y en 2012 el espectrógrafo HARPS mostró que a 30 años-luz del sistema solar se encuentran 100 super-Tierras, con una masa 1 a 10 veces la terrestre. Más aún, se estimó que 40% de las estrellas enanas rojas –las más comunes– tendrían una super-Tierra orbitando su zona habitable. En la Via Láctea existen 160.000 millones enanas rojas y podrían existir “decenas de miles de millones de planetas” de ese tipo y una inimaginable cantidad a nivel universal. Astrónomos norteamericanos estimaron en 60.000 millones los planetas potencialmente habitables que orbitan las estrellas enanas rojas en la Via Látea. Según Josep Trigo (2012), en cada galaxia pueden haber más planetas que estrellas.
2. La formación de la Tierra
O’Murchu (2008) describe la formación de la tierra: “... el gas y polvo de una explosión estelar se agrupó bajo la forma de un espín esférico hecho por doce diferentes tipos de átomos que al condensarse, aumentó su peso y su velocidad de giro. El calor de la presión y la reacción nuclear interna derritió la materia en un líquido hirviente, pero la parte externa en contacto con el espacio helado, se enfrió y formó una capa fina de rocas. La joven Tierra giraba tan rápido, que el día era sólo de 5 horas.” Al crujir la tierra, surge la lava originando nuevas formaciones rocosas, luego un vapor de agua que flotó encima de la atmósfera para después convertirse en nubes y más tarde, en lluvias persistentes que originarán los océanos. La tierra sigue aun geológicamente despierta, con un interior que hierve y una capa externa que bulle. Si antes los cometas y meteoritos la alimentaron con moléculas prebióticas, ahora cada año 40 toneladas de material extra-terrestre cae a los océanos, o se quema en el aire.
El paisaje inicial era muy caliente, con constantes erupciones volcánicas, intensas radiaciones ultravioletas, recibiendo constantes impactos de asteroides. Pero cuando Júpiter se desplazó a una posición cercana al sol desestabilizó gravitatoriamente a millones de cometas ricos en hielo y materia orgánica, provocando su desvío en todas direcciones. Los cometas los absorbió Júpiter, o fueron expulsados del sistema solar formando la Nube Oort, o se dirigieron a la tierra, ocasionado el llamado gran bombardeo tardío. Los impactos ocasionaron grandes cataclismos y evaporizaron enormes volúmenes de rocas en gigantes bolas de fuego, lo que alimentó la masa terrestre (creció 20 toneladas métricas diarias). Se creyó que ese bombardeo cesó 3.8 billones de años atrás, pero los estudios muestran que continuaron hasta 1.7/2.1 billones de años. Los cráteres no siempre perduran en el tiempo, pues el clima o los movimientos tectónicos los destruyen, los más antiguos están en Canada y Sudáfrica, con diámetros de 250 y 300 km. En los últimos 600 años se localizaron otros 65 de más de 10 km de diámetro y otros 11 con diámetros superiores a 30 km. La Luna prueba esas catástrofes, la tierra al colisionar con un enorme cometa desprendió fragmentos que formaron el satélite, ocasionado por lo menos 30 cráteres con un diámetro mínimo de 300 kms. No está demás señalar el importante efecto estabilizador que la Luna tuvo sobre el eje terrestre y su velocidad de rotación, impidiendo que se afectara el clima y la metereología por períodos muy extensos.
La lluvia de objetos espaciales produjo grandes cantidades de energía cinética, que convertida en calor se difundió por la Tierra, alcanzando en su interior temperaturas de miles de grados. La tierra se derritió hasta el punto que penetraron los materiales densos como el hierro que se hundieron hasta su centro, mientras los materiales más livianos y menos densos, subían a la superficie. El centro terrestre de 1.200 km de radio, lo compone un núcleo –mayormente hierro y nickel– con una temperatura similar a la solar. A ese núcleo lo rodea otro líquido, compuesto por una capa de hierro fundido de 2.200 km de espesor. Le sigue el manto con 2.900 km de espesor, teniendo sus rocas componentes similares a las rocas de la superficie, Sobre el manto, flota la corteza o litosfera, zona donde vivimos, con un espesor variable que según Trefil y Hazen (2000), alcanza debajo de los océanos a los 10 km y hasta 70 km en los continentes (especialmente en las cordilleras).
Durante la formación del sol, grandes cantidades de materiales fueron arrojados al espacio, impidiendo la formación de una atmósfera terrestre. Con el siguiente período de enfriamiento, importantes cantidades de vapor de agua, dióxido de carbón y otros gases fueron liberados del interior terrestre y al reducirse la temperatura, se formó una atmósfera dominada por el dióxido de carbono que coloreó de rojo el cielo. El constante bombardeo de cometas y meteoritos de la primera época habían traído gran cantidad de vapor de agua que por las altas temperaturas no pudo condensarse, pero el enfriamiento progresivo permitió esa transformación, originado intensas lluvias por millones de años y que los océanos disolvieran parte del dióxido de carbón, quitándole al cielo su tinte rojizo. Con el tiempo, a través del proceso de desgasificación, se produjo una nueva atmósfera.
La fotosíntesis surge 2.000 años atrás, aunque hay evidencias tempranas en las rocas de Apex Chert. Inicialmente, las células heterótrofas se nutrían de moléculas orgánicas absorbidas del océano primitivo que extraían la energía por fermentación. Con el enfriamiento, decreció la abundancia de nutrientes originando una crisis de supervivencia: se inventaron las células autótrofas y una nueva manera de alimentarse y obtener energía, se usó el sol como fuente y el dióxido de carbón. desperdicio de la fermentación. Esas células contenían moléculas de clorofila que capturaron la luz solar convirtiéndola en oxígeno y carbohidratos, uno escapa a la atmósfera, el otro, alimenta. No siendo necesarios los elementos orgánicos para alimentarse porque ya podían emplearse los inorgánicos, no se necesitaba la fermentación para subsistir. Esto aparejó un cambio atmosférico, las moléculas de oxígeno interactuando con la radiación solar ultravioleta originó el ozono que protege la Tierra y a sus habitantes de daños radiactivos. Consecuentemente, no era indispensable vivir 10 metros bajo el agua, o estar protegidos por rocas, ahora se podía vivir en la superficie oceánica o terrestre; las cianobacterias respiraron el oxígeno de forma controlada y estabilizaron su nivel en el 21% actual. Vélez (2004), subraya que con la fotosíntesis la vida inició la conquista del oxígeno, con el oxígeno se conquistó el movimiento, con el movimiento la inteligencia, por lo que Ernesto Cardenal escribió “el oxígeno hace posible encender el fuego, que los pájaros vuelen y que tú pienses.”
Los continentes surgen y se suceden. Vaalbará es el primero a los 3.300 m.a (millones de años), seguido por Ur 3.000 m.a.; Kenorland, a 2.700 m.a.; Columbia, 1.800-1.500 m.a.; Nena, 1.800 m.a,. comprendía Siberia, Baltica, Groenlandia y Norteamérica; Atlantica, 1.800 m.a.; Rodinia, 1.100 m.a. lo integraron Ur, Nena y Atlantica; Pannotia, 600 m.a. contenía al océano Pantalasa, futuro Océano Pacífico, luego se dividió en cuatro continentes: Laurentia, Báltica, Siberia y Goldwana. Estos continentes se reunificaron 300 m.a. atrás en Pangea, rodeada por el océano. Pantalasa, permitió la libre circulación de los animales entre los polos, pero el movimiento de las placas tectónicas ocasionó su división en Laurasia al norte y Goldwana al sur, que más adelante serán sucedidos por los continentes actuales.
La tierra durante parte de su historia, careció de árboles y plantas, presentando una árida imagen marciana. Los micro-organismo autótrofos llegaron del océano y comenzaron su adaptación 450 millones de años atrás, Inicialmente, las plantas no poseían ni hojas ni flores; eran tallos de unos 30 centímetros con esferas llenas de esporas que, según Vélez (2004), predominaron por 50 millones de años hasta ser suplantadas por las plantas con hojas. Por entonces, las semillas obviando las esporas, se reprodujeron directamente. Unos 140 millones de años atrás, el cono se transformó en flor, surgiendo las plantas con flores (angiospermas). Junto con las flores aparecieron los frutos que, dice Vélez, no son más que el ovario modificado para defender y proteger la semilla. Apunta que a 400 km de Beijing, se halló el primer fósil de una planta con flores, Archeofructus liaoningensi, de 140 millones de años. En pocos años las angiospermas dominaron el mundo vegetal terrestre, hoy existen 275.000 especies distintas de plantas con flores, cinco veces el total de la especies del reino vegetal.
Durante mucho tiempo se consideraron pasivas a las plantas, pero como lo señala De Rosnay, se descubrió que poseen sistema inmunológico, medios de comunicación y un sistema análogo al sistema nervioso animal. Detentan sofisticados mecanismos que las protegen de “invasores”, una especie de hormona vegetal que organiza su defensa. Igualmente los árboles poseen medios para advertir a otros la presencia de un agresor: ciertos árboles frente a la presencia de animales que quieren comer sus hojas, emiten un producto volátil que transportado de árbol en árbol, modifica las proteínas y produce un gusto desagradable a las hojas amenazadas.
3. Origen de la vida
Para la NASA, la vida es “un auto-sistema químico capaz de emprender una evolución darwiniana”. La vida se originó muy rápido, 4.600 millones de años atrás la tierra estaba recién formada, los bombardeos de meteoritos y los cometas disminuyeron a los 3.800 millones de años, coincidiendo con la aparición de la vida en la Tierra. ¿Cómo surgió tan pronto? ¿Se originó antes y se mantuvo a pesar de las condiciones adversas? ¿Tuvo un origen extraterrestre?
Conviene distinguir el último ancestro común, del primer ser vivo. Humanos, animales y plantas tienen de ancestro común a los eucariotas, pero estos no fueron los primeros seres vivos porque integran con las arqueobacterias y bacterias el árbol de la vida, todos con un ancestro común como lo demuestra el mismo aparato metabólico, la misma genética. El antecesor común es llamado LUCA, abreviación de “Last Universal Common Ancestor”.Si la vida terrestre se basa en el carbón ¿cuándo surgió LUCA? Habría aparecido 3.800 millones de años atrás, coincidiendo con los tiempos del gran bombardeo tardío de cometas y meteoritos. Si la vida se hubiera iniciado, el bombardeo la pudo destruir más de una vez entonces no descenderíamos de los primeros seres vivientes.
El ancestro pudo ser una pequeña célula sin núcleo, luego dividida en dos células procariotas, bacterias y arquea. Su contribución es importante: crearon, por medio de la fotosíntesis, la atmósfera rica en oxígeno, reciclaron nutrientes y jugaron un papel importante en la digestión humana. Llama la atención que la célula procariota, se originó a los 500 millones de años después de formarse y enfriarse en algo la Tierra, y solo después de 1.5 billón de años de evolución terrestre surgieron las células eucariotas, o células con núcleo (animales, plantas, fungi y formas de vida unicelulares). Según la hipótesis predominante, una célula procariota incapaz de usar el oxígeno para energía perdió su pared celular, comenzó a crecer la membrana más flexible y a doblarse en sí misma, formando el núcleo y otras membranas internas, alimentándose de moléculas y procariotas cercanos. En algún momento, la célula eucariota se apropió de células de bacteria útiles para respirar y las incorporó simbióticamente, dándole energía extra vía la respiración y originando la mitocondria en el proceso. Estas células son en promedio 100 a 1.000 veces más grandes que las bacterias, pero su incremento no es solo en tamaño, sino también en complejidad.
Herencia y metabolismo, son elementos esenciales de la vida. ADN desempeña un papel importante en el primero, ARN en el segundo. Para el funcionamiento del organismo son importantes las proteínas, hechas por un grupo de moléculas pequeñas, aminoácidos. La naturaleza de cada criatura está dada por la estructura de la molécula de ADN que extendida, mide casi un metro. Todo ser humano posee casi dos metros de ADN en cada célula y si el ADN de una persona se extendiera linealmente, llegaría un billón de quilómetros, o a 14 viajes redondos entre el Sol y la Tierra. La información hereditaria del ADN transcripta en textos, llenaría 200 volúmenes que pesarían una tonelada y un volumen de un metro cúbico. Empero el núcleo de la cédula que contiene la información hereditaria del ser humano, es 0.001 milímetro cúbico.
El ARN, versión corta del ADN, actúa como mensajero acarreando las instrucciones del ADN, atrae los aminoácidos correctos y rechaza los otros. Se propuso que las moléculas de ARN fueron precursoras de las proteínas como catalizadoras y del ADN en el transporte de información. Si las moléculas de ARN pudieron catalizar sus propias réplicas, la vida pudo comenzar en una sopa de esas moléculas que actuaron como catalizadoras y almacenaron informaciones genéticas. En esa sopa inicial, abundaban aminoácidos que interactuaban con las moléculas de ARN produciendo proteínas por accidente, logrando que el ARN produjera más proteínas que a su vez, aceleraron la producción de más ANR y así paso a paso se habría iniciado la vida.
Según los críticos, es posible lograr experimentos en los laboratorios, pero en la vida real es difícil. El metabolismo y los análisis genéticos revelan que el código de réplica del ANR difiere en los tres dominios de la vida, sugiriendo que tal réplica fue refinada después de existir el ancestro común.
3.1 Origen: teorías
Si la vida surgió 3.800 millones de años atrás, no fue fácil que lo hiciera en la superficie terrestre porque el bombardeo de los cometas afectaba la atmósfera y el calor intenso secaba los océanos, pero pudo originarse a) en el espacio b) en los océanos.
a. La tesis espacial presenta dos versiones: i. la vida llegó del espacio, ii. los meteoritos trajeron los elementos químicos que posibilitaron la vida terrestre.
i. La tesis extrema fue propulsada por el químico sueco Svante Arrhenius: la vida existía en el espacio oscuro, frío, distante y a caballo de meteoritos, llegó a la tierra como bacteria. Se especuló que las nubes interestelares pudieron protegerla de la radiación o que la suciedad espacial operó como cobertura protectora. Paul Davies evaluó que las bacterias protegidas en las rocas pudieran llegar a Marte: al ser Marte el planeta más pequeño se habría enfriado antes y la vida habría aparecido antes. Además, al tener las rocas una velocidad de escape menor, habrían sido eyectadas con menos violencia y más posibilidades de éxito final. Jennifer Blank, realizó en la NASA, año 2012, un experimento para evaluar las posibilidades de que los aminoácidos llegados en cometas sobrevivieran la violencia de un impacto de 25.000 km por hora. Para reproducir las condiciones de entrada en la atmósfera, emplearon pistolas de agua con las que simularon altas temperaturas y ondas expansivas de gran alcance. El resultado fue que los aminoácidos –componentes de las proteínas esenciales en toda forma de vida– no solo sobrevivieron sino que, debido a la presión del impacto y la energía extra resultante, formaron los péptidos, que unen los aminoácidos y las proteínas.
ii. La propuesta cauta no afirma que los meteoritos trajeron la vida, pero sí los elementos necesarios para su surgimiento. Dos publicaciones que defendían esa tesitura agitaron las aguas. Hoover, de la NASA afirmó en Journal of Cosmology haber hallado pequeñas materias fosilizadas no originadas en la tierra. Luego del consecuente revuelo y de un creciente escepticismo, el editor de la revista buscó opiniones de otros científicos, a la par que la NASA reclamó el examen de la propuesta por otros hombres de ciencia.
La otra publicación, el equipo de la Universidad de Tempe bajo el comando de Sandra Pizzarello, estudió un meteorito antártico con materiales orgánicos. Se publicó en PNAS que habría liberado cantidades significativas de ion amonio –precursor de moléculas biológicas como aminoácidos o el ADN– concluyendo que pudieron ocasionar o acelerar la evolución molecular que originó la vida. Pero la discusión está lejos de terminar.
Adicionalmente, Ken Nealson, director del Centro de Detección de Vida de la NASA, juega con la posibilidad de que la vida, quizás procedente del exterior, haya desde aquí viajado a lugares como Marte. Indica que si los meteoritos traen anualmente a la Tierra 20 a 30 quilos de polvo marciano, también el material terrestre pudo viajar a Marte u otros destinos, llevando material orgánico con vida. Para hacerlo, tuvo que vencer dos dificultades: la primera es que para que los fragmentos escaparan de la atmósfera terrestre, tuvo que impactar a un meteorito a 11,2 quilómetros por segundo, similar al que cayó en Yucatán. La segunda, al ser la fuerza de gravedad del Sol y Júpiter mayor que la de Marte, atraería la mayor parte de ese material, aunque no es imposible que algunas bacterias sobrevivientes llegaran a otro destino.
b. Los que defienden el origen oceánico se apoyan en que las bacterias termófilas vivían en temperaturas de 70 grados centígrados y las hipertermófilas de 80 o 110 grados centígrados. Si su máxima temperatura fuera 110 grados, vivirían hasta cuatro quilómetros bajo la superficie terrestre y siete quilómetros bajo la oceánica. Pero si la vida terrestre depende del sol ¿cómo vivían en áreas donde no lo hay? Pudieron hacerlo porque son organismos autótrofos (se autoabastecen), no emplean energía solar, producen químicamente su biomasa. Chiasson indica que millones de años atrás las hidrotermas submarinas pudieron impulsar la emergencia inicial de la biología; tenían ventajas, en comparación con la superficie terrestre, para formar la vida: medio-ambiente abundante en calor, ausencia de oxígeno libre, protección de la hostil realidad de la superficie. Según Bahn (2001), LUCA fue la arqueobacteria hipertermófila. Para Christian (2004), los primeros organismos pudieron extraer la energía de químicos situados por debajo de la superficie: si eran arqueobacterias, lo hicieron de profundas chimeneas químicas subacuáticas. Para Tyson y Goldsmith, pudieron surgir tanto en charcos a la vera del océano, o en las tórridas chimeneas subacuáticas.
A pesar de la arrogancia que algunos despliegan, no se sabe como nació la vida. Finster (2003), formula preguntas sin respuestas; Tyson y Goldsmith (2005) remarcan que no se sabe dónde o cómo ocurrió el evento maravilloso de la vida; Stanley Miller, reconoce que “el problema de su origen se ha tornado mucho más difícil de lo que se preveía”. Francis Crack, proclamaba que “un hombre honesto armado con todo el conocimiento que hoy se tiene solo puede decir que en cierto sentido, el origen de la vida aparece hoy como un milagro, tantas son las condiciones que tuvo que satisfacer para ponerse en camino”. Kuppers (2000), indica un origen complejo y que muchas cuestiones dependen de la perspectiva adoptada, no hay una sola respuesta y debe admitirse un mosaico variado de propuestas. Ayala (2010), admite que no se sabe cómo comenzó la vida; solo pude afirmarse que los compuestos orgánicos pudieron originarse en procesos químicos espontáneos en condiciones que pudieron existir en la Tierra primitiva (incluidos los ácidos nucleicos, que implican la herencia y las encimas que producen el metabolismo). El universo careció de vida por 10 billones de años y por otros 2 billones fue patrimonio de los procariotas; luego aparecerán los eucariotas ydespués de 1.000 millones de años, llegan del océano las plantas y los animales. No se sabe tampoco con certeza cuando comenzó la colonización terrestre, dejar el agua y aventurase en la tierra implicaba nuevas formas de respirar, oír y relacionarse con la gravedad.
3.2 La vida y la iglesia católica
Artigas (2004) aclara que “nada en la doctrina de la iglesia se opone al posible origen químico de la vida. Se trata de un problema científico que no afecta en absoluto la necesidad de admitir la creación divina del universo y la continua acción de Dios para mantener en su ser y su actividad, a todo lo creado. Durante siglos, autores católicos admitieron la generación espontánea a partir de materia no viva, y la Iglesia católica nunca enseñó nada contra esa posibilidad.” Añade más adelante “es posible que la vida se haya formado a partir de la materia inorgánica, aunque se trata de una hipótesis que encierra dificultades científicas no pequeñas. Pero eso es perfectamente compatible con la existencia de un plan divino, que ha puesto en la naturaleza las potencialidades necesarias para la formación de la vida... No tiene sentido contraponer la acción divina a la acción de las criaturas como si fueran incompatibles, como si una explicación científica del origen de la vida hiciera innecesaria la acción divina.”
La Comisión Teológica Internacional, con fecha del 23 de julio del 2004, manifestó que “hay escaso consenso científico sobre el origen de la primera vida microscópica, pero hay un acuerdo general en que los primeros organismos aparecieron en el planeta 3.5-4.0 billones de años atrás. Se demostró que los organismos terrestres están genéticamente relacionados, por lo que es virtualmente cierto que todos los organismos vivos descienden del primero. La evidencia convergente de muchos estudios de las ciencias físicas y biológicas apoyan a cierta teoría de la evolución que da cuenta del desarrollo y diversificación de la vida en la tierra, mientras continúan las controversias sobre sus ritmos y mecanismos”.
El jesuita William Stoeger apunta que “en ciertos ambientes especiales muy estables, en algunos planetas que circundan estrellas estables de masa media, se origina complicadas moléculas orgánicas que evolucionan hasta los ácidos nucleicos y los aminoácidos, desde allí hasta el ADR y el ARN replicantes, y finalmente hasta la primera célula, la cual a su vez se reproduce y llega a ser la progenitora de muchas otras especies de seres vivos más complejos y más maravillosos. Muchos después ocurre otra transición como la que va de los seres físicos inertes a los seres vivos: es la que va de la vida a la vida consciente, edificada sobre otras muchas transiciones previas, que habían abierto ya el universo a niveles diferentes de nuevas posibilidades.”
3.3 Esbozo evolutivo
Tan pronto como la primera cédula se dividió en dos componentes, comenzó la operación de la selección natural. Con el tiempo aparecen las primeras modificaciones genéticas, las células comenzaron un proceso de diferenciación y sus descendientes se dispersaron ocupando buena parte de los océanos, distribuyéndose en varios medioambientes (en los trópicos, o en el Ártico, en las profundidades oceánicas, o en las costas), originando diferentes influencias. La adaptación a varios medioambientes y el juego de la selección natural aparejó el nacimiento de diferentes formas de vida.
Con la explosión Cámbrica, 545 millones años atrás, aparecen 50 diferentes filos, incluidas los 35 hoy existentes; en ese período las plantas y animales que hoy conocemos, se manifiestan con abundante fósiles cámbricos en tres sitios: Burgués Shale en Canada, Sirius Passet en Groenlandia y Chengjiang en China. Richard Dawkins (2004) apunta que en esa época nacen algas, esponjas, gusanos de diferentes clases, branquiópodos que lucen como los modernos, muchos antrópodos, incluso crustáceos, tribolitas y otros animales enigmáticos.
Unos 20 años antes de la explosión cámbrica surgió la fauna de Ediacara en el sur australiano.
Sus fósiles son difíciles de identificar, algunos parecen esponjas, otros anémonas y unos terceros son realmente misteriosos, uno parece –unque suene increíble– una especie de cordado (de los cuales derivarán los vertebrados), pero todavía no hay certeza.
En la primera época, con la vida limitada al mar, proliferaban invertebrados como las medusas, gusanos, caracoles y corales. Se pensó inicialmente que los vertebrados surgieron después del período cámbrico y en ese período, sus ancestros debían ser invertebrados; según Dawkins, se creía que el primer vertebrado conocido era el Jamoytius, que vivió 100 años después de la explosión Cámbrica, por lo que constituyó una genuina sorpresa la aparición de vertebrados en Chengjiang en pleno período cámbrico.
Los vertebrados nacieron en el mar, más tarde caminaron por tierra firme. Los vertebrados terrestres (anfibios, reptiles, mamíferos,aves) o tetrápodos por sus cuatro extremidades, reflejan la evolución de las aletas abdominales y pectorales de los peces. Los ancestros de los tetrápodos nadaban en aguas donde cada pez era también un deparador y las estrategias eran crecer mucho, tener una caparazón defensiva, o escapar del agua. Esas especies lucharon con agallas, pulmones y piernas en evolución, desarrollaron narices, ojos y esqueletos, para poder conquistar la tierra seca. Sus herederos (como los ancestros de la ballena) hicieron el camino inverso una docena de veces. Conviene recordar que señalar pasos evolutivos sucesivos puede llevar a una evolución lineal; pero no es así, el proceso está plagado de experimentos, fracasos y éxitos, no existe la evolución linear. Entre los primitivos tetrápodos y el pez de aletas lobuladas aparece Ventastega curonica, de 300 millones de años. Tenía apariencia de cocodrilo, patas incipientes y costillas relativamente grandes que le permitían soportar su peso fuera del agua. Era un pez de vida marina y anfibia: cabeza chata como una salamandra, tenía cuello y giraba la cabeza, los ojos y las ventanas de la nariz estaban arriba del cráneo, no a los costados, sugiriendo que vivía en aguas llanas, oteando, probablemente respirando fuera del agua. Esas características ayudarán a sus descendientes a invadir la tierra: las costillas robustas posibilitaban respirar el aire y mover el oxígeno, huesos fuertes –similares en número y posición a los de futuras criaturas terrestres– indican que el ancestro humano fue un pez depredador de cabeza chata que vivió en corrientes de agua poco profundas. Ichthyostega de 365 millones de años, es el primer anfibio descendiente de peces pulmonares de aletas lobuladas. Se creyó que sus ancestros vivieron en ríos y lagunas que al secarse por los cambios climáticos, los obligó a adaptarse en otros sitios, renunciando a la vida acuática. Acanthostega gunnari, 365 millones de años, desmiente la teoría al carecer de la estructura ósea necesaria para soportar su peso en la tierra. Sus proporciones eran parecidas a un pez, mandíbula a medio camino entre ambos, ojos y morro más grande, un cráneo que empezaba a encoger y su hábitat era la costa lluviosa. Los reptiles, descendientes de los anfibios, aparecen 325 millones de años atrás. Con ellos surge una innovación importante: son vertebrados que se reproducen sin necesidad del agua, gracias al “huevo amniota” que protegía al embrión con tres membranas más una cáscara dura y porosa que retenía el agua y permitía que el embrión respirara.
En el mundo reptil, el dinosaurio Eoraptor, descubierto en Argentina, fue considerado el más antiguo hasta la aparición de Nyasasauris parringtoni, de Tanzania, que lo predata por 10-15 millones de años. Entre esa época y su extinción 65 millones de años atrás, transcurrieron 165 millones de años durante los cuales cerca de cincuenta especies dominaron el mundo, dejando a las aves como uno de sus descendientes, lo que se ha confirmado de cuatro maneras:
1. Por los fósiles de Argentina y China. En Argentina, Panphagia protos, de 30 cm de alto, vivó 228 m.a.A:P. Unenlagia, Patagonia, vivió 90 m.a.A.P. Bicentenariaargentina, 90 m.a.A.P., de la familia de los celurosaurios, con probable cuerpo emplumado; Aerosteon ricoloradensis, 85 m.a.A.P:en las cavidades de su estructura ósea tenía sacos aéreos similares a los usados por las aves para respirar. En China, Epidexipteryx hui,160 m.a.A.P, del tamaño de una paloma, 160 gramos de peso y un cuerpo emplumado, carecía de las plumas del contorno que le habrían permitido volar, el plumaje lo usó para señales visuales durante el apareamiento. Anchiornis Huxleyi, 155 m.a.AP, tenía 50centímetros, cuatro alas y un plumaje que le cubría brazos, cola y patas. Sinosauropteryx, 145 m.a.AP, con protoplumas, cercano a los dinosaurios terápsidos. Beipiaosaurus inexpectus, 125 m.a.AP, tenía en su cabeza, cuello, cola y parte del tronco filamentos como alfileres, primitiva forma de plumas. Microraptor, de vida arbórea, con plumas en alas, cola y piernas.
2. De acuerdo a investigaciones recientes, la estructura de la piel es igual a la de las aves.
3. Se demostró que el cráneo de los pájaros actuales evolucionó del cráneo de los dinosaurios terápidos.
4. En España se encontraron pequeños huevos que junto a otros hallados en Argentina, corresponden a un ave de la misma época, sugiriendo un vínculo con las aves.
Los cinodontes –descendientes de los terápsidos– dieron un paso trascendente al mostrar desde el Trhinaxodon al Morganucodon y Hadrocodrium, 246, 200 y 195 m.a.A.P., la evolución al oído mamífero, cambios en la dentición y comienza a insinuarse el cráneo típico de los mamíferos modernos. El Morganudocon, pequeño insectívoro nocturno, con su cráneo de 2-3 centímetros, un cuerpo de 10 centímetros de largo y apariencia de ratón, es considerado el primer mamífero, o bien proto-mamífero. Con la extinción de los dinosaurios, la tierra era un nicho tentador para la exploración por otras especies, lo que no fue desaprovechado por los mamíferos; si antes vivieron en la nocturnidad, ahora estaban abiertos los ambientes diurnos. Por añadidura, la desaparición de los dinosaurios provocó una mayor disponibilidad de la vegetación, que fue aprovechada por los mamíferos que pasaron de los iniciales 3 gramos a 15 quilos, a aumentar mil veces su peso. Alrededor de 200 millones de años atrás, adquirieron la pelambre, aceleraron la homeotermia (regulación de la temperatura corporal), su metabolismo y siguieron un exitoso camino que los llevaría 130 millones de años más tarde, a los primates, y luego de otros 70 millones de años, al Homo.
4. Origen del hombre
De la línea ancestral evolutiva emergieron tres homínedos: Shaelonthropus tchadensisOrrorin tugenesis, 6.0 m.a. AP; Ardipitecus ramidus, 7.4-6.5 millones de años, 6.0 millones de años y4.4.millones de años antes del presente, respectivamente. ¿Qué relaciones tienen entre sí? Dado el parecido entre los dos primeros, se sugirió que representaban una de las primeras fases de la evolución humana. Al ser los dientes del tercero similares a los del Orrorin, se pensó que los tres integraban un mismo género, llamado Ardipithecus ramidus por haber sido descubierto primero. Es la tesis de White y Haile-Selassie.
La línea evolutiva sigue con Kayanthropus platyops, luego siete diferentes Austrolopithecus y tres clases de Paranthropus. Solo despuésaparece el Homo habilis, junto al Homo rudolfensis, 2.33 y 2.5-2.3 m.a.AP. McHenry (2002), enseña que el Homo habilis era pequeño, pesaba 35 kg, y presentaba varios cambios: un cráneo más grande y de diferente forma, frente más alta, perfil redondeado, dentadura más pequeña, piernas robustas que indicaban resistencia al cansancio. Las manos mostraban cambios que favorecían la manipulación, mayor movilidad, rotación axial y un agarre de fuerza que asociada a los útiles líticos le permitió explotar mayores recursos, facilitaron el carroñeo y el acceso a nuevas plantas alimenticias. Su encefalización era mayor que la de los australopitecos; la frente marcaba la expansión frontal del cerebro, presentaba el área de Boca (relacionada con el lenguaje) y de Wernicke (área asociativa). Se distinguía, como en el hombre actual, una asimetría cerebral que denuncia una lateralización mayor en las funciones cerebrales.
Le sigue el Homo ergaster, que según micro-exámenes dentales, incluyó la carne en su dieta. Los australopitecines eran herbívoros, lo que se refleja en su estructura corporal y en el pronunciado vientre de algunos. Para el Homo habilis la carne era marginal, perola estructura corporal, la cintura y el cerebro del Homo ergaster, indican su consumo.
El cerebro, costoso de desarrollar y mantener representa el 2% del peso total pero el 20% de le energía producida y requiere una alimentación de calidad que el sistema herbívoro no proveía. Según Aiello y Wheeler, la solución era aumentar la tasa metabólica basal del organismo, el número de calorías necesarias para mantener el cuerpo funcionando. El cerebro humano pesa 1 kilo más que el promedio de los mamíferos del mismo peso, pero no había aumentado la tasa metabólica basal. Además, incrementar el gesto energético creaba problemas a la hora de encontrar alimentos. La solución era en reducir el tamaño de otro órgano que compensara el crecimiento cerebral. En relación con el peso, los órganos más costosos son el corazón, los riñones, el cerebro y el tubo digestivo, incluyendo al hígado. No podía prescindirse del corazón ni de los riñones, pero el aparato digestivo –pequeño en comparación con nuestro tamaño– insumía el 15% de la tasa metabólica. Si se lograba reducirlo, se podía compensar la demanda cerebral. La reducción era posible: su longitud dependía de la calidad de los alimentos. Si se mejoraba ese aspecto permitiría el crecimiento cerebral; la incorporación a la dieta de grasas y proteínas animales, permitió acortar el tubo digestivo y el crecimiento cerebral buscado.
El cerebro para un mamífero como el Homo, debería pesar 280 gramos pero pesa 1,4 kg, En cambio, el aparato digestivo es la mitad del tamaño esperado.
El Homo ergaster, muestra falta de cobertura pilosa en el cuerpo, sugiriendo el desarrollo de una intensa actividad diurna y adaptación al calor. Si no se tiene actividad el vello no es obstáculo, crea un espacio entre la piel y su borde externo donde el aire opera como aislante. Si la actividad es importante, conviene perderlo para lograr una mejor evaporación del sudor. El Homo ergaster mantuvo la cobertura pilosa del cabello, que proporciona el cojín de aire necesario ara evitar recalentar el cerebro. Es bueno señalar que los diversos ambientes, climas, o tipo de dieta, influyen en la apariencia física del hombre: el calor o el frío inciden sobre su altura, la extensión de sus brazos, el color de su piel o de su cabello (lacio en climas fríos, enrulado en cálidos).
El camino evolutivo muestra diferentes Homos: erectus, floresiensis, georgicus, antecessor, heidelbergensis, neanderthalensis y sapiens. Los primeros fósiles del Homo sapiens se hallaronen los sitios de Omo y Herto.En Omo. Etiopía, se descubrieron fragmentos craneales y post-craneales (Omo 1) de 195.000 años AP. Otro reciente hallazgo es Herto. Según White et al (2003), el origen del sapiens seoscurecía por faltar fósiles africanos entre 100.000 a 300.000 años, pero Herto llenó el vacío, determinó el tiempo y la localización del Homo sapiens, prueba el origen africano del hombre moderno y dentro de África, su origen subsahariano. Es clave para sostener que el Homo sapiens surgió en África, se dispersó globalmente y reemplazó a las otras poblaciones por tener una conducta que le daba ventajas comparativas.
Los estudios genéticos coinciden con los de los fósiles de Omo y Herto. En un famoso artículo Cann, Stoneking y Wilson en 1987 dieron a conocer sus conclusiones sobe el origen humano: señalaban una Eva mitocondrial –confirmada por otros estudios.Hammer et al (1998) y Underhill et al (2000), investigando el cromosoma Y llegaron a similares conclusiones: muestran un Adán de150-118.000 años en el primer caso y de 100.000-200.000 años en el segundo. Las investigaciones siguientes reconfirmaron esa coincidencia.
Si el Homo tiene origen en África ¿cuándo se dispersó por el mundo?
No se sabe con precisión, pues algunos autores defienden una dispersión, otros varias. Para unos, emigraron por el valle del Nilo, para otros por el estrecho Bal al Mandab, o el corredor húmedo del Sahara, o Gibraltar, o Sicilia. Cabe distinguir:
1. La dispersión que inicia el proceso de colonización;
2. previas salidas de África.
En el último caso, el antecesor de Homo erectus pisó suelo asiático alrededor de 2.0 m.a.AP, encontrándose en Dmanisi herramientas de 1.85 m.a.AP que lo prueban, indicando que los hombres y mujeres de Dmanisi (Homo georgicus) o sus padres, habrían dejado África 1.9 m.a.AP. También los fósiles de Ubeidiya, Israel, marcan una salida africana 1.4 m.a.AP. Aquí y ahora, la referencia es al primer caso, a la que inició el proceso de colonización global. Se ha estimado que las dispersiones sucedieron 60.000-40.000 años atrás, pero recientemente Scally y Durban (2012) reestimaron el tiempo de la mutación genética a la mitad y proponen una nueva fecha: 120.000 años atrás. El debate está abierto, pero cualquiera sea el tiempo, fueron el mecanismo primario de la diversificación del hombre moderno. La variabilidad humana se debe a que las sucesivas dispersiones causaron diferentes morfologías ancestrales, seguidas de distintas adaptaciones locales.
Como cierre, nada mejor que citar a John Haugth (2007) que narrando la historia de un mundo de 13.8 billones años y del hombre en ese mundo, propone sintetizarla en una enciclopedia de 30 tomos de 450 páginas cada uno, cada página equivaliendo a 1 millón de años. La historia comienza en la página 1 del tomo 1 con el big bang, sin signos de vida en los primeros 21 libros. La tierra aparece en el tomo 21 (4.5 billones de años), la vida en el 22 (3.8 billones de años), y se torna interesante con la explosión Cámbrica en el tomo 29. Los dinosaurios aparecen a la mitad del volumen 30, pero pronto se extinguen. La vida mamífera florece en las últimas 65 páginas del último volumen, los ancestros homínedos surgen cuando faltan pocas páginas para terminar y los humanos modernos casi al pie de la última página. La historia de la inteligencia humana, la ética, las aspiraciones religiosas y los descubrimientos científicos, ocupan las últimas líneas de la última página del último tomo. Poca cosa para tanta arrogancia.
a. Génesis
1. Dos historias
En el principio creó Dios los cielos y la tierra, dice el primer verso del primer libro de la Biblia. Eldía en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos, comienza el capítulo 2, que ofrece otro relato cosmológico. Ambos son distintos. El segundo fue escrito 500 años antes que el otro, al regreso del exilio babilónico, cerca del año 1000 a. C. Se creyó por cientos de años que el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio), lo había escrito Moisés. Luego se descubrieron dobletes, tripletes, diversidades estilísticas y multiplicidad de nombres de Dios que indicaban otra verdad: contenía dos tradiciones, del reino israelita del Norte y otra del reino del Sur. A la primera le pertenecen los documentos clasificados E (Eloim) y D (Deuteronomio). A la segunda, los documentos J (Yahvéh, que en alemán se escribe con J) y P, que reflejan la tradición sacerdotal.
Génesis proviene de la tradición sureña: Gen 1, se origina en P; Gen 2-3 en J. En la primera historia (Gen 1,1-2.3) Dios crea la vegetación, luego los peces y las aves, más tarde los animales y, finalmente, al hombre. En la segunda (Gen 2.4b-2.25) el hombre es creado primero, después los árboles, luego animales y aves. Finalmente, la mujer. La primera se refiere al orden de los elementos en el universo; la segunda se enfoca en la naturaleza humana. P se interesa en el culto, los ritos y las genealogías.
¿Cómo pudo el editor final del Génesis poner juntas historias tan diferentes e incompatibles? Son incompatibles si se las interpretan literalmente, pero del lado de las verdades que enseñan son complementarias: todo lo hizo Dios, la creación es buena, Dios mira al hombre de manera especial. Harlow (2010) enseña que en el contexto actual la segunda historia complementa la primera, ofrece una perspectiva diferente en la creación con un foco antropológico en vez de cosmogónico, pero también muestra contrastes como:
• Duración de la creación: 6 días en la primera, 1 día en la segunda.
• Retrato de Dios: trascendente en la primera, inmanente en la segunda.
• Retrato humano: cantidad no especificada de hombres y mujeres creados simultáneamente en la primera; uno en la segunda.
• Escenario inicial: oscuridad, caos marino en la primera; desierto tipo oasis en la segunda.
• Método de creación: Dios habla, separa, nombra, bendice en la primera; Yahve Dios forma, respira, planta, pone a dormir, construye en la segunda.