Dominada – una novela corta erótica - Vicktoria Gilles - E-Book

Dominada – una novela corta erótica E-Book

Vicktoria Gilles

0,0

  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2022
Beschreibung

Beatrice no sabe qué quiere hacer con su vida. Mientras sus amigos forman una familia, ella todavía se siente demasiado joven y con ganas de aventuras. Sin embargo, rara vez se atreve a realizar sus fantasías. Pero cuando consigue entrar por casualidad en un exclusivo club sexual, decide atreverse a soltarse y seguir sus instintos...-

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 26

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Vicktoria Gilles

Dominada – una novela corta erótica

Translated by Osvaldo Rocha

Lust

Dominada – una novela corta erótica

 

Translated by Osvaldo Rocha

 

Original title: Dominerad

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2020, 2021 Vicktoria Gilles and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726505412

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Beatrice se pasó la mano por su larga melena de color rubio cenizo mientras caminaba por una hermosa calle del centro de Estocolmo. Giró hacia una avenida cercana a Kungsträdgården, donde los cerezos habían comenzado a florecer. Decidió sentarse en la terraza exterior de un café pequeño y acogedor. Pidió una taza grande de café y una tarta de manzana. Por primera vez en varios días, iba a relajarse un poco.

Se quedó mirando el vapor que salía del café y enseguida cogió la taza y se calentó las manos frías. Tomó un sorbo y saboreó el rico sabor del café. Tuvo que entrecerrar los ojos bajo el sol de la tarde para observar a la gente que pasaba, feliz de saber que la primavera estaba en camino.

Las personas parecían tranquilas y satisfechas con sus vidas. Pero ella no sabía realmente qué quería hacer con la suya. Divagaba entre un pensamiento y otro. Sus amigas ya habían formado familias, pero ella aún se sentía demasiado joven y con ganas de aventuras. Además, albergaba muchas fantasías excitantes en su interior, mezcladas con una frustración sexual por no atreverse a hacerlas realidad. En el fondo, no era una buena chica. Le fascinaba explorar su sexualidad hasta el extremo. Algo que sus amistades seguramente considerarían inapropiado.

Beatrice se sacudió estos pensamientos inoportunos y tomó un gran sorbo de café caliente. Si seguía pensando en ello, solo conseguiría echar a perder el momento.

Justo a su lado había dos mujeres de unos treinta años, riendo a carcajadas. Una tenía el pelo largo y castaño y la otra era rubia. Beatrice dio un mordisco a la tarta de manzana y se reclinó en su silla. Le resultaba extremadamente difícil evitar escuchar lo que estaban discutiendo, ya que las dos mujeres eran muy poco discretas.

La mujer rubia se inclinó hacia el otro lado de la mesa, acercándose más a su amiga, y dijo:

—Tengo una sorpresita para ti.

—Ya sabes que no me gustan las sorpresas —dijo la otra—. Me gusta poder planificar mis días.

—Sí, lo sé, pero seguro que esta te va a gustar —dijo con cierta malicia en la voz, haciendo que Beatrice escuchara con más atención.

—Bueno, cuéntame entonces.

—El club va a estar abierto esta noche —respondió, retorciendo de forma sensual la pajita del té helado que estaba bebiendo.

—¿Te refieres a…?

—Sí, «ese» club.

—¡Ah! ¿Los mismos de la última vez? —preguntó la de pelo oscuro, y pareció que iba a caerse de la silla.