Fruto prohibido - un relato corto erótico - Vicktoria Gilles - E-Book

Fruto prohibido - un relato corto erótico E-Book

Vicktoria Gilles

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2021
Beschreibung

«La deseaba, cada parte de ella, y ahora solo había dos opciones: hacerlo o arruinarlo todo. Era prácticamente imposible pensar en irse del lugar sin dar una salida a todo lo que sentía.»Todo empezó en la fiesta de cumpleaños de Hannah, a la cual Jared había aceptado ir al último momento. La razón por la que había aceptado ir era Melissa, cuyo carisma y cuerpo curvilíneo se negaba a salir de la mente de Jared. Sabía que era imposible que estuvieran juntos, puesto que ella era la hija sobreprotegida del jefe y estaba estrictamente prohibida.A pesar de esto, lo prohibido sucede en la fiesta, y en medio del acto de amor son interrumpidos por los lacayos del padre de Melissa. Este es el comienzo de una lucha a vida o muerte, y de una huida de la casa familiar, así como de una vida llena de amor con Melissa. Pero ni Jared ni Melissa pueden olvidar las fechorías de su padre, y cada uno trama su propia venganza.-

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Seitenzahl: 42

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Vicktoria Gilles Shailene Craig

Fruto prohibido - un relato corto erótico

Translated by Osvaldo Rocha

Lust

Fruto prohibido - un relato corto erótico

 

Translated by Osvaldo Rocha

 

Original title: Förbjuden frukt

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2020, 2021 Shailene Craig, Vicktoria Gilles and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726611922

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Era viernes por la noche y Jared estaba en casa de su amigo Peter tomando una cerveza antes de ir a la fiesta de cumpleaños de una colega. No tenía muchas ganas de ir, pero sabía que protestar en el último momento solo estropearía las cosas para Peter. Después de todo, la persona del cumpleaños era la mujer por la que Peter había estado suspirando durante meses, pero no había tenido el valor de invitarla a salir.

Sin embargo, Peter se había prometido que esa noche se armaría de valor para invitar a Hannah a salir. Ya era hora de hacerlo, y para que eso ocurriera, Jared tendría que ir a la fiesta con él. Sabía cómo romper el hielo con una mujer, aunque esto lo aprendió solo después de la adolescencia, cuando se cansó de ser el tipo que nunca tenía novia y se vio en la necesidad de cambiar sus métodos. Jared tenía la certeza de que Peter no podría fallar si le brindaba su ayuda.

Pero, por otro lado, Jared pensaba que lo mejor sería volver a casa. Si no fuera porque le había prometido a Peter que iría con él, se echaría atrás. La única razón por la que había aceptado ir era Melissa.

Después de la fiesta de la empresa a la que el director general Dan Hult le había invitado varias semanas antes, no podía pensar en otra cosa más que en Melissa. Sabía que estaba mal pensar en ella porque era la hija del director general y, por lo tanto, estaba prohibida. Había escuchado las advertencias de otros empleados, sobre lo que les había sucedido después de solo mirarla. A pesar de eso, no podía olvidarla. Era imposible apartarla de sus pensamientos. Por muy mal que estuviera, no podía sacársela de la cabeza.

Jared había bailado con Melissa en la fiesta esa noche. Pero ella también había bailado con otros hombres, lo cual había sido duro de presenciar. Era increíblemente hermosa con ese cuerpo curvilíneo, ese cabello castaño y ese increíble carisma. Era alguien que atraía la atención de todo el mundo.

Antes de saber quién era, se había deleitado tocándola deliciosamente una vez que salieron de la casa. Se había dejado llevar por ella después de unas cuantas copas de más. Ese momento había quedado grabado en su memoria. Intentaba no pensar en sus labios fundiéndose con los de ella, en sus manos jugando sobre la piel suave y cálida hasta erizarse del deseo. Cuando la sujetó contra la pared lateral de la casa, dejando que sus cuerpos se unieran con fuerza mientras ella le rodeaba la cintura con las piernas, exigiéndole algo más que besos. En realidad, había estado a muy poco de tomarla allí mismo. Así de irresistiblemente hermosa era.

Jared recordó lo mojada que estaba cuando sus dedos se abrieron paso por debajo de las bragas y encontraron el camino hacia su regazo. Los presionó profundamente dentro de ella y escuchó los ligeros gemidos que salieron de su boca sin querer. Entonces se puso duro de solo recordarlo, y sacudió la cabeza en un intento por despejar esas imágenes persistentes.

Si no les hubieran interrumpido, no habría podido contenerse, y la habría cogido con fuerza contra la pared de la casa. Pensándolo ahora, le parecía que había sido una suerte que alguien pasara por allí y los detuviera. Luego de enterarse de quién era ella se había sentido totalmente abatido. Jared la quería, y cuando quería una mujer, la conseguía como podía. Pero ahora ... ahora era imposible. Su padre lo haría pedazos si supiera que había tocado a su hija. Podría costarle muy caro.

***

Más tarde esa misma noche.

Un guardia les permitió entrar en la mansión después de dejar el coche a un valet, quien fue a aparcarlo junto a los coches de los demás invitados. Jared se quedó mirando al joven que había aparcado el coche y se preguntó si no habría sido más fácil, y menos costoso, si se les hubiera permitido a todos aparcar sus propios coches en el recinto. No le agradaba toda esa gente rica que tiraba su dinero en cosas que consideraba innecesarias.

Peter le habló cuando entraron al vestíbulo de la gran mansión, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Qué has dicho? —miró alrededor de la habitación, esperando ver alguna cara conocida, pero todas le parecieron extrañas.