El arte sagrado de la nutrición - Peter Deunov - E-Book

El arte sagrado de la nutrición E-Book

Peter Deunov

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Beschreibung

Para la elección de la comida, la naturaleza ha puesto en el hombre un instinto, un sentimiento interior que le permite descubrir lo que le corresponde. Si se deja guiar por este sentimiento, así como por la Naturaleza viva, permaneciendo consciente de su camino hacia lo Divino, sabrá resolver, no solo la cuestión del alimento, sino también comprender con certeza cómo debe vivir. No se trata de satisfacer únicamente el hambre, sino de contribuir con la nutrición a la evolución de todo el ser. La comida realiza un proceso esencial, es un poderoso estimulante de la vida. Es importante que sea comprendida y apreciada en su justo valor para que nuestra vida sea armoniosa y sana. Nuestros estados físicos y psíquicos están estrechamente relacionados con lo que comemos...

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Peter Deunov

ELARTE SAGRADO DE LA NUTRICIÓN

¡Evera!

ISBN E-book 978-84-122054-9-7

Este libro reúne las enseñanzas del Maestro Peter Deunov (Beinsá Dounó) sobre la nutrición, con extractos extraídos de conferencias dadas entre 1914 y 1944.

Reglas de oro para alimentarse bien

Para nuestro bienestar, para una vida armoniosa y para nuestra salud, las leyes de la Naturaleza viviente nos piden que tomemos nuestras comidas con la mejor disposición de espíritu, lo que permitirá que los alimentos que consumimos sean fácilmente digeridos. Si no se cumplen estas condiciones, las consecuencias serán malas, primero para nuestro equilibrio físico y luego para nuestro comportamiento, inevitablemente.

Incluso alimentándonos con los alimentos más sanos y puros, el funcionamiento de nuestro estómago se verá gravemente comprometido si tragamos demasiado rápido y sin masticar. La digestión será incompleta y se producirá pesadez en el estómago, el cerebro y todos los órganos se perturbarán y nos sentiremos incómodos, descontentos, indispuestos no solo físicamente, sino también en la manifestación de nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.

Observad la siguiente regla: no toméis alimentos cuando estéis nerviosos o preocupados. Es mejor abstenerse de comer hasta que hayáis recuperado el equilibrio de la mente y la paz interior. Los mejores alimentos y formas de comer son las que os dejan contentos y ligeros, listos para reanudar con alegría vuestra actividad.

El apóstol Pablo dijo: “Bebed, comed y agradeced...” Os digo también: amad el alimento que tomáis para poder utilizar toda la energía que encierra, porque los alimentos están compuestos por partículas vivas, portadoras de una energía que, si la recibís con amor, renueva el organismo. Pero si os alimentáis estando mal dispuestos, en un estado mental negativo, se forman en vosotros corrientes poco armoniosas, causando una gran pérdida de energía. Así que nunca debéis enfadaros antes o durante una comida, es una ley absoluta.

En la Nueva Vida, no se debe comer más de lo necesario y hay que detenerse en el momento en que se siente que la comida es todavía muy agradable. Es entonces cuando nace en nosotros una energía dinámica y constructiva. Esta energía nos permitirá llevar a cabo todas las tareas que emprendamos.

La manera de alimentarse es una gran ciencia que contiene toda una filosofía. Como alumnos de la Enseñanza de la Fraternidad Blanca, un día pasaréis ante una “comisión” que examinará la forma en que coméis vuestros alimentos y captará de este modo el grado de evolución al que habéis llegado...

Alimentarse es un acto sagrado que requiere toda nuestra atención. Mientras se alimenta, el hombre nuevo dirige sus pensamientos hacia Dios y le da gracias; debe sentir el amor divino y unirse a los seres de sabiduría que trabajaron en la formación del alimento y de sus elementos. Al menos dos seres deben participar en nuestras comidas: nosotros y el pensamiento de Dios presente en nosotros.

Algunas personas están bien inspiradas porque, en su oración interior, antes de la comida, dicen: “Ven, Señor, que vamos a comer...” Este deseo es también muy útil antes de una lectura, una reflexión, una meditación o una tarea a cumplir...

El alimento absorbido inconscientemente, causa a menudo descontento e inercia en la acción. Hoy en día, ¿cuántas personas, cuando se sientan a la mesa, piensan en concentrarse y unirse en pensamiento con lo que van a comer? Podrían dirigir su reflexión sobre el pan que está delante de ellas y descubrir el largo camino recorrido por el grano de trigo, pasando por el cultivador, por el molinero y por el panadero para ser transformado en pan antes de llegar hasta la mesa...

Un discípulo debe sentir y conocer las cualidades del alimento que come y apreciarlas en su justo valor. Las frutas, las verduras, el pan son en realidad conductores portadores de vida, que a su vez es mantenida y sostenida por el impulso que nos obliga a alimentarnos. Tomemos un prisma. Él no crea la luz ni sus rayos coloreados; es solamente el medio, el intermediario por el cual el rayo del sol debe pasar para descomponerse en siete colores. Del mismo modo, el pan es un intermediario de la energía cósmica que mantiene la vida. Por supuesto, es cierto que el pan contiene todos los elementos analizados por los químicos... pero lo esencial para el crecimiento y el mantenimiento de la vida, está constituido por otros elementos que la ciencia actual aún no ha sabido descubrir ni en el aire ni en la comida. ¡La verdadera ciencia llegará ahora y aportará a los hombres una gran luz sobre todas estas cosas!

La irritación o el mal humor durante las comidas fabricarán un veneno que la sangre derramará después en el organismo, intoxicando todas las células. Los hombres actuales – incluso los que son muy instruidos – desconocen la actitud que se debe observar para alimentarse adecuadamente: ningún mal pensamiento, ningún sentimiento negativo deben ocupar vuestro intelecto ni vuestro corazón durante las comidas. ¡Apartad de vuestra mente el recuerdo de los errores cometidos por vosotros mismos o por otros! Si respetáis estas reglas, los buenos resultados que obtendréis se sentirán durante mucho tiempo en vuestra salud física y en vuestro equilibrio espiritual.

Si escucháis música mientras coméis, ésta debe ser alegre, festiva y no ruidosa o irritante, lo que perjudicaría el proceso de la nutrición. Por otra parte, el hecho de alimentarse debe constituir por sí mismo una especie de música, es decir, que un ritmo razonable debe armonizar las comidas.

Aquél que desea adquirir un carácter estable y equilibrado debe elegir una comida simple, pura y sana. Por experiencia e intuición, cada uno debe determinar los alimentos más convenientes para su organismo y que contribuirán al buen desarrollo de su cuerpo y de su comportamiento.

La nutrición se basa en la ley del amor; no podéis utilizar plenamente las fuerzas de un alimento que no os guste, y si entra en vuestro organismo, saldrá de él sin que vuestras células puedan beneficiarse de toda la vida que contiene.

El hombre debe comer en el momento adecuado, es decir, cuando siente que su apetito va acompañado de un buen humor. Muy pocos observan esta regla. Son muchos más los humanos que comen porque es la hora de la comida y que consumen una gran cantidad de alimentos, sin escuchar la voz interior que les incita a la moderación.

Sed conscientes de vuestros pensamientos y de vuestros sentimientos en el primer bocado de vuestra comida, y también en el último; ésta es una recomendación importante. Se dice que hay que levantarse de la mesa antes de estar completamente saciado, y esto es válido tanto desde el punto de vista físico como psíquico. Si respetáis esta regla, vuestra salud mejorará y os sentiréis bien dispuestos para con vuestro entorno y para la realización de vuestro trabajo.

Es muy importante saber que comer carne no es compatible con el propósito perseguido por la Enseñanza de la Vida Divina, debido a las nocivas radiaciones que contiene. Cada uno debe experimentar las diferentes cualidades de los alimentos de los que se nutre y regular su alimentación en consecuencia. Todo ser posee una sensibilidad que le sugiere la comida que debe tomar y de la que podrá sacar los elementos necesarios. Así reforzará su cuerpo para elaborar un pensamiento fuerte o para formar sentimientos nobles y elevados. Como discípulos, debéis trabajar en la purificación de vuestro cuerpo, pero sin debilitarlo.

Un plato apetitoso, su sabor sabroso, originan en el hombre el deseo de consumirlo inmoderadamente, entonces su estómago sobrecargado lo indispondrá... ¡Pero también es anormal privar a este estómago de la comida que necesita! Otra regla a observar es evitar la uniformidad de los alimentos; variadlos, pues todos contienen energías particulares que son sucesivamente útiles al organismo.

La ley fundamental a observar estrictamente, es comer con amor, con buena disposición de espíritu y un sentimiento de gratitud por los beneficios divinos.