La mujer, fuente de amor y de vida - Peter Deunov - E-Book

La mujer, fuente de amor y de vida E-Book

Peter Deunov

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Beschreibung

" Para mí, la mujer es la que salvará al mundo, la mujer es la que tiene las llaves de la vida en sus manos, la mujer es aquella a través de la cual se manifiesta la fuerza grandiosa y todopoderosa del Amor (que da al mundo la vida). Por eso, la salvación del mundo vendrá a través de la mujer y no a través del hombre..."

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Peter Deunov

LA MUJER, FUENTE DE AMOR Y DE VIDA

¡Evera!

ISBN 978-84-122054-5-9

Este libro reúne las enseñanzas del Maestro Peter Deunov (Beinsá Dounó) sobre la mujer y su trabajo como madre, extractos de conferencias dadas entre 1914 y 1944. La mayoría de estos textos, recopilados por Tsanka Ekimova, ya fueron publicados en búlgaro en 1994 en la revista Новата Eва (La Nueva Eva) editada por la Fraternidad Blanca, en Sofía. Hemos destacado algunos consejos importantes (Nota de los editores).

En mi opinión, la mujer es la que salvará el mundo.

La mujer tiene la llave de la vida en sus manos;

a través de la mujer, el gran y poderoso impulso del Amor

puede manifestarse y darnos la vida.

Peter Deunov

La mujer debe conocerse a sí misma

Las mujeres aún no se conocen. Lo primero que se les pide es que se conozcan a sí mismas... ¿Por qué se distingue una mujer de otra? Si comparo dos mujeres, las dos tendrán los mismos deseos: una querrá casarse y la otra también, una querrá preparar comidas deliciosas, tener un bonito apartamento, ir bien vestida, y la otra también. Sus deseos son similares, no hay ninguna diferencia, nada en particular, porque la misma vida existe en todos los hogares. Y ahora, ¿quién impide a las mujeres unirse? Si todas las mujeres se unieran, podrían fácilmente elevar su espíritu, su condición social, y así evolucionar. ¡Sin embargo, por el momento, cada una de ellas quiere ser la primera!

Por todas partes en el mundo, cada uno quisiera estar en primer lugar. Sin embargo, en el cumplimiento de la voluntad divina, solo Dios es el comienzo, el Primero, y por lo tanto, no podemos estar en este primer lugar. El que crea todas las cosas es el Primero.

En los Evangelios, Cristo dice: “Mi Padre amará al que me ama; También yo le mostraré mi amor y me manifestaré a él” (Juan 14:21). Cuando hablo del amor, los tres elementos son necesarios para que vosotros podáis comenzar a amaros.

Sin la mujer, ningún amor puede manifestarse. El Amor es la manifestación de la mujer original. No nos referimos aquí a ningún sentido erótico, sino al significado esencial, esotérico y sagrado del Amor. En mi opinión, la mujer es la que salvará al mundo porque la mujer es poseedora de una llave y, con esta llave, está en posesión del mayor poder del mundo.

Deseo que la mujer de la Nueva Enseñanza encarne este ideal. Me gustaría que cada mujer fuera ordenada, valiente y decidida en la manifestación de sus virtudes. Deseo que las mujeres sean inteligentes, que comprendan rápidamente las cosas y que no vacilen ante los obstáculos. Deseo para la mujer de la nueva cultura que pueda distinguirse en cada cosa y que, en su caminar, tenga movimientos graciosos y vivos. Que allá donde esté, cada uno pueda decir de ella: “¡Qué noble es, tiene corazón!” Así que, si un hombre se encuentra con esta mujer en su camino y tiene el deseo de emborracharse o cometer un crimen, renunciará y abandonará sus malas intenciones...

Una nueva actitud entre el hombre y la mujer

El alma humana se divide en dos principios: masculino y femenino. El principio femenino es aquel que da la vida, los sentimientos, y el principio masculino hace nacer las ideas humanas según el fundamento del mundo divino. Estos principios son las dos ramas de una misma raíz divina.

¡Así que vosotros, los jóvenes, deberíais tratar de ser una manifestación del Amor divino, sin engaño y sin coquetear con nadie! Los sentimientos de vuestro corazón deberían ser nobles. Cuando estáis con una hermana o con una mujer, debéis protegerla como la niña de vuestros ojos.

Pero los jóvenes, ¿me comprendéis? Os pido que cuando os dirigís a ellas, seáis delicados y dulces con vuestras hermanas, incluso en vuestros pensamientos y en vuestros deseos, y así os convertiréis en un ejemplo de benevolencia. Debéis saber que sois los portadores de la inteligencia humana.

Y deseo también que las jóvenes hermanas sean igualmente delicadas y dulces con sus jóvenes hermanos, para que puedan transmitir honor, respeto y todas las nobles aspiraciones de su alma. A menudo me preguntan si es preciso casarse...

En el mundo invisible, ya vivís juntos porque tenéis un alma gemela. Hay en lo Alto unas correspondencias: vivís en pareja, porque el hombre no puede vivir solo. Así Dios creó el mundo aquí en la tierra, donde dos cuerpos viven bajo un mismo techo. En el mundo causal existen dos corazones juntos y, en el mundo mental, existen dos inteligencias en el mismo lugar. En el mundo espiritual viven dos almas en el mismo sitio, y en el mundo divino viven dos espíritus, el uno en el otro. Pero cuando entráis en Dios, entonces solo allí os convertís en Uno.

Así pues, si ahora me preguntáis si deberíais casaros o no, es porque tenéis en mente el cuerpo físico. Este cuerpo provoca la necesidad física de casarse. Un cuerpo se une con otro, y a esto le llamamos matrimonio... Pero la cuestión del matrimonio depende solo de una condición: ¿han decidido estas dos almas casarse y unirse con el fin de realizar así la voluntad de Dios en la tierra? Si esto no ha sido decidido, entonces estas dos almas deben continuar solas sus estudios. La manera exterior de expresar el amor es a través de la luz y el saber, la manera interior es a través del calor y la buena receptividad.

En la vida, la expresión exterior del amor corresponde al verano, cuando la luz exterior es abundante y disponible. Los días son entonces largos y las noches cortas. Con esta luz, la gente estudia y aumenta su conocimiento.

En la vida, la expresión interior del amor corresponde al invierno, cuando todo está cubierto de nieve. Afuera hay tormentas y viento, los días son cortos y las noches son largas. Entonces la gente se queda en sus casas, la calientan, encienden luces y, con este calor y esta luz agradables, empiezan a leer y a contemplar. Se centran en su vida interior porque no hay luz exterior para distraerse. Cuando alguien llega de visita, le invitan a entrar, y empiezan a conversar amablemente.

Nuestros contemporáneos deben estudiar ambos aspectos del amor: el exterior, o aspecto masculino, que está conectado con la luz, y el interior, o aspecto femenino, que está conectado con el calor. De esta manera, entenderán por qué existen contradicciones en la vida.