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- Herausgeber: La Huerta Grande
- Kategorie: Gesellschafts- und Liebesromane
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2022
Este libro incluye el relato ganador del escritor gallego Alfredo Conde, titulado El batallón. Al conceder el I Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán, el jurado señaló: «En su relato El batallón, Alfredo Conde recrea con maestría un episodio histórico poco conocido: los Batallones Literarios que se reclutaron entre estudiantes de la Universidad de Santiago para enfrentarse a las tropas napoleónicas en 1808 y a las tropas Narváez en 1845». El libro incluye, además, los cinco relatos finalistas: De amores y de olores de Elías Rafful (México); Así ha sido siempre de Antonio Iniesta (España); El encargo de Julio César Rodríguez (Perú) y Las angustias de Julia Quitería de Sandro Patrucco (Perú). Llama la atención el abanico iberoamericano de los finalistas. Demuestra el interés por el relato histórico en el conjunto de las naciones iberoamericanas. Valida, además, esa feliz confluencia entre literatura e historia. Se observa cómo los autores echan mano del suceso histórico para dar paso a la ficción, bellamente construida, sin que se pierda esa ilusión de la verdad, que anima la buena literatura.
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ALFREDO CONDE nació en Allariz (España 1945). Es Premio Nacional de Literatura, Premio Nacional de la Crítica y Premio Nadal, entre otras muchas distinciones nacionales y extranjeras.
Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. Es un reputado escritor de novelas históricas como Azul Cobalto (2001), sobre el ilustrado gallego Marqués de Sargadelos, o María de las batallas (2008), recreación novelada de la gesta protagonizada por la heroína coruñesa María Pita.
De amores y de olores
ELÍAS RAFFUL (México)
Así ha sido siempre
ANTONIO INIESTA (España)
El encargo
JULIO CÉSAR RODRÍGUEZ (Perú)
Las angustias de Julia Quitería
SANDRO PATRUCCCCO (Perú)
Este libro incluye el relato ganador del escritor gallego Alfredo Conde, titulado El batallón. Al conceder el I Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán, el jurado señaló: «En su relato El batallón, Alfredo Conde recrea con maestría un episodio histórico poco conocido: los Batallones Literarios que se reclutaron entre estudiantes de la Universidad de Santiago para enfrentarse a las tropas napoleónicas en 1808 y a las tropas Narváez en 1845». El libro incluye, además, los cinco relatos finalistas: De amores y de olores de Elías Rafful; Así ha sido siempre de Antonio Iniesta; El encargo de Julio César Rodríguez y Las angustias de Julia Quitería de Sandro Patrucco. Llama la atención el abanico iberoamericano de los finalistas. Demuestra el interés por el relato histórico en el conjunto de las naciones iberoamericanas. Valida, además, esa feliz confluencia entre literatura e historia. Se observa cómo los autores echan mano del suceso histórico para dar paso a la ficción, bellamente construida, sin que se pierda esa ilusión de la verdad, que anima la buena literatura.
Manuel Pardo de Vera y Díaz
Presidente Real Asociación de Hidalgos de España
El batallón y otros relatos
COLECCIÓNLas Hespérides
ALFREDO CONDE Y VVAA
El batallón y otros relatos
El Premio Emilia Pardo Bazán de Relato Histórico se concede, anualmente, por la Real Asociación de Hidalgos de España y la Cátedra Vargas Llosa. Este Premio, en su primera edición, fue concedido al escritor Alfredo Conde.
© De los textos: Alfredo Conde, Elías Rafful, Antonio Iniesta, Julio César Rodríguez, Sandro Patrucco
Madrid, noviembre 2022
Edita: La Huerta Grande Editorial
Serrano, 6 28001 Madrid
www.lahuertagrande.com
Reservados todos los derechos de esta edición
ISBN: 978-84-18657-27-6
Diseño de cubierta: La Huerta Grande
Producción del ePub: booqlab
El PremioEmilia Pardo Bazán:entre la literatura, la historia y la hidalguía
La Real Asociación de Hidalgos de España ha tenido desde su creación en 1954 un compromiso ineludible con la cultura. Han sido muchos años de dedicación a rescatar el pasado nobiliario, mediante la investigación en archivos, la difusión del conocimiento obtenido y el estímulo a investigadores de la historia no solo de España sino de Iberoamérica.
Con esa premisa cultural, encontramos un magnífico aliado en el camino: la Cátedra Vargas Llosa, institución presidida por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y dirigida por el escritor Raúl Tola. Conjuntamente, al compartir ideales e intereses a favor de la cultura, decidimos crear el Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán.
Tomamos el nombre de Emilia Pardo Bazán tanto por el insigne valor que representa en la literatura española como por su linaje hidalgo. Esta hidalga, la Condesa de Pardo Bazán, poseyó una visión integradora de las diversas ideas sociales, científicas y filosóficas que buscó conciliar con sus principios católicos, su fuerte patriotismo, su enérgico feminismo y su universalidad. Ella mismo dijo en una ocasión: «En España creo ser una de las pocas personas que tienen la cabeza para mirar lo que pasa en el extranjero».
La intensa vida social de la Condesa de Pardo Bazán convirtió los salones de su casa en lugar de encuentro de las principales personalidades de la política, del arte, de la literatura, etc., a muchas de los cuales recibió durante los veranos en el hoy llamado Pazo de Meirás, donde fue su ilustre dueña y señora.
No habríamos, pues, podido escoger mejor nombre que el de ella para este premio literario. Con él, enaltecemos, a la vez, su figura destacadísima en las letras y rendimos homenaje a la hidalguía, razón de ser de la Real Asociación de Hidalgos de España.
Este libro incluye el relato ganador del escritor gallego Alfredo Conde, titulado El batallón. Al conceder el I Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán, el jurado señaló: “En su relato El batallón, Alfredo Conde recrea con maestría un episodio histórico poco conocido: los Batallones Literarios que se reclutaron entre estudiantes de la Universidad de Santiago para enfrentarse a las tropas napoleónicas en 1808 y a las tropas Narváez en 1845. Desde el punto de vista de un estudiante de medicina de tan solo quince años, hijo de un cirujano forense, se narra la peripecia de uno de aquellos dos mil estudiantes compostelanos en el primer caso y trescientos en el segundo, que fueron cruelmente diezmados”. El libro incluye, además, los cuatro relatos finalistas: De amores y de olores, de Elías Rafful, de México; Así ha sido siempre, de Antonio Iniesta, de España; El encargo, de Julio César Rodríguez, del Perú y Las angustias de Julia Quitería, de Sandro Patrucco, también del Perú.
Llama la atención el abanico iberoamericano de los finalistas. Demuestra el interés por el relato histórico en el conjunto de las naciones iberoamericanas. Valida, además, esa feliz confluencia entre literatura e historia. Se observa cómo los autores echan mano del suceso histórico para dar paso a la ficción, bellamente construida, sin que se pierda esa ilusión de la verdad, que anima la buena literatura.
Quiero expresar, finalmente, mis agradecimientos al jurado. Ha realizado una notable labor. Integrado por el escritor Javier Moro, la escritora Carmen Posadas, el catedrático y poeta José María Paz Gago y los escritores Raúl Tola y Mario Jaramillo, cumplió a conciencia la misión de leer los numerosos relatos recibidos y plasmar su sabiduría y conocimiento de la literatura en la difícil labor de seleccionar los mejores trabajos presentados a este I Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán.
Manuel Pardo de Vera y Díaz
Presidente de la
Real Asociación de Hidalgos de España
Un premio al servicio de la cultura histórica
El Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán nació de la feliz confluencia de intereses de la Real Asociación de Hidalgos de España y la Cátedra Vargas Llosa. Dedicadas a la promoción de la cultura y del idioma español, ambas instituciones se embarcaron en la organización de un premio de relato corto que otorgara un especial protagonismo a la historia, resaltando valores como el honor, el patriotismo, la generosidad, la honradez, la templanza, el liderazgo, el valor, la lealtad y la vocación de servicio.
Todavía recuerdo la primera reunión que sostuve en la sede de la Real Asociación de Hidalgos de España con su presidente, Manuel Pardo de Vera, y con el escritor Mario Jaramillo, su fiscal. Habíamos evaluado varias posibilidades de colaboración y, luego de acordar que haríamos el premio, comenzamos a discutir los detalles, desde el nombre hasta la mecánica de la convocatoria y el fallo. Pensaba que todo estaba resuelto cuando, de pronto, con su voz tranquila y sus modales cuidados, don Manuel me miró muy serio y me hizo la pregunta más difícil: ¿cuántos relatos podríamos reunir en esta primera convocatoria? Sorprendido, hice un rápida estimación y dije la primera cifra que me vino a la cabeza: unos 300.
Don Manuel caviló por unos instantes, asintió e hizo votos porque así fuera. Entonces nos pusimos de pie, caminamos hasta la puerta de la Asociación, nos despedimos con un apretón de manos y comenzamos la aventura de esa primera edición, que concluyó el 19 de noviembre de 2021 en A Coruña, cuando entregamos el premio. Ese luminoso día de otoño, durante el espléndido almuerzo en la terraza del Real Club Náutico da Coruña, don Manuel me confesó lo que había pensado unos meses atrás: que mi respuesta había sido una exageración, un esfuerzo por impresionarlo, casi una ingenuidad. A lo sumo, con un poco de suerte, podríamos aspirar a reunir 80 relatos.
Ambos estábamos equivocados. Para nuestra sorpresa, la convocatoria había causado un impacto inmediato y las postulaciones comenzaron a llegar en abundancia. Al final, al Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán se presentaron 704 postulaciones de 24 países, entre ellos 417 de España, 90 de Argentina y 36 de México, que abordaron periodos tan distintos como la Grecia clásica, la conquista de América, la Colonia, las guerras de independencia, la guerra de secesión de los Estados Unidos o la guerra civil española.
¿A qué se debió este éxito rotundo de la primera convocatoria? Creo que a dos razones. En primer lugar, el premio ha llenado un vacío en un género enormemente popular, la literatura histórica, que mantiene una vigencia inapelable, con autores que lo siguen cultivando y una legión de lectores repartida por todo el mundo. En segundo a que, en el año del centenario de su fallecimiento, ha significado un muy merecido homenaje a esa adelantada a su tiempo que fue Emilia Pardo Bazán, escritora torrencial que, con su novela Misterio, también incursionó en el género histórico.
El I Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán fue concedido al escritor gallego Alfredo Conde por el relato El batallón. Ahí, el ganador del Premio Nadal, del Premio Grinzane Cavour y del Premio Nacional de la Crítica —entre otros— narra las peripecias de un médico gallego afrancesado, que recorre el siglo XIX español. Como demuestra este libro, el jurado presidido por el escritor Javier Moro y compuesto por la escritora Carmen Posadas, el catedrático José María Paz Gagó, Mario Jaramillo y yo mismo tuvo un arduo trabajo al momento de las deliberaciones y la decisión final.
Como director de la Cátedra Vargas Llosa siento un especial orgullo por la alianza entablada con la Real Asociación de Hidalgos de España, que ha dado como resultado el Premio de Relato Histórico Emilia Pardo Bazán. Creo que es una relación que ha generado sus primeros frutos tangibles y se prolongará en el tiempo, siempre al servicio de la cultura y la promoción del idioma español.
Raúl Tola
Director de la Cátedra Vargas Llosa
El batallónAlfredo Conde
I
Mi edad debía de ser muy temprana. Nueve o diez años como mucho. Recuerdo con total nitidez a mi padre. Lo veo entrando en la amplia galería que daba a poniente. Vamos, me dijo. Me levanté y salí detrás de él. ¿A dónde vamos?, me atreví a preguntarle. Tengo que hacer unas autopsias, respondió sin mirarme.
Al llegar a las cuadras ya tenía ensillado el caballo. Se subió a él. Luego me aupó a la grupa y echamos a andar, el caballo al paso. No hay prisa. Esperarán lo que haga falta, me comentó en algún momento y creí adivinar que lo había dicho mientras sonreía no sé si con tristeza o con malicia.
Según íbamos llegando al cementerio comenzó a informarme. En ese momento el mar se ofrecía plácido, allá abajo, mientras con toda parsimonia mi padre me comentaba lo sucedido anoche. La temperatura era amena y el aire se estremecía con los cantos de grillos y cigarras. Mi padre acompasó su voz a la del canto coral que hendía el aire de la tarde. Aún no sé cómo lo hizo.
El día anterior se había celebrado la fiesta del Carmen. Al terminar la procesión de los barcos que seguían la estela del que llevaba a bordo la imagen de la Virgen, comenzó la fiesta en el atrio de la iglesia. Pronto empezaron los aturuxos y todo se hizo silencio; al momento se supo que quienes acudían hendiendo el aire eran ellos, los de la parroquia vecina; gente del monte ajena por completo al mar. Gente ruda.
Al oírlos, sabiéndolos llegar, el casado más joven de nuestra parroquia apretó fuertemente la moca; una vara, hecha casi siempre de una raíz de toxo, que tiene una empuñadura, diríase que de forma esférica, suficiente para ser abarcada en la cuenca de una mano; un bastón, quizá un cetro, que se le entrega al casado más joven de la parroquia para que lo custodie y luzca hasta que un nuevo casado venga a relevarlo. La pelea comenzó enseguida. Venían con ganas de ella y con ánimo de devolver la visita que los de nuestra parroquia habían realizado a la suya acompañando a uno de los nuestros que mantenía amores con una de sus mujeres más jóvenes.
