El bohemio - Gustavo M. Salgado - E-Book

El bohemio E-Book

Gustavo M. Salgado

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Beschreibung

La esencia radica en un personaje que he creado (El Bohemio), quien relata anécdotas, reflexiones, historias etc. Si bien el libro no se trata del personaje en sí., en una gran contradicción en lo dicho, si es el quien cuenta sus pensamientos en relatos, utilizándome a mí como su pluma o vocero., quedando el personaje como actor principal y yo como un ser secundario.

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Seitenzahl: 90

Veröffentlichungsjahr: 2018

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Ähnliche


Gustavo M. Salgado

El Bohemio

Editorial Autores de Argentina

Salgado, Gustavo M 

   El bohemio / Gustavo M  Salgado. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores del Mundo, 2018.

   Libro digital, EPUB

   Archivo Digital: descarga y online

   ISBN 978-987-4947-00-0

   1. Relatos. I. Título.

   CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Prólogo

Hoy llevo mi personaje a su máxima expresión. En un esfuerzo por acercarme más a lo surrealista y no alcanzándome las palabras escritas, me he convertido yo mismo en “el Bohemio”, un personaje ilustre de mi mente y dueño de mis pensamientos que ha cobrado vida en mi persona para entregarles este libro a ustedes.

¿Pero quién es el Bohemio?

Bueno, él es una parte de mí, mi costado sensible y creativo. Podríamos decir que este personaje, que no es más que un pedazo de mi mente, es un humilde servidor de rimas y cuentos. Imaginen un vagabundo sin rumbo que viste camisa agujereada y pantalones gastados, zapatos viejos y el rostro pintado de payaso. Él camina por la vida sembrando alegría, y está triste al ver su presente, y melancólico al recordar su pasado. El Bohemio nació en una de las peores etapas de mi vida, con él intenté cerrar las heridas que abrió la vida y no cerró el llanto. Dolía tanto que pensé que nunca sanaría hasta que en ustedes y sus comentarios encontré un refugio, un breve descanso. Hoy soy otra persona, aunque vista igual y siga vagabundeando por la mente de quien me lee y en él genere una sonrisa o una lágrima, producto de la empatía que pueda causar mi relato.

En este libro encontrarán mis más puros pensamientos. En él expongo una variedad de textos cortos en su mayoría, pero muy elocuentes y sinceros. Si bien los he escrito en un pasaje corto de incertidumbre y en un presente poco favorable, creo que son dignos de ser leídos. Este no es otro libro de poemas y poesías, de relatos historias o cuentos, este es un libro de pensamientos, de pensamientos de “el Bohemio”.

Agradecimientos

La publicación de este libro fue posible gracias al apoyo de las siguientes personas:

Mis más de quinientos seguidores de Facebook, quienes con sus comentarios potenciaron mis ganas de escribir y publicar mis textos.

Dr. Gabriel Salgado, por su constante asesoría.

Vilma Bugallo, por dedicarme tan bella poesía y apoyo.

Leandro Salgado: fotografía e imagen.

Maquillaje artístico: Lucecita.

Índice

Prólogo

Agradecimientos

Tríptico

Mi último día

Qué soy

Pobre rico

Incongruencia

Solo por un deseo

Entonando una reflexión

Un segundo

Tiempo

Iguales en el tiempo

El Bohemio

Sonríe payaso triste

Mi rancho

Mi hermano

Flor silvestre

Mujer

El intolerante

Un paso

Ella mira

Cosas de la vida

Hijo de esta tierra

Crecer a tu lado

Diego Armando

Mi camino

Vivo en tu universo

Nuestro destino

Perros de la calle

Qué decirle

Kristina

Ranchito de barro

Te extraño

Hijo de la pluma

Amor y locura

Vida mía

Reflejo de amor

Bicho raro

Melancolía

Bohemio

Por amor

Amor en sincronía

Esclavo de tu ser

Adiós

Horizonte

Hombres

Yo te quiero

Laura

Pasado

Reír con lágrimas

Perspectivas de vida

Una reflexión

Sabio silencio

Inexistente tiempo

Inevitable realidad

¿Una adivinanza?

El Bohemio en pánico

F4 agorafobia

Café de por medio

Balada de Bohemio

Hoja en blanco

El gran arquitecto

Reflejo de una realidad

Forajido

El soñador

Juego de horror

Mi signo es Cáncer

Tríptico

El paisaje de mis días se ve como un cuadro tríptico, donde mi niñez es separada por esa expresiva imagen del medio y mi presente yace en una última imagen casi desmarcada por el paso del tiempo. Descolorida acuarela oculta lo que fue este eterno recuerdo, restos en matices grises violáceos para un presente carente de toda calidez humana. Tres obras en su madurez son las que representan la vida del Bohemio en dos muy distintos recuerdos y una última pieza que complementa la obra de un mal tercio. Carente de toda atención descansa en penumbras, en el solitario espacio del desolado hueco que da lugar a la biblioteca y aquel viejo espejo. El cuarto donde reposo y contemplo mis más grandes ideas, ahora se ve amenazado por esa triste obra de la cual hasta hoy no tenía recuerdo, su inexplicable existencia en un pasaje de incertidumbre y rechazo ahora me deja perplejo. El Bohemio vacío, lleno de dudas, pierde su encanto al ser invadido por sus más grandes miedos. Oh, acuarela de recuerdos diversos, abandona este, mi cuarto, y deja llegar mi talento. Pero nada sucede, resiste con su triste encanto inerte a todo rechazo y es indiferente al Bohemio que observa desde lo lejos. Cuántas veces los recuerdos llegan y se adueñan de nuestros más oscuros y temerosos pensamientos, cuántas veces nos reflejamos en matices identificados en un solo objeto que sirve como conexión hacia nuestro interior revelando nuestro más grande ego.

Mi último día

Sé que estás a mi lado, siempre tan cerca, y que si fuera por mí hasta te sentiría llevarme a donde tu deseas, estás y estarás hasta el final, compromiso, tu ley, mi tristeza. Sé que estás aquí y jamás te alejarás, soy tuyo, tu ser, tu presa. Entiendo la vida, te entiendo a ti, pero no la sorpresa. Es que acaso disfrutas de mi compañía o solo deseas que me olvide de ti y así me sorprendas. Tanto tiempo con tu presencia, que ya no temo al acostarme mientras cierro mis ojos y me entrego a ti y a tu condena. Ya no temo lo inesperado, me alimento de ti y no al contrario, eres débil ya que necesitas de mi presencia. O es acaso que tú tienes miedo de que yo ya no estuviera, será para mi más grande que para ti tu certeza de que yo sepa y sin miedo conviva contigo esperando a que tú, miserable, te animes a invitarme a tu lado en lo lejano de esta tierra. Pienso, tú temes perderme más que yo a ti, ya que para mí no eres más que mi último acto de grandeza. Hoy iré a dormir esperando no despertar para que así desaparezcas.

Qué soy

Qué difícil, cuántas preguntas sin responder en mi vida, porque soy como soy, tal vez soy porque tengo que serlo, sin embargo, sigo preguntándome por qué estoy, y si estoy por qué sigo siendo. ¿Cambiaría en algo saber cuántos años hace que soy o si dejara de serlo? Una pregunta envuelta en nueve esferas, una gira mientras otra cada día al amanecer se aleja, cuántas estrellas se necesitan para reflejar en tantas gotas que caen al mar mi respuesta. Cuántas preguntas sin responder, y si solo miro una montaña al azar sabré cuántos fragmentos de camino componen mi vida, y la mentira de pensar en adivinar se convertirá en verdad o seguirá siendo un acertijo mi vida.

Pobre rico

Vientos huracanados, lluvia de granizo para esta, mi tierra. Grandes mareas inundan mis pensamientos y despojan mi ser revelando injusticia y carencias. Un grito de ayuda en silencio para esos que ignoran este pedido de clemencia, así es la agonía del más bueno, del más pobre, del que vive en estas tierras. Largo camino de piedras incrustado de mentiras y pilares construidos sobre arena, infinita espera de condena, frustración y desesperación pisa la esperanza y quema la evidencia. Soy el triste presente, la enfermedad por mi condición, la vergüenza según el hablador que no entiende mi posición y castiga mi existencia. Para el rico soy una imposición, un retazo de la sociedad, invisible a la responsabilidad, solo una molestia. Pobre ignorante falto de tacto, miserable lleno de odio. Si supiera que prefiero dormir en el lodo que vestir su pellejo, no entendería mi elección, cuestionaría mi libertad y me atacaría con su ego. A veces pienso qué lejos estamos, dos seres humanos enfrentados, cómo hacerle entender que todo lo valioso no es oro, que mire su reflejo en mis ojos y, si no ve amor, pensaré que es una paradoja la vida, él es pobre en su obtuso pensamiento y yo rico en mi simple vida.

Incongruencia

Cuenta el Bohemio en su carta, cómo bajó la montaña y apagó una estrella, que con éxito abrió la ventana y por ella entró la luz que ilumina cada palabra. Solo y sin pluma escribió bajo la lluvia pidiéndole al invierno que sienta el calor de su don y no castigue al pobre que lee descalzo sin perder la esperanza. Sigue en el próximo renglón sin perder su marcha, pidiendo alegría a aquel que sufre en agonía sin saber su causa, es triste escribir el que vivas sin saber por qué tu corazón late sin ganas. Su letra de bondad y esperanza cruza el mar, la llanura y la cordura, para llegar al incoherente que en su incongruencia entiende esta carta. Mira al horizonte y escribe el final de sus letras sabiendo que pocos entenderán estas simples palabras desordenadas.

Solo por un deseo

Es relajante para mí sentarme en una banca cerca de mi hogar y leer un buen libro. Casualmente la plazoleta que está a no más de cuatro manzanas de mi domicilio no hace mucho fue restaurada, cuenta con varios asientos, árboles y una muy conveniente fuente en el centro, ubicada justo donde se unen los caminitos que la atraviesan. Estaba yo leyendo cuando noté la cantidad de gente que arrojaba monedas en la fuente, casi todo aquel que pasaba lo hacía, se detenían un instante y seguían su camino. Yo, que estaba atrapado, peleando con soldados de la Edad Media, pensé en descansar la vista y cerrar mi libro. Fue en ese momento cuando la vi, de figura perfecta y largos cabellos negros, se paró junto a la fuente y se tomó su tiempo antes de arrojar una moneda. De mis bolsillos saqué un céntimo y antes que la joven se alejara le pedí que esperara a que yo arrojara mi petición de un deseo. Ella, con su encantador rostro y sus ojos profundos, me miró fijo y dijo: Ya sé lo que has pedido. Yo, en mi humilde posición, le respondí: Dime, por favor, dime. Seguramente tu deseo fue que me enamorara de ti. No, yo nunca pediría eso, soy un ser noble y por más que se cumplan los deseos de esta fuente, yo jamás aceptaría un amor de mentira obligado desde lo más oscuro de la magia de una simple fuente mágica. Entonces la curiosidad fue tan grande como mis palabras, y la mujer me pregunt