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«... con solo verlo me sentía confundida y mareada. Guiada por un impulso repentino, me quité el vestido por sobre la cabeza y lo arrojé al piso. Mis pantaletas estaban húmedas con sudor y deseo. Las empujé hacia abajo y acabaron amontonadas junto al vestido. El vidrio de la ventana se sentía helado contra mis pechos desnudos, y la tensión aumentaba en el centro de mi cuerpo. Todos mis pensamientos giraban en torno al cuerpo de este joven, sus experimentados movimientos y sus poderosos músculos». Este relato corto se publica en colaboración con la productora fílmica sueca, Erika Lust. Su intención es representar la naturaleza y diversidad humana a través de historias de pasión, intimidad, seducción y amor, en una fusión de historias poderosas con erótica.
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Seitenzahl: 20
Veröffentlichungsjahr: 2019
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Anita Bang
Lust
El chico de la piscina - Literatura erótica
Original title:
Poolboy
This short story is based on the erotic movie "Poolboy" by Erika Lust. The movie can be found on xconfessions.com Copyright © 2018, 2019 Anita Bang and LUST, an imprint of SAGA Egmont, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726213355
1. E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
Era uno de esos veranos que nunca se acaban. Esos veranos en que agosto parece estirarse indefinidamente, en los que apenas puedes recordar lo que se siente usar algo en tus pies, además de sandalias. Un verano en el que solo usaba vestidos muy cortos, y pequeñas gotas de sudor se acumulaban en mi frente y entre mis pechos.
Ese verano me estaba quedando en una casa de campo. Una amiga me había dejado usarla. Estaba completamente sola allí, el vecino más cercano estaba a doscientos metros, pero no me sentía sola. El calor había agotado toda la energía de la zona, y la gente que conocía, cuando iba de compras o a dar un paseo, era tranquila y educada. La tranquilidad del lugar me llegó hasta los huesos, me relajé y traté de concentrarme en el montón de libros que había traído.
Mi trabajo era cuidar de la casa y asegurarme de que el jardín no se llenara de maleza. En general era manejable, aunque también tenía que mantener el agua de la piscina limpia y evitar que los filtros se taparan. Pero la verdad es que no tenía ni idea de cómo manejar una piscina. Después de una semana me di cuenta de que tenía que quitar las hojas caídas y los insectos muertos del agua. Pero lo postergué. Encontrar el equipo adecuado y averiguar cómo funcionaba la bomba era demasiado trabajo.