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"El corazón de San Francisco de Sales" es un viaje apasionante hacia el mundo interior de uno de los santos más queridos y reverenciados de la Iglesia católica, San Francisco de Sales. El autor, el Reverendo George Porter, nos guía con maestría a través de la vida y la espiritualidad de este santo del siglo XVI, conocido por su compasión, sabiduría y gentileza.
En estas páginas, descubrirás la esencia misma de San Francisco de Sales: su corazón amoroso y su devoción inquebrantable. A través de anécdotas inspiradoras y profundas reflexiones, explorarás cómo este santo llegó a encarnar el amor divino en su vida diaria y cómo podemos aplicar sus enseñanzas en nuestro propio camino espiritual.
Este libro te invita a adentrarte en la mente y el corazón de San Francisco de Sales, desentrañando sus pensamientos, sus luchas y, sobre todo, su amor incondicional por Dios y por la humanidad. Una lectura enriquecedora que te inspirará a cultivar tu propia espiritualidad y a seguir los pasos de este gran santo que nos dejó un legado eterno de amor y compasión.
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Veröffentlichungsjahr: 2023
Copyright 2023
Cervantes Digital
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El corazón de San Francisco de Sales
Rev. George Porter, Ed.
APROBACIÓN DE RT. REVERENDO EL OBISPO DE ANNECY
EL PRIMER DÍA. La Conformidad Perfecta de San Francisco con la Voluntad de Dios.
EL SEGUNDO DÍA. Su perfecta abnegación en conformidad con la Voluntad de Dios.
EL TERCER DÍA. La constancia de su amor es demostrada en su conformidad con la Voluntad de Dios.
EL CUARTO DÍA. Su recuerdo de la presencia de Dios.
EL QUINTO DÍA. Su modestia y reverencia en presencia de Dios.
EL SEXTO DÍA. Su Espíritu de Recogimiento.
EL SÉPTIMO DÍA. Su admirable paz interior.
EL OCTAVO DÍA. Su calma imperturbable.
EL NOVENO DÍA. Su espíritu de religión.
EL DÉCIMO DÍA. Su carga dignificada en las ceremonias de la Iglesia.
DÍA DÉCIMO PRIMERO. Su devoción al Santísimo Sacramento.
EL DOCEAVO DÍA. Su devoción al Santo Sacrificio de la Misa.
DÉCIMO TERCER DÍA. Su tierno amor por la Santa Comunión.
EL CATORCEAVO DÍA. Su semejanza con nuestro Señor Jesucristo.
EL QUINCEAVO DÍA. Su humildad.
EL DÉCIMO SEXTO DÍA. Su humilde dulzura.
EL DÉCIMO SÉPTIMO DÍA. Su Dulzura invencible.
EL DÉCIMO OCTAVO DÍA. Su dulzura para con sus enemigos.
EL DÉCIMO NOVENO DÍA. Su caridad para con su vecino.
EL VEINTEAVO DÍA. Su ternura supernatural.
DÍA VEINTIUNO. Su afabilidad.
EL DÍA VEINTIDÓS. Su obediencia.
EL DÍA VEINTITRÉS. Su condescendencia.
EL DÍA VEINTICUATRO. Su prudencia.
EL DÍA VEINTICINCO. Su simplicidad como la de una paloma.
EL DÍA VEINTISÉIS. Su resignación.
EL DÍA VEINTISIETE. Su pobreza.
EL DÍA VEINTIOCHO. Su mortificación.
EL DÍA VEINTINUEVE. Su fortaleza.
EL TREINTAVO DÍA. Su vida interior.
EL DÍA TREINTA Y UNO. Su apariencia.
LETANÍA DE SAN FRANCISCO DE SALES
ORACIONES A SAN FRANCISCO DE SALES
APROBACIÓN DE RT. REVERENDO EL OBISPO DE ANNECY
Nosotros bendecimos la idea que inspiró este pequeño libro, y que consagró cada día del mes a la veneración, pero sobre todo a la especial imitación, de nuestro amado San Francisco de Sales y recomendamos el estudio de las meditaciones aquí recolectadas. Los sentimientos de inspiración divina que adornaron el alma de este Prelado bendito se exponen aquí con palabras felizmente escogidas y con una fuerza de expresión inimitable, y ellos indican claramente la Fuente de la cual se derivan todas las virtudes que animan toda esta vida.
+ C. MARIE Obispo de Annecy
EL PRIMER DÍA. La Conformidad Perfecta de San Francisco con la Voluntad de Dios.
San Francisco de Sales solo deseaba honrar a Dios y el cumplir perfectamente con la Voluntad Divina de Dios. El solía decir que la voluntad de Dios era la ley suprema de su corazón y que, en esta vida, aún cuando debemos ofrecer nuestro esfuerzo y labor como parte de nuestra oración a Dios, la mejor oración que podemos hacer consiste en nuestra sumisión completa a la Voluntad de Dios.
M. Favre, su confesor, nos asegura que él creía firmemente que San Francisco de Sales, en el fondo de su alma, permanecía en constante e íntima comunicación con nuestro Señor y Salvador, y que él tenía un conocimiento particularmente iluminado de los misterios de Dios. Así pues, Francisco nunca se vio perturbado o molesto a raíz de los eventos inesperados, aún cuando estos llegaran uno seguidamente después del otro; él los aceptaba como llegaban de la mano de un Dios amoroso y no los juzgaba desde un punto de vista meramente humano, o incluso de acuerdo a su importancia intrínseca, sino que simplemente los entendía como parte del diseño de la voluntad de Dios. Así pues, Francisco fue constante en la oración; siempre gobernando su corazón de acuerdo con el buen placer de Dios, entregándose, con una confianza como la de un niño, a la Divina Providencia.
La fuente de todas las acciones de Francisco era la Voluntad de Dios. El principal ejercicio espiritual de nuestro Francisco de Sales consistía en hacer todo por Dios y en aceptar todo de la mano de Dios, tal y como le era presentado por la Providencia, y esto significaba que el preservaba su alma en una paz y una unión constante con Dios (Santa Chantal.)
Un Ramillete Espiritual
Consideremos el gran número de beneficios, exteriores e interiores, y también todos los sufrimientos exteriores e interiores que Dios en Su justicia y misericordia ha dispuesto para nosotros. Acojámoslos amorosamente con los brazos abiertos, resignándonos enteramente a su Santísima Voluntad, y en esta inmolación de nosotros mismos cantemos un canto eterno de alabanza, ‘Tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo.’ (Sobre el Amor de Dios, Libro IX., cap. 1)
EL SEGUNDO DÍA. Su perfecta abnegación en conformidad con la Voluntad de Dios.
La perfecta abnegación de su corazón angelical era admirable. Dulce y amargo, trabajo y descanso, vida y muerte, todo era igualmente agradable a sus ojos, y Francisco de Sales nunca sintió la más mínima preferencia por una cosa en lugar de la otra antes de que la Divina Majestad le hubiese revelado Su Voluntad, y cuando eso ocurría él acogía sus decisiones inmediatamente. El hizo esto siempre de forma pacífica, sin lucha o combate en la parte superior de su alma, sin un si o un no, sin siquiera un tal vez, un quizás, o un excepto.
La Sagrada Escritura nos dice que las aguas de Shiloh fluían silenciosamente, esto es, tan calladamente que su marea y su curso eran escasamente perceptibles. De la misma manera, Francisco de Sales practicaba la conformidad con la Divina Voluntad tan calmada y dulcemente que en él nunca se vio ni la más mínima perturbación. Pero bien es cierto que, ¿cómo habría podido haber perturbación alguna en un Corazón como el suyo, cuyos deseos fueron erradicados, perdidos, fundidos, y consumidos en el buen placer de Dios? En ese corazón todo estaba en perfecta paz, porque él no poseía una voluntad propia, sino que dejó que Dios fuese la voluntad en él y para él. (Pere de la Riviere.)
Un Ramillete Espiritual
Si yo no deseo nada más que agua pura, ¿qué me importa si el agua está contenida en un cáliz de oro o en un simple vaso? ¿Qué importa si la santa Voluntad de Dios se manifiesta en mi durante la aflicción o la consolación, cuando en cualquier caso yo solo deseo lo que Dios requiere de mí y para mí? (Del Amor de Dios, Libro. IX., cap. IV.)
EL TERCER DÍA. La constancia de su amor es demostrada en su conformidad con la Voluntad de Dios.
Nunca hubo un Corazón más tierno en su amor por Dios, o más resuelto y constante en la lucha para alcanzar la conformidad con la Voluntad Divina que el de san Francisco. El plantó profundamente en su mente esa verdad que dice que Dios hace todas las cosas por nuestro propio bien. Esta firme convicción le ayudó a mantenerse en estado de paz y ecuanimidad casi indescriptible, y en medio de toda clase de circunstancias. El impresionó a todos los que lo conocieron bajo estas circunstancias; por que verdaderamente se puede decir que los vientos y las mareas de las tribulaciones, y de las adversidades de esta vida, lo azotaron como si azotaran una roca firme a la cual no pudieron mover ni manchar con su espuma.
Francisco de Sales fijó el ojo de su alma firmemente en la Voluntad de Dios y avanzó, se mantuvo firme, se retiró o procedió de acuerdo como nuestro Señor se lo ordenó. Para él no era suficiente simplemente abstenerse de ofender al amor de Dios, él quiso complacerle. No se contentaba solamente con complacer a Dios, él deseaba complacer a Dios extremadamente. El no se satisfacía solamente con no darle razones a Dios para estar insatisfecho, él se esforzó para darle satisfacción a Dios. Pero él no se detuvo solamente en la satisfacción, él deseó darle toda la satisfacción posible, y si él hubiera sabido que había un método particular a través del cual él hubiera podido promover el cumplimiento de la Divina Voluntad, él lo habría adoptado inmediatamente, aún si este le hubiera costado la vida. (Pere de la Riviere.)
Un Ramillete Espiritual
Una vez por semana examínate a ti mismo para darte cuenta de si amas la santa Voluntad de Dios por sobre todo lo demás, no solo en las circunstancias soportables sino también en las que son insoportables. (Cartas.)