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- Herausgeber: tredition
- Kategorie: Erotik
- Serie: El esclavo alemán
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2023
Me llamo Gina Weiß. He estado escribiendo libros eróticos desde hace algún tiempo. Como mi serie de libros "historias de mierda". Pero ahora me gustaría dedicarme a un nuevo proyecto. "El esclavo alemán 3" - es un cuento erótico. Es sobre una mujer joven. Daniela Behr tiene 25 años. Cuando tenía 18 años, conoció a un joven, Emin. Emin vino una vez de Irak. El joven alemán se enamoró rápidamente del apuesto musulmán. Pero poco a poco una sociedad a la altura de los ojos se convirtió en una relación en la que Emin llevaba pantalones y su esposa alemana siguió ciegamente sus órdenes. La tercera parte conecta directamente con la segunda. Emin y Daniela se encuentran en una villa, junto con un selecto círculo de personas de ideas afines. Daniela debe continuar soportando las humillaciones sexuales de los árabes presentes. Esta historia está escrita en forma de ego para permitir una lectura más fluida. Tu Gina
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Seitenzahl: 58
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El esclavo alemán 3
Todos los derechos reservados. El uso no autorizado, como la reproducción, distribución, almacenamiento y transmisión, puede ser perseguido por la ley civil o penal. Todos los derechos reservados por el autor.
Copyright original © 2023, por Gina Weiß.
Impressum
© 2023 Gina Weiß
Druck und Distribution im Auftrag der Autorin:
tredition GmbH, Heinz-Beusen-Stieg 5, 22926 Ahrensburg, Deutschland
Das Werk, einschließlich seiner Teile, ist urheberrechtlich geschützt. Für die Inhalte ist die Autorin verantwortlich. Jede Verwertung ist ohne ihre Zustimmung unzulässig. Die Publikation und Verbreitung erfolgen im Auftrag der Autorin, zu erreichen unter:
tredition GmbH, Abteilung "Impressumservice", Heinz-Beusen-Stieg 5, 22926 Ahrensburg, Deutschland.
Tabla de contenido
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El esclavo alemán 3
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El esclavo alemán 3
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Me llamo Gina Weiß. He estado escribiendo libros eróticos desde hace algún tiempo. Como mi serie de libros "historias de mierda". Pero ahora me gustaría dedicarme a un nuevo proyecto.
"El esclavo alemán 3" - es un cuento erótico. Es sobre una mujer joven. Daniela Behr tiene 25 años. Cuando tenía 18 años, conoció a un joven, Emin. Emin vino una vez de Irak.
El joven alemán se enamoró rápidamente del apuesto musulmán. Pero poco a poco una sociedad a la altura de los ojos se convirtió en una relación en la que Emin llevaba pantalones y su esposa alemana siguió ciegamente sus órdenes.
La tercera parte conecta directamente con la segunda. Emin y Daniela se encuentran en una villa, junto con un selecto círculo de personas de ideas afines. Daniela debe continuar soportando las humillaciones sexuales de los árabes presentes.
Esta historia está escrita en forma de ego para permitir una lectura más fluida.
Tu Gina
El esclavo alemán 3
Mi marido, mi amo y amo, había dejado que otra mujer le chupara la polla delante de mí. Y ahora él también se había ido con ella. ¿No me han humillado lo suficiente aquí durante mi primera demostración real? No, creo que no. Ahora el extraño hombre también tenía su ahora levemente erguida cola delante de mi boca. "Vamos, suéltalo duro, maldito alemán", me dijo con dureza.
Escuché a la esposa con ese hermoso vestido azul queriendo hablar, pero el desconocido le pasó por la boca. "Lo sé. Nada de carne jodida sin certificado sanitario y contrato, pero soplar no es nada". Estaba esperando una reacción, pero no hubo respuesta. Aparentemente, todos los demás aquí fueron intimidados por la voz dominante y no querían entrar en ninguna discusión. Sin embargo, también tenía la sensación de que ella habría tirado de la paja corta. No me importaba. Si ahora realmente creía que yo iba a matarlo, se había cortado el dedo enormemente.
Me agarró el pelo y me tiró por la fuerza. Con firmeza me agarró de la nuca y apretó mi boca contra su lanza. "Vamos, siembras. Suéltame la polla y no te detengas hasta que te haya llenado bien la boca". Apenas podía respirar, me apretó tan fuerte contra su falo.
Yo no quería obedecer, pero cuando me presionó más fuerte contra su polla, no podía respirar y tuve que abrir la boca. Su polla se deslizó hacia adentro. Él mantenía la presión en mi nuca y yo no podía respirar correctamente. Empecé a temblar.
"Espero que sepas lo que tienes que hacer", me gruñó.
No tuve otra opción que aceptarlo. Su cola todavía no estaba realmente rígida y empecé a volarla con movimientos leves de arriba y abajo. Ahora también dejó que su polla se volviera dura y me di cuenta de que estaba hinchado en la boca. Una y otra vez me apretó firmemente la cabeza y con cada movimiento su cola crecía un poco más. Parecía que se estaba poniendo enorme y tenía que meterse en mi garganta en cualquier momento.
Ahora apretó su pelvis contra mí con movimientos salvajes. ¿No quería el gallo árabe dejar de crecer? Mientras tanto él vino con su propina a mi supositorio e inmediatamente sentí una ligera náusea. Empecé a temblar de nuevo, pero esto no le impidió empujar su polla más y más profundo en mi garganta.
"Vamos, cerdo alemán. Chúpalo más fuerte o es todo lo que puedes hacer con mi muñeca aria?
Alá es grande, Alá es poderoso, tiene una cola de tres metros sesenta".
Me hizo enojar, pues me llamó delante de todo el mundo, porque yo era realmente, no un cerdo estúpido. ¿Y de dónde sacó el derecho a insultarme racistamente? Yo era un esclavo decente y él debería sentir eso. Puse más presión en mis labios para que se sienta mejor. Y ahora, sin la más mínima resistencia, le dejé clavarme su ahora enorme polla en la garganta. Pero para sugerir que no estaba de acuerdo con este tratamiento, volví mis ojos hacia un lado mientras soplaba. Intenté dar la impresión de que estaba aburrido y no era asunto mío.
Pero sólo brevemente. Notó mis esfuerzos por parecer indiferente y giró toda mi cabeza en la dirección que estaba mirando. Me cogió la boca ahora de lado, para que todos pudieran ver cuán hermosas mis mejillas se abultaran a través de su enorme polla. Para que todos pudieran verlo, giró mi cabeza de un lado a otro. Más y más profundo y profundo penetró en mí y cada vez más los sentimientos, la vela debajo de mí, las campanillas en mis pezones y su cola en mi boca se fundieron en un único cóctel emocional.
Y exactamente esta mezcla empezó a excitarme con mi horror otra vez. Incluso las campanillas, que no sonaban más fuerte con cada golpe en la boca, pero más y más tormentosas, ya no me molestaban, sino que me animaban a soplar más rápido. Tío, pensé por un segundo. Qué vergonzoso sería si todo el mundo pudiera ver y pensar que yo iba a venir, sólo porque me pusieron una polla en la boca.
