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¿SE PUEDE CONTINUAR NEGANDO LA INCLUSIÓN PLENA EN LA IGLESIA CRISTIANA? ¿CON QUÉ BASE BÍBLICA Y ARGUMENTACIÓN DOGMÁTICA PECARÍAMOS ASÍ? ¿Y SI EN REALIDAD SE TRATA DE VOLVER PARA VER EL EVANGELIO CON OTROS OJOS? Uno de los temas más debatidos del cristianismo moderno se centra en la inclusión de las minorías sexuales y de género en la vida plena de la iglesia. Docenas de académicos han dado un paso adelante, buscando presentar argumentos convincentes para la inclusión LGBTIQ+, basados en la lectura contextual de los seis pasajes bíblicos tradicionales referidos a la homosexualidad. Pero estos argumentos por sí solos no proporcionan un marco integral para la inclusión radical de las personas LGBTIQ+. En El Evangelio de la inclusión, Brandan Robertson, pastor y teólogo, ofrece una apreciación cautivadora de los textos bíblicos, el contexto cultural y los movimientos sociales modernos para sugerir que todo el impulso del Evangelio cristiano llama a la iglesia hacia la deconstrucción de todos los sistemas y estructuras opresivas, y hacia la creación de un mundo que celebre el espectro completo de la diversidad humana como reflejo de la intención creadora de Dios.
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Hablan del Rev. Brandan Robertson y “El Evangelio de la Inclusión”
“Me complace ver a Brandan Robertson abordar el tema de la sexualidad humana utilizando el enfoque de la interpretación bíblica promovido por los abolicionistas; un enfoque que lidia con la trayectoria ética de las Escrituras hacia la inclusión. Este libro es simple, claro y conciso, y llega al meollo del asunto de una manera que ayudará a los líderes de la iglesia y salvará vidas vulnerables”.
“Animo a todos y todas en el ministerio y a quienes buscan mejorar su comprensión de la teología LGBT+ a tomarse el tiempo para leer y reflexionar sobre el mensaje que transmite aquí el pastor Brandan. Un mensaje de amor y comprensión”.
“Brandan presenta un poderoso argumento para la inclusión total de la comunidad LGBT+ en la iglesia cristiana, centrado en la creencia de que Dios está trabajando para brindar una mayor inclusión para absolutamente todos y todas”.
La gran fortaleza de Brandan Robertson es que no es un cristiano progresista, como yo. Sus profundas raíces en la fidelidad cristiana conservadora lo convierten en el mensajero perfecto ‘para articular las buenas noticias para la inclusión y afirmación LGBT+ en la iglesia’. En este libro, reconcilia de manera convincente la fe y la sexualidad no solo para los cristianos y cristianas LGBT+, sino también para toda la comunidad evangélica.
Copyright © 2019 by Brandan J. Robertson
El Evangelio de la Inclusión
Las Buenas Noticias de la Inclusión LGBTIQ+ en la Iglesia Cristiana
de Brandan Robertson, 2021, JUANUNO1 Ediciones.
Título de la obra original en inglés “The Gospel of Inclusion”
This edition licensed by special permission of Wipf and Stock Publishers.
Esta edición tiene licencia con permiso especial de Wipf and Stock Publishers. www.wipfandstock.com
ALL RIGHTS RESERVED. | TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Published in the United States by JUANUNO1 Ediciones,
an imprint of the JuanUno1 Publishing House, LLC.
Publicado en los Estados Unidos por JUANUNO1 Ediciones,
un sello editorial de JuanUno1 Publishing House, LLC.
www.juanuno1.com
JUANUNO1 EDICIONES, logos and its open books colophon, are registered trademarks of JuanUno1 Publishing House, LLC.
JUANUNO1 EDICIONES, los logotipos y las terminaciones de los libros, son marcas registradas de JuanUno1 Publishing House, LLC.
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
Name: Robertson, Brandan, author
El evangelio de la inclusión: las buenas noticias de la inclusión lgbtiq + en la iglesia cristiana / Brandan Robertson.
Published: Miami : JUANUNO1 Ediciones, 2021
Identifiers: LCCN 2020952583
LC record available at https://lccn.loc.gov/2020952583
REL105000 RELIGION / Sexuality & Gender Studies
REL012110 RELIGION / Christian Living / Social Issues
REL006630 RELIGION / Biblical Studies / History & Culture
Paperback ISBN 978-1-63753-002-3
Ebook ISBN 978-1-63753-003-0
Traducción Ian Bilucich
Corrector Tomás Jara
Créditos Portada Equipo de Media y Redes JuanUno1 Publishing House
Concepto diagramación interior & ebook Ma. Gabriela Centurión
Director de Publicaciones Hernán Dalbes
First Edition | Primera Edición
Miami, FL. USA.
Enero 2021
Para cada persona LGBT+ que está luchando por reconciliar su fe y sexualidad: que este libro te ayude a empezar a ver y saber, desde la profundidad de tus huesos, que eres amado y digno de
amor tal y como eres.
Contenido
Introducción.
1. Conocidos por sus frutos.
2. Garroteado.
3. La trayectoria redentora.
4. Hacia la inclusión.
5. Nivelar el terreno.
6. Creando el cambio.
7. Una fe que vale la pena.
Conclusión.
Apéndice 1.
Apéndice 2.
Prefacio
Mucha de la teología y ética más importante que ha sido publicada y diseminada ampliamente en los últimos setenta y cinco años (desde la II Guerra Mundial) ha emergido de los grupos previamente dañados. Todos ellos, de una forma u otra, han reclamado que los cristianos dominantes dejaran de lastimarlos. Los movimientos que empezaron en protestas casi siempre han madurado para ofrecer versiones alternativas de la fe cristiana, lecturas alternativas de las Escrituras cristianas y comprensiones alternativas de la ética cristiana. Se han movido de ser teologías de protesta a teologías constructivas —al menos, esa es una manera de describir la trayectoria.
Hoy conocemos estas teologías constructivas alternativas como la teología de la liberación, la teología negra, la teología indígena, la teología feminista, la teología mujerista, la teología latina, la teología asiática-estadounidense, y así sucesivamente.
La oferta de Brandan Robertson me parece un trabajo de transición entre la teología de protesta LGBTQ y lo que ahora está madurando bajo la etiqueta de “teología queer”. La primera generación de teología de protesta LGBT emergió en el seno del cristianismo católico romano a finales de los sesenta y setenta. Sin embargo, este tipo de literatura (con algunas excepciones) también emergió mucho después en el cristianismo evangélico, a finales del 2000 y principios de 2001. Mucho de este trabajo fue defensivo; esto es, defendía a las personas LGBTQ del daño hecho por los cristianos tradicionalistas y procuraba despojar el repertorio tradicional de los versículos bíblicos más citados para estigmatizarlos y rechazarlos.
Aquí, Brandan hace algo de ese trabajo de defender y despojarse de, pero realmente no es su foco. Eso es bueno, porque tal aproximación les permite a los intérpretes tradicionalistas establecer la agenda, y esto rara vez ha funcionado bien para aquellos que se ven perjudicados por el cristianismo tradicionalista.
Con bastante rapidez, Brandan sale del campo de juego de los adversarios y se dirige a su propio terreno, que es más interesante. Por ejemplo, argumenta que el abordaje de los supuestos tradicionalistas e intérpretes bíblicos inerrantes difícilmente se parece al abordaje de los textos sagrados que adoptaron Jesús o Pablo, y sí se parece mucho más al modo de leer la Escritura de sus adversarios. Él centra su atención en el patriarcado profundo y penetrante del mundo antiguo —por lo tanto, de los antiguos textos bíblicos—, fundamental tanto para entender lo que sucede con estos textos y como razón para rechazar cualquier aplicación literalista de ellos. Ofrece una interpretación más creativa de la emasculación del Jesús traspasado de múltiples formas en la cruz. Y ofrece un enfoque de los rasgos distintivos del reino inclusivo de Dios y del movimiento de su Espíritu, tanto en el Nuevo Testamento como entre los cristianos LGBTQ en la actualidad.
De esta manera, el trabajo de Brandan contribuye a la teología queer constructiva de la próxima generación; es decir, la que surge de la experiencia LGBTQ, que pasa de la protesta a representaciones alternativas maduras de la teología y ética cristianas. Esta teología ahora está tomando su lugar dentro del abanico de otras similares. No es ninguna coincidencia, por ejemplo, que la mayoría de las teologías emergentes de las márgenes del cristianismo blanco, heterosexual, masculino y colonial desafíen (selectivamente) el literalismo bíblico y midan los frutos de los cristianismos dominantes por su impacto en individuos y grupos marginados. Cada una de estas teologías enfatiza el significado de la ubicación social de los intérpretes del cristianismo, atiende a las dinámicas de poder en la comunidad cristiana y enfatiza que el texto bíblico siempre es interpretado por seres humanos, que nunca son infalibles. Y a fin de cuentas, todas estas teologías movilizan hacia un entendimiento del Evangelio cristiano que enfatiza el amor de Dios e intentan liberar a los oprimidos y crear un mejor mundo a través de Jesucristo. Algo que se asemeja mucho al Jesús que encontramos en los relatos de los evangelios, incluso si no se parece tanto a las teologías de, digamos, Lutero y Calvino.
Lo que estamos viendo en esta teología de la siguiente generación escrita por personas queer, es un grupo más de personas históricamente marginadas y profundamente dañadas que reclaman a Jesús para sí mismas, incluso, si es necesario, contra los dictados del cristianismo tradicionalista.
Uno no tiene que coincidir con cada movimiento de interpretación teológica o ética de este libro para gozar de su mensaje general —una vez más, que el amor, la justicia y la misericordia sublimes de Jesús están demostrando ser de mayor alcance de lo que algunos de sus defensores más fervientes están dispuestos a aceptar. Lo que significa que millones de personas a las que se les ha enseñado a temer a Jesús como su enemigo, van a ser capaces de darle la bienvenida a su mejor amigo; de hecho, a su Salvador y Señor, su Roca y su Redentor.
Y esa sí que es una buena noticia.
Reconocimientos
Al equipo de publicaciones de Wipf and Stock por comprometerse a publicar un amplio espectro de perspectivas en temas como estos, y especialmente a mi editor Robin Parry, cuyas percepciones teológicas no solo en este proyecto sino también en sus propios escritos han dado forma a mi fe de manera profunda. Gracias.
A nuestro Creador de gracia que ha confeccionado la vasta matriz de la humanidad a su propia imagen y semejanza, y que continúa llamándonos a una comprensión más profunda de quiénes somos tú y yo. Te honro y glorifico en estas páginas.
Introducción.
Esto ha resultado en dos respuestas predominantes desde dentro de las denominaciones cristianas. O bien algunas denominaciones han clavado sus talones en la tierra y declararon que no están abiertas a reconsiderar sus creencias en este asunto, sugiriendo que ha sido agotado por las enseñanzas de la Escritura y la tradición de la iglesia; o bien han adoptado ampliamente lo que despectivamente ha sido llamado el abordaje “revisionista”3 a las enseñanzas bíblicas sobre la homosexualidad, buscando reinterpretar el significado de los pasajes que se refieren a las relaciones entre personas del mismo sexo, sugiriendo que o no se aplican a los cristianos en la era del nuevo pacto o que hemos entendido mal el significado original del idioma y contexto griego y hebreo.
Mientras que ambos abordajes tienen legitimidad en el discurso teológico sobre la inclusión LGBT+, también han fallado en buena medida para convencer a alguien de cambiar su perspectiva. El abordaje conservador (o “tradicionalista”) funciona para evangélicos y otros cristianos conservadores que sostienen la doctrina de la inerrancia de la Escritura, y allí pone fin a la conversación.4 La aproximación revisionista funciona para aquellos que buscan continuar trabajando dentro de los límites puestos por los argumentos tradicionalistas, centrados en los seis textos bíblicos referidos a la homosexualidad,5 e intenta dirimir la conversación con la afirmación de que hemos entendido mal lo que estaba sucediendo en la mente y el contexto del autor bíblico, o que los textos bíblicos ofrecen poca perspectiva sobre la comprensión moderna de la sexualidad y la identidad de género.6
Cuando mantenemos enraizado en nuestro debate LGBT+ la interpretación personal que tenemos de los seis versículos relacionados con la homosexualidad, el árbol nos impide ver el bosque. Hay poco movimiento en ambos lados del debate porque estamos muy enfocados en cuál es la interpretación más histórica y teológicamente correcta de estos versículos, la cual es una pregunta que nunca puede llevar a una respuesta firme y conclusiva, pues nadie puede acceder a la mente de los autores bíblicos. En vez de centrarnos en estos versículos como el punto principal de nuestra discusión, creo que debemos dar un paso atrás y observar la metanarrativa de la escritura y la teología cristiana, y preguntarnos si el panorama más amplio de la enseñanza cristiana tiene algo para decirnos sobre la inclusión de minorías sexuales y de género en la vida de la iglesia. Esta aproximación ha sido abrazada por muchos movimientos teológicos a través de la historia del cristianismo, y ha propiciado el nacimiento de la teología de la liberación, la teología feminista, la ecoteología y, en años recientes, se ha reconvertido y vuelto a aplicar al contexto queer.
Como una persona LGBT+ que ha crecido y sido entrenada en contextos evangélicos conservadores, he pasado la última década de mi vida luchando por reconciliar mi fe con mi identidad sexual. Me he sometido a programas de terapia de conversión, he consultado con teólogos líderes en estos asuntos y he viajado por el mundo buscando respuestas a preguntas teológicas de si se puede adoptar o no un posicionamiento para la afirmación e inclusión total de minorías sexuales y de género al cristianismo y en la sociedad. Conforme mi viaje se fue desenrollando, me he convencido de que la trayectoria ética de la Biblia debería guiar a los cristianos hacia la posición de una inclusión y aceptación más grande de aquellos que previamente han sido considerados “impuros”, y que el imperativo de Jesús en el Nuevo Testamento es escuchar y depender de la revelación continua del Espíritu Santo para guiar nuestra fe y práctica. También me he vuelto cada vez más consciente del gran daño psicológico y espiritual que produce la teología no inclusiva en las vidas de los individuos LGBT+ que se encuentran en contextos religiosas conservadores, y creo que el “fruto” que se manifiesta de la no inclusión es la imputación contra su validez como una buena teología y práctica.
Si bien mi propia fe y paradigma teológico se ha sometido a grandes cantidades de evolución y reformas en la última década, todavía siento un llamado especial a moverme dentro del paradigma teológico del cristianismo evangélico para realizar una argumentación bíblica y teológica de cómo el trabajo moderno del Espíritu Santo expande los límites del “reino de Dios” para incluir del todo a las minorías sexuales y de género. En este libro, exploraré los efectos de la teología y práctica no inclusiva y la trayectoria redentora de la Escritura hacia una mayor inclusión. Luego de explorar el contexto de los denominados “versículos garrote”, subrayando una muestra de textos bíblicos que demuestran la necesidad de una reforma dirigida por el Espíritu hacia la inclusión, concluiré con evidencia sociológica moderna que sugiere que el Espíritu Santo está, de hecho, provocando un avivamiento entre las minorías sexuales y de género en las comunidades cristianas de todo el mundo.
Desde el comienzo, quiero postular que este libro no busca proveer de una teología exhaustiva de la sexualidad y el género desde una perspectiva cristiana progresista, sino brindar un punto de entrada para aquellos que buscan entender cómo la Biblia y la tradición cristiana proveen un camino para la inclusión y recepción de las personas LGBT+. Mi intención es que este libro sirva como complemento de mi libro previamente publicado, Our Witness: The Unheard Stories of LGBT+ Christians [Nuestros testigos: Las historias no escuchadas de los cristianos LGBT+]. Ese volumen incluye unos muestreos de argumentos contenidos en este libro pero no era el proyecto apropiado para que diera cuerpo a aquellos postulados en profundidad. Mi meta en este libro es revisar algunos de los argumentos que toqué en Our Witness, y luego crear una guía teológicamente robusta y aun así accesible para los cristianos LGBT+ y nuestros aliados, para articular una argumentación teológica cristiana tendiente a la inclusión y afirmación LGBT+ en la iglesia. Es mi oración que todo aquel que acceda a este material sea provocado y alentado a cavar más hondo en la vasta tradición cristiana de la inclusión y sea fortalecido en la lucha contra las teologías no inclusivas que por mucho han clamado ser la única posición legítima cristiana sobre la inclusión LGBT+. Nuestras tradiciones nos dieron un terreno sólido donde pararnos en nuestra lucha por darles un lugar en la mesa de la gracia a los cristianos LGBT+, y debemos pararnos con confianza y convicciones al proclamar el evangelio radicalmente inclusivo de Jesucristo en nuestros días y época.
1
Conocidos por sus frutos.
En 2012, el European Symposium of Suicide and Suicidal Behavior [Simposio Europeo del Suicidio y Comportamientos Suicidas] publicó una encuesta innovadora que sugería que las tasas de suicidio entre los jóvenes LGBT+ eran significativamente más altas si crecían en un contexto religioso.6 De manera similar, docenas de estudios entre 2001 y 2015 encuentran puntos de encuentro entre la afiliación religiosa y las tasas más altas de depresión y suicidio en los adultos LGBT+. Un estudio publicado en 2014 por Jeremy Gibbs concluyó:
Un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine encontró que las afiliaciones religiosas incrementaban significativamente el riesgo de suicidio entre la juventud LGBT+, mientras que, en general, reducían el riesgo de suicidio entre la juventud heterosexual. Carol Kuruvilla, una reportera del Huffington Post, resumió los hallazgos del estudio, diciendo:
Hasta Christopher Yuan, académico, cristiano y gay, no solidario para con las identidades LGBT+, dio a conocer los resultados de un estudio que realizó con estudiantes que se identifican como LGBT+ en universidades cristianas, en el cual encontró que los estudiantes que asistían a escuelas cristianas no afirmantes9 “la soledad que sentían por ser cristianos y cristianas LGB [o con atracción por su mismo sexo], era comparable a la de los marginados sociales”.10
Cada año, salen nuevos estudios que sugieren que las enseñanzas religiosas no inclusivas resultan en mayores tasas de depresión y pensamientos suicidas entre jóvenes y adultos LGBT+ por igual. Estos hechos deben ser acatados por aquellos cristianos en el liderazgo y llevarlos a una profunda reflexión sobre cómo sus enseñanzas y sus prácticas son cómplices en estas tendencias preocupantes.
Mientras muchos exponentes religiosos conservadores tienen una resistencia muy fuerte contra cualquier sugerencia de que su teología tiene algún efecto real en la salud mental y en las tasas de suicidios LGBT+ —y de hecho, suelen usar estas estadísticas para sugerir que no son sus enseñanzas sino más bien el “estilo de vida gay” el que contribuye a las enfermedades mentales de las personas LGBT+—,11 estos números y las experiencias de las personas LGBT+ no pueden ser negados o ignorados. Las enseñanzas religiosas que perpetúan la idea de que las minorías sexuales y de género son, de alguna manera, mentalmente trastornadas, defectuosas o pecaminosas debido a esta parte de su identidad tienen efectos directos en la salud mental de tales personas. Del mismo modo, cuando los congregantes heterosexuales digieren estas enseñanzas y las implementan en la práctica al momento de relacionarse con personas LGBT+, a menudo resulta en rechazo duro y condenación. Si la persona LGBT+ es joven, puede que sea forzada a terapias de conversión, una práctica pseudopsicológica que ha sido condenada como peligrosa para la salud y bienestar de las personas LGBT+12por cada asociación psicológica de renombre13 en los Estados Unidos. Si un joven escoge abrazar su sexualidad o identidad de género, es probable que sea echado de su hogar, incrementando las tasas de jóvenes LGBT+ en la calle, los cuales actualmente representan entre el 20 y 40 por ciento de jóvenes sin hogar.14
Mientras uno examina la evidencia más de cerca, el fruto de la enseñanza y la práctica religiosa no inclusiva es innegablemente clara —engendra muerte, rechazo, daño psicológico severo y daño espiritual en minorías sexuales y de género. Entonces, de estos malos frutos se deduce que estas enseñanzas deberían ser “arrojadas al fuego”15 y los practicantes religiosos de todo tipo deben volver a sus textos sagrados y tradiciones para reevaluar los mensajes que están predicando, buscando escuchar atentamente la voz del Espíritu en busca de un mensaje que sea verdaderamente una buena noticia y que dé vida a todas las personas.
2
Garroteado.
Digo esto principalmente porque la noción de orientación sexual ni siquiera se entendió hasta el siglo XVI, y por ende, los escritores de la Biblia no habrían entendido o pensado en términos de las categorías de “heterosexualidad” y “homosexualidad”. De todos modos, la Escritura hace algunas referencias a experiencias sexuales entre personas del mismo sexo, y es desde estos pasajes limitados que la iglesia ha construido una teología antiafirmante.
En toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay 23.145 versículos. De esos, solo cinco dicenalgosobre las relaciones entre personas del mismo sexo. Estos son:
• 1 Timoteo 1:9-10
En mi propia búsqueda de reconciliar mi fe cristiana y mi sexualidad queer, debo admitir que los argumentos hermenéuticos hechos sobre estos cinco versículos no fueron lo que me convencieron de que no había contradicción entre mi fe y mi sexualidad. Como verán, hay muy buenas razones para creer que estos textos, cuando se entienden en su contexto bíblico y cultural, no aplican en absoluto a la conversación moderna sobre la inclusión LGBT+ en la iglesia. Por otro lado, no tengo problema en admitir que, para algunos de estos textos, particularmente los pasajes de Levítico, su interpretación en el mundo antiguo hubiera sido una condenación llana a todas las formas de expresión queer. Estoy de acuerdo con la evaluación del académico William Loaders de que “la Biblia condena rotundamente la homosexualidad y la actividad homosexual. De esto no hay sombra de duda. Sus escritores deploraron los actos homosexuales como una perversión deliberada de la naturaleza humana, una burla de la intención de Dios en la creación”.1