El Evangelio de la inclusión - Brandan Robertson - E-Book

El Evangelio de la inclusión E-Book

Brandan Robertson

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Beschreibung

¿SE PUEDE CONTINUAR NEGANDO LA INCLUSIÓN PLENA EN LA IGLESIA CRISTIANA? ¿CON QUÉ BASE BÍBLICA Y ARGUMENTACIÓN DOGMÁTICA PECARÍAMOS ASÍ? ¿Y SI EN REALIDAD SE TRATA DE VOLVER PARA VER EL EVANGELIO CON OTROS OJOS? Uno de los temas más debatidos del cristianismo moderno se centra en la inclusión de las minorías sexuales y de género en la vida plena de la iglesia. Docenas de académicos han dado un paso adelante, buscando presentar argumentos convincentes para la inclusión LGBTIQ+, basados en la lectura contextual de los seis pasajes bíblicos tradicionales referidos a la homosexualidad. Pero estos argumentos por sí solos no proporcionan un marco integral para la inclusión radical de las personas LGBTIQ+. En El Evangelio de la inclusión, Brandan Robertson, pastor y teólogo, ofrece una apreciación cautivadora de los textos bíblicos, el contexto cultural y los movimientos sociales modernos para sugerir que todo el impulso del Evangelio cristiano llama a la iglesia hacia la deconstrucción de todos los sistemas y estructuras opresivas, y hacia la creación de un mundo que celebre el espectro completo de la diversidad humana como reflejo de la intención creadora de Dios.

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Hablan del Rev. Brandan Robertson y “El Evangelio de la Inclusión”

“Brandan Robertson es una de las voces más poderosas de su generación, Este libro es un tour de force de su pensamiento teológico y de su percepción. A la vez, es sucinto y poderoso... una reflexión madura que llama a los lectores y lectoras a decidir dónde se encuentra en su propia vida y dar testimonio de ello”.

—Floyd Thompkins, seminario teológico de San Francisco

“Me complace ver a Brandan Robertson abordar el tema de la sexualidad humana utilizando el enfoque de la interpretación bíblica promovido por los abolicionistas; un enfoque que lidia con la trayectoria ética de las Escrituras hacia la inclusión. Este libro es simple, claro y conciso, y llega al meollo del asunto de una manera que ayudará a los líderes de la iglesia y salvará vidas vulnerables”.

—Brian D. McLaren, autor, activista y orador

“Animo a todos y todas en el ministerio y a quienes buscan mejorar su comprensión de la teología LGBT+ a tomarse el tiempo para leer y reflexionar sobre el mensaje que transmite aquí el pastor Brandan. Un mensaje de amor y comprensión”.

—Aaron Bianco, Universidad de San Diego

“Brandan presenta un poderoso argumento para la inclusión total de la comunidad LGBT+ en la iglesia cristiana, centrado en la creencia de que Dios está trabajando para brindar una mayor inclusión para absolutamente todos y todas”.

—Rich McCullen, líder visionario enMissiongathering Movement

La gran fortaleza de Brandan Robertson es que no es un cristiano progresista, como yo. Sus profundas raíces en la fidelidad cristiana conservadora lo convierten en el mensajero perfecto ‘para articular las buenas noticias para la inclusión y afirmación LGBT+ en la iglesia’. En este libro, reconcilia de manera convincente la fe y la sexualidad no solo para los cristianos y cristianas LGBT+, sino también para toda la comunidad evangélica.

—Janet Edwards, Iglesia Presbiteriana (EE. UU.), ex co-moderadora deMore Light Presbyterians

Copyright © 2019 by Brandan J. Robertson

El Evangelio de la Inclusión

Las Buenas Noticias de la Inclusión LGBTIQ+ en la Iglesia Cristiana

de Brandan Robertson, 2021, JUANUNO1 Ediciones.

Título de la obra original en inglés “The Gospel of Inclusion”

This edition licensed by special permission of Wipf and Stock Publishers.

Esta edición tiene licencia con permiso especial de Wipf and Stock Publishers. www.wipfandstock.com

ALL RIGHTS RESERVED. | TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

Published in the United States by JUANUNO1 Ediciones,

an imprint of the JuanUno1 Publishing House, LLC.

Publicado en los Estados Unidos por JUANUNO1 Ediciones,

un sello editorial de JuanUno1 Publishing House, LLC.

www.juanuno1.com

JUANUNO1 EDICIONES, logos and its open books colophon, are registered trademarks of JuanUno1 Publishing House, LLC.

JUANUNO1 EDICIONES, los logotipos y las terminaciones de los libros, son marcas registradas de JuanUno1 Publishing House, LLC.

Library of Congress Cataloging-in-Publication Data

Name: Robertson, Brandan, author

El evangelio de la inclusión: las buenas noticias de la inclusión lgbtiq + en la iglesia cristiana / Brandan Robertson.

Published: Miami : JUANUNO1 Ediciones, 2021

Identifiers: LCCN 2020952583

LC record available at https://lccn.loc.gov/2020952583

REL105000 RELIGION / Sexuality & Gender Studies

REL012110 RELIGION / Christian Living / Social Issues

REL006630 RELIGION / Biblical Studies / History & Culture

Paperback ISBN 978-1-63753-002-3

Ebook ISBN 978-1-63753-003-0

Traducción Ian Bilucich

Corrector Tomás Jara

Créditos Portada Equipo de Media y Redes JuanUno1 Publishing House

Concepto diagramación interior & ebook Ma. Gabriela Centurión

Director de Publicaciones Hernán Dalbes

First Edition | Primera Edición

Miami, FL. USA.

Enero 2021

Para cada persona LGBT+ que está luchando por reconciliar su fe y sexualidad: que este libro te ayude a empezar a ver y saber, desde la profundidad de tus huesos, que eres amado y digno de

amor tal y como eres.

Contenido

Cover

Portada

Hablan del Rev. Brandan Robertson y “El Evangelio de la Inclusión”

Portada

Legales

Dedicatoria

Prefacio

Reconocimientos

Introducción.

Cambiando nuestro enfoque

1. Conocidos por sus frutos.

El daño de la teología no inclusiva

2. Garroteado.

Reexaminando los textos bíblicos sobre la homosexualidad

3. La trayectoria redentora.

Poniéndole atención al llamado del Espíritu a la inclusión

4. Hacia la inclusión.

Explorando una interpretación inclusiva

5. Nivelar el terreno.

Deconstruyendo el patriarcado

6. Creando el cambio.

El rol de la teología y el poder de la relación

7. Una fe que vale la pena.

Aplicando el Evangelio de la inclusión

Conclusión.

Que comience la Revolución

Apéndice 1.

Respuestas a preguntas y objeciones comunes

Apéndice 2.

Escritos selectos sobre inclusión

Bibliografía

Prefacio

Durante siglos, la Biblia cristiana ha sido interpretada por los grupos cristianos dominantes de modos que dañan a las personas, tanto dentro como fuera de la iglesia. En esos grupos dañados se incluyen judíos, musulmanes, personas indígenas, esclavos africanos, personas colonizadas, personas afrodescendientes, mujeres, aquellos a los que se los consideraba herejes o heterodoxos en sus creencias, y minorías sexuales y de género (esto incluye hoy a los llamados lesbianas, gay, bisexuales, transgénero, intersexo, y queer).

Mucha de la teología y ética más importante que ha sido publicada y diseminada ampliamente en los últimos setenta y cinco años (desde la II Guerra Mundial) ha emergido de los grupos previamente dañados. Todos ellos, de una forma u otra, han reclamado que los cristianos dominantes dejaran de lastimarlos. Los movimientos que empezaron en protestas casi siempre han madurado para ofrecer versiones alternativas de la fe cristiana, lecturas alternativas de las Escrituras cristianas y comprensiones alternativas de la ética cristiana. Se han movido de ser teologías de protesta a teologías constructivas —al menos, esa es una manera de describir la trayectoria.

Hoy conocemos estas teologías constructivas alternativas como la teología de la liberación, la teología negra, la teología indígena, la teología feminista, la teología mujerista, la teología latina, la teología asiática-estadounidense, y así sucesivamente.

La oferta de Brandan Robertson me parece un trabajo de transición entre la teología de protesta LGBTQ y lo que ahora está madurando bajo la etiqueta de “teología queer”. La primera generación de teología de protesta LGBT emergió en el seno del cristianismo católico romano a finales de los sesenta y setenta. Sin embargo, este tipo de literatura (con algunas excepciones) también emergió mucho después en el cristianismo evangélico, a finales del 2000 y principios de 2001. Mucho de este trabajo fue defensivo; esto es, defendía a las personas LGBTQ del daño hecho por los cristianos tradicionalistas y procuraba despojar el repertorio tradicional de los versículos bíblicos más citados para estigmatizarlos y rechazarlos.

Aquí, Brandan hace algo de ese trabajo de defender y despojarse de, pero realmente no es su foco. Eso es bueno, porque tal aproximación les permite a los intérpretes tradicionalistas establecer la agenda, y esto rara vez ha funcionado bien para aquellos que se ven perjudicados por el cristianismo tradicionalista.

Con bastante rapidez, Brandan sale del campo de juego de los adversarios y se dirige a su propio terreno, que es más interesante. Por ejemplo, argumenta que el abordaje de los supuestos tradicionalistas e intérpretes bíblicos inerrantes difícilmente se parece al abordaje de los textos sagrados que adoptaron Jesús o Pablo, y sí se parece mucho más al modo de leer la Escritura de sus adversarios. Él centra su atención en el patriarcado profundo y penetrante del mundo antiguo —por lo tanto, de los antiguos textos bíblicos—, fundamental tanto para entender lo que sucede con estos textos y como razón para rechazar cualquier aplicación literalista de ellos. Ofrece una interpretación más creativa de la emasculación del Jesús traspasado de múltiples formas en la cruz. Y ofrece un enfoque de los rasgos distintivos del reino inclusivo de Dios y del movimiento de su Espíritu, tanto en el Nuevo Testamento como entre los cristianos LGBTQ en la actualidad.

De esta manera, el trabajo de Brandan contribuye a la teología queer constructiva de la próxima generación; es decir, la que surge de la experiencia LGBTQ, que pasa de la protesta a representaciones alternativas maduras de la teología y ética cristianas. Esta teología ahora está tomando su lugar dentro del abanico de otras similares. No es ninguna coincidencia, por ejemplo, que la mayoría de las teologías emergentes de las márgenes del cristianismo blanco, heterosexual, masculino y colonial desafíen (selectivamente) el literalismo bíblico y midan los frutos de los cristianismos dominantes por su impacto en individuos y grupos marginados. Cada una de estas teologías enfatiza el significado de la ubicación social de los intérpretes del cristianismo, atiende a las dinámicas de poder en la comunidad cristiana y enfatiza que el texto bíblico siempre es interpretado por seres humanos, que nunca son infalibles. Y a fin de cuentas, todas estas teologías movilizan hacia un entendimiento del Evangelio cristiano que enfatiza el amor de Dios e intentan liberar a los oprimidos y crear un mejor mundo a través de Jesucristo. Algo que se asemeja mucho al Jesús que encontramos en los relatos de los evangelios, incluso si no se parece tanto a las teologías de, digamos, Lutero y Calvino.

Lo que estamos viendo en esta teología de la siguiente generación escrita por personas queer, es un grupo más de personas históricamente marginadas y profundamente dañadas que reclaman a Jesús para sí mismas, incluso, si es necesario, contra los dictados del cristianismo tradicionalista.

Uno no tiene que coincidir con cada movimiento de interpretación teológica o ética de este libro para gozar de su mensaje general —una vez más, que el amor, la justicia y la misericordia sublimes de Jesús están demostrando ser de mayor alcance de lo que algunos de sus defensores más fervientes están dispuestos a aceptar. Lo que significa que millones de personas a las que se les ha enseñado a temer a Jesús como su enemigo, van a ser capaces de darle la bienvenida a su mejor amigo; de hecho, a su Salvador y Señor, su Roca y su Redentor.

Y esa sí que es una buena noticia.

David P. Gushee

Profesor distinguido de ética cristiana en Mercer University y expresidente Inmediato de la Academia Estadounidense de Religión

Reconocimientos

Este libro es producto de ocho años de investigación y estudio en profundidad de los textos bíblicos y la cultura grecorromana. En esos ocho años, tanto académicos como teólogos brillantes se han tomado un tiempo para ayudarme a desarrollar mi entendimiento de toda la información disponible en estos tópicos. Quisiera agradecer a la Dra. Jenny Barry, al Dr. Leonard Martini, al Dr. J. R. Daniel Kirk, al Dr. Tom Wright, al Dr. Miguel De La Torre, al Dr. David Gushee, a la Dra. Kathrine Turpin y a Matthew Vines por las conversaciones, debates y dirección que me proveyeron mientras hallaba mi camino a las conclusiones presentadas en estas páginas. Su trabajo pionero y osado sobre estos temas ha ayudado a multitudes a encontrar su lugar en la mesa de la gracia. Gracias.

Al equipo de publicaciones de Wipf and Stock por comprometerse a publicar un amplio espectro de perspectivas en temas como estos, y especialmente a mi editor Robin Parry, cuyas percepciones teológicas no solo en este proyecto sino también en sus propios escritos han dado forma a mi fe de manera profunda. Gracias.

A nuestro Creador de gracia que ha confeccionado la vasta matriz de la humanidad a su propia imagen y semejanza, y que continúa llamándonos a una comprensión más profunda de quiénes somos tú y yo. Te honro y glorifico en estas páginas.

Introducción.

Cambiando nuestro enfoque

No hay tema que haya dividido más al cristianismo de occidente en la última década que el tema de la inclusión plena de las minorías sexuales y de género (también conocidas como la comunidad LGBT+)1 a la vida eclesial de las denominaciones cristianas de todo el mundo. Si bien el movimiento de derechos LGBT+ ganó un tremendo impulso durante la década de 1960 culminando, en muchos sentidos, el 26 de junio de 2015 con la legalización nacional del matrimonio entre personas del mismo sexo por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos, gran parte del cristianismo ha tenido problemas en mantenerse al día con los rápidos cambios culturales, sociales y legales, poco seguros de cómo reconciliar sus creencias doctrinales con los datos psicológicos modernos y la aceptación social generalizada del espectro de sexualidades queer2 e identidades de género.

Esto ha resultado en dos respuestas predominantes desde dentro de las denominaciones cristianas. O bien algunas denominaciones han clavado sus talones en la tierra y declararon que no están abiertas a reconsiderar sus creencias en este asunto, sugiriendo que ha sido agotado por las enseñanzas de la Escritura y la tradición de la iglesia; o bien han adoptado ampliamente lo que despectivamente ha sido llamado el abordaje “revisionista”3 a las enseñanzas bíblicas sobre la homosexualidad, buscando reinterpretar el significado de los pasajes que se refieren a las relaciones entre personas del mismo sexo, sugiriendo que o no se aplican a los cristianos en la era del nuevo pacto o que hemos entendido mal el significado original del idioma y contexto griego y hebreo.

Mientras que ambos abordajes tienen legitimidad en el discurso teológico sobre la inclusión LGBT+, también han fallado en buena medida para convencer a alguien de cambiar su perspectiva. El abordaje conservador (o “tradicionalista”) funciona para evangélicos y otros cristianos conservadores que sostienen la doctrina de la inerrancia de la Escritura, y allí pone fin a la conversación.4 La aproximación revisionista funciona para aquellos que buscan continuar trabajando dentro de los límites puestos por los argumentos tradicionalistas, centrados en los seis textos bíblicos referidos a la homosexualidad,5 e intenta dirimir la conversación con la afirmación de que hemos entendido mal lo que estaba sucediendo en la mente y el contexto del autor bíblico, o que los textos bíblicos ofrecen poca perspectiva sobre la comprensión moderna de la sexualidad y la identidad de género.6

Cuando mantenemos enraizado en nuestro debate LGBT+ la interpretación personal que tenemos de los seis versículos relacionados con la homosexualidad, el árbol nos impide ver el bosque. Hay poco movimiento en ambos lados del debate porque estamos muy enfocados en cuál es la interpretación más histórica y teológicamente correcta de estos versículos, la cual es una pregunta que nunca puede llevar a una respuesta firme y conclusiva, pues nadie puede acceder a la mente de los autores bíblicos. En vez de centrarnos en estos versículos como el punto principal de nuestra discusión, creo que debemos dar un paso atrás y observar la metanarrativa de la escritura y la teología cristiana, y preguntarnos si el panorama más amplio de la enseñanza cristiana tiene algo para decirnos sobre la inclusión de minorías sexuales y de género en la vida de la iglesia. Esta aproximación ha sido abrazada por muchos movimientos teológicos a través de la historia del cristianismo, y ha propiciado el nacimiento de la teología de la liberación, la teología feminista, la ecoteología y, en años recientes, se ha reconvertido y vuelto a aplicar al contexto queer.

Como una persona LGBT+ que ha crecido y sido entrenada en contextos evangélicos conservadores, he pasado la última década de mi vida luchando por reconciliar mi fe con mi identidad sexual. Me he sometido a programas de terapia de conversión, he consultado con teólogos líderes en estos asuntos y he viajado por el mundo buscando respuestas a preguntas teológicas de si se puede adoptar o no un posicionamiento para la afirmación e inclusión total de minorías sexuales y de género al cristianismo y en la sociedad. Conforme mi viaje se fue desenrollando, me he convencido de que la trayectoria ética de la Biblia debería guiar a los cristianos hacia la posición de una inclusión y aceptación más grande de aquellos que previamente han sido considerados “impuros”, y que el imperativo de Jesús en el Nuevo Testamento es escuchar y depender de la revelación continua del Espíritu Santo para guiar nuestra fe y práctica. También me he vuelto cada vez más consciente del gran daño psicológico y espiritual que produce la teología no inclusiva en las vidas de los individuos LGBT+ que se encuentran en contextos religiosas conservadores, y creo que el “fruto” que se manifiesta de la no inclusión es la imputación contra su validez como una buena teología y práctica.

Si bien mi propia fe y paradigma teológico se ha sometido a grandes cantidades de evolución y reformas en la última década, todavía siento un llamado especial a moverme dentro del paradigma teológico del cristianismo evangélico para realizar una argumentación bíblica y teológica de cómo el trabajo moderno del Espíritu Santo expande los límites del “reino de Dios” para incluir del todo a las minorías sexuales y de género. En este libro, exploraré los efectos de la teología y práctica no inclusiva y la trayectoria redentora de la Escritura hacia una mayor inclusión. Luego de explorar el contexto de los denominados “versículos garrote”, subrayando una muestra de textos bíblicos que demuestran la necesidad de una reforma dirigida por el Espíritu hacia la inclusión, concluiré con evidencia sociológica moderna que sugiere que el Espíritu Santo está, de hecho, provocando un avivamiento entre las minorías sexuales y de género en las comunidades cristianas de todo el mundo.

Desde el comienzo, quiero postular que este libro no busca proveer de una teología exhaustiva de la sexualidad y el género desde una perspectiva cristiana progresista, sino brindar un punto de entrada para aquellos que buscan entender cómo la Biblia y la tradición cristiana proveen un camino para la inclusión y recepción de las personas LGBT+. Mi intención es que este libro sirva como complemento de mi libro previamente publicado, Our Witness: The Unheard Stories of LGBT+ Christians [Nuestros testigos: Las historias no escuchadas de los cristianos LGBT+]. Ese volumen incluye unos muestreos de argumentos contenidos en este libro pero no era el proyecto apropiado para que diera cuerpo a aquellos postulados en profundidad. Mi meta en este libro es revisar algunos de los argumentos que toqué en Our Witness, y luego crear una guía teológicamente robusta y aun así accesible para los cristianos LGBT+ y nuestros aliados, para articular una argumentación teológica cristiana tendiente a la inclusión y afirmación LGBT+ en la iglesia. Es mi oración que todo aquel que acceda a este material sea provocado y alentado a cavar más hondo en la vasta tradición cristiana de la inclusión y sea fortalecido en la lucha contra las teologías no inclusivas que por mucho han clamado ser la única posición legítima cristiana sobre la inclusión LGBT+. Nuestras tradiciones nos dieron un terreno sólido donde pararnos en nuestra lucha por darles un lugar en la mesa de la gracia a los cristianos LGBT+, y debemos pararnos con confianza y convicciones al proclamar el evangelio radicalmente inclusivo de Jesucristo en nuestros días y época.

1 “LGBT+” es una jerga común que refiere a lesbianas, gay, bisexuales, transgénero y otras sexualidades queer o identidades de género.
2 La palabra “queer” es una etiqueta común usada por muchos dentro de la comunidad LGBT+ para descubrir todo el paraguas de identidades de género y orientaciones sexuales que caen dentro de la etiqueta tradicional “LGBT+”. Queer también se puede referir exclusivamente a individuos no conformes con su género, que no encajan en el binario masculino/femenino.
3 El “revisionismo” tiende a referir al intento de revisar nuestro entendimiento del significado original de las Escrituras. Ver Gonnerman, “Why Matthew Vines Is Wrong about the Bible and Homosexuality” [¿Por qué se equivoca Mattew Vines sobre la Biblia y la homosexualidad?].
4 Para ejemplos del abordaje tradicionalista, ver la obra de Robert Gagnon, Michael Brown, Preston Sprinkle, Albert Mohler, Kevin DeYoung, Sam Allberry y Christopher Yuan.
5 Los seis pasajes bíblicos tradicionalmente usadas para condenar la “homosexualidad” son Génesis 19:5; Levítico 18:22 y 20:13; Romanos 1:26–27; 1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:9–10.
6 Para ejemplos que contengan el abordaje revisionista, ver la obra de Matthew Vines, Colby Martin, Walter Wink, Justin Lee y Robin Scroggs.

1

Conocidos por sus frutos.

El daño de la teología no inclusiva

Antes de empezar a dialogar sobre la exploración de una teología cristiana inclusiva, creo que es importante resaltar el impacto negativo de las teologías no inclusivas en los individuos sometidos a tales enseñanzas. Una de las pruebas bíblicas más básicas para determinar la verdad de una doctrina o práctica está basada en la enseñanza de Jesús en el Evangelio de Mateo, donde proclama que una forma en que sus discípulos pueden discernir entre los profetas verdaderos y falsos es “por sus frutos”.1 Este lenguaje de “frutos” aparece numerosas veces a lo largo del Nuevo Testamento2 y plantea el imaginario agrícola de primer siglo, que nos presenta unos cultivos que dan “buenos frutos” o una cosecha que es deliciosa, comestible y rentable, en comparación con los cultivos que dan “malos frutos”, o una cosecha enferma y escasa. A lo largo del Nuevo Testamento, se nos recuerda continuamente que la fidelidad de los seguidores de Jesús portará “buenos frutos”, o lo que el apóstol Pablo llama “fruto del Espíritu”.3 Si alguien toma este llamado a discernir y examinar la enseñanza cristiana en serio, resulta inevitable preguntarse: ¿Cuál es el resultado de la enseñanza en las vidas de aquellos que la recibimos? Si una enseñanza produce vida y amor, uno podría argumentar que da buenos frutos, y por lo tanto que es una enseñanza fiel y verdadera. La vida misma de Jesús nos sirve como ejemplo de cuán buenos frutos poseía: defendió a los oprimidos, les dio la bienvenida a los marginados y sanó a los lastimados por los poderes religiosos y políticos. Pero ¿qué si una enseñanza produce muerte, daño mental y miedo? Siguiendo el patrón desplegado en las Escrituras, pareciera que deberíamos condenarla por sus “malos frutos” y “cortarla y arrojarla al fuego”4 o descartarla de inmediato como “falsa”.

La evidencia psicológica del daño

Aun así, cuando se trata de las enseñanzas de la iglesia sobre la no inclusión, este estándar bíblico ha sido ampliamente ignorado. Durante la última década, se han llevado a cabo docenas de estudios revisados por pares que demuestran una clara relación entre las enseñanzas y prácticas religiosas no inclusivas y tasas más altas de depresión y suicidio en minorías sexuales y de género. En 2008, el Dr. Louis Hoffman publicó un artículo que describe un esfuerzo de investigación de varios años para determinar qué daño psicológico, si es que hubo alguno, fue causado por las enseñanzas religiosas que escuchó una persona LGBT+. Concluyó sus hallazgos con la siguiente declaración: “Es evidente que las afirmaciones negativas y ambiguas de la religión tienen un impacto en la salud espiritual, religiosa y particularmente psicológica de los individuos LGBT”.5

En 2012, el European Symposium of Suicide and Suicidal Behavior [Simposio Europeo del Suicidio y Comportamientos Suicidas] publicó una encuesta innovadora que sugería que las tasas de suicidio entre los jóvenes LGBT+ eran significativamente más altas si crecían en un contexto religioso.6 De manera similar, docenas de estudios entre 2001 y 2015 encuentran puntos de encuentro entre la afiliación religiosa y las tasas más altas de depresión y suicidio en los adultos LGBT+. Un estudio publicado en 2014 por Jeremy Gibbs concluyó:

La [minoría sexual joven] que madura en contextos religiosos, que facilitan el conflicto de identidad, tiene mayores probabilidades de pensamientos suicidas e intentos de suicidio comparado con otras minorías sexuales jóvenes.7

Un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine encontró que las afiliaciones religiosas incrementaban significativamente el riesgo de suicidio entre la juventud LGBT+, mientras que, en general, reducían el riesgo de suicidio entre la juventud heterosexual. Carol Kuruvilla, una reportera del Huffington Post, resumió los hallazgos del estudio, diciendo:

… entre los jóvenes gay y lesbianas, el alto nivel de relevancia que se le otorga a la religión está asociado con mayores probabilidades de pensamientos suicidas recientes. De hecho, la juventud lesbiana y gay que afirmó que la religión es importante para sus vidas, resultó un 38 por ciento más proclive a haber tenido pensamientos suicidas recientes en comparación con jóvenes lesbianas y gay que reportaron que la religión tenía menos importancia. Solo el factor de la religión entre lesbianas fue vinculado a un 52 por ciento de incremento en la posibilidad de ideas suicidas recientes.8

Hasta Christopher Yuan, académico, cristiano y gay, no solidario para con las identidades LGBT+, dio a conocer los resultados de un estudio que realizó con estudiantes que se identifican como LGBT+ en universidades cristianas, en el cual encontró que los estudiantes que asistían a escuelas cristianas no afirmantes9 “la soledad que sentían por ser cristianos y cristianas LGB [o con atracción por su mismo sexo], era comparable a la de los marginados sociales”.10

Cada año, salen nuevos estudios que sugieren que las enseñanzas religiosas no inclusivas resultan en mayores tasas de depresión y pensamientos suicidas entre jóvenes y adultos LGBT+ por igual. Estos hechos deben ser acatados por aquellos cristianos en el liderazgo y llevarlos a una profunda reflexión sobre cómo sus enseñanzas y sus prácticas son cómplices en estas tendencias preocupantes.

Sumando los costos

Mientras muchos exponentes religiosos conservadores tienen una resistencia muy fuerte contra cualquier sugerencia de que su teología tiene algún efecto real en la salud mental y en las tasas de suicidios LGBT+ —y de hecho, suelen usar estas estadísticas para sugerir que no son sus enseñanzas sino más bien el “estilo de vida gay” el que contribuye a las enfermedades mentales de las personas LGBT+—,11 estos números y las experiencias de las personas LGBT+ no pueden ser negados o ignorados. Las enseñanzas religiosas que perpetúan la idea de que las minorías sexuales y de género son, de alguna manera, mentalmente trastornadas, defectuosas o pecaminosas debido a esta parte de su identidad tienen efectos directos en la salud mental de tales personas. Del mismo modo, cuando los congregantes heterosexuales digieren estas enseñanzas y las implementan en la práctica al momento de relacionarse con personas LGBT+, a menudo resulta en rechazo duro y condenación. Si la persona LGBT+ es joven, puede que sea forzada a terapias de conversión, una práctica pseudopsicológica que ha sido condenada como peligrosa para la salud y bienestar de las personas LGBT+12por cada asociación psicológica de renombre13 en los Estados Unidos. Si un joven escoge abrazar su sexualidad o identidad de género, es probable que sea echado de su hogar, incrementando las tasas de jóvenes LGBT+ en la calle, los cuales actualmente representan entre el 20 y 40 por ciento de jóvenes sin hogar.14

Mientras uno examina la evidencia más de cerca, el fruto de la enseñanza y la práctica religiosa no inclusiva es innegablemente clara —engendra muerte, rechazo, daño psicológico severo y daño espiritual en minorías sexuales y de género. Entonces, de estos malos frutos se deduce que estas enseñanzas deberían ser “arrojadas al fuego”15 y los practicantes religiosos de todo tipo deben volver a sus textos sagrados y tradiciones para reevaluar los mensajes que están predicando, buscando escuchar atentamente la voz del Espíritu en busca de un mensaje que sea verdaderamente una buena noticia y que dé vida a todas las personas.

1 Mateo 7:16.
2 Mateo 3:8–10; 7:16–20; 12:33; 21:43; Lucas 6:43; Juan 15:5; Romanos 7:4; Gálatas 5:22.
3 Gálatas 5:22.
4 Mateo 7:19.
5 “Creencias religiosas y percepciones de la salud psicológica en individuos LGBT”.
6 Personal de prensa judío, “Study: Highest Suicide Rates among Religious Homosexuals” [Estudio: Tasas de suicidio más altas entre homosexuales religiosos].
7 Goldbach, Growing Up Queer and Religious [Creciendo como queer y religiosa].
8 Kuruvilla, “Chilling Study Sums Up Link between Religion and Suicide for Queer Youth” [Un estudio escalofriante resume el vínculo entre la religión y el suicidio para jóvenes queer].
9 Del inglés “non-affirming”, es decir, que no validan otra identidad que la que propone la heteronormatividad (N. del T).
10 Yuan, “Giving a Voice to the Voiceless”, [“Dando una voz a los sin voz”] 58.
11 Para ejemplos, ver la entrevista del Dr. Michael Brown donde sugiere que los activistas por los derechos LGBT+ usan a las víctimas de suicidio como peones para perpetuar la agenda gay. Tashman, “Michael Brown”.
12 Campaña por los derechos humanos, “Policy and Position Statements on Conversion Therapy”. [Políticas y pronunciamientos sobre la terapia de conversión].
13 Por “renombre”, me refiero a asociaciones psicológicas involucradas en estudios revisados por sus pares, validados por el gobierno como recursos confiables de información, a las muchas asociaciones psicológicas más pequeñas y con raíces religiosas que son vistas por la comunidad psicológica dominante como involucradas en una forma de pseudopsicología.
14 Nicholas, “Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender Youth: An Epidemic of Homelessness” [Jóvenes lesbianas, gay, bisexuales y transgénero: una epidemia de personas sin hogar].
15 Mateo 7:19.

2

Garroteado.

Reexaminando los textos bíblicos sobre la homosexualidad

Si bien desde la abundante evidencia psicológica se desprende que la enseñanza cristiana tradicional que condena a la homosexualidad es inherentemente dañina a la psiquis de los individuos LGBT+ que quedan aplastados bajo su peso, para empezar a desmantelar la enseñanza no inclusiva es esencial examinar cómo su mal manejo y mal entendimiento de los textos bíblicos parecen abordar el tópico de la homosexualidad. Pero, como con muchos temas modernos, en realidad la Biblia dice muy poco sobre la homosexualidad. De hecho, quiero sugerir que la Biblia no diceabsolutamente nada sobre las relaciones sexuales entre las personas del mismo sexo modernas tal y como las conocemos hoy.

Digo esto principalmente porque la noción de orientación sexual ni siquiera se entendió hasta el siglo XVI, y por ende, los escritores de la Biblia no habrían entendido o pensado en términos de las categorías de “heterosexualidad” y “homosexualidad”. De todos modos, la Escritura hace algunas referencias a experiencias sexuales entre personas del mismo sexo, y es desde estos pasajes limitados que la iglesia ha construido una teología antiafirmante.

En toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay 23.145 versículos. De esos, solo cinco dicenalgosobre las relaciones entre personas del mismo sexo. Estos son:

• Levítico 18:22
• Levítico 20:13
• Romanos 1:26-27
• 1 Corintios 6:9-10

• 1 Timoteo 1:9-10

En mi propia búsqueda de reconciliar mi fe cristiana y mi sexualidad queer, debo admitir que los argumentos hermenéuticos hechos sobre estos cinco versículos no fueron lo que me convencieron de que no había contradicción entre mi fe y mi sexualidad. Como verán, hay muy buenas razones para creer que estos textos, cuando se entienden en su contexto bíblico y cultural, no aplican en absoluto a la conversación moderna sobre la inclusión LGBT+ en la iglesia. Por otro lado, no tengo problema en admitir que, para algunos de estos textos, particularmente los pasajes de Levítico, su interpretación en el mundo antiguo hubiera sido una condenación llana a todas las formas de expresión queer. Estoy de acuerdo con la evaluación del académico William Loaders de que “la Biblia condena rotundamente la homosexualidad y la actividad homosexual. De esto no hay sombra de duda. Sus escritores deploraron los actos homosexuales como una perversión deliberada de la naturaleza humana, una burla de la intención de Dios en la creación”.1