El falso Tesla y su máquina oval - Daiana Machado - E-Book

El falso Tesla y su máquina oval E-Book

Daiana Machado

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Beschreibung

Esta es la historia de un arqueólogo, quien descubre una máquina destinada a poder intercambiar personas de mente sencillas, por brillantes personalidades del pasado o del presente. El creador de la máquina –un falso Tesla quien desea ser Tesla–, será víctima de sus propios deseos. La máquina será sometida al juicio de distintas miradas, que responderá y preguntará, mediante sus efectos, por la existencia y el alma.

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DAIANA MACHADO

El falso Tesla y su máquina oval

Tabla de contenidos

CAPÍTULO UNO

JUEVES A LA NOCHE

VIERNES

SÁBADO

CAPÍTULO DOS

LUNES

MARTES

CAPÍTULO TRES

LUNES

MARTES

MIÉRCOLES

CAPÍTULO CUATRO

Machado, Daiana El falso Tesla y su máquina oval / Daiana Machado. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3073-8

1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

CAPÍTULO UNO

La montaña era alta y la ciudad se podía ver desde aquella colina. A la noche bajé a la ciudad. Tomaba un trago en el bar Vermut, oía los pasos y el ajetreo de la gente. Una niñita se quedó parada mirándome fijo. Sus ojos eran grandes y verdes. Como un bosque que te mira, ella miraba. Su mirada era molesta para cualquier viajero solitario. Lo más difícil de la soledad es no ceder ante la necesidad de compañía. Ya hacía un tiempo que viajaba solo, por lo que conocía las distracciones que parecen ser oportunidades, pero no son más que alguna cosa suelta de una lista pendiente con la vida. De niño siempre quise ser inventor o astronauta.

El roce de la ciencia con su magia me maravillaba. Viajé mucho tiempo, hasta llegar a dar con un gran hallazgo. Como profesor y doctor en la materia, por fin descubría algo que me interesaba rotundamente. Bajo el agua yacía un pueblo, mejor dicho los restos de una cultura llena de ciencia. Como arqueólogo me asombraba aún como un niño, y es entonces, cuando la especie humana cobraba un sentido metafísico y divino.

La ciudad era gris, los restos que encontramos eran de este color, una piedra que no se altera por el agua. Entre los descubrimientos pudimos recuperar una serie de dibujos y libros resguardados dentro de estas mismas piedras. Según ciertos documentos y registros pasaré a contarles lo que, más tarde, sería objeto de mí estudio. Parecía ser una civilización muy avanzada, tanto que estamos junto con mi equipo estimando si no fue un pueblo desconocido que simplemente se ahogó perdiendo su geografía natural. He aquí mí hipótesis: existía un proceso científico que atravesaba este pueblo. Relataré a continuación lo que sucedía por aquel entonces. Los pondré al tanto de mi relato, existía un inventor que se hacía llamar Tesla. Como no era el Tesla que conocemos, ya que este inventor murió hace años, él se dejaba llamar el falso Tesla. A continuación, leeré una copia de un documento encontrado sin fecha pero estudiado exhaustivamente. Según resultados, parece ser escrito no mucho antes del acontecimiento que los dejó bajo el agua.

El falso Tesla estaba contrariado por un invento nuevo: su máquina oval. Tesla decía que hay distintas variables de la vida de una energía. La máquina oval podía calcar a una persona según su perfil histórico para que una nueva persona ocupase ese lugar. El falso Tesla quería ser Tesla, pero esta máquina no funcionaba aún. Por un cuadrado octogésimo tiraba el combustible para calentar el motor. Si la máquina funcionaba sería hasta un negocio rentable, cuántas personas queriendo ser otras con mejores aptitudes. También serviría para la medicina. Un ciego podría desear ser una persona que ve, al igual que un sordo queriendo ser alguien que escuche. Aunque si se cumplía esa consigna, la persona que imitaba a otra no se enteraba, por lo que dejaba de ser quién alguna vez fue.

La máquina también atravesaría la historia. Cambiaría un pasado por un futuro. Aunque había ciertos problemas, qué pasaba si alguien quería ser como alguien de la actualidad o si era posible vivir en una multidimensional esfera, sin chocarse y sin pelear por acciones voluntarias.

Tesla tenía los años que deseaba tener. No era ni muy viejo ni muy joven. Se peinaba el bigote y apoyaba sus dedos finos sobre su sien cuando pensaba. El parecido era asombroso. Él era un inventor. Su mayor invento fue el chicle lamparita cuándo se cortaba la luz, era lo que más se usaba.

Al ponerlo en la boca y masticarlo la reacción cerebral viajaba de neurona a neurona, estas iluminaban irradiando pequeñas ondas de electricidad. Lo único que no pudo mejorar de su invento, fue el gusto a chicle ácido, por lo demás una maravilla.

Seguiré contándoles mis conclusiones, sobre este hombre y su acción, como sentía y pensaba.

Tesla atravesaba un dolor cósmico, como un átomo roto así funcionaba, así andaba. Su sol era la luz y no importaba de dónde viniera, él podía sentir la energía en el aire, creía en el número infinito de formas de vida. Si bien amaba los colores, consideraba que el negro era el verdadero rostro de la iluminación. En el pueblo era toda una atracción ver a un inventor trabajar en un proyecto tan grande.

El patio de su casa teñido de aire tibio, rodeaba a esta máquina. La idea de la máquina oval era algo contrariada. En teoría funcionaba. Era perfecta para solucionar vacíos y aspiraciones celosas. Pero cuando Tesla despertaba de la teoría los problemas continuaban.

La visión de un mundo renovado estaba costando demasiado.

Quizá el progreso siempre teñía de crisis al mundo y a su objeto, las personas. Su ayudante era bueno pensando, de hecho no paraba de repensar. De ahí su sufrimiento por la noche, su incomodidad con la vida y convenciones, como la de descansar.

Una de tantas noches surgió. La máquina oval comenzó a hacer ruido. El temblor alarmó al ayudante y fue a revisar que pasaba. Lo que veían sus ojos era inusitado y salía de todo cálculo preestablecido. De la máquina comenzó a salir un vapor fuerte, como humo de color negro. El ayudante no creía en lo que veía y pensó que estaba soñando. Finalmente, comenzó a creer. Un cuerpo comenzaba a salir del cuadrado octogésimo, en forma de carne picada. No era luz, ni materia etérea, era carne. Rápidamente el ayudante concluyó que se trataba de un fenómeno de muerte. Pensó y pensó, pero nadie había usado la máquina para una pérdida de estas. Y si se trataba de muerte, ¿dónde quedaba el espíritu o el alma? ¿En qué parte de la máquina estaba?

Comenzó a revisar por fuera, pero para estar seguros, deberían desarmarla y empezar desde cero. El falso Tesla no lo permitiría, porque según sus cálculos, podría detonar en rayos de energía y ser mortal.