El funcionamiento de las edificaciones - Luis Humberto Casas Figueroa - E-Book

El funcionamiento de las edificaciones E-Book

Luis Humberto Casas Figueroa

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El funcionamiento de las edificaciones: Administración y mantenimiento tiene como objetivo caracterizar, dentro del ciclo de vida de las edificaciones, la fase de funcionamiento; revisar los elementos conceptuales que permitan reconocer su importancia, destacar su papel en el proceso de producción de obras de edificación, expresado este en su puesta en operación y uso, con el fin último de prestar un servicio acorde con su tipología y la función para la cual fueron diseñadas y construidas, siendo necesaria la administración y el mantenimiento como acciones fundamentales e inherentes a la vida útil de las mismas. El Departamento de Tecnología de la Construcción de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Artes Integradas, con miras a aportar al desarrollo del conocimiento en el campo de la administración y el mantenimiento, formuló los programas académicos de Especialización en Mantenimiento y Conservación de Edificaciones, y en Administración y Desarrollo Inmobiliario. Los documentos base para la formulación de estas especializaciones han sido un referente importante para la elaboración del presente libro, junto con la investigación realizada por los profesores Casas y Barona del grupo de Investigación AMSESTRA, en lo relacionado con la fase de funcionamiento del proceso de producción de obras de edificación.

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Casas, Luis Humberto.

El funcionamiento de las edificaciones administrativas y mantenimiento / Luis Humberto Casas, Javier Barona -- Cali : Universidad del Valle, 2019.

204 páginas ; 28 cm. -- (Colección artes y humanidades - Arquitectura)

Incluye índice de contenido.

1. Construcción 2. Arquitectura 3. Administración de viviendas 4. Viviendas - Mantenimiento y reparación. I. Barona, Javier, autor.

II. Tít. III. Serie.

690.2 cd 22 ed.

A1633105

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

 

 

 

 

 

Universidad del Valle

Programa Editorial

Título:  El funcionamiento de las edificaciones:

    Administración y mantenimiento

Autores:  Luis Humberto Casas, Javier Barona

ISBN-EPUB: 978-628-7683-97-6 (2013)

ISBN: 978-958-765-960-3

ISBN-PDF: 978-958-765-961-0

DOI:  10.25100/peu.353

Colección: Artes y Humanidades-Arquitectura

Primera Edición

© Universidad del Valle

© Luis Humberto Casas, Javier Barona

Diagramación y diseño de carátula: Diana Lizeth Velasco D.

Corrección de estilo: Luz Stella Grisales H.

Este libro, salvo las excepciones previstas por la Ley, no puede ser reproducido por ningún medio sin previa autorización escrita por la Universidad del Valle.

El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle, ni genera responsabilidad frente a terceros. El autor es responsable del respeto a los derechos de autor del material contenido en la publicación, razón por la cual la Universidad no puede asumir ninguna responsabilidad en caso de omisiones o errores.

Cali, Colombia, junio de 2019

Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN

Antecedentes

Definición

La actividad constructora y su importancia económica

EL PROCESO DE PRODUCCIÓN DE OBRAS DE EDIFICACIÓN

Definición

Las fases del proceso

Agentes del sector de la construcción

Responsabilidades y garantías

LA ADMINISTRACIÓN DE LAS EDIFICACIONES

Consideraciones generales

El sector inmobiliario

La gestión y la administración de las edificaciones

EL MANTENIMIENTO DE LAS EDIFICACIONES

Consideraciones generales

Vida útil

Importancia del mantenimiento de edificaciones

Enfoque y tipos de mantenimiento

Definición, objetivos y ventajas del mantenimiento

El plan de uso y mantenimiento de la edificación

REFERENCIAS

NOTAS AL PIE

INTRODUCCIÓN

En Colombia, el sector de la construcción comprende dos subsectores: el primero se ocupa de la construcción de las obras de infraestructura u obras públicas, como carreteras, aeropuertos, hidroeléctricas, etc., y se denomina de “obras civiles”, y el otro, promovido fundamentalmente por la empresa privada “de obras de edificación”, tiene como finalidad el diseño y la construcción de edificaciones para diferentes usos, como vivienda, educación, salud, recreación, comercio e industria, y su funcionamiento, que incluye la administración y su mantenimiento, contemplando acciones de conservación, reparación y rehabilitación.

Las edificaciones son, hoy en día, el lugar donde mayor número de horas se permanece, independientemente del uso o función que en ellas se desarrolle; por lo tanto sus condiciones deben garantizar su operación, funcionalidad, buenos niveles de seguridad y habitabilidad, para que sean confortables, saludables y adecuadas para las tareas que se realicen en las mismas. Además, deben cumplir con las condiciones establecidas de antropometría, ergonomía, iluminación, etc., de acuerdo con la normativa en prevención de riesgos.

El proceso de producción de obras de edificación y obras civiles no finaliza cuando termina la ejecución de la obra y se hace entrega del bien al propietario, que puede ser una persona natural o jurídica de carácter público o privado, o a la administración, o al usuario, ya sea propietario o arrendatario; a partir de este momento comienza su vida útil y con ello su uso y explotación, lo que genera consumo de recursos (agua, energía y otras materias primas) y produce residuos sólidos (orgánicos e inorgánicos) y líquidos.

La fase de funcionamiento de la edificación se entiende como la prestación del servicio, la que se expresa en el uso, operación y explotación de la misma. Para garantizar su funcionamiento se deben realizar acciones que tienen que ver con la administración, la gestión y el mantenimiento del bien.

Las edificaciones, como todo objeto físico, son vulnerables ante las acciones externas, es decir, las que se generan en el entorno donde se localizan, y las internas, que son inherentes a su materialidad, las cuales inciden en mayor o menor grado y por lo tanto resultan ser más o menos importantes, pero inevitables. Los vacíos y las inconsistencias en los procesos de diseño, las deficiencias en la tecnología y los materiales utilizados en su ejecución, por un lado, y el uso funcional de las mismas a lo largo de su vida útil, por otro, hace que vayan sufriendo deterioro, lo que obliga a realizar intervenciones en diferentes momentos, a pesar, incluso, de un adecuado mantenimiento.

Así mismo, el proceso de envejecimiento natural de la edificación genera deterioro, que deberá ser contrarrestado con un proceso de mantenimiento sistemático y de reparación. En la medida que se minimiza el consumo de recursos y la producción de desechos en los procesos de explotación y mantenimiento de la edificación, esta será más sustentable; otra de las vías utilizadas para incrementar la sustentabilidad de las edificaciones es el aprovechamiento de recursos renovables (tal es el caso de la energía) y reciclables.

Por otra parte, muchas veces se requiere un cambio de uso en la edificación por diversas causas, como por ejemplo obsolescencia física, funcional o económica, lo que implica una intervención que puede ser de adición, reforma, reforzamiento, rehabilitación o restauración, para adaptar la estructura, cerramientos e instalaciones existentes a la normativa vigente sobre habitabilidad, seguridad y ahorro energético.

La vida útil de la edificación es la previsión del período durante el cual es susceptible de ser utilizada en las condiciones de calidad requeridas, siempre que se hayan seguido las instrucciones de uso y mantenimiento, y se hayan realizado las obras de reparación o rehabilitación necesarias.

La vida útil de una edificación queda determinada según tres instancias claramente diferenciadas: la de proyecto, la de ejecución y la de funcionamiento o uso (administración y mantenimiento). Durante el transcurso del período de uso, la vida útil se encuentra estrechamente ligada a la correcta implementación del mantenimiento, permitiendo que la edificación pueda alcanzar la totalidad del tiempo para el cual fue proyectada.

El satisfactorio estado de sus condiciones depende de los siguientes aspectos:

• Adecuado diseño de la edificación, de sus instalaciones y equipos.

• Buena ejecución de obra y montaje.

• Eficiente administración para la prestación del servicio.

• Mantenimiento integral para garantizar su operación y uso.

El funcionamiento adecuado de las edificaciones y sus instalaciones, así como la administración, el mantenimiento y la conservación de las mismas son imprescindibles durante su vida útil, sin embargo, este es uno de los campos del proceso de producción de obras de edificación y de obras civiles menos desarrollado por la falta de información y conocimientos que garanticen su operación en el tiempo en condiciones de seguridad y habitabilidad; o por falta de conciencia de la sociedad en su conjunto, y en particular de los promotores, profesionales, usuarios y demás agentes que participan en él.

El Plan Estratégico 2013-2020 del Departamento de Tecnología de la Construcción de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Valle, actualmente en implementación, reconoce y se ocupa de dos áreas de conocimiento, la primera corresponde a las tecnologías de la edificación y la segunda a las tecnologías del medio ambiente. Las tecnologías de la edificación contemplan su desarrollo en los campos de la construcción, las estructuras, el mantenimiento y la rehabilitación, la administración y la gestión. Las tecnologías del medio ambiente reconocen la íntima relación de la arquitectura con el medio ambiente natural, tanto en su adecuación a la vida humana como en el aprovechamiento de sus recursos, así como la necesidad de preservarlos; comprende lo relacionado con el manejo de los impactos ambientales, el acondicionamiento ambiental y la climatización, el manejo de recursos, su ahorro y gestión limpia.

La misión del Departamento de Tecnología de la Construcción es la generación, desarrollo, sistematización, transferencia y difusión del conocimiento en ciencia y tecnología de la construcción para la comprensión e intervención en los procesos de producción del espacio, dentro de un marco ético de la productividad en su dimensión natural y humana. Consecuente con sus objetos de estudio, se ha venido ocupando de lo relacionado con el proceso de producción de obras de edificación y obras civiles y sus diferentes fases: planeación, ejecución, funcionamiento y control; enfatizando que, para garantizar el uso, la operación y explotación de las edificaciones en la fase del funcionamiento, es necesario realizar acciones de mantenimiento y conservación, visión que se pretende ampliar y transmitir a los profesionales del sector de la construcción y a los estudiantes de arquitectura, ingeniería civil y profesiones afines como parte de su formación y su futuro desarrollo profesional.

Para su efecto en el ciclo profesional se han ofrecido los cursos electivos: Patología de la construcción, Intervención de edificaciones, Acabados arquitectónicos, Seguridad en los edificios, Seguridad en las obras; igualmente, una oferta de diplomados en este campo, como Administración y Mantenimiento de Edificaciones, y Mantenimiento de las Instalaciones en las Edificaciones. A su vez, se vienen desarrollando trabajos de investigación y sistematización de conocimientos relacionados con la inspección y diagnóstico del estado de las edificaciones, que a la fecha han permitido la publicación de los libros Humedades y La piel del edificio.

Teniendo en cuenta lo anterior y el desarrollo del conocimiento en el campo de la administración y el mantenimiento, se formularon los programas académicos de Especialización en Mantenimiento y Conservación de Edificaciones, y Administración y Desarrollo Inmobiliario, que cuentan hoy con el registro calificado del Ministerio de Educación Nacional y que tendrán sus primeras cohortes en el primer semestre del 2018. Los documentos base para la formulación de estas especializaciones han sido un referente importante para la elaboración del presente libro, junto con la investigación realizada de la fase de funcionamiento del proceso de producción de obras de edificación.

El objetivo de este libro es caracterizar, dentro del ciclo de vida de la edificación, la fase de funcionamiento, reseñar los elementos conceptuales que permitan reconocer su importancia, destacar su papel en el proceso de producción de obras de edificación, expresado este en su puesta en operación y uso, con el fin último de que presten un servicio acorde con su tipología y la función para la cual fueron diseñadas y construidas, siendo necesaria la administración y el mantenimiento como acciones fundamentales e inherentes a la vida útil de las mismas.

El libro está dirigido a los profesionales, a los técnicos del sector de la construcción, al estudiante de arquitectura, ingeniería y profesiones afines. En él se reconocen las diferentes acciones a desarrollar en la puesta en funcionamiento de la edificación, lo concerniente a su uso y operación, igualmente lo relacionado con su administración y mantenimiento. Teniendo en cuenta que, para garantizar el cumplimiento del ciclo de vida útil de la edificación y su permanencia en el tiempo, es necesario intervenirla mediante el conocimiento de su estado y los fenómenos de deterioro que presenta, relacionados con su obsolescencia física, funcional y económica.

En el primer capítulo, con el propósito de establecer un marco de referencia para el desarrollo del libro, se revisa lo relacionado con el sector de la construcción, sus antecedentes, se le define y se le caracteriza, para finalmente analizar la actividad constructora y su importancia económica en el contexto colombiano, reconociéndolo como uno de uno de los principales sectores económicos con evidentes repercusiones en el conjunto de la sociedad y en los valores culturales, pero que, sin embargo, carece de una regulación acorde con esta importancia.

En el segundo capítulo se desarrolla lo relacionado con el proceso de producción de obras de edificación, definido como el conjunto de cuatro fases integradas: planeación (abarca la investigación y formulación del plan, el diseño y la tramitología de proyectos), ejecución (comprende la planeación de la obra, la organización técnico-administrativa, los métodos y procedimientos o estudios de tiempos y movimientos, el control de producción), funcionamiento (incluye la administración y el mantenimiento) y control (actividad ejercida en el desarrollo de cada una de las demás fases, y que se puede considerar también como una fase independiente). En cada una de estas se producen decisiones importantes y fundamentales, para lo que se necesita ejercer la administración, elaborar una programación del uso de instrumentos técnicos, recursos humanos, y adelantar una evaluación económica.

Por último, se revisan los agentes que intervienen en el sector de la construcción, que pueden ser personas naturales o jurídicas cuyo ejercicio se ciñe a responsabilidades contractuales y a la responsabilidad civil, viéndose en la obligación de dar garantías y responder frente a los propietarios y los terceros adquirientes de las edificaciones o parte de las mismas.

En el tercer capítulo se desarrolla lo relacionado con la administración de las edificaciones en su fase de funcionamiento, se parte de unas consideraciones generales acerca del sector de la construcción, el mercado inmobiliario, su crecimiento, el aumento del número de edificaciones como resultado de los procesos migratorios del campo a la ciudad, y dentro de las propias ciudades, que han provocado un incremento demográfico, un aumento en la demanda por más y mejores viviendas, generando expansiones territoriales desorganizadas con fuertes presiones sociales por mejoras del espacio urbano. Además, se define y se caracteriza el sector inmobiliario conformado por el conjunto de edificaciones que cumplen con requisitos de orden físico, funcional, ambiental y de uso, de acuerdo al contexto en el que se encuentren; entre ellas se incluyen las casas de habitación unifamiliar, bifamiliar y multifamiliares; apartamentos, oficinas, locales, bodegas, lotes, y construcciones institucionales, entre otras; las que se convierten en objetos de transacción, debido a las circunstancias que poseen las personas dentro de una sociedad de consumo y las necesidades del medio.

El sector inmobiliario es un importante sector de la economía de un país, en este se proyecta, desarrolla, construye, promociona, avalúa, financia, administra, intermedia y comercializa bienes raíces, que son el activo tangible más importante de una nación y la base del patrimonio familiar, que condiciona el desempeño y bienestar de una sociedad. Este agrupa a empresas y profesionales que promueven, comercializan, compran, venden o arriendan bienes inmuebles, los administran, los avalúan, actuando como intermediarios, arrendadores, administradores o avaluadores. Finalmente, en este capítulo se revisa lo relacionado con la administración y la gestión de las edificaciones, la entrega, el uso y operación, las garantías y las copropiedades.

En el cuarto capítulo se desarrolla lo relacionado con el mantenimiento de las edificaciones en su fase de funcionamiento, se parte de unas consideraciones generales acerca del mantenimiento, de la vida útil de las edificaciones, la importancia desde el punto de vista de la gestión, del usuario, de la academia; posteriormente se revisan diferentes enfoques, el técnico, el económico y el social, y los tipos de mantenimiento; se define el mantenimiento como el conjunto de técnicas y sistemas que permiten prever los daños, fallas o averías en la edificación, sus equipos e instalaciones; efectuar revisiones y reparaciones, estableciendo a la vez normas para su funcionamiento, las cuales deben ser conocidas por los usuarios o los administradores de la misma.

Se enfatiza que el deterioro o los daños de diversa índole que degradan los materiales, equipos e instalaciones de las edificaciones deben prevenirse y corregirse a fin de que estas mantengan las condiciones de apariencia, funcionamiento y aún de seguridad y estabilidad que tenían al momento de ser puestas en servicio. Finalmente, en este capítulo se revisa lo relacionado con los fines y los objetivos en esta materia, el plan de uso, el manual de uso, cómo abordar la labor de conservación y el mantenimiento, y las estrategias para su implementación.

EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN

ANTECEDENTES

El sector de la construcción comprende un gran número de actividades, las cuales deben definirse para poder ubicar su lugar en la vida económica y social del país. Su concepción más amplia, incluye todas las actividades relacionadas con la planeación, la ejecución y el funcionamiento de las obras de edificación y las obras civiles u obras públicas.

La construcción, a través del tiempo, ha tenido avances en determinados momentos acordes o no, según las circunstancias con el desarrollo de la sociedad y el medio en que actúa. Las características más importantes de esta actividad en la edad media, fue de que toda la responsabilidad recaía sobre una sola persona, el maestro de obras, el que desarrollaba las funciones del arquitecto y del ingeniero actual. A él se sometía no solo la planificación, sino también la realización de las obras.

Figura 1. Acueducto romano, ciudad de Tarragona

Fuente: FotoNostra (s. f.)

A finales del siglo XVI, junto con la progresión ascendente del comercio y la manufactura, se inicia un desarrollo paralelo de distanciamiento entre arquitectura e ingeniería, que culminará un siglo más tarde con la consolidación de ambas profesiones.

Los primeros avances en esta dirección se hicieron en Francia en 1716, donde se formó un cuerpo especial de ingenieros militares y otro civil de ingenieros de puentes y calzadas (ponts et chaussées) independiente de los arquitectos, gestándose la delimitación de campos de trabajo, el de ingeniero, las obras civiles, y el del arquitecto, las obras de edificación.

Los primeros trabajos de ingeniería civil se redujeron a canales y otros medios de comunicación esenciales para el desarrollo del comercio. Sus artífices se reclutaron casi siempre entre las filas de artesanos con experiencia y amplio sentido práctico. No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes de que las nuevas y pocas familiares tareas de diseño de sistemas hidráulicos, molinos y maquinaria les obligasen a buscar el apoyo de la ciencia contemporánea. Por otra parte, el progreso de la edificación estaba limitado hasta el siglo XIX al uso de unos pocos materiales: piedra, ladrillo, hormigón, yeso, morteros y madera, etc. (Hogkinson, 1976, p. 11)

En el siglo XIX, el inicio de la revolución industrial en Inglaterra, motivada por el rápido perfeccionamiento e incremento de los transportes para la distribución del carbón y la creación de una red de canales que posteriormente dieron paso al ferrocarril, genera un desarrollo de la ingeniería que influye directamente en la edificación en dos sentidos: uno, en la ordenación urbanística del territorio, provocando nuevos asentamientos o desarrollando los existentes, además, promoviendo una amplia revisión de las leyes sobre propiedad de la tierra que se constituyó en la primera intervención importante en la propiedad privada, y el otro, en la desvinculación de los materiales del lugar, interrumpiendo la dependencia de las obras de edificación y las obras civiles respecto a los materiales locales.

Gestándose a partir de estos hechos el desarrollo de una técnica constructiva, donde a los materiales tradicionales y locales de construcción se le encuentran otras posibilidades, nuevos vínculos que, unidos a materiales nuevos como el hierro y sus derivados, el vidrio, el cemento, procedentes de industrias ubicadas en sitios diferentes de los de consumo.

La industria experimenta importantes transformaciones sobre los materiales tradicionales, la producción de ladrillos y de madera de construcción se traslada de las pequeñas empresas artesanales adyacentes a la obra a complejos mecanizados, ubicados en lugares más idóneos para la producción, con independencia de los puntos de trabajo, al paso que, a la vez, se inicia el fenómeno de la competencia entre materiales tradicionales locales y materiales nuevos, ya, en general de todos los materiales entre sí. Esto provoca una hélice ascendente de incentivos cualitativos y de competencia económica, que abarca los materiales más antiguos, como piedra y ladrillo, forzándolos a la investigación de nuevas aplicaciones, nuevas técnicas de producción, nuevos mercados y a un aprovechamiento cada vez, más completo de las propias calidades. Este fenómeno se exalta con el progreso y la difusión de la revolución industrial, hasta la fase actual, caracterizada por la aceleración que adquiere el uso tecnológico, por razones productivas y de consumo. (Petrignani, 1960, p. 467)

Figura 2. Torre Eiffel

Foto: Isabella Casas.

El proceso de la revolución industrial se caracteriza por la transformación del trabajo individual en trabajo organizado. El cambio en las estructuras sociales, en los sistemas de vida y en las formas de producción, expresados en la tendencia a la urbanización, en el crecimiento demográfico, en el aumento de los consumos de bienes y servicios, en el desarrollo del conocimiento científico y técnico, han hecho que estas nuevas condiciones y desarrollos, no puedan ser manejados por una persona. Se produce la primera separación entre proyecto y realización. Aparece el arquitecto y el ingeniero profesional como respuesta a estas nuevas circunstancias, se convierte en conformador organizador de la construcción, encontrándose con problemas tales como el administrar, es decir, manejar una serie de recursos que participan en esta actividad.

El carácter individual que se le imprimía al proyecto y a la realización, ya no es de la misma dimensión. La aparición de la división entre proyecto y realización y el apoyo en técnicas relacionadas con la mecánica, en el siglo XIX, el uso de nuevos materiales hace compleja la construcción. Se hace necesaria la consecución de especialistas en lugar de polyhistors, maestro de obras, que unidos responderán por la organización.

La construcción ha dejado de ser un trabajo individual para convertirse en un trabajo de conjunto. La naturaleza de su organización también evoluciona; se constituye o se da paso a la formación de empresas constructoras, que llevan a cabo proyectos para personas naturales y jurídicas tanto públicas como privadas, las condiciones socioeconómicas le dan otra dimensión a los proyectos, conducen a que las empresas empiecen a dirigir la actividad constructora hacia la industria o concentren sus esfuerzos en incorporar en ella procesos industriales, para lo cual introducen nuevas técnicas de producción y dirección; se comienzan a realizar estudios de tiempo y movimiento, análisis de costos, prefabricación in situ, análisis de puestos de trabajo, etc.

A pesar de la tendencia hacia la búsqueda de procesos industriales, si relacionamos la construcción con la industria en general, encontramos que en la industria los avances tecnológicos y las formas de producción de este se encuentran más adelantadas, mientras que en la actividad constructora apenas se está pasando de la manufactura a la industrialización y en muchos países se discute aún la conveniencia o inconveniencia de este paso.

Al respecto, en la publicación “Industrialización de la construcción”, del arquitecto Harold Borrero (1976), afirma:

puedo decir sin temor a equivocarme, que la industria de la construcción no ha podido colocarse a la par con el desarrollo de la civilización, y gran parte de los costos crecientes de la edificación misma, se debe al retraso de las tecnologías en relación con el desarrollo general de la sociedad. (p. 9)

El desfase entre las posibilidades de producción de obras de edificación en el sector de la construcción y la producción en los restantes sectores industriales, más desarrollados, producto de la distinta evolución en cuanto a sus métodos de producción, ha contribuido a afectar el desarrollo de la economía y, por consiguiente, el mejoramiento del nivel de vida. Esto se expresa entre otros, en el déficit existente de viviendas, escuelas, centros hospitalarios, etc., o sea, que la demanda y la oferta de edificaciones se constituyen en un problema mundial, tanto a escala en los países industrializados como en los países en vía de desarrollo.

La construcción varía de un país a otro, en razón de aspectos tales como el régimen financiero, el desarrollo económico, la estructura social, la tecnología, el clima, la organización administrativa, etc. El aumento de la productividad es preocupación común o quizá la de mayor importancia actualmente en el campo económico-social, depende de la adecuada administración y manejo de los recursos; las empresas como parte fundamental en la producción de bienes y servicios se encuentran muy comprometidas, ya que si cada célula de esa vida económica-social es eficiente y productiva, la sociedad misma, formada por ellas, tendrá que serlo.

Figura 3. Museo del Louvre, Paris

Foto: Isabella Casas.

Pese a la importancia social y económica de la industria, su evolución, en términos generales, es lenta, no solo en los aspectos tecnológicos, sino sobre todo en los métodos de gestión y organización, desfasados respecto a las otras ramas industriales. (Sánchez, 1973)

Colombia, país en desarrollo, se inscribe en la problemática esbozada anteriormente, presentándose en el caso de los sectores industriales un mayor desarrollo, lo cual no sucede en el sector de la construcción que ha tenido un desarrollo lento, debido a sus características cíclicas, producto de las políticas estatales que no lo han permitido o no le ha dado la estructura adecuada para su real implementación.

Las políticas y estrategias gubernamentales determinan el desarrollo de los sectores que integran la economía: la construcción en general se ve afectada por estas, las cuales inciden en la vida de este sector, respecto a aspectos tales como la financiación, la producción y la comercialización.

En Colombia, el sector de la construcción comprende dos grandes subsectores: uno que tiene a su cargo la construcción de las obras de infraestructura como carreteras, aeropuertos, hidroeléctricas, etc., que se denominan: “construcción de obras civiles u obras públicas”, y el otro subsector movido fundamentalmente por la empresa privada denominada de obras de edificación cuya finalidad es el diseño, la construcción de edificios, para diferentes usos, tales como vivienda, educación, salud, recreación, comercio e industria, y su funcionamiento. Es preciso anotar que en él, no se incluyen las industrias productoras de insumos para la construcción1.

DEFINICIÓN

La economía de un país está dirigida a la satisfacción de necesidades expresadas en bienes y servicios; para responder a estas necesidades las distintas actividades económicas se agrupan de acuerdo a sus características intrínsecas, dando origen a los diferentes sectores productivos. La construcción como sector productivo, se define como el conjunto de empresas o industrias que producen o participan en el proceso de producción de obras de edificación y de obras civiles u obras públicas, incluyendo todas las actividades relacionadas con la planeación, la ejecución y el funcionamiento de estas. (Casas Figueroa, 1997)

En cuanto al compromiso de satisfacer necesidades del hombre a nivel individual y grupal, el sector de la construcción debe dar respuesta a:

• Necesidades de tipo habitacional (viviendas unifamiliares, multifamiliares, etc.).

• Necesidades de tipo complementario a la habitación (escuelas, universidades, centros culturales, hospitales, centros comerciales, centros recreativos, etc.).

• Necesidades de la industria (fábricas, bodegas, plantas químicas, termoeléctricas, centrales nucleares, etc.).

Figura 4. Palacio Longchamp de Marsella

Foto: Isabella Casas.

Figura 5. Malla vial

Foto: Isabella Casas.

Figura 6. Panorámica Santiago de Cali

Foto: Isabella Casas.

Figura 7. Planta de biogás de relleno sanitario Loma Los Colorados

Fuente: Diario Financiero (2012).

Para satisfacer estas necesidades, el sector de la construcción de acuerdo a las características específicas del producto final, se divide en dos grandes subsectores que son el de obras de edificación y el de obras civiles u obras públicas, correspondiéndole al primero satisfacer con obras, las necesidades de tipo habitacional y complementarias a esta y las necesidades de industria, al segundo satisfacer con obras las necesidades de infraestructura y servicios.

En nuestro medio existen empresas constructoras dedicadas exclusivamente a trabajar con el Estado, en la ejecución de proyectos de obras civiles u obras públicas, por la magnitud de estos; estas empresas poseen un buen grado de especialización que les impide efectuar trabajos en otros frentes del sector; para ellas las fluctuaciones de las inversiones públicas se reflejan necesariamente en su estabilidad, en la pérdida de capacidad operativa y financiera en las épocas de deflación monetaria. La contratación con el Estado tiene peculiaridades significativas, debido a su complejidad y en muchas ocasiones representa inversiones que no son compensadas en los procesos de adjudicación.

Respecto al subsector de obras de edificación, en los programas del Estado de carácter social que él auspicia, la empresa constructora participa de las dificultades anteriores, las cuales se ven disminuidas por un “buen nivel” de operación dentro del sector privado. Afrontando también los problemas de la comercialización, la cual depende del poder adquisitivo y de las políticas que en materia de financiación trace el Estado.

El gobierno en sus políticas, tiende a estimular los programas de ahorro y préstamo destinado a la construcción de viviendas dirigidas a suplir el “déficit” habitacional de las clases denominadas económicamente “medias y bajas”; estos programas se han visto afectados por el control monetario y en general, antiinflacionario, lo que produce un mercado cambiante e irregular, donde cualquier planificación resulta prácticamente ineficaz.

Figura 8. Maquinaria en trabajos de excavación

Foto: Luis Humberto Casas.

Figura 9. Vista de Lyon, Francia

Foto: Isabella Casas.

Las características anotadas respecto al sector, hacen de él un sector sui géneris, que responde a condiciones diferentes a las de los demás sectores (ver Tabla 1).

Tabla 1. Características del sector de la construcción

Sector industrial manufacturero

Sector de la construcción

1. Organización estable.

1. Organización flexible.

2. Planifica a largo plazo.

2. Planifica a corto plazo.

3. Posee capital propio para la producción.

3. Requiere de financiación para la producción.

4. Industria bajo techo.

4. Industria al aire libre.

5. Producto móvil, almacenado.

5. Producto estático, no almacenable.

6. Producción estandarizada.

6. Producción, en un gran porcentaje a pedido.

7. Producción en cadena (productos móviles pasando por operarios fijos).

7. Producción concentrada (operarios móviles en torno a un producto fijo).

8. Uso de determinado número de materiales con especificaciones simples y claras.

8. Uso de “n” número de materiales elaborados y semielaborados en su proceso de producción, con especificaciones complejas.

9. Costos por unidad menores.

9. Costo por unidad elevado.

10. Realiza “costos experimentales totales”.

10. No puede realizar “costos experimentales totales”.

11. Control total sobre el proceso de producción, responsabilidades concentradas y bien definidas.

11. Control parcial sobre el proceso de producción, responsabilidades dispersas y poco definidas.

12. Riesgos “bajos e intermedios” en la inversión.

12. Riesgos altos en la inversión.

13. Poca rotación de personal.

13. Alta rotación de personal.

14. Mano de obra especializada.

14. Mano de obra poco calificada.

15. Induce al consumo.

15. No puede inducir al consumo.

16. Generalmente las ventas son al contado.

16. Generalmente las ventas son a crédito.

17. Productos de corta duración, reemplazables.

17. Productos de larga duración.

Fuente: Casas (1989b).

LA ACTIVIDAD CONSTRUCTORA Y SU IMPORTANCIA ECONÓMICA

En cualquier país desarrollado o en desarrollo, la construcción es una actividad vital porque proporciona los medios para satisfacer las necesidades del hombre en cuanto a espacio construido, creando así las condiciones ambientales que le permiten mejorar el nivel de vida del conjunto de la población.

Al igual que los demás sectores de la economía, la construcción necesita para su funcionamiento, capital, tecnología, mano de obra; en su operación produce bienes y servicios. Sin embargo, una de las características fundamentales del sector en su multiplicidad de relaciones con otros sectores de la economía del país. Así, el sector de la construcción presenta amplios encadenamientos hacia atrás al demandar maquinaria, tierra, insumos, trabajo y encadenamientos hacia adelante, mediante la oferta de bienes, servicios e ingresos que irradian diversos efectos multiplicadores.

Figura 10. Bahía de Cartagena

Foto: Isabella Casas.

Figura 11. Envase y transporte de hormigón Fábricas de cemento Glacier Northwest, Kenmore, Washington

Foto: Joe Mabel.

La actividad de la construcción hace referencia a la ejecución de obras civiles o públicas y de la edificación por parte de empresas constructoras, contratistas o subcontratistas que generalmente están relacionados con el sector industrial y sus servicios derivados. Lo anterior genera importantes interrelaciones hacia atrás con el sector primario, con el secundario o industrial (productor de materiales) y con el sector terciario en la comercialización (proveedor).

De igual manera interrelaciones hacia adelante por medio de la infraestructura, originaron que el sector de la construcción sea uno de los más importante tanto a nivel global como local. La estructura de las cadenas productivas de la construcción está integrada por: sector primario de extracción, sector secundario de transformación, sector terciario de servicios (ver Diagrama 1).

Diagrama 1. Estructura de las cadenas productivas de la construcción.

Fuente: Manual de Calidad (abril, 2010).

El sector de la construcción juega un papel fundamental en el dinamismo de la economía nacional, y por esta razón su análisis es de vital importancia para entender el contexto en el que se desempeña, debido a que la construcción potencializa el crecimiento por su alto nivel de encadenamiento con otros sectores productivos, actuando como un factor multiplicador de producción y empleo.

El sector de la construcción está relacionado, entre otras, con las siguientes actividades:

1. La industria de fabricación de materiales.

2. El mercado de trabajo.

3. El sistema financiero.

4. El nivel y desarrollo de la tecnología.

5. La tenencia y el uso de la tierra.

6. La demanda general de la economía.

7. El sector externo.

8. La formación interna de capital fijo.

9. La oferta de obras públicas y edificaciones.

10. El nivel general de consumo de la comunidad.

La industria de la construcción tiene como complementarias las que producen materiales básicos o primarios; las de elementos manufacturados y equipos para sus instalaciones en obra y las que conforman los acabados de las edificaciones: carpintería, enchapes, pintura, etc.

El sector de la construcción es una actividad industrial que, al orientar recursos humanos, materiales, técnicos y financieros, lleva a cabo obras específicas de infraestructura en los campos vial, portuario, hospitalario, energético, recreativo, urbanístico, habitacional y además de obras de edificación en las áreas destinadas a vivienda, comercio e industria, tanto en las ciudades como en los sectores rurales.

Figura 12. Obra en proceso

Foto: Luis Humberto Casas.

Es frecuente que, pese a esta gran importancia del sector y a su influencia decisiva en el conjunto económico nacional, los gobiernos consideren la inversión en la edificación y obras públicas de naturaleza inflacionaria. Por lo tanto, proceden a fijar restricciones y disminuyen el nivel de gastos del sector público dedicado a la construcción, como un correctivo tendiente a estabilizar la economía y a fortalecer la política monetaria, produciendo como resultado inmediato un gran desempleo en los sectores laborales de baja calificación, que lógicamente pierden su capacidad de consumo. Por lo tanto, lado de receso que, a su vez, afecta a las otras actividades económicas, agravando, naturalmente, los problemas sociales del país.

Figura 13. Torres de vivienda

Foto: Luis Humberto Casas.

La inversión en el subsector de la edificación produce un efecto multiplicador en la economía porque sus obras generan nuevas actividades, nuevas fuentes de trabajo y una mejor capacidad de consumo.

El subsector de la construcción dedicado a las obras de edificación (programas de vivienda) debe analizarse en el marco de las políticas macroeconómicas. En los sectores productivos como el de la construcción, donde se aprecia el proceso de producción en su conjunto, es frecuente que se aboque por políticas expansivas del gasto y por mejores condiciones económicas para los demandantes potenciales de sus productos. Cuando se piensa así, no se actúa con el criterio económico estrecho según el cual los usuarios, por ejemplo, son un gasto o un costo, sino que estos son vistos básicamente como un factor de demanda.

Aquí no se olvida que toda política que favorezca la ampliación del mercado interno, por la vía del aumento del ingreso, es benéfica para el sector productivo, pues aumenta el mercado efectivo de sus productos. En el caso de un producto como la vivienda popular y de acuerdo con la experiencia colombiana, la apreciación anterior puede considerarse un axioma.

La población, el empleo, los ingresos, el tamaño del mercado interno y el nivel general de crecimiento de la economía, son determinantes del mercado efectivo de vivienda, que no puede omitirse cuando se pretende realizar una adecuada política de vivienda y de desarrollo urbano. Las políticas macroeconómicas actúan sobre nuestras ciudades como factores que estructuran la demanda de bienes y de servicios en la ciudad y, por ende, sobre la demanda y oferta de nuevas edificaciones.

Es claro entonces que una política de vivienda, como cualquier política de desarrollo, no puede formularse adecuadamente si no es a partir de un análisis de orden macroeconómico. El análisis del profesor Currie en el caso de la vivienda, según el cual la causa principal del problema habitacional es la pobreza general o, lo que es igual, la falta de ahorro, de los bajos ingresos y de su inadecuada distribución, adquiere en este contexto su mayor importancia.

El papel de la industria de la construcción en este proceso de modernización del desarrollo es central; la construcción absorbe la mano de obra que proviene del campo y la vincula al proceso del desarrollo y ocasiona que la fuerza del trabajo no capacitada empiece a volverse escasa, haciendo que las políticas económicas tengan que actuar con mecanismos distributivos.

La trilogía crecimiento económico, productividad agrícola y migración urbana es una constante histórica. Se trata de encauzar racionalmente este proceso. Así se llega a umbral de la teoría de los sectores líderes, la cual se basa en la necesidad de crear estímulos a la inversión en los sectores donde existe amplia demanda, pero insatisfecha para que, al atenderse, influya en forma significativa en el resto de la economía.

Figura 14. Edificio Los Tiempos, Cochabamba, Bolivia

Fuente: Fotos de Bolivia (s. f.).

La actividad de la construcción de vivienda ha demostrado ser capaz de obrar en contra de la tendencia de la tasa global de gastos y de ahí la posibilidad de constituirla en instrumento de política anticíclica. El sector de la construcción, al igual que las exportaciones y el turismo en algunos países, es por excelencia un sector que posee la posibilidad de ser impulsor, o sea que puede crecer mucho más aceleradamente que el promedio de la economía y lograr inducir el crecimiento de los demás y, por lo tanto, el del conjunto.

El sector de la construcción, lejos de ser un sustituto, es un complemento importante de otros sectores económicos, en virtud de su amplia red de encadenamientos en el proceso productivo. En Colombia las políticas económicas que han tomado al sector de la construcción como sector líder, han tenido en cuenta simultáneamente al sector externo y por sus características básicas, ya que responde a estímulos exógenos y actúa como motor de crecimiento al mantener una gran demanda latente y una gran elasticidad producto del aumento del ingreso de la demanda.

Las exportaciones, la agricultura y la industria, así como el sector de la construcción, son bases del desarrollo y son la clave para que, con una adecuada combinación pueda lograrse un nivel de abastecimiento importante en el futuro y por consiguiente una elevación en el nivel de vida de la población. Con base en los planteamientos anteriores del sector de la construcción, ha sido catalogado como:

• Un verdadero motor de la actividad económica.

• Un multiplicador de la producción de bienes y servicios.

• Un importante generador de empleos directos e indirectos.

Figura 15. Obras, estructuras de retención, La Tertulia

Foto: Luis Humberto Casas.

Hay otros factores económicos que destacan la importancia del sector de la construcción, estos son:

• El valor agregado.

• El consumo intermedio.

• La remuneración del factor trabajo.

• La formación interna bruta de capital.

• La generación de empleo.

Todo lo expuesto anteriormente confirma que la actividad de la construcción, por lo que ella representa dentro del conjunto macroeconómico nacional, es una actividad múltiple, compleja y fundamental, que se entrelaza con todos los demás sectores del desarrollo económico y social. Por eso es correcto afirmar que es una actividad motora que mueve el engranaje de una economía activa y dinámica.

Figura 16. Museo George Pompidou

Foto: Isabella Casas.

Desde el punto de vista social, la construcción constituye uno de los pilares de la economía nacional. Su alto impacto en el PIB y la alta participación de sus trabajadores en el mercado laboral hacen de este sector uno de las más importantes para el desarrollo del país y la región.

El sector de la construcción aporta a fines tales como la dignificación de la persona en cuanto proporciona un ambiente adecuado para la realización de sus actividades mediante la construcción de edificaciones de distinto tipo, sirve de apoyo al desarrollo económico en sus más diversas expresiones y colabora de manera preponderante en la producción de infraestructura necesaria para este.

Además de ello, es un sector del cual se derivan muchas industrias que son proveedoras del mismo y que generan igual cantidad de fuentes de trabajo indirecto que las de empleo directo. Por lo tanto, cualquier acción tendiente a la optimización de recursos, organización, aprovechamiento de mano obra, simplificación de procesos, tecnificación de métodos constructivos, etc., tiene un importante impacto social ya que permitirá destinar más y mejores recursos a favor de la sociedad que es beneficiaria de las obras ejecutadas por sus empresas y profesionales.

Teniendo en cuenta lo anterior, esto deberá verse reflejado en las empresas del sector en el aumento de sus ingresos, beneficios y oportunidades, para lo cual se han venido preparando para así tener una estructura y soporte financiero adecuado.

En consecuencia, las edificaciones son básicas para la realización de las actividades de todos los sectores económicos, dado que sobre ellas se pueden implementar otros desarrollos, en tal sentido, son una necesidad permanente y día a día con mayores exigencias de calidad y eficiencia.

En ese marco, la formación de especialistas que trabajen en garantizar su vida en el tiempo y el cumplimiento de sus funciones de acuerdo con su uso son necesarios e indispensables, para lo cual se requiere de conocimientos y de competencias en el campo del mantenimiento y la conservación, en nuevas tecnologías, equipos, materiales, procesos, administración y gestión, entre otras.

EL PROCESO DE PRODUCCIÓN DE OBRAS DE EDIFICACIÓN

El desarrollo de las formas de producción, ha conducido a la actividad constructora hacia la especialización. Esto ha llevado a que tanto en el proyecto como en la ejecución de la obra se fraccionen las responsabilidades entre diversos especialistas, con olvido muchas veces de la indispensable integración entre ellos como equipo y de las actividades que generan.

El proceso de producción de obras de edificación es ante todo un proceso integral. Como acto cognoscitivo experimental, parte de unas necesidades de espacio construido y define la estructura de un objeto a través de la concepción de una forma y la determinación del modo de realizarla por medio de la técnica. En ese sentido la acción de edificar constituye un proceso de síntesis y, como tal, debe contemplar uno a uno la multiplicidad de factores que intervienen para definir la estructura del objeto; de ello se desprende que el proceso es fruto de un conjunto de aportes estrechamente relacionados sobre todo cuando se trata de competencias tan diferenciadas y específicas como: Arquitecto, Urbanista, Ingeniero, Constructor, etc. (Casas Figueroa, 1989)

DEFINICIÓN

En la creación de nuevo espacio construido y en la conservación del existente, el hombre realiza una serie de acciones que le permiten llevar a cabo su propósito; este conjunto de acciones se denomina proceso de edificación. El proceso de producción de obras de edificación como el conjunto de fases integradas para la realización de un edificio. Este proceso comprende como fases las siguientes:

a.La planeación, que abarca la investigación y formulación del plan, el diseño y tramitología de proyectos.

b.La ejecución, que comprende la planeación de la obra, la organización técnico administrativa, los métodos y procedimientos o estudios de tiempos y movimientos, el control de producción.

c.El funcionamiento, que incluye la administración y el mantenimiento.

d.El control, como una actividad que se ejerce en el desarrollo de cada una de ellas, y que se puede considerar como una fase independiente (ver Tabla 2).

Tabla 2. Proceso de Edificación

Fuente: Casas (2001, p. 21).

Cada una de estas fases necesita de una administración, una programación del uso de instrumentos técnicos, recursos humanos y de una evaluación económica, buscando así una adecuada utilización. (ver Diagrama 2) (Casas Figueroa, 2001)

Diagrama 2. Sistema de decisión

Fuente: elaboración propia.

LAS FASES DEL PROCESO

La fase de planeación

Para poder planear en esta primera fase del proceso hay que hacer previsiones, se hace indispensable fijar objetivos o fines que se persiguen, para así orientar las acciones hacia su obtención. Después de tener claridad sobre los resultados a obtener, nos remitimos al estudio de los factores externos e internos; tendremos que analizar los factores políticos, económicos, sociales y técnicos.

Investigación y formulación del plan

Analizados los factores, se continúa con el proceso en lo referente a los estudios preliminares para posteriormente formular el plan.

Dentro de esta fase es necesario manejar dos niveles: uno general, referente a los planes de desarrollo nacionales, regionales, urbanos y lo concerniente a las leyes y reglamentaciones específicas que lo rigen y que inciden en el proyecto. El otro, es un nivel particular, el cual se refiere a la planeación del proyecto mismo.

En el primer nivel, en los estudios, se hace necesario conocer acerca de:

• Leyes nacionales: Código Civil, del trabajo (seguridad social, salud ocupacional), de comercio, financiero, de recursos naturales.

• Estudios nacionales:

Recursos humanos: Demografía.

Recursos físicos: DANE, oferta, demanda y proyecciones.

Recursos económicos: Economía regional, oferta y demanda, ordenanzas, reglamentaciones regionales.

• Estudios urbanos:

Recursos humanos: Sector de población, composición, nivel socioeconómico y cultural, usos y costumbres, creencias, seguridad social.

Recursos económicos: Usos del suelo, códigos, reglamentaciones.

Esta información junto con la obtenida en el segundo nivel, referente al estudio de los recursos financieros, tecnológicos, físicos, humanos, permitirá definir la ubicación de espacios públicos y formas generales de la edificación y las primeras decisiones en cuanto a sistemas espaciales y estructurales.

También en este nivel de la planeación se realizan los estudios del terreno, se analiza su morfología, composición química y resistencia, para tener la seguridad de que las características del suelo sean adecuadas al tipo de obra.

Diseño y tramitología del proyecto

El proceso del proyecto dará como resultado una estructura o forma global de la edificación. Pero es a partir de la composición y ordenación de los elementos constructivos que se logra una obra tangible, con una personalidad propia, repetitiva o no.

La síntesis derivada del proceso del proyecto es propia de esa obra arquitectónica y solo de ella, es decir que los distintos conocimientos y elementos materiales se constituyen en “componentes” reales de un acto creativo y constructivo. En el momento del proyecto es cuando se hace preciso especificar los materiales que potencialmente poseen la capacidad de construir la forma ideada.

Durante la acción-proyecto, en relación a las exigencias de funcionalidad y percepción, se define la conformación del objeto para garantizar la seguridad estática y el confort ambiental; con este fin se eligen “materiales” con capacidades adecuadas de resistencia y cualidades fisicotécnicas compatibles entre sí, con vista a la factibilidad constructiva.

Al tomar la decisión de abocar un proyecto de edificación haciendo uso de una determinada tecnología y de un sistema constructivo, se hace evidente la necesidad de trabajar integralmente todas las fases del proceso de producción de obras de edificación y especialmente lo relacionado a la solución de problemas específicos del diseño y la construcción, lo cual implica un mayor compromiso del arquitecto y de los otros profesionales que intervienen en el proceso.

En esta parte de la fase de planeación del proceso de producción de obras de edificación, se efectúa la programación arquitectónica, o sea, el programa de necesidades de áreas y el pliego de cargos o de condiciones referentes a las exigencias ambientales y a las exigencias técnicas. Estos estudios conducen a la definición de especificaciones, tanto de tipo humano y ambiental como de normas técnicas.

La tarea está dada en el poder detectar las necesidades del grupo humano al cual se dirige el proyecto; cuando se habla de satisfacción de necesidades, ello implica en la escala del edificio y su entorno, estudios fundamentales de exigencias de habitabilidad, basadas en las actividades a desarrollarse para que estas se puedan efectuar dentro de condiciones óptimas.

Estas necesidades pueden clasificarse como humanas, que comprenden las fisiológicas, las psicológicas y las socioculturales; físicas: los equipos, espacios y ubicación; económicas: seguridad, calidad y costos. Los estudios mencionados darán como resultado unas especificaciones que se referirán a las calidades espaciales, al equipamiento y a la seguridad (ver Tablas 3 y 4).

Tabla 3. Compromisos de la arquitectura en función de las necesidades humanas

Compromisos de la arquitectura

Necesidades humanas

Fisiológicas sentidos (percepción del ambiente)

Vista

Manejo de la luz.

Oído

Manejo del sonido.

Olfato

Ventilación aire limpio.

Háptico (tacto)

Manejo de clima y temperatura.

Manejo de texturas.

Orientación

Manejo de movimiento (cinestesia).

Manejo de la posición y su relación.

Psicológicas

Locomoción

Movimiento

Economía de espacio y movimientos.

Manejo de espacio necesario.

Manejo de minusválidos.

Higiene

Salud

Higiene personal.

Aseo y limpieza.

Recreación y descanso.

Seguridad

Física

Accidentes Prevención de incendios.

Sismos.

Pánico.

Mental

Aceptación de materiales.

Aceptación del espacio.

Económica

Costos de construcción.

Calidad de la edificación.

Costos de operación.

Culturales

Adecuación

Forma de ordenación de espacios.

Función de los espacios y modos particulares de cumplir las funciones.

Uso y costumbres.

Fuente: Borrero (1989).

Tabla 4. Necesidades fisiológicas, psicológicas y culturales

Compromisos de la arquitectura

Estudios necesarios

Especificaciones

Resultado

Hombre

Especificidad

Manejo de la luz.

Luz natural (1), luz artificial (1), invidentes.

De iluminación.

En relación con el tipo y función del espacio cuantificación.

Habitabilidad.

Manejo del sonido.

Niveles de ruido (1) rangos y límites.

Acústicas.

En relación con el tipo y función del espacio límites.

Habitabilidad.

Manejo del aire.

Circulación del aire (2), renovación pureza.

Ventilación.

En relación con el tipo y función del espacio. Su forma de utilización (fumadores o no).

Habitabilidad.

Manejo del clima.

Clima microclima y niveles de confort (2).

Temperatura.

En relación con el tipo y función del espacio. Su forma de utilización

(fumadores o no).

Habitabilidad.

Manejo del movimiento.

Antropometría (3) movimientos necesarios. Acciones físicas humanas–minusválidos.

Antropometrías.

Función del espacio, sus medidas y equipamiento (medidas mínimas).

Habitabilidad. Equipos. Metrología.

Salud individual.

Usos y costumbres. Equipos con relaciones a usos previsiones futuras.

Higiene personal.

Espacios necesarios. Equipos necesarios.

Equipamiento. Metrología. Cualidades de elementos.

Salud en general.

Sistemas y equipos en relación con usos materiales.

Aseo y limpieza.

Espacios y equipos necesarios.

Equipamiento. Cualidades de elementos.

Salud general.

Demografía y determinación de espacios (4).

Recreación.

Espacios, modalidades y equipos.

Habitabilidad Metrología. Equipamiento.

Prevención de accidentes.

Accidentalidad en edificios. Causas.

Seguridad personal.

En relación con diseño y componentes.

Seguridad física.

Prevención de incendios.

Causas y efectos (4) de incendios. Sistemas de combate y escapes.

Seguridad personal y del edificio.

En relación con elementos y sistemas.

Seguridad física y del edificio.

Estabilidad.

Sismos, su intensidad y ocurrencias (5) zonas sísmicas geología y suelos.

Seguridad personal y del edificio.

En relación con la estructura y su resistencia.

Seguridad física y del edificio.

Previsiones para el pánico.

Sistemas de seguridad y escape.

Seguridad personal.

En relación con el sistema de circulación y su diseño.

Seguridad física.

Aceptación de componentes.

Psicología de aceptación. Materiales aceptables.

Seguridad psíquica.

Tipos de componentes a usarse.

Seguridad mental.

Aceptación del espacio.

Psicología del espacio. Aceptación del espacio.

Bienestar psíquico.

Proporciones del espacio.

Bienestar psíquico.

Costos de edificación.

Condiciones socioeconómicas. Límites de costos.

Costos.

Alternativas de sistemas y diseños. Tipologías.

Seguridad económica.

Calidad de la edificación.

Calidad de componentes y elementos.

Cualidades.

Alternativas en relación con cualidades. Optimización.

Bienestar-seguridad.

Costos de operación y adaptación.

Consumo y de particiones. Diseño aceptable.

Costos de operación.

Alternativas. Equipos. Determinación sistemas.

Seguridad económica.

Sistema espacial.

Usos y costumbres. Uso real espacial (6).

Espaciales.

Usos espaciales.

Adecuación.

Bibliografía

1. Estudios del arquitecto Sigifredo Rojas. 2. Olgyay, Víctor: Clima y arquitectura en Colombia. 3. Neufert, E.: el arte de proyectar en arquitectura. Times ave standards. 4. Códigos de Bomberos, códigos de compañías de seguros, códigos municipales, Normas Icontec, ISO. 5. Norma sísmica NSR98. 6. Sánchez, Miriam. Exigencias de habitabilidad en la vivienda.

Nota

Pueden existir más tipos de especificaciones.

Las necesidades culturales influyen en todo el sistema Las necesidades culturales influyen en todo el sistema espacial del hábitat. Es posible hasta ahora detectarla en dos tipos de espacios:

• El primero, por los distintos usos del sistema espacial.

• El segundo, por los juegos y diversiones propias (autóctonas) y aceptadas por nuestra cultura.

Fuente: Conferencia “Especificar”. Borrero, Harold Especificaciones Ambientales.

Las especificaciones deben contener, además, los instrumentos de ejecución que son de tipo humano, físico, técnico y económico, entrándose a considerar después los requerimientos ya definidos en la fase de planeación, el especificar se convierte en el amarre del total del proceso y parte esencial para el logro de las fases siguientes.

Con base en el programa de necesidades y áreas, definidas las especificaciones ambientales y las exigencias de habitabilidad del proyecto, se da inicio a la etapa del diseño, la cual implica la concepción arquitectónica y su expresión material, representadas en planos en cada una de sus etapas: esquema básico, anteproyecto y proyecto. Paralelo a este proceso se debe coordinar el proyecto arquitectónico con los proyectos de ingeniería para posteriormente realizar los estudios complementarios (costos y presupuestos, programación, reglamento de copropiedad, etc.).

Como parte final de esta etapa se procede a tramitar ante las instancias competentes la aprobación de los proyectos y la obtención de la licencia de construcción.

La fase de ejecución

En esta fase se utilizarán las órdenes dadas por la fase anterior, la de planeación, y toda la información proveniente de esta, así como de la última fase, la de funcionamiento; dependiendo del criterio que se asuma, si es parte del proyecto o no, se puede incluir en esta fase los denominados estudios complementarios al proyecto, que comprenden: las especificaciones de construcción, los costos y presupuestos, la programación, el reglamento de propiedad horizontal, si no se comenzaría con las siguientes labores:

Planeación de obra

La planeación de la obra se da desde el punto de vista:

• Físico: análisis del sitio, dependencias, plan de desarrollo físico.

• Funcional: organización de la obra, plan de operación, plan de seguridad.

Organización técnico administrativa de la obra

• Análisis de recursos o asignación de recursos:

Físicos: materiales, tipo, propiedades, instrucciones para su trabajo y mantenimiento, suministros y tolerancias.

Técnicos: maquinaria, equipo, herramientas, instrucciones para su trabajo y características.

Humanos: personal calificado, no calificado, directivo, operativo. Organización del trabajo, estructura organizativa.

Figura 17. Torre Huérfanos de Sabbagh Arquitectos

Foto: Enrique Luligo.

Métodos y procedimientos o estudios de tiempos y movimientos

• Actividad; operaciones, transporte, inspección, almacenamiento, demora.

• Trabajo; tipo de trabajo, directo e indirecto, independiente y combinado; elementos de trabajo, hombre, máquina.

• Medida del trabajo, unidad de producción.

• Tiempo, duración de la actividad.

Figura 18. Proyecto en construcción

Foto: Luis Humberto Casas.

Control de producción

• Administrativo: personal, contratos, costos y presupuestos, programación, almacén, compras, consumos.

• Técnico: calidad, seguridad, estabilidad.

Para el desarrollo de esta fase se requiere del conocimiento profesional y técnico del oficio con el objeto de cumplir las órdenes emanadas del diseño, de las normas y especificaciones de construcción mediante una organización y uso de los recursos disponibles, acordes a las circunstancias en que ha de efectuarse la obra.

La fase de funcionamiento

Las edificaciones son, hoy en día, el lugar donde mayor número de horas se permanece, independiente del uso o función que se desarrolle en ellas y por lo tanto sus condiciones deben garantizar su operación, funcionalidad, buenos niveles de seguridad y habitabilidad, ser seguras, valga la redundancia, confortables, saludables y adecuadas para las tareas que se realicen en las mismas. Además, deben cumplir con las condiciones establecidas de antropometría, ergonomía, nivel de iluminación, etc., de acuerdo con la normativa en Prevención de Riesgos.

Figura 19. Usos de implementos de seguridad

Foto: Paola Villacís.

El proceso de producción de obras de edificación y obras civiles no finaliza cuando termina la ejecución de la obra y se hace entrega del bien al Estado o a la administración o al usuario, ya sea propietario o arrendatario; a partir de este momento comienza su vida útil y con ello su uso y explotación, lo cual genera consumo de recursos (agua, energía y otras materias primas) y producción de residuos sólidos (orgánicos e inorgánicos) y líquidos.