El proceso de secularización - Santiago Martínez Sáez - E-Book

El proceso de secularización E-Book

Santiago Martínez Sáez

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Beschreibung

¿Cuál es el porvenir de las religiones? Muchos piensan que el mundo futuro supondrá el fin de todas ellas, y que el proceso es ya irreversible. También lo piensan algunos cristianos. La sociedad y su cultura, se afirma, quedará así liberada de la tutela y el control religioso. Pero una cosa es admitir que algo existe, y otra aceptarlo como solución ideal para tantos problemas de la humanidad. El autor muestra los aspectos positivos y negativos de la secularización, sus raíces y sus consecuencias, y también sus posibles soluciones. Incluye un sugerente glosario de términos, y varios cuadros cronológicos de historia y filosofía, que ayudan a enmarcar los términos de un debate de plena actualidad.

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Veröffentlichungsjahr: 2018

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SANTIAGO MARTÍNEZ SÁEZ

EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN

EDICIONES RIALP, S. A.

MADRID

© 2018 by Santiago Martínez Sáez

© 2018 by EDICIONES RIALP, S. A.,

Colombia, 63. 28016 Madrid (www.rialp.com)

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)

si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Realización ePub: produccioneditorial.com

ISBN: 978-84-321-4958-0

Agradezco a la

Dra. María Teresa Barraza Quezada,

su colaboración en la edición de esta obra,

sin la que hubiera sido imposible

su aplicación

ÍNDICE

PORTADA

PORTADA INTERIOR

CRÉDITOS

DEDICATORIA

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

II. EXPLICACIÓN DE LA TERMINOLOGÍA

a) Secularización

b) Desmitización o desmitificación

c) Desmistificación

d) Desacralización

e) Desmetafisicación

f) Desreligiozación

g) Laicización, laicidad y laicismo

III. SECULARIZACIÓN Y SECULARISMO

IV. ASPECTOS «POSITIVOS» DE LA SECULARIZACIÓN

V. CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LA SECULARIZACIÓN

VI. EL FONDO DEL PROBLEMA

1. Ateísmo, agnosticismo y antropocentrismo

2. Raíces del problema

a) El oscurecimiento de la inteligencia. Racionalismo e irracionalismo

b) Antimetafísica: pérdida del ser

c) Antiética: pérdida del “deber ser”

d) Funcionalismo

3. Consecuencias del problema: una sociedad deshumanizada

a) Una sociedad permisiva

b) Una sociedad materializada

c) La tiranía del producto

d) La tiranía del consumo

e) La dictadura de la tecnocracia

4. El final del camino

a) El hundimiento de la persona en la nada

b) El hundimiento de la sociedad en el nihilismo

VII. HACIA LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA

1. Dios es el Ser fundante

2. El hombre es el ser fundado

3. La religión como condición absolutamente necesaria para una verdadera restauración del hombre y de la sociedad

VIII. CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

GLOSARIO DE TÉRMINOS

ANEXOS

CUADRO CRONOLÓGICO: BREVE RECORRIDO POR LA HISTORIA DEL HOMBRE

CUADRO CRONOLÓGICO: GRÁFICA DEL TIEMPO: Edad Primitiva

DESARROLLO DE LA FILOSOFÍA

EDAD ANTIGUA: FILOSOFÍA ANTIGUA: Después del período prehistórico

EDAD ANTIGUA: FILOSOFÍA OCCIDENTAL

EDAD MEDIA: FILOSOFÍA MEDIEVAL

EDAD MODERNA Y RESURGIMIENTO DE LA ESCOLÁSTICA

EDAD CONTEMPORÁNEA

SANTIAGO MARTÍNEZ SAEZ

I.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

ANTE LA MAREA CRECIENTE DEmaterialismo, que afirma la materia como única realidad, y de naturalismo, que niega radicalmente toda intervención de Dios en la historia y, por tanto, toda revelación sobrenatural, el creyente se pregunta, inquieto, por el porvenir de la religión en un mundo que se autocalifica de secularizado. Precisamente, se dice, el mundo hacia el que caminamos, el mundo del futuro. Son muchos los que piensan que ese futuro mundo secular supone el fin de toda religión. Y no faltan ingenuos, incluso entre los cristianos, que se preguntan si el fin del cristianismo lo tenemos ya a la vista.

Por supuesto que, para cualquier creyente, la Iglesia Católica es imperecedera porque tiene tras de sí la asistencia divina avalada, a nivel simplemente experimental, por veinte siglos de historia a través de los cuales la barca de Pedro ha resistido todas las tormentas de la historia.

Lo más paradójico del problema es que después de la avalancha de escritores protestantes no falta ahora una buena «colección» de «sabios» católicos, sin mucha originalidad, pero con mayor radicalidad, que no titubean en afirmar que el fenómeno actual de la secularización es un proceso irreversible (lo cual supone, por lo pronto, caer en el error del determinismo histórico, inadmisible tanto desde el punto de vista teológico, como filosófico) en el cual la sociedad, con su cultura, son liberadas de la tutela y del control religioso así como de sucedáneos metafísicos.

Por consiguiente, la postura del cristianismo y del cristiano debe ser una aceptación completa de la secularización y de sus consecuencias, como «signo de los tiempos», y por lo tanto como algo querido por Dios. Se trataría de colaborar en el avance de la secularización y de evitar todo lo que pudiera frenar su progreso «inevitable».

Este modo de pensar es equívoco y equivocado y estas líneas se han escrito pensando en aclarar, al menos en parte, dicha equivocación. Una cosa es aceptar, como hecho, la secularización (también acepto como hecho la existencia del mal) y otra muy distinta propugnarla como derecho, como teoría, como ética, y hasta como solución ideal a los problemas que aquejan a la humanidad. El mal es desgraciadamente un hecho pero ni yo ni nadie tiene derecho a defenderlo y extenderlo. La secularización es, pero no debiera ser. Y todo hombre religioso debe luchar por que no se extienda.

Lo que nuestro mundo enfermo requiere hoy es «un suplemento del alma» para elevarlo y superar esta «civilización afrodisiaca» que nos enerva y corrompe (Bergson). Si queremos salvar nuestra civilización y sus mejores valores, la secularización —como vamos a ver— no es el camino.

II.

EXPLICACIÓN DE LA TERMINOLOGÍA

HOY SE UTILIZAN, SIN PRECISIÓN Y, como consecuencia, muchas veces se confunden, los términos siguientes: secularización, secularismo, desacralización, laicización, laicismo, verticalismo, horizontalismo, etcétera.

A su lado, otros semejantes como: desreligiosización (de ahí el llamado cristianismo sin religión, la Fe arreligiosa, etcétera), desmitificación o desmitización, que requieren ser precisados. Sobre todo porque no se trata de simples juegos de palabras sino que aportan una problemática reciente que forma parte de lo que el Concilio Vaticano II, al hablar del género humano, califica de «nueva fase de su historia»[1].

a) Secularización

Es el proceso histórico por el cual el hombre toma conciencia de su autonomía y de su liberación de lo Sagrado. Con esta palabra se designa uno de los grandes fenómenos sociales del momento.

La palabra es equívoca: para unos debe rechazarse por completo. Para otros es la única esperanza de salvar la fe en el mundo que viene. De modo general, se entiende por secularización el paso de lo sagrado a lo secular: el proceso histórico por el que la esfera de lo sagrado-religioso-eclesial disminuye y se empobrece mientras aumenta el campo de influencia de lo secular-laical-mundanal. Ni la palabra ni el significado son recientes.

El proceso de autonomía de lo temporal frente a lo espiritual comienza a fines de la Edad Media y se prolonga a través del Renacimiento, del protestantismo, racionalismo, iluminismo, Revolución Francesa, liberalismo, socialismo, positivismo, etc.; hasta culminar en la situación actual. Bajo el influjo de estas ideologías —en lucha directa y en abierto conflicto contra la Iglesia—, la política, la educación, la economía, el arte, la técnica, buscan una radical independencia; primero de las leyes de la Iglesia y, por último, de la misma Ley de Dios[2].

Aún así son muchos los matices con que se ha utilizado y se utiliza la palabra secularización:

Derecho canónico: Significa el permiso que se concede a un religioso o sacerdote para abandonar su condición —status— religiosa-clerical y adquirir nuevamente la condición anterior (laical). Así se dice que tal sacerdote ha sido reducido al estado laical o que un religioso ha sido secularizado[3].

Derecho político: Señala el paso de bienes de la Iglesia a manos del Estado. En este sentido se dice que tales tierras, escuelas, etcétera, fueron secularizadas.

Histórico-cultural: Designa el proceso de emancipación de la historia y de la cultura moderna del tutelaje y de la orientación de la Iglesia.

Histórico-sociológico: Subraya, por una parte, el origen cristiano de la moderna civilización occidental y, por otra, el actual alejamiento de la cultura moderna del cristianismo.

b) Desmitización o desmitificación

Se utiliza cuando la intención o propósito secularizador se dirige al derrumbe de los mitos[4].

c) Desmistificación

Es la palabra utilizada para designar la acción por la cual se echa por tierra un engaño o una equivocación. No debe ser confundida con la anterior. Mistificar es sinónimo de burlar, embaucar, abusar de la credulidad de alguien. Se utiliza por aquellos que piensan que la religión es un engaño. También para desenmascarar falsos mitos políticos, sociológicos, históricos, etcétera.

d) Desacralización

El proceso de secularización se dirige en muchas ocasiones contra lo sagrado. La palabra sagrado como opuesta a profano es bastante compleja y tiene multitud de manifestaciones. Una persona, un lugar o una cosa son sagrados cuando por un acto peculiar (consagración, por ejemplo), adquieren una relación propia con Dios. Se usa entonces la palabra desacralización: hacer perder a algo su carácter sagrado. Conviene tener presente que lo sagradoes radicalmente opuesto a lo mágico. Lo mágico es una degeneración de lo sagrado. La actitud del hombre ante lo sagrado es de respeto y de adoración: se reconoce la majestad de un Dios a quien se adora. El mago busca el dominio y la sumisión de unos dioses a quienes se teme, pero de quienes pretende servirse el hombre para resolver sus necesidades.