El Teatro de los Niños Automatas - María Victoria Bustamante - E-Book

El Teatro de los Niños Automatas E-Book

María Victoria Bustamante

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Beschreibung

Para la persona que ha logrado encontrar este libro: Primero, este libro no es precisamente un libro, sino que es un portal secreto que lo conducirá a una realidad paralela y misteriosa… Segundo, en el interior de este libro, yace dormida una extraordinaria ciudad y en el corazón de la ciudad, yace dormido un niño… Este niño en particular, es un niño incomprendido que decidió abismarse junto a la ensoñación que vela sobre la atesorada ciudad para escapar de su propia soledad… Tercero, si durante su viaje por las palabras que evocan el despertar de esta maravillosa ciudad, logra cruzar su camino con el de este niño… Pues, en ese caso, supongo que será un encuentro del que no podrá regresar, siendo la misma persona que solía ser antes…

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Seitenzahl: 654

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Bustamante, María Victoria El teatro de los niños autómatas / María Victoria Bustamante. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3495-8

1. Novelas. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenido

Capítulo I - La Ciudad de los Niños Autómatas

Capítulo II - El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico

Capítulo III - RUTINA=MONOTONÍA=REPETICIÓN=PROGRAMACIÓN=RE-PLAY= []

Capítulo IV - El Niño Autómata Ventrílocuo Ajedrecista

Capítulo V - El Niño Autómata Ventrílocuo Contador

Capítulo VI - La Niña Autómata Ventrílocua Florista

Capítulo VII - Una excursión=viaje=paseo improvisado

Capítulo VIII - El Niño Autómata Ventrílocuo Electricista

Capítulo IX - El Niño Autómata Ventrílocuo Gemólogo

Capítulo X - La Niña Autómata Ventrílocua Pastelera

Capítulo XI - El Niño Autómata Ventrílocuo Herrero

Capítulo XII - El Niño Autómata Ventrílocuo Astrónomo

Capítulo XIII - El Niño Autómata Ventrílocuo Equilibrista

Capítulo XIV - Una vuelta al mundo

Capítulo XV - [MI IMAGINACIÓN=MI PLANETA]= []

Capítulo XVI - [ERROR 404]= [LINEA DIRECTA]

Capítulo XVII - El Vigía de las Estrellas

Capítulo XVIII - [Punto de Ajuste Crítico]

Capítulo XIX - [AUTOMATIZACIÓN DEL NIÑO ESTRELLA]

Capítulo XX - [HORA OFICIAL]

Capítulo XXI - Un Niño Estrella caído de los cielos

Capítulo XXII - La Doncella de Blanco

Capítulo XXIII - Un cascabel que canta desde los cielos

Capítulo XXIV - Un deseo en el silencio

Capítulo XXV - La Ciudad de los Adultos Autómatas

Capítulo XXVI - Una Carta para el Lector

-“Querido lector: Por favor, lea este libro sin interrupciones hasta su hoja final…

Muchísimas gracias...”-

La autora

Capítulo I

La Ciudad de los Niños Autómatas

Existe una maravillosa ciudad. Una ciudad hermosa. Una ciudad única.

Esta maravillosa ciudad, brilla con un esplendor único y el secreto que resguarda su esplendor, es un secreto que la ciudad esconde, celosamente, afanosamente. Como si fuera un tesoro muy preciado, un tesoro único sobre la faz de la Tierra.

Esta bella ciudad está repleta con innumerables edificios que fueron decorados con detalles de varias épocas pasadas. Épocas barrocas, románticas e inclusive hasta góticas.

En esta maravillosa y bella ciudad se construyeron muchos edificios con diseños innovadores y también se construyeron edificios con una apariencia más fría y reservada. En zonas estratégicas de la ciudad, se construyeron los edificios que carecían de los presuntuosos detalles de las épocas antiguas pero estos edificios, se destacaban de sus congéneres por cierta belleza autentica en su particular diseño.

En esta enorme y hermosa ciudad, existen: numerosas oficinas, amplios salones, extensos puentes, galantes museos, flamantes casinos e interminables túneles subterráneos.

Las avenidas principales y las antiguas galerías de la ciudad rodeaban a los vastos edificios de la ciudad y en las avenidas principales de la ciudad, se habían construido muchas cafeterías y restaurantes. Las cafeterías y los restaurantes embellecían y complementaban el maravilloso paisaje urbano característico de la ciudad.

Todos los enormes y vastos edificios de la ciudad habían sido decorados con una exquisita gama de colores que le obsequiaban a la misma ciudad, una embriagada pero sutil elegancia. Una elegancia que le brindaba a esta extraordinaria ciudad, un encanto sugestivo y a su vez, un particular encanto disimulado.

Esta bella y esplendorosa ciudad se la conoce como “La Ciudad de los Niños Autómatas” y al igual que las demás ciudades, La Ciudad de los Niños Autómatas tiene la fama de poseer una infraestructura única. La Ciudad de los Niños Autómatas también tiene una particularidad. Una particularidad que pretende resguardar un detalle muy simple. Un detalle que jamás había pasado desapercibido por la ciudad.

El detalle que jamás pasaba desapercibido por La Ciudad de los Niños Autómatas, era un requisito obligatorio en la ciudad. Un requisito que especificaba que todos los objetos que se pudieran encontrar en La Ciudad de los Niños Autómatas debían estar hechos con metales preciosos y piedras preciosas. Era un requisito fundamental en la ciudad. Un requisito que transformaba a la increíble y enorme ciudad en una extraordinaria ciudad de oro sólido (Au).

El requisito que convertía a La Ciudad de los Niños Autómatas en una fantástica ciudad de oro sólido (Au) también demandaba que la ciudad estuviera repleta con metales preciosos y piedras preciosas. Toda pieza u objeto que se pudiera encontrar en La Ciudad de los Niños Autómatas debía estar hecha con oro sólido (Au) de exquisita calidad y en la ciudad también debían encontrarse objetos que estuvieran hechos con otros metales preciosos tales como la plata sólida (Ag) y el cobre sólido (Cu). Al estar hecha de oro sólido (Au), La Ciudad de los Niños Autómatas prometía ser una ciudad inigualable. La Ciudad de los Niños Autómatas prometía ser una maravillosa e inigualable ciudad de oro sólido (Au) que irradiaba un esplendor verdaderamente único, agraciado y magistral sobre la Tierra.

Los metales preciosos como el oro sólido (Au), la plata sólida (Ag) y el cobre sólido (Cu) le proveían sustento a La Ciudad de los Niños Autómatas y las piedras preciosas como los diamantes, los rubíes, las esmeraldas y los zafiros, acompañaban a la ciudad decorando a las formidables obras arquitectónicas que habitaban en ella.

Detenerse por unos segundos para contemplar a la prometedora ciudad conocida como La Ciudad de los Niños Autómatas, era equivalente a detenerse por unos segundos para contemplar una obra arquitectónica extraordinaria. Una obra arquitectónica extraordinaria cuyo esplendor y brillantez era semejante al brillo de una joya que resultaba ser única en el mundo. La Ciudad de los Niños Autómatas era una fascinante obra de arte. Una joya única sobre la faz de la Tierra. Una joya esplendida que había sido pulida por el arquitecto más obsesivo y perfeccionista que haya podido alguien imaginar.

En La Ciudad de los Niños Autómatas existe otra particularidad. Otra particularidad que también es esencial, pero que opaca a la exquisita brillantez de la increíble ciudad de oro sólido (Au) que había sido fabricada con metales preciosos y piedras preciosas. Es un detalle que, en cierta forma, le obsequia a La Ciudad de los Niños Autómatas un extraño malestar. Una triste dolencia. Un disimulado pesar y la pesadumbre que castiga a la magnífica ciudad de oro sólido (Au) es una tonada lúgubre y sombría. Una tonada lúgubre y sombría cuya raíz se encuentra en la carencia de la suave brisa del viento en la ciudad.

En La Ciudad de los Niños Autómatas jamás había corrido ni una sola corriente de aire. La magnífica ciudad de oro sólido (Au) jamás había tenido el privilegio de conocer a la suave caricia de la brisa del mar y jamás la había visto recorrer los interminables pasillos que habían sido creados por los edificios y las avenidas de la ciudad.

La Ciudad de los Niños Autómatas era semejante a un inhóspito desierto de oro sólido (Au) en donde no había corrientes de aire circulando por sus interminables pasillos de oro sólido (Au) y sin la presencia de la brisa del mar, La Ciudad de los Niños Autómatas se asemejaba a un ostentoso y refinado sarcófago metálico de oro sólido (Au) que no podía ser profanado. La Ciudad de los Niños Autómatas era una intrincada bóveda de oro sólido (Au) que restringía el ingreso del viento a la increíble ciudad de oro sólido (Au) y la decisión de prohibir el ingreso del viento a la ciudad, había sido tomada por el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas.

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había construido una maravillosa ciudad metálica dorada. Una increíble ciudad metálica de oro sólido (Au) que permitía el ingreso de los haces de luz del Sol en la ciudad, pero el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas se las había ingeniado para impedir que el viento se diera el lujo de ingresar a su preciada ciudad de oro sólido (Au).

La determinación del creador de La Ciudad de los Niños Autómatas por construir una ciudad de oro sólido (Au) que restringiera el ingreso del viento en la ciudad no solo demostraba el rechazo caprichoso del creador de La Ciudad de los Niños Autómatas, sino que también demostraba el desprecio del creador de La Ciudad de los Niños Autómatas ante la idea de recibir la visita del viento en la ciudad. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas, era un monarca y su determinación, era absoluta.

La Ciudad de los Niños Autómatas, era un tesoro y el viento, tenía prohibida la invitación.

La semejanza de La Ciudad de los Niños Autómatas con el de un cofre de oro sólido (Au) demostraba la obsesión de su creador por evitar el ingreso de cualquier intruso en la ciudad. La Ciudad de los Niños Autómatas había sido construida para evitar que las perturbaciones del mundo exterior interrumpieran las actividades que se desarrollaban en la maravillosa ciudad metálica dorada y gracias a ello, La Ciudad de los Niños Autómatas era admirada como los prestigiosos monumentos que solemos admirar a diario en varias ciudades del mundo entero.

La Ciudad de los Niños Autómatas era un increíble monumento metálico de oro sólido (Au) que existía en la Tierra para glorificar el arte de la ingeniería mecánica a la par del noble arte de la arquitectura. La maravillosa ciudad metálica dorada era toda una obra maestra y como toda obra maestra, había sido creada para reflejar a la perfección en su expresión más pura sobre la Tierra.

La Ciudad de los Niños Autómatas se compone por cinco sistemas: un Sistema de Control, un Sistema Horario, un Sistema de Administración, un Sistema de Organización y un Sistema de Orientación. La Ciudad de los Niños Autómatas a su vez, se distribuye en diferentes sectores y cada sector de la maravillosa ciudad metálica dorada existe para satisfacer un determinado fin. Un determinado propósito.

Precisamente, como en todas las ciudades que conocemos.

La maravillosa ciudad metálica dorada contemplaba una circunstancia que realzaba a la belleza de La Ciudad de los Niños Autómatas de una manera majestuosa, casi celestial. Una circunstancia que acentuaba a la belleza de la increíble ciudad de oro sólido (Au) de una manera intrincadamente soberbia. Era un truco óptico. Una especie de función teatral que solo el escenario de La Ciudad de los Niños Autómatas era capaz de proyectar en la Tierra. El truco óptico era muy simple y se desarrollaba cuando el Sol despertaba a La Ciudad de los Niños Autómatas con sus tenues y cálidos haces de luz.

Los haces de luz del Sol eran los únicos invitados que podían ingresar a la maravillosa ciudad metálica dorada y los únicos invitados que podían visitar a los innumerables edificios metálicos de oro sólido (Au) de la ciudad. Ver salir el Sol durante la hora del amanecer en La Ciudad de los Niños Autómatas, era equivalente a presenciar un espectáculo único en el mundo. Presenciar el amanecer en La Ciudad de los Niños Autómatas justificaba las tercas decisiones del creador de La Ciudad de los Niños Autómatas.

El creador de la increíble ciudad de oro sólido (Au) había convertido a la maravillosa ciudad metálica dorada en una obra de arte sin igual en la Tierra pues ni bien los primeros rayos de luz del Sol incidían sobre la superficie metálica de oro sólido (Au) de los enormes edificios de la ciudad, la brillante luz que reflejaba el metal precioso se desplazaba lentamente desde el suelo hasta la cima de las increíbles obras arquitectónicas de oro sólido (Au) de la ciudad.

Era, simplemente, magia. Una magia sin igual. Una magia sublime. Una magia indescriptible.

Cuando los haces de luz del Sol descendían en la ciudad e interactuaban con el oro sólido (Au) de los vastos edificios de La Ciudad de los Niños Autómatas, la increíble ciudad de oro sólido (Au) se asemejaba a un espejo de oro sólido (Au) que reflejaba un hermoso y magnifico cielo dorado en la Tierra. El fenómeno óptico que se desarrollaba durante el amanecer en La Ciudad de los Niños Autómatas, era, sencillamente, extraordinario.

Cuando los haces de luz del Sol descendían en la increíble ciudad de oro sólido (Au), los haces de luz del Sol le obsequiaban una exquisita brillantez a la ciudad, pero el efecto que producían los delicados y tenues haces de luz del Sol en la ciudad no estaba del todo completo pues la solitaria ciudad de oro sólido (Au) carecía de la dulce caricia del viento.

Una ciudad única en el mundo que carecía de la suave caricia del viento.

Si bien existía el amanecer, el atardecer y el anochecer en La Ciudad de los Niños Autómatas, las blancas nubes de los cielos y la vegetación en la tierra no mostraban indicios de movimiento ni crecimiento alguno.

Las blancas nubes de los cielos y la vegetación en la tierra no presentaban movimiento ni crecimiento alguno pues habían sido creadas para ser indiferentes al correr del tiempo en la ciudad. Las blancas nubes de los cielos y los preciosos árboles de la ciudad daban la impresión de haberse detenido en un tiempo desconocido. Todo lo que existía en La Ciudad de los Niños Autómatas había sido criogenizado en oro sólido (Au) para que fuera imperturbable en el tiempo.

La increíble ciudad de oro sólido (Au) conocida como La Ciudad de los Niños Autómatas estaba bajo un encantamiento muy especial. Un encantamiento fantástico. Un embrujo maravilloso, casi irrevocable. Un hechizo muy especial que impedía a toda costa el ingreso de la brisa del mar en la maravillosa ciudad metálica dorada.

El misterioso encantamiento que había aprisionado a La Ciudad de los Niños Autómatas había escogido un día muy especial para detener el tiempo en la fantástica ciudad de oro sólido (Au). El embrujo que reposaba en La Ciudad de los Niños Autómatas había elegido un día de pleno auge primaveral para criogenizar metálicamente a la ciudad.

La extraordinaria ciudad de oro sólido (Au) conocida como La Ciudad de los Niños Autómatas se preservaba en una bella estación de primavera, continúa e infinita en el tiempo. Las hojas de los árboles en las avenidas principales de la ciudad compartían un reluciente color verde metálico que representaba a la primavera en la ciudad y todas las hojas metálicas de los árboles brillaban radiantemente al recibir a los haces de luz del Sol de la mañana, pero ninguna hoja se agitaba.

Las blancas nubes de la increíble ciudad de oro sólido (Au) estaban esbozadas en las alturas como si hubieran sido creadas para ser, simplemente, paneles dibujados. Las nubes que aparecían en el cielo de la ciudad le permitían el ingreso a los haces de luz del Sol en La Ciudad de los Niños Autómatas y nada más.

Ninguna nube de La Ciudad de los Niños Autómatas se desplazaba en las alturas. Todas las nubes de la increíble ciudad de oro sólido (Au) habían sido esbozadas para ser nubes sencillas que permanecían estáticas sobre la ciudad. La Ciudad de los Niños Autómatas era, en definitiva, la fotografía de una fantástica ciudad de oro sólido (Au) que había sido criogenizada en el tiempo y se preservaba en un bello día de primavera.

En La Ciudad de los Niños Autómatas no había hojas deslizándose por los aires debido a la carencia del viento en la ciudad y las pocas hojas metálicas de oro sólido (Au) que aparecían en el suelo de la ciudad, estaban soldadas para aparentar naturalidad en la ciudad. Al haber sido criogenizada en oro sólido (Au), la maravillosa ciudad metálica dorada tenía garantizada su propia perpetuidad, su propia inmunidad. La Ciudad de los Niños Autómatas había conseguido que todo lo que existiera en la increíble ciudad de oro sólido (Au), fuera inalterable y perdurable en el tiempo.

Las nubes, los árboles, el césped, los edificios, las tiendas, las galerías y todo lo que embellecía a La Ciudad de los Niños Autómatas, era incorruptible en el tiempo. La ciudad entera, era la perfecta imagen de una bella primavera que reposaba criogenizada en un tiempo maravilloso y desconocido.

Las hojas metálicas de oro sólido (Au), estaban soldadas para aparentar naturalidad.

La Ciudad de los Niños Autómatas era una extraordinaria ciudad de oro sólido (Au) y solo unos cuantos afortunados apreciaban a la dulce interacción de luces y sombras que danzaban en la ciudad. La Ciudad de los Niños Autómatas tenía una cantidad fija y controlada de habitantes. Una selecta y exclusiva lista de niñas y niños que tenían permitido vivir en la maravillosa ciudad metálica dorada y los pocos afortunados que tenían el privilegio de caminar por el suelo metálico de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, eran, nada más ni nada menos, que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas, eran los únicos habitantes que tenían el derecho de vivir en la maravillosa ciudad metálica dorada. Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas, eran los únicos habitantes que podían recorrer los pasillos de una extraordinaria ciudad que estaba repleta con increíbles monumentos arquitectónicos de oro sólido (Au).

Durante la hora del amanecer, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas observaban fijamente hacia el Este a través de las ventanas de los edificios metálicos de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas comenzaban sus días, sentados en una tenue obscuridad, observando fijamente hacia el Este a través de sus pequeñas ventanas metálicas de oro sólido (Au) aguardando pacientemente por los rayos de luz del Sol de la mañana. Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas esperaban sentados en sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes para que los haces de luz del Sol de la mañana se posaran en sus respectivos ojos y sus infantiles rostros.

A medida que los haces de luz del Sol iban iluminando a las ventanas de los enormes edificios metálicos de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, los haces de luz del Sol también iluminaban, poco a poco, los rostros de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la increíble ciudad de oro sólido (Au). Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido fabricados con el más refinado oro sólido (Au) de la Tierra y gracias a ello, todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas que habían sido seleccionados para vivir en la maravillosa ciudad metálica dorada, brillaban de manera incandescente al instante de recibir a los haces de luz del Sol de la mañana en la ciudad.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la maravillosa ciudad metálica dorada brillaban a la par de todo lo que existía en La Ciudad de los Niños Autómatas y todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas que existían en La Ciudad de los Niños Autómatas, compartían los mismos ojos. Unos ojos infantiles que parecían ser bastante comunes. Unos ojos infantiles que manifestaban a una bella aureola arcoíris sobre la Tierra.

Los ojos de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas estaban compuestos por ocho paneles solares. El iris ocular de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas había sido diseñado para completar ocho paneles solares y cada panel solar del iris ocular, tenía un color del arcoíris. Los siete paneles del iris ocular mostraban los siete colores del arcoíris, pero el octavo panel restante, al cual no le correspondía ningún color, había sido seleccionado por el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas para mostrar un obscuro color negro.

El octavo panel ocular era de color negro.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido diseñados, fabricados y programados para cumplir una estricta lista de quehaceres cotidianos en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas, tenían que vestir su uniforme correspondiente en la increíble ciudad de oro sólido (Au) y el uniforme se seleccionaba de acuerdo al cargo u oficio que desempeñara el Niño Autómata Ventrílocuo o la Niña Autómata Ventrílocua de la maravillosa ciudad metálica dorada. Los uniformes que debían usar los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas cumplían con las estrictas normativas que había establecido la increíble ciudad de oro sólido (Au). El diseño que caracterizaba a la indumentaria de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas obedecía un estricto código de vestimenta de acuerdo a su cargo correspondiente en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas comenzaban sus días, sentados en sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes, los cuales estaban ubicados en el interior de sus departamentos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes.

Para ver a un Niño Autómata Ventrílocuo de La Ciudad de los Niños Autómatas se debía observar una de las ventanas de los edificios metálicos de oro sólido (Au) de la increíble ciudad de oro sólido (Au) durante las madrugadas y como resultado, se observaba a un niño a través de un espejo. Un niño que vivía a través de un espejo y que había detenido su crecimiento en un tiempo desconocido.

Un Niño Autómata Ventrílocuo de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas tenían en común: el bosquejó de sus rostros, unos grandes ojos arcoíris, unas finas cejas arqueadas, unas hermosas mejillas rosadas y una serena y dócil sonrisa que connotaba armonía y obediencia.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas transmitían una cordial mansedumbre a través de su gentil y pacífica sonrisa en la increíble ciudad de oro sólido (Au). Era algo curioso. Ver como la cordial mansedumbre de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas trataba de proyectar con desesperación, una existencia de perfecta y continua felicidad en la Tierra.

Las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido diseñados, fabricados y programados para ejecutar determinadas funciones específicas en La Ciudad de los Niños Autómatas. Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas que existían en La Ciudad de los Niños Autómatas debían cumplir un estricto cronograma de actividades en la ciudad. Actividades que nosotros clasificaríamos como trabajos cotidianos.

La Ciudad de los Niños Autómatas le ofrecía a los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la ciudad, todos los materiales que les fueran necesarios para llevar a cabo, las tareas u actividades para las cuales habían sido programados y la increíble ciudad de oro sólido (Au) también les ofrecía a sus afortunados habitantes un excelente servicio de transporte público.

El creador de la fantástica ciudad metálica dorada consideraba el transporte público de la ciudad como el motor principal que generaba el movimiento en la increíble ciudad de oro sólido (Au). El transporte público en La Ciudad de los Niños Autómatas, era de vital importancia para las vidas de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la maravillosa ciudad metálica dorada.

Todos los días, cientos y cientos de Niños Autómatas Ventrílocuos y Niñas Autómatas Ventrílocuas utilizaban el transporte público de la ciudad y se desplazaban por la maravillosa ciudad metálica dorada. Parecía ser un ritual sagrado para los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Durante los siete días hábiles de la semana, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se despertaban temprano a la mañana para viajar en el transporte público de la ciudad y después de que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas llegaran a sus destinos correspondientes, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas cumplirían con su lista de quehaceres cotidianos en la ciudad. Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas tenían deberes que cumplir y todos ellos obedecían, al pie de la letra, la programación que les había impuesto la ciudad para poder existir en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas no podían darse el lujo de retrasarse en la ejecución de sus tareas o actividades cotidianas. Estaba estrictamente prohibido por la ciudad.

La Ciudad de los Niños Autómatas disponía de un Sistema de Orientación para que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la ciudad jamás se extraviaran de sus destinos correspondientes. El Sistema de Orientación de La Ciudad de los Niños Autómatas establecía la existencia del Norte, el Sur, el Este y el Oeste en la maravillosa ciudad metálica dorada y la existencia de otros pormenores en la ciudad.

Los pormenores del Sistema de Orientación de La Ciudad de los Niños Autómatas, eran pequeños detalles que instruían a los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas para que se orientaran adecuadamente a la hora de desplazarse por la ciudad.

En La Ciudad de los Niños Autómatas, existía el Norte, el Sur, el Este y el Oeste.

Los días en La Ciudad de los Niños Autómatas se componían por horas, minutos y segundos. Las semanas en La Ciudad de los Niños Autómatas se clasificaban en torno a siete días y los siete días que completaban una semana, tenían su nombre característico.

Los siete días de una semana en La Ciudad de los Niños Autómatas, tenían los siguientes nombres: Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo.

Un mes en La Ciudad de los Niños Autómatas se completaba cuando hubieran transcurrido, precisamente, cuatro semanas y un año en La Ciudad de los Niños Autómatas se completaba cuando hubieran transcurrido, precisamente, doce meses. Los doce meses que transcurrían en La Ciudad de los Niños Autómatas, tenían su nombre característico.

Los doce meses que completaban un año en La Ciudad de los Niños Autómatas, tenían los siguientes nombres: Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre.

El Sistema de Orientación de La Ciudad de los Niños Autómatas le permitía a los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas el disponer de un cronograma especifico de actividades que debían completar en el transcurso de las horas que clasificaban como un día completo en la ciudad y al mismo tiempo, le permitía disponer de un cronograma específico de actividades para completar en el transcurso de los meses que clasificaban como un año completo en la ciudad.

Las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas cumplían, diligentemente, las actividades que especificaba su cronograma de actividades y mientras transcurrían las horas, se iban completando los días, las semanas, los meses y los años en la maravillosa ciudad metálica dorada. Un intervalo limitado de horas determinaba el final de un día más en La Ciudad de los Niños Autómatas y un intervalo limitado de días determinaba el final de una semana más en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Cuando se completaban los doce meses correspondientes en la maravillosa ciudad metálica dorada, otro año nuevo, era registrado y supervisado por La Ciudad de los Niños Autómatas.

A pesar del gradual traspaso de las horas y los días en La Ciudad de los Niños Autómatas, los rostros de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas no se veían inmutados en lo absoluto. Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre aguardaban pacientemente por los haces de luz del Sol de la mañana y también obedecían, al pie de la letra, los comandos que dictaminaba su programación.

Eran cientos y cientos, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas que se despertaban temprano a la mañana para recibir a los haces de luz del Sol del nuevo día en la maravillosa ciudad metálica dorada. Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre contemplaban el Este para recibir a los haces de luz del Sol de la mañana y la brillante luz que marcaba el comienzo de un nuevo día en la increíble ciudad de oro sólido (Au) también marcaba el comienzo de la programación de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas junto a su cronograma de actividades correspondiente.

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había diseñado, fabricado y programado a los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas para que realizaran, diligentemente, todas las tareas u actividades que demandara la maravillosa ciudad metálica dorada.

Cuando los haces de luz del Sol de la mañana iluminaban a los infantiles ojos arcoíris de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas, comenzaba el proceso de activación de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas. El proceso de activación era rápido, eficiente y terminaba en apenas unos pocos segundos. El proceso de activación de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas, era un chequeo automático general del sistema operativo de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas y después de que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se despertaran en la ciudad, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas, se levantaban de sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes para comenzar con su rutina de todos los días en la ciudad.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la increíble ciudad de oro sólido (Au) tenían habitaciones que se ajustaban perfectamente a sus pequeños tamaños de infante y el espacio que tenían los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas para guardar sus pertenencias en las habitaciones metálicas de oro sólido (Au) no era muy afable, pero bastaba para lo esencial. Los departamentos metálicos de oro sólido (Au) de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se habían construido para cubrir las necesidades básicas de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas y nada más.

Unos pocos metros cuadrados bastaban lo suficiente como para colocar a los asientos metálicos de oro sólido (Au) de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas y también para guardar las herramientas metálicas de oro sólido (Au) de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas. Daba la impresión de que ahorrar espacio en La Ciudad de los Niños Autómatas, había sido otra prioridad sagrada para el creador de la maravillosa ciudad metálica dorada.

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas se había tomado la molestia en fabricar estatuas de adultos de oro sólido (Au) que aparentaban visitar a los edificios y las calles de La Ciudad de los Niños Autómatas, pero los adultos que había fabricado el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas no eran precisamente adultos.

Los únicos adultos que existían en La Ciudad de los Niños Autómatas, eran estatuas metálicas de oro sólido (Au) que mostraban los gestos y ademanes que suelen hacer los adultos cuando visitan ciudades nuevas y acostumbran asombrarse por ello. Todas las estatuas metálicas de oro sólido (Au) que estaban distribuidas en La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido fabricadas para inculcar una determinada impresión en la ciudad. Una impresión que evocaba el típico comportamiento de las personas urbanas durante un hermoso día primaveral.

En varias esquinas y rincones de la maravillosa ciudad metálica dorada se podían encontrar diferentes tipos de estatuas de adultos de oro sólido (Au) y en una de las avenidas principales de La Ciudad de los Niños Autómatas, había una estatua metálica de oro sólido (Au) que representaba a un adulto de la ciudad. La estatua sonriente de oro sólido (Au) le pertenecía a un hombre que había detenido su caminar para ver la hora en su reloj de pulsera y antes de poder darse cuenta, había sido atrapado por el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas. El hombre que había salido de su departamento para caminar por la ciudad y se había detenido para ver la hora en su reloj de pulsera, había sido criogenizado en oro sólido (Au) para poder existir en La Ciudad de los Niños Autómatas. El hombre que había salido de su departamento para disfrutar de una bella tarde de primavera, había sido criogenizado en oro sólido (Au) para existir eternamente en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Todas las estatuas metálicas de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas mostraban una gran sonrisa de felicidad en la increíble ciudad de oro sólido (Au). Era una regla absoluta. Una regla esencial. Los rostros de las estatuas metálicas de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre debían mostrar una sonrisa de continua felicidad en la ciudad.

Precisamente, como en todas las fotografías que solemos ver a diario.

En las cafeterías, los restaurantes y las oficinas de La Ciudad de los Niños Autómatas se podían encontrar más estatuas de adultos de oro sólido (Au). La mayoría de las estatuas de los adultos de oro sólido (Au) permanecían inmóviles y sonrientes mientras que las otras estatuas de los adultos de oro sólido (Au) daban la impresión de compartir una conversación maravillosa pero desconocida durante la bella estación primaveral.

En las esquinas de las plazas públicas de La Ciudad de los Niños Autómatas estaban las estatuas de los ancianos de oro sólido (Au) y los ancianos de oro sólido (Au) de las plazas públicas de la increíble ciudad de oro sólido (Au), les sonreían a los haces de luz del Sol de la mañana ya que marcaban el comienzo de la rutina en La Ciudad de los Niños Autómatas. Los ancianos de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido criogenizados en oro sólido (Au) mientras alimentaban a las palomas de las plazas públicas de la ciudad y las palomas de las plazas públicas de la ciudad, también habían sido criogenizadas en oro sólido (Au) para existir eternamente en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Un adulto que había sido criogenizado en oro sólido (Au).

La escenografía metálica dorada que acompañaba a las estatuas de los ancianos de oro sólido (Au) en las plazas públicas de La Ciudad de los Niños Autómatas trataba de demostrar la amabilidad que tenían los ancianos de la ciudad. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había criogenizado con éxito, el gesto de amabilidad de los ancianos cuando alimentan con migajas de pan a las pequeñas aves silvestres que suelen invadir a las plazas públicas de la ciudad.

En la increíble ciudad de oro sólido (Au) también se podían ver a las estatuas sonrientes de las mujeres metálicas de oro sólido (Au) en las avenidas principales de la ciudad y las mujeres metálicas de oro solido (Au) cargaban con intrigante alegría, unas pesadas bolsas metálicas de oro sólido (Au). Las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que representaban a las mujeres en la ciudad, cargaban con alegría sus bolsas metálicas de oro sólido (Au) para demostrar que habían concretado una adquisición maravillosa en alguna de las tiendas u galerías de La Ciudad de los Niños Autómatas.

En los puestos de diarios, las librerías, las tiendas y las galerías de La Ciudad de los Niños Autómatas se habían colocado más estatuas sonrientes de oro sólido (Au) y en algunos lugares específicos de La Ciudad de los Niños Autómatas se habían colocado a las estatuas metálicas de oro sólido (Au) que representaban a los músicos de la maravillosa ciudad metálica dorada. Las estatuas de los músicos de oro sólido (Au) que se encontraban en la maravillosa ciudad metálica dorada cargaban sus instrumentos de música de oro sólido (Au) y sus partituras metálicas de oro solido (Au) en los espacios públicos de La Ciudad de los Niños Autómatas. Los instrumentos de música de oro sólido (Au) que le pertenecían a los músicos de oro sólido (Au) de la ciudad ocultaban un parlante que reproducía los mismos sonidos que los instrumentos de música reales.

Las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que le pertenecían a los músicos de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre conmemoraban con su música a la increíble inmortalidad de la ciudad y el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había criogenizado en oro sólido (Au) a varios músicos de la ciudad para que reprodujeran la bella música de los violinistas, flautistas, saxofonistas y pianistas más talentosos del mundo en La Ciudad de los Niños Autómatas. Los artistas musicales y sus instrumentos musicales habían sido criogenizados en oro sólido (Au) por el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas para servir como más utilería metálica dorada en la increíble escenografía de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Todos los adultos que se encontraban en la maravillosa ciudad metálica dorada, habían sido criogenizados en oro sólido (Au) para existir eternamente en La Ciudad de los Niños Autómatas y era poco usual el encontrar a las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que representaban a las niñas y los niños de la ciudad.

En los zoológicos de La Ciudad de los Niños Autómatas se podían encontrar a los animales silvestres metálicos de oro sólido (Au) de la ciudad y en los árboles de las plazas públicas de la increíble ciudad de oro sólido (Au), se podían encontrar más animales silvestres de oro sólido (Au). Sin embargo, todos los animales que existían en La Ciudad de los Niños Autómatas, eran esculturas metálicas de oro sólido (Au) que no poseían movimiento ni gracia alguna.

Animales silvestres de oro sólido (Au) que no poseían gracia alguna.

Cuando los haces de luz del Sol de la mañana terminaban de visitar a las ventanas de los edificios metálicos de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, la increíble ciudad de oro sólido (Au) daba comienzo a la jornada matutina y el movimiento en la ciudad, era semejante a la apertura de una ópera musical. En rincones estratégicos de La Ciudad de los Niños Autómatas se habían instalado varios parlantes metálicos de oro sólido (Au) que reproducían a los ensordecedores sonidos de las grandes ciudades cuando les llegaba la hora de despertar y saludar al nuevo día.

Los sonidos que reproducían los parlantes metálicos de oro sólido (Au) de la maravillosa ciudad metálica dorada demostraban como La Ciudad de los Niños Autómatas se despertaba con una armoniosa e inmensa alegría todas las mañanas para honrar el comienzo de un nuevo día en la ciudad. El comienzo de la jornada matutina en La Ciudad de los Niños Autómatas, era un concierto de teatro. Un concierto de teatro que era único en el mundo. Un concierto de teatro que se desarrollaba a la perfección gracias al trabajo y el esmero de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la maravillosa ciudad metálica dorada. El desempeño de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas en sus labores cotidianos le permitía a La Ciudad de los Niños Autómatas reproducir un bello y magnífico concierto de ópera que tenía un repertorio increíblemente extraordinario.

Las rutinas de las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos de la increíble ciudad de oro sólido (Au) siempre estaban perfectamente sincronizados. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas se había tomado la molestia en armonizar a las jornadas de trabajo en la ciudad con las bellas melodías que reproducían los parlantes metálicos de oro sólido (Au) de la fantástica ciudad metálica dorada.

Un concierto de ópera que era único en el mundo.

La jornada laboral del Niño Autómata Ventrílocuo o la Niña Autómata Ventrílocua dependía del cargo u oficio que tuviera el Niño Autómata Ventrílocuo o la Niña Autómata Ventrílocua en La Ciudad de los Niños Autómatas.

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había sincronizado a las rutinas de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la ciudad para que proyectaran a una exquisita oscilación de colores metálicos brillantes mientras se desarrollaba la jornada laboral en la maravillosa ciudad metálica dorada y el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas también había bautizado a las distintas calles de la maravillosa ciudad metálica dorada con los mismos nombres que tienen las estrellas de los cielos para evitar que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se extraviaran de sus destinos correspondientes.

Todas las estrellas que se encontraban en los cielos habían sido estratégicamente ubicadas en las calles de La Ciudad de los Niños Autómatas para que cada Niño Autómata Ventrílocuo y cada Niña Autómata Ventrílocua pudieran completar una constelación entera con tan solo recorrer determinadas cuadras en la ciudad.

A diferencia de los arquitectos de las grandes ciudades, el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas se había tomado la molestia en terminar una actividad que resultaba ser imposible para cualquier otro hombre del planeta Tierra. Una tarea que era terriblemente compleja y prácticamente, interminable. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había terminado la intrincada tarea de transformar a las coordenadas celestes de los cielos en coordenadas geográficas prácticas sobre la Tierra. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había improvisado un Sistema de Orientación que resultaba ser perfecto para los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas.

En los sectores públicos de La Ciudad de los Niños Autómatas se podían observar a los carteles publicitarios de la increíble ciudad de oro sólido (Au) y los carteles publicitarios de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido diseñados y fabricados para ser recuadros vacíos. Este gesto que, al parecer, no tenía ningún sentido en lo absoluto, era un truco óptico que había preparado el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas.

En La Ciudad de los Niños Autómatas solo bastaba que alguien se posicionara frente al recuadro vacío del cartel publicitario de la ciudad para que esta persona pudiese admirar un fragmento de la maravillosa ciudad metálica dorada que era casi perfecto. Solo bastaba que alguien se colocara de pie frente al recuadro vacío del cartel publicitario de la ciudad para que esta persona pudiese contemplar a la encantadora belleza de la maravillosa ciudad metálica dorada. Una belleza que capturaba la atención de cualquier transeúnte que deambulara por la ciudad gracias a la exquisita brillantez que irradiaba la propia ciudad de oro sólido (Au).

Los recuadros vacíos de los carteles publicitarios de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido fabricados para servir como marcos de referencia en la ciudad y también para atrapar la mirada de cualquier transeúnte que se encontrara perdido en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Un truco óptico perfectamente cautivador para cualquier observador.

Las carreteras de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido construidas con oro sólido (Au) de exquisita calidad y todas las carreteras de la increíble ciudad de oro sólido (Au) daban a su manera su propio espectáculo en la ciudad. La circulación de los vehículos de oro sólido (Au) en las carreteras de La Ciudad de los Niños Autómatas inmortalizaba una rutina que jamás se veía interrumpida. Los modelos vehiculares de oro sólido (Au) que transitaban por la increíble ciudad de oro sólido (Au), respetaban los límites de velocidad que había establecido la ciudad y todos los modelos vehiculares de oro sólido (Au) se desplazaban de manera sincronizada en la ciudad.

Respetar el límite de velocidad en La Ciudad de los Niños Autómatas, era un ritual. Un ritual sagrado que se desarrollaba a la par de las jornadas de trabajo en la maravillosa ciudad metálica dorada y las carreteras metálicas de oro sólido (Au) de la maravillosa ciudad metálica dorada estaban preparadas para evitar que los accidentes retrasaran el tráfico en La Ciudad de los Niños Autómatas. Los recorridos que realizaban los vehículos metálicos de oro sólido (Au) en las carreteras metálicas de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas estaban programados para repetirse de manera sincronizada durante todos los días del año en La Ciudad de los Niños Autómatas y en el interior de los vehículos metálicos de oro sólido (Au) estaban las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que representaban a las familias que viajaban por las carreteras de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que representaban a los niños estaban sentados en la parte trasera de los vehículos familiares de oro sólido (Au) y las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) que representaban a los padres de los niños de oro sólido (Au) estaban sentados en la parte delantera del vehículo familiar de oro sólido (Au).

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había seleccionado a las familias que parecían compartir ánimos de felicidad en la ciudad para que fueran parte de la increíble escenografía metálica de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas y de esa manera, las alegres familias de la ciudad quedarían inmortalizadas para siempre en un bello día primaveral en la ciudad. Todas las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) de los vehículos familiares de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas transmitían con su sonrisa a la calidez que solemos ver a diario en las sonrisas de las fotografías familiares.

En La Ciudad de los Niños Autómatas no existían demoras ni bocinazos estruendosos y el recorrido de los vehículos metálicos de oro sólido (Au) en las carreteras metálicas de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, se asemejaba a una rutina casi silenciosa en la ciudad.

No existían demoras ni bocinazos estruendosos.

En La Ciudad de los Niños Autómatas no había planes de expansión como en el resto de las demás ciudades. En La Ciudad de los Niños Autómatas no había desvíos ni más construcciones. La increíble ciudad de oro sólido (Au) estaba completa y este magnífico resultado, era producto del Sistema de Administración de La Ciudad de los Niños Autómatas. El Sistema de Administración de La Ciudad de los Niños Autómatas, era un organismo fundamental para el funcionamiento de la increíble ciudad de oro sólido (Au) pues dictaminaba el número de Niñas Autómatas Ventrílocuas y Niños Autómatas Ventrílocuos que podían transitar en la maravillosa ciudad metálica dorada.

El Sistema de Administración de La Ciudad de los Niños Autómatas tenía bajo su cargo a la gestión de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas y gracias a ello, el Sistema de Administración conseguía garantizar su propia fiabilidad. Su propia perpetuidad. Su propia sustentabilidad.

Los sistemas que hacían funcionar a La Ciudad de los Niños Autómatas operaban naturalmente con el transcurrir de las horas y cuando se anunciaba el fin de la tarde en la ciudad, los diferentes sistemas de la ciudad daban por terminada a la jornada laboral en La Ciudad de los Niños Autómatas y otro día más, se retiraba de la increíble ciudad de oro sólido (Au).

El Sistema Horario en La Ciudad de los Niños Autómatas estaba perfectamente controlado. Cuando llegaba una determinada hora en la ciudad, se anunciaba el final de la tarde y la culminación de las actividades de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas. El Sistema Horario de La Ciudad de los Niños Autómatas tenía programado un horario para que los paneles que representaban al cielo durante las mañanas en la ciudad, se recubrieran con unos nuevos paneles que imitaban a la perfección a las brillantes estrellas que velaban por las noches a la maravillosa ciudad metálica dorada.

Cuando las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos terminaban la rutina programada para el día correspondiente, las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas se retiraban de sus puestos de trabajo para regresar a sus edificios metálicos de oro sólido (Au) correspondientes y en sus respectivas habitaciones metálicas de oro sólido (Au), las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos, realizaban un último chequeo automático general a sus sistemas operativos.

Después de terminar su última tarea del día, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se sentaban en sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes para esperar por la llegada de la hora de dormir. Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas se sentaban en sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes para observar fijamente hacia el Este antes de dormirse y los ojos arcoíris de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas aguardaban en el silencio de la obscuridad de la noche por los haces de luz del Sol del día siguiente en la ciudad.

Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas se sentaban en sus asientos metálicos de oro sólido (Au) correspondientes y esperaban pacientemente por el comienzo de otro día más en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Eran cientos y cientos, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas que esperaban con una mirada humilde y pacífica a los tenues haces de luz del Sol del día siguiente en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Otro día más en La Ciudad de los Niños Autómatas para ejecutar la misma actividad. Otro año más en La Ciudad de los Niños Autómatas para desempeñar la misma rutina. Otro Lunes más en La Ciudad de los Niños Autómatas solamente para existir bajo los haces de luz de un mismo Sol.

Capítulo II

El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico

En uno de los edificios metálicos de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, un Niño Autómata Ventrílocuo espera pacientemente por los haces de luz del Sol de la mañana para dar comienzo a su rutina programada en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Este Niño Autómata Ventrílocuo en particular, se lo conoce como el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico y al igual que los demás Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico siempre espera pacientemente por los haces de luz del Sol de la mañana, sentado en su asiento metálico de oro sólido (Au) correspondiente. El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico de La Ciudad de los Niños Autómatas se hospeda en uno de los edificios metálicos de oro sólido (Au) que se encuentran cerca de la estación de ferrocarriles de La Ciudad de los Niños Autómatas y la programación o mejor dicho, la rutina del Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico consiste en visitar a un grupo de Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas para realizar trabajos de mantenimiento o refaccionamiento.

En La Ciudad de los Niños Autómatas se habían fabricado muchos Niños Autómatas Ventrílocuos Mecánicos, pero todos ellos se habían distribuido en la ciudad para que cada Niño Autómata Ventrílocuo y cada Niña Autómata Ventrílocua de La Ciudad de los Niños Autómatas contaran con su Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico personal.

El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico de La Ciudad de los Niños Autómatas tiene unos alegres ojos arcoíris, un tierno rostro infantil y un brillante cabello metálico de color rubio. El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre obedecía el código de vestimenta de la ciudad y debido a ello, siempre vestía un conjunto metálico de color verde, una extensa bata metálica de color azul marino y un gorro metálico de color negro.

El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico.

Cuando los ojos arcoíris del Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico recibían a los haces de luz del Sol de la mañana, el sistema operativo del Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico daba comienzo a su rutina programada de acuerdo al día correspondiente en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Los haces de luz del Sol de la mañana activaban el sistema operativo de los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas y al mismo tiempo, anunciaban el comienzo de la jornada laboral en la maravillosa ciudad metálica dorada.

Después de recibir a los haces de luz del Sol de la mañana, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico se despertó y realizo su chequeo general de todas las mañanas a su sistema operativo. Al terminar su chequeo general, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico guardo en su caja metálica de herramientas a los instrumentos=utensilios que debía utilizar para el día correspondiente en La Ciudad de los Niños Autómatas.

Luego de equipar su caja metálica de herramientas, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico salió de su departamento metálico de oro sólido (Au) para dirigirse al ascensor de su edificio metálico de oro sólido (Au) y cuando el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico se retiró de su edificio metálico de oro sólido (Au), el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico camino un par de cuadras hasta llegar a la parada del ferrocarril de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas ahorraban energía por cada paso que daban en la maravillosa ciudad metálica dorada. Caminar por la ciudad, era un método muy oportuno para salvaguardar energía=batería durante el transcurso de la jornada laboral en La Ciudad de los Niños Autómatas. El ahorro energético (ahorro de energía) era una temática muy importante para los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas. Era una temática que jamás pasaba desapercibida por la ciudad.

El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas había creado atajos en la increíble ciudad de oro sólido (Au) para que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas pudieran llegar a tiempo a sus destinos correspondientes. Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas estaban programados para ahorrar tiempo y energía en sus travesías por la ciudad.

La tardanza estaba estrictamente prohibida en la ciudad. El creador de La Ciudad de los Niños Autómatas no toleraba la idea de que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas llegaran tarde a sus puestos de trabajo en la maravillosa ciudad metálica dorada. En La Ciudad de los Niños Autómatas se debía evitar la tardanza a toda costa y debido a esta regla universal, los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la increíble ciudad de oro sólido (Au) siempre calculaban el tiempo que les tomaría llegar a sus destinos correspondientes.

En las calles de la maravillosa ciudad metálica dorada se encontraban las señales peatonales de oro sólido (Au) que utilizaban los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas para desplazarse correctamente por la maravillosa ciudad metálica dorada. Las señales peatonales evitaban que los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas se rozaran o se tropezaran contra otros Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas y también se evitaban los tropiezos y los roces con los demás accesorios metálicos de oro sólido (Au) de la ciudad. Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas tenían una estatura promedio en la increíble ciudad de oro sólido (Au) y de esa forma, se evitaban percances innecesarios en la ciudad.

El Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico conocía a la perfección a las normativas que había establecido el creador de La Ciudad de los Niños Autómatas y gracias a ello, transitaba pacíficamente por las calles de la maravillosa ciudad metálica dorada y mientras el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico caminaba por la ciudad, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico trataba de evitar el tropiezo con las estatuas sonrientes de oro sólido (Au) y los carteles publicitarios de La Ciudad de los Niños Autómatas.

Después de caminar rato largo por las calles de La Ciudad de los Niños Autómatas, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico bajo por un túnel subterráneo para acceder a la estación de ferrocarriles=trenes de oro sólido (Au) de la maravillosa ciudad metálica dorada y cuando el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico llego al andén de la estación de trenes para esperar por su tren de oro solido (Au) correspondiente, el Niño Autómata Ventrílocuo Mecánico se mantuvo de pie en la estación de trenes, observando un gran cartel metálico de oro sólido (Au) que indicaba los minutos y los segundos exactos que faltaban para la llegada del próximo tren a la estación.

Todos los trenes de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas llegaban en el tiempo estipulado. Ni un segundo más. Ni un segundo menos. Todos los trenes de La Ciudad de los Niños Autómatas habían sido fabricados con oro sólido (Au) de exquisita calidad y habían sido decorados con brillantes y costosas piedras preciosas. El servicio de transporte público de La Ciudad de los Niños Autómatas había solucionado los problemas que podían llegar a ocasionar percances o accidentes en las vías de los trenes de oro sólido (Au) de la ciudad. La increíble ciudad de oro sólido (Au) se las había ingeniado para evitar choques o descarrilamientos en las vías de los trenes de oro sólido (Au) y gracias a ello, la línea de ferrocarriles de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas jamás había sufrido interrupciones o demoras de ninguna clase.

Los trenes de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, eran de vital importancia para los Niños Autómatas Ventrílocuos y las Niñas Autómatas Ventrílocuas de la maravillosa ciudad metálica dorada. Los trenes de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas, eran el propio corazón de la ciudad. Observar cómo transitaba el fantástico tren de oro sólido (Au) por La Ciudad de los Niños Autómatas, era como observar a una estrella fugaz que se desplazaba libremente por la Tierra.

Los trenes de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas llegaban a su estación correspondiente en intervalos regulares de tiempo y los intervalos de tiempo estaban perfectamente cronometrados.

Precisamente, como si fueran los latidos de un corazón humano.

Los trenes de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas permitían la circulación de Niños Autómatas Ventrílocuos y Niñas Autómatas Ventrílocuas en la maravillosa ciudad metálica dorada y los majestuosos ferrocarriles de oro sólido (Au) le permitían expresar vida y movimiento a la increíble ciudad de oro sólido (Au).

Las Niñas Autómatas Ventrílocuas y los Niños Autómatas Ventrílocuos de La Ciudad de los Niños Autómatas siempre se posicionaban en sincronía, todas las mañanas, para abordar el vagón de su tren de oro sólido (Au) correspondiente. Era una tendencia obsesiva que pasaba bien disimulada en la ciudad.

Todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas de La Ciudad de los Niños Autómatas se mantenían de pie en el andén de trenes de oro sólido (Au) para esperar por su vagón de tren de oro sólido (Au) correspondiente y todos los Niños Autómatas Ventrílocuos y todas las Niñas Autómatas Ventrílocuas estaban programados para subir de manera sincronizada a los trenes de oro sólido (Au) de la estación de ferrocarriles de oro sólido (Au) de La Ciudad de los Niños Autómatas.