Enseñanza de la inteligencia y creatividad táctica deportiva - Gabriel Fessia - E-Book

Enseñanza de la inteligencia y creatividad táctica deportiva E-Book

Gabriel Fessia

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Beschreibung

Enseñanza de la inteligencia y creatividad táctica deportiva aborda la dimensión táctica desde su construcción teórica hasta su desarrollo en la praxis. Entendiendo que la táctica consiste en determinar medios y encontrar soluciones para los problemas prácticos surgidos en las situaciones de juego. En la primera parte se caracterizan y analizan los deportes de equipo como sistemas dinámicos que exigen a los jugadores superar la imprevisibilidad del juego. Considerando el rol del entrenador dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje-entrenamiento, su intervención pedagógica, el proceso de formación y sus competencias. Posteriormente define y diferencia el concepto de táctica deportiva, inteligencia y creatividad táctica a lo largo de la evolución de la acción de juego como acción táctica. Explicando el proceso de toma de decisión, su relación con el pensamiento táctico, sus condicionantes y modelos teóricos explicativos. En una siguiente etapa se analizan los modelos de enseñanza de la táctica deportiva (exponiendo su importancia, surgimiento diferenciación, análisis y descripción) con sus correspondientes métodos de abordaje en los deportes de equipo. Finalmente, se realiza –a partir de los criterios pedagógicos precedentes– una propuesta específica de desarrollo de la táctica deportiva con el objetivo de formar jugadores inteligentes y creativos. Esta obra contribuye a la reflexión y toma de decisiones en el proceso de enseñanza-aprendizaje-entrenamiento para los deportes de equipo en general y la táctica deportiva en particular, sirviendo de referencia a los profesores-entrenadores para el diseño de sus planificaciones a corto, mediano y largo plazo durante el proceso de desarrollo del deportista.

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GABRIEL FESSIA PABLO JUAN GRECO

Enseñanza de la inteligencia y creatividad táctica deportiva

Fessia, Gabriel Enseñanza de la inteligencia y creatividad táctica deportiva / Gabriel Fessia ; Pablo Juan Greco. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4675-3

1. Deportes. I. Greco, Pablo Juan. II. Título. CDD 796.077

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenido

PRÓLOGO

PREFACIO

DEPORTES DE EQUIPO

ENTRENADOR

TÁCTICA DEPORTIVA

TOMA DE DECISIÓN EN EL DEPORTE

MODELOS DE ENSEÑANZA DE LA TÁCTICA DEPORTIVA

MÉTODOS DE ENSEÑANZA–APRENDIZAJE–ENTRENAMIENTO

PROPUESTA PARA EL DESARROLLO DE LA TÁCTICA DEPORTIVA

REFLEXIÓN FINAL

REFERENCIAS

SOBRE LOS AUTORES

A los jugadores, porque todo esfuerzo debe sustentar la idea de tener más niños disfrutando del deporte a los cuales brindarles un proceso de enseñanza–aprendizaje–entrenamiento de calidad.

A los profesores–entrenadores deportivos por brindar y transmitir su compromiso, confianza y pasión por el deporte a los jugadores y sus familias.

“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”

Mahatma Gandhi

PRÓLOGO

Mario Mouche

Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo

Preparador Físico Selección Nacional Masculina de Básquetbol de Argentina

“La Generación Dorada” Subcampeón Mundial – Indianápolis 2002; Medalla de Oro – JJ.OO. Atenas 2004

Con enorme orgullo los invito a bucear en las páginas de este texto sobre la enseñanza de la táctica y toma de decisiones en el deporte…

El camino nos juntó ya hace unos años, corría el año 2006, un santafesino me contacta y me comunica que desea conocerme. Tenía y sigue teniendo muchas ganas de crecer en conocimiento y sabiduría personal–profesional; por otro lado, corrían los años 70 del siglo pasado y otro jovencito, menudo, ágil y atento era el arquero en mi equipo de balonmano, ambos éramos juniors…

Alguna vez los relacioné tendiendo un “puente” entre ellos, pero el vínculo que han forjado de estrecha amistad personal y excelencia profesional ha ido tejiendo la madeja que hoy nos encuentra con estas páginas…

Hoy es un honor poder decirles que ese muchacho curioso que me contacta a principios de este siglo es Gabriel Fessia, y ese arquero de nuestro Círculo de Handball del INEF de Buenos Aires, es Pablo Juan Greco, quien emigró a Brasil hace bastante tiempo y se especializó en pedagogía del deporte, la táctica y los procesos cognitivos en el deporte, siendo desde hace años referencia ineludible cuando se habla de los procesos de iniciación deportiva en deportes de equipo en Brasil y Latinoamérica toda.

Ambos me convocan y me unen a su hermoso proyecto de estudio, análisis y reflexión de los modelos, metodologías didácticas y pedagógicas para abordar el proceso de enseñanza–aprendizaje–entrenamiento de la táctica en el mundo del deporte. Propiciando el desarrollo de un jugador con inteligencia y creatividad táctica.

Estas páginas orientan nuestro camino como facilitadoras –capítulo a capítulo– para tomar nuestras propias decisiones en los entrenamientos, con contenidos específicos de una profundidad y amplitud que nos sorprenderá en la lectura. Pero aún más, fieles a su idea de desarrollo y superación constante, se realiza una propuesta de abordaje específica para el desarrollo de la toma de decisiones en los deportes de equipo. Entregándonos una pieza invalorable para el desarrollo de la toma de decisiones por parte de los profesores–entrenadores en el campo deportivo.

Los invito a desandar los senderos de esta pieza deportiva de excelencia augurándoles a ambos un éxito rotundo.

Agradezco la solicitud de tamaña responsabilidad de prologarlos y me siento muy feliz de que ambos realicen proyectos con el objetivo de propiciar la formación deportiva a largo plazo con excelencia… se lo merecen, ambos soñadores de un mundo mejor formando personas de bien…

EL CAMINO ESTÁ PARA CAMINARLO… SIN PRISA Y SIN PAUSA

PREFACIO

El deporte, como fenómeno cultural, ha evolucionado de muchas formas. Analizado en el marco del mundo contemporáneo, se erige como un generador de calidad de vida en aspectos de salud, ocio y educación; constituyendo –sin dudas– la manifestación cultural, social y económica más importante, compleja y apasionante de nuestros tiempos. Sin embargo, como patrimonio de la humanidad (producto de una construcción social e histórica y, por ende, política cultural) exige una multiplicidad de miradas específicas para revelar su significado y demostrar su valía. Debiendo sus escuelas teóricas y sus profesores luchar ardua y constantemente –de un modo incesante y desigual– por el espacio académico para probar, afirmar y sustentar en las instituciones educativas y de investigación la autonomía y relevancia de esta área de estudio, reflexión y teorización. De este modo, quienes trabajan y analizan el deporte como objeto de estudio tienen mucho que reflexionar y escribir para fundamentar y justificar un status intelectual. Por ello el deporte precisa ser defendido frente a sus desvíos y sus opositores; defensa que requiere un abordaje a partir de un tratamiento científico pautado por un pensamiento crítico, riguroso, profundo y actualizado sobre sus prácticas. Recordando que el hilo conductor y pilar central del área de estudios de las ciencias del deporte es la práctica deportiva propiamente dicha, y al no abordar la misma se arriesga a renunciar a la identidad y especificidad que justifican su existencia como campo de conocimiento.

Es por ello que la presente propuesta intenta establecer una contribución para el análisis del valor de las prácticas pedagógicas en el ámbito de los deportes de equipo, abordando específicamente el campo de la dimensión táctica. Reconociendo que los modelos de enseñanza y los métodos de abordaje de la táctica deportiva evolucionan, razón por la cual deben ser analizados exhaustivamente. Dicha evolución conlleva –necesariamente– una interacción dinámica de conocimientos y prácticas a partir de la reflexión de los entrenadores responsables del proceso de desarrollo del deportista a largo plazo.

Se aborda la dimensión táctica desde su construcción teórica hasta su desarrollo en la praxis. Reconociendo que la táctica ocupa el núcleo de la estructura de rendimiento en los deportes de equipo (o juegos deportivos colectivos), siendo la dimensión unificadora que da sentido y lógica a todas las otras, por lo cual la función principal de los demás factores de rendimiento es la de cooperar facilitando el acceso a los desempeños tácticos de nivel cada vez más elevado. Entendiendo que la táctica consiste en determinar medios y encontrar soluciones para los problemas prácticos surgidos en las situaciones de juego. Por lo cual el proceso de toma de decisiones debe ser analizado en profundidad, dado que cuanto más elevado sea el nivel de rendimiento en la especialidad deportiva mayor paridad existirá en los niveles de dominio físico y técnico. En consecuencia, las diferencias en el alto rendimiento serán determinadas por la calidad de la toma de decisión por parte de los jugadores. Es por ello que desde esta perspectiva se trata de formar jugadores inteligentes y creativos con capacidad de lectura e interpretación del juego y decisión; dotados de recursos y experiencias significativas; así como de conocimientos para solucionar las diferentes situaciones de juego con considerables niveles de autonomía y creatividad.

En función de lo precedentemente expuesto se procura establecer en la organización interna de la propuesta una lógica de desarrollo que comienza con el análisis de los deportes de equipo, caracterizándolos desde sus componentes para el rendimiento y como sistemas dinámicos que exigen a los jugadores superar la imprevisibilidad de las estructuras de juego a partir de la expresión máxima de sus capacidades mediante la realización de acciones que poseen una finalidad táctica. Analizando el rol del entrenador dentro del proceso de enseñanza–aprendizaje–entrenamiento, su intervención pedagógica, el proceso de formación, sus características y competencias profesionales como principal gestor de las decisiones y las acciones que definirán el entrenamiento, con la función específica de conducir dicho proceso y haciéndolo encuadrado en un conjunto de saberes propios que sustentan la capacidad de desempeño profesional. Para posteriormente realizar una definición y diferenciación del concepto de táctica deportiva, inteligencia y creatividad táctica a lo largo de la evolución de la acción de juego como acción táctica. Explicando el proceso de toma de decisión que precede a la ejecución en juego, su relación con el pensamiento táctico, sus condicionantes y modelos teóricos explicativos. Mientras que en una siguiente etapa se analizan los modelos de enseñanza de la táctica deportiva (exponiendo su importancia, surgimiento diferenciación, análisis y descripción); y sus correspondientes métodos de abordaje en los deportes de equipo expresando su importancia en el proceso de formación deportiva, su diferenciación y características principales. Finalmente, se expone –a partir de los criterios pedagógicos precedentes– una propuesta de desarrollo de la táctica deportiva con el objetivo de formar jugadores inteligentes y creativos.

Procuramos contribuir a la reflexión y toma de decisiones en el proceso de enseñanza–aprendizaje–entrenamiento en el dominio de los deportes de equipo en general y en el ámbito de la táctica deportiva en particular, intentando servir de referencia a los profesores–entrenadores para el diseño de sus planificaciones deportivas a corto, mediano y largo plazo durante el proceso de desarrollo del deportista.

DEPORTES DE EQUIPO

El deporte es un patrimonio cultural de la humanidad de carácter plural, polisémico y polifónico; el cual ha sido creado, transmitido y modificado a lo largo del tiempo. Los deportes de equipo (o juegos deportivos colectivos) constituyen una parte importante de la actividad de niños, jóvenes y adultos, por lo cual ocupan un lugar destacado en la cultura contemporánea atravesando las diversas clases sociales, los diferentes elementos de estructuración de la personalidad y de la propia condición humana.

Los deportes de equipo y sus componentes para el rendimiento han sido una temática creciente dentro del ámbito académico. Realizándose, a partir de los años sesenta del siglo XX, numerosos e importantes estudios sobre las estructuras de los mismos, siendo posible citar entre los autores precursores a Mahlo (1969), Teodorescu (1977), Bunker y Thorpe (1982), Bayer (1986), Gréhaigne y Guillon (1991), y Hernández Moreno (1994).

Si bien cada deporte es definido por sus reglas y posee una lógica interna precisa y exclusiva que va a condicionar los comportamientos de los jugadores, todos los deportes de equipo poseen denominadores comunes que permiten definir las semejanzas entre ellos y las particularidades que dan expresión a sus respectivas diferencias.

Siendo la característica fundamental de los deportes de equipo el ser deportes de tipo abierto, de situación y acíclicos. Se identifican por la gran cantidad de situaciones cambiantes, inciertas, variables y con alto nivel de complejidad dentro de unas restricciones reglamentarias que limitan–condicionan la interacción entre compañeros, adversarios y el balón. Exigiendo del deportista la capacidad de tratar un número grande y variado de informaciones en un corto espacio de tiempo. La pluralidad de esas exigencias y su diversificación situacional reclama de los jugadores la expresión máxima de sus capacidades.

Estos deportes implican la movilización de un objeto (en caso de estar en posesión del mismo) o su recuperación, y una lucha por un espacio que es necesario ocupar o por evitar que sea ocupado, todo ello en colaboración u oposición con unos compañeros y rivales que continuamente modifican su situación en el campo de juego e intentan alcanzar una meta determinada. Siendo el objetivo de cada equipo marcar puntos en el campo de sus adversarios (o meta específica, por ejemplo: aro o arco) e impedir al otro equipo que tome el control del balón y marque puntos. Efectuándose las acciones con interacciones del sistema neuromuscular con la toma de decisión, interrelacionándose de forma dinámica y compleja con participación de los ámbitos físico, técnico, táctico y psicológico.

Dentro de la diversidad de clasificaciones y de indicadores utilizados para agruparlos o diferenciarlos existe una subcategoría designada como deportes con una meta a alcanzar, deportes de cooperación/oposición o deportes de invasión; los cuales se caracterizan por ser deportes de participación simultánea y espacio común de actuación, donde cada equipo intenta proteger su meta e invade la del adversario para finalizar (por ejemplo: básquet, futbol, handball, hockey, rugby).

En los deportes de invasión, el concepto de ataque está siempre presente conduciendo al objetivo principal: la obtención de la conversión. Cuando el equipo está con posesión del balón procura atacar y convertir (si es posible) antes que el equipo adversario organice su defensa, es decir de manera eficiente y rápida. Mientras que cuando no tiene posesión del balón busca presionar al jugador con balón para recuperarla. Por lo cual la actitud activa que el equipo defensor posee también caracteriza una forma de ataque.

Asimismo, una de las características principales de las acciones de juego en los deportes de equipo es su clara determinación desde el punto de vista táctico, lo cual coloca gran exigencia al sistema perceptivo–decisional dado que el desarrollo del partido varía continuamente. En lo referente a los aspectos perceptivos, se encuentran dentro de los deportes de tareas abiertas y regulación externa en los cuales la actividad está limitada por las condiciones del entorno y cuya dificultad perceptiva es alta. Constituyéndose la rápida percepción e identificación de los patrones de posicionamiento del balón y de los demás jugadores en criterios de eficiencia. Poniéndose de manifiesto los procesos más complejos desde el punto de vista perceptivo, decisional y de ejecución; exigiendo a los mismos de un modo casi simultáneo, razón por la cual se encuentran entre los deportes de mayor dificultad dado su elevado componente táctico que exige una constante regulación perceptiva para actuar adecuadamente a las situaciones cambiantes.

De este modo, la dimensión táctica ocupa el núcleo de la estructura de rendimiento. Existiendo un compromiso de relación entre la táctica –principalmente a nivel individual– con la técnica, en virtud de haber diversas alternativas de respuesta operacionalizadas por el uso ajustado de determinada habilidad técnica para cada situación.

Siendo la capacidad perceptiva determinada por: (i) las condiciones cambiantes del ambiente; (ii) el tipo de control prioritario basado en información sensorial externa; (iii) el tiempo y ritmo de ejecución que es externamente impuesto; (iv) el movimiento en que se encuentran el jugador y el balón; (v) las condiciones variables entre una respuesta y otra; y (vi) la gran cantidad de estímulos presentes y a atender, de características ambiguas de poca duración y mucha velocidad.

Mientras que la interacción, ya sea entre los miembros de un mismo equipo como con los adversarios, explica el carácter dinámico y complejo de los deportes de equipo. Durante la confrontación los jugadores y los equipos –frente a determinadas formas de oposición y basados en la cohesión colectiva– intentan articular y sincronizar acciones técnicas y tácticas con el objetivo principal de traspasar el balón por la meta del equipo adversario y evitar que alcancen la suya. Por consiguiente, las sucesivas configuraciones que se experimentan durante el tiempo reglamentario son el resultado de la forma como ambos equipos dirigen las relaciones de ventaja y desventaja en función de los objetivos.

Se trata de situaciones fértiles en acontecimientos que ocurren en un contexto permanentemente variable de oposición y cooperación; y cuya frecuencia, orden cronológico y complejidad no pueden –por lo tanto– ser determinados anticipadamente. Por esta razón, las situaciones que surgen en el contexto de estos deportes deben ser entendidas como encadenamientos de unidades de acción; las cuales «poseen una naturaleza compleja, como consecuencia no sólo del número de variables en juego, sino también de la imprevisibilidad y aleatoriedad de las situaciones propias del desarrollo del juego que se presentan a los participantes» (Riera, 1995).

Presentando, la totalidad de los deportes de equipo, «un comportamiento similar a un sistema dinámico no lineal por su carácter aleatorio oriundo de la confrontación» (Mikolajec; Mszczyk; Zając, 2013). La teoría de los sistemas dinámicos engloba al cambio y la autoorganización como elementos básicos para el desarrollo del sistema. Lamas (2012) plantea que se debe «entender al desarrollo motor como la estabilización y desestabilización de atractores, definidos de acuerdo a una variable colectiva». Conforme con Nitsch (2009) «el comportamiento motor se da en el tiempo en base a los componentes del sistema interactuando entre sí y también con la tarea y el ambiente». Es decir que cada deporte de equipo constituye un sistema complejo que interactúa con varios grados de libertad (siendo caracterizado como inestable o no estacionario), el cual sufre constantes cambios irregulares a lo largo del tiempo de juego entre sus elementos, con gran oscilación del equilibrio entre los equipos (con alternancia de ventaja entre ellos y momentos de equilibrio) sin un orden definido.

Los sistemas dinámicos se caracterizan por: (i) ser estructurados por elementos en interacción; (ii) presentar posibilidad de variación en el tiempo; (iii) poseer una finalidad como medida de evaluación del resultado; (iv) necesitar de sujetos que decidan y de procesos de decisión; y (v) ser secuenciales intentando resistir las perturbaciones.

Siendo los factores informacional y organizacional (derivados de la relación establecida entre los participantes de la tarea y el ambiente) sus características más relevantes. Existiendo un “caos determinista” –dado que se juega en la frontera entre caos y orden– pues a pesar de un aparente desorden y aleatoriedad, traducidas en la variabilidad e inestabilidad de formas que pueden asumir, exhiben un orden que es el resultado de procesos sistemáticos de autoorganización. Tavares (2013) indica que «en esta situación irrumpen patrones que expresan un comportamiento caótico del sistema a pequeña escala, pero que a gran escala evidencian una cierta regularidad».

Según Gréhaigne; Godbout y Bouthier (2001):

…los deportes de equipo, al ser sistemas dinámicos, presentan cuatro niveles de organización: (i) de organización juego, formado por el enfrentamiento entre los dos equipos. Esa relación de oposición se denomina combate de fuerzas (rapport of strength), dado que se crea durante las secuencias de juego una dinámica de movilización de una meta a la otra, la cual es potencialmente reversible. El macrosistema juego se divide en relaciones de oposición parciales que dan origen a tres subsistemas que interactúan entre sí; (ii) de organización equipo, estructuralmente formado por los jugadores y su distribución formal en la cancha. Funcionalmente se caracteriza por la evolución de la distribución de los jugadores en la cancha, así como por la red de comunicaciones utilizada que puede basarse en experiencias de juego actuales o pasadas; (iii) parcial forefront, incluye un número de jugadores directamente involucrados en la acción ofensiva por parte del ataque y defensiva por parte del adversario, es decir, que pueden interactuar directamente con el atacante en posesión del balón; y (iv) primario, el cual es la unidad mínima de oposición, incluyendo –por lo tanto– al atacante en posesión del balón y a su marcador directo.

Ejemplificando, en el caso del básquetbol describirlo desde esta perspectiva implica reconocer que en un partido el sistema formado manifestará comportamientos emergentes e impredecibles, los cuales consisten en un gran número de partes en interacción con la capacidad de formación espontanea de patrones (1x1, 2x1, etc.) –y las transiciones entre ellos– que emergen, persisten, cambian y se reorganizan de acuerdo a lo que sucede durante el desarrollo del juego.

A partir de este punto de vista Gréhaigne; Godbout y Zerai (2011; 2020) establecen que:

…el juego puede ser abordado como un conjunto de situaciones de exploración dinámica, creando condiciones de confrontación entre dos grupos con objetivos diferentes, los cuales se consustancian en un campo de fuerzas que tienden a mantenerse en un equilibrio (un caos determinista) que nunca se disuelve completamente. Definiendo al jugar como un equilibrio precario y dinámico identitario de un proceso de culturización, donde los principios de juego de un equipo actúan como un atractor extremo o como una unidad fractal del modelo de juego.

Sintetizando, el jugador se encuentra obligado –por la acción de competición– a una continua anticipación de las situaciones de juego y de las consecuencias de los resultados de sus acciones. En ese sentido los procesos cognitivos solicitan una percepción–anticipación compleja y diferencial del juego, identificando y jerarquizando los estímulos –propios y del entorno– más significativos para llevar a cabo los comportamientos motores perseguidos (atención selectiva), una toma de decisión original (no sólo estímulo–respuesta) adecuada a la situación que debe resolver una vez analizadas las condiciones de dichos estímulos y una solución motora que debe estar dotada de la precisión requerida en el momento oportuno.

De este modo, el papel de la anticipación en el control de acción voluntaria va más allá de la anticipación de los efectos de la acción. Por ejemplo, las pre–señales y señales que alertan son usadas para preparar el qué hacer, cuándo interpretar o esperar un acontecimiento y para anticipar un conflicto. Hoffmann (2009) plantea la existencia de «al menos tres modos de anticipación flexible involucrados en el control de la conducta: (i) anticipar el estado futuro del ambiente; (ii) la anticipación ante situaciones inespecíficas (o desconocidas); y (iii) la anticipación para actuar ante situaciones específicas (o conocidas)».