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Este libro pretende hacer una profunda reflexión acerca de los valores y comportamientos humanos, desde un punto filosófico y científico. Enfrenta al lector con su propia realidad con temas como: "libre albedrío", polaridad, aprendizaje, y otros. Intenta que el mismo lector elabore una toma de conciencia que lo mejore en su calidad de ser humano. Mediante diferentes estrategias y ejemplos el escritor muestra la realidad de un mundo muy salvaje debido a la falta de conciencia y demuestra a lo largo de su contenido de qué manera se puede mejorar desde lo personal y colectivo, y así poder crear un mundo mejor. Escrito de manera simple y con fórmulas sencillas para la comprensión de cualquier tipo de lector.
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Veröffentlichungsjahr: 2020
Marcus
Entre el árbol y el bosque / Marcus. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0478-4
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A Mi esposa Maribé,
quien no solo es mi correctora,
sino también la co–creadora de mi pensamiento.
“Entre el árbol y el bosque”, un análisis sobre los principios que nos rigen, las leyes que se derivan, y nosotros, los humanos.
NOTA INICIAL
Ante todo, saludo a quien amablemente se dirija a leer estas palabras.
Varios fueron los motivos que me impulsaron a escribir este pequeño ensayo.
La primera razón es que he querido volcar en él mis modestas experiencias sobre la relación entre Dios, los Hombres y la Naturaleza, porque tengo una óptica del sistema que tal vez pueda servir a aquellas personas racionales, a las que su mente les dice una cosa distinta de lo que la sociedad en conjunto estima que deben creer por la vía de la fe o de las costumbres.
Todos de una u otra forma tenemos una idea o una creencia formada de cómo son las cosas, un sistema de creencias, en qué lugar está Dios, cómo intervienen los demás en nosotros, la naturaleza, el objeto mismo de las cosas, el sentido de la vida.
Todo esto que cada uno de nosotros cree de cómo son las cosas no es más que un modelo mental, o un plano que nos hacemos para tratar de comprenderlas. Si le pedimos a un arquitecto que nos diseñe una casa, nos hará un plano y una maqueta, y nosotros tendremos una idea de cómo va a ser, pero este plano no nos dirá qué sensación tendremos de noche, o cómo nos sentiremos en un determinado rincón de la casa, o dónde elegiremos nuestro lugar favorito, etc. etc., todo esto finalmente lo iremos descubriendo cuando la habitemos. Todos los días sabremos algo nuevo de nuestra casa, algo que nos gusta, algo que no nos gusta y en donde cometimos un error.
Todas las visiones de Dios y de su creación no son más que esto para los seres humanos, ya que nuestra capacidad para comprender no nos permite abarcar el total del asunto, sin embargo lo mejor que podemos hacer es tratar de que nuestro sistema de creencias sea lo más armónico posible, que nuestras ideas sobre este sistema no se contradigan, no significa que no tengamos conflictos entre el corazón y la razón o de otra manera, entre las emociones, los sentimientos y los pensamientos, que no tengamos el problema de que nuestra razón desconfíe de lo que nos dicen que tenemos que creer, y que de algún modo nosotros respetamos, ya que por vínculos emocionales creemos lo que creían nuestros padres abuelos etc., a quienes de una u otra manera valoramos. Sino que a lo largo de nuestras vidas, dichas contradicciones se vayan volviendo coincidencia, que vayamos armando el rompecabezas, adquiriendo la suficiente sabiduría como para que todas nuestras partes, mente, corazón y cuerpo estén en armonía.
Esta forma de ver las cosas significa abarcar la visón del problema en más de un plano, significa que a nuestro mundo lo vamos a mirar desde la mayor cantidad de planos posibles, que de todas maneras nunca serán las suficientes para entender el funcionamiento total de la arquitectura de la creación, pero seguramente será una visión mucho más completa que la que teníamos mirando desde un solo punto de vista.
En particular siento que este tipo de miradas son apropiadas para ciertas personas, que como en mi caso, sufren controversias entre sus aspectos instintivos, emocionales, amorosos, mentales y espirituales.
Con cada libro que leemos, con cada charla que mantenemos, nuestro caudal de conocimientos aumenta, pero debemos hacerlo sin el prejuicio de creer siempre que estamos en lo cierto y por lo tanto que estemos charlando o leyendo solo con espíritu crítico, esto es solo para discutir o para interesarnos sobre la posición del “enemigo”.
Pero el motivo más importante para escribir es mi profundo amor por Dios, con quien quisiera fusionarme y del cual me siento un hijo agradecido por las infinitas posibilidades que nos brinda para que sigamos creciendo y evolucionando.
Este amor que siento por el Creador lo he cultivado de una manera racional y sensible.
Cuando era adolescente me decían que debía tener “Fe” pues era la manera de creer y ser feliz, no discuto que esto le venga bien a muchas personas que por ser más delicadas de espíritu que yo puedan creer las cosas que les dicen y obrar en consecuencia, no sé si anulando sus dudas, si es que las tienen, y sus pulsiones por la vía de la voluntad, o porque son como los niños, cándidos y confiados.
Pero esto no es para todos, y como creo que el Señor no va a dejarme fuera, simplemente porque trato de buscar mi camino, sino que existen tantos caminos hacia Dios como seres haya en este universo. Esto lo digo, porque Cristo dijo: “Dichosos aquellos que crean sin haber visto”, pero cuando Tomás dudaba, el Maestro le extendió sus manos para que este mirara y tocara sus llagas y se convenciera de que era Él, porque Dios es el “centro” y nosotros somos los que nos aproximamos a él por los costados, por arriba, por abajo, de esta manera, al igual que si todos percibiéramos la presencia divina como una esfera y todos fuéramos hacia ella, éste, en definitiva, es el sentido, el camino, pero todos partimos de lugares distintos, de distintos puntos, y nuestro interés es llegar al centro.
Al crecer, cada vez me interesaron más las ciencias exactas y comencé a tratar de desarrollar la forma de probar la existencia y la naturaleza de Dios con los medios que disponía.
Fundamentalmente, este libro puede servir para conocer otra visión que expone distintas vertientes, científicas lógicas y religiosas que tratan de explicar nuestra existencia en la tierra.
También le servirá a aquel que piensa que por estadística un cúmulo de átomos se agrupa aleatoriamente en la sopa primigenia y puede formar una molécula de ADN, y en determinadas condiciones dar origen a la vida.
También a aquellas personas que discuten sobre temas que competen a religiones o filosofías y a su relación entre sí, perdiendo de vista el aspecto general y observando la paja en el ojo ajeno, sin mirar la viga en el propio.
Dios, “en cualquiera de las formas que lo concibas”, y cuando digo en cualquier forma que lo concibas, estoy hablando de todas las formas posibles de concebir a Dios, desde el ser que está separado de la creación, hasta aquel que nos dice que “somos Dios, la creación”. Es el autor “externo” o el “auto–autorinterno”de todo, incluso de la estadística que nos dice cuál es la probabilidad de que uniéndose esos átomos de la sopa primigenia puedan formar proteínas, y estos a su vez generar vida en determinadas condiciones.
Dios es el autor de los Principios, de sus Leyes y de las Reglas o Normas que rigen el Universo que vemos y todo lo que nuestros ojos no perciben.
Dios es Todo.
Por Dios tenemos el corazón y la razón. Pascal decía con gran certeza que: “Hay razones del corazón que la razón no entiende” y de igual modo hay razones de la razón que el corazón no siente.
Debemos, frente a nuestra forma principal de ser, encontrar nuestro camino y una vez que hayamos encontrado algo parecido a una huella, ya que no vamos a encontrar el camino perfecto, poner a todo nuestro ser a trabajar para nuestra evolución como seres humanos.
“Los estudios sirven para deleite, el ornamento y la capacitación. Su principal empleo, en lo que atañe al deleite, cosiste en la intimidad y el apartamiento; en lo que atañe al ornamento, en el discurso; y en lo que atañe a la capacitación, en el criterio y disposición para los negocios. Pues las gentes con experiencia pueden ejecutar, y tal vez juzgar los detalles uno por uno, pero los consejos generales, y el ordenamiento y conducción de los asuntos, sienta mejor a las gentes educadas. Consagrar tiempo excesivo a los estudios es indolencia; utilizarlos en exceso para el ornamento es afectación; juzgar enteramente por sus reglas es propio del humor del erudito. El estudio perfecciona la naturaleza, y es perfeccionado por la experiencia, pues las aptitudes naturales son como plantas naturales, que necesitan podarse mediante el estudio; y los estudios mismos dan instrucciones demasiado generales, a menos que estén acotados por la experiencia. Los hombres prácticos desdeñan los estudios, los hombres simples los admiran, y los hombres sabios los aprovechan, pues no se dejan limitar por ellos teniendo en cuenta que hay cierta sapiencia que también requiere de la observación. No leas para contradecir y refutar, ni para creer y dar por sentado, ni para hallar charla y discurso, sino para sopesar y meditar.............”
“La lectura hace un hombre completo, la conversación un hombre dispuesto, y la escritura un hombre preciso. Y por tanto, si un hombre escribe poco, por fuerza requiere gran memoria; si conversa poco, por fuerza requiere ingenio; y si lee poco, requiere mucho ingenio para aparentar que sabe lo que no sabe. La historia inculca sabiduría, la poesía agudeza, la matemática sutileza, la filosofía natural profundidad; la moral gravedad; la lógica y la retórica capacidad para el litigio”
Francis Bacon
Prólogo
Siempre me llamó la atención la forma en que ocurrían los hechos y así como grandes científicos como Isaac Newton se preguntaban por qué las manzanas caían para abajo, y desarrollaban teorías para poder entender los mecanismos que rigen el Universo, nosotros, todos, en muchos momentos de nuestra vida nos preguntamos el porqué de las cosas, por qué nacemos y después morimos, por qué la Tierra gira alrededor del sol, qué es el amor, para qué estamos aquí.
Yo particularmente, me preguntaba por qué yo podía estudiar mis lecciones de escuela primaria tranquilo y cómodamente sentado en un sillón y al mismo tiempo alguien en Asia, África o mucho más cerca, a metros de mi casa donde estaba yo estudiando, un niño de mi misma edad y carente de todas mis posibilidades debía lustrar zapatos para ganarse el sustento que le permitiría comer un día más. O peor, algún otro que manipulado por algún adulto debía guiar un arado, mendigar o vender su cuerpo, de dónde manaría su sustento.
Vamos a suponer una serie de hechos, pensemos que un hombre cualquiera y con un juicio sano y una capacidad de observación normal se sube a un globo para cumplir con una misión que le asignamos: “Observar”.
Nuestro hombre, armado de un catalejo especial que permite ver todo, incluso atravesar las paredes, a una altura considerable sin ser visto, enfoca:
Ve en una ciudad a un hombre, parece un ejecutivo o algo así, ya que está bien vestido, nuestro hombre enfoca más fino, es temprano, de mañana, se ve que baja por una escalera a desayunar con su familia, se trata de dos niños de 8 a 12 años que comparten alegremente el desayuno caliente y humeante con su padre y su madre, luego se levantan y parece que cada uno va a emprender una actividad distinta. Los niños van al encuentro del transporte que los llevará a la escuela y nuestro hombre se despide de su esposa, sube a su moderno automóvil y se dirige a su trabajo.
Vemos que ingresa a un gran edificio, toma el ascensor, camina, saluda a la gente, ingresa a una gran oficina, se sienta en un inmenso sillón, habla por teléfono, toma café, discute temas con personas, ordena papeles, da órdenes.
Sin duda es un hombre ocupado, y como la sociedad juzga a este hombre como muy útil le retribuye pagándole una buena suma de dinero que le permite vivir cómodamente a él y a su familia.
Será, por otro lado, un buen gimnasta, que hará deportes los fines de semana, mientras discute algún negocio con un colega, tendrá su familia bien ordenada, saldrá con sus niños a jugar, los llevará de vez en cuando al parque de diversiones, con su esposa irá a un concierto, o tal vez a una exposición de pintura.
Su religión probablemente será la que le enseñaron sus padres, la que correspondía a su lugar y su tiempo, y por fin, debido a la estima que la sociedad siente por él, se sentirá muchas veces un ser de bien, un hombre que cumple con Dios, “un hombrerealizado, un hombre que es apreciado por la sociedad”.
Luego, nuestro hombre volador enfoca otra zona de la ciudad, una un poco más gris.
Encuentra en un vecindario pobre, en una vieja casa descuidada, un niño, de más o menos unos nueve años, que después de los gritos de su padre se levanta, toma su taza de té, un trozo de pan y emprende su cotidiana búsqueda en pos de la caridad ajena.
Camina por las calles de la ciudad, patea tarros e imagina que es un gran jugador de fútbol, es aún un niño, tocará las puertas de todas las casas, pedirá pan, dinero, zapatillas viejas, comerá en una plaza, mientras juega con algún otro niño pobre, si su día no fue bueno, robará alguna golosina en un quiosco y cuando el sol se esconda volverá tarde a su casa, cansado de caminar.
El niño no se sentirá feliz, su vida será una tortura, con sus padres gritando, golpes, sus hermanos sin comida, buscará entonces otra salida, ya que no consigue insertarse en una sociedad que no le dará muchas oportunidades de progreso, tal vez decida robar en vez de pedir, o se hará terrorista o elegirá otro modo en que la sociedad le “convide “ algo, pero de todas maneras tenderá a expresar su descontento con la posición que la sociedad le ha reservado, será difícil, es casi imposible que nuestro niño llegue al lugar de nuestro hombre perfecto que describimos antes, ya que estará mal alimentado, su cerebro desnutrido no es normal, habrá adquirido “malas costumbres”, y por fin, jamás tendrá la disponibilidad de tiempo, ni de recursos para estudiar, para preparar un oficio que la sociedad valore, algo que a mí no me ha pasado ya que mis padres trabajaban para que yo pudiera estudiar.
Algún día tal vez se encuentren, se miren y se den cuenta de las diferencias que los separan.
Situación dura de aceptar, sobre todo si pensamos que estas diferencias de posición pueden terminar en diferencias culturales de orden mucho mayor, que pueden en muchos casos significar la diferencia entre, la delincuencia, la miseria, la enfermedad, y una vida recta con bienestar.
O peor todavía, cargar su alma con asesinatos y otros actos de violencia que lo conducirán a una vida tortuosa y pobre de espíritu.
Esto no se refiere solo a los pobres y los ricos, sino también a los enfermos, los que vinieron al mundo con deficiencias, los que no pueden ver, aquellos en que su cerebro no puede expresar su humanidad, los asesinos, la gente que le da lo mismo la vida que la muerte, porque no sienten empatía por el prójimo.
¿Qué hizo esta gente para merecer este estado?
Algunos dirán que los asesinos han perdido su alma por sus crímenes, pero.... ¿de dónde salieron estos asesinos, de buenas familias colmadas de amor? De cómodas situaciones que derivan en una locura por la cual una persona que está bien, sin problemas económicos, culturales, sociales, con buena salud, toma un arma y se dirige a un negocio para asaltar al dueño para quedarse con la recaudación y cuando llega a su casa se sienta en una silla y se pone a reír a carcajadas ponderando las caras de susto que provocó y contando la plata que les sacó a los demás. Si bien esta situación se da en casos de locura, solo es obra de unos pocos alienados, pero la situación en general no es así, el individuo que roba está tan nervioso como los asaltados, teme por su vida, está desorientado, drogado, borracho o su cerebro no funciona bien en ese momento, en general si comete algún acto irreversible como un asesinato habrá cruzado la línea en que la sociedad no permite el retorno, ya que si lo atrapan irá a una institución donde lo más probable es que empeore.
Cuál es la causa de estas situaciones tan dispares de vida, si usted lee esto cómodamente y piensa que si a usted le hubiera tocado en general vivir la vida de uno de una de estas personas que tienen problemas, porque sus familias no fueron normales, porque sus padres los castigaban, porque eran borrachos, o porque estaban en un vecindario donde se podía conseguir droga fácilmente, lo mismo usted hubiera superado todos estos obstáculos y hubiera llegado a ser un hombre o mujer de “bien” como lo es ahora, y que esta gente que tiene problemas es gente que si pusiera lo suficiente de sí mismo, podría salir de estas situaciones.
Entonces, este libro no aportará gran cosa a su pensamiento, ya que Usted está demasiado seguro de todo.
Sabe usted también que todas estas personas necesitan ayuda para poder salir, y es cierto, muchas de estas personas pueden crecer lo suficiente si se los ayuda convenientemente como para poder emerger de la masa y transformarse y así llevar una vida “normal”.
Pero entonces, estas personas van a depender de la buena disposición de otras, para que los ayuden a salir del pantano en que se encuentran, y si por cualquier causa estas personas no pueden ayudar en tiempo y forma precisa a alguien, (que es lo corriente), entonces esta alma se perderá, ¿o tendrá algún perdón divino? a la manera de que no importa lo que hagas, siempre conseguirás pasar al otro lado de una u otra manera?
Los pondrán junto con otras almas malas, pensará nuestro buen hombre, mientras a mí me pondrán en el séptimo cielo, ellos estarán en el primero o en el segundo, claro y si no ¿qué gracia tiene?
Y los afectados por esta clasificación dirán ¿por qué me ponen en el primer cielo?, ¿Por qué no me dan las mismas posibilidades que le dieron a los del séptimo?, es decir, más amor, más ternura, menos aflicciones, un mejor pasar, menos pobreza y entonces yo también pasaré al séptimo cielo.
¡Esto es injusto!
¿Y Quien dijo que esto era justo?
Todos tenemos un concepto innato de que Dios representa el Bien, la Bondad y la Justicia, pero a vista de los acontecimientos que suceden en la Tierra, tendríamos que elaborar un modelo o sistema muy particular que represente estas convicciones si queremos seguir creyendo en Dios.
Por lo que entiendo, los humanos pueden cometer por ignorancia o torpeza muchas injusticias, pero aquellos que vienen al mundo con defectos físicos, o mentales, que están destinados a un martirio desde el mismo día en que nacen, ¿eso qué es?
¿Quién es el que envía a los niños al mundo?
A mí cuando era chico me dijeron (ya sabía que no era la cigüeña la que traía a los niños al mundo) que a los niños los enviaba Dios.
Pero cómo puede ser que a Dios al que en general se considera como perfecto se le escapen tal cantidad de defectos de fabricación, que ni siquiera la industria humana tiene, ¿Puede que tenga un sistema de control de calidad tan deficiente?
¿Será entonces como dicen los orientales, que los niños vienen sabiendo en dónde se meten?
¿El sistema será completamente rígido, es decir justo, es decir que cada uno siembra lo que cosechó?
¿El que hizo males y daño en su vida anterior recibe un castigo en la próxima?
O existen grietas en el sistema, por medio de las cuales es posible el perdón, un blanqueo de cuentas pendientes, y otras negociaciones.
Esto último abre infinitas posibilidades, porque aparecen los perdonadores, la posibilidad del error, ya que sin error no hay perdón.
¿Pero es justo el perdón?
Si el que se porta bien, recibe lo mismo que el que se porta mal, no estarían creando un sistema en el cual no se cumple la “causa y efecto”, y por lo tanto la justicia.
¿Podemos basarnos en La Naturaleza para entender estos problemas?
Si por definición decimos que La Naturaleza fue creada por Dios, debería tener la misma impronta, entonces, ¿por qué a veces es violenta y asesina?
¿Existen leyes rígidas que nos garanticen la justicia Universal del creador?
Y por último
¿Existe el libre albedrío?
¿Los hombres podemos decidir sobre nuestra vida en la Tierra con total libertad, somos responsables realmente de nuestros actos, o somos como primates inconscientes en un bazar lleno de copas de cristal?
Esto es lo que espero pueda comentar en este ensayo, creo que a esta altura nadie debe esperar respuestas claras y nítidas sobre estos temas, podemos solo estudiarlos y tratar de mirar el problema de la mayor cantidad de lados posible, y de esta manera poder entender mejor las conductas humanas y nuestra relación con lo Divino.
Aparentemente en los últimos años muchas estructuras de conocimiento han sido rebasadas, y hoy no sirven para explicar la totalidad de los hechos, a veces explican una parte del todo, dando lugar a la creación de nuevas teorías que tratan por todos los medios de ser más holísticas, es decir, que no solo sirven para un sector de una ciencia, sino para toda esa ciencia, y yendo aún más allá, para todas las ciencias, englobando el conocimiento como si todo fuera uno.
Creo que este es el centro de la cuestión, ya que estamos tratando de conocer a Dios.
La primera parte de este ensayo trata sobre las herramientas que debemos usar para poder contestar nuestras preguntas. La segunda, el principio de causa y efecto y su resolución en libre albedrío, y otros principios, entre ellos la polaridad, trataré de verlos de la forma más amplia posible. La comprensión acabada de estos principios es la mejor llave para tratar de entender nuestros interrogantes.
Para justificar nuestras acciones y pensamientos debemos definir y ver algunos temas que son inherentes a este estudio. Deberemos investigar un poco como aprendemos, es decir como percibimos nuestro entorno, y como lo analizamos. También que significa aprender, y porque debemos hacerlo.
El libro tiene una parte matemática muy sencilla y muy corta, y no es necesario verla, se puede obviar. Sin embargo, tendremos un concepto más completo si la comprendemos.
Primera Parte
Aprendizaje
CAPÍTULO I
El conocimiento humano
Como percibimos la realidad
Es muy importante saber cómo es que el mundo exterior, ya sea físico, o de cualquier otra índole, intelectual, sentimental, emotivo u otro, nos llega a nosotros. Es decir los mecanismos de los que disponemos para interactuar con nuestro entorno. Carl Jung, (1875 – 1961), psiquiatra y psicoanalista suizo, quien fuera discípulo de Sigmund Freud, y luego se independizó y formó su propia escuela, interpretó los problemas mentales como un modo patológico de procurar la autorrealización personal y espiritual.
Esta definición es muy importante, ya que Jung orientó su trabajo hacia la evolución espiritual humana, no solo a la mera observación y creación de un modelo médico científico.
Expresó, lo que a mi parecer, es el mejor modelo que explica la forma en que los humanos podemos relacionarnos con la realidad, dijo, que nosotros percibimos la realidad de dos formas, con los sentidos y con la intuición.
Cuando digo percibimos, es solo eso, la realidad se nos muestra, la observamos, la contemplamos, pero sin ninguna forma de análisis, comparación, o síntesis, es decir, no hay en la percepción ninguna opinión.
Los sentidos son los que conocemos, tacto vista etc., también son todas las lecturas de los aparatos de medición que tienen los hombres y que leen en rangos que los sentidos que el hombre no tienen, por ejemplo, los visores infrarrojos para ver de noche y medidores de todo tipo.
La intuición es aquella capacidad de percibir la realidad, pero no en la forma que los sentidos lo hacen, sabemos que hay alguien atrás nuestro, pero no lo vemos, es aquello que nos parece que existe, pero que no tenemos ningún método para confirmarlo en ese momento.
Estas dos formas de percibir la realidad son solo esas, y no tienen por sí mismas formas de análisis propias, son solo formas de captar datos.
Las formas de análisis de las percepciones que Jung describe, son dos, el análisis racional, y el sentir.
El análisis racional es el que usamos corrientemente para evaluar los datos aportados por los sentidos, podemos además, evaluar los datos aportados por la intuición, pero depende de la persona que, estos sean considerados como serios en un análisis racional, lo más común es que las personas racionales interpreten a los sentidos como datos reales y no a los intuidos.
El otro tipo de análisis, es aquel en que la persona siente, se siente bien o mal ante una percepción, o impulsada a hacer algo luego de haber procesado los datos, le queda una sensación, pero no es racional.
Esta es una forma típica de análisis de las personas llamadas “intuitivas”, el pálpito que lleva a un inversor a adquirir ciertos bienes, o el olfato del inspector de policía que sigue la pista del asesino.
Bien, todas las personas tienen una tendencia natural a utilizar más un tipo de percepción y un tipo de análisis, Jung nos muestra también que cuando se utiliza la capacidad principal, (que es la predominante en una persona), las otras capacidades actúan en forma secundaria o de apoyo.
Desde otro punto de vista, la percepción por la vía racional sería digital puntual, la vía del análisis racional, sería como la que emplean nuestras computadoras digitales, la solución es una o un conjunto de soluciones particulares.
La percepción por la vía de la intuición tendría una gran cantidad de datos desordenados, y el sentir actuaría como una computadora analógica, que a diferencia de las digitales, no da una solución, sino el conjunto de todas las soluciones posibles en un rango determinado, con lo que en el sentir, lo que se “siente,” es una tendencia, hacia donde ir, o un estado de ánimo que es característico.
Estas distintas operaciones se llevarían a cabo en los dos hemisferios cerebrales humanos, el racional es el izquierdo y el del sentir es derecho.
Estas formas también se dan en distinta proporción en lo femenino y lo masculino, por ejemplo, en general, los hombres son más racionales que las mujeres, y estas a su vez, tienen mayor capacidad para sentir que los hombres, de allí que se ha llamado hemisferio femenino al hemisferio derecho, y masculino al izquierdo.
De esta forma, podemos entender al mundo y a Dios de dos maneras, la racional, que emplea nuestra lógica, y la del sentir, con las dos elaboramos todos nuestros modelos y teorías.
La Lógica
El diccionario nos define lógica como: “La lógica es una ciencia formal, que se dedica a estudiar las formas válidas para demostrar, inferir o evaluar proposiciones”.
Una gran parte de la humanidad se ha basado en el criterio lógico para resolver los problemas que le plantea la vida a diario.
La mayoría de las personas toman sus decisiones con un criterio lógico, aún los gobiernos tienen leyes basadas en la lógica, trámites basados en la lógica etc.
La matemática está basada en la lógica.
Parecería que la lógica, al igual que las matemáticas, permiten al hombre armar un castillo estructurado por elementos que guardan una relación entre sí, y que puede seguir creciendo indefinidamente, y darnos la total certeza de que mientras sigamos sus reglas, jamás cometeremos un error, este fue el concepto imperante en muchas corrientes del conocimiento. El tiempo fue dando a luz a sus detractores, con lo que el sistema comenzó a tener algunas grietas.
Desde tiempos remotos ya se conocían errores que se producían en el castillo lógico, veamos algunos de ellos.
Sistemas auto–referenciales
Existen sistemas de razonamiento que se dicen auto referenciales, esto es que se definen a sí mismos, o que lo que dicen es acerca de sí mismos, como por ejemplo: “Esta frase tiene 10 vocales”, esta expresión es una expresión lógica que habla sobre sí misma, nadie en su justa razón podría dudar de que esta frase es verdadera, no cabe ninguna posibilidad de que no sea cierta.
Por el contrario, si escribimos la paradoja griega del mentiroso: “esta frase es falsa”, vemos que también es un sistema auto–referencial, puesto que la misma frase se define a sí misma, pero será cierta o no?
Si la leemos la primera vez, nos encontramos que la frase es falsa, por lo tanto la frase es verdadera, pero si es verdadera, entonces es falsa, y así no acabamos más.
Las paradojas son declaraciones que conducen a un resultado contradictorio después de haber utilizado para la obtención de dichos resultados un sistema lógico impecable.
Las paradojas se presentan con frecuencia en sistemas que son auto–referenciales.
Estas se dan tanto en Lógica como en matemáticas, famosas son las paradojas de Zenón, Cantor, la del barbero, la de la trompeta etc.
Veamos de las más sencillas, la paradoja del barbero y la de Cantor.
La paradoja del barbero dice así:
“En un pueblo el barbero afeita a todos los hombres que no se afeitan a sí mismos”, ¿entonces quien afeita al barbero?
Analicémosla, la frase del principio es totalmente válida, yo puedo decir que en un pueblo existen personas que se afeitan cotidianamente a sí mismas y que no van al barbero para afeitarse, y que existen personas que no se afeitan a sí mismas, por lo tanto alguien las tiene que afeitar, en nuestro caso, por el enunciado, el barbero afeita a todos los demás.
¿Quién afeita entonces al barbero?
Si el barbero se afeita a sí mismo, contradice el enunciado de que el barbero no afeita a aquellos que se afeitan a sí mismos.
Por otro lado, si el barbero no se afeita a sí mismo, es el barbero el que lo afeita, pero como él mismo es el barbero, no se puede afeitar.
Por otro lado el barbero es hombre del pueblo, entonces si pudiéramos representar por un conjunto estarían:
En el pueblo hay: los que se afeitan a sí mismos, los que afeita el barbero, y el barbero que no encaja en ningún tipo.