Entre Líneas - Manola Ogalde - E-Book

Entre Líneas E-Book

Manola Ogalde

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Beschreibung

Entre Líneas invita a la relectura de la historia, la arquitectura y la modernidad a través del aporte de las arquitectas en Chile desde su entrada a la universidad en los años veinte (los hombres lo hicieron en 1849). Inspira la capacidad de las jóvenes editoras para construir 'mancomunidad' con un extenso colectivo de personas e instituciones. Desde la epistemología feminista que marca la investigación, ningún conocimiento se desliga de quien lo estudia. Es en este tipo de iniciativas que reconozco cómo la universidad se deja interpelar por nosotras: estudiantes, profesoras y directoras o decanas 'recién llegadas' hace más de un siglo. También me anima ver cómo cada vez más hombres y organizaciones se suman a este camino de construcción de memoria con sentido de futuro. Entre Líneas cuestiona la supuesta neutralidad de las disciplinas y el universal del 'genio creador': hombre en solitario, procedente de países desarrollados. Este libro habla sobre mujeres que irrumpieron en el panorama arquitectónico de Chile, pero permanecieron invisibles hasta tiempos muy recientes, muchas de ellas hasta esta investigación. Destaca cómo las arquitectas se vincularon de manera singular con el tiempo (la sociedad, las instituciones y familias) en que les tocó vivir. Sin duda, no es la igualdad de experiencias, sino de derechos, lo que buscamos. Ese eje primordial de la CEPAL se refiere a la plena titularidad de los derechos humanos como horizonte normativo y práctico para todas las personas, sin distinción, y a su inclusión en la dinámica del desarrollo de la sociedad. Por eso, esta publicación aporta a la historiografía de la arquitectura moderna, cuyo tiempo corresponde en la región, y en Chile, con una modernidad inconclusa reflejada en sociedades estructuralmente desiguales. Entre Líneas produce una onda que requiere llegar a más colectivos académicos y sociales para construir una trama: redes de Iberoamérica que transformen el paisaje, la ciudad, las viviendas, la docencia, la investigación, la universidad y la sociedad para que cada persona pueda crecer en un mundo más sostenible e igualitario. ANA GÜEZMES Directora de la División de Asuntos de Género CEPAL - Comisión Económica para América Latina y el Caribe

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Proyecto Financiado por el Fondo Fondart Nacional, Convocatoria 2022.

EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Vicerrectoría de Comunicaciones y Extensión Cultural

Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, Santiago, Chile

[email protected]

www.ediciones.uc.cl

ENTRE LÍNEAS

Relecturas de la historia a través de las arquitectas en Chile

Manola Ogalde, Javiera Rodríguez, Valentina Rojas, Bárbara Rozas, Fabiola Solari, editoras

© Inscripción Nº 2023-A-7864

Derechos reservados

Julio 2023

ISBN N° 978-956-14-3140-9

ISBN digital N° 978-956-14-3141-6

Comité científico: Umberto Bonomo, Macarena Cortés, Alejandro Crispiani, Anita Puig, Margarita Roa, Isidora Urrutia, Elizabeth Wagemann

Diseño gráfico y retoque de imágenes: Carolina Valenzuela

Producción de piezas gráficas: Camila Romero Otárola

Fotografía portada: Presentación de la Escuela de Arquitectura en el Festival Universitario de las Escuelas UC, frente a Casa Central (1961). Fuente: Archivo personal de Juana Zunino.

CIP-Pontificia Universidad Católica de Chile

Entre líneas: relecturas de la historia a través de las arquitectas en Chile / Manola Ogalde Gutiérrez [y otros] (editoras).

Incluye bibliografía.

1. Arquitectos – Chile – Siglo 20.

2. Arquitectura – Chile – Siglo 20.

I. Ogalde Gutiérrez, Manola, editor.

2023 720.983 + DDC 23 RDA

La reproducción total o parcial de esta obra está prohibida por ley. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y respetar el derecho de autor.

Diagramación digital: ebooks [email protected]

ÍNDICE

Agradecimientos · Editoras

Prólogo · Zaida Muxi

Presentación·Umberto Bonomo

Introducción · Manola Ogalde, Javiera Rodríguez, Valentina Rojas, Bárbara Rozas, Fabiola Solari

PARTE I Un punto de partida ·Manola Ogalde

PARTE II Voces influyentes ·Fabiola Solari

María Elena Vergara Navarrete por Fabiola Solari

Violeta del Campo Moya por Fabiola Solari

Esmeralda Rojas Cellier por Fabiola Solari

Esmée Cromie por Bárbara Rozas

Angela Schweitzer Lopetegui por Fabiola Solari

Hilda Carmona Low por Javiera Rodríguez

Marta Viveros Letelier por Javiera Rodríguez

Liliana Lanata Macchi por Bárbara Rozas

Margarita Pisano Fischer por Javiera Rodríguez

Montserrat Palmer Trías por Bárbara Rozas

Myriam Beach Lobos por Valentina Rojas

Gloria Barros Infante por Valentina Rojas

Eliana Caraball Martínez por Bárbara Rozas

María Rosa Giugliano Pellerano por Manola Ogalde

Joan MacDonald Maier por Valentina Rojas

Ximena Gutiérrez López de Heredia por Bárbara Rozas

Cristina Felsenhardt Rosen por Fabiola Solari

Juana Zunino Muratori por Javiera Rodríguez

Margarita Greene Zúñiga por Manola Ogalde

Iris Marcich Moller por Valentina Rojas

PARTE III Ensayos y testimonios

Del borde al centro. Revisiones tempranas de la historia, el arte y la arquitectura a través de las mujeres en el mundo anglosajón · Manola Ogalde

Diversas y transversales. Las mujeres en las páginas de AUCA · Patricia Méndez, Ana Zazo

Pioneras migrantes. El legado de las primeras arquitectas en la zona centro-sur del país · Luis Darmendrail

Arquitectas en la Unidad Popular. Colaboración femenina en tiempos de transformación política, cultural y urbana · Francisca Pimentel, Isabel Donetch

Dora Riedel. La primera arquitecta titulada en Chile · Carolina Espinosa, Carolina Jacob, Layla Jorquera, María Soledad Larraín (Colectivo Mujer ArquitectA)

Arquitecta entre arquitectos. Hilda Carmona: docente y diseñadora · Javiera Rodríguez, Valentina Rojas

Raquel Eskenazi y su aporte al imaginario moderno de Viña del Mar · María Soledad Larraín

Expandiendo el horizonte. La contribución de Esmée Cromie a la arquitectura moderna · Bárbara Rozas, Romy Hecht

Margarita · Gabriela García de Cortázar, Alejandra Celedón

Diseñadora, investigadora y docente. La práctica moderna integral de Angela Schweitzer · Fabiola Solari, Hugo Mondragón

Victoria Maier Mayer. Arquitectura, género y responsabilidad social · Carla González

Eliana Caraball. Del compromiso político y la arquitectura · Eliana Caraball, María Soledad Larraín (editora)

Myriam Waisberg Izacson (1919-2004). Investigación y vanguardia · Cecilia Jiménez

Epílogo·Bárbara Rozas

Biografías autores

AGRADECIMIENTOS

Editoras

Esta publicación, que surgió como catálogo y terminó como libro, ha sido un esfuerzo mancomunado. Como editoras queremos agradecer a todas las personas e instituciones que la hicieron posible. En primer lugar, al Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, que a través del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes financió el grueso del proyecto “Entre líneas. Arquitectas modernas en Chile y su aporte disciplinar” (Folio n.º 626459). A Umberto Bonomo, Thaise Gambarra y el equipo del Centro del Patrimonio Cultural UC, por apoyar a Entre líneas de manera sostenida desde su formulación. A Patricia Corona y Rosario Pacheco de Ediciones UC, por confiar en nosotras y darnos el espacio para editar este volumen de la colección Patrimonio. A Carolina Valenzuela y Camila Romero, que combinaron sus habilidades en el diseño con una disposición y paciencia inigualables para materializar esta publicación.

A Hugo Mondragón y Romy Hecht, que fueron fundamentales para poder plantar la semilla del proyecto Entre líneas. A Eliana Caraball, Alejandra Celedón, Luis Darmendrail, Isabel Donetch, Carolina Espinosa, Gabriela García de Cortázar, Carla González, Carolina Jacob, Cecilia Jiménez, Layla Jorquera, María Soledad Larraín, Patricia Méndez, Francisca Pimentel y Ana Sazo por sus contribuciones. Al comité científico de esta publicación, por su riguroso trabajo en la selección de ensayos y testimonios contenidos en ella. Y, también, a Ana Güezmes y Zaida Muxi por el buen ánimo con que leyeron y reflexionaron sobre este libro.

A la directora del Archivo de Originales FADEU UC, Isabel García Pérez de Arce, a la archivera Roxana Valdebenito y las asistentes Pilar Lira y Daniela Larral, que nos abrieron las puertas desde octubre de 2020. A Lucina Malaver, de la Biblioteca UC de Lo Contador, por compartir con nosotros los dibujos elaborados por Violeta del Campo. A Omar Faúndez, por su diligente y cuidadoso trabajo de digitalización. A Jaime Reyes, del Archivo Histórico José Vial Armstrong de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV, y a Daniel Vial, del Archivo José Vial Armstrong / Fragmentos, por permitirnos publicar fotografías guardadas en los espacios que coordinan. Asimismo, a Claudio Galeno, del Centro de Documentación de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, por compartirnos valiosa información y responder nuestras dudas. Y al equipo del archivo técnico de Aguas Andinas por el paciente envío de planos a lo largo de la investigación.

A Silvia Araya, Pedro Bannen, Gloria Barros, María Bellalta, Hilda Carmona, Camila del Fierro, Hugo Gaggero, Pilar García, Margarita Greene, Ximena Gutiérrez, Antonia Lehmann, Cristina Felsenhardt, Teodoro Fernández, Viviana Fernández, Sonja Friedmann, Meilin Gim, Minghai Gim, Joan Mac Donald, Iris Marcich, Pía Montealegre, José Rosas, Pilar Urrejola, Marta Viveros y Juana Zunino por regalarnos sus relatos orales, compartir material de archivo inédito y responder a nuestros continuos correos. A Juan Patricio Cáceres, Francisco Díaz, Camila Gaggero, María Alicia Galfano, Juan Francisco Guzmán, Olivar Hernández, Hernán Illanes, Miguel Lawner, Patricio Mardones, Cristóbal Molina, Gonzalo Muñoz, Mirtha Pallarés, Benjamín Ponce de León, Alfonso Raposo, Pepe Riquelme, Carmina Sutil, Carolina Tobler, Ignacio Varas, José Vásquez, María Cecilia Vergara y Ana Paz Yanes, así como al Abad Benito Rodríguez y los Hnos. Martín Correa y Bernardo Álvarez de la Comunidad Benedictina de Las Condes, por facilitarnos documentos históricos e información por vía telefónica y escrita.

A Joaquín Broquedis, Carolina Cerda, Carmen Gutiérrez, Sergio Hasbún y Boris Ivelic por su apoyo, tanto en el contacto de algunas de las voces antes mencionadas como en la digitalización y traslado de archivos. Al Liceo Polivalente Sara Braun en Punta Arenas, al Liceo 1 Javiera Carrera en Santiago, y particularmente a Catalina Padilla, por darnos la oportunidad de llevar el proyecto Entre líneas al aula escolar. A Ciudades de Octubre, Isabella Solari, Verónica Irribarra y a Marcela del edificio frente a la Parroquia Jesús Nazareno, por sus apoyos puntuales pero fundamentales.

Finalmente, a nuestros colegas del cluster de investigación Patrimonio y Modernidad, que participaron de las definiciones y debates iniciales de Entre líneas, donde se asentaron sus bases conceptuales y se fijaron sus lineamientos metodológicos.

PRÓLOGO

Zaida Muxi

Profesora distinguida Escuela de Arte, Arquitectura y Diseño, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; catedrática extraordinaria Federico Mariscal, Facultad de Arquitectura, UNAM y profesora del DUOT-ETSAB-UPC

REFLEXIONANDO ENTRE LÍNEAS

He tenido la oportunidad de conocer a parte del equipo Entre líneas en el Congreso Internacional Docomomo en Valencia 2022. Allí escuché avances de su trabajo y quedé muy interesada y admirada por la labor que estaban realizando. Por ello quiero, antes que nada, agradecer a Manola Ogalde Gutiérrez, Javiera Rodríguez Larrea, Valentina Rojas del Pozo, Bárbara Rozas Reinecke y Fabiola Solari Irribarra por haberme pedido hacer este prólogo. Es un gran honor para mí actuar como madrina a distancia de este grupo tan prometedor.

Afortunadamente ya son muchos los grupos de investigación, formados mayoritariamente por mujeres profesionales, que en toda Iberoamérica están trabajando para visibilizar un pasado obviado y ocultado. Mujeres que están buscando sus propias raíces, sus propias referencias. Es muy alentador ver cómo en estos trabajos de grupos de investigación universitarios van revelando y desvelando las presencias borradas en las historias oficiales. No puedo sino recordar la intervención temporal Con memoria de 2019, realizada por Gabriela Medrano y Felipe Zegers para el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, en la que se afirmó que “una sociedad con memoria es una sociedad con futuro”. Esta máxima es aplicable a la historia de las mujeres y sus aportaciones: para construirnos como mujeres profesionales en el futuro necesitamos conocer a quienes han estado antes. Es un derecho y un deber.

Este libro es un ejemplo de rigor en la investigación que abre otras formas y caminos no patriarcales. Las editoras realizan nuevas preguntas que permiten releer la historia de la arquitectura chilena desde otra perspectiva; no heroica, no individual, no sesgada a una única práctica posible. Responden a sus preguntas con metodologías diferentes a las usuales y coherentes con su posición.

En primer lugar, cabe destacar que las editoras del libro dudan de los prejuicios, es decir, de juzgar antes de conocer. Para ello escanean, tal como lo definen ellas, la producción historiográfica.

Una segunda cuestión es que, a partir de la rigurosa revisión de los relatos historiográficos, encuentran que solamente salen citadas tres mujeres egresadas de la Universidad Católica, de entre las 126 mujeres que completaron sus estudios en el período estudiado (1928-1979). El período se inicia con el ingreso de las dos primeras mujeres, Violeta del Campo Moya y María Elena Vergara Navarrete, a dicha casa de estudios. Y se cierra en el año previo a que dos mujeres arquitectas ostentaron por primera vez puestos de responsabilidad significativos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, Eliana Caraball como primera subdirectora y Montserrat Palmer como primera editora de la Revista ARQ.

En tercer lugar, las editoras consideran que arquitectura es más que edificar y que proyectar es fundamental para encontrar y reconocer la labor realizada por las arquitectas. Arquitectura es urbanismo, es paisaje, es docencia, es investigación, es política y es organización gremial. Por ello, siguiendo las reflexiones de autoras como Joan Kelly-Gadol o Linda Nochlin, entre otras, las autoras de Entre líneas buscan estudiar y visibilizar los entramados colectivos que dan lugar a la producción ampliada de la arquitectura.

En cuarto lugar, ellas mismas utilizan las redes, la visibilización del trabajo de otras investigadoras, para apoyar y ampliar su propio trabajo. No se limitan a las propias aportaciones de Entre líneas, sino que abren el espacio de la publicación a otras investigadoras a través de una convocatoria abierta, asumiendo así de manera explícita la creación colectiva en la construcción del relato historiográfico.

Para poder construir un futuro inclusivo e igualitario, en el que las arquitectas tengamos un papel reconocido, son imprescindibles trabajos como este. La iniciativa se sitúa junto a otras actividades de visibilización y reescritura de la historia de la arquitectura en el contexto iberoamericano. Es muy satisfactorio ver toda la producción basada en investigaciones de fuentes primarias que se ha realizado en relativamente poco tiempo, ya que estas bases permitirán la necesaria escritura de historias más integrales e igualitarias.

Para situar este contexto, empiezo con una aportación muy temprana que es el trabajo final de maestría de Ana Gabriela Godinho Lima, desarrollado en 1999 y publicado en 2013: Arquitetas e arquiteturas na América Latina do século XX. Por otra parte, las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación han permitido la autogestión y autopublicación de investigaciones en red, que han llegado a tener un gran impacto internacional. Es el caso del blog “Un día una arquitecta”, creado por Inés Moisset con un equipo de redacción base formado por Cecilia Kesman, Florencia Marciani, Inés Moisset, Gueni Ojeda (Argentina), Daniela Arias (Uruguay-España) y yo misma. Este blog ha agrupado a más de 50 investigadoras e investigadores, que de manera altruista han creado un fondo de materiales sumamente importante.

Hay también diferentes grupos de investigación que han contado o cuentan con distintos grados de apoyo institucional. En España se encuentra Navegando arquitecturas de mujeres, liderado por Elia Gutiérrez Mozo en la Universidad de Alicante, y MuWo, liderado por Lucía C. Perez-Moreno en la Universidad de Zaragoza. En Portugal, vale mencionar a Associação Mulheres na Arquitectura (MA) / Women in Architecture association, coordinado por Patricia Santos Pedrosa y Anália Torres. En Brasil, cabe destacar a Feminino e Plural: percursos e projetos de arquitetas e designers, liderado por Ana Gabriela Godinho Lima en la Universidad Presbiteriana Mackenzie de São Paulo; Arquitetas negras, liderado por Gabriela de Matos; y Arquitetas invisiveis, fundado en la Universidad de Brasilia por Gabriela Cascelli Farinasso con el apoyo de la profesora Maribel Aliaga. En Argentina destaca Nuestras Arquitectas, liderado por Inés Moisset y Carolina Quiroga. En Colombia es relevante el grupo Arquitectas Colombianas, liderado por Ana María Pinzón. Finalmente, en Chile cabe también resaltar el trabajo pionero del colectivo MujerArquitectA, vinculado al Colegio de Arquitectos de Chile a través del Comité de Arquitectos y Arquitectas Jóvenes (CAJ), fundado en 2017 por Carolina Espinosa, Layla Jorquera, Soledad Larraín y Carolina Jacob.

Entre las publicaciones en papel más recientes, que abonan la creación de la genealogía formada por arquitectas, encontramos Pioneras de la arquitectura ecuatoriana, de Verónica Rosero y María José Freire como investigadoras principales; y Arquitectas de Costa Rica. Sus visiones y aportes, coordinado por Marianela Mora Valenciano.

También es importante señalar que se comienzan a ver impactos en los contenidos de los currículos académicos: aunque en la mayoría de los casos se trata de materias de carácter optativo, no por ello deja de ser un hito importante. Asimismo, es relevante que han aparecido muchos colectivos formados por estudiantes, como el Coletivo Zaha en la Universidad Presbiteriana Mackenzie en São Paulo o l’Esquerra en la ETSAB-UPC en Barcelona, entre otros. Estas agrupaciones reclaman el derecho a unos estudios más inclusivos en los que se visibilicen e integren mujeres en los currículos académicos.

Este breve panorama, seguramente incompleto, nos permite augurar un cambio importante en la historiografía de la arquitectura en Iberoamérica del que el libro que tenéis en vuestras manos será un hito, con toda seguridad.

La historia está allí; hay que volver a leerla, hay que volver a mirarla. Hay que mirarla sin prejuicio, ir más allá de los relatos, las palabras y las imágenes, volver a los hechos. Esto es lo que propone este grupo de investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile. A través de la búsqueda de las mujeres protagonistas de la propia historia de la arquitectura, y a partir de lo acontecido en su universidad, este libro comienza a reescribir una historia presente y olvidada.

PRESENTACIÓN

Umberto Bonomo

Profesor asociado de la Escuela de Arquitectura UC y director del Centro del Patrimonio Cultural UC

LEER ENTRE LÍNEAS: PATRIMONIALIZACIÓN Y PUESTA EN VALOR

Hace un tiempo se ha instalado la idea de que el patrimonio no es solo lo que se hereda del padre. Los debates contemporáneos en torno al patrimonio lo instalan como un concepto abierto y una construcción social dinámica que responde al movimiento sistémico entre supuestos objetos/actos/bienes con valor y supuestos sujetos capaces de otorgar valor. Este movimiento, este ir y venir reiterativo entre objetos y sujetos, lleva el nombre de patrimonialización. La patrimonialización, como práctica cultural, es esencialmente democrática ya que se funda sobre la capacidad de leer, escuchar, dialogar, confrontarse con y construir nuevas interpretaciones cambiantes y sensibles a una realidad que es, a su vez, cambiante.

La patrimonialización es relacional, abre puertas e invita a superar la dimensión dogmática del patrimonio que —hasta hace muy poco— era un campo cultural dominado por los expertos, los técnicos y las verdades doctrinarias. Una de las formas en que actúa la patrimonialización es con la puesta en valor. Esta puede entenderse como un conjunto amplio e inclusivo de operaciones, cuyo objetivo es resaltar los atributos o valores de algo. Lo interesante de esta práctica es justamente su capacidad adaptativa a distintos contextos o sujetos materiales e inmateriales.

Restaurar un monumento es una operación de puesta en valor; generar un modelo de gestión o un plan de difusión para un bien patrimonial es también una forma de poner en valor ese bien considerado valioso. Pero la puesta en valor no es una acción que se destina solo al patrimonio monumental: ordenar la casa, enmarcar una foto, colgar un cuadro, son formas de poner en valor nuestros espacios domésticos. En esta misma lógica, releer una historia, construir nuevos marcos interpretativos o —de frentón— agregar páginas de historias a relatos canónicos incompletos, es sin duda una tarea compleja y una puesta en valor indiscutida.

Estas páginas contienen una puesta en valor colaborativa que tiene como objetivo agregar significado a la arquitectura moderna y contemporánea mediante la lectura entre líneas de un corpus historiográfico parcial e incompleto que, según las editoras de este libro, no releva la contribución de un conjunto de arquitectas que aportaron al debate, a la práctica profesional, al contexto político e intelectual de la arquitectura chilena durante el siglo XX. Esta puesta en valor ha de entenderse como un acto heroico que busca agregar densidad cultural al contexto arquitectónico local, evidenciando y exponiendo la riqueza, la sensibilidad y el conocimiento de las voces de veinte mujeres que, a partir de hoy, entran definitivamente a formar parte de la historia de la arquitectura de Chile.

INTRODUCCIÓN

Editoras

Esta publicación es el resultado de una iniciativa que propone releer la historia de la arquitectura en Chile ‘entre líneas’. En un intento por traer a la luz aquello que hasta ahora ha permanecido velado, Entre líneas pone en su centro a arquitectas. Al hacerlo, reconoce el género como una variable que históricamente ha influido sobre la práctica de la arquitectura y, a la vez, como un prisma a través del que mirar su pasado. A partir del examen de libros canónicos sobre historia de la arquitectura en Chile y su revisión a la luz de nuevas indagaciones documentales, el proyecto aspira a ampliar las formas de historización de la práctica de la disciplina en nuestro país.

Entre líneas pretende contribuir a la construcción de una crítica justa a la labor histórica de las profesionales de la arquitectura en Chile de dos maneras. Por un lado, visibiliza proyectos que contaron con el aporte profesional de mujeres, cuyos nombres no siempre han tenido un espacio en las construcciones historiográficas. Y, por el otro, propone repensar el juicio histórico convencional de la disciplina para encontrar significado en trayectorias que antes no han merecido reconocimiento. De este modo, Entre líneas no solo subraya el rol de las arquitectas en la práctica proyectual en Chile, sino que también pone en relieve la multiplicidad de formas en que ellas se vincularon con su entorno profesional y ejercieron un impacto sobre la disciplina y la sociedad.

A la fecha, el proyecto ha contado con dos instancias de desarrollo. La primera de ellas se tituló “Entre líneas. Una relectura del discurso moderno a través de las mujeres de la Escuela de Arquitectura UC” (2020-2021)1 y la segunda, “Entre líneas. Arquitectas modernas en Chile y su aporte disciplinar” (2022-2023)2. Ambas etapas han buscado comprender y visibilizar quiénes fueron, qué hicieron y cómo operaron las arquitectas formadas entre 1928 y 1979, con foco en el trabajo de figuras vinculadas a la Pontificia Universidad Católica de Chile3. Los resultados de estas dos fases de investigación constituyen el cuerpo fundamental de este libro.

La publicación se divide en tres partes. Primero, incluye contenidos de la etapa inicial: la revisión historiográfica de once textos sobre arquitectura moderna en Chile y un listado de arquitectas formadas en la Escuela de Arquitectura UC dentro del período de estudio. Luego, presenta la profundización y reedición de tres productos específicos: una línea de tiempo, un mapa de relaciones y veinte reseñas biográficas de arquitectas consideradas voces influyentes. Finalmente, en un interés por ampliar el alcance de la investigación, incorpora diez ensayos y tres testimonios que expanden sus contenidos4.

PENSAR LA HISTORIA A TRAVÉS DE ARQUITECTAS

Los caminos que seguimos para llevar adelante Entre líneas no han sido siempre evidentes. La voluntad de rehuir prejuicios de entrada y sortear lugares comunes ha implicado avanzar con cautela. La iniciativa ha estado atravesada por una búsqueda permanente de definiciones teóricas en las que encontrar fundamentos propios, atingentes a la naturaleza de la investigación pero a la vez coherentes con nuestras convicciones. Así, la exploración constante se ha transformado en una herramienta para evitar la asimilación irreflexiva de eslóganes vacíos o términos en boga. La reflexión teórica, entonces, ha acompañado la revisión historiográfica y la investigación histórica, como una manera de asegurar la construcción de una forma de conocimiento nueva y significativa para nuestra disciplina a nivel local.

DEFINICIONES PARA UNA CATEGORÍA OPERATIVA

Para Joan Scott, en los estudios sobre las mujeres el término ‘género’ comenzó a utilizarse para teorizar el problema de la diferencia sexual a partir de los años 60. Según la autora, el concepto fue inicialmente acuñado entre las feministas norteamericanas y desplazó el uso de ‘mujeres’. La popularización del uso de la palabra ‘género’ se explica por la capacidad del término de subrayar la cualidad social de la distinción entre hombres y mujeres, además de eludir el determinismo biológico implícito en la palabra ‘sexo’. Al mismo tiempo, el término ‘género’ enfatiza la dimensión relacional del problema, pues define ejes en torno a los que se organizan y representan grupos sociales diferenciados.

Con todo, las maneras de entender el género y los estudios que se ocupan de él han adquirido cada vez mayor complejidad. Scott reconoce como un punto de quiebre el surgimiento de la política de la identidad en la década de los 80 y las reflexiones postestructuralistas en torno a los procesos de construcción, reproducción y representación de los sistemas de género. El trabajo de autoras como Juliet Mitchell, Lucy Irigaray, Teresa de Lauretis y Judith Butler puso en crisis el significado unitario de las categorías ‘hombre’ y ‘mujer’, que en las reflexiones feministas tempranas se daba relativamente por sentado.

En particular, el reconocimiento de la relevancia de la identidad, la experiencia y la performatividad ha tendido a pluralizar la noción universal de ‘mujer’, cuya unidad había sido clave en el empuje de la lucha feminista durante décadas. Sin duda, esta diversificación ha contribuido a enriquecer la lectura de la desigualdad de género, al entenderla a partir de su superposición con otros factores identitarios como la clase, la etnia o la sexualidad5. No obstante, esta fragmentación ha tendido a desdibujar la noción de ‘mujeres’ como un grupo unitario con una identidad común, que pueda ser estudiado y reivindicado como tal. ¿Cómo escribir hoy, entonces, una historia de ‘mujeres’ en ausencia de una noción compartida de lo que ellas son?

Ante esta dificultad, se propone que utilizar la categoría ‘mujeres’ exige al menos explicar su acepción en un contexto específico. En el marco de Entre líneas, el universo de arquitectas estudiadas fue definido a partir de un filtro simple en los registros académicos oficiales de la UC, determinado en función de sus nombres y su fecha de titulación profesional dentro de un período concreto. Este recorte responde a una premisa básica: que los nombres femeninos presentes en los archivos designan a personas que, al momento de su registro, eran reconocidas socialmente como mujeres. Debido a la fecha de la documentación es posible inferir que dicha denominación coincidía, además, con su sexo biológico6.

Sin embargo, como ha sostenido Judith Butler, “la diferencia biológica no puede ser pensada separadamente de su captura por formas de poder operativas en la cultura y la historia”7. De hecho, hoy es ampliamente aceptado que la diferencia biológica no solo no es determinante en la definición del género, sino que no está siquiera vinculada necesariamente a él8. Pese a ello, y sin caer en reduccionismos esencialistas, creemos que la diferencia biológica no opera tampoco de manera neutral: al menos históricamente, esta diferencia sí ha sido un elemento primario en la construcción del género9.

Con todo, Entre líneas es una puerta de entrada para considerar otras aristas del género y estudiar sus implicancias en la práctica de la arquitectura. En este sentido, esta iniciativa invita a la construcción de nuevas lecturas de la historia que sumen otras variables del género, como la orientación y la identidad sexual. Del mismo modo, podría estimarse de interés incorporar otros elementos constitutivos de la individualidad de los profesionales de la arquitectura y considerar su impacto en la práctica de la disciplina desde una lectura interseccional.

PROBLEMAS DE PERIODIZACIÓN

Historiadoras norteamericanas como Gerda Lerner10 y Joan Kelly-Gadol11 identificaron tempranamente cómo una lectura de la historia centrada en las mujeres alteraba los fundamentos de los estudios históricos. Para Kelly-Gadol, en particular, el desafío de escribir la historia de las mujeres pone en crisis al menos tres preocupaciones fundamentales de la disciplina histórica: las categorías sociales, las teorías de cambio social y la periodización.

En relación con este último punto, Kelly-Gadol subrayó cómo episodios claves en la historia occidental12 dejan de aparecer como momentos singulares de progreso civilizatorio si el foco se mueve hacia las mujeres. Su desplazamiento implica reconocer que la prosperidad que distingue a dichos períodos en realidad no las afectó a ellas. Más aún, estudios revelan que ciertos avances culturales de la humanidad se produjeron en desmedro de la situación de las mujeres13. “De pronto —afirma la historiadora—, vemos estas eras con una nueva visión doble, y cada ojo ve una imagen diferente”14.

En sintonía con lo anterior, Entre líneas no solo filtra su universo de estudio en función de una dimensión del género, sino que la considera como una variable que también define los límites del período de estudio. Por lo tanto, sus bordes cronológicos fueron determinados por hitos que se han interpretado como puntos de inflexión en el estatus de las mujeres en un espacio específico.

RECORTE TEMPORAL

El inicio del período de estudio se sitúa en 1928, cuando por primera vez dos mujeres —Violeta del Campo Moya y María Elena Vergara Navarrete— ingresaron a la carrera de arquitectura en la UC15. Por el otro extremo, el marco cronológico se cierra en 1979, fecha después de la cual se produce un cambio en el rol femenino dentro de la escuela. En 1980, dos mujeres comenzaron a ocupar por primera vez posiciones de poder de carácter transversal en la Escuela de Arquitectura UC: Eliana Caraball asumió el cargo de Subdirectora y Montserrat Palmer el de editora de la revista ARQ.

Vale la pena acotar que gran parte del marco temporal coincide, además, con la definición y consolidación de un proyecto educativo eminentemente moderno. La Quema del Vignola en 1949 marcó el inicio definitivo de una agenda formativa inspirada en la tradición de la Bauhaus, que fue afianzada durante el decanato de Sergio Larraín García-Moreno entre 1953 y 1967. Ese último año, los ánimos de transformación de la Reforma Universitaria16 se empezaron a sentir al interior de la escuela. En 1970, con Fernando Castillo Velasco17 como rector de la UC, la tensión ideológica18 llevó a la división de la Escuela de Arquitectura en tres departamentos con proyectos educativos diferentes19. Tras esta departamentalización, iniciada en 1970 y truncada por el inicio de la dictadura militar en 1973, la dirección de Hernán Riesco se abocó a reestructurar la escuela y a fortalecer sus directrices previas, entre 1974 y 1979. Así, el fin de la década del setenta trajo consigo no solo un avance en la posición de las mujeres dentro de la escuela20, sino que, además, cerró un ciclo de reunificación y reafirmación identitaria de la institución luego de tiempos de crisis. A partir de los años 80, esta agenda dio paso a nuevas inquietudes internas y disciplinares que, a su vez, coincidieron con una expansión paulatina de la participación de mujeres en cargos docentes y administrativos.

UN ENFOQUE EXPANDIDO PARA UNA PRÁCTICA SOCIAL

Desde otra perspectiva, la historiadora del arte Linda Nochlin definió el “mito del gran artista” como el primer obstáculo para construir una historia de las mujeres en el campo de las artes21. Según Nochlin, este mito ha dominado las construcciones de la historia del arte desde sus orígenes, al suponer que el proceso de creación posee una naturaleza autónoma, libre y esencialmente antisocial. Así, la historia se ha erigido a través de la disposición sucesiva de obras notables creadas por artistas excepcionales, cuya genialidad siempre logró imponerse a sus difíciles circunstancias de vida. El mito presupone así que, si los artistas verdaderamente talentosos lograron superar la adversidad a lo largo de la historia, las artistas también deberían haber podido hacerlo.

Para Nochlin, la trampa implícita en esta declaración pone en evidencia la necesidad de entender la historia de una manera diferente. La autora sostiene que las artes son en realidad prácticas determinadas socialmente. Aunque su calidad está determinada por el talento de quien las produce, son lenguajes de formas consistentes que dependen de estructuras y sistemas de notación específicos. Como tales, las artes deben ser aprendidas y ejercidas a través de la instrucción, la experimentación y el intercambio. Desde este punto de vista, cobran relevancia otras dimensiones para comprender el trabajo artístico y arquitectónico. Ejemplos de ello son la experiencia formativa, el entorno social, las relaciones personales, los vínculos académicos, los viajes, las asociaciones profesionales, las circunstancias políticas y, sobre todo, las instituciones.

En consonancia con lo anterior, Entre líneas propone repensar las maneras de construcción historiográfica a través de principios más abarcadores, menos centrados en figuras únicas y en la producción de obras de arquitectura. En contraposición, esta investigación sitúa a las mujeres en un contexto histórico e institucional específico y expande el entendimiento de lo que significa influir en la disciplina, al conferir un espacio significativo a prácticas docentes, investigativas, administrativas y políticas. Al mismo tiempo, identifica las relaciones profesionales, académicas y personales de las arquitectas con sus pares y hace visibles afinidades disciplinares. Estos criterios para incorporar y caracterizar el trabajo de las arquitectas permiten ampliar su reconocimiento como agentes históricos que generaron un impacto en la escena nacional.

1 El financiamiento fue adjudicado mediante concurso académico interno, a través de la convocatoria 2020 del Fondo Semilla de la Subdirección de Investigación de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La instancia fue coordinada por los profesores Romy Hecht y Hugo Mondragón.

2 El financiamiento fue adjudicado mediante concurso público, a través de la convocatoria 2022 del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio del Gobierno de Chile.

3 La decisión de circunscribir el objeto de estudio de Entre líneas a la UC responde a la naturaleza de la primera etapa del proyecto. Dado que esta tuvo lugar durante la pandemia de COVID-19, su alcance se limitó a arquitectas vinculadas a la universidad. Ello permitió centrarse en archivos de esa institución, entonces de más fácil acceso. Este foco fue, en gran medida, transferido a la segunda etapa del proyecto por el volumen de información recabada, así como por la decisión de profundizar y precisar en vez de ampliar el enfoque. Con todo, se formularon estrategias para expandir el encuadre y entrelazar los resultados de Entre líneas con proyectos similares.

4 Los textos fueron recibidos por medio de una convocatoria abierta que contó con la revisión de pares por parte de un comité científico integrado por Umberto Bonomo, Macarena Cortés, Alejandro Crispiani, Claudio Galeno, Anita Puig, Margarita Roa, Isidora Urrutia y Elizabeth Wagemann.

5 Sandra Harding, Feminism and Methodology (Bloomington: Indiana University Press, 1987), 8.

6 La ley 21.120, que faculta a personas cuya identidad de género no coincide con su sexo y nombre registral a solicitar su rectificación, fue promulgada en Chile en 2018.

7 Judith Butler, “Speaking Up, Talking Back: Joan Scott’s Critical Feminism”, en Judith Butler y Elizabeth Weed, The Question of Gender: Joan W. Scott’s Critical Feminism (Bloomington: Indiana University Press, 2011), 13.

8 Judith Butler, “Sujetos de sexo/género/deseo”, en El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad, 45-99 (Barcelona: Paidós, 2007).

9 Moira Gatens, “A Critique of the Sex/Gender Distinction”, en Sneja Gunew (ed.), A Reader in Feminist Knowledge (Londres/Nueva York: Routledge, 1991), 139-157.

10 Gerda Lerner, “Placing Women in History: Definitions and Challenges,” Feminist Studies 3, n.º 1/2 (1975): 5-14.

11 Joan Kelly-Gadol, “The Social Relation of the Texes: Methodological Implications of Women’s History”, Signs 1, n.º 4 (1976): 809-823.

12 Se refiere a períodos como los de la Atenas clásica, el Renacimiento en Europa o la Revolución francesa.

13 “Para las mujeres, ‘progreso’ en Atenas significó concubinato y confinamiento de esposas ciudadanas en el gineceo. En la Europa del Renacimiento significó la domesticación de la esposa burguesa y la escalada de la persecución de la brujería (...). Y la Revolución excluyó expresamente a la mujer de su libertad, igualdad y ‘fraternidad’”. En: Joan Kelly-Gadol, “The social relation of the sexes: Methodological implications of women’s history”, Signs 1, n.º 4 (1976): 811.

14 Kelly-Gadol, “The social relation of the sexes”, 811.

15 En 1925, Dora Riedel ingresó a estudiar arquitectura en la Universidad de Chile. Al momento de su ingreso, ya cursaba la carrera la estudiante Frida Ganther, quien falleció prematuramente. En 1930, Riedel se transformó en la primera arquitecta en titularse en Chile. Véase: Graciana Parodi Erwin, documento (c. 1940-1950), archivo familiar Hammerle Riedel, donado a MujerArquitecta.

16 A pesar de que el germen de la reestructuración de la UC se remonta al primer triunfo de la Democracia Cristiana Universitaria (DCU) en las elecciones de la Federación de Estudiantes UC (FEUC) en 1959, su detonante definitivo fue la toma del campus Casa Central en 1967. Los postulados del movimiento —llamado Once de Agosto por el día en que inició la toma— fueron democratización universitaria, compromiso social, extensión cultural, rol público y reforma universitaria. Véase: Carolina Loyola Estay, “1967: remecer los cimientos”, Revista Universitaria 146 (2017): 8.

17 Castillo Velasco fue el primer rector laico, y ha sido el único propuesto por estudiantes, en la historia de la UC. Su elección como prorrector por el rector monseñor Silva Santiago, el 22 de agosto de 1969, puso fin a la toma. El 7 de septiembre, se volvió rector interino debido a la renuncia de Silva Santiago y, dos semanas más tarde, la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades del Vaticano lo ratificó como rector. Véase: Loyola, “1967: remecer los cimientos”, 12-13.

18 Las demandas de transformaciones por parte de los estudiantes de la UC coincidieron con movimientos en otras partes del mundo, como el de mayo de 1968 en Francia. En Chile, las expresiones del descontento se superpusieron con la creación de la Unidad Popular (UP) en octubre de 1969.

19 En diciembre de 1969, el arquitecto Fernando Castillo Velasco dirigió una carta a los estudiantes y profesores de la Escuela de Arquitectura UC en que informaba la departamentalización de la institución e invitaba a “crear todas estas verdaderas células vitales del nuevo sistema académico y pedagógico”. Véase: “Carta de Fernando Castillo Velasco a los estudiantes y profesores de la Escuela de Arquitectura UC” (1969), Colección Especial de Arquitectura, Archivo de Originales FADEU UC.

20 Aunque ya en los años 60 se registra la presencia de docentes mujeres —como Carmen Silva e Hilda Carmona—, fue recién en la década del 70 que ellas comenzaron a ocupar jefaturas de unidades temáticas de la facultad. Esmée Cromie estuvo a cargo del Departamento de Diseño Ambiental (DDA) entre 1973 y 1975, y Joan Mac Donald del Departamento de Planificación Habitacional (DPH) entre 1975 y 1977. Ambos cargos desaparecieron en el marco del proceso de reestructuración de la escuela.

21 Linda Nochlin, “Why Have There Been No Great Women Artists?”, ARTnews (enero 1971): 22-39; 67-71.

UN PUNTO DE PARTIDA

Manola Ogalde

Profesora adjunta de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigadora del Cluster Patrimonio y Modernidad del Centro del Patrimonio Cultural UC

REVISIÓN HISTORIOGRÁFICA

Usualmente, el término ‘historiografía’ se emplea para referirse al conjunto de historias escritas sobre un tema o un período cronológico específico y, por extensión, a las formas de conocimiento en torno a ese tipo de obras1. Es en este sentido que definimos la primera etapa del trabajo de Entre líneas como una de carácter historiográfico, pues su punto de partida fue el estudio de un grupo acotado de historias sobre la arquitectura moderna en Chile. Esta revisión historiográfica tuvo como propósito conocer en qué medida las arquitectas son parte de la historiografía de la arquitectura chilena. Para ello, se revisaron escritos que han generado un impacto sobre la percepción colectiva de nuestra historia disciplinar y que aspiraron a construir relatos panorámicos sobre la producción arquitectónica de la modernidad en Chile2. Los escritos fueron revisados de la misma manera en que un escáner recorre un cuerpo en un examen médico en búsqueda de singularidades. Así, en relatos en que prevalecían menciones a arquitectos, se buscó detectar nombres de mujeres.

Fig. 1. Portadas de los escritos revisados en el marco de la investigación.

Los textos examinados fueron: el libro Latin American Architecture since 1945 de Henry-Russell Hitchcock de 19553; el libro Arquitectura Latinoamericana de Francisco Bullrich de 19694; el libro La arquitectura de Chile independiente de Osvaldo Cáceres escrito en 19735; el libro Arquitectura y modernidad en Chile /1925-1965 de Humberto Eliash y Manuel Moreno de 19896; el libro Las iglesias de la modernidad en Chile de Fernando Pérez, Pedro Bannen, Hernán Riesco y Pilar Urrejola de 19977; el capítulo “Arquitectura, cultura y práctica profesional en Chile 1930-1980” en el libro Portales del laberinto. Arquitectura y ciudad en Chile 1977-2009, editado por Francisco Liernur en 20098; el libro Chilean Modern Architecture since 1950, editado por Malcolm Quantrill en 20109; el libro La Arquitectura moderna en Chile (1907-1942). Revistas de Arquitectura y estrategia gremial de Max Aguirre de 201210; el capítulo “Chile” en el libro Latin America in Construction: Architecture 1955-1980, editado por Barry Bergdoll, Carlos Eduardo Comas, Jorge Francisco Liernur y Patricio del Real en 201511; y los libros Arquitectura en el Chile del siglo XX. Iniciando el nuevo siglo 1890-1930 y Arquitectura en el Chile del siglo XX. Modernización y vanguardia 1930-1950, concebidos como parte de una serie y publicados por Fernando Pérez en 201612 y 201713, respectivamente.

La revisión permitió identificar los nombres de 32 mujeres. De ellas, 2 corresponden a extranjeras que no ejercieron profesionalmente en el país, 5 a artistas, 4 a mandantes y 1 a una figura social influyente14. Las 20 restantes son arquitectas nacidas o radicadas en nuestro país. Entre ellas están Cazú Zegers, egresada de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), y Esmée Cromie, arquitecta del paisaje británica que estudió en la Universidad de Harvard y ejerció en Chile. Las otras 18 estudiaron en la Universidad de Chile (UCh) o la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC).

De ese grupo, 12 arquitectas son egresadas de la UCh: Ana María Barrenechea, Carolina del Campo, Raquel Eskenazi, Inés Floto, Inés Frey, Gabriela González, Montserrat Palmer, Yolanda Schwartz, Angela Schweitzer, Iris Valenzuela, Myriam Waisberg y Johanna Zeppelin. En contraste, solo 6 son egresadas de la UC: Gloria Barros, Pilar Calderón, Ana Luisa Devés, Antonia Lehmann, Margarita Pisano y Cecilia Puga.

Los hallazgos de la revisión historiográfica dieron pie a una serie de preguntas. ¿Por qué las arquitectas aparecen tan escasamente en las historias de la arquitectura moderna en Chile? ¿Es una consecuencia de las elecciones propias de la interpretación historiográfica15? ¿O acaso su participación e influencia en la disciplina fue, efectivamente, muy acotada? Más allá, ¿qué significa su ausencia?

LAS ARQUITECTAS DE LA UC

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Fig. 2. Mujeres tituladas como arquitectas UC (1928-1979). Los espacios en blanco representan a las que suspendieron sus estudios.

Década de titulación. 1930-1939 / 1940-1949 /1950-1959 / 1960-1969 / 1970-1979

La ausencia de arquitectas en las narraciones historiográficas, especialmente de egresadas o vinculadas a la Pontificia Universidad Católica de Chile, motivó una búsqueda para identificarlas. Se revisaron entonces las fuentes primarias disponibles en la Biblioteca Lo Contador y el Archivo de Originales de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos (FADEU) UC. El catastro consideró documentos institucionales, fichas académicas, cartas oficiales y fotografías. La indagación permitió construir un listado de 247 mujeres que estudiaron en la universidad dentro del marco temporal, que luego se redujo a una nómina de 126 que se titularon en ella. A este grupo se sumaron los nombres de 5 mujeres que tuvieron un rol significativo en la universidad pese a haber completado sus estudios en otras casas de estudio16. Con ello, se configuró un listado definitivo de 131 mujeres vinculadas a la UC dentro del periodo.

El catastro de las arquitectas fue seguido de una recabación panorámica de antecedentes. Se buscaron indicios de su actividad profesional en notas de prensa, registros gremiales y sitios web de naturaleza diversa. Simultáneamente, se realizaron una serie de entrevistas. En algunos casos se conversó directamente con las arquitectas en estudio y en otros con personas que podían entregar testimonios orales sobre algunas de ellas desde una perspectiva formativa, profesional o personal17. El cierre de este trabajo de recopilación de información marcó el fin de la primera fase de desarrollo de Entre líneas.

Fig. 3. Fotografía de fichas académicas de la Colección Especial de Arquitectura del Archivo de Originales FADEU UC en proceso de revisión (2021). Fuente: Elaboración de Bárbara Rozas

1 Panayotis Tournikiotis, “Prefacio”, en La historiografía de la arquitectura moderna, traducción de Jorge Sainz (Barcelona: Editorial Reverté, 1999), 15-20.

2 Por ende, se excluyeron de esta revisión todos aquellos estudios que, pese a inscribirse en el mismo arco cronológico, están centrados en figuras u obras concretas. Tal es el caso de los numerosos trabajos monográficos sobre arquitectos destacados —como Jorge Aguirre, Emilio Duhart, Christian de Groote, Sergio Larraín García-Moreno, Juan Martínez o Alberto Piwonka—; oficinas relevantes —como Bresciani Valdés Castillo Huidobro—; y obras emblemáticas —como la Villa Portales, el edificio para la CEPAL o la capilla del Monasterio Benedictino, entre otras—.

3 Henry-Russel Hitchcock, Latin American Architecture since 1945 (Nueva York: The Museum of Modern Art, 1955).

4 Francisco Bullrich, Latin American Architecture (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1969).

5 Osvaldo Cáceres, La arquitectura de Chile independiente (Concepción: Ediciones Universidad del Bío-Bío, 2007). Nótese que, a pesar de que el libro fue publicado en 2007, el editor Pablo Fuentes indica que el texto fue escrito por Cáceres en 1973.

6 Humberto Eliash y Manuel Moreno, Arquitectura y modernidad en Chile / 1925-1965. Una realidad múltiple (Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 1989).

7 Fernando Pérez, Pedro Bannen, Hernán Riesco y Pilar Urrejola, Las iglesias de la modernidad en Chile. Referentes europeos y americanos (Santiago: Ediciones ARQ, 1997).

8 Fernando Pérez, “Arquitectura, cultura y práctica profesional en Chile 1930-1980”, en Portales del laberinto. Arquitectura y ciudad en Chile 1977-2009, ed. Francisco Liernur (Santiago: Ediciones Universidad Andrés Bello, 2009), 59-120.

9 Fernando Pérez, Rodrigo Pérez de Arce y Horacio Torrent, en Chilean Modern Architecture since 1950, ed. Malcolm Quantrill (Texas: Texas A&M University Press, 2010).

10 Max Aguirre, La Arquitectura moderna en Chile (1907-1942). Revistas de Arquitectura y estrategia gremial (Santiago: Editorial Universitaria, 2012).

11 Fernando Pérez, “Chile”, en Latin America in Construction: Architecture 1955-1980, ed. Barry Bergdoll, Carlos Comas, Jorge Liernur y Patricio del Real (Nueva York: The Museum of Modern Art, 2015), 156-171.

12 Fernando Pérez, Arquitectura en el Chile del siglo XX. Iniciando el nuevo siglo 1890-1930 (Santiago de Chile: Ediciones ARQ, 2016).

13 Fernando Pérez, Arquitectura en el Chile del siglo XX. Modernización y vanguardia 1930-1950 (Santiago de Chile: Ediciones ARQ, 2017).

14 Las mujeres extranjeras son la diseñadora alemana Anni Albers y la arquitecta argentina Inés Rubio; las artistas son Marta Colvin, Marcela Correa —que por error aparece como Magdalena—, Lily Garafulic, María Martner y Blanca Merino; las mandantes son Luisa Ariztía, Teresa Brown de Ariztía, Catalina Rindler y Constanza Vergara; y la figura social influyente es Eugenia Huici.

15 Según Marina Waisman, la narración de una historia no es nunca su mera reproducción: ya sea ante la inviabilidad de registrar la totalidad de los acontecimientos o frente a la imposibilidad de presentarlos desde una perspectiva puramente objetiva, una selección es tan necesaria como inevitable. Véase: Marina Waisman, “Historia e historiografía”, en El interior de la historia. Historiografía arquitectónica para uso de latinoamericanos (Bogotá: Escala, 1990), 14-17.

16 Angela Schweitzer (UCh), Montserrat Palmer (UCh), Juana Zunino (PUCV), Esmée Cromie (Harvard GSD) y Cristina Felsenhardt (RMIT, UC). Palmer y Zunino no fueron consideradas en el recuento total de estudiantes UC a pesar de que cursaron uno y dos años en esa casa de estudios, respectivamente, para no generar un error de interpretación estadístico.

17 Entre diciembre de 2020 y marzo de 2021 se realizaron entrevistas a Pedro Bannen, Cristina Felsenhardt, Teodoro Fernández, Pilar García, Margarita Greene, Pilar Urrejola, Antonia Lehmann, Joan Mac Donald, José Rosas, Marta Viveros y Juana Zunino. En noviembre de 2021 se entrevistó a Viviana Fernández. Entre febrero de 2022 y abril de 2023 se entrevistó a Silvia Araya, Camila del Fierro, Hugo Gaggero, Meilin y Minghai Gim, Ximena Gutiérrez, Pía Montealegre, Iris Marcich y se volvió a entrevistar a Marta Viveros. En junio de 2023 se entrevistó a Gloria Barros.

VOCES INFLUYENTES

Fabiola Solari

Especialista en patrimonio arquitectónico en Conservation Studio, estudiante doctoral en University of Melbourne e investigadora del Cluster Patrimonio y Modernidad del Centro del Patrimonio Cultural UC

Debido al volumen de información recabado sobre las 131 arquitectas estudiadas, se decidió enfocar el trabajo en un grupo acotado de 20 profesionales que se denominaron ‘voces influyentes’. Ellas se distinguen por haber abierto nuevos campos de desarrollo profesional de la arquitectura o por haber influido decisivamente en alguno de ellos. La selección no pretende ser exhaustiva sino, más bien, contribuir a la diversificación de las figuras de referencia comúnmente invocadas en los relatos sobre arquitectura moderna.

En orden cronológico por año de titulación, los nombres de estas 20 arquitectas son: María Elena Vergara Navarrete, Violeta del Campo Moya, Esmeralda Rojas Cellier, Esmée Cromie, Angela Schweitzer Lopetegui, Hilda Carmona Low, Marta Viveros Letelier, Liliana Lanata Macchi, Margarita Pisano Fischer, Montserrat Palmer Trías, Myriam Beach Lobos, Gloria Barros Infante, Eliana Caraball Martínez, María Rosa Giugliano Pellerano, Joan Mac Donald Maier, Ximena Gutiérrez López de Heredia, Cristina Felsenhardt Rosen, Juana Zunino Muratori, Margarita Greene Zúñiga e Iris Marcich Moller.

Para visibilizar las historias de estas figuras relegadas de la historiografía, se desarrollaron dos infografías1: un mapa de relaciones, que grafica los vínculos profesionales, formativos y personales de las voces influyentes, y una línea de tiempo, que inserta su labor en un contexto histórico específico. Finalmente, para caracterizar sus trayectorias, se construyeron 20 perfiles biográficos que permiten profundizar en cada una de ellas.

Fig. 1. Retratos de 20 voces influyentes

Este mapa constituye un esfuerzo por clasificar el trabajo de las arquitectas y mostrar las vinculaciones entre ellas y con otros. Conforme a ello se establecieron categorías para designar con más matices sus maneras de ejercicio y sus orientaciones profesionales. Se definieron dos formas de clasificación: ‘formas de práctica’ y ‘temas disciplinares’. El primer grupo, graficado a través de figuras, contempla modos de ejercer la profesión, entre los que se encuentran el diseño, la planificación, la docencia, la investigación, la gestión, el trabajo editorial y el activismo. Estas variables se cruzan con la segunda serie, representada a través de colores, que determina ámbitos de inquietud intelectual como la ciudad, los edificios, la vivienda, la formación2, el paisaje, la política y la organización gremial.

Los dos ejes de categorización desafían las formas más tradicionales de entender cómo se ejerce la profesión. Ocupaciones distintas a la del arquitecto proyectista y áreas operativas diferentes al edificio son definidas como categorías homólogas al diseño. Ello supone disponer en un mismo plano formas de práctica y temas disciplinares alternos, que con frecuencia han sido estimados como periféricos al núcleo de la disciplina. Sin desconocer la relevancia del proyecto de arquitectura, se considera que los frutos de frentes alternativos de producción pueden traducirse en aportes que ameritan ser documentados en la historia de la disciplina.

Al mismo tiempo, el mapa refleja en su perímetro el entramado de relaciones profesionales y personales que caracterizó el trabajo de las arquitectas. Se presenta una selección de nombres de quienes fueron sus socios de oficina, colaboradores en proyectos profesionales, profesores, estudiantes, ayudantes3, compañeros y jefes, así como de individuos con quienes mantuvieron un intercambio informal que nutrió de algún modo su ejercicio profesional4. La construcción de esta trama responde a la intención de revisar el pasado reconociendo que los vínculos, colaboraciones, asociaciones y esfuerzos colectivos son inherentes al quehacer arquitectónico.

Al examinar los temas disciplinares en que se desenvuelven las veinte profesionales estudiadas se observa que la mayor incidencia corresponde a la ciudad5 (10) y a los edificios6 (9) , seguidos por el paisaje7 (6) y la vivienda8 (6), y luego por la política (4), la formación (3) y el gremio (2). Por otro lado, las formas de práctica más preponderantes son el diseño (14) y la gestión (13), seguidas por la docencia (11), la investigación (9), la planificación (6), el activismo (2) y el trabajo editorial (2). De la lectura cruzada de ambas categorías se desprende que las voces influyentes ejercieron diversas formas de práctica en temas comunes. Por ejemplo, Violeta del Campo desarrolló su carrera en torno a la planificación de la ciudad, mientras que Liliana Lanata abordó la ciudad desde la docencia9, Margarita Greene desde la investigación y María Rosa Giugliano a través de su labor como gestora10. De este modo, el mapa de relaciones da cuenta de que existen múltiples formas de ‘hacer arquitectura’.

En el centro del mapa se observan las relaciones entre las veinte arquitectas. En el ámbito del paisaje, Esmée Cromie y Marta Viveros colaboraron en proyectos de diseño e investigación y fueron colegas en el Departamento de Diseño Ambiental, mientras que Marta Viveros y Cristina Felsenhardt coimpulsaron el Postítulo de Arquitectura del Paisaje, inaugurado formalmente en 198911. Cristina Felsenhardt invitó a Hilda Carmona a dirigir talleres del señalado postítulo y colaboró con Myriam Beach en 1992. Por otro lado, Juana Zunino fue estudiante de Marta Viveros, Cristina Felsenhardt y Myriam Beach en este programa, para luego trabajar como ayudante de la primera y en equipo con la segunda.

En relación con temas de vivienda y ciudad, Joan Mac Donald fue profesora de Margarita Pisano, Margarita Greene e Iris Marcich. Joan Mac Donald fue jefa de Montserrat Palmer en el Departamento de Vivienda y Angela Schweitzer mantuvo un intercambio informal con la segunda. Una de las consecuencias de la amistad entre Schweitzer y Palmer fue la incorporación de Hernán Illanes al proyecto de escuela en la Universidad del Norte12. En cuanto a los períodos de formación de las arquitectas, se observa que Liliana Lanata e Iris Marcich ingresaron juntas a la carrera en 1946 y coincidieron en 1947 con Hilda Carmona, quien entró a la escuela ese año. En 1952, Margarita Pisano fue compañera de Montserrat Palmer en la UC antes de que la última se cambiara a estudiar arquitectura en la Universidad de Chile y luego coincidió con Myriam Beach en 195313.

Al observar el perímetro del mapa, se destacan ciertas reiteraciones en la serie de individuos que se relacionaron con las arquitectas. De un total de 352 personas, 68 se vinculan con al menos dos de las veinte arquitectas. Entre estos 68 nombres, la reiteración de vínculos ocurre sobre dos veces en 23 ocasiones. Es el caso de las relaciones entre las arquitectas y Alberto Cruz, Alberto Piwonka, Christian de Groote, Eduardo Vilches, Elizabeth Huyghe, Emilio Duhart, Fernando Castillo Velasco, Fernando Pérez, Germán Brandes, Gustavo Munizaga, Héctor Valdés, Hernán Riesco, Horacio Borgheresi, Hugo Gaggero, Jaime Besa, José Rosas, León Rodríguez, Mario Pérez de Arce, Renato Parada, Sergio Miranda, Octavio Sotomayor, Teodoro Fernández y Víctor Gubbins.

Llama la atención que, a excepción de el de Elizabeth Huyghe, los nombres que se repiten en las vinculaciones son masculinos. También salta a la vista que 19 de los 23 nombres designan a profesionales galardonados con el Premio Nacional de Arquitectura o Arte y/o a directores o decanos vinculados a escuelas de arquitectura en el país14. En consecuencia, cabe cuestionar por qué la mayoría de las arquitectas con que se relacionaron directamente no ocuparon posiciones de representación igualmente influyentes ni fueron reconocidas de manera similar. Más aún, vale preguntarse si sus colegas mujeres recibirán distinciones equivalentes.

SITUAR

En esta línea de tiempo15 se muestran hitos políticos, de género y propios de la historia de la arquitectura en Chile que permiten leer contextualmente la labor profesional de las voces influyentes16. Los hitos relevantes a nivel país y los propios de la Escuela de Arquitectura UC construyen un marco que encuadra la selección de sus obras, investigaciones y cargos. A su vez, para reflejar el aumento exponencial de la participación de las arquitectas en el panorama disciplinar en Chile, se incorpora gráficamente el número de mujeres que ingresaron y se titularon de la escuela entre 1928 y 197917 en la parte inferior de la figura.

La recopilación de cargos y proyectos de investigación y diseño excede la periodización establecida (1928-1979), ya que se plantea que la formación moderna que recibieron las arquitectas definió su quehacer a lo largo de sus vidas. Los alcances y particularidades de la influencia de su educación universitaria quedan aún pendientes de evaluación. Es aquí donde la investigación se entrelaza con un debate que aún no se da por concluido: aquel sobre el fin de la ‘modernidad’ en el contexto latinoamericano18.

En relación con la cantidad de ingresos de mujeres que terminaron la carrera llama la atención la inexistencia de ellos entre 1937 y 1943, luego de una primera década con números ya exiguos, que no llegaron a exceder los tres ingresos por año desde 1928. La cantidad de estudiantes mujeres aumenta de forma inconsistente hasta llegar a su valor máximo en 1969, cuando se registra un total de 13 ingresos19