Florecer juntos - Miriam Subirana - E-Book

Florecer juntos E-Book

Miriam Subirana

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Beschreibung

Si eres padre o madre de familia, Florecer juntos te guiará para mejorar tu capacidad de ensalzar lo mejor de tus hijos y para apoyarles en aquello que más les hará florecer y brillar. Si eres coach, te aportará pautas para introducir elementos apreciativos en tu práctica. Si eres líder, directivo o tienes un grupo de personas a tu cargo, estas páginas te ampliarán las posibilidades para mejorar tu manera de liderar. Como profesor, encontrarás ideas para incorporar en tu práctica, ampliar la mirada y las perspectivas de los estudiantes. A través de preguntas y reflexiones, con extraordinaria lucidez, Miriam Subirana nos invita a ver con nuevos ojos nuestra propia historia personal, para estar en paz y agradecidos por el pasado, vivir el presente con mayor plenitud y confiar en nuestra capacidad de crear un mejor futuro.

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Miriam Subirana

Florecer juntos

Guía de coaching apreciativo

Prólogo de Diana Whitney

© 2015 by Miriam Subirana

© de la edición en castellano:

2015 by Editorial Kairós, S.A.

Numancia 117-121, 08029 Barcelona, España

www.editorialkairos.com

Composición: Pablo Barrio

Diseño cubierta: Katrien van Steen

Primera edición en papel: Septiembre 2015

Primera edición en digital: Noviembre 2020

ISBN papel: 978-84-9988-459-2

ISBN epub: 978-84-9988-863-7

ISBN kindle: 978-84-9988-864-4

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

Sumario

Prólogo por Diana WhitneyIntroducciónParte I: Acompañar a las personas1. Abrir la puerta2. Caminos hacia el interiorLa esencia: el núcleo positivoVivir los cambios construyendo puentes¿Qué estrella te guía?Residir en el ser3. En busca de la liberación4. Acoger el sufrimiento y la vulnerabilidad5. Ampliar miradas6. Apreciar7. Vivir tu pleno potencial8. Lenguaje de abundanciaParte II: Florecer juntos9. FlorecerLa soledad con el otroConvivir10. Compartir en plenitudLa comprensiónCultivar buenos sentimientos11. Coaching para florecerConstruccionismo socialConversaciones generativasParte III: El coaching apreciativo12. Coaching apreciativoLa indagación apreciativaEl coaching apreciativo13. Premisas14. PrincipiosPrincipio construccionistaPrincipio de simultaneidadPrincipio poéticoPrincipio anticipatorioPrincipio positivo apreciativoPrincipio de ser conscientePrincipio narrativoPrincipio de actuar como si…Principio de libre elecciónPrincipio de la totalidad ('wholeness')15. PreguntasLas preguntas generativas¿Cómo encontrar la pregunta adecuada?Pautas para diseñar preguntas apreciativas, poderosas y generativas16. Procesos generativosDefinirDescubrirSoñarDiseñarDestinoEl proceso en las fases de las 5D17. Características diferenciales del coaching apreciativo18. Coaching para líderes, por Joep C. De JongUna nueva mirada al concepto de liderazgoInspiraciónComunicaciónConfianzaApertura al ‘feedback’ConexiónEn busca del equilibrioCompromiso en la relación de coaching19. Código ético del coaching apreciativoParte IV: La persona que acompaña a otro(s). El acompañante. El coach20. El coach21. Thinking partner22. Presencia¿Qué disminuye tu presencia?23. Meditación y mindful coachingBibliografíaNotas

La semilla de la alegría está en la relación.

Prólogo

Estamos hechos a imagen y semejanza unos de otros. En la obra My Fair Lady, Eliza Doolittle dice al profesor: «Si me trata como a una florecilla me convertiré en una florecilla. Si me trata como a una dama me convertiré en una dama». Y así es para todos nosotros. Aprendemos y crecemos en relación con los demás. Nos integramos, para bien o para mal, en una red de relaciones. La voz africana Ubuntu, que se traduce como «yo soy porque tú eres», ilustra a la perfección la idea de la identidad relacional.

El coaching es un proceso de colaboración a través del cual coaches y clientes aprenden, dan sentido y evolucionan en relación mutua. El coaching apreciativo es un enfoque plenamente afirmativo sobre el rendimiento y la evolución humanos. Es un desplazamiento desde las valoraciones basadas en limitaciones de las debilidades humanas hacia la indagación de las competencias, el potencial y las vocaciones humanas basadas en fortalezas. Es un desplazamiento desde el relacionarse con la gente a través de sus debilidades hacia el ver a todas las personas con un noble potencial que descubrir, alimentar y expresar.

Esta idea resulta especialmente importante cuando se aplica a lugares de trabajo en todo el mundo. Allí donde las personas son tratadas como partes de un aparato organizativo que debe manejarse y controlarse, la gente se comportará como las piezas desacopladas de una máquina. Si se las trata como problemas por resolver, con debilidades que superar, las personas se comportarán de formas problemáticas. Pero si las prácticas de liderazgo y coaching tratan a las personas como colaboradores valiosos, la gente participará con buena disposición y aportará de buena gana. Las prácticas de liderazgo y coaching pueden provocar y reforzar las debilidades, o bien sacar lo mejor de las personas y los equipos. Por esta razón, los coaches, directivos y líderes que buscan formas de ayudar a la gente a descubrir sus fortalezas y aportar todo lo que pueden al trabajo encontrarán este libro sumamente útil.

Este libro es tanto un reto como un modo de ver a las personas como fuentes de potencial positivo relacionalmente representado, con ideas, preguntas y dones que aportar al mundo. Abre la puerta a un mundo de apreciación, fortalezas y positivismo en la esfera del rendimiento y la evolución humanos. Al mismo tiempo, cierra la puerta con delicadeza a teorías que postulan a las personas como defectuosas, que necesitan manejo, control y redención. Tú decides hasta qué punto deseas abrir esa puerta. Puedes optar por leer y aplicar algunas de las cuestiones y técnicas de este libro a tu práctica habitual de coaching, o puedes optar por adoptar de lleno el coaching apreciativo como tu modo de relacionarte con la gente en el trabajo y en casa.

Te invito a atreverte, DARE («atreverse» en inglés), a aceptar plenamente los consejos que ofrece este libro:

DAyuda a tus clientes a descubrir sus dones, fortalezas, formas preferidas de expresarse y su vocación, ese lugar donde sus dones y las necesidades del mundo se solapan. El coaching apreciativo ayuda a las personas a descubrir quiénes son en plena forma en relación con la gente y las situaciones que les importan.

AAyuda a la gente a aplicar sus fortalezas y valores al servicio de sus familias, comunidades y organizaciones. Ayúdala a aprender de los demás y a adaptar las mejores prácticas a sus propias formas de trabajar. El coaching apreciativo ayuda a las personas a actuar, aprender, adaptarse y alcanzar.

RAyuda a la gente a reflexionar sobre su desempeño y las reacciones en cadena que provocan en el mundo. Ayuda a las personas a asumir responsabilidad relacional reconociendo que todo lo que dicen y hacen afecta a los demás en su red de relaciones. El coaching apreciativo ayuda a las personas a identificar la huella que dejan en la humanidad y en la naturaleza. Ayuda a la gente no solo a dar lo mejor, sino también a dar lo mejor para el mundo.

EAyuda a la gente a extender y ampliar su aportación al mundo. Ayuda a las personas a estudiar opciones para un mayor servicio y acciones más audaces en función de sus fortalezas y valores. El coaching apreciativo ayuda a la gente a considerar posibilidades y obrar de acuerdo con las que inducen un cambio positivo.

Puedo asegurarte, sin importar hasta qué punto abras la puerta y aceptes el reto que plantea este libro, que tú y las personas a las que entrenas se beneficiarán de una mayor claridad y confianza para vivir sus sueños.

DIANA WHITNEY

Chapel Hill, NC, EE.UU.,

noviembre de 2014

Introducción

Vivir apreciando es sentir gratitud por todo lo que la vida me aporta. Sea positivo o negativo, bueno o malo, decido ver el lado positivo que me ayuda a valorar, a agradecer y a avanzar. Tengo muchas razones para estar triste por mi pasado, rabiosa por lo que me ocurrió, o temer por mi futuro incierto, pero decido conscientemente agradecer las lecciones aprendidas y apreciar lo que me aportaron las personas que me acompañaron en parte de mi recorrido aun cuando luego nos separamos. Decido vivir desde las lentes apreciativas y mantener imágenes atractivas de futuro que fortalecen mi confianza en el presente y mi valentía para avanzar en la incertidumbre.

En vez de quejarme, decido aportar valor y reconocer el roble en la bellota, como expresa poéticamente Thatchenkery: «Ver el roble robusto en la bellota es la habilidad de ver más allá de la existencia presente de una bellota. Es la capacidad de ver como, con el paso del tiempo, emergen del fruto un tronco robusto e innumerables hojas. Es la habilidad de ver un producto innovador, un talento excepcional, o una solución valiosa para el futuro, cuando en la situación presente está escondido».1

Decido escribir este libro porque estoy convencida del valor que la indagación apreciativa y el coaching apreciativo aportan al desarrollo y crecimiento de las personas y de los equipos y al impacto positivo que tienen en su red relacional. La indagación apreciativa es una filosofía de vida, una metodología y un proceso que se centra en lo mejor de las personas y de las relaciones, impulsando el cambio desde las fortalezas personales y de las organizaciones. Ya he escrito extensamente sobre el tema en mi libro, escrito junto con David Cooperrider, Indagación Apreciativa: un enfoque innovador para el desarrollo personal y de las organizaciones. Inspirémonos para diseñar nuestro futuro.

El coaching apreciativo nutre lo que nos da vida y nos estimula a crecer. Inspirándonos en el principio heliotrópico por el cual las plantas crecen hacia la luz, los seres humanos avanzamos en la dirección de las preguntas que nos planteamos, de aquello que queremos y de las imágenes que nos atraen hacia el futuro.

Vivimos en la realidad creada por nuestras conversaciones y por las historias que nos explicamos. Por esto propongo que tengamos conversaciones generativas de realidades inspiradoras que nos abran a otras posibilidades y contémonos historias que nutran nuestro amor por la vida y nuestra generosidad, las emociones positivas y las buenas experiencias. Planteémonos otras formas de ver, vivir y conversar sobre la adversidad. Las palabras que utilizamos para definir los problemas son negociables; podemos utilizar nuevos lenguajes que nos ayuden a avanzar.

En este libro planteo algunas reflexiones y preguntas. ¿Qué elementos esenciales deben considerarse en el acompañamiento a las personas? ¿Cómo podemos vivir nuestro pleno potencial? ¿Qué es el coaching apreciativo? ¿Cómo se plantean las preguntas apreciativas? ¿Qué lenguaje es apropiado para que nuestras conversaciones generen espacios de confianza y crecimiento? ¿Qué nos facilita florecer juntos como seres humanos? ¿Qué impacto tienen nuestras relaciones y conversaciones en lo que somos?

Si eres coach, este libro te aportará pautas para introducir elementos apreciativos en tu práctica. Si eres líder, directivo o tienes un grupo de personas a tu cargo, estas páginas te ampliarán las posibilidades para mejorar tu manera de liderar. Si eres padre o madre de familia, los próximos capítulos te guiarán para mejorar tu capacidad de ensalzar lo mejor de tus hijos y para apoyarlos en aquello que más les hará florecer y brillar. Como profesor, encontrarás ideas para incorporar en tu práctica, ampliar la mirada y las perspectivas tuyas y de los estudiantes.

Como lector tienes en tus manos un libro que te ofrece la posibilidad de recorrer caminos hacia las estancias de tu ser que más necesites alumbrar. A través de preguntas y reflexiones te invito a ver con una mirada nueva tu propia historia personal, para estar en paz y agradecido por tu pasado, para vivir tu presente con mayor plenitud y confiar en tu capacidad de diseñar y crear tu mejor futuro y el de los tuyos.

Por último, y antes de que te adentres en la lectura, quiero explicarte que me ha costado decidir cómo denominar a la persona a quien se acompaña. Para mí, es una persona, aunque en el texto veía que podía generar confusión, ya que el que acompaña, el coach, es asimismo una persona (que acompaña a otra). Para favorecer la claridad de la lectura he decidido utilizar el término más extendido en el mundo del coaching, que es el de «cliente» o «clienta». En la relación de coaching, algunos llaman coachee a la persona a quien se acompaña, pero se ha generalizado la utilización de la palabra cliente, ya que se da una relación de intercambio profesional. Verás que muchas de las pautas que en estos capítulos sugiero sirven para aplicar a la vida personal y al acompañarnos unos a otros a la hora de generar momentos de plenitud y relaciones con sentido. Así que espero que si buscas pautas para vivir mejor tus relaciones, no te confundas con la palabra «cliente» y puedas hacer una lectura que te aporte y enriquezca.

Parte I:Acompañar a las personas

«Todo acto de creación bebe de la fuente de la vida. Quien conecta con esa fuente se convierte en un ser creativo. Estamos ante una invitación a desplegar todo el potencial de libertad creadora que tenemos, y nos ayuda a comprender que lo que está en juego es mucho más que realizar cosas; es convertir la propia existencia en un acto creador. Para ello hemos sido traídos a la existencia: para dar una forma irrepetible a la porción de Vida que ha sido puesta en nuestras manos. Este ser depositario del acto cocreador de la existencia está permanentemente compuesto por dos tiempos: recibir y entregar, asumir y convertir la propia vida en ofrenda».

JAVIER MELLONI2

1. Abrir la puerta

Acompañar a una persona en el descubrimiento de sí misma, en la resolución de sus encrucijadas o en el despejar de sus nubes es, a la vez, una labor fascinante y una gran responsabilidad. En cada encuentro sigo sorprendiéndome por el gran misterio que somos los seres humanos. En las estancias de nuestro ser hay de todo, mucho innecesario, como son el ruido y el equipaje pesado, algunas experiencias incrustadas que cuestan desincrustar, pero también encontramos una gran capacidad de imaginación y de creatividad, y sorprendentemente todo lo que buscamos y necesitamos está ahí. Permanece escondido por emociones y pensamientos dramáticos, casi teatrales, y encerrado por nuestros miedos y nuestras dudas. Tan cerca está, a menos de un milímetro de distancia y a menos de un segundo para alcanzarlo. Sin embargo, cuántos kilómetros recorremos en su búsqueda y cuántos años pasan hasta que logramos mínimamente abrir las puertas donde yace el tesoro que anhelamos.

Me pregunto día tras día: ¿Cuál es entonces mi responsabilidad como coach, como persona que se ofrece a acompañarte en tu búsqueda, en tu viaje por la vida? A medida que avanzo, mi escucha se hace más abierta y sutil. Desde el silencio interior conecto con lo que el otro me plantea, más bien con lo que se plantea a sí mismo. En ese espacio de escucha activa y silenciosa, emerge una pregunta. Siempre apreciativa. Mi experiencia me ha mostrado una y otra vez que, para abrir las puertas de las estancias interiores y entrar en ellas, debemos conectar con nuestras fortalezas, confiar y ser valientes. Para ello es esencial ser apreciativo. Una pregunta apreciativa abre con suavidad para que puedas ver sin bloquearte ni abrumarte.

Apreciando, valoras, reconoces, enalteces la belleza del otro, le haces confiar en sí mismo y se abre. No solo se abre a ti, sino más importante aún, se abre a sí mismo. Se abre para ver y darse cuenta de los monstruos que ha creado y que son como tigres de papel. Con una mera cerilla, los puede quemar si quiere, si se atreve. Se abre para entrar silenciosamente en sí mismo y escuchar. Entonces escuchamos juntos. Creamos juntos una nueva realidad que surge de sentirnos y de una conversación generativa. Generativa porque genera un estado diferente al que teníamos antes de iniciar la conversación. Generativa ya que nos lleva a otros espacios en los que la realidad que creamos es amable y nos ayuda a progresar.

En el coaching acompaño a la persona a transitar los caminos que le llevan hacia su interior. Quizá la persona busca mejorar una relación, cambiar de trabajo o tener éxito en su empeño, sea laboral o personal. Al mantener una primera conversación sobre cuál será el tema principal de las sesiones de coaching, empezamos a quitar capas de objetivos que le dirigen hacia el exterior, y a vislumbrar que el tema que quiere tratar abarca su vida, sí, su trabajo, sí, pero sobre todo abarca su corazón y su mente; en definitiva, su alma y su ser relacional, que es fruto de las relaciones que ha tenido y que mantiene.

Para acompañarte a entrar en tu alma, o soy apreciativa, o puedo evocar un sufrimiento innecesario. Forzando con preguntas que son más una bofetada que un trampolín, puedo lograr que abras las puertas de tus estancias internas, pero no te habré conectado con la pasión por el misterio que yace en ti, sino con los temores por la caja de pandora que pueda abrirse o esté abierta ya.

Ser apreciativa no significa centrarme únicamente en lo positivo y en tus fortalezas, sino valorar tu vulnerabilidad como una oportunidad, acoger tu sufrimiento como un camino por recorrer para liberarte de lo que ya no te nutre, y escuchar tus dudas y tus preguntas que pueden convertirse en las llaves que abrirán tus estancias internas. Veamos esos caminos que nos llevan hacia ellas.

2. Caminos hacia el interior

Estamos muy distraídos buscando fuera de nosotros. Vivimos sobre-estimulados y dependemos de estarlo para sentir emociones. Vivimos mucho en la mente. Incluso nos hemos salido de nuestro corazón para instalarnos en la mente. Al convertir la mente en nuestra residencia, permanecemos ocupados llenándola de preocupaciones, ansiedad, frustraciones, enfados y un sinfín de pensamientos que nos agitan y nos hacen actuar de manera distinta a como desearíamos. Así, vamos enterrando nuestro verdadero corazón, el corazón del alma. Y en ese entierro entramos en el olvido. Olvidamos los recursos que yacen en nuestro interior. Recordémoslos para salir del vacío de sentido en el que nos deja tanta distracción y ruido.

Recordemos con sabiduría. Una de las claves para transformar está en saber olvidar y saber recordar. Con el recuerdo regresamos a nuestra esencia, hacemos que emerja la memoria de nuestro ser esencial. La capacidad de olvidar y recordar es una facultad extraordinaria que tenemos. Si la sabemos usar, alcanzaremos la plenitud. No olvides lo que tienes que recordar. No recuerdes lo que debes olvidar.

Para sentirte completo, debes dejar de buscar fuera lo que ya está en tu interior. Naciste con ello, pero nunca te enseñaron a mirar hacia dentro y pasaste la vida buscando en el exterior. Esto provocó desencuentros en el camino, decepción e insatisfacción constante. La insatisfacción surge de un vacío interior que quieres llenar. Pero cuando eres como un cubo agujereado, no importa cuánta agua eches, el cubo nunca se llena. Corres tras los deseos provocados por esta profunda insatisfacción y dejas de estar presente. Estás pendiente de conseguir algo; y cuando lo consigues, se disuelve en unos instantes como el azúcar en la boca. Y la insatisfacción parece invencible.

Para dejar de ser marionetas de nuestros deseos, la indagación apreciativa propone conectar con nuestro deseo esencial. Saber lo que quieres te ayuda a alinear tus energías; así manifiestas el poder de una intención clara. Todo lo que hacemos está impulsado por una intención y motivación. Puede tener como finalidad el mero hecho de satisfacer una necesidad, un deseo o una adicción, o bien querer alcanzar un propósito o un anhelo más intangible. Es un deseo esencial porque está alineado con revitalizar y vivir tu núcleo positivo.

La esencia: el núcleo positivo

Cuando acompañamos a las personas siendo apreciativos, y en el coaching apreciativo, despertamos el recuerdo, recordando momentos que nos hicieron vibrar desde lo más profundo de nuestro ser y nos conectaron con lo que en la indagación apreciativa denominamos el núcleo positivo. Se trata de recordar lo que nos mueve, descubrirlo de nuevo y sentirlo, para así despertar nuestros sueños más profundos y vivirlos. Ese despertar es un florecer, una apertura a ser la mejor versión de uno mismo y la mejor versión de las relaciones.

Lo que anhelamos, lo que más buscamos, yace en nuestro interior. En nuestro espacio interno palpita un núcleo que está lleno de vida y de virtudes. El núcleo positivo es el centro vital de nuestra persona, el que nos hace vibrar con entusiasmo y alegría de vivir y nos abre a nuestro pleno potencial; contiene nuestra esencia. El núcleo positivo incluye nuestras competencias, habilidades, talentos y nuestros mejores logros y prácticas, las fortalezas, los potenciales no explorados y nuestros valores. Es un núcleo que crece, florece, se expande y encuentra sentido en las relaciones, al darse y compartir. Si uno se lo queda para sí mismo, se marchita.

Metafóricamente podríamos decir que el núcleo positivo es la semilla que se convierte en la savia que da vida a todo sistema vivo, es la sangre que circula por el cuerpo del sistema de nuestras relaciones e interacciones. Con la indagación apreciativa detectamos lo que forma parte de la savia, de la sangre, y nutre nuestros órganos, dándonos vida y nutriéndonos.

Con las conversaciones que establecemos en el coaching fortalecemos el corazón que bombea la sangre y los órganos que la limpian. De esta manera, revitalizamos todo el sistema relacional de la persona logrando salud y enaltecer lo que le da vida. En las sesiones de coaching apreciativo, buscamos conectar con el núcleo positivo, reforzarlo, enaltecerlo y ampliarlo. Aunque no hagas coaching, te recomiendo que vivas centrado en tu esencia y en hacerla florecer, en crear conversaciones que conecten con la esencia de las otras personas y la esencia de la relación, y en mantener vivo el núcleo positivo que da sentido a tus relaciones.

El núcleo positivo se identifica de diferentes formas. Por ejemplo, con preguntas apreciativas podemos indagar para encontrarlo y conectar con él. También podemos seguir una secuencia de fases que explicaré más adelante, pero que en esencia consisten en identificar el núcleo positivo a través de Definir lo que queremos trabajar y hacia dónde queremos ir, y Descubrir nuestras fortalezas que nos apoyarán en el recorrido; lo hacemos movilizando un diálogo de la persona con su sistema relacional. El núcleo se expande en la fase de Sueños, en la que generamos una visión clara orientada a resultados en relación con el potencial descubierto que se quiere manifestar más en la vida diaria. En las fases de Diseño y Destino se construye un presente basado en unas propuestas que diseñamos. Con ellas pretendemos lograr acercar y vivir el futuro que queremos basado en las fortalezas del núcleo positivo de la persona y de su sistema relacional, es decir, su familia, amigos, socios, personas necesarias en su vida y compañeros de trabajo, de deporte y vida.

Vivir los cambios construyendo puentes

Para construir un puente entre lo que fue, lo que es y lo que deseamos que sea, debemos tener en cuenta la continuidad de lo que queremos conservar, lo que necesitamos innovar y la transición necesaria para cruzar el puente y llegar a donde queremos llegar. Y no lo podemos hacer solos; nos necesitamos unos a otros.

Para lograr cruzar ese puente y que el cambio necesario y que queremos esté conectado con el núcleo positivo, sea en la organización, el equipo, la familia o en la misma persona, debemos tener en cuenta los tres aspectos que nos dan vida y nos mantienen en plena forma: la continuidad, la innovación y la transición. Con visión aprendemos y aplicamos lecciones de lo mejor del pasado (continuidad), nos abrimos para dejar florecer y desarrollar ideas creativas (innovación), y concretamos los cambios en nuestros sistemas relacionales y en las conductas planteando las conversaciones necesarias que nos hagan avanzar hacia la situación deseada (transición). Veremos cómo incorporar estas tres dimensiones cuando trate las diferentes fases en el coaching apreciativo, en la Parte III de este libro.

Vivir cualquier cambio puede desestabilizarnos. Es posible que para impedirlo nos aferremos al discurso intelectual de un intelecto que necesita entenderlo todo, analizarlo, cuestionarlo, justificarlo, razonarlo, conceptualizarlo, verlo y tocarlo. Finalmente, su corazón deja de sentir, al quedarse bloqueado por tanto análisis y razonamiento. A estas personas les cuesta trascender la conceptualización. Buscan seguridad en los conceptos. Y cuando el cambio les produce inseguridad pueden caer en la trampa de quererse aferrar a cualquier discurso, o bien se vuelven cínicos y escépticos. Dejan de estar abiertos a otras perspectivas; y en ese estado es difícil innovar y vivir la transición necesaria.

Otras personas quizá encuentran su seguridad y sentido de identidad no en su mente ni en su intelecto, sino en sus hábitos. Reaccionan de forma automática, sin casi pensárselo ni razonar. Sus hábitos mandan en su vida. Su pasado tiene tal peso que viven las situaciones y las relaciones según los hábitos que han ido adquiriendo. Están atrapados en la prisión de su pasado. Su corazón deja de gozar, ya que viven el presente en función de su pasado. Su historia personal tiene un peso tan considerable que dejan de vivir en el presente, se sienten afligidos y se quedan hambrientos del oxígeno del amor. Se encierran en sí mismos y dejan de relacionarse con libertad.

Residir en el corazón del ser y vivir la vida desde ese espacio central es vivir despiertos y conscientes a la realidad de que somos los creadores de nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros razonamientos y nuestros hábitos, a menudo condicionados cultural y socialmente. Podemos seguirlos y vivir según ellos, o bien podemos desafiarlos, cuestionarlos, re-inventarlos, re-construirlos de manera diferente. Se trata de ser conscientes de nuestra elección. Y por tanto, no quejarnos de que «somos así», sino asumir nuestra elección y cambiar si es eso lo que sentimos. Hay muchas perspectivas según las cuales podemos vivir una realidad, una relación y un momento. Podemos elegir vivir mindful y heartful, con consciencia plena y vivir conectados plenamente, no solo conectar desde las ideas, desde la mente, sino también desde el corazón. Vivir a consciencia plena es sentir la vida. Es vivir la consciencia del corazón despierto, tema que ya desarrollé en La gran liberación, heartfulness y mindfulness (2014).

El arte de vivir los cambios construyendo puentes requiere equilibrar. Se trata de encontrar el equilibrio y no irse a los extremos. De vivir sintiendo, conectado contigo, con Dios, con tu cuerpo, con los otros, con la naturaleza y con el tiempo, pero no perder tu sueño de vista, ni los horizontes hacia los que caminas o quieres caminar. No renunciar a tu sueño fluyendo en el momento, ni adherirte a tu plan racional dejando de fluir.

¿Qué estrella te guía?

Desde nuestra consciencia, nuestro ser, podemos dirigir la mente, el intelecto y nuestros hábitos. Enraizados en nuestro núcleo positivo, nuestra vida florece y, a cada paso que damos, estamos inspirados e inspiramos. De manera que en vez de ser náufragos que vamos a la deriva según las corrientes, los vientos y las olas, podemos coger el timón de nuestra vida y dirigirlo hacia la estrella que queremos que nos guíe. En el coaching apreciativo buscamos cuál es esa estrella o constelación estelar, y cómo queremos llevar el timón de nuestra barca, considerando a otros tripulantes, si los hay, y las condiciones de nuestro sistema relacional que provoca olas y mareas.

Llevar nuestro timón requiere ser conscientes de nuestras facultades, como son las de la mente para pensar, imaginar, soñar, desear, proyectar y recordar; las del intelecto para analizar, razonar, discernir, decidir; y las de los archivos de la memoria, donde están los recuerdos, las experiencias vividas, las imágenes que hemos ido creando de nuestras vivencias, las creencias, los hábitos y los condicionamientos. El coaching apreciativo facilita que nuestra mente piense más en positivo, que nos vinculemos al poder de nuestra imaginación y visualicemos la posibilidad de nuestros sueños. De manera que utilizamos nuestras facultades, la mente, el intelecto y la memoria para vivir en nuestro núcleo positivo.

Pensar en positivo no es negar la realidad, sino ser capaces de ver los problemas y tener la creatividad mental para aportar soluciones sin obsesionarse ni ofuscarse. Los pensamientos positivos fortalecen y revitalizan la mente. Suelen ser pensamientos que se basan en nuestros valores, y en apreciar y agradecer lo que somos y lo que tenemos.

Con el coaching apreciativo, nuestro intelecto amplía nuestra capacidad de analizar y razonar desde las fortalezas, discernir desde lo apreciativo y decidir vinculados a nuestro núcleo positivo. Recurrimos a los archivos de nuestra memoria para recordar lo positivo, lo que nos ha aportado algo bueno, experiencias cumbre que hemos vivido, sean estas de superación éxito o poder personal, a fin de fortalecer las creencias que nos ayudan a florecer como seres humanos y para desterrar hábitos que nos empequeñecen. Así contribuimos a crear y fortalecer hábitos que nos hacen mejores personas y nos ayudan a aportar lo mejor de nosotros al mundo. Contribuyendo nos sentimos útiles, sentimiento que necesitamos nutrir. Sentirnos útiles hace que valga la pena vivir, o dicho en lenguaje apreciativo, «que valga la alegría vivir».

Residir en el ser

Residir en el ser es vivir a consciencia plena, heartful. Una persona heartful vive con el corazón despierto. Vive con alegría y vitalidad, sin angustia ni ansiedad. Es abierta y generosa. Heartful es tener un gran corazón que comparte e irradia lo mejor de sí y de más allá de sí. Está conectado con la fuerza suprema del amor, la compasión y la paz, y las irradia. Es un corazón inocente y contento. Es limpio y honesto.

Heartful es un corazón compasivo. Es atento, considerado a la presencia del otro; reconoce y ve al otro. Cada una de sus palabras, pensamientos y acciones puede realizar un milagro. Una palabra puede abrir una puerta a la oportunidad; un pensamiento puede transformar un ambiente tenso en uno de respeto; una acción puede salvar una vida. Un corazón compasivo ama desde la comprensión, perdona y no guarda rencor. Suelta el pasado y agradece el presente. Es fuerte para acoger el sufrimiento y vivir en plenitud el camino que lo alivia. Es un corazón que vive en la gratitud.

Si vivimos con gratitud y agradeciendo y también practicamos la meditación, se nos abre con mayor facilidad la vía para dejar de residir en la mente, el intelecto o los hábitos y pasar a residir en el núcleo del ser, donde yace la estrella radiante que es nuestra esencia, nuestro núcleo positivo. Este ser es como una estrella de cinco puntas. Cada una de las puntas representa uno de sus valores esenciales. Son los valores que nos constituyen como seres humanos, son nuestra espina dorsal, la base que da sentido a nuestra existencia.

En las sesiones de coaching, y también en las de meditación, pido a las personas que recuerden momentos de plenitud y que evoquen la imagen de ese o esos momentos. Suelen hablarme del nacimiento de un hijo o de la muerte de un progenitor: momentos en que la persona conectó con y sintió el amor incondicional. O bien de alcanzar la cumbre de una montaña: momento en que la persona conectó con su poder personal y con una amplitud de mirada. Otras veces, la imagen es un paseo por el bosque, o sentada en una playa con el mar en calma durante la puesta de sol: es un momento de paz.

Una imagen que también surge al plantear la pregunta que les lleve a recordar un momento pleno es cuando hubo una ruptura en la cual la persona inició un camino nuevo y diferente, sintiéndose revitalizada, libre y creativa. Conectó con su libertad y con su poder personal que le ayudaron a atravesar esos momentos.

Con las experiencias de tantas personas, constato una y otra vez que la mayoría de momentos de plenitud están conectados con estos estados y valores esenciales: la paz, el amor, la sabiduría innata, la autenticidad que nos lleva a la libertad, a la felicidad, y el poder personal. Veámoslos:

La paz