Fundamentos y prácticas de comunicación no violenta - Pilar de la Torre - E-Book

Fundamentos y prácticas de comunicación no violenta E-Book

Pilar de la Torre

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Beschreibung

 Una guía práctica para identificar nuestras verdaderas necesidades, aprender a vivir con empatía y resolver los conflictos de manera positiva y eficaz. La Comunicación No Violenta es una práctica sencilla, pero sorprendentemente poderosa. Se basa en la idea de que los seres humanos compartimos unas necesidades universales que rigen nuestro comportamiento, y que la violencia es un recurso que usamos (¡erróneamente!) para satisfacerlas. Si sabemos identificar nuestras necesidades, las necesidades de los demás y los sentimientos que las acompañan, podremos lograr una comunicación auténtica y relaciones más armoniosas. ¿Cómo expresamos nuestros sentimientos ante un conflicto? ¿Qué necesidades originan esas emociones? ¿Qué esperamos de nosotros mismos y de los demás? ¿Cómo se sienten realmente los que nos rodean? A partir de la identificación de las necesidades y mediante técnicas de escucha y expresión, la CNV genera entornos de empatía y sinceridad beneficiosos para acercarnos los unos a los otros y convertir nuestras relaciones en aquellas que realmente anhelamos, tanto en casa como en el trabajo. Pilar de la Torre, referente indiscutible en el campo de la CNV, reúne más de treinta años de experiencia en este libro, el primer manual práctico en español, que presenta las nociones básicas de esta corriente y propone una gran variedad de casos prácticos para su integración a nuestro día a día. PREGUNTAS FREQUENTES ¿Qué entendemos por comunicación violenta?  Todo acto comunicativo que lleve a la otra persona a cerrarse o a alejarse de uno, aunque nuestra intención sea positiva.   ¿Qué entendemos por Comunicación No Violenta (CNV)?   Cualquier cosa que digamos o no digamos, que hagamos o no hagamos, y que provoque en la otra persona sensación de cuidado, consideración y comprensión.   ¿Podemos utilizar la CNV en el día a día?   Sí. Por muchas razones: para solucionar desencuentros, profundizar, crecer, ayudar, superar situaciones de bloqueo, escuchar, disfrutar de las relaciones, lograr mayor libertad y un largo etcétera.   ¿Por qué decimos que los conflictos pueden enriquecernos?   Toda relación viva conlleva desencuentro y conflicto. La resolución satisfactoria de un conflicto nutre la relación, la enriquece, genera mayor cercanía. La resolución no satisfactoria de los conflictos termina por deteriorar las relaciones, invariablemente.   ¿Cuáles son los límites de la CNV?   La CNV no significa decir sí a todo, sino también marcar los límites que necesitemos. Nos han enseñado a poner límites cuando ya es demasiado tarde, cuando estamos hartos; no hemos aprendido a poner límites amorosos, cuidadosos, cálidos, firmes y respetuosos. 

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© del texto: Pilar de la Torre, 2018

© de esta edición: Arpa Editores, S. L.

Manila, 65 — 08034 Barcelona

www.arpaeditores.com

Primera edición: julio de 2018

ISBN: 978-84-16601-99-8

Maquetación: Estudi Purpurink

Reservados todos los derechos.

Ninguna parte de esta publicación

puede ser reproducida, almacenada o transmitida

por ningún medio sin permiso del editor.

Pilar de la Torre

Fundamentos y prácticas de Comunicación No Violenta

Sumario

Introducción. El sistema emocional tiene reglas universales

Algunos conceptos básicos

Qué entendemos por comunicación violenta y Comunicación No Violenta

Qué entendemos por persona

Qué entendemos por conflicto

Ejes fundamentales de la Comunicación No Violenta

Cuáles son los elementos de la comunicación violenta

Cuáles son los elementos de la Comunicación No Violenta

Proceso y etapas de la Comunicación No Violenta

La escucha de nosotros mismos para desactivar nuestra propia violencia

Juicios, exigencias, tener la razón

Hechos

Sentimientos

Necesidades

Acciones y peticiones

Los tres tipos de petición

Cómo saber si estamos pidiendo o exigiendo

Situaciones con hechos, sentimientos, necesidades y acciones

Acciones para cuidar de nuestras necesidades

Escuchar y comprender al otro: el diálogo

Por dónde empezar en el diálogo

Escucha empática, interior o silenciosa

Situaciones en las que hemos reconocido la necesidad de alguna persona

Las etapas del proceso de la Comunicación No Violenta

Autoescucha y autocuidado de una madre y sus dos hijos pequeños

Diálogo entre una madre y su hija adulta

Diálogo con un compañero de trabajo que interrumpe en las reuniones

Los cuatro bloqueos más frecuentes en las relaciones

La acción de poner límites

Necesidades y peticiones de una maestra de párvulos

El duelo en la relación

Escucha de una mujer con problemas con su marido

Escucha de un padre con dos hijos que han discutido

El sentimiento de rabia

Escucha por falta de compromiso

Escucha en una relación de pareja

El juicio de culpabilidad y el sentimiento de culpa

La culpa de una mujer que ayuda a sus amigos

La expresión del aprecio, la gratitud y el reconocimiento

Epílogo. La Comunicación No Violenta es un arte de vida

Material práctico para desarrollar la Comunicación No Violenta

Listados de necesidades y sentimientos

Las cuatro etapas del proceso de Comunicación No Violenta

Cómo trabajar en nuestro espacio interior

Cómo trabajar una situación

Dónde estoy antes de iniciar un diálogo

Ofrecer reconocimiento a alguien

Expresar la rabia

A mis padres Lucía y Pedro, a los que elijo como madre y padre, y a mi hija Gabriela, por venir y estar en mi vida.

IntroducciónEl sistema emocional tiene reglas universales

Mi propósito al escribir este libro no ha sido únicamente proporcionar a los lectores hispanohablantes una introducción a los principales conceptos y metodologías de trabajo de la Comunicación No Violenta. El tema que nos ocupa da para muchísimo más. Mi intención más profunda es que el lector obtenga de este libro un aprendizaje que le sirva de guía hacia una vida más plena.

¿Qué puede habernos llevado a tener este libro en las manos a cualquiera de nosotros? Tal vez tenga que ver con la historia de cada uno: la familia de origen, el trabajo, la familia propia, los hijos, los amigos, etc. ¿Qué queremos vivir en cada uno de estos ámbitos? En todos ellos buscamos una vida mejor, anhelamos disfrutar de la vida, no ya en el sentido de divertirnos, sino en el de encontrar una satisfacción profunda en cada momento. Esto no se consigue solamente con lecturas o con aprendizaje cognitivo. Podemos tener algo «enlatado» en la cabeza, una información muy clara y bien estructurada, saber de qué se trata y conocer mentalmente el proceso, pero si no hay una vivencia, una práctica, una experimentación, ese conocimiento no se pone en marcha. Es aquí donde me gustaría poner el foco, en la experimentación y en la vivencia. Mi objetivo es que cada día nos sintamos más vivos. Es la razón de ser de la Comunicación No Violenta (CNV).

La unidad de trabajo, el lugar donde interviene y actúa la Comunicación No Violenta, es en la relación. Comunicamos para relacionarnos. Y la relación, ¿qué lugar ocupa en nuestra vida? Su papel es nuclear, no porque lo diga yo o porque lo diga Marshall Rosenberg1 sino porque los seres humanos funcionamos así. La relación es el lugar donde se generan tanto nuestra felicidad como nuestra infelicidad. ¿Qué momentos felices de verdad recuerdas en tu vida? Seguro que tienen que ver con situaciones en las que has disfrutado de momentos de cercanía, de confianza, de comprensión. Lo mismo ocurre con el sufrimiento: ¿podrías recordar un momento de dolor en tu vida, en el que lo hayas pasado verdaderamente mal? A buen seguro también tendrá que ver con una relación. Nos ocurre a todos sin excepción, porque nadie puede escoger no relacionarse, incluso cuando nos encontramos aislados y en silencio en lo más alto de una montaña estamos en relación. Es por tanto en nuestras relaciones donde encontramos las claves de nuestra felicidad y de nuestro sufrimiento.

¿Para qué sirve, pues, la Comunicación No Violenta? Algunas personas lo han expresado así:

Para solucionar desencuentros.

Para crear en mi vida aquello que necesito.

Para comunicar de verdad.

Para profundizar.

Para crecer.

Para ayudar.

Para ser auténtica.

Para empatizar.

Para poder salir de mis bloqueos.

Para mejorar y evolucionar como persona.

Para conectar.

Para desarrollar la compasión.

Para aprender a comprender.

Para cuidar y cuidarme.

Para «enfocar» en lo que me importa a nivel personal y profesional.

Para escuchar.

Para disfrutar de mis relaciones.

Para que mi matrimonio, que es bueno ya de por sí, mejore todavía más.

Para ganar libertad.

Para amar; para amar de verdad.

En todo lo que comentemos en las páginas que siguen queremos ser muy realistas, mantener los pies en el suelo y tener como base las leyes universalesque gobiernan a los seres humanos a nivel afectivo. Estas leyes son tan precisas como las de la física o la química. El hecho de no conocerlas y aceptarlas sin más nos ha llevado a creer que nos relacionamos de manera subjetiva, porque nos «caemos bien o mal» o porque «hay feeling o no lo hay». Pero si profundizamos en el iceberg oculto de las personas descubrimos que todo está relacionado con las reglas de funcionamiento del sistema emocional humano y podemos entender que las personas, en lo afectivo, seguimos unas leyes comunes que luego adaptamos a nuestra historia, nuestro contexto y nuestra cultura específicos. A lo largo de este libro descubriremos algunas de estas reglas de funcionamiento y nos serán de gran utilidad en el manejo de nuestra vida.

Pongamos un ejemplo. Una de estas leyes dice que para empatizar con la vivencia de los demás, previamente necesitamos conectar con nosotros mismos. Sorprendentemente, por aprendizaje social hemos interiorizado una idea contraria, la idea de que si nos miramos a nosotros mismos para cuidarnos caemos en una especie de egocentrismo, cuando visto desde la distancia resulta ser algo positivo para las personas que nos rodean.

Juntos descubriremos y daremos luz a esta manera de funcionar universal.

Algunos conceptos básicos

Qué entendemos por comunicación violenta y Comunicación No Violenta

Dediquemos un tiempo a sintonizar conceptos y ponernos de acuerdo sobre a qué llamamos comunicación violenta y a qué nos referimos con Comunicación No Violenta. Llamamos comunicación violenta todo acto comunicativo que lleva a la otra persona a cerrarse o a alejarse de mí, aunque esté lejos de mi intención ocasionar tal efecto. Hablaremos de una comunicación violenta cuando decimos o no decimos, hacemos o no hacemos algo que a la otra persona le llega como daño, la pone a la defensiva y la aleja de nosotros; aquello que no incluye cuidado hacia la otra persona, aunque nuestra intención sea claramente positiva.

Paralelamente, consideraremos Comunicación No Violenta cualquier cosa que digamos o que no digamos, que hagamos o no hagamos que provoca en la otra persona sensación de cuidado, consideración y comprensión.

¿Cómo debo comunicar para que tú tengas la sensación real de que me importas? Muchas veces se tratará de un simple «buenos días», o un silencio, un gesto, una mirada, una actitud corporal. Es lo que todos queremos que nos den los demás. Es una ley universal de nuestro sistema afectivo: en cualquier conflicto o situación de la vida, en el trabajo, en la comunidad de vecinos, en la cola del autobús, con mis padres, con mi pareja, con mis hijos, lo que más deseamos es la calidez.

En este libro vamos a aprender a ofrecerla, teniendo en cuenta la grandísima ventaja de que cuando se la damos a los demás nos la estamos proporcionando también a nosotros mismos. La CNV tiene un efecto boomerang de bienestar incuestionable. Al entrar en la Comunicación No Violenta accedemos a actitudes inteligentes y eficaces porque no alimentamos resistencias. Por sentido común, si elimino violencia y pongo cuidado, la otra persona también va a cambiar, mucho o poco, en un momento u otro, dependerá de cada vínculo en particular. El cuidado, el cariño, siempre tendrán un impacto positivo en la otra persona.

Miremos, de entre nuestras relaciones, aquellas que deseamos cuidar de manera espontánea. ¿Qué es lo que nos aportan esas personas para que tengamos ese deseo positivo? Probablemente estemos recibiendo de su parte comprensión, cariño o aceptación. De aquí podemos extraer otra ley universal: cuando ofrecemos respeto y comprensión, contamos con muchas más posibilidades de que también los demás deseen cuidarnos.

Dejemos claro que no querer cambiar al otro no significa que no podamos poner límites. Los límites son necesarios en cualquier relación y si se establecen con respeto forman parte de la no violencia, aunque supongan cierta frustración para la persona que los recibe. Se puede confundir la idea que se tiene de Comunicación No Violenta respecto a esto. No se trata de aceptar que el otro haga lo que quiera, el reto está en poner los límites de manera no violenta, y ayudar a conseguirlo es lo que da sentido a este libro.

“Los límites son necesarios en cualquier relación. „

¿Cómo hago para poner límites y a la vez cuidar la relación? La Comunicación No Violenta marca límites cuando estos son necesarios; lo que ocurre es que normalmente ponemos límites según ese modelo social que nos hace decir «basta, es así porque lo digo yo y no se hable más». Aquí la cuestión no consiste tanto en el límite en sí como en la manera de establecerlo. Creo que la energía del límite es necesaria en las relaciones, sin ella la Comunicación No Violenta es como un merengue que se desmorona. Nos han enseñado a poner límites cuando ya es demasiado tarde, cuando estamos hartos, cuando es el último recurso. No hemos aprendido a poner límites amorosos, cuidadosos, cálidos, firmes, respetuosos. Sin embargo, ¿acaso no ponemos un límite al niño de dos años que quiere comerse un paquete de galletas antes del almuerzo? ¿Acaso en situaciones así no sabemos ya poner un límite con la ternura adecuada?

A veces la Comunicación No Violenta se interpreta erróneamente, como si tuviéramos que responder sí a todo lo que se nos pide, como si creyésemos que decir «no» es violento. La CNV no consiste en no frustrar al otro. ¿Cómo decirle a mi amiga que no voy a ir con ella al cine? «No me apetece ir y quiero cuidar de mi amiga, y como sé que si le digo que no quiero ir se disgustará le digo que sí». Al razonar así creo practicar Comunicación No Violenta, pero en realidad soy violenta conmigo misma.

“La comunicación no violenta no es decir sí a todo. „

La Comunicación No Violenta no pretende mantener una relación cueste lo que cueste, sino que trata de resolver situaciones de manera que estemos seguros de que actuamos lo mejor que sabemos y está en nuestra mano; sin olvidar, como es lógico, que en buena medida también depende del otro y de las circunstancias.

Comunicación No Violenta tampoco significa mantenerse todo el día en un tono emocional plano, estable, siempre contento y siempre comprensivo; se trata más bien de un proceso de responsabilidad y autenticidad.

En las páginas que siguen aprenderemos a resolver situaciones sin exigir nada a los demás y al mismo tiempo sin anularnos a nosotros mismos, con nuestra autenticidad y recorriendo un camino que incluye cuidar de la otra persona.

“La comunicación no violenta es un proceso de responsabilidad y autenticidad. „

Podríamos resumirlo de este otro modo: la comunicación violenta es desconexión del amor, y la Comunicación No Violenta es la expresión de nuestro sentimiento de amor.

Qué entendemos por persona

Cuando hablamos de un ser humano, de una persona, ¿a qué nos referimos? Las cosas no están nada claras al respecto. Cuando pensamos en alguien tendemos a identificarlo con su trabajo, con su familia, con lo que piensa, con lo que dice y, en definitiva, con lo que muestra de sí, con lo que se ve.

Mi propuesta es concebir al ser humano como un iceberg, con una parte manifiesta que vemos y conocemos y otra sumergida, en su interior, que cobija todo un universo que desconocemos pero que sin duda existe. De ese universo la propia persona es consciente de unas cosas y de otras no. Tengo el convencimiento que nos iremos de este mundo sin haber conocido muchos rincones de ese iceberg, que la vida es un camino de descubrimiento de nosotros mismos y un aprendizaje de lo que podemos hacer con aquello de lo que tomamos conciencia. Se trata de un proceso que no se agota, ni en mí ni en la otra persona. En este sentido, la no violencia supone tener en cuenta lo que está sumergido en el agua. Leer entre líneas, ver lo implícito en lo que está explícito, porque es en lo implícito, en eso que está bajo el agua, donde reside la fuerza de la vida. ¿Qué hacemos con lo que intuimos que está ahí latente? ¿Qué hacemos cuando la otra persona parece no ser consciente de eso que intuimos? ¿Cómo manejarlo sin violencia? ¿Cómo resolver su violencia hacia mí o hacia él mismo o ella misma? Esto es lo que vamos a intentar aprender en este libro.

Qué entendemos por conflicto

Nuestra educación nos enseña que el conflicto es algo malo, negativo, que cuando hay disputas es por falta de amor, que una buena relación es aquella en la que no hay conflictos y que tenemos que hacer todo lo posible por evitarlos. Esta concepción, sin embargo, genera dolor e impotencia cuando aparece un desencuentro. Si partimos de la base de que no hay dos seres humanos iguales, si aceptamos que cada cual tiene su historia y que se relaciona con ella de manera particular a partir de su entorno cultural, familiar y socioeconómico y que tiene aprendizajes y vivencias propios que hacen que una misma situación sea vivida de tantas maneras como seres humanos hay en el mundo; si aceptamos todo esto, intentar que no haya desajustes, que veamos las situaciones de la misma manera para que no surja el conflicto es simplemente un disparate, una ingenuidad que termina por resolverse con huida, imposición, sometimiento o poder sobre el otro.

“La vivencia satisfactoria de un conflicto hace que estemos más cerca uno de otro que antes. „

No hemos sido educados para afrontar los conflictos de una forma positiva. La experiencia de que el conflicto termina en violencia nos ha llevado a rechazar el conflicto cuando este es ley de vida porque la vida es diferencia. Pero es posible quitarle al desencuentro esta valencia negativa y aceptarlo como parte integral de nuestras relaciones. Podemos decir «sí» al conflicto. En estas páginas vamos a entenderlo como una gran oportunidad de conseguir reajustar la relación en la que surge.

La resolución satisfactoria de un conflicto puede nutrir la relación, enriquecerla, y permitir que haya más cercanía que antes. Naturalmente, ello requiere un aprendizaje para saberlo abordar, que es la cuestión que nos ocupa. Incluso con los conflictos que se han mantenido en el tiempo, los que no supimos abordar en su momento, cabe plantearse afrontarlos, al menos internamente, y eliminar el bloqueo que puedan haber generado en nuestro corazón.

Ejes fundamentales de la Comunicación No Violenta

El trabajo en Comunicación No Violenta pivota sobre dos ejes. El primero sería el de identificar la violencia. Se nos ha hecho creer que son positivas y buenas para el otro expresiones que en realidad son violentas porque le hacen daño; cosas que creemos hacer por el bien del otro lo único que consiguen es alejarnos de él porque le duelen; no entendemos qué le ocurre y nos enfadamos con quien rechaza esa forma de querer su bien. Por eso es necesario diseccionar al milímetro la estructura de la violencia, identificar aquello que puede dañar al otro y lo aleje de nosotros. Si no somos conscientes de ello, nos vamos a perder durante toda la vida.

El segundo vector por explorar sería el de cómo crear un espacio interior en el que aparezca el deseo de cuidar, de mirar con calidez, y expandir ese deseo en la relación entre tú y yo a través del diálogo positivo. Es a esto a lo que llamamos Comunicación No Violenta.

Cuáles son los elementos de la comunicación violenta

Hagámoslo fácil. Te propongo que pienses en una situación de tu vida en la que otra persona ha hecho algo que te ha llevado a cerrarte. Tal vez puedas identificar, en esa situación concreta, qué palabras, qué gestos, qué actitudes del otro, ya sean tus hijos, tu padre, la cajera del súper... motivaron esa reacción. Intenta hacerlo de la manera más afinada y concreta posible para conseguir el máximo de claridad. Puedes preguntarte: ¿Cómo se expresan algunas personas de mi entorno que me molesta? He aquí algunas posibilidades recogidas de personas reales:

•El juicio, la ausencia de mirada, el control, el reproche, un consejo, malinterpretar, un silencio, el sarcasmo, la suposición, la prisa, las etiquetas, la incredulidad, el tono, la agresividad, el cuestionamiento, la justificación, la culpabilidad, no escuchar, la comparación, la queja, la imposición, el abuso, el castigo, la agresión, el desprecio, la indiferencia, las luchas de poder, la manipulación, la invasión del propio espacio, no respetar los límites, la negación del daño y la negación de su parte de responsabilidad, minimizar el daño causado, la lástima, la victimización, la falta de atención, las interrupciones, la exclusión, las amenazas, la ingratitud, etc.

Puedes añadir los motivos que hayas sacado de tu propia experiencia.

Nos expresamos en muchas ocasiones con estos «formatos» porque todos ellos forman parte, en mayor o menor medida, del modelo social que hemos adquirido para comunicarnos.

En el listado que venimos de reproducir se encuentra implícita nuestra definición de comunicación violenta, en él encontramos todos sus elementos. Es fácil imaginar que si las formas mencionadas nos irritan a nosotros también le ocurrirá lo mismo a cualquier otra persona. Topamos pues con otra ley universal que nos lleva a aceptar que estas formas de expresión le desagradan a todo ser humano.

“Inconsciente y conscientemente protegemos nuestra libertad de elegir y decidir. „

Dejemos claro que este libro no pretende descubrir cómo hacer que las personas que se comportan así con nosotros dejen de hacerlo. Nuestro objetivo no es este porque esto resultaría imposible. Es importante que tengamos en cuenta que, por lo general, cuando alguien quiere cambiar nuestra naturaleza, inconscientemente nos resistimos a ese cambio para proteger nuestra libertad de elegir y decidir. De nuevo esta resistencia nos señala una ley universal.

Nos resistimos, a veces de manera consciente y muchas veces de forma inconsciente. Buscar solamente que el otro deje de hacer algo, querer cambiarlo, a veces es contraproducente porque desde su resistencia puede potenciarse el comportamiento que nos desagrada. Cuando exigimos y reprochamos con expresiones del tipo «tendrías que hacer esto», «es que no haces caso», «es que no te das cuenta de que...», etc., la otra persona, lejos de sentirse motivada, solo encuentra ante sí energía de no aceptación y para preservar su libertad de decidir se negará. A veces la persona puede que haga o deje de hacer aquello que le exigimos pero obedecerá simplemente por miedo a las consecuencias (castigo, retirada de afecto, sentirse culpable, cierto modo de chantaje para obtener algún premio...), es decir por sometimiento, y no creo que sea esta la motivación que deseamos que tenga para actuar.

Lo que sí podemos hacer siempre es disminuir el grado de violencia en nuestra manera de comunicarnos puesto que, por sentido común, si nos expresamos y respondemos de manera positiva también se darán comportamientos diferentes del otro lado. Pero cuando es el otro el que se comunica violentamente con nosotros, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo reaccionar para no caer en el mismo juego? Todo cambia en la medida en que uno cambia. El cambio empieza en uno mismo. El trabajo lo hacemos en nosotros, el compromiso ha de ser con uno mismo.

En resumen, los elementos en la comunicación violenta son los siguientes:

•Juicios

•Exigencias

•Comparaciones

•Premios

•Castigos

•Culpa

•Tener la razón