Héroes de la fe para niños - La Voz de los Mártires - E-Book

Héroes de la fe para niños E-Book

La Voz de los Mártires

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Beschreibung

La Serie VALIENTES Experimenta verdaderas historias de héroes cristianos de la vida real. Los libros de la Serie Valientes de VOM resaltan la vida deelogiados cristianos de la historia, mostrando cómo proclamaban osadamente a Cristo ante la persecución. Tus niños aprenderán de la vida del apóstol Pablo; Esteban, el primer mártir del cristianismo; y Tomás, quien no fue tan escéptico después de todo. Esta colección también contiene historias de la vida de otros tres reconocidos cristianos, ¡pero tal vez no sean las partes de sus historias que has escuchado antes! Nicolás, Patricio y Valentín eran hombres dedicados cuya fe informaba sus acciones, y nos inspiran a ser igual de osados por Jesús. Cada uno de estos libros será una historia valiosa que sus niños querrán compartir con sus amigos. TÍTULOS INCLUIDOS Esteban: El valiente testigo de Dios Tomás: El valiente misionero de Dios Pablo: El valiente apóstol de Dios Patricio: El valiente cautivo de Dios Valentín: El valiente evangelista de Dios Nicolás: El valiente dador de regalos de Dios THE VOICE OF THE MARTYRS (VOM) [La Voz de los Mártires] es una organización misionera interdenominacional sin fines de lucro que ofrece ayuda práctica y espiritual a cristianos perseguidos alrededor del mundo. Fundada en 1967, VOM está dedicada a inspirar a todos los creyentes a profundizar su compromiso con Cristo y cumplir su Gran Comisión, sin importar el costo.

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Héroes de la fe para niños: historias de hombres que
amaron a Dios
Publicado por Editorial Patmos,
Miramar, FL 33025
Todos los derechos reservados.
Publicado originalmente en inglés por VOM Books,
una división de The Voice of the Martyrs, 1815 SE
Bison Rd., Bartlesville, OK 74006, con el título The
Courageous Series © 2010
A menos que se indique lo contrario, las citas
bíblicas se toman de la versión Nueva Traducción
Viviente ©2010, Tyndale House Foundation.
Escrito en inglés por The Voice of the Martyrs con
Cheryl Odden
Ilustrado por G. R. Erlan y R. F. Palavicini
Traducido por Eduardo Jibaja
Diseño por Adrian Romano
ISBN: 978-1-64691-281-0
Categoría: Niños
Impreso en India | Printed in India
CONTENIDO
Esteban:El valiente testigo de Dios 5
Tomás:El valiente misionero de Dios 49
Pablo:El valiente apóstol de Dios 91
Patricio:El valiente cautivo de Dios 135
Valentín:El valiente evangelista de Dios 179
Nicolás:El valiente dador de regalos de Dios 221
Bibliografía 265
Acerca de La Voz de los Mártires 268
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EL VALIENTE TESTIGO DE DIOS
UNA NOTA PARA LOS PADRES Y EDUCADORES
I
ncluso antes de su ascensión al cielo, Jesús les dijo a los apóstoles: “Pero recibirán poder cuando el
Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en to-
das partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra” (Hechos
1:8). Ser un testigo, o “mártir” traducido al griego, era una condición para seguir a Jesús.
Después que Jesús ascendió, los apóstoles fueron ridiculizados por los líderes judíos que estaban decididos
a acabar con sus declaraciones “heréticas” referentes a Jesús como el Hijo de Dios, su nacimiento virginal y
su resurrección. Y los eruditos judíos por cierto no querían que esta nueva religión, posteriormente conocida
como cristianismo, se difundiera más allá de los muros de Jerusalén. De modo que se propusieron destruir la
iglesia primitiva. (Décadas después los romanos se convertirían en los principales perseguidores de la iglesia
primitiva.)
Los líderes judíos, en un intento de aplastar la popularidad del evangelio de Cristo, conspiraron contra los
apóstoles. Los apóstoles fueron arrestados, azotados, encarcelados y ordenados a no hablar de Jesús. Pero ellos
continuaron hablando valientemente de Cristo. Los saduceos amenazaron con matar a todos los apóstoles. Pero
un fariseo, Gamaliel, los detuvo. Él había visto este tipo de “herejía” antes e insistió que pasaría. “Hombres de
Israel”, les dijo a los saduceos, “dejen a esos hombres en paz. Pónganlos en libertad. Si ellos están planeando y ac-
tuando por sí solos, pronto su movimiento caerá; pero si es de Dios, ustedes no podrán detenerlos. ¡Tal vez hasta
se encuentren peleando contra Dios!” (Hechos 5:35-39). Las palabras de Gamaliel resultaron ser proféticas.
Es en medio de esta profunda hostilidad hacia la joven iglesia que el cristianismo vio su primer mártir, y no
fue uno de los apóstoles, sino un hombre llamado Esteban.
Se sabe más de la muerte de Esteban que de su vida. Algunos creen que Esteban, como muchos discípu-
los de la iglesia primitiva, era judío de nacimiento. Muchos creen que era un judío helenista (de habla griega)
porque en su elocuencia podía relacionarse fácilmente con estos nuevos conversos a Cristo. Cuando algunos
judíos helenistas, que ahora eran seguidores de Cristo, se quejaron a los apóstoles de que las viudas en su co-
munidad no estaban teniendo lo suficiente para comer, los apóstoles nombraron a Esteban para que los ayuda-
se. Esteban era “un hombre lleno de la gracia y del poder de Dios”, y los apóstoles lo escogieron a él y otros seis
para que cuidasen de las viudas.
Un orador dotado con pasión por el evangelio, Esteban fue uno de los primeros apologistas de la iglesia
primitiva, un defensor de la fe por medio del debate. La Biblia dice que él también realizó milagros delante del
pueblo.
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Indignados por su discurso, los Libertinos o Esclavos Liberados, un grupo de judíos de Cirene y Alejandría,
quisieron debatir con Esteban sobre Cristo. Pero la Biblia dice que ninguno de ellos “podía hacerle frente a la
sabiduría y al Espíritu con que hablaba Esteban.” Cuando no pudieron con él, trataron de propagar el engaño.
Convencieron a otros para que esparcieran mentiras sobre Esteban, asegurando a otros líderes judíos que él
habló contra Moisés y Dios. No pasó mucho tiempo hasta que Esteban fue arrastrado a la corte judía supervi-
sada por el Sanhedrín.
Lo demás se sabe ampliamente y está ilustrado en todo este libro. Sin embargo lo que hace que valga la pena
estudiar la vida de Esteban no solo son las circunstancias de su muerte, sino la bendición de Dios que fluyó
como resultado.
La vida de Esteban y su posterior muerte por la fe personifican la importancia y el legado inspirador de la
iglesia perseguida hoy. Pues en el martirio de Esteban vemos el principio de la propagación del cristianismo,
producida por la persecución y alimentada por la valentía de los seguidores de Cristo.
La Biblia dice incluso en el mismo día de la muerte de Esteban que “ese día comenzó una gran ola de per-
secución que se extendió por toda la iglesia de Jerusalén.” Los cristianos fueron dispersados por toda Judea y
Samaria. Y ellos predicaban el evangelio por dondequiera que iban.
Después de la muerte de Esteban la iglesia primitiva creció enormemente. Además, uno de los judíos que
fueron testigos del arresto y lapidación de Esteban, Saulo, se convirtió en Pablo, el evangelista cristiano más
prolífico que jamás haya vivido.
¡Que tus niños sean inspirados por la valentía y osadía de la fe de Esteban!
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C
uando Jesús regresó
al cielo, dejó atrás
a sus seguidores. Pero
no estaban solos o sin
ayuda.
Tal como lo prometió,
Jesús envió a su Espíritu
Santo. Él sabía que el
Espíritu Santo les daría a
sus seguidores la fortaleza
y valentía que necesitaban
para hacer su obra.
Uno de estos seguidores
fue Esteban.
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C
on la ayuda del
Espíritu Santo, Esteban
valientemente habló con
otros acerca de Jesús y realizó
milagros.
Él era tan bueno para convencer
a otros para que siguieran a
Jesús que al final los líderes
judíos trataron de detenerlo.
Pero primero, a Esteban se le
dio una tarea importante.
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U
n hombre estuvo delante de los
doce apóstoles que caminaron
con Jesús. “Nuestras viudas no están
recibiendo el alimento que necesitan”,
dijo él.
Los apóstoles lo escucharon y asintieron
mostrando estar de acuerdo. Ellos pasaban
tanto tiempo orando y enseñando acerca
de Jesús que no podían hacer toda la obra.
De modo que decidieron seleccionar siete
hombres que estuvieran llenos de fe y del
Espíritu Santo. Uno de estos hombres fue
Esteban.
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E
steban y los otros seis
hombres ayudaban a las
viudas mientras los apóstoles
predicaban en el templo donde
adoraban los judíos.
Más gente eligió seguir a Jesús, y
la iglesia creció.
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A
Esteban también le encantaba
hablar con la gente acerca de Jesús.
Y así como los apóstoles, él sanaba a la
gente y realizaba milagros en el nombre
de Jesús. Muchos estaban asombrados
con las palabras y acciones de Esteban, y
se apartaban de su religión para seguir a
Cristo.
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V
arios líderes judíos
no estaban tan
asombrados de Esteban.
Ellos estaban enojados
de que él y los demás
apóstoles estuviesen
hablando acerca de Jesús.
Una vez incluso echaron
a los apóstoles a la cárcel
y los golpearon. Pero eso
no los detuvo. Tampoco
detuvo a Esteban. La gente
de Jerusalén necesitaba oír
acerca de Jesús.
¡Entonces yo les hablaré!
pensó Esteban.
19
U
n día, Esteban estaba delante de una
multitud en el mercado. La gente
quería escuchar lo que tenía para decir.
Pero antes que Esteban pudiera hablar, un
grupo de hombres religiosos hicieron a un
lado a la gente y se dirigieron a él.
“¿Por qué estás hablando con otros acerca de
Dios aquí y no en la sinagoga o el templo?”
preguntó uno.
“Nosotros podemos hablar acerca de Dios
en cualquier parte”, respondió Esteban, “no
solo en un edificio.”
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os hombres discutían con Esteban,
pero no eran rival para él. Él tenía
una respuesta para cada pregunta.
“Tenemos que detenerlo”, susurró uno de
los hombres. “El pueblo está pasándose a
su bando.”
“¿Cómo lo hacemos? Nuestros
hombres no pueden competir con su
sabiduría.”
“Yo me encargo de eso”, dijo otro que
se había unido a la multitud cada vez más
grande en el mercado. Él alisó su túnica
y miró fijamente a Esteban, luego se
escabulló para llevar a cabo su plan.
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oco después el hombre regresó
con una turba enfurecida.
“¡Arréstenlo!” gritó él. “Él solo ha
estado diciendo mentiras acerca
de Dios, la Ley y el templo.”
Esteban se quedó parado sin
miedo mientras varios hombres lo
agarraban.
“¡Vamos a dejar que nuestros
líderes pongan fin a tu predicación!”
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na nube de polvo y una multitud
cada vez más grande seguían a
Esteban y al grupo de líderes judíos.
Aquellos a quienes Esteban pasaba se
burlaban de él.
“¿Cómo puede decir esas cosas acerca
de Dios?” murmuraban ellos.
Las noticias de su arresto rápidamente
se propagaron por toda la ciudad.
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a turba llevó a Esteban hasta la sala del tribunal. “¡Este
hombre debe ser castigado!” gritó uno de los hombres.
Testigos se pusieron de pie y mintieron acerca de lo que Esteban había
dicho.
“¡Él declaró que Jesús se iba a deshacer de la Ley que Moisés nos
había dado!”
“¡Él dijo que Jesús iba a derrumbar el templo!”
“¡Él le falta el respeto a Dios!”
Conforme cada cargo era lanzado contra Esteban, los hombres en la
sala del tribunal lo miraban. Lo que vieron no fue un rostro retorcido
por el temor o la culpa. Su rostro brillaba como el de un ángel.
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os principales líderes religiosos se
pusieron de pie para mirar mejor a
Esteban.
“¿Es esto cierto?” preguntó él. “¿Estás
diciendo esas cosas?”
“Dios le dio a Moisés la Ley y lo convirtió
en su líder”, respondió Esteban mientras
miraba valientemente a la multitud. Él
entonces habló de David y Salomón,