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Este libro, que puede ser leído como una apasionante novela, muestra la lucha de una brigada médica internacionalista cubana contra la Covid-19, en Italia, a través del ojo literario de una autora cubana, que en alianza comunicacional con un médico de la misma geografía donde ella vive, muestran el dolor, sacrificio y entereza de nuestros héroes de batas blancas, cuando a principios de la pandemia todo parecía perdido.
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Veröffentlichungsjahr: 2022
Liudys Carmona Calaña
Yoydel Santines Acuña
LIUDYS CARMONA CALAÑA (Manzanillo, 1974). Poeta, narradora y editora. Directora del Centro del Libro y la Literatura en la Isla de la Juventud. Tiene publicados: Los pasadizos estériles de la profundidad (poesía, 2012); Candelillas en el agua (infantil,2017); Comer con identidad (cocina, 2017); Un pacto con el reloj (poesía, 2018); Las bestias están cerca (poesía, 2019); Los pasadizos estériles (poesía, 2020). Está incluida en las antologías: La doble circunstancia (poesía, 2012); Té sin limón (cuentos eróticos, 2018); De dos puntos distantes (poesía, 2018). Participó en las Ferias internacionales del libro de Caracas, Venezuela, 2014 y Bogotá, Colombia, 2019. Ha recibido premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional.
YOYDEL SANTINES ACUÑA (Manzanillo, 1981). Doctor en Medicina. Especialista en Anestesiología y Reanimación. Profesor instructor. Vicedirector de la Asistencia Técnica en el Hospital General Docente Héroes del Baire. Cumplió Misión en la República Bolivariana de Venezuela en el año 2014. Forma parte del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve.
Edición: Reynaldo Duret Sotomayor
Diagramación y diseño: Reynaldo Duret Sotomayor
Corrección: Keyla de la Caridad Pacheco de Moya
© Liudys Carmona Calaña, 2020
Yoydel Santines Acuña
© Sobre la presente edición,
Ediciones El Abra, 2020
ISBN 9789592761407
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EDICIONES EL ABRA
Calle 37 s/n e/ 36 y 38 Nueva Gerona
Isla de la Juventud. CUBA CP 25100
A los valientes de batas blancas
A todos los que hicieron posible la realización del presente libro
Graduarse de médico es abrir las puertas de un largo camino
que conduce a la más noble actividad.
FIDEL CASTRO
La fama pregunta en vano por los que realizaron la hazaña.
¡Aparezcan por un momento, desconocidos de rostros cubiertos
y reciban nuestras gracias!
BERTOLD BRECHT
¿Qué estoy haciendo aquí, amando a este país como a mí mismo?
No, que va, no hay heroísmo, vine a darle un beso al mundo y nada más.
Canción Valientes
GRUPO BUENA FE
Antes del beso y el abrazo
debemos admitir que la vida está en peligro.
Apresurar cada insistente confunde
después de mirar más allá de las fronteras
con estructuras movedizas
como si explorar en el ojo de los sueños
fuera el trueque perfecto entre la vida y la muerte.
Antes del beso y el abrazo
debemos admitir los simples derroteros del destino
con sus días llenos de preguntas
que escurridas en las sombras
nadie sabe responder.
El aplauso es la vocación perfecta
cuando el tiempo es la aventura de ocultarnos.
Quien teje una ventana busca el eco de la luz
el simple goteo de la suerte
sin odios
sin resentimientos.
Debemos mirarnos como mortales
con miedos y ataduras
(infortunados tal vez) cediendo el poder a la existencia
aunque veamos contar los cuerpos
enardecidos por la muerte.
De nada sirve ser arriesgados y crédulos
si habrá que esperar la señal del arcoíris
y que vuelvan los gestos espontáneos
lejos de toda distancia.
Las ciudades todas con su dolor.
Las ciudades vacías frente a la decadencia del mundo.
Las ciudades con cadáveres hambrientos de hermandad
flamean como máquinas oxidadas
con la necesidad de vaciarnos las entrañas
sentirnos culpables
y acercarnos al fuego para escupir el alma.
Antes del beso y el abrazo
nos urge el latido
la franja roja
el sol
para que la noche… deje de ser eterna.
LIUDYS CARMONA CALAÑA
La solidaridad es una de nuestras más valiosas virtudes. Muchos la brindaron en diferentes épocas de la historia cubana, sin embargo, después de la victoria revolucionaria de 1959, se convierte en principio incondicional e ineluctable de nuestra vida social y política.
Antes del triunfo de la Revolución Cubana, por solo citar un ejemplo, cientos de cubanos se alistaron al grupo de voluntarios que participaron en la Guerra Civil Española, a pesar que, como expresara el narrador y ensayista Enrique Cirules en entrevista brindada al periódico Juventud Rebelde:
El gran dolor de toda esa experiencia fue conocer que entre las decenas de libros y artículos que se publicaban cada año sobre el tema, los historiadores y estudiosos de España y otros países nunca hablaban de Cuba. Nunca se producía una mención a los cubanos, ni a los latinoamericanos. Era como si estos no hubieran participado en esa guerra antifascista.
[...] La hazaña realizada por un pequeño país y un aguerrido Partido, desde la clandestinidad, muy perseguido, que organizó el envío desde La Habana de un destacamento de unos 850 cubanos a España. Prevaleció el sentimiento antifascista en la unidad revolucionaria. [...]
El principio revolucionario de la solidaridad no se ha destacado solamente en los ámbitos de la guerra, ha permeado, además, los referentes a la cultura, el deporte, la educación y la salud.
La salud, por su parte, con el despliegue de miles de galenos, técnicos y enfermeros, ha estado presente en una inmensa mayoría de regiones del planeta, a veces recónditas.
Como antecedentes se recogen, a solo un año y pocos meses del triunfo de la Revolución, la primera ayuda médica a Chile, país sacudido por un devastador terremoto en mayo de 1960. Hacia esa nación Cuba envió una brigada médica con varias toneladas de implementos sanitarios y otras necesidades.
A esta siguieron otras: Argelia (1963), Perú (1970) y Nicaragua (1972), territorios que también sufrieron daños a causa de terremotos; Haití (1998), donde el huracán Mitch ocasionó severos daños; Argelia (2003), devastada por el terremoto; Sri Lanka e Indonesia, asolados por un tsunami (2004); Guyana, aquejada por fuertes inundaciones...
En mayo de 2003, durante un discurso pronunciado en Buenos aires, Argentina, nuestro máximo líder aseveró:
Nuestro país no lanza bombas contra otros pueblos, ni manda miles de aviones a bombardear ciudades; nuestro país no posee armas nucleares, ni armas químicas, ni armas biológicas. Las decenas de miles de científicos y médicos con que cuenta nuestro país han sido educados en la idea de salvar vidas. Estaría en absoluta contradicción con su concepción poner a un científico o a un médico a producir sustancias, bacterias o virus capaces de producir la muerte a otros seres humanos. [...]
Decenas de miles de médicos cubanos han prestado servicios internacionalistas en los lugares más apartados e inhóspitos. Un día dije que nosotros no podíamos ni realizaríamos nunca ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo; pero que, en cambio, nuestro país era capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo. Médicos y no bombas, médicos y no armas inteligentes.
Basado en estos principios ideológicos fue creado, el 19 de septiembre de 2005, el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve, en respuesta a los daños causados por el huracán Katrina en la localidad de Nueva Orleans, Estados Unidos, que dejó alrededor de 1 336 fallecidos y pérdidas valoradas en 75 mil millones de dólares. Aunque nunca tocaron suelo estadounidense al ignorarse por el gobierno norteamericano la voluntad de sus servicios, este equipo se convirtió en el eje central de la atención sanitaria de Cuba en el mundo.
Su nombre constituye un homenaje al joven norteamericano que luchó en la guerra independentista de Cuba contra España.
Con solo diecinueve años arribó a nuestro país, en 1869, a bordo del vapor Perrit. La expedición resultó emboscada por el ejército español que lo hizo prisionero junto a muchos más. A pesar que fue fusilado logró sobrevivir y se incorporó a las fuerzas insurrectas, donde llegó a ser general de brigada.
El 4 de agosto de 1876, en desigual combate en la sabana de Yaguaramas y agotadas sus fuerzas y municiones, se dio un tiro en la sien para no caer vivo en manos del enemigo. Al morir contaba con veintiséis años de edad, de los que dedicó siete a la causa de la libertad cubana.
Las brigadas que constituyen este contingente han colaborado en más de cuarenta y seis naciones y cinco territorios no autóctonos. En América Latina y el Caribe han estado presente en veintidós estados; en Asia y Oceanía en cinco; en África subsahariana en trece; en África Norte y Medio Oriente han asistido a tres países. En Europa estuvo en tres estados.
Otras connotadas acciones fueron la lucha contra el Ébola en África (Sierra Leona, Liberia, Guinea Conakry) y la labor del contingente tras el impacto del terremoto de octubre de 2005 en Pakistán, que ocasionó la pérdida de 70 mil vidas humanas, 100 mil heridos y 3 millones de personas sin hogar.
Con la aparición a fines de diciembre de 2019 del virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, que azota al planeta y produce un caos epidemiológico por los millones de infectados y miles de muertos, el bregar de las brigadas Henry Reeve ha sido incesante.
A pesar de las maniobras de Estados Unidos y gobiernos lacayos que se empeñan, sin logro alguno, en politizar esta enfermedad y desprestigiar con mentiras a nuestro personal de salud; crece la simpatía por este contingente de miles de profesionales que salvan vidas en más de una treintena de países; paradigma de una verdad social que jamás podrá marginarse.
El presente libro, escrito a dos manos, atesora la satisfacción de mostrar la capacidad de entrega, dinamismo y complicidad de una de estas brigadas Henry Reeve que viajó hacia la región de Piamonte, en Italia, para brindar su ayuda humanitaria. Los riesgos, logros, añoranzas y regocijos de estos hombres se entrelazan en frisos significativos y conforman con solemnidad el encadenamiento de emociones.
Hilando puentes se erige como una suerte de testimonio novelado. Desde el comienzo de su lectura logra comunicarnos —a través de su lealtad filosófica y el calado expresivo de los textos— con las vibraciones íntimas de sus autores.
Inmersos en diseñar el complejo océano de dolor y a la vez resiliencia que se instala como resultado de la pandemia Covid-19 logran ofrecer, no con el uso de enrevesadas figuras retóricas, sino con singular dominio de las estructuras sensoperceptivas en las que cabe la palabra, una visión expresionista — íntimamente expresionista— del intenso bregar que hombres y mujeres de la salud despliegan en diversos escenarios, fundamentalmente Italia, a donde partiera Yoydel Santines Acuña como miembro de la brigada.
Desde Turín, este médico logra establecer un puente de palabras —de ahí el título del libro— con la escritora Liudys Carmona, residente en Cuba.
Ambos, en magistral simbiosis, intercambian sus respectivas corrientes narrativas para ofrecer un “todo peculiar”. Con el aquí-allá-ahora asumen con éxito dos asuntos indispensables para edificar una buena obra literaria: acción y pensamiento.
Liudys / Yoydel viajan, sin descuidar las formas del lenguaje conversacional, hacia el espíritu de seres fenecidos o no por la Covid; disparan su reservorio verbal de arquitectura estremecida haciendo énfasis en los conocimientos que explora el ser humano para desbordar sus vertientes. Hilan, atrapando madejas testimoniales y artículos que otros añaden a su paso, puentes de encrespadas molduras, singulares sacudidas de luz dentro de la más implacable oscuridad; pintan un lienzo emocional e invulnerable de luminosidad más allá de las formas que subyacen y emergen del hosco acecho de la muerte.
Sirva —en este decimoquinto aniversario de la creación del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve— este valioso libro: pintura verbal donde las palabras saben la contraseña para abrir perspectivas y cerrar prejuicios; ejercicio de significativa fortaleza; levadura que cataliza el corazón y conforma follajes poéticos de amena efervescencia; indagación al hombre y sus incertidumbres convertido en discurso paliativo para quien sufre su dolencia individual, hasta romper fronteras y convertirse en la dolencia colectiva.
La realidad humana solo cobra lógica en el sacrificio personal, se glorifica y engrandece con el esfuerzo social. El lector encontrará en Hilando puentes, más allá de experiencias compartidas, la grave voz del hombre, salvado por el hombre.
REYNALDO DURET SOTOMAYOR
BIBLOGRAFÍA CONSULTADA
LUIS HERNÁNDEZ SERRANO, “Expedientes cubanos de gloria en Guerra Civil Española”, Juventud Rebelde, 30 de abril de 2011, http://www.juventudrebelde. cu/cuba/2011-04-30, consultado el 30 de septiembre de 2020.
FIDEL CASTRO RUZ: Fragmentos del discurso pronunciado en Buenos Aires, mayo de 2003, Periódico Granma digital, http://www.ranma.cu/cuba/2020-03-25/medicos-y-no-bombas-25-03-2020-22-03-54.
“Aniversario XV de la Constitución de la Brigada Henry Reeve”, Fuente: Minsap, www.presidencia.gob.cu/es/noticias/aniversario-xv-de-la-constitucion-de-la-brigada-henry-reeve/ Consultado el 30 de septiembre de 2020
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