Identiting - Santos Hormazabal - E-Book

Identiting E-Book

Santos Hormazabal

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Beschreibung

Identiting propone una teoría audaz que resume parte del conjunto de transformaciones que han cambiado la forma de concebir y hacer gestión. Recogiendo herramientas de disciplinas como la ingeniería, la física fundamental, la mecánica cuántica, la teoría de sistemas, la comunicología y la dramaturgia, este libro concibe el fenómeno de la identidad desde un nuevo paradigma, opuesto a la visión tradicional que supone al sujeto, objeto y ambiente como elementos independientes. Desde la perspectiva "Identiting", la identidad es concebida como un fenómeno constituyente "campo cuántico", en el que la experiencia de las personas opera mediante un universo de significados necesario para comprenderse a sí mismas y al mundo. A partir de la concepción del fenómeno de la identidad como campo, surge la noción de un paradigma emergente en el ámbito de la gestión.

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IDENTITINGUn paradigma emergente en la gestión

Santos Hormazábal

IDENTITINGUn paradigma emergente en la gestión

PRIMERA EDICIÓNNoviembre 2023

Editado por Aguja LiterariaNoruega 6655, dpto. 132Las Condes - Santiago de ChileFono fijo: 56 - 227896753E-Mail: [email protected]: Aguja LiterariaInstagram @agujaliteraria

ISBN9789564091020

Nº INSCRIPCIÓN: Rjymfq

DERECHOS RESERVADOSIdentitingJosé Santos Hormazábal TapiaQueda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático

Los contenidos de los textos editados por Aguja Literaria son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el pensamiento de la Agencia

TAPAS:Imagen: Santos Hormazábal Diseño: Jimena Cortés

ÍNDICE

Introducción

1. El ojo que todo lo ve

2. Identidad observa identidad

3. El internet cuántico

4. El observador y el palimpsesto

5. La experiencia cuántica

6. Identiting

Puntos focales Identiting

La ontogenia Identiting

7. Identiting en acción

El punto focal, la ontogenia y la espiral Identiting

Intencionar

Magnetizar

Ritualizar

Identiting y la innovación de producto

Identiting y la innovación de servicios

Identiting y la innovación de experiencias

8. Huellas en el agua

Red creativa en la práctica:

Kintaxión - Chile

Katherine Mollenhauer G.

PhD. Diseño.

Especialista en Diseño estratégico.

Chile

Magister en Diseño para los Territorios

Universidad de Cuyo, Argentina.

Rizoma - Colombia

María Andrea Santos E.

Diseñadora.

Especialista Identidad y Gestión de Comunidades.

“Investigación en Diseño de Servicios mediante

Diseño Estratégico”

Proyecto financiado por Fondo Nacional de

Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) 406340.

Agradecimientos:

S-G

El-M

K-H

Kyn

Y-MM

J-M

A-J

M

R

G

U

M

Z

J

Ch

L

Introducción

Identiting es una teoría que responde a los fenómenos emergentes actuales, útil para gestionar iniciativas de transformación de situaciones complejas, donde están en movimiento el pensamiento estratégico y los procesos co-creativos de innovación.

Identiting resume parte del conjunto de transformaciones que han cambiado la forma de concebir y hacer gestión, en un contexto donde emergen con fuerza la economía de la atención, y los procesos co-creativos al interior de empresas, comunidades y redes de valor en territorios. En este sentido, los contenidos de este libro colaboran con la instalación de capacidades para manejar una mayor complejidad, en una realidad sujeta al surgimiento de nuevos paradigmas y acuerdos humanos.

Identiting está basado en un nuevo paradigma respecto a la identidad: en su naturaleza cuántica. Esta perspectiva describe la dinámica en que los seres humanos realizamos una continua actividad cuántica creativa en lo cotidiano, en forma consciente o inconsciente, la cual determina dramáticamente la calidad de nuestra experiencia diaria.

El contenido del libro describe fundamentos que explican la naturaleza de un fenómeno de la identidad inmerso en las dinámicas del campo cuántico. Estos conceptos son recogidos desde la ciencia básica de la ingeniería, la física fundamental, la mecánica cuántica y la teoría de sistemas. Desde la concepción del fenómeno de la identidad como campo, surge la noción de un paradigma emergente en el ámbito de la gestión.

El viaje de este escrito termina con la descripción de la forma en que los instrumentos clásicos de gestión, mediante aportes novedosos provenientes del Diseño, la Comunicología y la Dramaturgia, están permitiendo abordar la alta complejidad de los procesos de innovación en distintos contextos del ritmo actual de transformaciones en curso. En este sentido, el contenido consiste en una exploración del pensamiento que acerca la naturaleza del campo cuántico a nuestra experiencia cotidiana. Además, nos sugiere considerar la dinámica cuántica en el despliegue del poder creativo que realizamos, momento a momento, en la aventura diaria de nuestras vidas.

1. El ojo que todo lo ve

“Si miras fijamente al abismo,

el abismo te devuelve la mirada”.

Friedrich Nietzsche

Desde el momento en que la ciencia empezó a modelar el átomo, comenzó a derrumbarse la objetividad absoluta que, hasta ese momento, nos ofrecía nuestro sistema de percepción. El átomo es un sistema donde el 99.99% del volumen es espacio, de manera que cuando pasamos la mano por una superficie, nuestro sistema neuronal nos presenta la ilusión de una experiencia material, cuando en realidad existe un enigmático vacío.

Tal dilema respecto de nuestra interacción con una realidad aparente no se detuvo ahí. A continuación, surgió la pregunta sobre la forma en que se configura nuestra experiencia misma. Es decir, sobre aquella realidad compuesta, por un lado, de un parque de objetos como celulares, mesas, guitarras y edificios, y por otro, del cúmulo de vivencias humanas que ocurren al interior de ese paisaje. Eso se lo debemos a la física cuántica. Ella nos heredó una forma bastante inverosímil de ver nuestro mundo: una realidad donde todas las cosas ocurren al mismo tiempo, y donde las partículas subatómicas configuran universos.

Dentro de esta área de conocimiento, el experimento de la doble rendija es, por lejos, el evento que ha moldeado más radicalmente la forma en que los humanos podemos concebir nuestra realidad. Es bastante sencillo en apariencia. En simple, el sistema consta de un emisor de partículas, una placa con dos rendijas y una pantalla que recibe lo que pasa por las rendijas. Desde un punto de vista de “realidad clásica”, si se lanza un conjunto de partículas a través de las rendijas, al llegar a la pantalla dibujarán dos líneas paralelas. Es decir, se obtendría una proyección directa de las rendijas. Lo extraño es que este resultado se obtiene solo en aquellos casos en que hay un observador midiendo la trayectoria de las partículas. En las oportunidades en que no hay observador o sensor, las partículas dibujarán en la pantalla un conjunto de franjas, en un patrón parecido a un código de barra. Este espectro de franjas, denominado “patrón de interferencia”, es característico de aquellas situaciones en las que pasa por las rendijas un fluido, esto es, una onda y no partículas.

Este experimento fue diseñado para identificar la naturaleza ondulatoria de la luz a principios del siglo XIX, por el brillante Thomas Young. Desde entonces, ha sido determinante en la investigación de la misteriosa naturaleza dual onda/partícula de la materia subatómica en general. Se concluye que, cuando se observa el comportamiento de una partícula, esta colapsa como unidad física, pero si no se observa, se comporta como onda. Pero el misterio es mayor, experimentos posteriores indicaron que, si onda genera el patrón de interferencia, la partícula tendría que pasar por las dos rendijas a la vez.

Algunos investigadores han tratado de engañar a la partícula de la siguiente manera: Si ubicamos el sensor a la entrada de las rendijas, se producen las dos franjas, como es habitual para el comportamiento de una partícula. En consecuencia, si instalamos el sensor a la salida de las rendijas, como la partícula no sabía que iba a ser detectada, debiera formar el espectro de patrón de interferencia. Pero no, la partícula igual genera las dos franjas, como si supiera que más adelante iba a ser observada. Esto es perfectamente coherente con la noción predominante en la física que reza que, a nivel cuántico, la flecha del tiempo no se dirige solo hacia delante como en la realidad humana de tiempo lineal. De hecho, en las ecuaciones matemáticas que constituyen el andamiaje de la física en general, no aparece la flecha del tiempo por ningún lado. Si queremos poner en apuros a un físico, preguntémosle qué es el tiempo.

Hasta el momento, no se ha podido dilucidar por qué la partícula decide aparecer en dos estados diferentes. Este colapso tampoco cuenta con su respectivo modelamiento matemático, de manera que es imposible construir dispositivos experimentales que permitan reproducir esa transición de manera controlada. Es un verdadero enigma.

La dualidad emergente desde el insondable universo cuántico sigue jugando con la frágil inteligencia humana. Es probable que lo único diferente en cada situación, es decir, la figura de dos franjas o el patrón de interferencia, sea la presencia o ausencia de un observador. En consecuencia, se sospecha que el acto de observación es lo que hace colapsar el campo cuántico. Esto significa que la conciencia jugaría un papel importante en el comportamiento de la materia, pero como no se puede medir, su existencia no entraría en el andamiaje de la ciencia. ¿Quiere esto decir que solo hasta ahí puede llegar la inteligencia? No necesariamente, la mayoría de las concepciones de la realidad que han permeado la física fundamental, como la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, no lo han hecho desde el interior de la ciencia. Estas propuestas nacieron en el seno de los bosques de la imaginación humana. Es importante recordar que la palabra “inteligencia” tiene una raíz que expresa “leer el interior”,1 es decir, leer lo invisible.

Todo hace pensar que el colapso de la realidad ante la observación no ocurre solo en los experimentos con rendijas. Todos los seres humanos somos observadores, en forma consciente e inconsciente, individual y colectiva. Todas las posibilidades están en juego, el colapso en dos franjas es un ejemplo de infinitas formas en que se puede precipitar el universo cuántico.

Se sospecha también que la flecha del tiempo surge en el momento en que colapsa la sopa cuántica. En consecuencia, podemos decir que los humanos somos colapsadores del universo cuántico y creadores del flujo lineal del tiempo en un solo sentido, hacia lo que llamamos futuro. Es decir, los humanos somos precipitadores de realidad material y creadores de la flecha del tiempo mediante nuestra observación/atención, esto es, con nuestra mente individual y colectiva.

Lo mismo pasa con otros fenómenos, como la fuerza de gravedad. Si le preguntamos a un físico por el origen de la fuerza de gravedad, también se “pondrá nervioso”. Solo se limitará a aclarar su efecto; dirá que la fuerza de gravedad no es una fuerza, sino una aceleración que sufren los objetos hacia el centro de un cuerpo masivo producto de la curvatura del espacio/tiempo, pero no explicará su origen. Es probable que aquello que llamamos fuerza de gravedad sea otro tipo de colapso cuántico, de manera que la ciencia, más allá de la investigación actual de identificación y clasificación de bosones, en el futuro también identificará, clasificará y modelará tipos de colapso cuántico.

Al parecer, mientras más masiva en términos de participación humana sea la atención, más abarcadora será la realidad colapsada que configura nuestra vida cotidiana. Los colapsos del tipo partícula generan los objetos materiales que nos rodean, mientras que otros colapsos similares al flujo gravitacional, transportan contenidos de nuestros pensamientos, dando origen a nuestra experiencia del diario vivir.

Desde esta perspectiva, los humanos vivimos a diario el colapso cuántico, pero es tan habitual que no lo relacionamos con la forma en que moldea nuestra vivencia. El fenómeno cuántico solo será consignado en la conciencia humana inmediata cuando nos demos cuenta de que de él depende nuestro estilo de vida.

Tendemos a dar por sentada una realidad material continua y permanente porque vemos árboles, edificios, mesas y computadores como objetos estables en nuestro mundo; sin embargo, hay que considerar la posibilidad de que esos objetos estén ahí debido a un colapso suspendido a través de la flecha del tiempo, generado históricamente por la mente humana individual y colectiva.

En este sentido, podemos decir que somos responsables de la presencia de los elementos que configuran nuestro bosque de objetos, algunos físicos y visibles a simple vista; otros invisibles, tales como patrones de pensamientos y significado. Al mismo tiempo, somos responsables de las cosas que nos pasan, en calidad de experiencias individuales y colectivas.

Como especie, cargamos objetos y experiencias, de manera individual o colectiva, sin una memoria clara de las causas del colapso cuántico original que precipitó el tejido de nuestra realidad. En nuestra existencia inmediata entendemos que han estado ahí siempre o que aparecen por arte de magia.

El ojo que todo lo ve es un símbolo críptico, que hace referencia a un poder oculto que tiene la capacidad de gobernar la vida de toda la población humana. Desde la perspectiva de la capacidad del observador cuántico, eso puede ser cierto. Lo que no es tan seguro, es que sea un ojo que anda por ahí afuera como algo que no tiene que ver con nosotros. Cada uno de los seres humanos es un ojo fractal de ese que todo lo ve. Por lo tanto, las realidades precipitadas son nuestra responsabilidad en forma individual y colectiva.