Imagen de la India - Julián Marías - E-Book

Imagen de la India E-Book

Julián Marías

0,0

Beschreibung

Contaba el filósofo Julián Marías que a sus diez años ya fantaseaba con el universo variopinto de la India. Cumplió con ese viejo sueño a los cuarenta y cinco, cuando en el verano de 1959 recorrió Mumbai, Bangalore, Mysore, Chennai, Calcuta, Delhi y Agra con ocasión de un congreso de Filosofía. India llevaba en ese momento poco más de una década de independencia, pero era ya el joven y anciano país sobre el que muy pronto planearía una enorme masa de viajeros occidentales en busca de algunas de las preguntas y respuestas que ya anticipaba Marías. De su maestro Ortega y Gasset extrae la pasión por el mirar haciendo nuevo lo consabido, que es la esencia de las imágenes que configuran una idea de India: de su prodigioso cine, a sus ubicuas vacas; de sus muchedumbres urbanas al gentío de sus carreteras; la religión, la muerte y la vida y siempre la alteridad como circunstancia y confluencia de nuevos saberes. Entre los escasos testimonios españoles de la experiencia india, el de Marías, que recuperamos tras décadas de olvido, es de obligada lectura.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 90

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



SOBRE EL AUTOR

JULIÁN MARÍAS (Valladolid, 1914 - Madrid, 2005)

Ensayista y filósofo, miembro de la llamada Escuela de Madrid nacida alrededor de la figura de José Ortega y Gasset. Pese a su oposición al régimen franquista, logró llevar a cabo una intensa actividad intelectual en España y el extranjero. Doctor en Filosofía, fundó con su maestro Ortega el Instituto de Humanidades en 1948, ejerció la docencia en universidades norteamericanas y colaboró en instituciones como la Real Academia Española, la Real Academia de Bellas Artes o la Fundación de Estudios Sociológicos.

Fue Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1996. Autor de más de setenta obras sobre temas filosóficos y culturales, conferenciante de éxito, colaborador asiduo de varias publicaciones, dedicó también varios escritos a sus impresiones viajeras. Revista de Occidente reunió por primera vez estos artículos publicados en la prensa española e iberoamericana tras su viaje a India a finales de los cincuenta que han permanecido fuera de la circulación durante décadas.

SOBRE EL LIBRO

Contaba el filósofo Julián Marías que a sus diez años ya fantaseaba con el universo variopinto de la India. Cumplió con ese viejo sueño a los cuarenta y cinco, cuando en el verano de 1959 recorrió Mumbai, Bangalore, Mysore, Chennai, Calcuta, Delhi y Agra con ocasión de un congreso de Filosofía. India llevaba en ese momento poco más de una década de independencia, pero era ya el joven y anciano país sobre el que muy pronto planearía una enorme masa de viajeros occidentales en busca de algunas de las preguntas y respuestas que ya anticipaba Marías.

De su maestro Ortega y Gasset extrae la pasión por el mirar haciendo nuevo lo consabido, que es la esencia de las imágenes que configuran una idea de India: de su prodigioso cine, a sus ubicuas vacas; de sus muchedumbres urbanas al gentío de sus carreteras; la religión, la muerte y la vida y siempre la alteridad como circunstancia y confluencia de nuevos saberes. Entre los escasos testimonios españoles de la experiencia india, el de Marías, que recuperamos tras décadas de olvido, es de obligada lectura.

La India me había dejado una huella perdurable. La recorrí con los ojos abiertos, absorbiendo su realidad por todos los poros, intentando comprender, con avidez de penetrar lo más posible en aquel mundo radicalmente distinto al mío.

JULIÁN MARÍAS

CUADERNOS DE HORIZONTE SERIE ¿QUÉ HAGO YO AQUÍ?

Imagen de la India

JULIÁN MARÍAS

Título de esta edición:Imagen de la India

Primera edición enRevista de Occidente, 1961

Primera edición enLA LÍNEA DEL HORIZONTE EDICIONES: abril de 2018

© de esta edición:

LA LÍNEA DEL HORIZONTE EDICIONES:

[email protected]

© del texto: herederos de Julián Marías a través de Casanovas & Lynch Literary Agency, S.L. © del prólogo: Daniel Marías

© de la fotografía de cubierta: Rajeev Rajagopalan

© de la maquetación y el diseño gráfico: Víctor Montalbán | Montalbán Estudio Gráfico

© de la maquetación digital: Valentín Pérez Venzalá

ISBN ePub: 978-84-15958-93-2 | IBIC: WTL, 1FKA

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

Imagen de la India

LA INDIA DE JULIÁN MARÍAS

LA PUERTA ABIERTA

LOS OJOS

PAISAJE CON FIGURAS

EL VICEPRESIDENTE Y LOS CUERVOS

CIUDADES

CARA Y CRUZ DE DELHI

MYSORE O LA ESPERANZA

MEDITACIÓN DEL TIEMPO

LA INDIA COMO CIRCUNSTANCIA

El visitante de «La plaza de Berkeley»

Aceptación de la realidad

Felicidad y descontento

LA INDIA DE JULIÁN MARÍAS

Desde bien pequeño fui consciente de que mi abuelo paterno, Julián Marías (1914-2005), era un abuelo un tanto singular por muchos motivos, entre otros porque no paraba de viajar, no solo por España sino también por el extranjero, de donde traía cosas que me resultaban harto llamativas, cuando no exóticas. Conforme fui creciendo y sabiendo más sobre él pude constatar que, en efecto, su faceta de viajero era notable. No se trataba de viajes de aventura y exploración, ni generalmente tampoco de ocio, sino relacionados con su quehacer intelectual. No obstante, dada su insaciable curiosidad, siempre aprovechaba el tiempo al máximo y encontraba huecos para recorrer con cierto detalle los lugares a los que viajaba, y también para entablar relación con sus habitantes —algo fundamental para él—.

Quizá algunos piensen que los viajes fueron un aspecto anecdótico en la longeva y fecunda vida de Julián Marías —cuyas líneas maestras quedan expuestas en sus propias memorias, Una vida presente (Madrid, Alianza Editorial, 1988-1989, 3 vols.), o en la obra de su discípulo Helio Carpintero, Julián Marías. Una vida en la verdad (Madrid, Biblioteca Nueva, 2008)—; pero yo, que la conozco bastante bien, considero que son de suma trascendencia. No puedo extenderme en ello ahora, pero dicho queda. Permítaseme tan solo una breve cita suya para corroborarlo: «Siento avidez por ver el mundo, por saturarme de realidad. Cada vez estoy menos dispuesto a cambiar las cosas por sus nombres. Entendámonos: los nombres son maravillosos; pero lo son como conjuros, como fórmulas de encantamiento que sirven para evocar las realidades, para hacerlas presentarse ante nosotros. No quiero contentarme con los nombres o poco más, con las pobres y toscas nociones que se adhieren a ellos y suplantan aquello que nombran. Por eso, cada vez que pongo los ojos larga, morosamente en un trozo del mundo, como cuando logro ver, por fuera y por dentro, a una persona individual, siento un enriquecimiento, un henchimiento, una agradecida felicidad»1.

Si podemos saber y leer acerca de muchos de sus viajes es fundamentalmente porque escribió sobre de ellos, lo cual se explica por una doble necesidad vital: obtener algunos ingresos, importante sin duda para quien nunca tuvo un sueldo y, no menos importante, ejercitar una sincera vocación intelectual; en este punto creo que es oportuno traer a colación las siguientes palabras de mi abuelo, que permiten entender lo que para él significaba el hecho de escribir: «[…] cuando yo tengo que contestar a la pregunta, ¿qué es usted?, pongo: escritor. Y en mi pasaporte o en mi documento de identidad pone: “escritor”. Es decir, que a última hora, lo que yo verdaderamente soy —y esto significa lo que quiero ser— es escritor. […] El escritor no es el hombre que escribe, el escritor es el hombre que no es más que escribiendo. Quiero decir, es el hombre que para ser, para ser quien es, necesita escribir»2.

Ahora supongo que ya se entiende mejor que, puesto que Julián Marías viajó mucho, también escribiera bastante sobre sus viajes. En relación estrecha con ellos, y por mencionar solo las publicaciones en forma de libros, aparecieron Juventud en el mundo antiguo (1934), Los Estados Unidos en escorzo (1956), Nuestra Andalucía (1966), Consideración de Cataluña (1966), Análisis de los Estados Unidos (1968), Israel: una resurrección (1968), Sobre Hispanoamérica (1973) y Ciudades (1983), además de la obra que ahora se reedita en La Línea del Horizonte, Imagen de la India (1961).

Los textos que componen este pequeño gran libro —si se me permite la expresión— vieron la luz originariamente en forma de artículos, algunos en inglés en América, pero sobre todo en España: once «terceras» del diario ABC aparecidas varios meses después de haber efectuado su viaje, en concreto entre el siete de octubre de 1959 y el 8 de enero de 1960. Un año después fueron reunidas con algunas fotografías del autor en un libro publicado por la Revista de Occidente que llevaba por título Imagen de la India, el mismo que genéricamente encabezaba la mencionada serie de artículos. En 1969 Imagen de la India fue reeditado por Alianza Editorial junto con otro libro de Julián Marías, Israel: una resurrección. Al año siguiente formó parte del tomo VIII de sus «Obras», editadas por la Revista de Occidente, que volvió a reeditarlo (junto a la monografía sobre Israel) en 1973 dentro de la colección «El Alción». Se trata, pues, de un libro que se encuentra en la actualidad fuera del mercado, al que tan solo es posible acceder a través de bibliotecas y librerías de viejo. Un libro que, pese a su modestia, creo que ofrece al lector mucho más de lo que cabría esperar de un viaje efectuado en poco tiempo y por motivos profesionales por un país de gigantescas proporciones (hoy día de más de tres millones de kilómetros cuadrados) además de muy diverso.

El viaje a la India de Julián Marías tuvo lugar en el verano de 1959, cuando contaba con cuarenta y cinco años; estaba casado, tenía cuatro hijos y había publicado una veintena de libros. Habían transcurrido veinte años desde el final de la Guerra Civil española, su paso por las cárceles franquistas, su firme renuncia a participar de ningún modo de la vida oficial de la Dictadura y el comienzo de su exilio del Estado, aunque no de la sociedad española. Hacía tan solo ocho años que tenía permitido escribir en la prensa, que había podido por fin doctorarse —tras haber vuelto a presentar su tesis, escandalosamente suspendida en 1942— y ser profesor universitario en los Estados Unidos. No hacía ni cuatro años de la muerte de Ortega y Gasset, que le había causado un gran dolor, y motivado a escribir una obra sobre él, en cuyo proceso de redacción se encontraba completamente inmerso (Ortega I. Circunstancia y vocación vería la luz en 1960).

La duración del viaje no llegó ni siquiera a un mes, y el motivo de su realización fue de índole profesional, intelectual: asistir a una reunión organizada por el Instituto Internacional de Filosofía que iba a celebrarse en la ciudad Mysore, en aquel entonces capital del estado indio homónimo (actualmente y desde 1973 en el estado de Karnataka, cuya capital es Bangalore). El itinerario seguido, grosso modo, fue el siguiente: Bombay (o Mumbai, en la costa occidental del país), Bangalore (al sur), Mysore (al suroeste), Madrás (o Chennai, en el litoral suroriental), Calcuta (en el este de la India, en el delta del Ganges), Delhi (al norte), Agra (también al norte, y famosa, por ejemplo, por el Taj Mahal), y regreso a Bombay. Ahora bien, aunque los hitos principales fueron ciudades, también se asoma el autor en su obra al campo de la India. Una India que ya no dependía —al menos oficialmente— del dominio británico y que se había constituido como nación independiente hacía una docena de años, los mismos que llevaba existiendo el Estado de Pakistán, de mayoría musulmana y belicosa vecindad; una India que, por aquel entonces, era ya una República secular y democrática, presidida por el político hindú Jawaharlal Nehru, responsable de profundas reformas y transformaciones en el país.

A modo de síntesis y de breve presentación sobre la India, rescato algunos fragmentos de un artículo de prensa publicado por mi abuelo tras haber transcurrido un cuarto de siglo desde su estancia en ella: «La India es inmensa, casi siete veces mayor que España en extensión, con una población siempre creciente […].