Irremplazables - Sebastian Tonda - E-Book

Irremplazables E-Book

Sebastian Tonda

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Beschreibung

Tenemos las herramientas para construir un mundo mejor, pero un gran enemigo: la voraz velocidad de nuestros días. La hiperproducción enloquecida. Todo tiene que ser rápido, efectivo y generar el máximo de ganancias. Pero ¿por qué estamos bajo el influjo de ese ritmo trepidante? ¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde podríamos ir? ¿Qué tenemos que cambiar? Las preguntas brotan mientras los algoritmos mejoran, la tecnología gana terreno sin que podamos alcanzarla, la inteligencia artificial evoluciona y el poder económico se concentra. Sin lugar a dudas, estamos en un punto de inflexión, y en una carrera a contrarreloj. La inteligencia artificial, por su parte, está atravesada por nuevos dilemas éticos. Este libro se detiene todos estos aspectos, y propone. Observa a la sociedad, cómo estamos parados frente a este momento paradigmático para el planeta. Aquí hay escenarios que ya suceden, sin que quizás lo sepamos, y se imaginan otros que podrían suceder, buenos y malos. ¿Cuál es la diferencia entre un fututo distópico y utópico? ¿De qué somos capaces?

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IRREMPLAZABLES

CÓMO SOBREVIVIRA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

COLECCIÓN ENSAYO

IRREMPLAZABLES

CÓMO SOBREVIVIRA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Primera edición,2023

D.R.© Sebastián Tonda

Director de la colección: Emiliano Becerril Silva

Cuidado editorial: Karla Esparza

Corrección: Jimena Maralda

Portada: Leon Muñoz-Midjourney

Formación: Lucero Elizabeth Vázquez Téllez

D.R.©2023, Elefanta del Sur,[email protected]@ElefantaEditorelefanta_editorial

ISBN LIBRO IMPRESO: 978-607-8749-84-3ISBN EBOOK: 978-607-8749-85-0

Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de los editores.

IRREMPLAZABLES

CÓMO SOBREVIVIR

A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

SEBASTIÁN TONDA

ÍNDICE

Palabras preliminares

El poder de la imaginación

El futuro del lenguaje

El futuro del consumo

El futuro del entretenimiento

El futuro del dinero

El futuro de la alimentación

El futuro de la salud

El futuro del cuerpo

El futuro de la mente

El futuro de la muerte

El futuro de la educación

El futuro del trabajo

La conciencia en la era de la Inteligencia Artificial

Un lirio en el lago

Irremplazables

Epílogo

Referencias

Agradecimientos

Para Mar por inspirarme a vivir con propósitoy para Alejandra por acompañarme.

PALABRAS PRELIMINARES

SE TRATÓ DE UN HECHO CATEGÓRICO: A PARTIR DE LOSestragos derivados de la pandemia se volvieron evidentes muchas de las contradicciones en las que vivimos los seres humanos. Por lo que a mí respecta, cuestionó profundamente los cimientos de lo que yo consideraba prioritario y daba un sentido pleno a mi vida.

Hace unos años busqué una forma didáctica de enseñarle a Mar, mi hija, lo que pasaba en su mente cuando se enojaba. Llené un frasco transparente con agua y brillantina, lo tapé, agité con fuerza y le pedí que mirara a través del frasco y me describiera lo que estaba viendo.

—Sólo puedo ver la brillantina moviéndose, papá—dijo, mientras seguía mis instrucciones.

—El frasco es como tu mente, Mar. Cuando te enojas, se agita y es imposible ver con claridad —le dije.

Tomé el bote y lo puse en la mesa; esperamos a que la brillantina se asentara en el fondo y permitiera ver con nitidez a través de él.

—Cuando estés enojada, toma este bote y agítalo con fuerza, luego observa cómo poco a poco se va asentando la brillantina, y respira profundo mientras lo haces. Después observa con detenimiento tus emociones y expresa lo que te pasa con la misma transparencia que ves en el bote.

Ha sido terrible constatar el sufrimiento que generó la pandemia a tantos seres humanos, pero también nos ha permitido distinguir los contornos de las cosas con mayor lucidez. De pronto parecía como si el mundo entero fuera el bote de brillantina de Mar y alguien lo hubiera dejado de agitar: de manera inevitable, todo fue asentándose poco a poco. Tengo la fortuna de haber visto parar el mundo por un momento, de estar sano y en una situación privilegiada que me dio la oportunidad de observar con algo de perspectiva.

Empecé este libro en enero de 2021, después de que, durante todo el 2020, dediqué la mayor parte de mis días a mi trabajo comoCEOde un grupo de publicidad internacional en México. Me pasaba los días frustrado por ver a tanta gente sufrir y no dedicarle toda mi energía a ayudar, sino a garantizar que la compañía donde trabajaba protegiera sus resultados de negocio. Así pasé unos meses, con días larguísimos, pegado a una pantalla, brincando de reunión en reunión: la mayoría para encontrar cómo recortar más costos y algunas otras para participar en distintas iniciativas que intentaban frenar el contagio o asistir a la gente afectada por la pandemia y la crisis económica que desató. El contraste era grotesco. Me costaba mucho trabajo estar en mi casa, en la misma mesa en la que presentaba, durante cuarenta y cinco minutos, resultados financieros y las medidas que tomaríamos para seguir garantizando el negocio, que inevitablemente incluían más despidos; para después meterme a una reunión en la que intentábamos crear iniciativas que ayudaran a las personas afectadas por la pandemia y la crisis económica.

Al mismo tiempo veía todo lo que me perdía por no poder compartir más tiempo con mi familia. Acababa los días de mal humor y sintiéndome incongruente. A veces avanzaban los proyectos para ayudar, y el sentimientomejoraba un poco, pero sabía que nunca eran suficientes y me apartaban aún más de mi familia. Era una sensación parecida a cuando hablas un idioma mucho tiempo y luego sueñas en ese idioma; yo empecé a soñar en Zoom: mi vida era una videollamada interminable.

Durante ese período leí con avidez, combinando libros sobre la evolución de nuestro sistema económico junto con obras de filosofía y espiritualidad. Trataba de entender cómo habíamos llegado los seres humanos hasta este punto, intentando encontrar caminos alternativos de cara al futuro. Empecé a cambiar el estrés y la tensión por el interés y la pasión. Eso me llenó de una nueva energía, pero también fue haciendo cada vez más evidente e irreconciliable la incongruencia entre mi hacer y mi ser.

El año siguió avanzando y la situación en el trabajo se fue tornando cada vez más difícil. Las exigencias de la compañía se endurecieron al punto que los reportes se volvieron conversaciones casi ficticias, alejándose cada vez más de la realidad en busca de escenarios que garantizaran los resultados de negocio. La creatividad financiera había llegado a su límite y nos avisaron que tendríamos que achicarnos todavía más. Se haría una reestructura de las posiciones de liderazgo y me adelantaron que la mía desaparecería. Sentí un alivio cuando escuché esto, pero después me ofrecieron que me quedara en la compañía para asumir una de las nuevas direcciones ejecutivas que estaban por crearse. Mi deber ser, sentido de responsabilidad y ego atacaron de inmediato sugiriéndome considerar la oferta. Pedí la oportunidad de trabajar en una estrategia para entender lo que significaría cumplir las metas de esta nueva posición. Durante unas semanas trabajé el plan y, aunque el reto era enorme y la responsabilidad atractiva, entre más avanzaba, más evidente se hacía que la incongruencia semultiplicaría, cuando menos a la par de mi salario. Presenté la estrategia y sugerí que le dieran la oportunidad a alguien que pudiera comprometerse con el proyecto a mediano plazo; yo ya no podía hacerlo más.

El 15 de diciembre del 2020 amanecí desempleado y, por coincidencias de la vida, ese mismo día entregué la presidencia del consejo de la asociación del gremio de la comunicación comercial, que había dirigido por los últimos tres años. Después de once años de haber fundado una agencia y haber construido una exitosa carrera en la industria, me desperté al día siguiente enormemente agradecido con todos los que fueron parte de Flock, la agencia que fundé años atrás; con el grupo que nos adquirió y creyó en nosotros, con la industria y, sobre todo, con la vida, por darme la oportunidad de volver a empezar. Pero también con el vértigo propio de los inicios.

Al salir de mi empleo firmé un contrato de exclusividad que me impidió trabajar en publicidad durante dos años, lo cual me obligó a no retomar mi carrera, al menos hasta el 2023. Todo se alineó para evidenciar que debía hacer un espacio para reflexionar. Decidí darme un “sabático”, para escribir y dar conferencias. He aquí el resultado.

Este libro no tiene ninguna pretensión académica y mucho menos la de promover una verdad unívoca. Es el relato de una búsqueda personal para integrar lo que hago con lo que soy, una reflexión de cómo puedo poner mi experiencia de emprendedor, mercadólogo y publicista al servicio de los seres humanos en un momento decisivo para el futuro de nuestra especie y nuestro planeta. El libro se divide en dos partes: la primera un relato de cómo la tecnología cambiará nuestras vidas en las próximas décadas; la segunda, una reflexión de por qué esta transformación estresa la necesidad de encontrar un nuevo sentido a nuestra existencia más allá delhacer y cómo ponerlo en práctica en nuestras vidas, sobre todo en nuestras organizaciones.

La búsqueda ha rendido frutos y mi “sabático” se ha transformado en un “lunático”. He decidido fundar dos nuevas empresas para materializar lasconclusiones que aquí comparto. Me parece la elección congruente. Sé que el mundo se cambia poniendo en práctica lo que nos imaginamos para mejorarlo. Además, lo hago con la firme convicción de que estos proyectos puedan sumar a muchas personas, y darles la oportunidad de conciliar la necesidad y la congruencia, pero también para inspirar a muchas otras organizaciones a tomar un camino más responsable.

EL PODERDE LA IMAGINACIÓN

Las utopías van a volverporque tenemos que imaginarcómo salvar el mundo.

Margaret Atwood

NUESTRO CEREBRO HA IDO EVOLUCIONANDO POR CAPASy su más reciente adición a este proceso evolutivo es el lóbulo prefrontal, que nos ha dotado, entre otras, la capacidad de poder viajar en el tiempo con nuestros pensamientos y proyectar el futuro.

Antes de que existieran los electroencefalogramas o la resonancia magnética aprendíamos muy lentamente sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, pues invadirlo mientras funcionaba, significaba matar al objeto de estudio. Fue hasta que un hombre sobrevivió a un accidente en el que una varilla le atravesó la frente y, por lo tanto, parte del lóbulo prefrontal, que entendimos cuál era su función. Dicho hombre aparentaba estar sano, pues no se había dañado su capacidad de comunicarse, su memoria operaba perfectamente y recordaba su vida. No obstante, cuando le preguntaban qué haría por la tarde, era incapaz de responder la pregunta. Había perdido la capacidad de planear, desde la ruta al supermercado hasta su encuentro imaginario con la mujer de la que podría enamorarse. Visualizar una situación en nuestra mente nos permite imaginar sus múltiples posibilidades, y de hacer planes. Podríamos decir que, el hombre del accidente, vio afectada su capacidad de planear y su facultad de concebir una realidad diferente, es decir, la de idear.

Desde luego, no está mal pensar en la posibilidad de apagar de vez en cuando nuestra obsesión con planear: los miedos, los deseos y frustraciones que nacen de ella; pero, por otro lado, ¡qué castigo sería no poder inventar una realidad distinta a la que vivimos! La posibilidad de planear e inventar una realidad alternativa, aunada a nuestra capacidad de colaborar masivamente en torno a objetivos comunes, explica mucho por qué nos comportamos tan diferente a las demás especies y por qué hemos sido capaces de crear arte, civilizaciones, sistemas económicos y políticos, religiones, ciencia y, evidentemente, tecnología.

El ciclo que atraviesa una idea para materializarse es apasionante. Nuestros ancestros, como nosotros, observaban las aves volar y se imaginaban una realidad en la que ellos mismos podrían hacerlo. Después, empezaron a crear narrativas en las que los hombres podíamos volar, leyendas, relatos mitológicos e incluso dioses que se representaban con ese poder. Las historias son una fase crítica en la realización de una idea porque nos ayudan a popularizar la fantasía y a compartir formas con las que posiblemente se pueda llevar a cabo.

Y, una vez que la idea está afianzada en la ficción, inicia la siguiente etapa. Alguien decide intentar volverla realidad. Define un prototipo imaginando cómo podría funcionar y lo pone a prueba.

Intentar volar hace siglos, como podrán imaginar, era prácticamente suicida. Tal vez por eso el emperadorGao Yang, obsesionado con el tema, decidió construir cometas lo suficientemente fuertes como para aguantar el peso de una persona y obligar a sus prisioneros a que los probasen. El primer hombre que voló por algunos segundos fue premiado con su libertad.

Difícilmente una idea es materializada al primer intento, pero éste sin duda es significativo, ya que puede inaugurar miles de caminos distintos que intentan materializarla. La transformación de nuestra realidad, comienza con una idea. Y cuando alguien intenta consumarla, otros replican el ejemplo, hasta que se logra.

Fue Abbás Firnás, quien, en el año 875, a sus 65 años, inventó y construyó una especie de ala delta con las que logró volar por diez segundos, para finalmente aterrizar rompiéndose las piernas.

Hubo un sinfín de intentos. Eventualmente llegó el globo aerostático y, en 1903, los hermanos Wright lograron el primer vuelo de un aeroplano y patentaron el diseño. Una hazaña increíble, después de perfeccionarla durante algunos años, encontraron la solución para que todos pudiéramos volar. El primer vuelo comercial despegó en 1914 y, con él, la industria a través de la cual muchos seres humanos hemos logrado volar y cambiar nuestra concepción del mundo, la cultura, el turismo, el comercio, etcétera.

Desde la primera vez que alguien intentó volar hasta que nació el invento capaz de hacer que todos lo lográramos, pasaron más de mil años. No obstante, mientras la tecnología evoluciona, cada vez se acorta más el tiempo que pasa entre la primera vez que alguien intenta materializar una idea y esta se vuelve tangible para el resto.

Aun cuando en el transcurso de nuestras propias vidas hemos visto transformaciones dramáticas debido a este fenómeno, nos cuesta pensar que nuestro futuro será muy diferente al presente. Hemos construido unaespecie de negación para protegernos de la incertidumbre y la ansiedad que provoca el cambio constante.

La tecnología avanza exponencialmente. Ya lo hemos escuchado miles de veces y lo entendemos en un nivel racional. Sin embargo, para interiorizarlo, hace falta una explicación más didáctica. Esto sucede porque en nuestra vida no presenciamos muchos fenómenos que crezcan de manera exponencial. Nos pensamos como seres lineales: nuestras horas duran sesenta minutos, veinticuatro horas nuestros días, siete días las semanas y cincuenta y dos semanas los años. Nacemos, somos niños o niñas, vamos a la escuela, elegimos nuestra carrera, nos graduamos, trabajamos, formamos una familia, envejecemos y morimos.

Los mejores ejemplos que he escuchado para tratar de comprender el crecimiento exponencial de la tecnología se los escuché a Salim Ismail, autor del libroOrganizaciones exponencialesy exCEOde Singularity University.Si caminas 30 pasos, linealmente recorres una distancia de 30 metros, si lo haces exponencialmente —es decir, 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024, 2048…—, le darías 26 vueltas a la Tierra.

El fundador de Intel y autor de la ley de Moore subraya un fenómeno muy interesante. La capacidad de cálculos por segundo que puede hacer una computadora promedio se ha ido duplicando anualmente y bajando su costo a la mitad, sin importar la tecnología en la que está basada: tarjetas perforadas, bulbos, transistores, chips. Esto no se ha visto afectado por ningún fenómeno sociopolítico e incluso ha continuado a pesar de las guerras mundiales. Es más, en los últimos años se ha democratizado el uso de tecnologías que hace apenas algunas décadas no existían o eran accesibles solo para los más privilegiados o poderosos, al mismo tiempo que han aumentado su capacidad. Por ejemplo, según Statista, en 2013 solo el36.8% de la población mundial tenía acceso a teléfonos inteligentes, mientras que en 2023 la penetración ha aumentado al 85.82%, a pesar de que la capacidad del teléfono inteligente promedio en el mercado ha aumentado 1500% en el mismo período. Esta realidad se repite en todas las tecnologías cuyo crecimiento depende del poder de cómputo. En las próximas décadas veremos cómo la penetración se acelerará en cientos de tecnologías que impactarán la vida de miles de millones de personas en diversos aspectos que detallaremos en este libro.

Pensar un poco en la evolución y el futuro de la movilidad podría servir de ejemplo. El fenómeno de la aviación duró cientos de años. En cambio, hoy las transformaciones en torno al transporte avanzan vertiginosamente. La primera vez que se logró fabricar un auto que se manejara solito fue en el año 2005, cuando un equipo de la Universidad de Stanford ganó elDARPAGrand Challenge, con su tecnología Lidar. En 2017, Tesla anunció una actualización de software a todos sus usuarios, a través de la cual su auto pasó, de un día al otro, a tener una capacidad de autonomía de 30%. Y desde finales del 2021 tienen una autonomía cercana al 100%. Además de Tesla, a quien ya me referí, en noviembre de 2021 Apple anunció que planea lanzar un vehículo autónomo para 2025. En San Francisco ya es posible tomar un taxi autónomo de la empresa Waymo, y Baidu ofrece el mismo servicio en Pekín. Con esto se comprueba que el ciclo desde la primera vez que se logró algo hasta el momento en que se pone a disposición de todos, como un producto o servicio, se recortó a 15 años, en el caso específico de los vehículos autónomos.

Muchos escépticos opinan que, por más que la tecnología esté lista para vender coches autónomos, la complejidad de su implementación masiva y sobre todo las barreras de la regulación harán imposible que se vuelva21 un producto disponible y masivo en el corto plazo. Es posible que tengan razón, pero el avance tecnológico no se detiene.

A esta situación hay que sumarle la crisis ambiental en la que nos encontramos. Resulta urgente reducir la cantidad deCO2que emitimos. La tendencia a sustituir nuestros medios de transporte por vehículos eléctricos o incluso sin motor, como la bicicleta, es una realidad desde hace tiempo. Según un estudio de Bloomberg Finance, se estima que el 58% de los autos vendidos en el 2040 serán eléctricos. En su momento, Portugal anunció que, a partir del 2035, prohibirá la venta de automóviles a gasolina. Muchos otros países lo harán en los siguientes años. Sin embargo, la verdadera cuestión es ¿qué tanto habrán cambiado nuestras necesidades de movilidad y con ellas la oferta de vehículos alternativos?

Hemos desarrollado un sistema de transporte centrado en el auto. El avión, los trenes y los autobuses complementan el modelo como alternativas para viajes más largos. La tecnología los ha vuelto mejores y más accesibles y eso ha democratizado su uso. Sin embargo, viajar en un auto de hace treinta años a uno de hoy, sigue siendo en esencia muy parecido y sé que los amantes de los coches están a punto de aventar el libro en este momento, pero seamos realistas, aunque más veloces, más lujosos, menos contaminantes, más inteligentes, mucho más seguros, e incluso autónomos, los autos siguen siendo habitáculos que se trasladan del punto A al punto B. Los aviones y los trenes han cambiado aún menos.

El futuro de la movilidad es un hecho, ya no se centrará en el auto. La verdadera transformación en la manera en la que nos transportamos vendrá de un sistema operativo que funcionará como el cerebro central al que se conectarán todos los distintos tipos de transportes.Un gran número de sensores en las calles, más innovadores vehículos eléctricos y autónomos tanto terrestres como aéreos y acuáticos formaran parte de esta misma red, que operará y optimizará la transportación para miles de millones de usuarios.

La ciudad de San Diego, California, ha iniciado un proceso de transformación para volver este proyecto realidad en los próximos años. La metrópoli ha redefinido las vías de transporte e integrado una enorme red de sensores conectados a una flota de vehículos eléctricos, y paulatinamente autónomos, que permitirán muchas más opciones para distintos tipos de necesidades de movilidad. Todo esto controlado por un sistema operativo que llamarán Next-OS y funcionará como el cerebro central de todas las alternativas de movilidad.

Una gran cantidad de opciones que nos permitirán transportarnos de forma más rápida, eficiente y a distancias mucho mayores de las que podemos recorrer hoy nos darán la oportunidad de ampliar el territorio de nuestra vida diaria. En contraste, la frecuencia con la que nos transportaremos bajará significativamente porque un porcentaje importante de las actividades cotidianas, como la mayoría de las actividades del trabajo, la escuela y las compras, habrán migrado al mundo digital.

¿Cómo será transportarnos dentro de unas décadas y qué implicaciones tendrá en nuestra vida esta transformación? Imaginemos que estamos en el 2040 y la posibilidad de recorrer largas distancias a través distintos tipos de transportes autónomos y eléctricos conectados a la red de transportación es ya una realidad y, por lo tanto, nuestras casas podrán estar a más de doscientos kilómetros de distancia de la ciudad más próxima sin afectar nuestra vida social ni profesional. A través de unaappestilo Uber sumará todos los servicios y tipos de transporte disponibles que sean parte de esta enorme red, y accederemos a combinaciones que nos permitirán recorrer esos doscientos kilómetros en aproximadamente 30 minutos. Podríamos abordar una especie descootereléctrico y autónomo, para ir alhubde movilidad donde podríamos acceder a vehículos de alta velocidad tanto terrestres como aéreos como el Hyperloop, una cápsula que recorre un túnel a novecientos kilómetros por hora, o unhelidroneautónomo si lo que queremos es cubrir distancias de hasta 50 kilómetros. Seguramente has escuchado de The Boring Company de Elon Musk y Virgin Hyperloop de Richard Branson, ambas compañías que realizan pruebas en Las Vegas proyectan estar operando a finales de esta década. Por su parte, los helidrones que suenan todavía más a película de ciencia ficción pueden llegar aún más pronto, Volocopter planea lanzar sus operaciones durante las Olimpiadas de París en 2024 y es muy probable que el mismo año otra compañía inicie operaciones de estos vehículos entre el aeropuertoJFKde Nueva York y la ciudad de Manhattan.

El futuro de la transportación puede traer cambios importantes en distintos aspectos de nuestras vidas ya que las alternativas nos permitirán redefinir dónde vivimos, con quién nos relacionamos, cuántas y qué tipo de actividades llevamos a cabo a diario, qué, cómo y dónde compramos, cada cuánto, a dónde y con quién viajamos, cuánto riesgo asumimos a diario para poder llevar a cabo nuestras actividades. A nivel colectivo, el reto de transportar eficientemente nueve billones de personas para el 2050 es enorme y será necesaria una transformación al menos de este tamaño, para poder lograrlo sin comprometer la salud de nuestro planeta.

Más allá del futuro de la transportación, para saber qué le depara a la tecnología y su tránsito hasta nuestras vidas podemos citar la ley de Moore, que proyecta que lacapacidad de cómputo por segundo que podremos obtener por aproximadamente mil dólares en los próximos años excederá la capacidad de cálculos por segundo que puede llevar a cabo el cerebro humano. ¿Cómo serán nuestras vidas cuando, por primera vez en la historia de la humanidad, convivamos con una inteligencia mayor a la nuestra? ¿Qué aspectos de nuestras vidas transformarán las nuevas tecnologías en las siguientes décadas?

La capacidad de inventar una realidad distinta nos define como seres humanos; la tecnología a la que tendremos acceso nos dará la oportunidad de materializar casi cualquier idea en un tiempo récord.

El poder de las ideas nunca había sido tan potente. ¿Cómo éstas cambiarán nuestras vidas en los siguientes veinte años? Hemos demostrado con creces que tener el poder de crear nuestra propia realidad no siempre ha tenido resultados benéficos para la humanidad.

EL FUTURO DEL LENGUAJE

FUI A IGUAZÚ A DAR UNA CONFERENCIA PARA MÁS O MEnos setecientas personas. Comencé a hablar de algunas aplicaciones de la Inteligencia Artificial (IA)que pueden cambiar nuestras vidas en los próximos años. En el fondo de la sala, dentro de una cabina para aislar el ruido, dos personas traducían al portugués y al inglés, respectivamente. De pronto, presenté el video de una tecnología desarrollada por Microsoft para Skype que puede traducir una conversación en tiempo real. En el video, una mujer y un hombre están en una videollamada, ella habla en inglés y el hombre la escucha en alemán, y viceversa. Cuando el video terminó, me dirigí a la audiencia y les pregunté: “Más allá de poder hablar con cualquier persona que hable otro idioma, ¿se imaginan la cantidad de aplicaciones que puede tener esta tecnología?”. Me quedé callado un momento para que lo reflexionaran. De pronto noté algo extraño, algunos asistentes con audífonos estaban volteando al fondo de la sala. Los demás no entendíamos qué era lo que estaba pasando. Miramos en la misma dirección con curiosidad, y vimos cómo el traductor dejaba la cabina, enojado, murmurando algo que yo desde el escenario no alcancé a entender. El traductor salió de la sala azotando la puerta y abandonó el lugar.

Después de un silencio incómodo reanudé la conferencia. En la sección de preguntas, una persona del público tomó el micrófono para explicar que, cuando yo había preguntado por otras aplicaciones para esa tecnología, el traductor había dicho:This shit will fucking replace me(esta mierda me va a reemplazar).

Entiendo su enojo, dijo el hombre que nos relataba lo que había sucedido, imagínate llevar toda tu vida aprendiendo y perfeccionando idiomas y, de un momento a otro, darte cuenta de que estás a punto de ser obsoleto, que serás reemplazado.

Esta y muchas otras tecnologías, como los auriculares que traducen en tiempo real, ya están disponibles. En los siguientes años irán mejorando hasta convertirse en una tecnología ubicua e integrada a todas nuestras interfaces tecnológicas. Sin embargo, no somos realmente concientes de las transformaciones que esto puede conllevar.

Nunca, en la historia de la humanidad, ha sido posible que los seres humanos nos comuniquemos con todos los demás. Salvando las variantes de acceso a la tecnología, la barrera del lenguaje podrá romperse, y con ella los obstáculos para el aprendizaje, la colaboración, la innovación, las relaciones humanas, los mercados, la literatura, la filosofía, la soberanía, la economía, el empleo y una la lista que podría seguir durante páginas. Y si los idiomas o los lenguajes son seres en constante evolución orgánica, ¿cómo evolucionarán al estar interactuando y retroalimentándose de laIA?

En su libroHomo Deus, Yuval Harari dice que, aunque los dioses egipcios no hayan existido, sin la narrativa creada por esa religión nunca se hubiera generado la colaboración masiva necesaria para construir las pirámides de Egipto. La posibilidad de la colaboración humana postidiomas no tiene precedentes. ¿Cómo podemos aprovecharla?

Más allá de la traducción, laIAtambién ya aprendió a escribir. Muchas de las notas que leemos sobre deportes y noticias de negocios, es decir, notas fácticas e informativas son escritas por softwares.

En el 2016, el relatoEl día en que una computadora escribió una novela, creada en colaboración entre unaIAy un equipo de la Universidad del Futuro de Hakodate, Japón, logró pasar la primera fase en el concurso literario Nikkei Hoshi Shinichi. Los jueces dijeron que, aunque la estructura no era mala, los personajes no habían sido desarrollados con suficiente profundidad. Menos mal. Y en 2017, la editorial china Cheer Publishing publicó un libro de 139 poemas escritos enteramente por el software Microsoft Little Ice.

Independientemente de cuánto falte para que la obra de unaIAgane un premio literario, lo que es un hecho es que la tecnología está aprendiendo a usar nuestro lenguaje, y no va a detenerse. Eso quiere decir que la colaboración entre personas y tecnología también aumentará, porque poco a poco la capacitación necesaria para usar estas herramientas irá disminuyendo. Si la tecnología habla nuestro lenguaje, ya no es necesario aprender a hablar el de la tecnología para poder comunicarnos con ella. OpenAI, un laboratorio establecido en San Francisco dedicado a la investigación de laIA, lanzóGPT3, un modelo de lenguaje que ha ido evolucionando a través del aprendizaje profundo automatizado, incorporando cada vez más parámetros.

La tercera versión de este modelo no sólo era capaz de producir textos de manera tan autónoma que cualquiera pensaría que están escritos por una persona, sino que también traduce nuestro lenguaje a código de programación. Varios programadores comenzaron a hacer experimentos con esta capacidad y a compartir sus resultados en las redes sociales. Sharif Shameem lo utilizó para crear una interfaz en la que tú describes con palabras las características que te gustaría programar en tu sitio web y laIAlo traduce a código: “Ponle un botón que sea del color del pelo de Donald Trump”, le indicó Sharif, y de manera autónoma la herramienta programó un botón con dichas características.

Durante el tiempo en que se ha desarrollado este libro, OpenAIlanzó su cuarta versión deGPTy, ante los ojos asombrados del mundo, numerosos empresarios y expertos firmaron una carta pidiendo una pausa de algunos meses al desarrollo de laIA. Esto es ya un indicador de que existe un temor real a gran escala de los alcances que puede tener en nuestras vidas.

Al navegar por internet, la escritora Jane Friedman, 30 autora reconocida por un amplio público, vio un libro “escrito” por ella. Extrañada, comenzó a averiguar y cayó en cuenta de que lo que estaba ante sus ojos era el producto de laIA. Un libro fraude. Alguien había generado una réplica de su trabajo, con su estilo, temas, fondo y forma, le había colocado su nombre, el de Jane Friedman, y lo había puesto a la venta en internet. Jane Friedman buscó más, y descubrió que no era el único título, había más, toda una serie de falsos libros supuestamente escritos por ella. Los vendían en Amazon. Aparecían en Goodreads. En un colmo irónico, el contenido de los libros falsos ofrecía estrategias prácticas para escritores, tips y técnicas para acelerar su publicación y obtener ganancias. Jane Friedman mandó una queja a Amazon, y la compañía le respondió que no podía retirar los falsos libros porque ella, Jane Friedman, no tenía registrado su propio nombre como marca. Goodreadstampoco corrigió nada. Finalmente, la autora, que cuenta con buen número de seguidores en redes, decidió hacerlo público. Eventualmente, en agosto del 2023, Amazon retiró los títulos. Y probablemente en este momento han de existir muchos títulos fraudulentos, una nueva obra de Arthur Conan Doyle, con un Sherlock Holmes nuevo, o un cuentito de Dostoievski. Sólo un experto podría descubrirlos, y para entonces el dinero ya corrió.

Uno de los aspectos que más debería llamarnos la atención es, precisamente, que estamos en un punto en el cual se está rompiendo la barrera de lenguaje no sólo entre las personas, sino también en lenguajes especializados, como el de la programación. ¿Qué pasa si gracias a esta tecología cualquier persona que sepa escribir pueda programar? ¿Qué seremos capaces de lograr gracias a esa nueva forma de traducción?

Si bien laIAtodavía no puede crear una novela en donde logre profundizar en, quizá, la psicología o las emociones de los personajes con la complejidad con la cual lo haría una persona,GPT4tiene un alto nivel de aprendizaje. Esto no es nada raro: su conocimiento proviene de millones de textos escritos por personas y, en esa medida, si hay experiencias exclusivas de la humanidad descritas en algún sitio, es posible para lasIAreplicarlas luego. La huelga de escritores en Hollywood de 2023 tiene como uno de los aspectos centrales el reclamo de los guionistas por la proliferación de herramientas deIAque pueden reemplazarlos en su tarea, poniendo en duda el valor de su profesión. Desde mi punto de vista, el talento de los guionistas aún no puede ser reemplazado por las herramientas deIAdisponibles, pero ciertamente puede cambiar por completo su labor, ya que la colaboración con estas tencnologías puede potencializar la capacidad y la eficiencia con la que estos escritorestrabajan. Más allá de mi opinión, queda claro que el impacto de laIAen el lenguaje y todas las profesiones que de él dependen es una realidad.

De igual manera, OpenAIha generado una herramienta llamadaDALL·Eque permite “traducir” texto en imágenes. Esto significa que laIA