La actuación orgánica en el teatro - Gonzalo Meza Guzmán - E-Book

La actuación orgánica en el teatro E-Book

Gonzalo Meza Guzmán

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Beschreibung

Uno de los modelos del teatro occidental es el llamado "teatro de la vivencia" que se centra en la experiencia subjetiva del actor o la actriz y busca que la actuación sea orgánica y efectiva en la creación de personajes.  La actuación orgánica en el teatro se enfoca en esta corriente y explora sus tres principales dimensiones: la psicológica, la sociológica y la fisiológica.   El autor propone una serie de ejercicios para desarrollar y perfeccionar los procesos actorales, haciendo posible representaciones más poderosas y auténticas. Explora las diversas maneras de construir personajes yendo más allá de la mera memorización de textos y gestos para adentrarse en el conocimiento profundo de las motivaciones y complejidades de cada creación. 

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La actuación orgánica en el teatro

La actuación orgánica en el teatro

Gonzalo Meza Guzmán

El teatro me enseñó a ser hijo de Gustavo y Delfina, a ser padre de Amanda, Florencia, María Luisa, María Paz y Rafaela, a ser compañero de Francisca, y me está enseñando a ser abuelo de Luca Salvador. Les deseo a todos que tengan una vida como la mía, llena de teatro y seres queridos.

Meza Guzmán, Gonzalo

La actuación orgánica en el teatro / Gonzalo Meza Guzmán ; ilustrado por Valentina Márquez. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tercero en Discordia, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-631-6540-75-1

1. Arte. 2. Teatro. 3. Actuación. I. Márquez, Valentina, ilus. II. Título.

CDD 792.028

© Tercero en discordia

Directora editorial: Ana Laura Gallardo

Coordinadora editorial: Ana Verónica Salas

www.editorialted.com

@editorialted

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.

ISBN 978-631-6540-75-1

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 de Argentina.

Índice

Introducción

El origen del personaje orgánico

Un cuerpo y una voz orgánica antes del texto

La voz y el cuerpo expresivo antes de la influencia del texto

Trabajo del actor y la actriz sobre sí mismos

El personaje y su contradicción. Desarrollo del conflicto interno del personaje más allá de la anécdota

La búsqueda y mantención de la inestabilidad para el conflicto escénico y el desequilibrio

La unión de los opuestos

La deconstrucción del yo social

La voz comunicante y la voz emocional

El actor o la actriz como el faro del escenario

El desarrollo del actor o la actriz desde un colectivo

Lo concreto y lo abstracto en el sonido y el movimiento

El accionar orgánico

El tema en la actuación

La idea en la actuación en la estructura dramática

La abstracción en el proceso creativo del actor o la actriz

El mito y el rito, herramientas para dar solemnidad litúrgica al estar en el escenario

Desarrollo de una anécdota a través del sonido y el movimiento con la ausencia total del texto

La música, un elemento aglutinador de canales expresivos dentro de la escena

El trabajo del actor y la actriz sobre sí mismos

Sesiones de aplicación para la escena con el CPT (Centro de Pesquisa Teatral). Interpretación, corporalidad y dramaturgia

La organicidad en el proceso del actor

Construyendo la externalidad en la representación del personaje

Bibliografía

Introducción

En mis años de docencia como profesor de actuación y en mi trabajo artístico como director de teatro, he ido aprendiendo e incorporando a mi forma de mirar el escenario todas las experiencias de mi vida teatral. Primero de mi formación como actor en la escuela Teatro Imagen, donde estudié y luego ejercí como profesor de actuación, como también en los distintos procesos en los que participé como actor y director, y, por último, de los compañeros de escena con quienes me relacioné sobre el escenario. De estas experiencias nació la necesidad de compartir lo aprendido para quienes se quieren iniciar en este hermoso oficio, o como un aporte a quienes lo enseñan.

Durante mi desarrollo constante en el teatro, me he preocupado de incorporar todas las herramientas pedagógicas que me ayudasen a formar de la mejor manera posible a los alumnos y las alumnas de teatro sobre la base de un encadenamiento de ejercicios desarrollados por Gustavo Meza y que fui complementando con otras experiencias pedagógicas. Y en mi experiencia como teatrista, confieso la profunda influencia que ejerció en mí Antunes Filho y su visión del actor en la escena.

Las prácticas que comparto con ustedes se refieren al proceso de aprendizaje más allá de la estructura dramática, los objetivos, las unidades, etc., y un complemento para el actor o la actriz a su desarrollo dentro de la escena. Es un aporte a los ensayos para desarrollar los procesos actorales y para entrenar el cuerpo que los lleva a cabo.

Primero quisiera aclarar que, a grandes rasgos, el teatro occidental tiene dos enfoques en cuanto a cómo se concibe la práctica teatral. Estos son el teatro de la vivencia y el teatro de la representación.

El teatro de la vivencia se centra en la experiencia interna y subjetiva del actor o la actriz. Busca la empatía del espectador y provocar una respuesta visceral. Por otro lado, el teatro de la representación se enfoca en la construcción de personajes desde su externalidad, en un reflejo realista o estilizado, enfatizando sobre la narrativa y la estructura dramática. El teatro de la vivencia tiende a presentar la realidad desde una perspectiva interna y emocional, desarrollando el yo interno como motor del movimiento, explorando estados emocionales intensos, vivencias y otras experiencias subjetivas. En contraste, el teatro de la representación tiende a presentar la realidad escénica de manera objetiva y observable, buscando crear una ilusión clara de esta realidad para el espectador. El teatro de la vivencia a menudo pone un énfasis en el proceso creativo y en la experiencia misma de actuar, de estar presente, valorando la exploración personal y el descubrimiento en el camino. Por otro lado, el teatro de la representación suele centrarse más en el producto final, en la presentación de una obra de teatro con una estructura dramática y una narrativa definida. En el teatro de la vivencia, la actuación visceral está basada en la interioridad del actor o la actriz. Utiliza técnicas de improvisación y exploración personal para alcanzar una autenticidad escénica. En el teatro de la representación, la actuación tiende a ser más objetiva y a estar basada en la construcción de personajes desde su accionar y sus cualidades kinésicas y vocales, siguiendo una estructura dramática predefinida.

Ahora, no por eso estas diferencias son excluyentes. Algunas visiones teatrales pueden combinar elementos de ambos enfoques. Además, el teatro es un campo creativo y diverso, por lo que es posible encontrar una amplia variedad de prácticas y cuestionamientos teóricos que pueden desafiar estas distinciones.

Este libro se enfoca en el trabajo de la corriente de la vivencia y la metodología desarrollada por Gustavo Meza, en una secuencia de ejercicios que ayuda al actor o la actriz a comprender las bases de la expresividad desde el cuerpo y la voz más allá del signo de la palabra. También está influenciado por el trabajo desarrollado por Antunes Filho con el CPT (Centro de Pesquisa Teatral) en San Pablo, sobre sesiones de entrenamiento para la escena en el año 2006, más cercanos a la escuela de la representación. La corriente vivencial de actuación se apoya teóricamente en un puñado de referentes, la mayoría del siglo xx. En términos metodológicos, para mí, el referente más importante es el actor y director ruso Konstantin Stanislavski, que creó su método a partir de la verosimilitud observada en los actores o las actrices de renombre de su época, extrayendo y catalogando las habilidades que desarrollar para encontrar la verdad en la escena. Esta metodología ha sido el evangelio para la mayoría de las escuelas de teatro modernas que pertenecen a la corriente de la vivencia, buscando la verosimilitud en escena a través de la verdad interna del intérprete, o sea que el accionar dentro de la escena está regido por los movimientos internos del actor o la actriz.

Sobre la base del “método Stanislavskiano”, se ha filosofado, interpretado y reinterpretado los procesos de aprendizaje, reordenando una y otra vez los mismos postulados, pero sin variar su contenido profundo, a pesar de los avances en el conocimiento de los procesos en la formación del carácter de los individuos y de cómo se construye el personaje-persona.

La organicidad en la actuación teatral combina diferentes enfoques de la actuación para crear una mirada más verdadera desde un yo consciente y una actuación afectiva y efectiva en la creación de personajes. En este libro, exploraremos los tres principales enfoques del método orgánico desarrollado por Gustavo Meza y las aplicaciones de actor o actriz consciente desde el accionar y los relacionares en escena, desarrolladas por Antunes Filho.

Comprenderemos cómo el desarrollo de la coherencia sono-kinética se integra a una visión general del método de actuación de Stanislavski, centrándose en el desarrollo del personaje en la escena a través de la interpretación en el accionar, condicionado por una comprensión profunda de su psicología y su relación con lo que lo rodea. El actor o la actriz inicia su camino de entendimiento del accionar del personaje a través de su conocimiento histórico-emocional (el yo interno del personaje) y la improvisación situacional para relacionarse con él o los otros personajes (su yo externo) y con el espacio donde habita (sus circunstancias dadas), que determinarán la relación en escena del sujeto/sujeto, sujeto/objeto, sujeto/espacio y sujeto/consigo mismo. Conectarse y mantener la relación con las emociones y las experiencias que está viviendo el personaje es el aporte interpretativo en una actuación auténtica y creíble.

Otra problemática que solucionar en la interpretación verosímil es cómo instalar el cuerpo como la herramienta fundamental para la creación de personajes en la actuación. Cómo debemos utilizar los movimientos y los gestos corporales para expresar la personalidad y la emoción del personaje e interpretar desde la verdad física, el desarrollo de una conciencia y una presencia escénica fuerte.

Asimismo, debemos reflexionar sobre cómo crear y desarrollar una conexión entre el cuerpo y la mente, elemento fundamental en la actuación. Hay que explorar en las tensiones, en los traumas emocionales, en el carácter; en definitiva, en el movimiento interno del personaje, que debe percibirse físicamente en el cuerpo y la voz del actor o la actriz, ayudando a la proyección de la verdad escénica. El intérprete tiene que controlar la respiración, el movimiento, la línea lógica del pensamiento, liberando esas tensiones y desarrollando una presencia escénica auténtica y poderosa.

En este libro, exploraremos cómo estos tres enfoques se pueden integrar para desarrollar una técnica teatral tridimensional estableciendo una coherencia entre la dimensión psicológica, la dimensión sociológica y la dimensión fisiológica para una comunicación efectiva. A lo largo de los siguientes capítulos, profundizaremos en cada uno de estos enfoques y exploraremos cómo se pueden utilizar para crear una actuación convincente y auténtica.

El origen del personaje orgánico

El origen del personaje orgánico en el teatro es un tema que puede interpretarse de diferentes maneras, dependiendo del contexto y la perspectiva específica.

Cuando nos referimos a un personaje orgánico, nos referimos a un personaje que está vivo y presenta características humanas verosímiles. Esta organicidad en el personaje se originó en los inicios del teatro, cuando apareció la individualidad y el corifeo se separó del coro griego. Estaba presente desde las antiguas tragedias griegas, donde los actores interpretaban a héroes luchando contra dioses y otras figuras mitológicas, dando así vida a la organicidad del personaje a partir de la verdad que se relataba en el escenario.

Luego, en el ocaso del siglo xix y principios del siglo xx, Émile Jaques-Dalcroze, compositor, músico y educador suizo, y Jacques Copeau, director de teatro y pedagogo conocido por su enfoque innovador en la formación actoral, se comenzó a entender la necesidad de una respuesta orgánica del cuerpo expresivo en movimiento, desde la rítmica, la improvisación y la espontaneidad. Después, con el auge del teatro de vanguardia y las corrientes artísticas experimentales, surgieron nuevas formas de interpretar y representar a los personajes orgánicamente. Ahora tenían que ser verosímiles no solo desde la acción, sino que además debía haber una coherencia entre el texto, la voz, el cuerpo y la acción. Los movimientos como el simbolismo, el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad exploraron la naturaleza del ser humano y su relación con el entorno de maneras más abstractas y simbólicas, siendo necesario un actor o una actriz más consciente de los procesos internos del personaje. Estos enfoques dieron origen a personajes que desafiaban las convenciones de un actor o una actriz solo funcional.

El concepto de “personaje desde la verdad” puede reconocerse en las reflexiones de la mayoría de los pensadores en el teatro. Del método que Stanislavski desarrolló, se entiende que una actuación orgánica se logra a través del desarrollo de personajes que conectan lo psicológico con lo emocional. Según este enfoque, los actores debían encontrar la verdad interna de sus personajes para representarlos de manera auténtica.

Por su parte, Vsevolod Meyerhold afirmaba que la verdad escénica se logra a través de la búsqueda de la expresión física del actor o la actriz y su capacidad para transmitir emociones y significados a través de movimientos corporales precisos y gestos expresivos. Aseguraba que el cuerpo del actor o la actriz era el medio para transmitir emociones y crear una conexión con él y con las acciones que desarrollaba. El actor o la actriz debía explorar una amplia gama de movimientos y posturas físicas, utilizando la expresividad corporal para comunicar la verdad emocional del personaje.

Desafiaba la idea de que el teatro debía imitar la vida cotidiana de manera realista. En cambio, abogaba por una desnaturalización consciente. Si la teatralidad está ahí, es para enfatizar y amplificar la expresión artística.

La coherencia del cuerpo, la voz, las acciones y los objetivos en la actuación teatral da origen al actor orgánico, para permitir el desarrollo de un personaje único, auténtico y fidedigno en el escenario. Cuando el actor o la actriz logra integrar de manera coherente todos estos elementos, se establece una conexión profunda entre su cuerpo, su mente y sus emociones, lo cual se refleja en una actuación más verosímil y significativa.

Por tanto, la coherencia del cuerpo implica que los gestos, los movimientos y las posturas físicas del actor o la actriz estén alineados con el personaje y la situación dramática, y la coherencia de la voz se refiere a la adecuación del tono, el ritmo, el volumen y la entonación vocal del actor o la actriz a las características y emociones del personaje en las acciones verbales, relacionadas directa o indirectamente con las físicas. Y si el intérprete dispone su cuerpo y su voz alineándolos con los objetivos del personaje, surgen las bases para la creación del actor orgánico.

Al integrar estos elementos, el actor o la actriz crea una expresividad teatral poderosa y con una mayor conexión emocional, de manera que genera una experiencia escénica significativa tanto para el actor o la actriz como para el espectador.

Un cuerpo y una voz orgánica antes del texto

La voz y el cuerpo expresivo antes de la influencia del texto

Aprender a expresarse a través del sonido y el movimiento antes de abordar el texto ayuda a los actores y las actrices a desarrollar una base sólida en la expresividad física, la comunicación no verbal y la creatividad. Estas habilidades fundamentales se pueden aplicar luego al trabajo con el texto, potenciando su interpretación y su capacidad para conectarse con el espectador de manera más profunda y significativa.

El cuerpo del actor o la actriz es su instrumento principal. Comunicarse a través del movimiento y los gestos le permite explorar y ampliar su rango expresivo. El movimiento físico ayuda a transmitir emociones, estados de ánimo y características de los personajes de manera más completa y auténtica. El manejo de la expresión física y sonora alejados del texto permite a los intérpretes desarrollar una mayor conciencia de su cuerpo y su voz. Aprenden a controlar su postura, sus movimientos, sus desplazamientos, su respiración y su proyección vocal de manera más efectiva, de forma que generan un repertorio personal de recursos expresivos que complementarán el manejo en la proyección del personaje más allá de los objetivos. Esto les brinda una base sólida para la construcción de diversos personajes y para la ejecución y el desarrollo de las escenas.

Ya que gran parte de la comunicación humana se basa en señales no verbales, los actores y las actrices deben ser capaces de transmitir información, emociones e intenciones a través de su lenguaje corporal y vocal paralingüístico antes de pronunciar una sola palabra. Aprender a utilizar el sonido y el movimiento como herramientas de comunicación eficaces desarrolla la capacidad de entregar una idea sin depender del texto.

Asimismo, la expresión a través del sonido y el movimiento ayuda a los actores y las actrices a superar inhibiciones y bloqueos creativos, sobre todo si son novatos. Al trabajar con elementos abstractos, se sumergen en la exploración de nuevas formas de expresión y en la ruptura de las barreras autoimpuestas. Esto fomenta la confianza en sí mismos y la disposición para asumir riesgos en su trabajo interpretativo. En efecto, el sonido y el movimiento brindan a los actores y las actrices la oportunidad de experimentar y explorar sin las limitaciones inmediatas del texto. Les permite descubrir nuevas formas expresivas de comunicación, encontrar conexiones emocionales y desarrollar un sentido de la espontaneidad y de la improvisación. Esta libertad creativa enriquece su enfoque interpretativo y su capacidad para crear personajes vívidos y memorables.

A continuación, un ejercicio práctico para el intérprete en el desarrollo de la coherencia del sonido y el movimiento a través de una secuencia conceptual.

“El objeto sujeto”

Este es un ejercicio individual, donde el actor o la actriz debe expresar y desarrollar desde sus movimientos, desplazamientos, niveles y sonidos un enfoque particular de un objeto. Si se va a trabajar, por ejemplo, con “la ventana”, él o ella, al ser ventana, debe definir qué aspecto de esta va a desarrollar. Mientras más específico sea, mayor desarrollo podrá tener el ejercicio.

Se deben tener en cuenta los siguientes elementos:

Visibilizar en los actores o las actrices la relación con el espacio y la coherencia entre la imagen acústica y la visual.Evitar definir, graficar o explicar con pantomima el objeto, sino más bien desarrollar desde lo abstracto.

Trabajo del actor y la actriz sobre sí mismos

El trabajo del actor y la actriz sobre sí mismos implica la exploración de su propia identidad y experiencias personales. Debe conocerse a sí mismo y desarrollar una conciencia profunda de sus propias emociones y vivencias para poder conectarse con los personajes y las situaciones dramáticas de manera auténtica.

El actor o la actriz debe explorar y desarrollar su cuerpo y su voz como instrumentos de expresión mediante la investigación y la experimentación constantes. Esto implica un profundo autoconocimiento físico y una conexión íntima con el propio cuerpo como fuente de creatividad y expresión.