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Elegir El Amor Antes Que El Miedo
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Seitenzahl: 167
Veröffentlichungsjahr: 2022
La ilusión de la felicidad:
Prólogo: A los niños del mundo
Capítulo 1: Encontrar tu luz
Capítulo 2: Introducción a la conexión de la mente, el cuerpo y el espíritu
Capítulo 3: El muro, la máscara y la puerta
Capítulo 4: La conexión de la mente, el cuerpo y el espíritu
Capítulo 5: El Espíritu les da sentido a nuestras vidas
Capítulo 6: El Espíritu y la iluminación
Capítulo 7: Vivir en la iluminación
Capítulo 8: Elegir el amor antes que el miedo
Capítulo 9: Vivir con el Espíritu en tu vida
Capítulo 10: La ilusión de la felicidad
Capítulo 11: El significado de la vida
Epílogo
Sobre Ken
––––––––
ELEGIR EL AMOR ANTES QUE EL MIEDO
––––––––
Una novela spiritual de Ken Luball
y Bodhi (“Un Espíritu guía”)
Traducción de Beatriz Vázquez Amat
© 2022 - Ken Luball
«¿Cuál es el significado de la vida?»
El significado de la vida,
la razón por la que estamos vivos,
es para escuchar en silencio al Espíritu interior y
seguir el camino al que te conduce.
Hay cuatro libros en la “Tetralogía del despertar”:
“Hoy voy a morir: Decisiones en la vida”
"El Espíritu guía: El Viaje de la Vida”
"Tranquilidad: Un remanso de esperanza"
“La ilusión de la felicidad: Elegir el amor antes que el miedo”
La espiritualidad es la creencia de que hay una parte de Dios (un Espíritu o Alma) en todo lo que tiene vida y, por ello, cada vida es importante, vale lo mismo y está conectada.
Mi meta al escribir estos libros era intentar despertar y ayudar a otros que ya han despertado a comprender totalmente qué es la iluminación para que su Viaje de la Vida pueda llevarse a cabo de una forma más plena
Tres de estas historias están escritas en primera persona, siguiendo el Viaje espiritual de la Vida de un niño mientras aprende las lecciones necesarias para responder a la pregunta anterior en una narrative comprensible, interesante y única, que no solo evoca a la reflexión, sino que también a la práctica.
Bodhi es mi “Espíritu guía”; es capaz de comunicarse fácilmente conmigo mientras escribo sus pensamientos. Aunque mi viaje hacia la iluminación no ha culminado aún, Bodhi, al ser un Espíritu guía, sin duda está iluminado. Escribimos este libro para todos aquellos que buscan comenzar el proceso de despertar o han despertado y buscan avanzar en su camino hacia la iluminación.
Solo con el amor y el apoyo de Bodhi
hemos podido escribir estos libros “juntos”.
Descubre más sobre cada uno de los cuatro libros espirituales de esta tetralogía en mi página web: http://kenluball.com
Le dedicamos este libro a los niños del mundo. Esperamos que vuestros padres y otras personas que os quieren os lean este libro y, al hacerlo, sean capaces de ayudaros a elegir sabiamente vuestro camino en la vida. Os deseamos un viaje lleno de amor, felicidad y admiración.
NT: En la imagen se puede leer: «Nada más nacer se te da un nombre, una religión, una nacionalidad y una raza. Te pasas el resto de tu vida defendiendo una identidad ficticia.»
Conforme crezcas, te darás cuenta de que la vida puede parecer
muy difícil.
El mundo no es siempre un buen lugar para vivir.
Verás muchas cosas que te harán preguntarte
por qué le pasan tantas cosas malas a tanta gente.
Verás gente que no tiene suficiente para comer
o no tiene un sitio en el que vivir y otros
a los que no les gusta alguien por ser diferente.
A diferencia de la foto anterior, sin importar de color sea tu piel,
el país en el que vivas, tu nombre, religión
o cualquier otro aspecto diferente,
es importante que no creas que nadie es mejor
o más importante que los demás.
«Toda vida es igual de importante»,
Independientemente de cualquier diferencia entre nosotros.
Vivir una Buena vida no tiene nada que ver con el trabajo que tengas,
la cantidad de dinero que ganes,
si eres famoso o cualquier cosa que puedas oír
cuando estés creciendo.
En lugar de eso, lo único que importa es que seas una buena persona.
Sé alguien que se preocupa por los sentimientos de los demás,
les ayuda siempre que puede,
trata a todos con amabilidad y amor,
aunque ellos no te traten así.
Descubrirás que hay mucha gente en el mundo que es infeliz
y teme y se preocupa solo por sí misma.
Por favor, no seas como ellos.
Puedes cambiar el mundo con solo escuchar
a la voz tranquila de tu corazón y
compartir ese mensaje con todos los demás.
Abraza la vida con asombro. Sé amable con todos.
Comparte la bondad de tu corazón con aquellos que son diferentes o sufren
y, lo más importante: trata a los demás
como quieres que te traten a ti.
Si lo haces, serás feliz.
Elige no vivir en un mundo en el que todos tienen miedo y
solo se preocupan por sí mismos.
En lugar de eso, preocúpate por los demás, sé generoso, empático, cariñoso, respetuoso, humilde, paciente, honesto, compasivo, amable, positivo, agradecido, esperanzado y optimista con la vida.
Ten valor; preocúpate de los sentimientos de los demás,
sé amable y ayúdales si son diferentes o lo necesitan.
Si lo haces, puede que descubras que tu vida será feliz y llena de significado.
El camino que elijas en la vida decidirá
el futuro del mundo.
Las generaciones anteriores no han sabido
cuidar de nuestro planeta y de los demás.
Así que te toca a ti hacer los cambios
que son necesarios
eligiendo el camino correcto en la vida.
“Tu visión se esclarecerá
solo cuando puedas mirar
dentro de tu propio corazón.
Quien mira hacia fuera, sueña.
Quien mira hacia dentro, despierta.”.
Carl Jung
Puede que las respuestas que buscamos, encontrar tu luz,
nunca las encontremos lo que nos permite
abrazar la paz interior, el amor y el sentido de nuestra vida en el mundo
si miramos hacia fuera.
Puede que solo se encuentren si miramos hacia dentro, donde existe el Espíritu.
Muchos de nosotros entendemos esto de forma intuitiva.
Sin embargo, es difícil aceptar y permitir
que tu Espíritu te guíe en tu Viaje de la Vida.
Esto se debe a la dominancia del Ego (uno mismo).
El Ego es todo aquello que nos han enseñado y creemos que es verdad desde que nacimos.
El despertar comienza cuando empezamos a cuestionarnos todo lo que nos han enseñado.
La iluminación tiene lugar cuando aceptamos como verdad
que todo lo que nos han enseñado estaba mal.
El viaje es largo, difícil y, a menudo, solitario.
El «significado de la vida» consiste en emprender este viaje,
en «compartir de manera altruista»
tu luz interior con los demás.
«¿Por qué estamos vivos?», «¿Cuál es el significado de la vida?» Estas preguntas se llevan planteando milenios. La sencillez de las respuestas puede llegar a ser sorprendente. Cuando nacemos, estas respuestas ya están dentro de nosotros. De hecho, hasta después de nacer no se pierden las respuestas a estas preguntas en multitud de dificultades a las que nos enfrentamos en la vida.
«Los primeros cinco años de la vida de un niño son los más importantes.» Durante ese tiempo aprenden lo que se espera de ellos y cómo reaccionarán a diferentes situaciones mundiales. También desarrollarán una visión general del mundo y de cómo tratar a los demás. Sus opiniones, prejuicios, creencias y aspiraciones se suelen formar en estos años de formación temprana y serán la base de su forma de tratar a los demás el resto de su vida.
En esos años, si se le enseña a un niño a contemplar el mundo y a los demás a través de un Prisma Negativo y Oscuro, en el que el miedo domina sobre el amor, entonces se enfrentarán a grandes dificultades. Si contemplan el mundo de esta forma, aprenderán a preocuparse solo de sí mismos en lugar de preocuparse por todo el mundo. Al abrazar esta visión, su Viaje de la Vida será a menudo solitario y sus problemas serán abundantes.
Si, sin embargo, durante esos años tempranos abrazar el amor por encima del miedo, sus vidas tomarán un rumbo muy diferente. Al abrazar la importancia primaria del amor, empezarán a entender la vida de una forma diferente, una en la que hay preocupación y compasión por todos, en lugar de solo por uno mismo. Estos niños aprenderán a comprender y tratar a los demás con respeto y verán la vida con admiración y amor, en lugar de con miedo y odio.
«Lo que se aprende durante los primeros cinco años de la vida de un niño puede afectar a su vida entera.» Los muchos problemas que atravesamos en nuestra vida suelen ser el resultado de las creencias que desarrollamos durante esos años tempranos e influenciables. Aprendemos sobre nuestra relación con el mundo en esos años y luego puede que nos pasemos el resto de nuestras vidas tratando de deshacer el daño ya hecho. Este daño está causando por la aceptación de muchos de los mensajes egocéntricos que recibimos como la verdad mientras aprendemos nuestro rol en el mundo. Cuando un niño está listo para empezar el colegio, estos mensajes suelen estar tan arraigados en el niño que influencian cada pensamiento y acción, a veces para el resto de su vida.
Me gustaría que te imaginaras una maleta abierta. Antes de nacer, la maleta está vacía. No obstante, con nuestro nacimiento, el uno mismo (o Ego), que es todo lo que aprendemos y creemos que es verdad, empieza a llenar la maleta. Con cada interacción que tenemos, la maleta se vuelve más pesada, ya que empieza a estar abarrotada del equipaje que acumulamos; de todas las cosas erróneas que hemos aprendido en nuestra vida. Cuanto más pesada se vuelve la maleta, más se apaga nuestra luz y más tendremos que sacar de la maleta cuando despertemos y comencemos nuestro viaje hacia la iluminación
En la maleta están todas las falsas y egocéntricas verdades aprendidas por uno mismo y aceptadas por el niño en su crecimiento. Aunque no se tarde mucho en llenar la maleta, puede que tarden el resto de su vida, si no toda, en encontrar su luz de nuevo, deshacer la maleta y volver a la paz interior, así como en entender que lo sabían antes de que la maleta comenzara a llenarse; antes de que se expusieran a las muchas mentiras aprendidas por uno mismo y aceptadas por el niño como reales. Cuanto más pesada sea la maleta que deben llevar, más difícil será el Viaje de su Vida y más difícil les será buscar de nuevo para encontrar su luz. Por ello, esforcémonos por hacer que las vidas de nuestros niños sean más felices aligerando su equipaje para que puedan encontrar su luz interior antes en la vida.
Gran parte de nuestra maleta se llena en los primeros años de la vida de un niño, desde su nacimiento hasta los 5 años de edad. Más tarde, solemos pasar el resto de nuestras vidas tratando de deshacer lo que hemos acumulado.
Mientras buscamos nuestra luz y empezamos a cuestionarnos la verdad de todo lo que se nos ha enseñado en esos años, comenzamos a despertar y emprendemos la ardua tarea de vaciar nuestra maleta. En el momento que empieza a vaciarse, nuestra luz comienza a brillar un poco más cada día. Aunque, hasta que no esté completamente vacía, no volverá a hallarse la luz en su interior ni se descubrirá la iluminación. Como el yo siempre permanecerá con nosotros hasta la hora de nuestra muerte, la maleta no se vaciará del todo nunca. No obstante, nuestra luz, no tan brillante como lo era antes de nacer, es ahora cada vez mucho más luminosa.
Puede que nos pasemos toda la vida tratando de deshacer la maleta que llenamos mayormente durante los primeros 5 años de nuestra vida. Cuanto más se llena y más pesada se Vuelve en esos años tempranos y formativos, más difícil será la vida. Conforme nos hacemos mayores y nos enfrentamos a las muchas dificultades que nos presenta la vida, más difícil se volverá deshacer la maleta. Cuando somos adultos, solemos tartar simplemente de sobrevivir en el mundo y abrazamos el camino egocéntrico del yo en la vida. Esto hace que deshacer la maleta sea mucho más difícil.
Imagina que la maleta de nuestros hijos se quedara casi vacía mientras crecen y aprenden las costumbres de la Sociedad y cómo sobrevivir en el mundo. Es posible criar a nuestros hijos así, aligerar la maleta que deben llevar y hacer que su luz siga brillando más y más a lo largo de su vida. Sin embargo, para ello debe haber un cambio en nuestro paradigma y en la enseñanza de nuestros hijos, especialmente en los primeros años de vida, para que abracen el amor antes que el miedo.
Por lo tanto, es esencial reducir el daño al mínimo, hacer que su luz brille más y más criando a nuestros hijos de una forma cariñosa y positiva, enseñándoles a confiar y seguir el consejo de su Espíritu interior desde el momento en el que nacen. Al hacer esto, nuestros hijos ayudarán a introducir un cambio de conciencia, que modificará no solo la dirección de sus vidas, sino también la trayectoria de toda la vida en la Tierra.
Muchas personas se pasan toda su vida deshaciendo el daño que han experimentado en los primeros 5 años de su vida, ya que están enseñados a aceptar las tradiciones de la sociedad. Esperamos que este daño se mantenga a un nivel mínimo y, por ello, les sea más fácil encontrar su luz una vez más.
Puede que las respuestas que buscamos para encontrar nuestra luz, las que nos permiten abrazar la paz interior, el amor y el significado de nuestra vida, nunca las encontremos en el mundo si miramos hacia fuera. Puede que solo se encuentren si miramos hacia dentro, donde existe el Espíritu.
Es mucho más sencillo aceptar la situación actual,
reconocer los numerosos problemas que muchos experimentan
como inevitables y tener pocos recursos para ayudar a los demás.
Mira el mundo de hoy en día y toda su historia
para ver cómo es vivir en un mundo así.
Es un mundo de miedo, odio, prejuicios, guerra, hambre,
desamparo, cambio climático, y mucho más.
Toda persona puede cambiar el mundo.
Todos tenemos, en nuestro interior, los medios para hacerlo.
Todo empieza con escuchar en silencio, aceptar
los mensajes que escuchas
y compartir tu luz con el mundo.
¿Ha abrazado realmente la psicología la conexión de la mente, el cuerpo y el espíritu?
Las prácticas actuales suelen tartar solamente dos dimensiones: la mente y el cuerpo
e ignoran la contribución spiritual a la enfermedad.
Aunque la orientación y la medicación pueden hacer que alguien
sea capaz de aguantar y sobrevivir en el mundo,
no trata “del todo” la enfermedad,
lo que hace que vuelva con más facilidad.
«El Espíritu les da significado a nuestras vidas».
Sin incluirlo en cualquier clase de tratamiento,
solo se tratará parte de la enfermedad,
lo que dejará el tratamiento incompleto.
Aunque no se puede demostrar científicamente la existencia del Espíritu
y puede que las comunidad médica y psiquiátrica no lo acepten fácilmente,
en realidad, tampoco puede demostrarse el ello, el yo o el superyó que postuló Freud.
Aun así, su premisa se acepta fácilmente en la psicología.
Es hora de que muchos en la comunidad científica
amplíen su visión y traten todas las enfermedades por
igual e incluyan al Espíritu
junto con la mente y el cuerpo.
El despertar comienza con reconocer la mente bidimensional; la conexión corporal no responde a las dudas que nos corroen por dentro y que cuestionan la validez de todo lo que nos han enseñado. La iluminación tiene lugar al darnos cuenta de que todo lo que hemos aprendido en la vida, lo que aceptamos como verdadero, no lo era. Con la iluminación, la importancia, la aceptación y la adición del Espíritu ahora se suma a la conexión mente-cuerpo.
¿Qué es la conexión de mente, cuerpo y Espíritu? Se ha escrito mucho sobre la conexión entre la mente consciente y el cuerpo físico. Sin embargo, al añadir el alma spiritual a la ecuación, se abre un nuevo mundo de posibilidades. No se puede hablar del Espíritu utilizando solamente la ciencia, la medicina o la psicología; por eso, este libro se centrará principalmente en el Espíritu para ayudarnos a todos a comprender mejor qué es el Espíritu y cómo puede ayudarnos a comprender mejor el significado de la vida.
En este libro, cuando hablamos del yo (uno mismo), será desde un punto de vista espiritual, más que psicológico. Como se describe en el capítulo anterior, nuestra definición de uno mismo (yo) es todo lo que aprendemos y creemos que es cierto tras nacer. Para simplificarlo aún más, consideraremos sinónimos los términos uno mismo y yo.
Según Sigmund Freud, hay tres partes en la personalidad humana: el ello, el yo y el superyó. El ello es la parte básica y primitive de nuestra personalidad, que está presente desde que nacemos; nos permite cumplir con nuestras necesidades básicas y satisfacer nuestros impulsos y deseos básicos. A continuación, el yo comienza a desarrollarse en los primeros tres años de la vida de un niño y nos ayuda a darle sentido a nuestro mundo y a nuestros pensamientos. Finalmente, el superyó empieza a surgir cerca de los cinco años y es la parte ética de nuestra personalidad, lo que nos proporciona los estándares morales con los que funciona el yo. Como este libro trata principalmente con los aspectos psicológicos espirituales de nuestra personalidad y no con los aspectos científicos de los que hablaba Freud, usaremos el término «uno mismo» para representar las tres partes de la personalidad humana: el ello, el yo y el superyó en lugar de diferenciarlas individualmente. Hacemos esto para disminuir la confusión que podría generarse si nos ponemos muy técnicos o específicos y para simplificar las ideas que tratamos de presentar.
De la misma manera que Freud hablaba del ello, el yo y el superyó, quizá sea hora de añadir una categoría más teniendo en cuenta las comportamientos y emociones complejas de las personas: la categoría de Espíritu. Ya que no puede verse o demostrarse su existencia tan solo con la ciencia, se necesita un salto de fe espiritual para aceptarlo. No solo existe, sino que también es importante tanto para nuestro bienestar emocional y físico.
Si podemos aceptar el yo (uno mismo), ¿por qué no podemos aceptar el Espíritu? Ninguno puede demostrarse científicamente, y aun así muchas teorías y el tratamiento de diferentes enfermedades psiquiátricas se basan en ayudar al ego (uno mismo) a ajustar el caos y la confusión a los que está expuesto en el mundo. El Espíritu está ahí simplemente para ayudar a equilibrar al yo, y a diferencia del yo, que está arraigado en el miedo, el Espíritu está arraigado en el amor. Quizá si también empezamos a tartar las enfermedades incluyendo al Espíritu en el proceso, pueden descubrirse nuevas vías mejoradas para los tratamientos.
La fachada disfraza a la persona real
que se esconde a plena vista tras un muro y una máscara
que el yo nos enseñó a usar para protegernos
cuando éramos niños, no solo de los demás,