Títulooriginal:Lesaventuresd’UlysseEditadoporHarperCollinsIbérica,S.A.,2022NúñezdeBalboa,5628001Madridharpercollinsiberica.com©deltexto:BéatriceBottet,2016©delasilustraciones:ÉmilieHarel,2016©delatraducción:AnaBelénFletes,2022©2022,HarperCollinsIbérica,S.A.PrimeraediciónpublicadaporCasterman,Cantersteen471000BruselasAdaptacióndecubierta:equipoHarperCollinsIbéricaMaquetación:ComandoGISBN:978-84-18774-08-9Cualquierformadereproducción,distribución,comunicaciónpúblicaotransformacióndeestaobrasolopuedeserrealizadaconlaautorizacióndesustitulares,salvoexcepciónprevistaporlaley.DiríjaseaCEDROsinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.www.conlicencia.com—Tels.:917021970/932720447
La Odisea
Las aventuras de Ulises
La mitología
en cómic
Béatrice BottetÉmilie Harel
CAPÍTULO 1Una partida accidentadaLa guerra de Troya ha terminado. De la ciudad no queda nada más que llamas y desolación. Tras diez años de asedio y proezas guerreras, los griegos tienen prisa porvolver a ver su patria. Rápidamente se echarán a la mar para regresar a sus respectivos reinos. Ulises el Astuto, a la cabeza de una flota de doce naves, se prepara para regresar a Ítaca, país del que es soberano. ¿Se acordarán de él su esposa, Penélope, su hijo, Telémaco, y los habitantes de la isla? ¿Lo recibirán con los brazos abiertos? En unas pocas semanas lo sabrá. No se tarda mucho en atravesar el mar para llegar a Ítaca.7
Los barcos comandados por Ulisesno han hecho más que levar anclas yya dejan atrás al resto de las flotas.El mar está tranquilo y hermoso.Unas horas más tarde...Llegan al pequeño puerto de Ismaro, en la costa de Tracia.¡Me parece que el viaje devuelta ha comenzado bien! Creoque Poseidón está con nosotros.Rumbo oeste, muchachos.¿Sabréis encontrar elcamino de vuelta? ¿Qué querrá decir eso?Probablemente que los diosesnos estén ordenando queatraquemos.Hemos perdido un pocoel hábito de navegar, perodeberíamos saber. Es el país de los cícones,aliados de los troyanos. ¡No puedo gobernarlo, el vientonos empuja hacia la costa!8
Los hombres desembarcan con Ulises a la cabeza.Y tras la victoria, al caer el sol...Pero los supervivientes atacan por sorpresa... ¡Pues allá vamos! Un último ataquepara darles una lección. ¡Eso es! Vamos a enseñarles la pastade la que estamos hechos los griegos. ¿Y si dormimos en la playa esta noche?¡Rápido, a los barcos!¡No os rezaguéis! Además, tenemos quevolver a Ítaca. La guerraya se ha terminado paranosotros.¿Por qué no? De acuerdo.9
Parece que la matanza de Ismaro ha enfadado a los dioses y envían a Ulises una tempestad de tres días.La tempestad se calma por fin, pero las dificultades aún nohan terminado para los marineros de Ulises.No deberíamos haber atacado de esa formaa los cícones. La guerra se ha terminado,no nos habían hecho nada... Yo soy el jefe.Debería haber tranquilizado a mis hombres,haber impedido la masacre. Jamás volveré aatacar sin razón. Es uncomportamiento bárbaro. Ulises, no soy capaz de manejarel barco... Los vientos nos desvíany nos llevan hacia la costa.No tengo ni idea de dóndeestamos. Acerquémonos de todasformas para ver adónde nosconducen los dioses.Además, necesitamos agua yprovisiones. Vayamos al puertoy preparemos la chalupa.Oh, dioses, lamento habersaqueado Ismaro. ¿Nosperdonaréis? ¿Haréis que pare estatempestad? Permitidnos regresara nuestros hogares...10
Los hombres avanzancon prudencia, pero loshabitantes del lugar,el país de los lotófagos,no se muestran hostiles,al contrario.LOS TRES EMISARIOS BEBEN DE BUENA GANA...... y piden más.Vosotros dos, id a tierra a ver si loshabitantes de este país nos recibende buen grado.Conducidnos ante vuestro rey.Os va aencantar. Es un país de ensueño...Nos encantaría quedarnosaquí para siempre.Sí, es lo que nos dicentodos nuestros amigos.Y tú, vístete de gala. Serás nuestroemisario oficial, nuestro diplomático.Negocia hábilmente para conseguiragua y víveres. Nunca tenemos tanta prisa,forastero. Aceptad una copa de loto,nuestra bebida de bienvenida.11
En el barco, Ulises, inquieto, da vueltas como unleón enjaulado, mirando hacia el puerto.Pero no están seguros de si es necesario llevar armas.Y los hombres de ulises utilizan la fuerza y la persuasión paraconvencer a sus compañeros de que vuelvan a las naves.Pero ¿qué estarán haciendo?¿Por qué no regresan? ¿Loshabrán hecho prisioneros?Parecen bastante pacíficos, creo yo.Tomad una copa de nuestroloto, forasteros.¿Es esa bebida la que os deja eneste estado? ¡Tiradla toda ahoramismo y volved a bordo! Nosotros preferimos quedarnos ¡A los barcos he dicho! Nuestra intenciónno es olvidar, sino regresar a casa. Pero, Ulises, es una deliciosapoción de alegría y olvido.A ver, necesito diez hombres.Equipaos. Vamos a buscarlos.12
CAPÍTULO 2Me llamo NadieEl agua forma una espuma blanca bajo los remos de los marineros, que se alejan deprisa del país de los lotófagos. Pero pronto surgirá de nuevo el problema del avituallamiento. ¿Quién proporcionará a Ulises los preciados alimentos que permitan a sus hombres continuar con su viaje a Ítaca? ¿Dónde encontrarán agua yvíveres? ¿Tal vez en esa tierra a lo lejos, que parece verde y próspera? Las ovejas y las cabras pastan tranquilamente en los prados, pero no se ve ningún pueblo, ningún habitante. La flota de Ulises se acerca con cautela.13
Después de lo sucedido con los cícones y luego con los lo-tófagos, los marineros se muestran bastante desconfiados.Tras pasar la noche en la playa...Los cíclopes son hijos de Poseidón.Son gigantescos, violentos y crueles.No son muy avispados, siempre están solos,no conocen ley ni dios alguno. Lo únicoque saben hacer es cuidar de sus rebaños.No cultivan la tierra ni comercian, a pesarde los inmensos recursos que poseen. Laúnica forma de vencerlos es mostrar másastucia que fuerza. Pero entonces...... Y una fructíferapartida de caza...Parece que la tierra es fértil,pero no hay agricultores, nibueyes ni arados. ¿No te resultaextraño, Ulises?¡Ánimo, compañeros! Vamos a ver si loshabitantes de esta isla son unos salvajessin civilizar o si son hospitalarios con elforastero que está de paso. ¿Has... has visto ese monstruo..., ese ser...?¿Qué... qué será?Es un cíclope. Lo másprudente será que nosalejemos.Tienes razón. Vamos adesembarcar en ese islote paradecidir qué hacemos.14
¿Qué vamos a hacer? Creo que lomás conveniente es que partamos...Ahí tendremos quedemostrar lo astutosque somos. La caverna está vacía. Ha llevado a sus animales apastar. Aprovecharemos para explorar un poco. ¿Por qué no le robamos todos estos corderosy regresamos a toda prisa a los barcos?No, los dioses nos castigaríanprobablemente. Esperaremos a que vuelvasu dueño y le pediremos un presentede bienvenida, como es la costumbre.Además, me gustaría ver de cerca alfamoso cíclope.¿Veis este vino que les robamos a los cícones? Meha dado una idea. Necesito una docena de hombres.Vamos a hacerle una visita al cíclope.Pero necesitamos víveres. Confíad en mí.Lo arreglaremos con el cíclope.... lo más pronto posible.¿Qué? ¿Has perdido la cabeza?15
Mientras esperamos a que vuelva,podemos darnos un homenaje. ¡Aaaah, ahí está! Rápido,pongámonos a cubierto alfondo de la cueva.¿Quiénes sois vosotros?¿Qué estáis haciendo aquí?Nosotros, los cíclopes, no honramos a los dioses.Preferimos otras prácticas... ¡Ahora lo verás! Por ejemplo,¡nos encanta la carne de griego!Somos griegos, de Ítaca, que volvemos dela guerra de Troya. Te suplicamos quenos concedas unos presentes en señal dehospitalidad para que podamos continuarcon nuestro viaje, en nombre de Zeus yde todos los dioses.16
Tras devorar a varios compañeros de Ulises, el monstruo se queda dormido como un tronco.De madrugada, el cíclope se come a otrosdos marineros y después se va con su rebaño,no sin antes colocar la roca a la entrada,dejando encerrados a los griegos.Cuando se desploma,borracho, loscompañeros de Ulisespasan a la acción.Hay que matarlo.Tenemos armas.El problema es que moriremos aquídentro, encerrados para siempre. Solo élpuede retirar la roca. Pero se meha ocurrido una idea.Esto es lo que vamos a hacer: primero...Primero lo emborracharemos con estevino y después lo dejaremos ciego.¡Cuidado! Ya vuelve.Acepta este vino que te hemos traído.Me habría gustado que no te mostrarastan furioso contra nosotros.Bueno, son cosas que pasan. Por cierto,¿cómo te llamas, griego? Yo soy Polifemo.¿Que cómo me llamo?Eh... Soy... Nadie. Me llamoNadie.¡Qué nombre tan raro! ¡Tuvino es excelente, Nadie!Pero se sube un poco a lacabeza, ¿no? Tengo muchasganas de dormir.17
¡Hermanos cíclopes! ¡Venida ayudarme! ¡Rápido! Si nadie te ha atacado, ¿porqué gritas como un loco?Nos esconderemosdebajo del vientre de lasovejas, así pasaremosdesapercibidos.¡Tú has devorado a mis hombres, Polifemo! EsZeus quien te ha castigado a través de mí. ¡Y paraque lo sepas, me llamo Ulises, rey de Ítaca! ¡Oh Poseidón, padre mío, véngame!¡Castiga a Ulises, rey de Ítaca! Haz queno pueda regresar nunca a su casa!¡O que si lo hace, sea después de sufririnfinidad de desgracias!Tienes razón. Ese miserable merece un severo castigo... ¡Nadie ha sido! ¡Nadie me haatacado mientras dormía yme ha dejado ciego! ¿Qué te ocurre,Polifemo?Dicho y hecho. Así es como Ulises y sus compañeros consiguen saliral exterior y correr hacia los barcos.18
CAPÍTULO 3Las tempestades imprevistasLa gloriosa flota de Ulises se aleja de la tierra de los cíclopes. Los marineros lloran a sus compañeros muertos, pero aceptan su destino. Por el momento, Poseidón no parece buscarvenganza: los vientos son óptimos, el mar es agradable, el hambre no tortura a los marineros. A bordo, todos se sienten optimistas. Y así, al cabo de un tiempo, el vigía divisa una isla. Rodeada por una muralla de bronce, parece flotarsobre el mar. Es el reino de Eolo, que da la bienvenida a los viajeros de inmediato.19
Como tengo seis hijas y seis hijos, loshe casado entre ellos. Así de sencillo,¿no te parece?