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- Herausgeber: Editorial Libros para Pensar
- Kategorie: Geisteswissenschaft
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2023
Así como los atletas reciben recomendaciones de sus entrenadores, La Puerta invita a reflexionar sobre la vida, para que esa pared o muro no le impida seguir su camino y propósito. Será necesario cambiar el ritmo, entender que no es un sprint, que es necesario prepararnos para largos recorridos, en algunos casos cerrando puertas y, en otras, obligados a abrirlas.
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Caminando espacios de bienestar, encontrando ambientes de prosperidad
Título del libro:
LA PUERTA
Caminando espacios de bienestar, encontrando ambientes de prosperidad
Autor:
R. Yesid Barrera Santos
Editor:
Édver Augusto Delgado Verano
Apoyo editorial:
Wilfer Pulgarín
Alina María Angel
Jorge Eliécer Martínez Miranda
Cuarta edición
ISBN: 978-628-95049-6-5
Diagramación:
Jorge E. Rodríguez Martínez
© Editorial Libros para Pensar s.a.s — Medellín – Colombia 2022
Cel: +57 315 837 05 84
[email protected] – www.librosparapensar.com
R. Yesid Barrera Santos
Caminando espacios de bienestar, encontrando ambientes de prosperidad
© LA PUERTA
R. YESID BARRERA SANTOS www.rybsideas.com [email protected]
Tercera edición, julio 2022 ISBN: 978-99939-957-3-9
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia u otro método, sin el permiso previo y por escrito del autor.
Medellín, Colombia 2022
Hecho en Colombia
Printed in Colombia
Queda hecho el Depósito Legal
Dedicado a ella... un sueño, sin pesadillas.
Índice
Prólogo 9
Introducción 11
¿Por qué escribí este libro? 15
Un día cualquiera 25
Un acuerdo consigo mismo 35
La puerta del propósito 41
La puerta de la disciplina 47
La puerta de cerrar círculos 53
La puerta de la salud 61
La puerta del aquí y ahora 67
La puerta de la excusa 75
La puerta de lo positivo 83
La puerta de la decisión 91
La puerta del actualizarse 97
La puerta de la pasión 103
La puerta de las finanzas 109
La puerta de la perseverancia 115
La puerta de la libertad 121
La puerta de la trascendencia 125
Taller sobre la puerta 133
Sobre el autor 147
PRÓLOGO
Cuando avanzamos en la vida nos damos cuenta de que esta no es una carrera de alta velocidad; vivimos momentos donde todo es un sprint, pero la madurez que dan los espacios de reflexión enseña que la mejor forma de entender la vida es como una maratón, en la que recorremos parajes, llanuras y montañas. Sortear esas pruebas es una de las experiencias más motivantes para el ser humano.
Los atletas de alto rendimiento señalan que en una maratón cuando se encuentran en los kilómetros 30-35 aparece un cansancio físico y mental, conocido como la pared o el muro, un descenso repentino del rendimiento en carrera, muchas veces imposible de soportar y, por ello, algunos deciden retirarse.
La misma historia sucede en la vida de los seres humanos. Algunos decidimos abandonar sin terminar el reto que representa la vida. En la mayoría de casos, los atletas expresan arrepentimiento por no terminar el compromiso con los 42 kilómetros que se deben recorrer antes de cruzar la meta. La Puerta pretende ser un análisis de algunos parajes, llanuras y montañas que nos encontramos los seres humanos en el transcurso de nuestra maratón vital.
Así como los atletas reciben recomendaciones de sus entrenadores, La puerta intenta reflexionar sobre la vida, para que esa pared o muro no le impida seguir su camino y propósito; será necesario cambiar el ritmo, entender que no es un sprint, que es necesario prepararnos para largos recorridos, en algunos casos cerrando puertas y, en otras, tener que abrirlas.
INTRODUCCIÓN
Muy probablemente usted, amigo lector, una noche de estas se ha ido a la cama con una preocupación a la que no ha ofrecido respuesta. ¿Qué va a pasar con su vida, familia, empleo o empresa? ¿Cómo será ese futuro cargado de incertidumbre, el que aún no ha llegado, pero palpita en su quehacer cotidiano?
Deseo contarle que no se encuentra solo; en ese ejercicio colisionamos la mayoría de los seres humanos, algunos tropezando y otros atinando. La puerta es una forma de ver la vida desde el ángulo de la reflexión, para intentar certeza, incluyendo las crisis, no para vivir en ellas, para aprovechar el momento y entender que estas son la mejor forma de evidenciar los recursos contenidos en cada ser humano.
La puerta busca demostrar que la vida es un entramado de conexiones y relaciones, no solo de transacciones. Superar retos es revitalizante, abona a la cuenta de la experiencia ganadora, pero cuando dejamos en el camino lesionados, nos equivocamos al pensar que son saldos positivos, confundiéndolos con las llamadas utilidades o ganancias materiales.
La puerta pretende una reflexión para sí mismo. Muchos seguimos inconscientes y dependientes de procesos que mantenemos con otros seres humanos o con bienes materiales, impidiendo gozar a plenitud de una vida con calidad.
Los cordones umbilicales en algunas ocasiones no se cortan, simplemente se desmechan para continuar atándonos y generando dependencia, a veces progresiva, matando poco a poco ese maravilloso valor y cualidad humana llamada libertad, que por cierto es una de nuestras puertas, y tiene una llave mágica, la responsabilidad y el compromiso con nuestra propia vida.
Se nos ha vuelto difícil tomar decisiones que mejoren nuestra existencia, que impacten el futuro personal, familiar y social, nos hemos mareado con el corto plazo, la vida rápida, de goce inmediato y muchas veces el sufrimiento permanente. Acudimos a escenarios donde lo fácil parece ser una ciencia exacta que todos quieren aprender y lo más peligroso, practicar, sin importar los impactos que produce.
Un claro ejemplo pueden ser las bebidas o la comida, que pudiendo ser grandes aliadas de nuestra salud, se convierten en causantes de enfermedades; estupefacientes que ofrecen un rato de esparcimiento y que en realidad son un camino hacia la dependencia y destrucción personal; relaciones tóxicas que no encarnan amor y se sustentan en franjas cíclicas de miedos y rupturas, que se resuelven momentáneamente con sexo y perdones temporales, que son condenas eternas, destrozando a cachetadas el cariño, la paciencia y la tolerancia.
La puerta reflexiona sobre la necesidad de pensar en usted, en evaluar si se encuentra encerrado y debe abrir alguna puerta en su vida o por el contrario, cerrarla. La puerta es el análisis de aberturas que puede tener su vida y que viene incorporando trampas para dejarlo fuera de una vida placentera y alegre, donde los retos sean sus oportunidades.
Observar las puertas que deben abrirse o cerrarse en nuestra vida, es una clara responsabilidad personal; seguir con ellas entreabiertas sin un destino real, es huir a nuestra primera obligación, la fidelidad con nosotros mismos. Cuando los seres humanos logramos un equilibrio en nuestra evaluación personal, rompemos una de las dependencias más limitantes de la vida, el que otros nos endiosen o endiablen, viviendo en plena ignorancia sin nuestra propia valoración.
Cuando superamos obstáculos para que no sean otros los que nos hagan la vida trocitos de infortunio o bloques de satisfacción, crecemos y construimos las torres o rascacielos que todos soñamos tener, para que desde allí, dejemos de fantasear y evadir la realidad, y así, en lo alto, acudir a la imaginación para crear nuestra propia y única realidad.
La idea en este libro es fijarse en las puertas que deben servir como trampolín para abrirlas y cercar las que entorpecen nuestro caminar.
¿POR QUÉ ESCRIBÍ ESTE LIBRO?
Primero porque soy parte del juego, he tenido que aprender y me falta aún, pero estoy en el camino y me cruzo con personas que miran los espacios de crecimiento con más temor del necesario, produciendo ansiedad y visiones negativas que impiden observar la oportunidad.
Cuando la percepción de lo que ocurre en nuestras vidas solo tiene la tinta indeleble de lo negativo, es destructiva, saquea y arruina cualquier capital humano, manchando el papel que contará nuestras historias, las relaciones y el futuro. Son pocos los aprendices que tallan el lienzo de la existencia para vivir observando los beneficios y mejoras que trae el momento que se vive, cualquiera que sea; lluvia o sol, primavera o invierno, la existencia es más que cualquiera de sus partes, incluyendo el mismo sol.
De nada sirve tener luz externa si internamente estamos en penumbra, y de continuar así, la teoría de que en algún momento el mundo interior y el exterior han de encontrarse, no será posible.
El concepto de muchos seres humanos frente a una situación de crisis es: “Esperemos a ver qué pasa”, y mientras unos esperan, otros trabajan y construyen el futuro cercano. Hay que tener cuidado porque si no se hace nada, sólo esperar, puede que se confirmen las profecías negativas de autocumplimiento, que dicen: Las crisis son para todos y saldremos afectados.
Es necesario que enfrentemos el momento, no la crisis, y sentemos las bases para que este tipo de sucesos no nos desestabilicen; los especialistas en crisis aprovechan el relámpago, antes de que termine el lapso de tiempo denominado crisis, por ello, ganan en los períodos denominados así. La puerta es una reflexión dirigida a la persona que desea convertirse en mejor ser humano, exitoso o millonario, cada quien decide y selecciona sus propias puertas para abrir o cerrar.
La puerta es la historia de una persona común y corriente, que cumple sus funciones de hijo, esposo, padre y trabajador-empresario, como cualquier latinoamericano que, un día después de ver las noticias e ir a la cama a descansar, no logra conciliar el sueño y tiene una serie de pesadillas, todas ocasionadas por una percepción que él o ella evalúan como crisis y establece las posibles consecuencias en su vida.
Después de varios intentos, pretendiendo descansar, su otro yo sale del cuerpo y se queja por la situación y ahí comienza la primera gran lección. La necesidad de ser conscientes de lo que sucede con cada uno de nosotros, para no quedar en el fuego cruzado de lo que dice la gente, o recargado en una lectura periodística, entendiendo que todo lo que acontece fuera de nosotros –llámense vecinos, colegas, familiares o comunidad– nos va a suceder a nosotros.
Esta situación es muy real, lamentablemente estamos encontrando personas que están aumentando sus niveles de estrés y depresión, llegando incluso hasta el suicidio. Existe una clara debilidad emocional para manejar ciertos eventos; los títulos académicos se quedaron cortos y limitados, nuestra gente se está dejando ganar la batalla por las circunstancias.
No estamos contando una historia de ficción, no es una novela recreada con ingenio, es un escrito tomado de la realidad, de la necesidad latente de afianzar las familias a principios y metas compartidas; es un llamado humano a comportarse como tal; es una reflexión individual, para impactar en el conglomerado.
Recreamos un personaje
El personaje que encontrará en la historia es uno que se atreve a demostrar que los cambios más importantes se llevan a cabo en los períodos de crisis, por ello abre o cierra puertas para no quedar en un lugar inapropiado; es un ser que representa a diversos mortales en la actualidad. La historia que se describe en La puerta comprende que toda crisis deja un saldo; en consecuencia, el personaje que vive una crisis siempre tendrá un saldo, su nombre es Crisaldo.
Los lectores encontrarán las respuestas que este personaje brinda en cada momento de su vida. Inicialmente logra ponerse de acuerdo con su otro yo, y este lo invita a abrir una serie de puertas que le permiten descubrir algo que no conoce y que va cambiando su percepción sobre la crisis.
Son las puertas que proponemos a los lectores revisar, representadas en los muros o paredes de las que hablamos anteriormente, pero también son salidas apropiadas para aprovechar la crisis y ponerla a favor. Crisaldo es la magia humana de ser optimista, no es que el medio lo trate mejor o las crisis no ocurran en su entorno, no, la pequeña diferencia es que el optimista sabe que tiene los recursos para ser resiliente y atender la crisis. La puerta es una forma de liberarnos de los otros, aquellos que algunos llaman pesimistas, para encontrarnos a nosotros mismos.
¿Por qué ver una crisis de otra forma?
