La Tierra Va a Prenderse Fuego - Renato Cardoso - E-Book

La Tierra Va a Prenderse Fuego E-Book

Renato Cardoso

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Beschreibung

Basada en datos científicos y en los hechos previstos en el último libro de la Biblia, esta obra trae al lector profundas revelaciones sobre el fin de los tiempos, como, por ejemplo, lo que el apóstol Juan relató sobre el fin de la humanidad. Acompañado de imágenes y escenas de la telenovela "Apocalipsis", emitida recientemente por Record TV, el libro gana aún más relevancia.

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Seitenzahl: 285

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Copyright © 2019 Unipro Editora

Todos los derechos están reservados y protegidos. Está prohibida la reproducción total o parcial sin la expresa autorización de la editorial. Este libro fue revisado según la Real Academia Española. Los textos bíblicos citados están en la versión La Biblia de las Américas (LBLA), salvo expresa mención. El autor hace algunos comentarios en fragmentos bíblicos que están identificados entre corchetes y con formato diferente.

Dirección ejecutiva: Jadson Duarte

Edición y coordinación editorial: Sandra Gouvêa

Dirección de arte: Paulo Junior

Proyecto gráfico: Willian Souza

Diagramación: Alison Leite

Tapa: Paulo Junior

Fotos: Record TV

Traducción y revisión de texto: Marta Angélica Corvino

Asistentes editoriales: Ana Lima y Ricardo Rodrigues

Versión electrónica: Gabriela Arruda

C268t

CARDOSO, RENATO

LA TIERRA VA A PRENDERSE FUEGO — ¿USTED ESTARÁ AQUÍ PARA EL APOCALIPSIS? / RENATO CARDOSO. SÃO PAULO: UNIPRO EDITORA, 2020. 1a ED.

ISBN 978-65-86018-35-6

1. REVELACIÓN. 2. ESTUDIO BÍBLICO. I. TÍTULO.

CDD-200

Rua João Boemer, 296 — Brás

CEP: 03018-000 — São Paulo — SP

Tel.: (11) 5555-1380

[email protected]

www.unipro.com.br

Índice

Cómo leer este libro

¿Cómo acabará el mundo?

Apocalipsis 1

Sobre el Apocalipsis

El Jesús poco conocido

Jesús en el medio de la Iglesia

Apocalipsis 2

Las siete iglesias

Éfeso

Esmirna

Pérgamo

Tiatira

Jezabel en Tiatira

Apocalipsis 3

Sardis

Filadelfia

Promesas a Filadelfia

Laodicea

Peor que la tibieza

Las siete iglesias: conclusión

Apocalipsis 4

La visión del Trono

La Autoridad Suprema

Los veinticuatro ancianos

El enfoque principal

Las siete lámparas

Los cuatro seres vivientes

Apocalipsis 5

El libro sellado

El Cordero

La apertura de los siete sellos

Apocalipsis 6

La apertura del primer sello

El arrebatamiento

La apertura del segundo sello

La apertura del tercer sello

La apertura del cuarto sello

La apertura del quinto sello

La apertura del sexto sello

Apocalipsis 7

Los 144 mil sellados

La multitud delante del Trono

Apocalipsis 8

La apertura del séptimo sello

Las siete trompetas

Sucesión de catástrofes

Tres trompetas más

Apocalipsis 9

El primer ay

El segundo ay

Los que no se arrepintieron

Apocalipsis 10

El ángel poderoso

El librito abierto

Apocalipsis 11

La medición del Templo

Los dos testigos

La séptima trompeta

Apocalipsis 12

La mujer y el dragón

Satanás lanzado en la Tierra

Cómo vencer a Satanás

La guerra llega a nosotros

Apocalipsis 13

La bestia que sube del mar

El Libro de la Vida

La bestia que sube de la tierra

666: la marca de la bestia

Apocalipsis 14

El Cordero y los 144 mil

La mentira y el engaño

Un ángel predica el Evangelio

Babilonia caerá

La perseverancia de los santos

La recompensa de los salvos

La hoz y el gran lagar del furor de Dios

Apocalipsis 15

La visión de las siete últimas plagas

El cántico de los victoriosos

Siete ángeles, siete copas

Apocalipsis 16

Las tres primeras copas

Cuarta, quinta y sexta copa

Séptima copa: toda la Tierra es estremecida

Apocalipsis 17

Babilonia, la gran ramera

La identidad de Babilonia

El espíritu babilónico

Apocalipsis 18

¡Cayó la gran Babilonia!

Babilonia: duelo en la Tierra

Babilonia: alegría en el Cielo

Apocalipsis 19

La alabanza debida a Él

La novia del Cordero

El Señor de señores

La bestia y sus ejércitos son derrotados

Apocalipsis 20

Satanás es encarcelado durante mil años

Satanás es liberado y finalmente derrotado

El juzgamiento delante del Gran Trono Blanco

Libros y el otro libro

El bien y el mal

Apocalipsis 21

El Cielo nuevo y la Tierra nueva

Él hace todo nuevo

Todo se cumplirá

Los que serán condenados

La Nueva Jerusalén

Apocalipsis 22

El nuevo Huerto del Edén

El rostro y el Nombre

Guarde la Palabra

Adore solamente a Dios

La profecía y la recompensa

La última bienaventuranza

Las siete bienaventuranzas

Los que quedarán afuera

El Lucero de la Mañana

La última invitación

La última alerta

Referencias bibliográficas

Cómo leer este libro

Trazando un paralelo entre los temas abordados en este libro y los eventos actuales, La Tierra va a prenderse fuego facilita la lectura y el entendimiento de lo que es considerado, por muchas personas, el libro más enigmático y de difícil comprensión de la Biblia.

Para tener una lectura fluida y lograr entender el contenido, sepa que cada capítulo corresponde a un capítulo del libro bíblico, por eso, le aconsejamos no saltarse ninguno.

El libro también trae imágenes de la telenovela Apocalipsis, exhibida por Record TV.

¿Cómo acabará el mundo?

Si hay algo en lo que los científicos están de acuerdo es en que el planeta Tierra tiene fecha de vencimiento. Astrónomos, biólogos, físicos, geólogos, científicos nucleares, agrónomos, entre otros, proyectan las posibilidades y las probabilidades de eventos que podrán definitivamente darle fin a la vida en la Tierra. Solo algunos ejemplos de esos posibles acontecimientos son:

Amenazas de una guerra nuclear.

Colisión de algún astro con la Tierra.

Plagas, enfermedades y hambre.

Falta de agua.

Alteraciones ambientales, desastres naturales y ecológicos.

Tempestades solares.

Algunos de estos acontecimientos pueden traer otros como consecuencia; por ejemplo, una guerra nuclear podría contaminar el suelo y el agua, causando falta de agua, hambre, muerte y epidemias, además de alteraciones ambientales irreversibles. Todas las circunstancias ya existen para que ocurran las catástrofes citadas, y otras más. ¿Qué están haciendo los científicos y los gobernantes al respecto?

En 2016, el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció que el próximo objetivo del programa espacial americano sería una misión tripulada a Marte. La previsión era que esto fuera posible para el 2030, pero asociaciones inéditas con empresas privadas, como SpaceX, de Elon Musk, han permitido que los planes se aceleren cada vez más, y es posible que la misión ocurra antes de lo previsto.

Al contrario de la carrera espacial que llevó al hombre a la Luna, el viaje a Marte no tiene como objetivo reforzar la importancia de un gobierno o de un país específico. Estados Unidos y Rusia, antes enemigos que competían entre sí, unieron fuerzas en septiembre de 2017 para construir una base espacial en la órbita de la Luna, etapa importante del plan para enviar misiones tripuladas a Marte. La inversión realizada por los gobiernos y las empresas involucradas en este proyecto, tanto de tiempo como de trabajo y dinero, es inmensa — y todo ese esfuerzo, ciertamente, no sería hecho por mera curiosidad.

La pregunta es: ¿por qué gastar cientos de miles de millones de dólares en una misión casi imposible, que enviará a personas a otro planeta sin expectativas de retorno? La razón, que nunca será explicada en el sitio web oficial de la NASA ni en ningún otro lugar, es solo una: la única garantía de supervivencia de la especie humana es abandonar el planeta Tierra y encontrar otro lugar donde vivir.

Según el expresidente americano Barack Obama, las misiones a Marte "nos enseñarán cómo los humanos podrán vivir lejos de la Tierra". ¿No sería más provechoso invertir todo ese dinero en mejorar la vida en la Tierra? La respuesta es no, si la conclusión de los científicos fuera la de que en cualquier momento nuestro planeta puede dejar de existir o volverse inhabitable.

Elon Musk, fundador de SpaceX, una de las empresas más involucradas con el proyecto del viaje a Marte, afirmó que colonizar el planeta rojo es esencial para preservar la raza humana y garantizar la continuidad de la civilización. Él dijo claramente: “Es importante tener una base autosustentable en Marte porque este planeta está suficientemente alejado de la Tierra y está más garantizada la supervivencia que en una base lunar. Si hubiera una tercera guerra mundial, queremos asegurarnos de que existan semillas suficientes de la civilización humana en algún lugar”.

En su última declaración sobre la posibilidad de extinción de la vida en la Tierra, el científico Stephen Hawking, considerando solo el aumento de la población y de la demanda de energía, dijo que la Tierra está a pocos siglos de convertirse en una inmensa bola de fuego. Pero los gobiernos y los científicos de hoy están conscientes de que muchos otros factores se han combinado para que la fecha de vencimiento de este mundo sea mucho más cercana.

Ya sea por interferencia humana a través de guerras, por el cambio climático o por la colisión de asteroides, está claro para todos que el futuro de la Tierra es prenderse fuego, y quien no quiere desaparecer en las llamas está dispuesto a pagar el precio necesario por su salvación. Las proyecciones científicas validan lo que la Biblia ya dijo hace miles de años: este mundo terminará en fuego. El Propio Señor Jesús afirmó, al hablar del final de los tiempos:

Yo he venido para echar fuego sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido! — Lucas 12:49

El apóstol Pedro, por el Espíritu Santo, dijo sobre este fin ardiente:

Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.

Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! Pero, según Su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. — 2 Pedro 3:10-13

La percepción de los gobiernos y los científicos no está equivocada. Lo que no saben, sin embargo, es que no solo la Tierra está amenazada, sino todo el Universo. Los cielos también serán deshechos, es decir, las estrellas, los satélites y los demás planetas tienen los días contados. Por eso, de nada serviría colonizar otros planetas. Nuestra salvación no está en programas espaciales.

Sí, esta Tierra terminará en fuego, y el ser humano necesita encontrar otro lugar donde vivir. Pero ese lugar no es Marte, sino el nuevo Cielo y la nueva Tierra — la salvación eterna reservada para quienes creyeron en el Señor Jesús y vivieron sus vidas en la obediencia a Sus palabras.

¿Qué pasará en esta Tierra desde ahora hasta que termine en llamas? Lo descubriremos en las siguientes páginas, al desvendar el Apocalipsis.

Apocalipsis 1

Sobre el Apocalipsis

La palabra “apocalipsis” significa “revelación”. El Libro del Apocalipsis trae a la luz “las cosas que deben suceder pronto”, incluyendo los acontecimientos en el final de los tiempos, el libramiento de los salvos, el juicio de los que rechazaron la salvación y el destino final de todos los seres físicos y espirituales.

El Autor del libro es el Propio Señor Jesús. La Fuente de su contenido es el Dios Padre:

La revelación de Jesucristo, que Dios Le dio, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la dio a conocer, enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan. — Apocalipsis 1:1

El receptor del mensaje para grabarlo y transmitirlo es el apóstol Juan. Los siervos de Dios son, exclusivamente, el público al cual está dirigido el libro, a quienes Él les da el privilegio de entender Su plan para ellos y para todo el resto de la creación. El objetivo es consolarlos en sus tribulaciones y prepararlos para lo que está por venir, a fin de que sean guardados de las terribles catástrofes y desgracias que asolarán a los que se queden aquí.

Este tratamiento especial dado a Sus siervos es un tema recurrente en la Biblia. El Señor Jesús dijo una vez:

El que tiene oídos, que oiga. Y acercándose los discípulos, Le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? Y respondiendo Él, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no se les ha concedido. — Mateo 13:9-11

Dios tiene un cariño especial con aquellos que Lo sirven. El Apocalipsis es la mayor prueba de eso, cuando el Señor les revela detalles del porvenir para que garanticen su salvación. El recado es claro: si no es siervo, usted no entenderá estas revelaciones.

El Jesús poco conocido

El Apocalipsis es la revelación para los siervos. Y la primera revelación que Jesús les da se refiere a Su nueva condición después de la resurrección. Él no fue simplemente un profeta, un hombre bueno que dijo cosas bonitas, que hizo buenas obras y que ayudó a los sufridos. Tampoco es solo el Hijo de Dios. En el Apocalipsis, Jesús Se mezcla totalmente con el Padre y disfruta de la misma autoridad, poder y honra del Altísimo. Comparte, con el Padre, el mismo Nombre que expresa Su eternidad:

Yo soy el Alfa y la Omega — dice el Señor Dios — El que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. — Apocalipsis 1:8

Conforme Isaías 44:6:

Así dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su Redentor, el Señor de los Ejércitos: Yo soy el primero y Yo soy el último, y fuera de Mí no hay Dios.

Jesús deja bien en claro, desde el inicio de Su revelación, que es el Único y Verdadero Dios, sin el cual no hay salvación.

Las religiones buscan llevar al mundo a creer que todos los caminos llevan a Dios y que el Señor Jesús es solo uno de esos caminos; pregonan que las personas deben practicar buenas obras para garantizar la salvación; intentan diluir a la Persona y a la obra de salvación del Señor Jesús entre otras figuras y creencias religiosas, creando un caldo ecuménico del cual todos puedan beber y agradarse. Todo eso, sin embargo, es mentira y engaño diabólico para sacar el enfoque del Único Salvador. No caiga en eso.

En los Evangelios, Jesús nos es presentado como el Hijo Unigénito, o sea, el Único Hijo de Dios. Pero, en Apocalipsis, Él es “el primogénito de los muertos (...) que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre” (Apocalipsis 1:5).

Él fue el Primero a resucitar entre los muertos, lo que significa que otros también resucitarán. ¿Quiénes son estos?

Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio, así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente Le esperan. — Hebreos 9:27-28

“Está decretado que los hombres mueran una sola vez” — note que la Biblia no le da ningún respaldo a la idea de la reencarnación, por la cual los muertos supuestamente reencarnan, mueren nuevamente, reencarnan, y así van “purificándose” de sus karmas... Al contrario, la Palabra de Dios dice que, después de la muerte, viene el juicio. O sea, el tiempo para arrepentirse y abandonar las malas obras es aquí y ahora.

Aquellos, sin embargo, que creyeron, que tuvieron sus pecados lavados en Su sangre y que esperan la salvación en Jesús, resucitarán también en Su venida. Tan cierto como Él resucitó, nosotros también resucitaremos.

Es este Jesús Exaltado, Vivo y Uno con el Padre que pocos conocen hoy. Pero nosotros creemos, servimos y somos amparados diariamente por este Jesús, del Apocalipsis — el Señor de señores, “que nos ama (...) e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para Su Dios y Padre” (Apocalipsis 1:5-6).

¿Cómo no aceptar tamaña oportunidad de salvación? ¿Cómo vivir como si el Señor Jesús fuera un dios cualquiera más en el mercado religioso?

Jesús en el medio de la Iglesia

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. — Apocalipsis 1:9

El apóstol Juan explica el porqué de estar como prisionero en la isla de Patmos, una pequeña isla volcánica en el mar Egeo, aún existente hoy como parte de Grecia. Se identifica a los lectores cristianos como “compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús”. No solo él estaba sufriendo persecución, sino que todos aquellos a quienes estaban dirigidas estas palabras también pasaban aflicciones y necesitaban mantener la perseverancia paciente que viene por la fe.

La verdadera fe es siempre victoriosa, pero nunca exime de tribulaciones. Quien sigue al Señor Jesús esperando solo tranquilidad no entiende la caminata de la fe. Juan estaba allí exiliado “a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. Así fue forjada la Iglesia Primitiva: en el fuego de la persecución.

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo; antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de Su gloria os regocijéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios. — 1 Pedro 4:12-16

Aún hoy, la fe de los verdaderos cristianos es probada por este mismo fuego. Como este mundo es gobernado por el mal, es natural que haya resistencia a los siervos de Dios. Y usted, ¿ya sufrió persecución por su fe y testimonio?

Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta. — Apocalipsis 1:10

“En el día del Señor” — el domingo ya era, desde el inicio de la Iglesia, un día reservado por los cristianos para prestar adoración a Dios. Ni siquiera en la prisión Juan dejó de respetar ese día, que marcó la resurrección del Señor Jesús.

Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver de Quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. — Apocalipsis 1:11-13

Juan vio al Señor Jesús en medio de siete candelabros de oro, que simbolizan las siete iglesias — una alusión a toda la Iglesia cristiana, en todo el mundo, en todas las épocas. El Señor Jesús está en medio de ella, como prometió: “Donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Hay poder en la reunión de los que creen. El Señor Jesús honra a Su Iglesia con Su presencia siempre que esta se reúne. Por eso, reunirnos periódicamente con otras personas que creen para rendirle culto a Dios es esencial para el mantenimiento de nuestra fe.

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre (...) — Hebreos 10:25

Es innegable que nuestra fe se fortalece cuando vamos a la iglesia. No obstante, hay un movimiento en el mundo, entre algunos que se dicen cristianos, que defiende que no es necesario ir a la iglesia a buscar a Dios, pues Él está en todos los lugares. Realmente, Dios nos oye en cualquier lugar. Sin embargo, si queremos formar parte del cuerpo del Señor Jesús, no podemos dejar de estar donde Él prometió que nos encontraría. La iglesia no es la estructura física, es la reunión de los que creen en el Señor Jesús. Si no hubiera un poder especial en la reunión de los que creen, el Señor Jesús no les habría dejado una promesa específica a ellos.

El diablo es el más interesado en alejar a las personas del lugar donde el Señor Jesús prometió estar. Cuando el león sale a la caza, acecha a la manada a la que quiere atacar. Cuando los animales notan el peligro y huyen, el más débil entre ellos, inevitablemente, queda atrás. La estrategia del león es justamente aguardar la oportunidad de agarrar al que quedó solo. De la misma manera, la estrategia del diablo es que usted se aísle, pues sabe que la presa más fácil es aquella que se queda sola. El diablo quiere alejarlo a usted de la iglesia para alejarlo del Señor Jesús. No caiga en esa trampa.

Y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y Sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; Sus ojos eran como llama de fuego; Sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y Su voz como el ruido de muchas aguas. — Apocalipsis 1:13-15

Aquí, Juan, al intentar describir el resplandor de la figura que vio — el Señor Jesús Glorificado — recurre por momentos a comparaciones y por momentos a simbolismos. La ropa larga hasta los pies y el cinto de oro sugieren la autoridad de un rey y la pureza de un sumo sacerdote. Los cabellos blancos, la sabiduría del Anciano de Días que el Señor Jesús posee. Los ojos como llama de fuego expresan la mirada penetrante del Señor, conocedor de todas las cosas. Los pies como bronce bruñido simbolizan seguridad y estabilidad. Y la voz como de muchas aguas habla de Su autoridad suprema.

En Su mano derecha tenía siete estrellas (...) — Apocalipsis 1:16

Las siete estrellas en la mano derecha del Señor Jesús significan los mensajeros del Evangelio, los instrumentos y vehículos de Su mensaje, que Él usa para conducir y apacentar a Su Iglesia. Aquellos que dedican sus vidas a la transmisión del Evangelio están en la mano derecha del Señor Jesús. Usted, que sirve a Dios, que se preocupa en transmitir el Evangelio, que es pastor, obrero, que hace alguna obra misionera, que forma parte de algún trabajo que les lleva la Palabra de Dios a las personas, está en la mano derecha del Señor Jesús. Y yo pregunto: si usted está en la mano derecha del Señor Jesús, ¿quién puede tocar su vida?

Claro, no todos los que predican el Evangelio son estrellas en la mano del Señor Jesús, pues muchos quieren ser estrellas para sí mismos. Si usted se considera cristiano, pero no anuncia el Evangelio, no está en la mano del Señor Jesús. Si incluso anuncia el Evangelio, pero lo hace por interés propio, tampoco está en la mano del Señor Jesús. La estrella del Señor Jesús brilla para Él, no para sí. Quien reivindica la gloria para sí mismo no está en las manos de Él.

(...) y de Su boca salía una aguda espada de dos filos; Su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza. — Apocalipsis 1:16

La espada de dos filos que sale de Su boca es la Palabra de Dios. Es afilada para cortar de nuestro entendimiento todo pensamiento destructivo y contrario a lo que enseña. Y el rostro como el sol nos remite al brillo de Su gloria, como sucedió en la Transfiguración. El semblante de quien tiene el Espíritu del Señor Jesús tiene un brillo diferente. Cuando usted tiene a Jesús, sus ojos brillan, su vida brilla.

La verdadera satisfacción no está en una canción agradable, en ropa linda, en fiestas o en belleza física. Si usted quiere ser una persona verdaderamente bonita y feliz, necesita recibir dentro de sí el Espíritu del Señor Jesús. Quien recibe este Espíritu recibe el brillo de vida, que irradia desde adentro hacia afuera. Así, aunque la persona tenga ropa simple, va a resplandecer una belleza inigualable, que no se compara a ninguna joya, a ninguna producción, y que ningún dinero puede comprar.

Cuando Le vi, caí como muerto a Sus pies. Y Él puso Su mano derecha sobre mí, diciendo: No temas, Yo soy el primero y el último, y El que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades. — Apocalipsis 1:17-18

Algunas iglesias usan este pasaje para defender, erróneamente, la doctrina del “caer por el poder de Dios”. Note que Juan tenía razón de postrarse delante de tamaña maravilla descripta anteriormente. Pero esta visión fue dada a él y a nadie más. La respuesta del Señor Jesús a él, al decirle que no tuviera miedo, muestra que lo que hizo caer a Juan a Sus pies no fue el poder de Dios (o habría pasado todo el Apocalipsis acostado en el suelo). No fue derrumbado; su reacción de perder las fuerzas y caer fue una reacción natural de pavor. Él cayó a Sus pies como muerto, con miedo, pero el Señor inmediatamente lo tranquilizó.

Finalmente, Jesús reafirma Su muerte y resurrección, y habla de Su autoridad sobre los enemigos del alma humana: “(...) y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.

Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a Aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. — Mateo 10:28

Cuando tenemos consciencia de Quién es el Señor Jesús y Le entregamos nuestra vida, no necesitamos tenerle miedo a nada ni a nadie, porque Él nos guarda. Tenemos a nuestro favor al Rey de reyes y Señor de señores que Juan vio. Ningún mal se atrevería a tocarlo; por eso, mientras nuestra vida permanezca en Él, estamos seguros. Pero la seguridad que Él da no se limita a este mundo. El Señor Jesús es el Único que tiene poder para salvar el alma. A Él solamente sea nuestro temor — el temor de pecar contra Él y perder nuestra salvación.

Apocalipsis 2

Las siete iglesias

El libro del Apocalipsis está dirigido a las siete iglesias de Asia. Como el número siete en la Biblia simboliza la perfección y la totalidad, creemos que estas siete iglesias representan a la Iglesia del Señor Jesucristo como un todo. La Iglesia del Señor Jesús no es una institución religiosa. Está hecha de los salvos, que viven la verdadera fe y que siguen la Palabra de Dios con sinceridad, independientemente de la denominación a la que frecuentan.

Por eso, las siete iglesias son como un espejo que refleja el perfil de cada cristiano. Cada una de estas muestra el carácter o la calidad de cristiano que hay en nosotros, además de mostrar los tipos de iglesias que existieron y existen en el mundo.

El Apocalipsis está dirigido a estas iglesias como una advertencia personal del Señor Jesús y también un reconocimiento de sus aciertos y cualidades. Estas siete cartas son un llamado para que cada cristiano evalúe minuciosamente la calidad de siervo que ha sido para su Señor.

Las siete cartas tienen algunas semejanzas en su contenido:

Todas están dirigidas a los cristianos por medio del ángel de la iglesia, o sea, su líder.

El Señor Jesús describe algo sobre Sí Mismo en todas las cartas, casi siempre remitiendo a la visión que Juan tuvo del Señor Glorificado.

El Señor Jesús muestra en todas las cartas que conoce plenamente a las iglesias, nada está escondido a Sus ojos.

Algunas iglesias son reprendidas y también alabadas; otras son solo reprendidas o solo alabadas.

Todas son exhortadas a perseverar o a arrepentirse.

Todas son llamadas a oír la voz del Espíritu.

Todas reciben promesas para los victoriosos.

Éfeso

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en Su mano derecha, El que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto:

Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi nombre y no has desmayado. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes. Sin embargo tienes esto: que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales Yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. — Apocalipsis 2:1-7

Los líderes del pueblo de Dios tienen responsabilidad delante de Él por el pueblo que lideran. Son los representantes del Señor Jesús, y el pueblo, por su parte, también representa a Dios para ellos. Como el pastor trata al pueblo, trata a Dios. Y el pueblo trata al pastor de la misma forma como trata a Dios.

La familia del pastor es la prueba más evidente de que es o no un hombre de Dios. Los cristianos deben observar en sus líderes mucho más que los dones del Espíritu Santo; deben observar los frutos de su testimonio, pues, hacia donde los líderes van, probablemente sus ovejas irán también.

El líder de la iglesia de Éfeso, por ejemplo, fue elogiado por sus obras, trabajo, perseverancia, resistencia a los malos, por exponer a los falsos y soportar pruebas a causa del Nombre del Señor Jesús. Pero fue reprendido por haber abandonado el primer amor.

La iglesia de Éfeso manifestaba un trabajo cuantitativo, y no cualitativo. La cantidad de servicio presentada por su responsable no tenía calidad porque le faltaba el primer amor.

Por más intensas que sean las tareas en la iglesia, no significan necesariamente una intimidad con Dios. Los innumerables compromisos que el pastor o el miembro de la iglesia va asumiendo pueden terminar perjudicando su relación personal con el Señor Jesús.

¿No será eso el abandono del primer amor? ¿Cuánto tiempo diario hay de dedicación a la lectura de la Palabra de Dios y a la comunión con el Señor Jesús, por medio de nuestra oración y alabanza? ¿Y cuánto tiempo había inmediatamente después de nuestra conversión? ¿Cuál es el motivo de ese distanciamiento entre lo que era y lo que es hoy? Claro, no se trata de una lectura corrida, automática, o de solo cantar música góspel. Muchos abandonaron el primer amor, pero continúan haciendo los rituales que hacían antes, maquinalmente, como el Propio Dios alerta: “Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se Me acerca con sus palabras y Me honra con sus labios, pero aleja de Mí su corazón, y su veneración hacia Mí es solo una tradición aprendida de memoria” (Isaías 29:13).

El abandono del primer amor es notado al observar los frutos. Evalúe si usted ha vivido ansioso, si ha guardado rencor, si se ha interesado mucho por las cosas del mundo o si las cosas de Dios han sido una carga para usted. Quizás incluso haga las tareas en la iglesia, pero siempre reclamando o pensando en las cosas “más interesantes” que podría estar haciendo.

El abandono del primer amor también puede ser diagnosticado con un examen minucioso de sus intenciones. Evalúe por qué usted lee la Biblia. ¿Es solo por hábito o porque quiere aprender (y practicar) la voluntad de Dios? Al prestar servicio en la iglesia, ¿está preocupado por lo que los demás van a pensar? ¿Busca hacer las cosas correctamente para no ser reprendido por el pastor o el líder del grupo? ¿O hace lo mejor como ofrenda a Dios, para agradarlo a Él? (Consejo: quien hace una actividad como ofrenda a Dios lo hace con alegría, no con reclamos.)

Le corresponde a cada uno hacer este autoexamen y, en caso de que note que la calidad de su fe no ha sido la misma, obedezca al consejo del Señor Jesús, para su propio bien: recuerde de dónde cayó, arrepiéntase y vuelva a practicar las primeras obras, con la misma sinceridad y humildad del principio.

Esmirna

Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto:

Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás. No temas lo que estás por sufrir. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda. — Apocalipsis 2:8-11

Esmirna era una rica ciudad portuaria y comercial de Asia Menor, actualmente Izmir, la tercera mayor ciudad en Turquía. La iglesia cristiana que había allí era pobre y perseguida. El sufrimiento por el martirio era una característica de esta iglesia, pues su fundador, Policarpo, fue quemado vivo por los perseguidores de Roma, que no aceptaban el hecho de que los cristianos sirvan al Señor Jesús en vez de a César. Millares también fueron martirizados después de él.

La vida y la libertad fueron ofrecidas al anciano Policarpo si, tan solamente, maldijera al Señor Jesús, pero respondió: “Hace ochenta y seis años sirvo al Señor, y Él solo me ha hecho bien. ¿Cómo podría yo, ahora, maldecirlo, siendo Él mi Señor y Salvador?”

La persecución a los cristianos continuó a lo largo de los siglos. Centenas de millares (algunos estiman millones) murieron en Europa durante la Santa Inquisición entre los siglos XIII y XIX. La muerte por tortura de los que no adherían a la Iglesia de Roma fue oficialmente abolida en el siglo XIX, pero las persecuciones a la fe evangélica continúan siendo de las formas más astutas hasta los días de hoy.

Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. — 2 Timoteo 3:12

Quien se propone a seguir verdaderamente la fe cristiana tiene que saber: esta amenaza a los poderes de este mundo que no aceptan ni se sujetan al Señor Jesús. Por eso, los verdaderos cristianos siempre serán perseguidos.