Las dos sendas - Rev. Tim O'Connell - E-Book

Las dos sendas E-Book

Rev. Tim O'Connell

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Beschreibung

Descripción del libro
A lo largo de nuestro viaje como creyentes habrá ocasiones en las que seremos confrontados con decisiones que alteran toda nuestra vida. Cuando estemos frente a esa encrucijada, ¿qué decisión
tomaremos? ¿Se hará conforme a los caminos del hombre o según los caminos de Dios? Esa es la esencia del mensaje de Las dos sendas. El Señor le ruega a Su Iglesia que escuche lo que el
Espíritu está hablando en esta hora; ¿estamos escuchando? ¿Estamos discerniendo? Y, ¿estamos respondiendo? Que mientras recorremos los senderos de Dios en esta vida, el Señor nos ayude a estar entre quienes no solo son llamados, sino también escogidos y hallados fieles.

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LAS DOS SENDAS

 

 

Eligiendo la senda que conduce hacia el Reino

 

 

Tim O’Connell

 

Prefacio por David Ravenhill

Título original en inglés: “The Two Paths”.

© 2021 Tim O’Connell

Versión 1.0 en inglés 

 

Título en español: “Las dos sendas”

© 2024 Tim O’Connell

Versión 1.0 en español

 

 Diseño de portada:

Diseño de portada: Peter Sam

Graph/Chart design: Lawton Ho & Peter Sam

 

LAS DOS SENDAS © 2021 por Tim O’Connell. Todos los derechos reservados bajo la Ley International de Derechos Reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, modificada o adaptada o transmitida de ninguna forma, o por medios electrónicos, medios escritos, incluso por fotocopia, grabación o por medio de archivo o descargo, sin previa autorización o el permiso de Tim O’Connell, excepto en casos de referencia citada para incluir en artículos de revista, periódico, radiodifusión o televisiva.

 

Traducción al castellano: Marlene Z., Honduras, agosto 2023

 

A menos que se indique lo contrario,

todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión

Reina-Valera en su revisión de 1960, 1960 Sociedades Bíblicas Unidas

 

Publicado por Zion Christian Publishers.

Para más información, favor de contactar a:

Zion Christian Publishers

Un ministerio de Zion Fellowship ®

P.O. Box 70

Waverly, New York 14892

 

Teléfono: 607-565-2801

Fax: 607-565-3329

www.zcpublishers.com

www.zionfellowship.org

 

ISBN 978-1-59665-788-5

RECONOCIMIENTOS

Agradecemos al equipo editorial: Carol Foo, Lawton Ho, Elizabeth H., Peter Sam y Suzanne Y.

Especialmente agradecemos al Pr. David Ravenhill, Gregory Vijayendran y Wee Zi Cong por su gentil respaldo.

Gracias a tantos otros que me han animado y ayudado a lo largo de esta jornada.

Tim O’Connell

Noviembre 14, 2020

LA PRIMERA SENDA

Era una fría mañana en un jueves de marzo de 1982. Yo salía de Grandview Plaza al oriente de Erie, Pensilvania según instrucciones del gerente de la carnicería Loblaws. Intentaba virar a la izquierda de la avenida Pine para dirigirme a mi próximo destino; sin embargo, hice una pausa antes de proseguir. Había algo que John Hermann, el gerente de la carnicería, me acaba de informar, y ahora esto me hacía meditar: “¿Sabías que Dan Caram dejará Loblaws [N. del T.: Una carnicería] para entrar al ministerio a tiempo completo como ministro?”. Yo conocía a Dan Caram desde hacía cuatro años, y el comentario me sorprendió porque no sabía que él era pastor. A decir verdad, yo venía saliendo de este establecimiento comercial; pero, ¿cuál podría ser la razón para lo que contemplaba en mis pensamientos?

Había sido solo unos once días antes que, a tempranas horas de la mañana (3:00 a.m.), estando sobre mis rodillas, le había clamado al Señor que trajera alguien en mi camino para que me diera dirección para mi vida y me ayudara. Yo era un creyente que se había apartado [N. del T.: Descarriado], y sabía que no podía continuar viviendo una vida doble. Recordé esa noche, porque tenía la disyuntiva de la elección en qué dirección virar: “Viro hacia la izquierda y continúo haciendo mi trabajo o, ¿me dirijo por la derecha y voy de regreso para ver a Dan Caram?”.

Obedecí lo que me instaba en el interior de mi ser a regresar para visitar a Dan Caram, para inquirir más acerca de su vida y llamado a servir en el ministerio. Para mí fue muy claro que tomar esa decisión se volvió en un momento crucial [N. del T.: Decisivo, de transición] para mi vida. Aún hoy día, el pastor Dan Caram sigue pastoreando, y yo me siento eternamente agradecido con el Señor que el Pr. Caram es mi pastor, y que mi vida fue dirigida hacia él en 1982. En ese entonces, delante de mí había dos sendas. Era de esperarse, y hubiera sido algo normal, virar a la izquierda en la avenida Pine y continuar con la ruta y el horario de trabajo; no obstante, lo que me instaba en el interior no podía ser ignorado.

Me sentía desesperado; necesitaba más de Dios, y valió la pena tomar el tiempo, y verificar si era Dios respondiendo mi oración hecha de todo corazón. De esa decisión se recogió fruto que lo cambió todo. En resumidas cuentas, ese es el mensaje de Las dos sendas. Se puede percibir con el paso de los días, que estamos más conscientes que no podemos seguir viviendo un estilo de vida cristiana tal como están las cosas [N. del T.: El status quo]. ¿Puede usted afirmar esto? ¿Está usted dispuesto a seguir lo que el Señor le está instando y guiando a hacer?

Son muchas las personas que han producido un impacto profundo en mi vida. Una de estas personas, a la que hago referencia continuamente en este libro, es el Dr. Brian Bailey. Fue su preocupación por la iglesia dividida de los postreros días lo que sirvió como la base para este mensaje acerca de Las dos sendas. Fue el pastor Dan Caram quien fomentó en mí un amor por la Palabra de Dios; y cualquiera que conoce al Pr. Caram podría reconocer su influencia en mis escritos y descripciones de ciertos eventos. La sección de este libro bajo el título “La derivación o vía de circunvalación [baipás] romana” está inspirada en su enseñanza acerca del Libro de Romanos. Estoy agradecido eternamente con el Señor por instarme en 1982 a tomar la senda que me llevaba de regreso a la tienda de Dan Caram.

En definitiva, tomó seis años concluir el proyecto de este libro; y estoy convencido que este mensaje es necesario, y espero que para el creyente del día presente este mensaje sea significativo y práctico. Al solo mirar a los eventos que están saliendo a la luz hoy día, podemos observar cómo se va socavando una posición intermedia tanto en la cultura como en la política. Si esto es cierto en el ámbito natural, podemos estar seguros que también lo es en el ámbito espiritual (1 Co. 15:46). Es alarmante cuánta indiferencia y autocomplacencia hay dentro de la Iglesia. Dad alarma en Sion (Jl. 2:1). Despierta, despierta (Is. 52:1) son algunas pocas advertencias que resuenan. ¿Está alguien escuchando? ¿Quién está respondiendo?

Un viaje y un mensaje que comenzaron en 1982, continúan desenvolviéndose al día de hoy. A decir verdad, es un mensaje que continúa adquiriendo mayor significado. No importa dónde se encuentra usted en su viaje con el Señor, esperamos que este libro le ayude a definir las dos sendas, y le inspire a andar en la senda que conduce a la justicia y la santidad (Ap. 22:11).

PREFACIO

Nuestra carne tiene la tendencia a pensar que nuestros caminos son superiores a los caminos de Dios. Usted recordará que Pedro, tomando aparte a Jesús, le reconvino porque les había declarado que era necesario que Él padeciera y experimentara la muerte. Cuando Pablo les escribió a los corintios, les explicó que ‘la mente natural no entiende las cosas de Dios’; y el título que este libro podría llevar bien sería: El camino de Dios versus el camino del hombre. Expone el hecho de que cada uno de nosotros enfrenta la elección de dos sendas. Una senda es la autopista de la conveniencia, mientras la otra es la senda angosta de la excelencia. Aun cuando el camino de la cruz, la humildad, el quebrantamiento, la justicia, etc., puede parecer arduo, el resultado final es un instrumento útil [N. del T.: Apto] para el uso del Maestro. A la carne le atrae la autopista de la conveniencia, pero termina siendo desechada; teniendo el Alfarero que deshacerla para rehacerla de nuevo antes de que Él la pueda utilizar.

Yo creo que la lectura de este libro debería ser un requisito para todo aquel que está por entrar al ministerio, al igual que para todo aquel que ya está sirviendo al Rey. Este libro debe ser leído una y otra vez, y de preferencia sobre nuestras rodillas. Conozco personalmente al autor por varios años, y puedo avalar su integridad, humildad, sabiduría y pasión por Dios y Su Palabra. ¡Léalo!, pero primordialmente, atienda el mensaje de este libro; porque podría evitarle muchos años de vagar errante, inclusive, podría salvarle su alma.

David Ravenhill,

Autor & Maestro itinerario.

Lakeland, Florida

HAGA LA ELECCION CORRECTA

Anne Frank escribió: “Nuestras vidas son modeladas por nuestras elecciones. Primero tomamos nuestras decisiones; después nuestras decisiones nos hacen a nosotros”.

Este libro se refiere al discernimiento y la decisión respecto a opciones [elecciones] binarias que los cristianos enfrentan en diferentes etapas de su peregrinaje en la Tierra. Tomamos decisiones espirituales que después nos hacen a nosotros. La elección en Génesis 13:9-12 entre las llanuras de riego de Sodoma y Gomorra o la tierra de Canaán. La elección que los israelitas enfrentaron al escuchar el desafío que les hizo Josué: “[…] Escogeos hoy a quién sirváis; […] Pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Las alternativas a las que optaban los hijos de Israel ante el llamado de toque de trompeta que Elías les hacía en el monte Carmelo: “[…] ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él […]” (1 R. 18:21). Y así, muchas opciones binarias más.

Dos vientos. Dos sendas. Dos cubiertas. Dos ofrendas. Dos congregaciones. Dos confesiones. Dos sacerdotes. Dos profetas. Dos Salomones. Eso, en resumidas cuentas, es lo que usted verá con claridad en un estudio revelador y verídico, de profundidad y fundamentado en la Palabra, presentado a lo largo de las cuatro secciones de este libro. Al igual que su padre espiritual, el Dr. Brian Bailey, el Rev. Tim O’Connell como hábil espadachín sabe blandir la espada de la Palabra en sus escritos. Maneja la espada de dos filos (que es viva, eficaz y poderosa) para cortar y partir entre el alma y el espíritu, y discernir los pensamientos y las intenciones del corazón (He. 4:12).

Sin embargo, la espada de dos filos también penetra en el alma del escritor / espadachín. El Rev. Tim comparte anécdotas personales de su misma vida y ministerio, confesando con honestidad sus propias luchas como un testimonio transparente, con tal autenticidad que es excepcional en la cristiandad para cualquier ministro y misionero veterano. Sus ilustraciones, como fuentes de un ensayo ilustrativo, dirigen el foco de atención hacia el estado de nuestra alma. Llegamos de tal manera a ser confrontados con la verdad que, cada uno de nosotros tiene que tomar una decisión: obedecer a Dios o no.

La lectura de este libro no es cosa liviana o que se pasa desapercibida. Si lo que usted quiere es leche, entonces cierre este libro. Pero, el alimento sólido es para los maduros, para los que tienen el poder de discernimiento adiestrado por una práctica constante de distinguir entre el Bien y el Mal (He. 5:14). Al igual que la Palabra de Dios, entre más profundiza en este libro, más el mismo penetra en usted. Entonces, alístese amado santo, para que el Espíritu Santo hable a sus oídos espirituales, con palabras llenas de la verdad (aunque sea incómodo), y con palabras de vida (¡despertando al que duerme!).

Todos los que conocen al Rev. Tim O’Connell ya saben que es un siervo fiel del Señor Jesucristo; alguien que predica y enseña en el temor del Señor. Ese temor piadoso (en contraste con el temor humano) es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia (Pr. 9:10). En efecto, en este libro encontrará tanto la sabiduría de Dios como la inteligencia.

 Al tomar de su fruto, usted discernirá de qué árbol está degustando: del árbol de vida (Ap. 2:7), y no del árbol del Bien y el Mal, el cual ciertamente es seductivo y caracteriza a muchos de los manuscritos en esta hora presente. Sin embargo, usted, por lo contrario, ha tomado la decisión correcta al elegir este libro; le dará vida, y cambiará su vida.

Gregory Vijayendran

Siervo de Dios & presidente,

Confraternidad Cristiana de Leyes

(Law Christian Fellowship)

De vez en cuando uno se encuentra con un libro que nos cuesta dejar de leer. Y también están aquellos que en ocasiones nos hacen que leamos detenidamente y de manera minuciosa. Las dos sendas es uno de esos hallazgos poco comunes [N. del T.: Escasos] que cabe dentro de las dos categorías. Conociendo personalmente al Pr. Timothy O’Connell desde hace unos años, la anticipación en la espera por este libro ha valido la pena.

Las dos sendas es doctrina sana, enriquecida y con perspectiva; su lectura le provoca profundizar en la Palabra de Dios por sí mismo. Un libro escrito con unción profética y de urgencia, que ciertamente le desafiará a examinarse a usted mismo. A medida que nos acercamos al final de esta era, no podemos evitar discernir los tiempos en los que estamos viviendo y vivir de manera circunspecta [N. del T.: Sabia y prudente]. Que este libro le ayude a hacer eso precisamente; y le anime a permanecer en la senda angosta hasta la venida del Señor Jesucristo.

Wee Zi Cong

Autor de Una rosa en el desierto

Estamos viviendo en un mundo en donde la identidad de una persona se divide en dos elementos. Un alma y datos [N. del T.: Hechos o información]. Prácticamente toda decisión que una persona (alma) toma, dejará caer migajas de información (datos). Los diseñadores recopilarán la información para diagramar una serie de cuadros (gráficos). Los mercadólogos analizarán esos datos. Las plataformas de las redes sociales reducirán su elección para sugerirle la mejor opción de un camino que satisfaga su alma.

Durante los últimos seis años, el pastor Tim y yo nos hemos reunido en un café para discutir acerca de las decisiones que las personas hacen y los senderos que terminan eligiendo. Espero que este libro nos instruya para que escojamos sabiamente. El encanto [N. del T.: Espejismo y glamur] de ‘Broadway’ tiene que ser alimentado y ensanchado constantemente; pero la senda angosta demanda que alivianemos tanto equipaje, llevándonos a una decisión que nos ubica en las dos sendas a lo largo de nuestro viaje a la Sion espiritual. “¿Qué senda elegirá usted?”.

Peter Sam

Pastor Confraternidad Bahasa Indonesia

PREFACIO / INTRODUCCIÓN

Este libro comenzó como una serie de sermones y mensajes individuales que fueron expuestos durante un período de varios años; pero todos ellos caben dentro de un solo tema bajo el encabezado: Las dos sendas. En seminarios que enseñé en varios países surgía una petición constantemente entre los participantes: ¿Algún libro de texto contiene este tema?

Justo antes de viajar a Gales junto con mi esposa Joanne en el otoño de 2017, yo había enviado el borrador para someterlo al trabajo del editor. En los planes estaba la asignación de fungir por el período de tres meses como el rector del instituto bíblico de Gales durante los meses de septiembre a noviembre. Regresaría a Singapur, y trabajaría en el manuscrito para sus toques finales y después enviarlo para su publicación. No obstante, surgieron más correcciones que hacerle al libro antes de concluirlo.

Sin embargo, en el instituto bíblico de Gales ocurrió un incidente que sumó más a la urgencia de difundir el mensaje de Las dos sendas. El incidente surgió en el mismo cuarto donde el fundador del instituto Rees Howell había conducido durante la Segunda Guerra mundial la intercesión y la oración que habría contribuido a darle un giro de cambio a los eventos a favor de los aliados. Este cuarto es llamado “el salón azul”. En este mismo salón impregnado de tanta historia, fue donde el Señor inspiró un lunes, 25 de septiembre del 2017, una palabra profética peculiar. Se percibió durante la reunión de intercesión de esa noche una unción fuerte de parte del Señor. Un pensamiento impactó sobremanera a una de las intercesoras, y este era acerca de dos vientos poderosísimos que soplarían sobre la Iglesia. La intercesora desconocía su significado; pero al momento de compartirlo con el grupo, el Señor me dio la interpretación.

En mi espíritu percibí fuertemente que el Señor nos estaba dirigiendo a enfrentar el primer viento, en lugar de oponerle resistencia o evitarlo. El énfasis era que este viento era permitido por Dios, y aunque su furia era poderosísima, el Señor quería que la Iglesia lo atravesara y lo acogiera. Yo sentí que la advertencia que venía era que no debíamos etiquetar de manera errónea este primer viento ni debíamos evitarlo.

Con respecto al segundo viento, yo percibí que era semejante al viento del sur [N. del T.: Austro] que había traído tiempos de refrigerio, así como lo cita Cantar de Cantares 4:16. Era muy claro que la magnitud de la bendición que contenía el segundo viento estaba asociada directamente con la aceptación con la que el primer viento fuera acogido. Diez días más tarde, la misma intercesora, por casualidad, se encontró con una palabra profética que anteriormente había ya sido dada y que llevaba por título: Los dos vientos que vienen a la Iglesia.

(https://www.northwestprophetic.com/2009/07/two-winds-coming-to-church.html).

LOS DOS VIENTOS QUE VIENEN A LA IGLESIA

POR DAVID MINOR

Esta palabra profética no viene de un “profeta mayor” ni con un nombre reconocido. David Minor, sencillamente era un pastor de jóvenes o pastor asistente de Longview, Washington, cuya palabra profética fue recopilada por medio de una máquina de escribir y luego pregonada. Yo creo que esta profecía dada hace unos veinte y dos años nos está hablando a nosotros en esta época. Dios ha vuelto a hablarles a Sus profetas acerca de los vientos. Y creo que este viento ya está viniendo sobre nosotros, y sería sabio volvernos de cara hacia este viento.

El Espíritu de Dios está diciéndote que el viento del Espíritu Santo está soplando sobre esta Tierra. No obstante, la Iglesia ha sido incapaz de reconocer este viento. Al igual que tu nación les pone nombres a los huracanes, Yo le he puesto Mi nombre a este viento; y este viento será llamado “Santidad a Jehová”.

Debido a que carecen de conocimiento, habrá algunos de Mi pueblo que tratarán de refugiarse de este viento; pero al hacer esto, quedarán fuera de Mi obra, porque este viento ha sido enviado a soplar en cada institución que fue levantada en Mi nombre. Aquellas instituciones que han sustituido Mi nombre para poner en Su lugar el nombre de ellos, debido al impacto de este viento, caerán; como chozas de cartón ante un vendaval caerán. Los ministerios que no han andado delante de Mí en integridad, se desmoronarán y se derrumbarán.

Este es Mi viento.

Por esta razón el hombre estará tentado a catalogar esta obra como una obra de Satanás; no seáis engañados. Este es Mi viento. Ya no puedo tolerar el estado actual de Mi Iglesia. De cara a este viento, organizaciones y ministerios serán estremecidos y caerán; e incluso habrá algunos que procurarán esconderse de este viento. No escaparán. Soplará contra sus vidas, y parecerá que se derrumba todo a su alrededor y, en realidad, así será.

Pero nunca olvides, este es MI VIENTO, dice el Señor. Aparecerá con la fuerza de un tornado y parecerá que deja devastación; pero la palabra del Señor viene y dice: “Volved vuestro rostro hacia el viento, y deja que sople, porque solamente aquello que no es Mío será devastado”. Debes saber que esto es necesario.

Un segundo viento

No desmayen porque después de este, volverá Mi viento a soplar. ¿No has leído como Mi aliento sopló sobre el valle de los huesos secos? Así soplará sobre ti. Este viento vendrá con la misma fuerza que el anterior. Este también llevará Mi nombre; será llamado “el Reino de Dios”.

Traerá consigo gobierno y orden; y a la vez, traerá Mi potestad. Con ese viento vendrá lo sobrenatural. El mundo se reirá de ti por causa de este primer viento; pero ya no reirán más, porque este viento vendrá con fuerza y potestad para producir lo sobrenatural entre Mi pueblo. El temor de Dios caerá sobre la nación. Mi pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de Mi poder; dice el Señor. En el primer viento que venga sobre ti, soplaré el de ti el orgullo, la lujuria, la codicia, la competencia y los celos, y te sentirás devastado. ¿No habéis leído: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”? Porque en la pobreza de tu espíritu Yo estableceré Mi Reino. ¿No habéis leído que el Reino de Dios está en el Espíritu Santo? Así también, por Mi Espíritu, será establecido y manifestado Mi Reino.

Quiero que sepas que habrá quienes procurarán esconderse de este presente viento, y aun así fluir en el segundo viento. Pero, una vez más, serán arrasados por este viento. Solo a aquellos que se han vuelto de cara hacia el

viento presente serán impulsados por el segundo viento.

Has anhelado el avivamiento y ver lo sobrenatural y los milagros. Tú y tu generación lo verán; pero únicamente vendrá a través de Mi proceso, dice el Señor. En su estado actual la Iglesia al presente no puede contener Mi poder. Pero, en la medida en que se vuelva de cara hacia el viento de Santidad a Jehová, será purificada y cambiada para poder contener Mi gloria. Este es el juicio que ha comenzado en la casa de Dios; mas aún no es el fin. Cuando el segundo viento haya venido y haya traído Mi cosecha, entonces será el fin.

Por David Minor, medianoche del 6 abril, 1987

Esta palabra profética de 1987 nos consternó a todos nosotros en el instituto bíblico de Gales y atrajo nuestra atención. ¿Sería posible que el viento espiritual llamado “Santidad a Jehová” había comenzado a arremolinarse en un esfuerzo por llegar hasta la raíz del pecado entre el pueblo de Dios? Y de ser así, ¿estamos dispuestos a someternos a este viento para que el Señor pueda llevar a cabo Su propósito de limpiarnos a nosotros, el templo del Dios vivo? ¿Estamos oyendo verdaderamente lo que el Espíritu del Señor le está hablando a la Iglesia de nuestros días?

“Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.  Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo” (Is. 28:16-17).

“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia” (Mal. 3:2-3).

Debido a lo avanzado de la hora postrera en la que estamos, esta profecía de Los dos vientos que vienen a la Iglesia sobrelleva una urgencia. Téngala presente a medida que recorremos este libro de Las dos sendas, porque ambos son dos mensajes que van mano a mano y encajan perfectamente. El primero de los vientos se desempeña como la clave para la expresión plena del Reino de Dios. Nos ayuda a entender cómo podemos permanecer en la senda que conduce a la justicia y la santidad. También nos ayuda a asegurarnos que nuestros pies estén firmemente plantados en la senda angosta que conduce a la vida: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mt. 7:13-14).

Hoy en día, la mayoría de la Iglesia opta por un atajo, y elijen la senda más fácil que menosprecia el primer viento, mientras espera fluir en las bendiciones del segundo viento. ¡Que nosotros no nos unamos a ellos, porque estamos llamados a andar en la senda angosta que conduce a Sion, la ciudad de nuestro Dios!

“Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo” (Sal. 46:4).

LAS DOS SENDAS

Hay mucho en juego a medida que nos acercamos al período del regreso del Señor. Aunque la división dentro de la Iglesia se hace cada vez más y más amplia, muchos son los creyentes que permanecen en el sueño e indiferentes a la realidad. Las posturas de terreno neutral en la que muchos cristianos procuran vivir, está socavando; y ya no es una opción el cabalgar a horcajadas [N. del T.: El pensamiento de la flexibilidad para balancearse entre dos caballos con una pierna en cada caballo] entre el Reino de Dios y el mundo. Se requiere tomar una decisión entre las dos sendas que existen para la mayoría de la Iglesia de hoy. De nuevo resuena el desafío que el profeta Elías le hiciera al pueblo en el monte Carmelo: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” (1 R. 18:21)

Remontémonos al año 1982, en el estado de Nueva York, Estados Unidos de América, durante la Convención de pastores a la que asistieron los pastores de nuestra confraternidad de iglesias. Yo personalmente no estuve presente, pero pude escuchar por audio los mensajes grabados de la convención. El fundador de la Confraternidad Sion y de la Universidad cristiana Sion era el predicador principal, el Dr. Brian Bailey. En su mensaje bajo el título Las dos corrientes, él puso su enfoque en cómo luciría la Iglesia en los postreros días. Su premisa fue que la Iglesia al final de los tiempos se dividiría; y que al principio esta división sería sutil y fácilmente reconciliable, pero con el tiempo, la separación se distinguiría claramente, tal y como lo ilustra Apocalipsis 3:16 y el capítulo 22:11.

Pude reconocer en el audio las voces y los nombres de muchos ministros asiduos y reconocidos por su asistencia a estas convenciones, quienes asentían a lo que el Dr. Bailey estaba advirtiendo. Lamentablemente, aun así, muchos de ellos, al poco tiempo [unos años después], se desviaron por sendas contrarias. ¿Cómo fue posible que algo así le sucediera a un grupo de ministros tan maduros? Si esto les sucedió a ellos, también le podría suceder a cualquiera de nosotros; así que, examinemos por qué fue que ellos se apartaron del camino angosto, y aprendamos cómo evitar que nos desviemos.

Aunque este mensaje de Las dos corrientes fue inicialmente predicado hace muchas décadas, el Señor ha incrementado la carga por este mensaje en años más recientes. Él me ha dejado muy en claro que este tema de importancia debe ser reavivado significativamente. Primero, tiene que impartírsele su importancia a los cristianos del día de hoy, de forma práctica y en términos reales. Segundo, por medio de la narrativa bíblica presentada en este libro, que impere la necesidad de vivificarle la Palabra de Dios a cada lector de Las dos sendas. Esto es para proveer la oportunidad amplia, al exponernos bajo la luz de la Palabra de Dios, para que cada uno de nosotros pueda ser honesto y abierto con respecto a nuestra condición espiritual.

ANDA EN MIS ZAPATOS POR UNA MILLA

Remontémonos aún más, a la década de 1960, y consideremos al compositor norteamericano, Joe South, quien compuso una canción instructiva en el medio de un cambio cultural de su era. Le puso por título: Anda en mis zapatos por una milla. La letra de esta canción era un recordatorio para los oyentes, que se pusieran los zapatos de aquellos que tendían a “acusar, criticar o abusar”. Para muchos creyentes que están siempre prestos a juzgar a ciertos personajes bíblicos, sin un tan solo esfuerzo por ponerse en el lugar que ellos vivieron [en la narrativa de su historia], esto viene a ser un muy buen consejo.

¿Cómo habría respondido usted si hubiera sido Adán o Eva en el huerto del Edén? Sin el beneficio de que ya conocemos las consecuencias, ¿qué hubiera hecho usted si estuviera en sus zapatos? Para apropiarse adecuadamente del potencial del mensaje de Las dos sendas, es importante esa habilidad de poder introducirnos en cada trama bíblica.

Es fácil predicar mensajes poderosos acerca de los personajes bíblicos y sus faltas [errores], entre tanto nos pintamos como héroes inquebrantables de la fe. (¿Negar a Jesús tres veces? ¡Yo no!). Pero, recordemos que tenemos una mayor rendición de cuentas por el hecho que ha sido derramada sobre nosotros mucha luz a lo largo de los millares de años de historia bíblica, y de los muchos ejemplos dispuestos que nosotros hoy podemos encontrar en la Palabra de Dios.

Amplia es la evidencia que confirma que la Iglesia de hoy se está dividiendo; y tal evidencia debería provocar en cada uno de los creyentes el deseo de perseguir la senda que ‘conduce a la vida’. El objetivo principal de este libro es ayudar a que cada creyente y lector pueda evaluarse honestamente, y pueda analizar dónde se ubicaría dentro de las tramas bíblicas conocidas; y con esto reconocer y comprender en cuál de las dos sendas está caminando al día presente.

CUATRO SECCIONES

He dividido este libro en cuatro secciones. En la primera parte, examinaremos las líneas divisorias entre las dos sendas, y los pasos que conducen a ese punto de demarcación. La segunda sección lleva por título La calzada romana. La carta del apóstol Pablo a los romanos, se presta como un plano de anteproyecto para la vivencia cristiana contemporánea. También, ayuda a esclarecer el punto de separación muy bien demarcado que aborda los muchos elementos doctrinales de debate que la Iglesia enfrenta hoy en día. Entre tanto, La calzada romana esun tema que amerita un libro por sí solo. Lo he incluido aquí, ya que se entrelaza muy bien con el tema que preside [destaca]. Además, el mensaje predominante de Las dos sendas se realza a lo largo de este enfoque peculiar.

En la tercera sección del libro, una serie de siete contrastes seleccionados nos ayudarán a ubicar el mensaje central dentro del contexto de la Iglesia de estos días contemporáneos. Este ejercicio sublime, y a la vez saludable, nos ayudará a mirarnos a través de este espejo singular.

Temas que se cubrirán:

Las dos cubiertas   Génesis 3

Las dos ofrendas   Génesis 4

Las dos congregaciones  Éxodo 31:18 al 32:1-6

Las dos confesiones   Números 13:30-31

Los dos sacerdotes   Itamar/Eleazar

Los dos profetas   Elías/Balaam

Los dos Salomones   Cantares/Eclesiastés

La cuarta sección procura abordar la interrogante: ¿hacia dónde nos dirigimos desde aquí? Es muy importante que tengamos entendimiento de en dónde nos encontramos en nuestro viaje personal con Dios. Una vez conocemos esto, es importante tener guías prácticas que nos ayuden a establecernos y mantenernos en la senda correcta. Las disciplinas cotidianas sencillas contribuyen mucho para que esto se vuelva una realidad a largo plazo.

Ambas llamadas de atención urgentes que tanto Las dos sendas, como Los dos vientos, nos transmiten, deben ser tomadas muy en serio. Ya con un conocimiento mayor de estas dos sendas bifurcadas, nos es de carácter crítico a todos conocer cómo poner nuestros pies, y cómo permanecer, en la senda que conduce a la gloria, la justicia y la santidad.

“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto”

(Pr. 4:18)

CAPITULO 1

POR QUÉ EL MENSAJE DE LAS DOS SENDAS

En síntesis, Las dos sendas es un mensaje con relación al discernimiento; una advertencia acerca de cómo todo está por cambiar, y que a la vez esclarece en cuál de las dos sendas andamos. Queremos dejar muy en claro que, la mayoría de los cristianos, por la forma en que conducen sus vidas, procuran tener un andar en ambas sendas. ¿Tiene usted el deseo y la habilidad de buscar intencionalmente conducirse en una vida que está apartada para Dios? ¿Es capaz de reconocer las dos líneas de demarcación?

¿Ya se percató de la confusión que procede desde los púlpitos hoy en día? Por un lado, está el pensamiento teológico conservador, que podría conducir a la exclusividad e irrelevancia, si es que se lleva a los extremos. Por el otro lado, hay doctrinas y enseñanzas contenciosas, como las doctrinas de la hiper-gracia, el movimiento de la Palabra de Fe y la teología del dominio. ¿Cuál de estas teologías es sana? ¿Cómo adquirimos claridad? Comencemos, quizá, por donde la mayoría de la Iglesia puede estar en un mismo acuerdo: cómo es que el Señor aborda el mensaje a la iglesia de Laodicea.

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!  Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap. 3:15-16).

La iglesia de Laodicea existió durante los días en los que el apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis, pero también esta sirve como un cuadro de la Iglesia de los últimos días. Uno de los mensajes predominantes que emanan de estos versículos es que no hay zona intermedia. Se acabaron los días de cohabitación; y aquellas doctrinas que albergamos determinarán la senda por la que proseguiremos. ¡Esta es una verdad muy importante! Cualquier enseñanza podría aparentar ser muy correcta hoy, incluso aparentar ser relevante y prolífera, pero ¿hacia dónde nos conduce? Por esta razón es muy importante poseer una visión. ¿Cuál es nuestro destino final, y cómo planeamos llegar a ese destino?

La Biblia nos instruye a tener presente a la esposa de Lot (Lc. 17:32), y amerita recordar también a Lot, el sobrino de Abraham. Lot no tenía ni idea de lo que le aguardaba en esa ciudad impía cuando permitió que su visión le dictara el sendero hacia Sodoma. Hoy en día esta es la misma realidad para algunos cristianos, que creen que porque el presente se mira bien, es acertado moverse en esa dirección. Sin embargo, aunque en sus etapas iniciales ambas sendas parecen un trayecto fácil, la interrogante crucial es hacia dónde me conducirán al final de cuentas.

Es importante contar con una visión saludable, porque esta señala en la dirección que debiéramos andar para poder alcanzar la meta anhelada. Una visión sana requiere de planeamiento para que nuestro objetivo a largo plazo sea alcanzado. Esto es así tanto a nivel personal como a nivel nacional.

Una declaración de la visión más eficaz que jamás yo haya leído, fue la que discursó el presidente norteamericano John F. Kennedy en la Universidad Houston Rice, el 13 de septiembre de 1962. ¿Cuál era su visión? Era el objetivo declarado de poder enviar de ida y vuelta, y de una manera segura, al hombre a la luna antes de finalizar la década. Esta visión se alcanzó con éxito el 20 de julio de 1969. No cuesta nada pintar una visión grandiosa; la parte difícil es llevarla a cabo.

Dios ya ha establecido un blanco y una meta para cada una de nuestras vidas. Hay una meta específica que Él ha puesto delante de nosotros; una meta que fue predestinada desde antes de la fundación del mundo. El apóstol Pablo estaba muy consciente de esto con respecto a su vida personal, y se extendió para poder asir aquella meta y el premio (Fil. 3:12-14). Si Dios ya ha predestinado una carrera para su vida, entonces usted puede tener la certeza que Él ha dispuesto una visión personalizada para usted. ¿Sabe usted cuál es?

Es de vital importancia que cada uno de nosotros tenga una idea de cuál es el llamado de Dios, porque esto determinará qué pasos debemos tomar en nuestra jornada ya en progreso. Debemos también estar conscientes de que el enemigo intenta sacar de la carrera a los creyentes. Lo que menos quiere Satanás es que los hijos de Dios descubran cuál es la senda que Dios predestinó para sus vidas. Una cosa que debe estar bien definida es: nuestra caminata con Dios debe llevarse a cabo bajo Sus términos y conforme a Su voluntad. El enemigo es experto en presentarnos atajos y sendas fáciles que resultan en un estilo de vida cristiano cómodo y que consiente transigencias [N. del T.: Que transa con la verdad].

Ya no es sostenible un cristianismo en una zona intermedia. No basta con poseer una visión sana y buena; lo crucial es qué medios poseemos para alcanzar esa meta. Mientras dejo plasmado por escrito estos pensamientos, recuerdo un evento en el año 1992 que nos ayudará a afirmar aún más esta verdad.

UNA ESCENA EN RETROSPECTIVA EN EL AÑO 1992

Era un jueves por la noche en el mes de agosto 1992; yo me había dispuesto a mirar un programa que inspiraba a muchos y que se llamaba Un Nuevo Pacto. Lo difundían por la televisión y abordaba las muchas luchas y desilusiones que atravesaban una gran cantidad de televidentes a lo largo de los Estados Unidos de América. En tres oportunidades durante el programa, el predicador citó un versículo muy conocido acerca de la visión: “Sin profecía el pueblo se desenfrena” (Pr. 29:18) [N. del T.: En la versión King James del inglés se usa la frase: ‘Sin visión el pueblo perece […]’.

Un Nuevo Pacto tocó una fibra sensible en la audiencia, porque se vislumbraba un nuevo comienzo, la concepción de una esperanza que estaba por llevarse a cabo en cada esfera de la vida de cada uno de la audiencia. Al mismo tiempo, el mensaje amonestaba a dejar atrás lo viejo para que las cosas pasadas abrieran paso al alba de un nuevo día. Fue innumerable la cantidad de personas en quienes hizo eco la visión que ese día se expuso por medio del programa: porque abordó problemas con los que los televidentes estaban bregando, acompañado de la promesa de que la visión se cumpliría. La última referencia bíblica fue un versículo, el cual, parafraseado, dice: “[…] nuestros ojos aún no han visto, nuestros oídos no han oído, tampoco nuestras mentes se han imaginado lo que podemos construir”.