Las memorias de Hermes - Jorge Oscar Veliz - E-Book

Las memorias de Hermes E-Book

Jorge Oscar Veliz

0,0
3,99 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

¿Por qué razón Hermes escribiría sus memorias? Podría decirse que en su motivación intervinieron, en diversa medida, varios factores. Hermes fue un singular personaje, de notable versatilidad, partícipe en numerosos acontecimientos protagonizados por los dioses del Olimpo. Sin notorias hazañas en su haber, trasciende a través de los siglos por su descollante personalidad. Sus cualidades lo convirtieron en el locuaz mensajero de los dioses, así como en el circunspecto psicopompo que conducía a los muertos al inframundo. Pero también fue un transgresor, un anarquista que cuestionó los mandatos y el orden olímpico. Uno de sus rasgos naturales menos conocidos fue su afición por el estudio de lo oculto, una curiosidad que profundizó en el tiempo convivido con mortales. Las circunstancias lo impulsaron a tomar trascendentes decisiones. Como un reportero que escribe sus partes, Hermes, notable comunicador, deja testimonio de todo aquello que consideró digno de ser contado. Esta obra, como versión novelada de algunos pasajes de la crónica mitológica, incluye ficciones inspiradas en la fantástica historia del mensajero de los dioses. Las memorias de Hermes es, también, una buena oportunidad iniciática en el atrapante mundo de las leyendas helénicas.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 49

Veröffentlichungsjahr: 2018

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.


Ähnliche


Veliz, Jorge Oscar

Las memorias de Hermes / Jorge Oscar Veliz. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-761-549-4

1. Cuento. I. Título.

CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Ilustraciones: Ana Abril Llanes

Página 16: “Díscolo”

Página 42: “Hurto”

Índice

PRÓLOGO

MEMORIAS I

Primeros años

Arquelao

MEMORIAS II

Los bueyes

El carcaj

La espada

Las herramientas

El tridente

Sin escarmiento

Matris Lac

MEMORIAS III

Repudiado

Atlas

Ágora

Los notables

Hefesto

El perdón

MEMORIAS IV

Genio y figura

Afrodita

MEMORIAS V

El largo brazo de la discordia

MEMORIAS VI

Troya

MEMORIAS VII

Argos Panoptes

Adiós al Olimpo

Bibliografía

A mis hijos y nietos

Que la reflexión sea tu brújula y la verdad, tu Norte.

PRÓLOGO

Sentado en la escalinata que lleva al templo de Atenea, en Lindos, me recupero del esfuerzo de llegar hasta la Acrópolis. El mar se muestra tan azul que el cielo empalidece. La brisa sabe a fragancias marinas y resulta bienhechora, como una caricia fresca, un bálsamo que disipa el calor de mi piel ardiente.

Hace mucho me prometí un tiempo de sosiego en esta tierra de dorios, por cierto, tan bella. Desde lo alto, Atenea domina el Egeo y las bellas formas de sus costas.

He concluido exitosamente la misión más difícil que el amo del Olimpo me encomendó y espero la recompensa acordada.

Pero antes de otorgármela, Zeus espera un sólido argumento de mi parte, aunque cavilo, medito sobre el argumento sincero y el conveniente.

Aquí me encuentro, en la tierra de Clébulo, a los pies de Atenea, para pedirle a la diosa nada menos que sabiduría, estrategia y habilidad.

Aquí doy mis primeros pasos sin sandalias aladas, sin casco y sin caduceo.

Y aquí en Lindos, entre el cielo y el suelo, sobre el papiro y la piedra, plasmo mis memorias.

• • • • • •

MEMORIASI

PRIMEROS AÑOS

En el preciso momento en que mi enamoradizo padre fecundó a mi hermosa madre Maya, tuve ya la certeza de que nunca me llevaría muy bien con los dioses del Olimpo.

Según refieren, a poco de manifestarme sobre la faz de Gea en una caverna del monte Cileno en Arcadia, mostré inéditos impulsos para un recién nacido.

No fue una sorpresa para mi madre, pues estoica, debió resignarse a una ajetreada gestación. Recuerdo bien lo tumultuoso que fui durante aquel amoroso tiempo que habité en su cálido seno. Aun así, ella ostentaba orgullosa su vientre saltarín.

Mi precocidad motriz y mis prematuras fechorías generaron distorsiones y todo tipo de conjeturas en cuanto a mi futuro.

Se llegó al extremo de que se me adjudicase el robo de los bueyes que Admeto confió a mi hermano Apolo, cuando aún no había aprendido a caminar.

Estigmatizado a causa de mis tempranas diabluras, Zeus, con la intención de corregirme y de que me preparase de la mejor manera para las misiones que debería cumplir, encomendó mi educación a las cuatro estaciones.

Ellas, como fuentes bienhechoras vertieron sobre mi ser toda su sabiduría.

La primavera me ungió con su florida y abierta elocuencia, el verano me templó en la fragua solar, el otoño me brindó reflexión, sagacidad y el respeto por la experiencia, y el invierno su rigor y frialdad.

Aun siendo muy joven, capitalicé esa fantástica experiencia, sin embargo, siempre sería el díscolo muchacho de los mandados, más elegantemente, el mensajero de los dioses del Olimpo. Ellos me saben frívolo, confiable en mi labor, una paradoja.

Escucharán mil historias sobre mí y, a decir verdad, mucho de cierto hay sobre mis andanzas. Pero también es cierto que se falta a la verdad, se exagera o minimiza sobre mis actos.

En cuanto a decisiones personales, según las circunstancias, he sido honesto a los dictados del corazón o de la razón. Tanto de las controvertidas, como de aquellas que podrían considerarse emparentadas con el heroísmo.

Como mensajero del Olimpo, cumplí mi rol sin demasiados sobresaltos y salvo la última misión, mis intervenciones nunca fueron notorias, al menos en las consecuencias inmediatas.

Por las tareas encomendadas, por las aventuras personales, he sido testigo y parte de grandes acontecimientos, conozco en detalle los secretos del Olimpo.

He intentado en lo posible permanecer al margen de las ambiciones desmedidas, las pasiones desenfrenadas, los odios y venganzas.

He sido un eficiente mensajero, pero bien sabéis que los mensajes pueden caer en oídos sordos.

En cuanto a mensajes no escuchados, viene a mi memoria Arquelao, por entonces rey de Dion.

*******

ARQUELAO

Arquelao emprendió su ascenso al Olimpo con una fuerte determinación: haría de Dion1 un reino de paz.

Como muestra de su compromiso, dejó su espada y el escudo en un recodo del sendero. Sin sus armas, se sintió ligero, libre del peso del bronce, pero, más aún de la historia de sangre que ellas guardaban.

Luego de dos jornadas de intenso calor, Arquelao llegó hasta el Olimpo. Desde allí, Dion se opacaba tras la bruma y se hacía lejano.

Calmó su sed bebiendo el agua cristalina proveniente de las altas cumbres nevadas, e inmerso en el diáfano aire del Olimpo, recuperó su aliento.

Entonces, seguro de ser escuchado, pidió a Zeus la bendición para hacer de Dion un reino de paz, al tiempo que juró ser un rey más justo.

Entonces Zeu Pater, emergiendo radiante de una blanca nube, lo contempló un instante, para luego decirle que “un propósito” no era suficiente en el Olimpo, pues de vacuas promesas se nutre la oronda decepción.

Dicho esto, le sugirió que regresara cuando su empresa se plasmara en hechos. Que ofrendara sus logros y entonces sí conseguiría el beneplácito del Olimpo y sus deidades.

Satisfecho emprendió el descenso, Zeus lo había escuchado.