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Las mujeres malas tienen mejor sexo Historias de sexo calientes - Sexo y erotismo para mujeres y hombres. Simplemente porno ¡Experimenta el puro erotismo en diez historias de sexo! Las historias cortas están escritas de tal manera que el deseo se enciende al máximo en ti. Estas historias eróticas tratan sobre las mejores ideas de un joven autor. En ella describe sus fantasías sexuales. Le encanta dejar que el lector participe en sus fantasías sexuales. La mayoría de las historias se componen libremente de sus ideas, pero también describe sus propias experiencias sexuales calientes de su vida real en dos historias. ¡La colección erótica perfecta, adecuada para hombres y mujeres! Las historias están escritas en un lenguaje claro y, por lo tanto, solo están permitidas a partir de los 18 años. Los personajes de las historias tienen más de 18 años.
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Seitenzahl: 81
Veröffentlichungsjahr: 2020
Estaban seguros de que su causa era justa y deberían llevarla adelante hasta lograr lo que pretendían. Llevaban varios días tomando su colegio y no era el único colegio tomado en la ciudad de Madrid. Algunos familiares acompañaban en esa forma de protesta a los alumnos. Así pasaba en nuestro Urquiza, como también en el Lola Mora, Larrroque, Avellaneda y Saavedra, Liceo 4, etc.
Mauricio, invito a su novia Valeria a que acompañara a su grupo, y esta luego de algunos cabildeos, aviso que venia, pero no sola, vendría con su mama, para el lamento de Mauricio, quien había hecho planes para hacerse dueño de aquel cuerpito tan rico de su novia.
A nadie en el grupito, le gusto mucho la idea de compartir aquel lugarcito que tenían asignado como morada para los del 5toB. Eran cuatro en un pequeño lugar, y ahora se agregaban ellas.
Cuando caía la tarde, aquel grupito de amigos, tuvo un cambio sustancial con la presencia de la novia de Mauricio, pero sobre todo por la presencia de la mama de esta, Lucia.
Lucia era una bella mujer, muchísimo mas formada que su nena, y para los ojos de los tres amigos de Mauricio, aquella presencia fue todo lo contrario de lo que habían imaginado y protestado a su amigo.
A las pocas horas de haberse instalado, ya Lucia se inclinaba arrodillada sobre un cojín sobre el suelo, preparaba los sándwiches de milanesa para la cena. No tenían luz eléctrica, la habían cortado, y solo se iluminaban con un candil y algunas velas.
A la vista de los muchachos aquella visión les despertaba el morbo de forma automática, pues esas piernas tan sexys, ese culito redondo que le hacían la corta falda de Lucia eran espléndidas.
Para quienes estaban de frente ese escotado que marcaban dos tetazas monumentales eran suficientes para ponerlos cachondos y muy entonados. Sus pensamientos no estaban ahora en el CUES, Coordinadora Unificada de Escuelas Secundarias, ni en el jefe de Gobierno de Educación, diego Fernández….. nooo….. Lucia se acaparaba la mirada de los tres muchachos.
Solo Valeria y Mauricio parecían hacer rancho aparte en un rincón, esperando quizás el momento de hacer intimidades de sus juveniles calenturas.
Las milanesas estaban riquísimas, como riquísima estaba esa señora que ahora, compartía recostada en una mullida colchoneta, vivencias de su juventud, la que era atentamente seguida por aquellos tres cachorros que se babeaban mirando los atributos de la rubia que los calentaba tanto. Y tanto fue la cosa que, ella también fue contando cosas subiditas de tono, como para que los muchachos se animaran a contar algunas de sus pocas experiencias sexuales.
Eran pocas las velitas que aun estaban encendidas, el candil se había apagado, si ardía y se encendía una situación inesperada…….. a Diego se le había puesto al palo su sexo, tan solo por estar tan cerca de Lucia, sentado a su lado, mirándole las tetas e imaginando las situaciones calientes que esta y sus otros amigos relataban. Las sonrisas cómplices se cruzaron he inesperadamente sucedió aquella situación tan natural pero tan perturbadora…… Lucia, apoyo su mano sobre el miembro endurecido de Diego haciendo luego pequeños movimientos de frotación sobre el pantalón, puso al chico en cuestión y todo ese rinconcito al rojo vivo.
Diego cerró los ojos, aspiro fuerte aquel perfume de mujer que lo embriagaba y se dejo llevar por su imaginación.
De Mauricio y Valeria, nada se sabía ni veía, quizás buscaron mejor refugio.
Mario, fue más atrevido, porque llevo sus manos sobre el escote de aquella mujer ya caliente, para atreverse a acariciar las tetazas que allí estaban ofrecidas.
Miguel dudo, pero al ver sus amigos rumbo al paraíso, no quiso perder el tren……. Tumbándose en la colchoneta, comenzó a besar las piernas de Lucia. No puso resistencia ella a que las manos de Miguel fueran a buscar su caliente sexo.
Lucia fue consiente de que estaba cometiendo una locura, pero dejo avanzar al muchacho entre sus piernas disfrutando de los besos que este le daba…. Pero cada vez mas cerca…. Cada vez que ella abría algo mas las piernas, el avanzaba mas sobre su objetivo…...
Y se dejo caer sobre la mullida colchoneta, ya no solo las manos de Mario frotaban sus tetas, ahora, este se las chupeteaba como un desesperado bebe hambriento…… y abrió las piernas para dejar que Miguel llegara hasta su cueva con las manos tan llena de atrevidos dedos.
Pronto aquella mujer que estaba allí, por indicaciones morales para cuidar a su hija de cualquier avance del novio, se estaba dejando llevar a un desenfrenado juego con los amigos del novio.
Supo de pronto que aquello que Miguel relatara cuando aprendió con su tía a comer conchitas, era cierto……muy cierto para su goce……. Goce que la llevo a dejar al aire la poronga de Diego, a la que comenzó a chupar con unas ganas indescriptibles.
Aquella caliente noche, se dio una ducha en una improvisada regadera en el baño de mujeres, luego de haberle mamado las pijas a los tres muchachos hasta hacerlos acabar y recibir ella tantos besos y caricias en su conchita que la hicieron mojarse en charco de orgasmos voluptuosos.
El nuevo día se presento cálido, pero las soluciones al conflicto no llegaron, la falta de mantenimiento en los establecimientos había hecho que ahora fueran 23 los colegios tomados.
Tomados por una profunda emoción, aquellos tres jóvenes, habían tenido una aventura que los mantenía bien animados. Ya poco era lo que bajaban a tener reuniones con el resto de sus compañeros, si estuvieron atentos a tener algunos roces cariñosos con aquella “mama” que ahora tenían de “compañerita”. Ella pareció a gusto, cuando ellos la manoseaban por turno, respondió a besos calientes, desenfrenados, ardientes que auspiciaban una salida incierta o salvaje.
Fue después del almuerzo, que asegurados que Mauricio y su novia concurrirían a una reunión con los rectores, los cuatro calientes seres se encerraron en la piecita que compartían.
El desenfreno lo inicio ella, chupando los viriles sexos de sus tres benjamines, que la desnudaron totalmente para regalarse una fiesta visual de impresionante calidad femenina. Sabía ella hacia donde dirigía el grupo, a una fiesta grupal muy favorable para ella.
Sintió preferencias por la verga de Mario, al que tenia tumbado besándole y mamándole su larga porción…… de rodillas ella, abrió sus piernas para ofrecer su sexo por la parte trasera, donde su raja húmeda brillaba entre los labios vaginales en el centro de aquellas nalgas que coronaban tan hermoso culo. Diego y Miguel, se turnaron en chupar aquel manantial jugoso, que se les abría al juego de sus posibilidades más osadas, por lo que uno de ellos fue acercando la ya endurecida verga para introducir en aquella cuevita tan rica.
Lucia se dejo fifar por el chico, y cuando estaba por estallar, sintió que Diego le regalaba un polvaso dentro…… y así dejo que Miguel se la enterrara, para ahora si, ser ella la que llegara al punto del orgasmo……eso le provoco convulsionados movimientos, pero no impidió que saboreara las pollas mojadas de sus dos penetrantes, mientras recibía la tercera porción del día, cuando Mario, con su súper verga la empalo tan rico que hizo de Lucia un trapito de gemidos y suspiros por un muy buen rato.
Ocho días mas estuvieron en la toma del colegio, ocho días que tuvo Lucia en la gloria de compartir una etapa juvenil de esas inolvidables. Nunca dejo de asegurarle a su marido, que cuidaba bien a su hija Valeria, ni aun cuando este la llamaba al celular mientras ella estaba en ese preciso instante, gozando de aquel trío de desfachatados jovencitos.
Los cuatro estaban seguros que era una causa justa.
Era sábado por la noche y estaba cansado de tener el culo apoltronado frente al televisor. Necesitaba salir a tomar algo y despejar mi cabeza de tanta mierda. Los problemas me acuciaban y estaba deseoso de desconectar y pasar aunque fuera un momento de tranquilidad.
Había una discoteca cerca de mi casa, no era lo mas propicio, pero imaginé que con tanto ruido y música alta, mis malos pensamientos se mantendrán alejados.
Me puse una camisa azul, unos vaqueros y unos zapatos negros. Nada maravilloso pero iba resultón.
Llegué a la entrada del establecimiento, la verdad es que mis 45 años desentonaban un poco entre tanto joven, la edad media no rondarían mas de la treintena, pero que coño, necesitaba desconectar y tomar algo.
Pagué mi entrada y entré en el local. Como imaginé el ruido era atronador, perfecto, no escuchaba ni mis pensamientos. Me coloque al final de la barra y reclamé la atención de una de las cameras de imponente figura, se acerco y amablemente me pregunto que deseaba…
– Ponme una cerveza y un chupito de bourbon.
La bella dama me sirvió lo pedido rauda y veloz, cosa que agradecí. Cogí mi cerveza y oteé a mi alrededor, contemplando chicos y chicas moviendo sus cuerpos al compás de la música y consumiendo sus bebidas espirituosas.
El ambiente era alocado y lleno de desenfreno. Ojeé a las camareras y la barra en general.
Al principio no descrubri nada fuera de lo común, pero al mirar al final de la barra, creí ver como una pare jita de unos 25 o 26 años de edad, miraba hacia donde me encontraba y cuchicheaba al oído.
Era una parejita de chavalitos jóvenes y guapos, pero ella era despampanante. Su cabellera negra caía sobre unas dulces mejillas sonrosadas, que albergaban unos precioso y enormes ojos oscuros de mirada penetrante que me dejaba completamente derretido. Sus labios carnosos, los cuales mordisqueaba ligeramente mientras miraba, daban alas a mi mas íntimos deseos.
Yo los mire un poco perplejo, sin pensar que semejante belleza se hubiera fijado en un triste solitario, algo mayor y que ahogaba sus penas al final de la larga barra.
Continué con mi cerveza. Apuré el chupito y proseguí oteando el espectáculo.