Los amigos de Froi - Juan Manuel Tejeda - E-Book

Los amigos de Froi E-Book

Juan Manuel Tejeda

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Beschreibung

En un viaje en ómnibus por Argentina tres casi desconocidos se encuentran en conversaciones que exponen alegrías, expectativas y angustias. En este viaje de ida y vuelta entre Buenos Aires y Río Gallegos, contando anécdotas, compartiendo fantasías y cargada de confesiones, se va afianzando un vínculo en este grupo que ya conocemos como "Los amigos de Froi". Con realismo, humor y erotismo extremo este suceso se ubica en septiembre de 2022; el autor deja que esta actual comedia romántica argentina post pandemia en boca de un narrador sea clasificada como cuento o novela por parte del lector.

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Seitenzahl: 75

Veröffentlichungsjahr: 2022

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JUAN MANUEL TEJEDA

Los amigos de Froi

Tejeda, Juan Manuel Los amigos de Froi / Juan Manuel Tejeda. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3131-5

1. Narrativa Argentina. 2. Cuentos. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

La ida

La vuelta

Agradecimientos

Ni me nombren

Sobre el autor

Se lo dedico a la soledad y el silencio que me enseñaron a cultivar paciencia, encontrar la paz y aprender a amar.

La ida

Fue este último invierno, viajaba al interior y había decidido ir tranquilo, evitar cualquier trastorno sindical en Aeroparque… lo cercano al fin de semana largo ponía todo rozando lo imprevisible; así que saqué pasaje para el miércoles por la noche Buenos Aires – Río Gallegos, estaba previsto llegar el viernes por la mañana. Elegí un libro que ya había leído para acompañar el viaje aunque los micros no se me dan tan bien para la lectura como sí se me da en tren, igual llevé.

Me acomodo para un largo viaje solo, del lado de la ventanilla sin gran despliegue, se sabe que en las terminales hay mucho oportunista, así que con todo encima hasta que arranque. De a poco se fue acomodando todo el pasaje, esos momentos que te hubiera gustado comprar los dos asientos y dado que no, haces fuerza para que te toque alguien de contextura de mediana a pequeña, que huela bien y de ser posible mujer soltera con ganas de sociabilizar, de aspecto agradable, sencilla y sin mascotas ni en el viaje ni esperándola en su casa… mayor de treinta y con quien pueda compartir intereses que sumerja este largo viaje en un deleite de risas y aventuras.

Bueno… alto, delgado, de buen aspecto y de unos sesenta años me saluda un amable señor mientras se acomoda a mi lado, tampoco larga nada de lo que trae con él y me dice que va a subir más gente en Liniers así que va a estar atento, es más jodida que Retiro me aclara. Tuve que aportar algo a la conversación y fué un consentimiento en lo inseguro de esta etapa del viaje por lo que también estaba con todo mis petates a mano. Me preguntó si iba hasta Río Gallegos con lo que ya descartada la agradable compañía anhelada también quedaba nula la posibilidad de que quien fuera se bajara en Puerto Madryn y tuviera gran parte del trayecto más cómodo, es cuando se te ocurre que el viaje en avión era una gran opción.

Mientras el ómnibus tomaba ruta y con todas las paradas previstas realizadas la mirada la tenía firme en la ventanilla y la oreja atenta a el entorno, mi compañero de asiento estaba en profunda conversación con el pasajero del otro lado del pasillo; a mí me encanta participar en conversaciones de manera imperceptible, como el hombre invisible, así como quien no quiere la cosa te vas enterando de asuntos de los que tienen una participación activa y sin espiar ni invadir porque es algo público, está sucediendo y vos estás ahí mirando por la ventanilla como atento al paisaje pero no…

Resulta que estos dos atando los primeros cabos de la conversación se dieron cuenta que hace añares habían pasado unas locas vacaciones juntos, esas cosas de jóvenes, uno había ido con su primo y los amigos del primo y por uno de estos amigos se juntaron con compañeros del secundario y terminaron siendo parte del mismo grupo que sumaban casi veinte en unas vacaciones en Villa Gesell a mediados de los ochenta, subidos en este micro con un viaje de más de dos mil kilómetros por delante eran casi hermanos… la conversación pasó a ser un anecdotario de los sucesos de ese verano que mientras avanzaba el viaje sobre la ruta y el silencio de la noche propiciaba una intimidad única donde se iban revelando circunstancias que desdibujaban a estos dos señores, de hecho hasta parecían ajenas; siguió con un poco de actualidad, sus divorcios, sus hijos y ya en tono confesional relacionándolo con la situación política actual arranca a contar que tiene una paciente que trabaja en el poder judicial, lo hiló con la desventurada situación matrimonial del otro pero mientras avanzaba la historia entendí que desesperaba por contar esto y lo podría haber relacionado con el costo del kilo de pan con tal de arrancar…

Cuenta que una paciente, una mujer de treinta y pico con un buen cargo en un juzgado de la ciudad, que según describió era alta, delgada, morocha de pelo apenas bajo los hombros con gusto por el gimnasio, lo justo para estar en forma, que lo redondeó con ¿te acordás la novia de Luisito? Igual pero con treinta y dos, una bomba… y siguió, mucho stress en tribunales, quilombos como el tuyo a montones, y lo tuyo es leve; laburan a lo loco, para locos y por locos… están todos locos y no tienen tiempo para nada… su vida fuera del trabajo la imaginan y si el veinte por ciento imagina como ésta en cualquier momento se prende todo fuego… entre risas y carcajadas se abrió la puerta a profundizar y arrancó: llegaba siempre tarde, entonces para aprovechar más el tiempo y hacer un poco de ejercicio de paso se compró una bicicleta, asi que además que está buenísima, que viste pret a porter y es súper delicada llega toda transpirada… obvio que soy un maniquí que escucha y mi posición profesional es reconocida y valorada, por colegas y pacientes… ya el relato continuaba para los dos, de alguna forma terminé incluido al asunto, esa cosa de hombres ¿viste? Faltaba la fogatita en el medio, el reclinó un poco su asiento, el del otro lado del pasillo se acercó un poco más, yo hice lo mismo desde este lado y se generó un encuentro distinto, después de la frase de la llegada como que nos abrazamos en una intimidad diferente, bajó el volumen y reinaba clima de hazaña.

Ella hacía diván… arrancó, y aclaró: tengamos en cuenta que ella forma parte del reducido grupo de empleados públicos que trabaja, a ver; en el poder judicial como en el legislativo más del 50% (cincuenta por ciento) no trabaja, precisamente el 56 (cincuenta y seis), del 44 (cuarenta y cuatro) restante la cuarta parte quedó medicamente incapacitada, ese 33% (treinta y tres por ciento) que lleva adelante toda la tarea lidia con la situación de estar cubriendo a perversos, impunes e inútiles… algunos quedan rotos, como ese 11% (once por ciento) que aunque tengan voluntad carecen de los recursos para el ejercicio; bueno, de esos que sostienen con sus tareas el normal ejercicio de la justicia y la legislación en el país y justifican tremendo gasto público algunos buscan la terapia como un medio para su desarrollo o apoyo para sus angustias… terminado este bosquejo estadístico sólo para que la entiendan un poco mejor sigo.

Evidentemente era un especialista y muy informado, me atrevería a apostar que no es la única empleada pública que concurre a su terapia y que el psicoanálisis no es su única ocupación…

Toca el timbre puntualmente, para lo que justamente se había comprado esa bicicleta, el transporte público jamás le garantizo tal puntualidad, cuando bajo a abrirle ya tenía su moderna bici empacada para subirla y estaba guardando el casco en su mochila, mientras subíamos se hacía vientito con la camisa en tanto acomodaba sus cabellos aplastados por el casco aprovechando el espejo del ascensor, parecía una práctica casi automática; entramos deja el rodado bajo el perchero y avanza decidida hacia el diván, tomamos nuestros lugares y arranca; estaba yendo a la cocinita del juzgado (un reducido lugar donde hay una heladerita, una mesadita, un kitchinet, pava eléctrica y espacio suficiente para guardar las viandas del día de los empleados, como tantas veces describió) en medio de un día fatal, dos audiencias presenciales y dos por zoom que vale aclarar que el que las organizó hoy faltó y los aportes que él creía de gran utilidad los decía por video llamada con un sin cesar de pedidos de disculpa por la superposición y por faltar… ya está la concha de tu madre, dejá de joder y ya que no venís pará de molestar, pero nadie le dice nada (cuando se enoja es bastante mal hablada)… bueno, ese nivel de laburo había hoy.