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El objetivo fundamental de este libro es la unificación religiosa de los Ngangas que durante II Siglos se han enfrentado unos a otros, sin alejarse por así decirlo de las reglas religiosas y principios éticos /morales. En este manual se sacan a la luz tratados de un inmenso peso religioso con el fin de orientar hacia un verdadero camino, reglas a seguir por aquellos Ngangas que no han tenido la oportunidad de tener un guía. Se propone como instrumento de consulta, didáctico para los practicantes de la Regla Ocha, el autor sistematiza un conjunto de normas y doctrinas que forman parte de antepasado y que descansan en gran medida en la tradición oral, heredada de generación en generación; como es el caso del "Tema 8 Kutuguangos de la Regla GangáKisi Brillumba" dónde como dice su autor…. "muchas de estas narraciones y cuentos datan de tiempos muy antiguos los cuales han sido trasmitidos por practicantes de la regla que desgracia ya no se encuentran entre nosotros".
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Seitenzahl: 390
Veröffentlichungsjahr: 2023
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Edición: Raysa Martínez Ladrón de Guevara
Diagramación: Lino Alejandro Barrios Hernández
Ilustración de cubierta: Rafael Lago Sarichev
Dirección de arte: Rafael Lago Sarichev
© Alua Hurtado Caraballo, 2022
© Sobre la presente edición:
Ediciones Cubanas ARTEX, 2022
ISBN Versión impresa 9789593141949
ISBN Ebook formato ePub 9789593142045
Sin la autorización de la editorial Ediciones Cubanas.
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Ediciones Cubanas
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e-mail: [email protected]
Telef. (53) 7204-5492, 7204-0625, 7204-4132
Sinopsis
Dedicatoria
Palabras del autor
Introducción
Investigaciones bibliográficas acerca del origen de la Regla Gangá Kisi Brillumba
Introducción. Investigaciones bibliográficas
El Nkisi
Diferentes tipos de nkisis hallados en África, según investigaciones realizadas por Laman y Mac Gaffev
Los nkisis que rigen la Regla Gangá
Consagración de los nueve primeros nkisis en Cuba
La Nsala y la Nwela
Oraciones católicas utilizadas en la Regla Gangá Kisi Brillumba
Introducción
Invocaciones, pactos y exorcismo
Los espíritus en general
Jerarquía de los espíritus. El Espíritu Supremo
Espíritus superiores
Espíritus celestes
Plegaria
Acción de gracias por el favor recibido
Jerarquía de los Espíritus Infernales
Requisitos de los invocaciones
Oraciones
Exorcismo y modo de conocer si una persona padece de hechizos o enfermedad natural
Oración a los demonios para que no atormenten a los enfermos
Oración a San Cipriano
Oración para librar a las personas de los malos espíritus
Oración para librar la casa de espíritus oscuros
Rituales y Oraciones
Oraciones a los Siete Arcángeles
Oración al Arcángel Miguel
Oración al Arcángel Rafael
Oración al Arcángel Gabriel
Oración al Arcángel Uriel
Oración al Arcángel Shamuel
Oración al Arcángel Zadkiel
Oración al Arcángel Jofiel
Oración al Ángel Guardián
Oración básica para la adoración de los antepasados
Oración para invocar al Nkisi
Oración para Nsambi
Oración a Lucero
Oración al Ánima Sola 1
Oración al Ánima Sola 2
Oración al Anima Sola 3
Oración a los Cuatro Vientos
Oración de la Santa Camisa
Oración a Sarabanda
Oración a Watariamba
Oración a Tiembla Tierra
Oración a Brazo Fuerte
Oración a Shola
Oración a Cuballende
Oración a Centella Ndoki
Oración a Kalunga
Oración a la Albahaca
Oración al Maíz
Oración al Buen Camino
Oración al Muerto
Oración de la Piedra de Imán
Oración a la Herradura
Oración a las Nueve Velas
Oración a la Santísima Muerte
Oración al Romero, Albahaca y Ruda
Oración al Romero
Oración a la Ruda
Oración al Ajo
Oración a San Luis Beltrán
Padre Nuestro al revés
Oraciones a la Santísima Muerte
Nsaras (trabajos) con Onkunga de la Regla Gangá Brillumba
Nsara con Onkunga para abrir camino
Nsaras con Onkunga para atraer
Nsaras con Onkunga para amarre
Nsaras con Onkunga para Suerte
Nsaras con Onkunga para amores rebeldes
Nsaras con Onkunga para dominar
Nsaras con Onkunga para atraer gente a un negocio
Nsaras con Onkunga para conquistar
Nsaras con Onkunga para armar revolución
Nsaras con Onkunga para protección
Nsaras con Onkunga para limpieza
Nsaras con Onkunga para desenvolvimiento
Nsaras con Onkunga para seducir
Nsaras con Onkunga para destrucción
Nsaras con Onkunga para colocación laboral
Mandamientos de la Regla Gangá Kisi Brillumba Congo Cabildo Congo Ngombe Batalla Paso Firme Sacara Mpeño Brillumba
Introducción
Los Siete Mandamientos Congós
Ser buen padre, hijo, hermano y esposo
A: Pautas sobre los hijos
B: Pautas sobre los padres
C: Pautas sobre los hermanos
D: Pautas sobre los esposos y esposas
Decir la verdad, respeto y lealtad al nso nganga
A: Pautas sobre la verdad
B: Pautas sobre el respeto
C: Pautas sobre la lealtad
Salvar al hombre sin distinción de raza, creencia y sexo
No utilizar los conocimientos para destruir a la humanidad, sino para impartir justicia y honor
Preservar y velar por los secretos religiosos de su nso nganga, a riesgo de su existencia
Ser clemente, tolerante y paciente frente a la sociedad
Ser honrado y no incurrir en corrupciones sociales, que amenacen la moral y la ética religiosa
Reglas para los infitos y practicantes no iniciados
Reglas del Nso Ngando
A: Ropa de juramentación
B: Ropa de Ita
C: Pañuelos de juramentación
D: Sobre la vestimenta
E: hora de dormir
F: Ingestión de alimentos
G: Relaciones sexuales
H: Saludo Religioso
Reglas sobre el nacimiento de tierras
Reglas sobre la muerte de un cofrade
Reglas sobre las actividades religiosas
Reglas sobre la atención a los enfermos
Reglas sobre la atención a los presos
Reglas sobre la homosexualidad
Reglas sobre el cruce de bastones
Reglas sobre los poderes religiosos
Reglas sobre el cumplimiento del Ita Nganga
Reglas sobre la membresía y donaciones
Reglas sobre las sanciones
Cabildo Congó Ngombe Batalla Paso Firme Sacara Mpeño
Las mujeres en la Regla Gangá Kisi Brillumba
Prohibiciones o tabúes de las mujeres en la Regla Gangá Kisi Brillumba
Deidades católicas y su identificación con la Regla Gangá Kisi Brillumba
Los Elementos
Los Elementos
Nkitas
Los cuatro elementos de la naturaleza
Los nkuyos, nyumbas y los simbis
Diferencias entre los nkuyos, nyumbas y los simbis
1. Los nkuyus
2. Los nyumbas
3. Los simbis
Los nkita kuna que pueden albergar los nkuyos, nyumbas y simbis
1. Nkita kuna kunantoto (Tierra)
2. Los Nkita Kuna Mambas (Agua)
3. Los Nkita Kuna Orumbo (Aire)
4. Los Nkita Kuna Biyaya (Fuego)
Entidades espirituales religiosas de la naturaleza
1. Nkita Kuna Diana (Espíritu de la guerra)
2. Nkita Kuna Mensu (Espíritu del espejo)
3. Nkita Kuna Makondal (Espíritu del veneno)
4. Nkita Kuna Ikinse (Espíritu de la muerte)
5. Nkita Kuna Adungo (Espíritu de la envidia)
6. Nkita Kuna Kabinda (Espíritu del miedo)
7. Nkita Kuna Mumú (Espíritu del hambre)
8. Nkita Kuna Lousi (Espíritu de agonía)
9. Nkita Kuna Aban (Espíritu de la sequía)
10. Nkita Kuna Tili Tili (Espíritu de la epidemia)
11. Nkita Kuna Bili (Espíritu de la miseria)
12. Nkita Kuna Nuden (Espíritu de la discordia)
13. Nkita Kuna Gano (Espíritu del odio)
14. Nkita Kuna Olade (Espíritu de celo)
15. Nkita Kuna Nonisun (Espíritu de la destrucción)
16. Nkita Kuna Osongo (Espíritu de la catástrofe)
17. Nkita Kuna Atola (Espíritu del accidente)
18. Nkita Kuna Ogon (Espíritu de la confusión)
19. Nkita Kuna Adunka (Espíritu del asesinato)
20. Nkita Kuna Guenne (Espíritu de la hechicería)
21. Nkita Kuna Azulo (Espíritu de la casualidad)
22. Nkita Kuna Isomu (Espíritu de la desgracia)
23. Nkita Kuna Yere (Espíritu de la traición)
24. Nkita Kuna Ieda (Espíritu de la deuda)
25. Nkita Kuna Nufe (Espíritu del vicio)
26. Nkita Kuna Ntufi (Espíritu del excusado)
27. Nkita Kuna Bunanfoca (Espíritu de la noche)
28. Nkita Kuna Oriyaya (Espíritu del guardián de conciencia)
29. Nkita Kuna Mbaka (Espíritu del rastreador)
30. Nkita Kuna Nfuka (Espíritu de la fiebre)
31. Nkita Kuna Mbola (Espíritu de la parálisis)
32. Nkita Kuna Wayibuan (Espíritu de la lepra)
33. Nkita Kuna Chika (Espíritu de la viruela)
34. Nkita Kuna Kali (Espíritu de la gangrena)
35. Nkita Kuna Tulu (Espíritu de la escara)
36. Nkita Kuna Diambeli (Espíritu de la diabetes)
37. Nkita Kuna Llari Lari (Espíritu de la enfermedad)
38. Nkita Kuna Vitilango (Espíritu de la visión mística)
39. Nkita Kuna Kindian (Espíritu de la familia)
40. Nkita Kuna Ndumba (Espíritus femeninos)
41. Nkita Kuna Otowe (Espíritu de la paciencia)
42. Nkita Kuna Akabin (Espíritu de la perseverancia)
43. Nkita Kuna Yayi Bankita (Espíritu colectivo de madres ancestrales)
44. Nkita Kuna Guarilonga (Espíritu de la corriente del río y el arroyo)
45. Nkita Kuna Lucuana (Espíritu de las flores)
46. Nkita Kuna Nsambi Nfuiri Nkisi (Espíritu Santo)
47. Nkita Kuna Butari (Espíritu de hierro)
48. Nkita Kuna Pian Kilanga (Espíritu de la calma y el silencio)
49. Nkita Kuna Ntango (Espíritu del sol)
50. Nkita Kuna Lusancuara (Espíritu del arcoíris)
51. Nkita Kuna Badeselba (Espíritu de la danza)
52. Nkita Kuna Kigembombembo (Espíritu del torbellino)
53. Nkita Kuna Mbenza (Espíritu de la matriz de la creación)
54. Nkita Kuna Ndego (Espíritu del bosque)
55. Nkita Kuna Nwela Ndoki (Espíritu de la sombra)
56. Nkita Kuna Ngonda (Espíritu de la luna)
57. Nkita Kuna Tuuku Zulu (Espíritu del relámpago)
58. Nkita Kuna Ekin (Espíritu del sacrificio)
59. Nkita Kuna Ngomali (Espíritu del tambor)
60. Nkita Kuna Gano Zulu (Espíritu de los astros)
61. Nkita Kuna Chetundie (Espíritu de la sabiduría)
62. Nkita Kuna Finda (Dueña del camino)
63. Nkita Kuna Ndoyi (Espíritu de los sueños)
64. Nkita Kuna Diankandu (Espíritu de la maldición)
65. Nkita Kuna Nkuibi (Espíritu del tiempo)
66. Nkita Kuna Mulembi (Espíritu del destino)
67. Nkita Kuna Nkimbe (Espíritu de abundancia)
68. Nkita Kuna Bunzi (Espíritu de la felicidad)
69. Nkita Kuna Kunalumbo (Reino invisible entero de los antepasados)
70. Nkita Kuna Ntili (Espíritu del ego interno)
71. Nkita Kuna Kibalen (Espíritu de la canción)
72. Nkita Kuna Ntulun (Espíritu de la pureza)
73. Nkita Kuna Ceguntu (Espíritus de la profecía)
74. Nkita Kuna Ndombo (Espíritu que protege los pueblos)
75. Nkita Kuna Mbakun (Espíritu de la ley)
76. Nkita Kuna Tebomtu (Espíritu de la cooperación)
77. Nkita Kuna Ngangula (Espíritu de carácter negro)
78. Nkita Kuna Asilin (Espíritu de entendimiento)
79. Nkita Kuna Musilango (Espíritu de la tierra)
80. Nkita Kuna Toala (El Espíritu de la laguna)
81. Nkita Kuna Cutila Zulu (Espíritu de las cuatro estaciones)
82. Nkita Kuna Ndiala (Espíritu del poder de la palabra)
83. Nkita Kuna Delmu (Espíritu de la hipocresía)
84. Nkita Kuna Tainka (Espíritu de pesadilla)
85. Nkita Kuna Camakeke (Espíritu del embaucador)
86. Nkita Kuna Fenda (Espíritu del llanto)
87. Nkita Kuna Alizna (Espíritu de la visión)
88. Nkita Kuna Lina (Espíritu del suicidio)
89. Nkita Kuna Lulu (Espíritu de la locura)
Nsaras con Nkitas Kuna Kunantoto
1. Nsara con Nkita Kuna Kunantoto para abrir el camino
2. Nsaras con Nkita Kuna Kunantoto para amarre
2. Nsara con Nkita Kuna Kunantoto para dominar
3. Nsaras con Nkita Kuna Kunantoto para desenvolvimiento
4. Nsara con Nkita Kuna Kunantoto para atraer
Nsaras con Nkitas Kuna Mamba
1. Nsara con Nkita Kuna Mamba para matrimonio demorado
2. Nsara con Nkita Kuna Mamba para matrimonio
3. Nsara con Nkita Kuna Mamba para conquistar
4. Nsara con Nkita Kuna Mamba para amarrar
5. Nsara con Nkita Kuna Mamba para atraer
6. Nsara con Nkita Kuna Mamba para depurar la casa
7. Nsara con Nkita Kuna Mamba para limpieza
Nsaras con Nkitas Kuna Orumbo
1. Nsaras con Nkita Kuna Orumbo para destruir matrimonios
2. Nsaras con Nkita Kuna Orumbo para destruir
3. Nsara con Nkita Kuna Orumbo para unión matrimonial
Nsaras con Nkitas Kuna Biyaya
1. Nsaras con Nkita Kuna Biyaya para atraer
2. Nsara con Nkita Kuna Biyaya para destruir
3. Nsara con Nkita Kuna Biyaya para seducir
4. Nsara con Nkita Kuna Biyaya para amarre
Los collares de la Regla Gangá Kisi Brillumba
Los collares de la Regla Gangá Kisi Brillumba
Cuile Ngando Brillumba
Cuile Butan Nseke
Cuile Nsosa
Kutuguangos de la Regla Gangá Kisi Brillumba
Los Kutuguangos
Kutuguango Gangá adivino para Cuballende
Kutuguango Ganga adivino para Sarabanda
Kutuguango de Nsambi y los Derechos
Kutuguango del Nacimiento de Gangá
Investigaciones realizadas
Kutuguango de Gangá y Ndoki
Kutuguango de Ndoki e Ikinse
Kutuguango de Pacto de Gangá y Ndoki
Kutuguango de Gangá y Ngurunfinda
Kutuguango del castigo de Nsambi a Ngurunfinda
Kutuguango de la Maldición de Nsambi a Ndoki
Kutuguango de Mambe. El primer Nkisi
Las mpembas en la Regla Gangá Kisi Brillumba
Las mpembas en la Regla Gangá Kisi Brillumba
Ciclo horario de las nsaras
Oraciones
Las velas, su identidad y utilidad en la Regla Brillumba
Mpembas de diferentes colores y su utilidad religiosa
Días de la semana en que se utilizan
Nsaras con mpembas de la Regla Brillumba
Glosario de vocablos Gangá Kisi Brillumba Congo
Bibliografía
Testimonio gráfico
Sobre el autor
El libro Los Caballeros de las sombras. Secretos de la tierra Ganga Kisi Brillumba Congo, de la autoría de Alua Hurtado Caraballo, constituye una investigación profunda de la Regla Gangá, que tiene su origen en el culto bantú, originario de los pueblos del África oriental, central y austral que hablaban esa lengua, siendo la Regla Gangá el resultado inicial de la transculturación de los credos bantúes a la sociedad cubana. El libro saca a la luz tratados de un inmenso valor religioso, con el fin de orientar hacia un verdadero camino religioso de la Regla Gangá a aquellos ngangas que no han tenido la oportunidad de tener una guía o manual referente al tema; asimismo, el texto tiene como fundamento y nkita profundizar con lujo de detalles en todas las ceremonias religiosas ngangas que posee el Cabildo Congo Ngombe Batalla Paso Firme Sacara Mpeño Brillumba, como casa y potencia religiosa, para que todo aquel que no las conozca aprenda a dominarlas, con lo cual se pretende evitar que elementos inescrupulosos hagan un uso indebido de la Regla Gangá para su beneficio, desacreditando la verdadera esencia de esta regla.
Dedico este libro, en primer lugar, a mi madrina y abuela Julia María Plumier y Carrillo, que junto a mi padrino Vicente Jiménez contribuyeron con esmero, ahínco y paciencia, hasta sus fallecimientos, a mi capacitación como sacerdote nganga, depositando sus esperanzas de trascendencia religiosa.
También a todos aquellos ndundus, nkuyos y espíritus que, desde mi nacimiento hasta hoy en día me guían hacia el camino correcto, compartiendo sus experiencias y consejos. A mi difunta madre, mis hijos y mi gran esposa Yaya Nkisi del Munanso Congo, ya que, sin su ayuda, nada de esto sería posible. A mis ahijados, que de una manera u otra han contribuido a mi realización y satisfacción personal, con sus triunfos y conducta correcta frente a la regla y la sociedad. A mis amigos y enemigos, ya que la ayuda prestada por todos ellos contribuyó a mi formación como religioso. También, a todos los sacerdotes, padres y nguellos de la tierra Brillumba Congo, así como a todos aquellos seguidores de la Regla Gangá, que centran sus esperanzas en que un mundo mejor es posible, con la fraternidad entre todos los hombres y el medio en el cual regimos, esperando que este libro les sirva de baluarte para su capacitación, ya que un sacerdote nganga con dominio religioso posee, ante todo, mente abierta para aprender la Regla Gangá, ya que la misma es infinita. Incluimos a todos los tatas fallecidos que han quedado en el olvido y a sus grandes conocimientos, así como a los nkitas, que forman parte de nuestra idiosincrasia.
A todas las personas y religiones que existen sobre la tierra.
Y por último, a la editora Raysa Martínez Ladrón de Guevara y al diseñador Rafael Lago Sarichev, que convirtieron en arte, para la prosperidad, este modesto empeño mío.
Fraternalmente, de todos ustedes:
Alua Hurtado Caraballo
Tata Tatandi Nkisi Bankulo Ndivilongo Brillumbere Mundele Bembo Malo Siete Legua Noche Oscura Tumba Congo Ngombe Batalla Paso Firme Saca Mpeño Brillumba Omi Yemaya Okoto Omi Floro Oluwo Siguayu Awo Orumila Ogbe Roso
La gran diversidad existente entre las casas de Malongo es nuestra gran debilidad, pero también nuestra gran fortaleza, ya que la Regla Gangá es dinámica y constante.
El objetivo fundamental de este libro es la unificación religiosa de los ngangas, que durante dos siglos nos hemos enfrentado los unos con los otros. Al final, tenemos conocimiento de qué somos y qué podemos lograr, ya que un sacerdote con dominio de la regla puede lograr grandes cosas, casi imposibles con una cazuela conga, sin alejarse, por así decirlo, de las reglas religiosas y principios éticos y morales. Entonces, ¿qué sucedería si todos los ngangas trabajaran (nsara) para lograr un panteón religioso politeísta? En este libro se sacan a la luz tratados de un inmenso peso religioso, con el fin de orientar hacia un verdadero camino religioso de la regla a aquellos ngangas que, por razones subjetivas de cada uno no han tenido la oportunidad de tener una guía o manual, como predomina en otras reglas religiosas, tales como la Osha y la Ifa.
Toda esta desincronización se debe a que nuestros ancestros, fallecidos o no, con dominio de la materia en cuestión, se han callado y guardado estos conocimientos para sí mismos, y durante el paso del tiempo se han vuelto cómplices de aquellos que, en busca de un camino religioso, han caído en la falsedad y en la malversación religiosa, lo cual indigna a los verdaderos ngangas, que llevamos suficiente tiempo en estas mañas.
Hacemos una pequeña observación que se debe tener presente, y es que en el caso de que estos tratados cayeran en manos inescrupulosas y llegaren a ser malversados para sus fines, ante todo está la sociedad, y si el hombre adquiere conciencia y conocimiento de la regla, esos individuos se verían obligados a seguir la regla y al final se cumplirían los fines de este libro. Hay que reconocer que toda esta situación se produjo porque los sacerdotes hemos tratado de guardar las líneas de la regla, y sin darnos cuenta, estos individuos se han aprovechado de esta debilidad, es decir, de la inocencia del género humano, y han teniendo una oportunidad de hacer de las suyas, por lo que es momento de que alguien haga algo. Muchos sacerdotes conocemos de estas situaciones, ya que hemos consagrado nuestras vidas a la regla en cuestión, teniendo incluso Osha asentado en nuestras cabezas, y otros Ifa, poniéndonos en contra de estos fenómenos. Un ejemplo de esto es el libro Llanto Brujo y otros libros como El Tamakuende Yaya y El Palo Monte, del tatandi Aldo Durade Román, perteneciente al Cabildo Musundi, en los cuales se brinda una imagen somera de la realidad de la regla. Pero desgraciadamente, parece que para estos individuos no ha sido suficiente, por lo cual el Cabildo Congo Ngombe Batalla Paso Firme Saca Mpeño Brillumba se suma a la batalla en contra de estos fenómenos con la publicación de este libro, que tiene como fundamento y nkita profundizar con lujo de detalles en todas las ceremonias religiosas ngangas que poseemos, como casa y potencia religiosa, para que aquellos que no las conozcan aprendan a dominarlas. ¡Porque nadie nace sabiendo!
La Regla Gangá tiene su origen en el culto bantú, originario de los pueblos del África oriental, central y austral que hablaban esa lengua, siendo la Regla Gangá el resultado inicial de la transculturación de los credos bantú a la sociedad cubana. El centro de adoración de este credo es la nganga, habitáculo del nkisi.
Originarios de África ecuatorial, muchos bantúes emigraron hacia otras regiones para escapar de los embates y la influencia de los pueblos hamitas, empeñados en sus guerras religiosas de conquista y expansión. Tras cruzar el continente en penosa marcha, una de esas oleadas migratorias bantúes se esparció en el área de las forestas tropicales y sabanas que se extendían hasta el estuario del río Congo y las partes altas de los ríos Cunene, Cubango, Chobe y Kasai.
Entre esos grupos estaba parte de nuestros ancestros africanos, quienes se radicaron, en algún momento de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV, en la región costera de lo que se corresponde hoy con Angola, desde el río Congo hasta el río Kwanza, y en un territorio que abarca la franja del actual Zaire con salida al Atlántico y el enclave de Cabinda con una porción de la costa de lo que, posteriormente fuera el Congo Brazzaville.
Esas comunidades dieron vida a una serie de formaciones estatales embrionarias, las cuales, con el decursar del tiempo se fundieron bajo una autoridad central, si bien relativamente laxa: la del Manikongo.
La tradición oral bakonga, nombre genérico de los inmigrantes bantúes que se asentaron en esa zona, cuenta diferentes historias acerca de la constitución de su reino. Una afirma que nueve de los sobrinos del Manikongo abandonaron el clan de su tío y cruzaron el río Zaire para asentarse en tierras ribereñas, fundando los nueve clanes descendientes directos del monarca. Otra, en cambio, dice que Mtinu Wene, el primer Manikongo, después de mucho guerrear, logró asentarse al sur del río Congo. Entonces distribuyó las tierras conquistadas entre sus capitanes más corajudos, que eran nueve, número que fue sagrado para esos pueblos.
El núcleo del reino del Manikongo, incluyendo la porción administrada directamente por él a través de una compleja red de jefaturas, estaba al sur del estuario del río Congo, circundado por el Atlántico y los ríos Congo, Cuango y Dande. Su capital era Mbanzakongo, el moderno San Salvador del norte de Angola.
Acotamos que mbanza es el término que designa la tumba del ancestro fundador de una aldea. Mbanzakongo debe ser, pues, el sitio de enterramiento del fundador de la primera aldea que se asentó en el área.
Alrededor de ese núcleo había grupos de estados más pequeños, parte del mismo complejo, en el sentido de que habían sido sometidos por los bakongos, pero cuya lejanía del centro les permitía un grado no desdeñable de autonomía, si bien acataban la supremacía del Manikongo.
Los tratadistas del siglo XVII coinciden en que los más importantes entre esos estados eran los de Ngoyo, Kakongo y Loango, en la costa atlántica al norte del estuario del río Congo, agrupados mucho más tarde bajo el nombre de Cabinda; el área conocida como Matamba, a caballo sobre el valle del río Cubango al sureste; y la región de Ngola, que abarcaba a ambas riberas del Kwanza, y que hoy es la mayor parte de la porción central de Angola. Diremos, de paso, que Angola deriva de Ngola, nombre de uno de los principales clanes de la región, el cual, en cierto modo, es un nombre dinástico.
Los pobladores del dominio del Manikongo ascendían, según estimados de los misioneros del siglo XVII, a unos dos millones y medio antes de la llegada de los portugueses en 1482. Los hombres eran formidables herreros, cazadores y guerreros. Las mujeres se dedicaban a la agricultura. Lo que encontró Diego Cao al desembarcar en esas tierras fue descrito, no sin cierta admiración y sorpresa, como un reino grande y poderoso, muy poblado y con muchos vasallos.
A pesar de la centralización del poder, por laxa que fuera, ese reino poderoso preservaba numerosos rasgos de la sociedad matriarcal, tanto en su ordenamiento social como en sus creencias, basados ambos en el sistema de mvila o kanda, términos sinónimos que significan que un niño pertenece al clan de su madre, quien, a su vez, pertenece al de su tío materno. Es un conjunto orgánico y místico de todos cuantos han sido paridos por mujer, incluyendo, naturalmente, a los ancestros, cuyos nombres llevan los diferentes clanes. Los ancestros eran, en ese contexto, la clase, por así llamarla, preponderante. Eran los maestros, dotados de un poder sobrehumano; eran los verdaderos propietarios de la tierra, de la cual sus descendientes son los usufructuarios.
Los habitantes de las tierras ancestrales ocupaban el segundo peldaño de la escala social. El clan, que en puridad ya había dejado de ser tal, puesto que estaba subordinado a un poder central, ocupaba muchas aldeas según las líneas de descendencia que se hubieran constituido a través de los tiempos. La jefatura de cada aldea pertenecía por derecho de herencia al descendiente más directo de la primera mujer de la primera línea. Ese jefe era también el sacerdote principal del culto a los antepasados, de cuya estricta observancia dependía la prosperidad del clan y de sus miembros. Él era, pues, el heredero y representante de los ancestros en la tierra y, a la inversa, era también el representante de los miembros del clan ante los antepasados.
Este culto, sin embargo, está cimentado en la autoridad que se adjudicaba al padre con respecto a sus hijos, a los cuales no gobernaba, a diferencia de la madre, pero de cuyo respeto vitalicio era acreedor por el solo hecho de haber contribuido a su concepción. La autoridad paterna sobrevivía al padre fallecido. Y sus hijos le rendían tributo después de muerto, de la misma manera que reverenciaban a los ancestros, de los cuales el padre pasaba a formar parte al morir.
La existencia de un poder político central se reflejó más en la jerarquización de la divinidad y sus características funcionales, que en el ordenamiento social dentro de sus clanes.
Y aunque la descripción y análisis de esa divinidad ha llegado a nosotros por medio de los misioneros que intentaron la catequización de los bakongos, con la inevitable identificación de una deidad única con el Dios de la Iglesia Católica, lo que resulta incuestionable es que los bakongos sí tenían una deidad única: Nsambi, que puede, efectivamente, parangonarse con el Supremo Hacedor.
El misionero belga R. P. J. Van Wing, quien vivió algunos años entre los bakongos a principios de este siglo, describe esa entidad divina suprema de la siguiente manera:
Nsambi creó el cielo y todos los astros, y también a la primera pareja humana, de la cual desciende la humanidad entera. Interviene en la creación de cada individuo. Cuando un niño está a punto de nacer, el alma material entra por una de sus orejas, indicando que ha ocurrido el nacimiento «verdadero». Al morir el hombre, el alma material regresa a él.
Acotamos, como dato importante, que numerosos científicos sostienen que el sentido auditivo es lo último que se pierde en el momento de la muerte.
Nsambi dispone de la vida y la muerte de todo lo existente, y castiga a los transgresores de sus leyes. Entre éstas, la principal es el respeto a los padres. Nsambi es veraz y omnisciente, está en todas partes. Pero no se le representa en cosa material alguna, ni siquiera en imágenes.
Es comprensible, pues, que la base de la Regla Gangá sean los nkisis, y los fundamentos que resumen los dos sujetos de adoración de los pueblos del reino del Manikongo: los ancestros y la naturaleza y sus espíritus.
Ellas encierran aguas, hojas, hierbas, piedras y tierras tomadas de distintos sitios; dientes, picos, garras de variados animales, junto con pequeños fragmentos de sus huesos o de un ser humano, cuyo espíritu pasa a vivir en ese nkisi o receptáculo, y el espíritu que había pasado a habitar en ella recibía el apelativo genérico de nkuyu.
Bajo la denominación de gangá entraron en Cuba subgrupos llamados arrieros, free, fire, longoba, maní y kisi.
Dada la multiplicidad de aspectos que entre ellos existía, el propio Don Fernando Ortiz lamentaba la imposibilidad de ubicarlos con exactitud, cuando escribió: «(…) pero a los negros gangá no puedo precisarlos sin dudas (…)».1
Para la mayoría de los subgrupos antes mencionados está perfectamente claro un origen senegambiano, pero los llamados maní, kisi y longoba, evidentemente no pueden ser ubicados, sino en territorio Congo.
A partir de los estudios de John Grake (Specimes of Dialectes, London, 1849), Delafosse (Vocabularios comparados..., París, 1904), Birger (Del Nilo al Golfo de Guinea..., t. II, París, 1894), y muy especialmente la monumental obra Las Razas Humanas, de Federico Katze (Barcelona, 1888), estos asentamientos gangá en zonas de cultura bantú, respondían a diversas oleadas migratorias acontecidas hacia mediados del siglo XVIII D.C.
Según notas investigadas, extraídas del libro Palo Monte. Un acercamiento a la bantualidad cubana, de Jesús Fuentes Guerra, la nota 8 refiere que la etnografía cubana (Pichardo, 1854; De la Torre, 1854; Ortiz, 1916; Valdés Bernal, 1987; Castellanos/Castellanos, 1992; Guanche, 1993), basándose en fuentes de los archivos parroquiales, libros de ingenios, depósitos de cimarrones, actas capitulares, de ayuntamientos, registros provinciales da cabildos, y en trabajo de campo, identifica que a Cuba, producto de la explotación y la trata esclavista, entraron en calidad de esclavos los gangá gora, gangá kisi, gangá longoba, gangá bay, gangá conu y gangá maní.
También, Jesús Fuentes Guerra nos plantea en su libro que, según la nota 30 del artículo 149 de Schwgler, de 1998: «la denominación gangá se usaba, tanto en Cuba, como en otras partes de Latinoamérica».
Los estudiosos del siglo XIX localizaron correctamente a los gangá en el sur de Sierra Leona y en el norte de Liberia (véase: Castellanos/Castellanos, 1987:98-99, y véase: Valdés Bernal, 1985).
Entonces, Jesús Fuentes, en sus conclusiones nos platea lo siguiente:
1. La presencia de los bantúes en Cuba estuvo condicionada, en la etapa colonial, por la necesidad de mano esclava.
2. La entrada masiva de esclavos africanos a Cuba aconteció en el siglo XIX, en los años 1835-1860.
3. La mayoría de los esclavos procedían del África bantú.
4. Los bantúes fueron traídos en condición de esclavos y ubicados en la región central y occidental de la Isla.
Por lo tanto, como practicante de la Regla Gangá Kisi Brillumba, realicé una investigación minuciosa sobre el origen de esta rama gangá, ya que en muchos casos, cada vez que me identificaba en el medio religioso, muchos de otros practicantes no dominaban de su existencia, ni de su origen bantú, ya que con el paso del tiempo, durante los diferentes periodos históricos y producto también de las mezclas de razas con otras etnias bantúes, muchos de los gangá kisi, longoba, gora, bay, conu y maní, actualmente han perdido sus orígenes y descendencia ancestral, desgraciadamente.
El que suscribe, autor del presente libro, soy descendiente de la rama gangá kisi en la actualidad, y desde mi niñez fui preparado y capacitado para ser responsable del legado de la casa religiosa en la cual nací, me consagré y ejerzo desde hace cuarenta años.
Es cierto que, hasta la actualidad, como practicantes y herederos de la maña en cuestión, nos hemos visto limitados a dar a conocer al público nuestra ascendencia, y esto es debido a tabúes y conceptos ético-religiosos, por lo que solamente nos identificamos dentro de la maña.
Hasta hoy día, gracias a Dios nos hemos mantenido con nuestros sistemas oraculares intactos, sin permitir ningún tipo de mezclas o contaminación con otras reglas religiosas, incluso siendo sus practicantes, también, cofrades de otras reglas, como la Osha y Ifa.
Y esto es debido a que desde que nace un descendiente de la rama, este se comienza a preparar e instruir con respecto a todo lo relacionado con la maña en cuestión, sin prescindir de su capacitación natural que exige la sociedad existente, es decir, que a pesar de dominar la maña, también debe estar integrado a la sociedad.
Quién sabe en la actualidad cuantas otras casas gangá se mantengan en nuestra isla en secreto, siendo descendientes de legados religiosos, y solo nos limitamos a la praxis entre nosotros mismos, evitando la contaminación de otras esferas religiosas, e incluso el cruce de bastones.
Nkisi es un término que se presta a confusión, y tal vez sea la definición de los bakongos orientales la que con mayor claridad resume su significado. Para ellos, nkisi es un objeto habitado por un espíritu y dotado por un poder sobrehumano. Por espíritu se debe entender, en este caso, no un alma descarnada, sino el alma de un difunto que ha tomado, por voluntad propia, después de su muerte, un cuerpo adaptado a su nuevo modo de «ser». Ese objeto o receptáculo es compuesto, fabricado por un nganga, quien es el vínculo, por así decirlo, entre los vivos y los muertos. El vocablo nganga, por sí solo, significa hacedor, tratado, secreto, pero siempre se le añade una suerte de apellido que indica su función. Así, está el nganga nkisi, término genérico comúnmente especificado por el nombre del nkisi.
Diferentes tipos de nkisis hallados en África, según investigaciones realizadas por Laman y Mac Gaffev
1. Nkisi Mbongo Nsimba:Es una prenda-estatua proveniente del área que, al oeste de Kingoyi y Kinkenge sirve para la adivinación y la curación.
2. Nkisi Mbenza: Es, a todas luces, un tipo de prenda muy antiguo que adopta muchas formas. Es también el más alto de los títulos jerárquicos y el nombre de un importante clan de la región. Algunos estudiosos, según Mac Gaffev, la describen como objeto de un culto comunitario para abrir la matriz a una larga progenie.
3. Nkisi Ndundun: Es el nombre de una prenda que significa albino. Los bakongos creen que los albinos, como los jimaguas, son la reencarnación de los espíritus de agua. Aunque este nkisi ataca a todo el organismo humano, también cura muchas enfermedades.
4. Nkisi Londa: Es un nkisi para las mujeres y los niños. Es muy complejo e incluye amuletos que deben usar quienes están protegidos por este nkisi, que pone énfasis en la armonía familiar.
5. Nkisi a Babonsono: Nkisi de todos. No es en realidad una prenda, sino una especie de botánica en miniatura, que muchas aldeas ponen a disposición de sus moradores con el objetivo de proporcionarles los ingredientes básicos para componer una prenda a quienes la necesiten.
6. Nkisi Mbundu: Es un nkisi hecho en forma de atado de corteza, que sirve para decir la verdad sobre disputas locales serias. Mbundu es una de las plantas que se usa para componer este nkisi, y que le da su nombre.
7. Nkisi Nkosi: Nkisi juramentado y nacido en el agua, que significa el destructor.
Los nkisis que rigen la Regla Gangá
1. Nganga Nkisi Ngombo: El adivino, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a la adivinación. Se identifica con el Oficio Congo de Talanquete, representado por el Gando de Lucero Mundo. Es oficiado por hombres.
2. Nganga Nkisi Lufu: El forjador, función muy especial y apreciada, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga al ensamblaje de cazuelas. Se identifica con el Oficio Congo de Babakon Nkisi, representado por el gando de Sarabanda. Es oficiado por hombres.
3. Nganga Nkisi Kuka: El curandero, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a realizar las limpiezas y curaciones de los enfermos. Se identifica con el Oficio Congo de Bacuballende, representado por el gando de Cuballende. Es oficiado por hombres.
4. Nkisi Mbundu: El sacerdote dueño de este nkisi es el encargado de los ritos funerarios o el llanto de Palo Gangá. Rige el mundo de los muertos, Kunanfinda o Campofinda. Representa el gando de Centella Ndoki, es un nkisi femenino. Se identifica con el Oficio Congo de Mariguanza o Babaco Maringoya. Es oficiado por hombres, pero preferiblemente por mujeres, ya que forma parte de una de las mariquitas o las tres brujas.
5. Nganga Nkisi Kyrere: La alegría, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a realizar y organizar las actividades festivas. Se identifica con el Oficio Congo de Babaco Mutanga Nganga. Es oficiado por hombres, pero preferiblemente por mujeres, ya que forma parte de una de las mariquitas o las tres brujas.
6. Nganga Nkisi Mboma: El paridor, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a parir, suelen tener muchos ahijados, es un nkisi femenino; significa larga progenie, matriz. Se identifica con el Oficio Congo de Yaya Nsambe. Es oficiado por mujeres, ya que forma parte de una de las mariquitas o las tres brujas.
7. Nganga Nkisi Butan: Es el osainista, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica, dentro del nnso nganga a la recolección de las yerbas. Es el conocedor de las nkunias y las nfindas. No se identifica con ningún Oficio, por lo que en algunas casas de palo se puede encontrar sustituyendo al nkisi kyere en ciertas ceremonias. Es oficiado por hombres solamente.
8. Nganga Nkisi Nkosi: Es el destructor. El sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a las guerras, representa al gran guerrero. Se identifica con el Oficio Congo de Bacocon Nkisi Mutangare, Bakonfula o Mayordomo. Es oficiado por hombres.
9. Nganga Bankulo: El mayor que guarda el receptáculo de los ancestros y es ministro de su culto, el sacerdote dueño de este nkisi es el que se dedica dentro del nso nganga a guardar los secretos religiosos. Se identifica con el Oficio Congo de Tata Nsambe. Es oficiado por hombres.
10. Nganga Nkisi Mbaka: Este nkisi es consagrado y montado por las casas de brujos que poseen sacerdotes ngangas de tiempo religioso. Lo reciben los tatandis cuando se consagran o se jubilan y entregan sus poderes religiosos al tata Nsambe sustituto; después de esto, el tatandi pasa a supervisar las ceremonias religiosas de la casa en cuestión, adquiriendo el oficio o el rango religioso de Mbaroko Bacocon Tata Tatandi.
11. Mbaroko Bacocon Tata Tatandi: Esta ceremonia la reciben los tatas después de largo tiempo de faena religiosa y maña, también después de tener siete tatas nkisis ngangas, siete yayas nkisis ngangas y siete padres o madres nkisis ngangas, con sus fundamentos respectivos y cada uno de ellos con siete tatas nkisis ngangas consagrados, siete yayas nkisis ngangas y siete padres o madres nkisis ngangas consagrados. También, esta ceremonia la recibe un tata nsambe de otros siete tatandis, los cuales son convocados y verifican todo lo antes dicho basándose en los libros de juramentación o árbol genealógico de la casa en cuestión, cuyas consagraciones hayan sido dirigidas por el tata nsambe que va a pasar a tatandi.
12. Mboma Yaya Yayandi: Esta ceremonia la reciben las yayas después de largo tiempo de faena religiosa y maña, también después de tener siete tatas nkisis ngangas, siete yayas nkisis ngangas y siete padres o madres nkisis ngangas, con sus fundamentos respectivos y cada uno de ellos con siete tatas nkisis ngangas consagrados, siete yayas nkisis ngangas y siete padres o madres nkisis ngangas consagrados. También esta ceremonia la recibe una yaya nsambe de otros siete tatandis, los cuales son convocados y verifican todo lo antes dicho basándose en los libros de juramentación o árbol genealógico de la casa en cuestión, en cuyas consagraciones la yaya nkisi haya participado. Hoy en día, esta ceremonia ha caído en desuso por diversas razones, una de ellas es que no existen suficientes tatandis consagrados para realizarlas a las nuevas generaciones, debido a que han fallecido, llevándose consigo estos secretos. Otra, que a los tatas nsambes de hoy día no les interesa entregar el mandato de sus casas religiosas a las nuevas generaciones, por razones disímiles y heterogéneas, y de este modo nos enfrentamos a un fenómeno muy común, que es que, con la muerte de este, el Munanso Congo queda a la deriva, por no contar con un sucesor religioso consagrado y designado que ocupe su lugar, trayendo consigo guerras étnicas religiosas de poder con respecto a los ahijados y a los fundamentos de los mayores, que en muchos casos son usurpados por descendientes, a los cuales no les corresponde. También es preciso aclarar, que a la persona que le salga este nkisi en actividades adivinatorias, no nació para ser un practicante dentro de la Regla Gangá, sino que solo se deberá consagrar en la plaza que le corresponda y ensamblar cazuela si lo lleva, ya que su camino está en otras tierras religiosas. Es decir, que sigue perteneciendo a la casa religiosa, pero no es un practicante activo, ni deberá realizar consagraciones a nadie, ya que pierde todo lo suyo. Esto no le evita ni le prohíbe adquirir conocimientos religiosos de la Regla Gangá, sino todo lo contrario. Dice la leyenda que el primer nkisi fue compuesto por Mukulu, un antiguo ancestro. Pero fue Mentete, el primer ser humano que descendió del cielo, quien enseñó a los hombres cómo fabricar o componer un nkisi. Los nkisis tienen aliento, pero no igual que las personas. Escuchan al tata nganga y hacen lo que este les ordena. La vida del Nkisi no termina, sino que se transmite para formar una especie de linaje. El tata nsambe es quien transmite el arte de componer un Nkisi a los novicios, a quienes también informa sus propiedades y prohibiciones.
Consagración de los nueve primeros nkisis en Cuba
Desembarcados en diferentes puntos de Cuba, cientos de congós, ngolas y cabindas fueron destinados a plantaciones de caña, café y tabaco esparcidas por toda la isla. Fueron ellos los que compusieron, en honor a los nueve reinos sagrados del dominio del Manikongo, los primeros nueve nkisis, de los cuales nacieron otros muchos. Estos, a su vez, procrearon los que, junto con aquellas prendas originales, llegarían a ser los fundamentos de las Reglas de Palo Monte en Cuba. Dos de ellas fueron hechas en Pinar del Río; una, en La Habana; dos, en Matanzas; una, en Santa Clara; una, en Camagüey; y las dos últimas en Oriente. Son las siguientes:
1. Ndumbo A Nzinga O Ngundu Batalla Sácara Empeño: Fue compuesta a finales del siglo XIX y pertenecía a Saturnino Gómez, descendiente de algún esclavo de la dotación del ingenio Santa Teresa, fundado en 1827, en el Partido de San Diego de Núñez, Bahía Honda.
2. Nkisi Mananga O Mariwanga: Servía a los esclavos congós de la hacienda Candelaria de don Francisco Javier Pedroso, alrededor de 1806. La hacienda lindaba con la Sierra del Cuzco, y en sus terrenos, donde hoy se ubica el pueblo de Candelaria, está la loma de Juan Gangá, famoso cimarrón que montó la prenda que corresponde a Oya, dueña de centellas y remolinos, identificada con la Virgen de la Candelaria.
3. Mboma Ndongo: Fue el nkisi compuesto por los bakongos en La Habana, por el año 1812, en el antiguo caserío de Guanabo, en Guanabacoa. En esa localidad de la provincia habanera ocurrió un importante levantamiento de esclavos congós y yorubas de la dotación del ingenio Peñas Altas. Casi todos los insumisos fueron masacrados por el mayoral Antonio Orihuela. El reducido grupo de sobrevivientes pudo escapar, llevándose la krillumba de una de sus compañeras asesinadas, llamada Regla Ngola. En lengua, es la Virgen de Regla.
4. Nkisi Nganga Nsaya O Mundo Catalina, Manga Saya: Recibió el nombre de Nganga. Su dueña era la familia de los Melgares, que radicara, a finales del siglo XIX, junto a la laguna sagrada de San Agustín de Ibáñez en Pedro Betancourt. Fue montada por esclavos del ingenio Diana Soler, propiedad del potentado español Juan Soler. El ingenio fue quemado poco después.
5. Mankunku O Mayimbe Nkunku Sácara Empeño: Procede de las lomas de Quimbámbilas, en Perico. Fue fundamentada por cimarrones, huidos del ingenio Tinguaro, en esa jurisdicción. De esta prenda, famosa por su movilidad, nacieron otras muchas que, a su vez, se propagaron por toda la isla. Come gallo negro y hierbas, en forma peculiar.
6. Makaba, Mbumba, Kuaba O Kaba: Esos cimarrones deambulaban por las montañas de Trinidad y las Alturas del Muerto, hasta el río Ay de los Negros, e identificaban su fundamento en la Osha con Yewa. Es una prenda de extrema sensibilidad, hecha con la krillumba de una joven negra que fuera atacada y descuartizada por las jaurías de los rancheaderos durante su fuga.
7. Ngumbi O Nkindi: Es oriunda de Camagüey, y encierra el espíritu de Ngumbi, nombrado en vida Ciriaco. Era éste un negro bozal cuyo cimarronaje tuvo como escenario la periferia del poblado camagüeyano de Santa Cruz del Sur. Los negros entrados por las costas de esa provincia, aun después de suprimida la tratan, pronto formaron grupos cimarrones que, según las crónicas de la época, atacaron a Santa Cruz varias veces en el año 1851, ocasionando pérdidas humanas y materiales nada desdeñables.
8. Mbudi Yamboaki Nzinga: Fue preparada en el pueblo de Yara. La importancia histórica de esa localidad radica en el hecho, entre otros no menos trascendentes, de que allí se asentó el cacicazgo indio de Macaca, donde fue quemado vivo el indio Hatuey, el 10 de octubre de 1513. Yara fue fundada alrededor de 1730. Para 1871, su población no blanca estaba integrada por ciento ochenta y dos libres de color y cuarenta y cuatro esclavos. El esclavo dueño de esa prenda era Baltasar Yamboaki, de quien se dice que era así llamado porque su prenda contenía la krillumba de un Yamboaki, que en congó significa indio.
9. Menza Bana: En el punto conocido por Peralejo, situado entre Manzanillo y Bayamo, se libró una de las más cruentas batallas de la guerra de 1895-1898. Allí fue emboscada por las fuerzas mambisas al mando de Antonio Maceo la columna del brigadier Fidel Alonso de Santocildes, quien escoltaba al general en jefe del ejército español en Cuba, capitán general Arsenio Martínez Campos. Este logró a duras penas romper el cerco insurrecto y dirigirse hacia Bayamo, dejando pertrechos y heridos en poder de los mambises. Pero Santocildes y muchos de sus hombres cayeron en combate. En reconocimiento al coraje de las huestes españolas, mambises descendientes de congós y ngolas que blandieron sus machetes en esa batalla, fundamentaron sus prendas, a fines del siglo XIX, nombradas por su guía, en recuerdo de Santocildes y sus hombres.
El hombre, dice Laman, es considerado como un ser dual, compuesto por: una entidad exterior, el cuerpo físico, que se entierra y se descompone, y una entidad interna, la esencia misma del hombre. Esta, a su vez, está compuesta por dos entidades separadas: la nsala y la nwela.
Nsala: Es la parte del hombre que no es visible en el cuerpo exterior; es su alma, o mejor, el principio de la vida. Es considerada como un ser viviente que actúa como la adivina del hombre, al cual puede abandonar momentáneamente para vagar por el mundo y conocer los acontecimientos que afectarán a su dueño en el futuro. La sombra es conceptual y funcionalmente igual al alma o principio de la vida. La nsala podría describirse como la imagen del hombre interior, de la esencia del hombre. Para los ngangas, la nsala es visible en forma de sombra. Igual que el cuerpo físico tiene su sombra, el alma también tiene la suya. La nsala no abandona el cuerpo físico, sino hasta que el hombre se muere, y la sombra se separa de él. Por eso los muertos mantienen el alma de un enfermo virtualmente cautiva, obligándola a no alejarse del cuerpo físico, si no hicieran esto, toda enfermedad tendría un desenlace inmediatamente fatal.
Nwela: Es el aliento, el órgano a través del cual el hombre vive y respira. Si abandona el cuerpo, el hombre muere. El nwela puede posesionarse de cualquier animal. Para prolongar la vida de un ser humano, se mezclan unas gotas de su sangre con las de un animal determinado, para que ambos compartan el mismo aliento y la vida se prolongue. Cuando un hombre duerme, el aliento deja el cuerpo físico y vaga por otros lugares, para conocer y predecir el futuro de su poseedor, actuando así en forma parecida a la nsala. Cuando el hombre muere, su aliento va al mundo de los muertos.
1 Fernando Ortiz: Los Negros Esclavos, cap. 1, La Habana, 1916.