Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español - Fonsi Loaiza - E-Book

Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español E-Book

Fonsi Loaiza

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Beschreibung

A finales de agosto de 2023, el escándalo generado por el caso Rubiales puso manifiesto, para una inmensa mayoría de la opinión pública, que algo huele a podrido en nuestro fútbol. Sin embargo, no es más que la punta del iceberg de una situación que algunos, los menos, llevan denunciando hace tiempo. Nepotismo, misoginia, espionaje, prebendas, compra de voluntades, medios de comunicación sesgados a favor de los de siempre y tráfico de influencias forman parte del día a día de un deporte que se ha convertido en un negocio millonario promocionado como espectáculo de masas que sólo beneficia a una elite de privilegiados. Esta «familia» corrupta, que, desde los clubes y las instituciones, ejerce su poder sin fisuras, hace tiempo que ha robado el fútbol a los aficionados. El presente libro pone sobre la mesa un tema del que se es muy consciente, pero del que se prefiere no hablar, ya que son muchos los intereses creados a su alrededor. La denuncia que contienen sus páginas es un primer paso que debería llevar a una profunda investigación de todos los implicados en esta cloaca donde no se salva casi nadie.

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akal / a fondo

Director de la colección

Pascual Serrano

Diseño interior y cubierta: RAG

Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.

Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original..

© Fonsi Loaiza, 2023

© Ediciones Akal, S.A., 2023

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.akal.com

facebook.com/EdicionesAkal

@AkalEditor

ISBN: 978-84-460-5469-6

Fonsi Loaiza

Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español

A finales de agosto de 2023, el escándalo generado por el caso Rubiales puso de manifiesto, para una inmensa mayoría de la opinión pública, que algo huele a podrido en nuestro fútbol. Sin embargo, no es más que la punta del iceberg de una situación que algunos, los menos, llevan denunciando hace tiempo. Nepotismo, misoginia, espionaje, prebendas, compra de voluntades, medios de comunicación sesgados a favor de los de siempre y tráfico de influencias forman parte del día a día de un deporte que se ha convertido en un negocio millonario promocionado como espectáculo de masas que sólo beneficia a una elite de privilegiados. Esta «familia» corrupta, que, desde los clubes y las instituciones, ejerce su poder sin fisuras, que ha robado el fútbol a los aficionados.

El presente libro pone sobre la mesa un tema del que se es muy consciente, pero del que se prefiere no hablar, ya que son muchos los intereses creados a su alrededor. La denuncia que contienen sus páginas es un primer paso que debería llevar a una profunda investigación de todos los implicados en esta cloaca donde no se salva casi nadie.

Fonsi Loaiza (San Fernando, Cádiz, 1990) es un periodista combativo que se ha formado en las universidades públicas de Sevilla (licenciado en Comunicación) en Andalucía y Pompeu Fabra (másteres en Comunicación Social y en Periodismo Deportivo) y Autònoma en Catalunya (doctorado en Medios de Comunicación y Cultura). Como autor ha escrito la biografía no autorizada Florentino Pérez, el poder del palco y el monográfico sobre el Mundial 2022 Qatar: sangre, dinero y fútbol, ambos publicados en esta colección. En su actividad en redes sociales, Fonsi Loaiza ha logrado propagar un incómodo mensaje contra el establishment y cuenta con más de 220.000 seguidores en Twitter.

A quienes aman el juego y odian el negocio.

A Zhanet, por quererme.

Presentación

Cuando un autor y un editor van pergeñando una idea para un libro que, presumen, trata sobre un tema de actualidad, además de acertar en el momento en el que lo deciden que lo publicarán, quedan a merced de cómo evoluciona esa actualidad a lo largo de los meses que pasarán hasta que el libro vea la luz.

Al periodismo diario le basta saber lo que es actualidad hoy para contarlo mañana, el semanal tratará sobre temas que duren más de un día y una publicación mensual debe pensar en temas que soporten varias semanas. En cambio, querer abordar la actualidad, incluso me atrevería a decir que hacer periodismo, en un libro requiere pensar a largo plazo. ¿Interesará este tema dentro de seis meses cuando el libro salga a la venta? O lo que es peor, ¿seguirá interesando dentro de un año o dos, fechas en las que seguimos interesados en que el libro siga en las librerías?

Este nuevo libro de la colección A Fondo, de la editorial Akal, que usted tiene en las manos, se planeó hace varios meses. Creo que el tiempo y los acontecimientos han demostrado la visión periodística de futuro que tuvimos, especialmente nuestro autor, Fonsi Loaiza. Quién, si no, iba a escribir un libro titulado Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español.

Efectivamente, el carácter mafioso, machista y corrupto del fútbol español ha terminado reventando por una de sus costuras podridas y sacando a la luz toda la miseria que había dentro. En esta ocasión ha sido el machismo. Y, al final, con el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha pasado como con Al Capone: tantos crímenes a las espaldas del gánster estadounidense para terminar en prisión por una simple evasión fiscal. En España, tantos latrocinios, choriceos y comisiones para terminar cesado por un beso no consentido, un pico. La paradoja es que algunas injusticias terminan proporcionando justicia.

Este libro sirve para entender cómo algo que puede parecer nimio acaba siendo el detonante de algo mucho mayor. Un beso, un pico, como dijo Rubiales, puede desencadenar todo lo que hemos conocido. En realidad, los grandes movimientos populares surgen a partir de algo aparentemente intrascendente. Por ejemplo, la primavera árabe en Túnez se inicia porque la policía le confisca las verduras a un vendedor callejero. En su libro Antes de la tormenta, Gal Beckerman repasa la historia para explicar cómo muchos movimientos populares, e incluso revoluciones, se conciben de forma silenciosa y latente para terminar explosionando en el momento más inesperado. Machismo, mafia y corrupción en el fútbol español nos sirve para descubrir todo lo que había detrás de nuestro fútbol y explica cómo ese detonante aparentemente simple, «el pico», pudo provocar todo, la explosión de la olla a presión, la gota que colmó el vaso.

Para explicar eso, Loaiza nos presenta a todos los capos del fútbol –no hace falta explicar que todos son hombres–, él los llama los amos del fútbol español. Pero, en realidad, al terminar el libro, vemos que son amos de muchas más cosas, desde negocios de construcción hasta cadenas de televisión, pasando por empresas de distribución de alimentos o las cloacas policiales. El libro repasa desde el omnipresente Florentino Pérez hasta Fernando Roig o Miguel Ángel Gil. Ojo con los apellidos, seguro que les suenan desde hace mucho. Comprobamos que, cuando se trata de negocios, no importan las diferencias ideológicas, se unen monárquicos y republicanos, centralistas madrileños e independentistas catalanes, y por eso vemos repartirse el pastel entre Roures, Cerezo, Laporta o Tebas. A todos ellos los retrata Loaiza detallando sus finanzas, recopilando sus mangoneos y reproduciendo las citas de sus comentarios.

Sin embargo, sí descubrimos un sesgo ideológico dominante en nuestro fútbol, se explaya sin límite el ultraderechismo. Un ejemplo elocuente: el único partido que se ha suspendido aplicando el «protocolo contra el racismo» fue para proteger a un nazi al que parte del público llamó nazi. En el fútbol, cuando se habla de justicia, es el mundo al revés; por eso, como recuerda nuestro autor, tiene peores consecuencias denunciar una agresión sexual que haber sido denunciado envuelto en un escándalo sexual.

Las corrupciones en las instituciones del fútbol quizá sean la mejor prueba de cómo la gestión y el derecho privados puede ser el lugar idóneo para el latrocinio y el saqueo del dinero público logrado con patrocinios, derechos de emisión y privilegios ante las administraciones. Y todo ello sin tener que someterse al control público de sus cuentas y nombramientos. Les recuerdo que alguna de esa gente gana en sus cargos casi un billete de 500 euros cada hora.

Cuando vamos leyendo las páginas de este libro, comprobamos cómo ningún cargo público ni representante ciudadano aguantarían ni un minuto en el cargo tras conocerse su salario insultante, sus privilegios, sus orgías con jóvenes de menos de 20 años, sus derroches en fiestas tirando de tarjeta de la institución, sus comentarios machistas, su impunidad ante las agresiones sexuales, su racismo o su matonismo.

Como no podía ser de otro modo, los tentáculos de la criminalidad del fútbol se extienden por la trama Gürtel –que financiaba a la derecha–, las cloacas de Interior y de la policía, y la complicidad y compra de silencios en los medios de comunicación. Lean, lean.

Que algunas cabezas de esta mafia hayan tenido que rodar por un pico y no por todo su bandolerismo, uno ya no sabe si es digno de aplauso o de vergüenza, aunque, al menos, sí es motivo de alegría.

Sólo me queda agradecer a Fonsi Loaiza, probablemente el periodista español que más amenazas de muerte recibe por las redes, que sus libros estén sacando a la luz todo este mundo turbio. Las amenazas que en México reciben los periodistas por las mafias del narcotráfico, en España se reciben por la mafia del fútbol, no se me ocurre mejor símil para comprender la envergadura de su criminalidad. Leyendo este libro y difundiéndolo estaremos demostrando que no está solo y que el hampa no es intocable. Ya lo han demostrado las futbolistas.

Pascual Serrano

I

PREÁMBULO

«Para estar en el sitio en el que yo estoy de entrenador hay que hacer muchas concesiones éticas, morales y de valores. Ninguna persona que esté 30 años en el fútbol es cristalina. El fútbol te vuelve peor persona y, si no, te excluye. Nos preparan para sobresalir y para generar prosperidad material. Ricos y famosos, como en las revistas. Pero lo que vale la pena son las emociones que recordamos y los afectos que construimos» (el entrenador Marcelo Bielsa al ser premiado por la FIFA por Juego Limpio. Ordenó a sus jugadores en el Leeds que se dejaran meter un gol por haberlo marcado antes mientras un jugador del rival se encontraba tirado en el suelo).

«No ha hecho falta pasar mucho tiempo para ver que lo que se exigía hace unos meses no era una simple pataleta, es por todas las mujeres. Estamos contigo, Jennifer Hermoso» (Mapi León es la mejor defensa central del mundo. Renunció al Mundial a los 28 años en el mejor momento de su carrera. Se mantuvo firme contra la RFEF de los machirulos de Rubiales y Vilda. Le robaron disputar el torneo y no logró el campeonato del mundo).

El fútbol es el paradigma de la mafia en España en todo su esplendor. Cuando en el año 2014 metieron a José María Del Nido, expresidente del Sevilla FC, en la cárcel por cobros irregulares del Ayuntamiento de Marbella, la mayoría de los directivos y de los clubes del fútbol español firmaron una solicitud para su indulto. «Es de la familia», alegaban. Rubricaron la petición del indulto sin distinciones: Florentino Pérez, presidente del Real Madrid; Sandro Rosell, expresidente del FC Barcelona; Javier Tebas, presidente de la Liga; Ángel María Villar, expresidente de la Federación Española; Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, o Raúl Martín Presa, del Rayo Vallecano. Y así hasta 16 presidentes de clubes de Primera estamparon su firma. Como en una red mafiosa con infinidad de chanchullos, todos los directivos están relacionados de alguna manera entre sí para mantener sus privilegios. Nepotismo, misoginia, lujos, espionaje, prebendas, compra de voluntades y tráfico de influencias se aúnan en la mezquindad de los palcos con casi total impunidad.

Àlex J. Botines, periodista deportivo adelantado a su tiempo, lo presagió tras la muerte del dictador Franco en 1975 con el libro La gran estafa del fútbol español:

Se trata de la estafa social más gigantesca que se ha producido en España, con el visto bueno de las propias estructuras orgánicas del país. El fútbol ha hecho lo que ha querido, cuando ha querido y como ha querido. El sistema está demasiado sólido. Aunque es un edificio sin cimientos ni buenos materiales de construcción, hay dinero suficiente para ir colocando vigas cuando cede por algún punto[1].

El periodista deportivo argentino Dante Panzeri, fallecido a pocos días de la celebración del Mundial de 1978, al que se opuso por su uso propagandístico por parte de la dictadura de Videla, escribió una de las obras fundamentales sobre el entramado corrupto surgido con la mercantilización de la industria del fútbol: Burguesía y gangsterismo en el deporte[2]. Según Panzeri, los serviles profesionales de los medios de comunicación protegen los intereses de los poderosos y sostienen esta estructura caciquil:

La prensa es la peor casta. La felicidad del periodista es estar seguro consigo mismo de haber obsequiado a la sociedad alguna actitud que la mejore. Lamentablemente para un periodista deportivo, un periodista deportivo es más importante que enseñar a pensar y vivir dignamente. Mi misión periodística no es fabricar ignorantes ni seguir al público. Es procurar que el público me siga a mí, si quiere. Periodista es la persona auténtica que orienta con su opinión la de los timoratos, falsificadores, hipócritas e imbéciles. Entre el cliente y la verdad, seguiremos optando por la verdad.

Panzeri trabajó en La Opinión, la revista El Gráfico o La Prensa, y su cometido vital no cambió. En sus últimos meses de vida tuvo que trabajar vendiendo seguros, defenestrado de todos los medios por su integridad periodística: «El deporte me lo dio todo en la vida. Me enseñó lo que es conducta, dignidad y alegría. Solamente puedo darle protesta para defenderlo de quienes lo destruyen. En el periodismo deportivo no es destructivo el periodista que destruye a quienes destruyen el deporte, sino el único constructivo».

Tras la caída de Ángel María Villar, detenido en 2017 por corruptelas en el cortijo de la Federación Española, que presidía desde 1988, las comisiones millonarias han continuado en el fútbol español. Luis Rubiales y Gerard Piqué se repartieron el botín en Arabia Saudí. Se destapó el caso Negreira, exvicepresidente del comité de árbitros a sueldo del FC Barcelona. Y la fortuna del presidente ultraderechista de la Liga, Javier Tebas, sigue en aumento: ha multiplicado por diez su salario y ha pasado de cobrar 340.000 euros a embolsarse 3,4 millones de euros.

El empresario Fernando Roig, presidente del Villarreal, acumula 1.650 millones de euros de patrimonio. El magnate de la comunicación y propietario de los derechos audiovisuales, Jaume Roures, posee una fortuna estimada en 250 millones de euros. Asimismo, Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo del Atlético de Madrid disponen de un capital de 340 y 270 millones de euros, respectivamente.

El capo entre los capos, «el tiburón blanco», según el argot de los propios tiburones de los palcos, Florentino Pérez, atesora una fortuna aproximada de 2.000 millones de euros. El Real Madrid le ha abierto las puertas de par en par para sus negocios particulares en Australia, donde colocó una pretemporada en pleno inverno que ninguno de los técnicos del equipo entendía. Las giras galácticas aterrizaron también en Estados Unidos, imperio en el que Florentino las aprovecha para establecer reuniones con los dirigentes políticos, como la silenciada para la obra del metro en Nueva York en una habitación del hotel en el que se hospedaba el equipo con el entonces alcalde Michael Bloomberg, del Partido Demócrata y séptima persona más rica del mundo en la actualidad. En Estados Unidos, la empresa ACS de Florentino es donde más tajada saca, con 4.000 millones de euros adjudicados en el primer semestre de 2023. En Argentina, el Gobierno de Alberto Fernández anuló los contratos del expresidente Macri con la empresa Abertis de Florentino Pérez por perjuicio a los argentinos con sus peajes de las autopistas.

Y no sólo tiene barra libre la especulación inherente a este negocio capitalista; también campa a sus anchas el fascismo en el fútbol español. Grupos de ultraderecha como Frente Atlético gozan de impunidad en los estadios con asesinatos a sus espaldas de los hinchas Aitor Zabaleta de la Real Sociedad y Jimmy del Dépor. Aunque los campos son un hervidero de banderas franquistas, saludos nazis, cánticos homófobos, racistas, machistas y pancartas que apelan a la violencia, el único partido de fútbol que se ha suspendido en España por el supuesto protocolo contra el racismo fue por llamar nazi al neonazi del futbolista ucraniano Zozulya por parte de la hinchada antifa de Bukaneros, del Rayo Vallecano. El Marca se volcó con Zozulya y hasta sorteó la camiseta del partido suspendido que disputó el Albacete contra el equipo madrileño en 2019: «Un hecho que cambiará la historia del fútbol en España», titulaban.

Los grandes medios de comunicación deportivos, que nos cuentan la corrupción mientras participan de manera activa en ella, también blanquean a la ultraderecha. El periódico más vendido de España sigue siendo el Marca, el único que leía el ínclito expresidente M. Rajoy, un tipo que, cuando acudió al funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica, le pareció muy emocionante porque fue el lugar donde la selección española de fútbol se proclamó campeona mundial. Este diario, con pasado falangista, nació como panfleto de propaganda del fascismo en 1938 apoyando el golpe contra la República con el titular «Brazo en alto a los deportistas». Fue fundado por Manuel Fernández-Cuesta, hermano de Raimundo Fernández-Cuesta, ministro secretario general del Movimiento. Marca sirvió de sostén ideológico del franquismo y, el día de la muerte del dictador, lo sacaron en portada como «deportista ejemplar». Hace 20 años este periódico pidió «leña al moro» contra el atleta marroquí Hicham El Guerrouj en una de las portadas más lamentables que se recuerdan, y calificó las medallas como «Moro» para El Guerrouj, «Plata» para Fermín Cacho y «Bronce» para Reyes Estévez.

Hasta el año 2018, el diario As, del Grupo Prisa, llevaba en su contraportada a una mujer semidesnuda (chica As). Alfredo Relaño, director de honor del periódico, escribió una carta para defenderse de la denuncia del sindicato CCOO por sexismo por estas deplorables contraportadas, con una mujer ajena al deporte en ropa interior, a las que consideraba «una liberación del cuerpo de la mujer que sirve para asociar la práctica del deporte con una mejora del aspecto físico». Eufemismo rancio para no decir que el mercadeo de la prensa deportiva utiliza el cuerpo de las mujeres como objeto para hacer negocio y estimular bajos instintos. Finalmente acabaron con las contraportadas de las «chicas As» por la presión sindical y popular, pero todavía abundan en la página web en busca de clics.

No obstante, algo está cambiando, y la imparable revolución feminista también ha irrumpido con fuerza en uno de los grandes bastiones del machismo como es el mundo del fútbol. Infinidad de personas denunciaron los obscenos hechos ocurridos durante la celebración del título mundial de fútbol femenino ganado por las jugadoras de la selección española por primera vez en la historia el 20 de agosto de 2023. Miles de aficionadas de todo el mundo pidieron indignadas la dimisión de Luis Rubiales como presidente de la Federación por su asqueroso machismo y abuso de poder en la celebración del título estrujando y levantando a jugadoras, tocándose sus partes íntimas en el palco de autoridades y agarrando para besar sin consentimiento a la futbolista Jennifer Hermoso. Y no sólo señalaban al despótico Luis Rubiales, se trata de un machismo estructural en el fútbol. El entrenador Eder Sarabia reflexionó sobre ello: «Antes hemos normalizado muchas cosas en el mundo del fútbol. Hay un partido de fútbol femenino y decimos “las niñas”. Si hay un partido de fútbol masculino, no decimos “los niños”, a mis jugadores nadie les dice “los niños”. Cuántas veces hemos escuchado decir “el fútbol es para hombres”, “hay que echarle huevos”... Hemos normalizado ciertas cosas que luego son un caldo de cultivo, que es lo que nos lleva a ese machismo que subyace por ahí. Tenemos el fútbol como una herramienta espectacular para poder dar ejemplo y creo que tenemos que ponernos a ello para que las cosas cambien». Y la jugadora Aitana Bonmatí, del FC Barcelona, reivindicó la lucha feminista al ser galardonada como mejor futbolista de Europa por la UEFA: «Como sociedad, no podemos permitir el abuso de poder. Se lo dedico a Jennifer Hermoso y a todas las mujeres que sufren lo mismo. Estamos con vosotras».

Ante el vendaval de denuncias y críticas por parte de la sociedad, incluida la del presidente Pedro Sánchez, con el que mantenía una estrecha relación hasta el incidente sexista, un acorralado Rubiales se resistió a dimitir durante tres semanas. Los medios de comunicación retransmitieron en directo una ópera bufa de su madre en huelga de hambre metida en la iglesia de Motril, y los agitadores ultraderechistas Javier Negre y Alvise iniciaron una campaña de acoso contra Jennifer Hermoso para culpabilizar a la víctima, que finalmente interpuso la denuncia ante la Fiscalía por agresión sexual y hostigamiento constante y reiterado.

A pesar de la rauda sanción de la FIFA de 90 días de inhabilitación, Rubiales intentó atrincherarse en el cargo y se aferró al sillón todo el tiempo que pudo. El TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) calificó la infracción de Rubiales como grave y no como muy grave, y no pudo ser inhabilitado por el CSD (Consejo Superior de Deportes) en España. Uno de los miembros del TAD, Jaime Caravaca, es el sobrino de Antonio Ramón Caravaca, al que Luis Rubiales fichó como abogado penalista de la RFEF y que fue señalado por ocultar el uso de detectives por parte de Rubiales, según AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). «Rubi» tenía en mente más pelotazos, como la construcción de un nuevo estadio propio para que jugara la selección sus partidos, y la candidatura para el Mundial 2030 junto a Portugal, Marruecos y Ucrania. Su homólogo en la Federación de Fútbol de Ucrania y socio con el que llegó a un acuerdo para presentarse a la candidatura para albergar la cita mundialista conjunta, Andriy Pavelko, ha sido detenido acusado de corrupción.

Rubiales expuso que el Mundial serviría para «dar esperanza a los niños ucranianos», igual que, según el expresidente de la Federación, la Supercopa de España fue trasladada a la teocracia feudal de Arabia Saudí, donde se vulneran los derechos humanos y que ha bombardeado Yemen con miles de niños asesinados, por la «igualdad de las mujeres» y no por el pelotazo multimillonario con Piqué y la comisión estratosférica de 24 millones de euros.

A este torneo de la Supercopa en Arabia Saudí acudió la presidenta Ayuso invitada por Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. La complicidad entre Cerezo y Ayuso es total. Incluso Cerezo ha manifestado: «Los atléticos también son de Ayuso». Ayuso no faltó a la comida de clubes, federación y autoridades de esta monarquía tiránica. El viaje de la presidenta madrileña del PP fue íntegramente costeado por el Atlético de Madrid[3]. La Liga de Arabia Saudí ha fichado a los afamados futbolistas Cristiano Ronaldo, Neymar y Benzema para lavar la imagen del país resentida internacionalmente después de que el príncipe heredero, Bin Salmán, mandara asesinar y descuartizar al periodista Khashoggi. El presidente Javier Tebas también ha sumado a Arabia Saudí como patrocinador de la Liga; coincide con Rubiales, su enemigo público pero unidos por la pasta, en este aliado tan poco edificante para el fútbol español. Pero Arabia Saudí no sólo se ha adentrado en nuestro fútbol: la familia real saudí, a través de la multinacional STC (Saudi Telecom Company), ha comprado una participación del 10% en Telefónica y se ha convertido en la mayor accionista de la empresa estratégica española, privatizada por los gobiernos de Felipe González y Aznar. De 2009 a 2018 STC fue patrocinador del Real Madrid.

Rubiales, una especie de Villarejo del fútbol, que realizó grabaciones clandestinas a ministros y cargos del Gobierno de Sánchez[4], conoce los entresijos de la putrefacción de este mundillo e hizo todo lo que estuvo en su mano para no dejar de ser uno de los amos del fútbol en España. Como el excomisario, ha echado un pulso a las instituciones que lo auparon y protegieron. De hecho, lo primero que preparó Rubiales al llegar a la presidencia de la RFEF fue fichar a la jefa de gabinete de Cristina Cifuentes y Ruiz Gallardón, Marisa González, experta en campañas mediáticas. De igual forma contrató como jefe para su gabinete de crisis a José Luis Olive­ra, alias «Oli» y «tronco» para Villarejo. El comisario Olivera, de las cloacas del Estado, tapó la corrupción del PP en Gürtel, fue imputado en la Kitchen y dijo que no era muy costoso meterle una cuenta falsa a Pablo Iglesias.

Vero Boquete, excapitana de la selección española de fútbol femenino, describió el sexismo de la RFEF: «Queda mucho de Rubiales. Es un abuso de poder constante. El problema no es si se va o no. El problema de fondo es que hay una cultura y un sistema dentro de la Federación que es necesario cambiar. Lo único que ha cambiado es que se ha visto públicamente lo que antes se veía de manera privada y en grupo reducido». El número dos de Rubiales, Pedro Rocha, es el nuevo presidente interino de la RFEF. Ha confirmado la continuidad del seleccionador Luis de la Fuente, que aplaudió al machista de Luis Rubiales cuando arremetía contra el «falso feminismo». El seleccionador Jorge Vilda fue destituido y su puesto lo ocupa su ayudante técnica Montse Tomé. Rocha fue colocado en la Federación en Extremadura con el apoyo del PP de Monago. No se debería permitir cortar un par de cabezas y que se mantenga toda la estructura machista intacta. En 2015, Boquete ya alzó la voz y encabezó la revuelta para destituir al seleccionador dictatorial Ignacio Quereda, que estuvo atornillado en el cargo desde el año 1988. Humillaba a futbolistas con todo tipo de vejaciones. Decía que lo que necesitaban era un macho, que la homosexualidad era una enfermedad, y las mandaba, como si fueran sirvientas, a por café. Como represalia, Boquete nunca volvió a ser llamada por la selección que heredó Vilda. En 2019, las futbolistas paralizaron con una huelga el fútbol femenino. Lograron un convenio colectivo con salario mínimo de 16.000€ anuales, poder quedarse embarazadas sin que las echaran, y tener derecho a vacaciones, paro y prestación en caso de lesión. En 2022, un total de 15 futbolistas (Andrea Pereira, Ainhoa Vicente Moraza, Aitana Bonmatí, Amaiur Sarriegi, Sandra Paños, Lola Gallardo, Laia Aleixandri, Mapi León, Leila Ouaha­bi, Ona Battle, Patri Guijarro, Lucía García, Mariona Caldentey, Claudia Pina y Nerea Eizagirre) se rebelaron e iniciaron un motín contra la Federación de Rubiales y el seleccionador Jorge Vilda por «una situación insostenible a nivel de salud mental». El diario Marca las llamó «chantajistas» en su portada y se puso de lado del seleccionador.

El tiempo les acabó dando la razón. En agosto de 2023, como ya hemos señalado, la selección española femenina logró el campeonato del mundo, a pesar de Rubiales, Vilda, la prensa y toda la organización corrupta y machista en la cúpula del fútbol español. Las futbolistas hicieron caer a presidente y seleccionador, y el mes siguiente paralizaron la Liga con otra huelga, hasta que lograron un convenio colectivo con un salario mínimo de 21.000 euros anuales. Las jugadoras de la selección no han dejado de luchar y han defendido el fútbol femenino frente a los jerarcas de la RFEF, que se vio forzada a despedir a los rubialistas Andreu Camps y García Caba por las protestas lideradas por Alexia Putellas, doble Balón de Oro. También fueron imputados en el caso Rubiales, por presiones, el entrenador Jorge Vilda, el director general de la selección, Albert Luque, y el director de márketing, Rubén Rivera.

Lo que el lector tiene entre manos es una selección de retratos sobre personajes e instituciones que le permitirán hacerse una idea de la situación de deterioro total del fútbol español. Todavía queda pendiente una investigación pormenorizada de todos los clubes y dirigentes implicados en esta cloaca que huele a podrido y donde no se salva casi nadie. Ojalá estos apuntes constituyan un primer paso en una labor tan necesaria y que, por salud democrática, debería llegar antes del Mundial 2030, que se disputará en buena parte en nuestro país.

[1] A. Botines, La gran estafa del fútbol español, Barcelona, Ediciones Amaika, 1975.

[2] D. Panzeri, Burguesía y gangsterismo en el deporte, Capital Intelectual, 2011. Id., Dirigentes, decencia y wines, edición a cargo de Matías Bauso, Buenos Aires, Sudamericana, 2013.

[3] «El viaje de Díaz Ayuso a Arabia Saudí lo pagó el Atlético de Madrid», El País, 13 de enero de 2020 [https://elpais.com/ccaa/2020/01/13/madrid/1578948462_550448.html].

[4] J. M. Olmo y A. Requeijo, «Rubiales realizó grabaciones clandestinas a ministros y cargos del Gobierno de Sánchez», El Confidencial, 19 de mayo de 2022 [https://www.elconfidencial.com/espana/2022-05-18/rubiales-guarda-grabaciones-clandestinas-ministros-cargos-gobierno-sanchez_3426337/].

II

LOS AMOS DEL FÚTBOL ESPAÑOL

En el año 2000, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, fue designado por la Liga como representante de los clubes y amenazó con parar la competición si no cesaban las inspecciones de Hacienda a los equipos de fútbol españoles. Esto lo aseguró Ignacio Ruiz-Jarabo, director de la Agencia Tributaria con Aznar; por tanto, nada acusable de irredento comunista, más bien todo lo contrario, se trata de un neoliberal de tomo y lomo. La prologuista de su último libro publicado, Impuestos o libertad. La hernia fiscal que estrangula a los españoles, tiene por nombre Isabel Díaz Ayuso, cuya gestión al frente de la Comunidad de Madrid pone como modelo fiscal a imitar. En Estado fiscal y democracia, Ruiz-Jarabo explica, en el epígrafe «Florentino Pérez no quiere que el fútbol sea inspeccionado», que el presidente madridista ordenó a gritos a Giménez Reina, entonces secretario de Estado de Hacienda, que detuvieran las inspecciones o «pararían la Liga de fútbol y a ver cómo aguantaría el Gobierno los domingos sin partidos»[1].