Me enamoré de un extraño - del Carmen Merlino Susana - E-Book

Me enamoré de un extraño E-Book

del Carmen Merlino Susana

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Beschreibung

ME ENAMORE DE UN EXTRAÑO, es una historia simple y romántica. Una bella joven sufría las consecuencias de un fracaso sentimental, una traición, que no perdonó jamás. Se obligó a sí misma, a rechazar a quien intentase conquistarla. No permitía que ningún hombre se atreviese a acercársele. Un extraño llegó a su finca buscando trabajo. Al principio fue rechazado, pero la recolección del cereal sembrado estaba próxima, se necesitaba gente voluntariosa y capáz. Finalmente fue contratado con ciertas condiciones, debía marcharse ni bien culminara la cosecha. Al conocer a la dueña de la finca, quedó prendado de ella. Hizo hasta lo imposible para conquistarla.

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Seitenzahl: 224

Veröffentlichungsjahr: 2019

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Merlino, Susana del Carmen

Me enamoré de un extraño / Susana del Carmen Merlino. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-761-723-8

1. Novela. I. Título.

CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Agradezco a quienes me alentaron

y ayudaron a realizar mi sueño.

Hoy, más que nunca,

valoro el lema que me acompaña desde hace años.

“NUNCA ES TARDE, NI NADA ES IMPOSIBLE”

I

La morena se desplazaba lentamente, llegó frente a una habitación, tocó y, al oír la voz, autorizándola a entrar, lo hizo, luego de abrir la puerta. Detrás del escritorio, se encontraba una joven, rodeada de un montón de papeles, a los que pretendía ordenar.

—¡Mi niña,… la cena está lista!... –Aclaró la mujer.

—¿Puedes demorarla unos minutos?... Ya pronto acabo con esto,… no quisiera dejarlo a medias…

—De acuerdo,… termina… te espero en la cocina. –La robusta mujer, giró sobre sus pasos y desapareció del recinto.

Media hora después, la joven se hacía presente en la cocina, como todos los días, se acomodó a la mesa y esperó que la sirvieran. MOLLY, la morena, depositó en los platos una porción de alimento humeante. La presentación y el aroma que despedía, anunciaban a las claras que se trataba de una exquisitez. Desde hacía tiempo, compartían juntas los horarios de las distintas comidas, así lo decidió HOLLY HARRISTON, luego de quedarse sola.

***

Hacía exactamente dieciocho meses, era una mujer feliz. Se había casado dos años antes, no mucho tiempo después de la muerte de su padre, a su madre la había perdido cuando tan sólo contaba con doce años. Había conocido a ALBERT COLEMAN, accidentalmente, volviendo del pueblo con los víveres necesarios para la semana. Su coche se averió, quedando detenida en medio de la ruta. Un buen samaritano acertó a pasar, deteniéndose a auxiliarla. Al comprobar que se había desprendido la manguera que llevaba el combustible al motor y, no pudiendo hacer nada, se ofreció a remolcarla hasta su domicilio. Ella aceptó resignada, aquél inconveniente la disgustó demasiado. Al llegar a la finca, luego de agradecer el favor que el desconocido le hiciera, lo invitó a tomar un refresco y, se quedaron conversando largo rato. Ya casi anochecía, cuando el hombre se despedía. Se dirigía al pueblo, a visitar a un tío que hacía mucho tiempo no veía. Fuera de lo imaginado, al día siguiente reapareció en la finca, interesándose en si había solucionado el problema. Desde ese día, los encuentros fueron más frecuentes, él, decidió quedarse por un tiempo a vivir con su pariente. Sin ningún reparo, comenzó a mostrar su interés por la joven. Ella, no tardó en ilusionarse. Tiempo más tarde, anunciaban el compromiso y meses después, se casaban. HOLLY, se sentía totalmente dichosa, sentía que había tocado el cielo con las manos. Su esposo parecía una buena persona, no demostraba ser muy romántico, ni muy cariñoso, algo detallista,… sí. Vivía pendiente de ella, intentaba colmarla de halagos. Todo parecía estar perfecto, hasta que,… él comenzó a cambiar sus costumbres, elegía salir solo, cosa que antes se negaba hacerlo, se demoraba más de lo previsto, hasta se mostraba algo ausente, callado, ensimismado en sus pensamientos. HOLLY, no tardó en notarlo, intentó averiguar qué le ocurría, él, lo negó, insistía en que todo estaba bien. Ella, intuyó que algo había cambiado. Resolvió no seguir averiguándolo con él, tomaría sus propias determinaciones. Una tarde, esperó que él saliera, como todos los días, en un momento dado, subió a su camioneta y marchó rumbo al pueblo. Se mantuvo a prudente distancia, lo suficiente como para no ser descubierta y, sí, poder descubrir a dónde iba su esposo. No tardó demasiado en descubrirlo. El, detuvo su vehículo frente a una casa, algo retirada del poblado, que no mucho tiempo atrás, había estado en oferta de alquiler. Descendió, hizo sonar el llamador, la puerta se abrió y, una hermosa mujer lo recibió, al verlo, se colgó de su cuello y se besaron apasionadamente. Ese sólo detalle bastó, para que a HOLLY, se le destrozara el corazón. En un segundo su mundo de felicidad se le venía encima, un dolor intenso le apretaba el pecho, ahogándola. Sintió deseos de llorar, unas lágrimas ya se asomaban en sus ojos, de un manotazo las quitó, se prohibió a sí misma derramarlas. Ella, nunca,… gimotearía por la traición de un hombre…

—¡Nunca,… jamás!... –Se dijo en voz alta. Puso en marcha su coche y se alejó de prisa.

Cuando el hombre regresó a la finca, encontró un par de valijas en la galería. Le llamó la atención. Antes que pusiera un pie dentro de la casa, HOLLY, le salió al cruce.

—¿Y esto?... –Le preguntó a la joven, intrigado.

—¡Tus cosas!… ¡Ahí tienes todas tus cosas!... ¡Puedes llevártelas a la casa que está saliendo del pueblo!... ¡De la que vienes ahora!...

—¡HOLLY!... ¡¿Qué estás diciendo?!...

—¡Te seguí!... ¡Vi con mis propios ojos, cómo te recibían efusivamente!... ¡¿Lo vas a negar?!...

—¡HOLLY!... Tengo que explicarte…

—¡Nada!... ¡Absolutamente nada!... Con lo que vi,… ya es suficiente… ¡Ahora,… toma tus cosas y,… desaparece de mi vista!... ¡No quiero volver a verte en mi vida!...

—¡Tienes que escucharme!... ¡HOLLY,… mi vida,… escúchame,… por favor!...

—Hace tiempo que te notaba cambiado,… no te parecías en nada al que conocí… Comencé a sospechar que algo te ocurría… Lejos estaba de imaginar, cuál era el verdadero motivo. –Se detuvo un instante.–¡Maldito seas!... ¡Me jurabas amor eterno y,… yo te creía!... ¡Y mira cómo me pagas!...

—¡No te mentía cuando te juraba amor,… yo te amo!… ¡Juro que te amo a ti!...

—¡No mientas más!... ¡Dices que me amas a mí y,… te acuestas con otra!...

—¡Déjame explicarte!... Ella es,… es…

—¡Tu amante!...

—Ella,… era mi pareja antes de venir para acá,… convivimos varios años,… nos disgustamos y,… nos separamos… Entonces, resolví venir a visitar a mi tío y, quedarme un tiempo si él, me lo pedía. Fue cuando te conocí,… Sentí que mi vida había cambiado,… me enamoré de ti, ni bien te vi… ¡Eras tan distinta!… Había serenidad en tus ojos,… dulzura en tu mirada,… calor en tus caricias y,… paz,… mucha paz en tu alma. ¡Fui feliz,… Soy feliz contigo,… te amo, te juro que te amo!

—¡Pero te acuestas con ella!... –El, bajó la cabeza sin contestar,… sin aclarar ni defenderse, acobardado. –¡Dilo,… al menos sé lo suficientemente hombre y,… dilo!... ¡¿Te acostaste con ella,… sí, o,… no?!...

—No pude evitarlo… –Confesó avergonzado.

—¡Claro,… no pudiste evitarlo!... Apuesto que vas a decir que ella, te obligó!

—¡Tú,… no sabes cómo es!… ¡Es,… obsesiva,… insistente,… provocadora,… hasta te diría peligrosa!... ¡Siempre se sale con la suya…

—¡Y, tú,… pobre hombre débil,… caes en sus artimañas rendido y sumiso!... ¿Verdad?...

—¡HOLLY,… tienes que creerme,… es a ti, a quien amo!...

—¡En cambio yo,… no puedo amar a quien me traiciona!...

—Ella,… se irá pronto,… estoy seguro…

—¡No me importa!... ¡Tú,… te puedes ir con ella!... ¡En mi casa y, en mi cama,… no vuelves a entrar!... Quizás,… pensaste que yo era una idiota a la que se la engañaría con facilidad… ¡No!... ¡Te equivocaste,… si pensabas eso,… te equivocaste!... ¡No puedes imaginarte, de lo que soy capaz!...

—¡Déjame explicarte,… quizás me comprendas, luego!

—¡¿Qué,… quieres explicarme?!

—La conocí hace unos cinco años,… al principio fue,… estupendo,… era,… la amante perfecta… Un día se metió en mi casa, no se quiso ir más,… convivimos… Allí, comenzó el infierno, descubrí que era una obsesionada del sexo y,… que yo no era el único. Discutíamos constantemente,… le pedí que se fuera,… me perjuró que no podía vivir sin mí… Llegamos a golpearnos, a agredirnos con frases horribles y,… siempre terminábamos haciendo el amor… Ella, tiene una forma de engatusar,… de convencer,… que hace ceder al más frío de los mortales. Averiguó mi nuevo paradero, se apareció aquí, alquiló la casita y,… se me presentó un día que fui al pueblo a hacer unas diligencias. Me negué, varias veces,… me resistí a seguirla… Te juro que lo intenté, hasta que,… me amenazó con venir a hablar contigo. Eso me sacó de mis casillas,… La llevé hasta su casa,… quise marcharme de inmediato,… insistió en ofrecerme un café, hasta me prometió que se iría, si aceptaba… Como un idiota caí en su trampa. Una vez adentro, comenzó con sus sensuales coqueteos,… su forma de besar,...de tocar,… de provocar…. Cedí una vez más, a sus encantos… ¡Es una maldita hechicera que volvió a embrujarme!... ¡Una serpiente que te atrapa con sus encantos perversos!... ¡Me vuelve loco, cada vez que se me acerca y, me toca,… quiero rechazarla,… pero,… no sé cómo lo hace, siempre consigue lo que se propone!... Termino en sus brazos,… en su cama… Juega conmigo,… como el gato y el ratón… –Gritó desesperado, casi al borde de las lágrimas.

—¡No me das lástima,… me das asco!... ¡No quiero volver a verte!... ¡No quiero los sobres de una pervertida!... ¡No soportaría ser, la segunda de nadie!... ¡Confié en ti,… puse mi vida en tus manos, me entregué en cuerpo y alma,… sin hacer preguntas,… sin conocer secretos!... ¡Mira cómo me retribuyes tanto amor!... ¡Con traición!... ¡Es lo único que no podría perdonar en mi vida!... ¡Vete ya,… sal de mi vista!... ¡Olvida que alguna vez me has conocido!... Ya te llegarán noticias para cuando debas firmar los papeles del divorcio.

—¡No hables ya de divorcio,… hablemos, en otra ocasión,… más calmos!… –Suplicaba.

—¡Jamás,… la decisión está tomada!... No sé perdonar traiciones y,… jamás me volvería a acostar contigo, sabiendo que estaría la sombra de esa mujer entre los dos… ¡Cuánto te habrás reído de mi inocencia al amar,… ni siquiera besar, sabía!

—¡Te equivocas!... Lo que más me agradó de ti, fue precisamente tu inocencia,… me hizo feliz, enseñarte a besar,… a acariciar,… a hacer el amor y no,… a tener sexo… Fui,… un hombre completamente feliz, a tu lado. Te lo aseguro… Dame otra oportunidad,… por favor,… no me eches de tu lado…

—¡No!... Si pudieras ver dentro mío, en estos momentos,… te horrorizarías descubrir el odio que estoy sintiendo… Tengo el corazón, roto en mil pedazos… ¡Huye,… antes que me arrepienta y,… tome un arma en mis manos y,… te expulse a balazos!... ¡Sabes, perfectamente,… que no dudaría hacerlo!...

—¡Estoy pagando muy caro, mi cobardía!... Perderte a ti,… es como dejarme morir… ¡Adiós, amor… Siento haber sido tan débil!... –El hombre, tomó el equipaje que yacía a sus pies, se marchó, avergonzado y vencido.

Ella, se quedó ahogando un sollozo, con los puños crispados, la amargura destrozándole el corazón y en su mente un juramento.

—¡En esta casa jamás volverá a poner un pie, un hombre,… jamás, me volverán a tocar,… jamás nadie,… se volverá a reír de mí!...

De ahí en más, el carácter de la joven, se transformó, se volvió arrogante, agresiva, soberbia. Algunos llegaron a opinar que se había convertido en una persona hostil e insoportable. Ella, se hizo cargo de las tareas de la finca, a causa de su mal carácter, sólo le quedaron dos empleados, SAM y TOBY, los más antiguos, dos morenos, que la vieron nacer. Para los quehaceres de la casa, estaba MOLLY, también una morena muy activa, esposa de SAM y hermana de TOBY. Con ellos, el trato era diferente, hasta le pedía consejos y aceptaba sus opiniones.

***

Las dos mujeres degustaron los alimentos, SAM y TOBY, lo habían hecho anteriormente.

—Mi niña,… SAM, me comentó que ya la cosecha está lista.

—Si,… en unos días,… habrá que recogerla…

—¿Y qué piensas hacer?...

—¡¿Con qué,… a qué te refieres?!...

—Al personal que se necesitará… Ni SAM, ni TOBY,… podrán con todo lo que se viene… ¿Has pensado en eso?...

—Sí,… lo estuve pensando,… pero,… no encuentro la solución.

—¡Es muy sencillo, mi niña,… contratar personal!...

—¡Sabes perfectamente lo que pienso, con respecto a que entren hombres a mi finca!...

—Inevitablemente, tendrás que autorizarlo,… o la cosecha, quedará en el campo.

—¡Trabajaré yo, de día y de noche, si fuese necesario!...

—¡No seas terca,… muchacha!... Cede en tus decisiones,… hay veces que no se puede con la realidad y,… hoy la realidad es que se necesita personal para la cosecha,… brazos fuertes, hombres, que estén dispuestos a trabajar del amanecer hasta que se ponga el sol.

—¡Está bien!... Dile a SAM, que vaya al pueblo y trate de contactarse con los hermanos THOMSON. Que le ofrezca buena paga, comida y un lugar decente para dormir.

—¡¿Los THOMSON?!...

—¡Sí!... ¿Algún problema, con ellos?..

—¡No!... Pero ellos,… no son muy resistentes,… ya se sabe eso,… además,… dos personas, son muy poco…

—¡Bien!... Que les pregunte si tienen algún familiar que se dediquen a trabajar por temporada… Una vez terminada la cosecha,… no quiero en la finca más gente que tú, tu marido y tu hermano.

—¡¿Por qué, tienen que ser morenos?!… ¡Lo blancos, también saben trabajar y, hay quienes están buscando una oportunidad!...

—¡Basta, MOLLY!... Conoces mi opinión al respecto.

—¡Está bien,… señora,… usted manda!... –Lo dijo con evidente disgusto.

—Es inútil, que te enojes,… MOLLY,… me juré que no entraría un hombre blanco, en estas tierras y,… será así,… te lo aseguro…

—¡Usted es una necia,… señora… Pone a todo el mundo dentro del mismo costal!… ¡Se equivoca,… hay gente buena,… no todos son iguales1… Además,… aquí se necesitan trabajadores, fuertes y voluntariosos y,… no galanes,… con los que usted, correría el riesgo que quieran conquistarla. ¡Y,… ojalá,… un día, DIOS,… escuche mis ruegos y,… aparezca un hombre, atractivo, hercúleo, que le trastoque el cerebro y la haga estremecer y emocionar!… ¡Quiera el Señor,… que se muera de amor por alguien, sin importar quién es!… ¡Que vuelva a ser y pensar como mujer!... ¡Que deje de comportarse como una resentida,… como un ser humano caprichoso y vengativo! –Y, bajando el tono de voz, continuó.–Usted se está olvidando que la vida es una sola y,… que es muy bella, digna de ser vivida… Si sigue así, con esos pensamientos retorcidos,… pronto se convertirá en una vieja amargada e insoportable…

—¿Terminaste?... Volviste a tratarme de usted y,… eso no me gusta,… lo sabes perfectamente.

—Cuando me enojo,… la trato de usted,… no estoy de acuerdo con su actitud,… por lo tanto, la desconozco. Cuando se comporta de otra manera, vuelve a ser mi niña querida,… entonces,… la tuteo.

—¡Eres una nana rezongona,… pero te adoro lo mismo!... –Lo dijo abrazándola con profundo afecto, luego de ponerse en pie, rodear la mesa y llegar hasta la morena. –¡Anda!… ve y dile a SAM, que vaya al pueblo por los hermanos THOMSON… Luego veremos que haremos.

—¡Está bien!... Pero recuerde que,… ni SAM,… ni TOBY,… están para trabajar duro,… voluntad les sobra,… pero años y cansancio, también. –Aún refunfuñando, salió de la cocina, se llegó hasta donde estaba su esposo en plena tarea con los trajines en los corrales de los animales. Poco después, luego de asearse y mudarse de ropas, SAM, partía hacia el pueblo.

Ya en el pueblo, recorrió calles y negocios, donde los hermanos THOMSON, eran asiduos asistentes. No los pudo localizar. Resolvió entonces, ir a un negocio de ventas en general, para comprar los elementos que MOLLY le encomendara aprovechando el viaje. Luego de hacer el pedido y, ya listo todo, el moreno, decidió preguntar.

—Señor WADSSON… ¿Por casualidad,… ha visto hoy a los hermanos THOMSON?...

—¡No!... Hoy no,… ayer,… sí, estuvieron.

—Los estoy buscando y,… no logro dar con ellos…. Intentar ir hasta donde habitan,… no es sencillo,… si no se conoce bien el camino,… es imposible llegar. Estamos necesitando gente para levantar la cosecha, la patrona pensó en ellos.

—Supuestamente,… deberían venir hoy a devolverme un repuesto que compraron, se les rompió el molino, llevaron dos distintos, prometieron hoy, traerme el que no usarían,… pero,…no sé si cumplirán con su palabra.

—Yo,…. Voy a seguir recorriendo las calles,… si los llegara a ver,… podría decirles que los estamos buscando… Dígale que tendrán buena paga,… comida y, un lugar decente donde dormir.

—Si los veo,… se los diré,… quédate tranquilo.... ¡SAM!… ¿Por que no hablas con WOLKER,... JHONSON,...SOLIVAN?... Ellos están buscando trabajo.

—¡No!... ¡Imposible,… ellos,... no,... señor,... son blancos!... –Repuso el hombre, resignado y casi avergonzado.

—¡Ah!... Tu patrona no los quiere...

—¡No,... señor!... Es una pena, pero,... así son las órdenes... Gracias,… lo mismo,... señor WADSSON… –El hombre tomó las mercaderías adquiridas y se marchó.

—¡Pobre hombre!... –Comentó el abacero.

Un cliente, que estaba en otro lugar, eligiendo unas prendas, se acercó, sin disimular que había escuchado la conversación.

—¡¿Qué problema tiene, este pobre hombre?!... –Se interesó.

—Creo que,... el problema que tiene, es su patrona.

—¡¿Es racista?!... ¡¿En esta época,… en estos lares?!... ¡Qué extraño!... ¿La mujer es negra y odia los blancos?...

—¡No!... ¡Todo lo contrario!... Ella es blanca y,... sin equivocarme,... pienso que es la mujer más hermosa de toda la comarca... Sólo que,... hace un tiempo,... tuvo un problema con uno y,... se juró que ningún hombre blanco volvería a entrar en sus tierras.

—¡¿Qué tendrá que ver sus problemas personales con la necesidad de personas que trabajen en la recolección de su cosecha?!

—Son sus ideas y,... todo el mundo la respeta...

—¿Puede indicarme, dónde queda esa finca?... Estoy buscando trabajo,... me voy a ofrecer.

—¡Allá usted!... Pero, le anticipo que no creo que tenga suerte,… ni siquiera le abrirán las puertas.

—No hay problema,... no me costará nada, saltar el alambrado. ¿Me indica dónde queda?...

—Sí,... tome la carretera hacia el sur, deben ser unos diez kilómetros, será fácil identificar la entrada, es la única en la zona que tiene dos grandes árboles, uno a cada lado de la entrada.

—¡Bien!... Gracias... Me llevo estas cosas... Usted dirá qué le debo... –El hombre abonó y se despidió.

—¡Que tenga suerte!... –Y por lo bajo. –La va a necesitar.

II

SAM, estaba atareado en las labores, él y, su cuñado, trataban de ir ordenando todo lo posible, poniendo en condiciones para el inicio de la cosecha. En ese momento, intentaba hachar un montón de leña.

—¡Hola!... Ese, no es trabajo para usted,... amigo!...

—¿Y, usted quién es?... –Preguntó SAM, sorprendido y extrañado por la aparición del desconocido.

—Me enteré que están buscando gente para la recolección de la cosecha. Hice algunas averiguaciones y,... me llegué hasta acá. Necesito el trabajo.

—¡Lo siento, joven!... Acá no...

—¡Ya sé!... ¡Ya lo sé!... Su patrona no acepta gente blanca... –El moreno se lo quedó mirando, más intrigado que antes. El joven, entonces, esbozando una amplia sonrisa, se apuró a explicar. –Estaba yo, comprando algunas cosas en la tienda, cuando usted hablaba con,... el señor WADSON,... si mal no recuerdo, así lo llamó.

—¡Así es,... señor!...

—No pude evitar escuchar la conversación,... me extrañó lo de la pretensión del color de piel en los empleados,... nunca imaginé, que en esta época, aún existieran esas reservas pero,... el hombre de la tienda, me explicó algunas cosas. –Hizo una pausa, sin dejar de observar al moreno, en sus expresiones. –Como soy muy tozudo,... decidí no atender los consejos y,... aquí estoy, solicitando el empleo.

—No creo que tenga suerte... Gente se necesita, pero,... la patrona es la que decide... Espero que sepa comprender.

—¡Claro que comprendo!... ¿Pero,... por qué no me pone a prueba,... antes de despedirme?...

—El sólo hecho de que lo llegue a ver aquí,... eso,... eso,... la disgustará mucho.

—¡Con eso estoy contando,... que me vea trabajar!... ¡¿Me permite?!... –Y, antes que el buen hombre pudiera reaccionar, le tomó el hacha de las manos y en un santiamén, hizo trizas varios trozos de leña. SAM, se lo quedó mirando, la energía que tenía ese joven, era admirable, además, mostraba saber lo que hacía. –¿Le molestaría alcanzarme agua,... por favor?...

—¡Sí!... Ya le traigo... No se esfuerce demasiado,... ya me demostró que sabe trabajar.

—¡Ah!... No se preocupe,... lo hago con gusto... Bien vale un vaso de agua. –El anciano sacudió la cabeza y se dirigió hacia la casa.

MOLLY, estaba en la cocina, frente a la ventana, mirando atentamente la situación que se desarrollaba cerca de los galpones, con su esposo y el desconocido recién llegado.

—¡MOLLY!... ¡¿Qué miras, con tanta atención por la ventana?!... –Se interesó la joven irrumpiendo en el lugar.

—Al joven... ¡Qué voluntad tiene!... ¡Qué fuerza!... Se nota que es joven...

—¡Joven!... ¡¿Qué joven,... de qué hablas?!...

—¡Mira tú misma!... Ese joven que habla con mi SAM,... le tomó el hacha de las manos y,... se puso a hachar,... en un segundo hizo un montón... Y no sólo eso,... fíjate como las acomoda... Se nota que sabe trabajar y que es muy prolijo... –En ese momento, entraba SAM.

—MOLLY,... el joven quiere agua,... prepara una jarra y un vaso. –Recién entonces, advirtió la presencia de HOLLY. –¡Niña!... Disculpa,... no te había visto...

—¡¿Quién es ese?!... –Preguntó autoritaria.

—Es un joven que busca trabajo,... me oyó en el pueblo cuando pregunté por los THOMSON, averiguó como llegar hasta aquí y,... muy gentilmente se puso a hacer lo que yo estaba haciendo. Me pidió si le podía dar agua, está sediento, vino caminando desde el pueblo.

—¡Bien!... Que tome toda el agua que quiera y, que se largue, lo antes posible... –Ordenó la joven, algo inquieta.

—¡Niña!... Ese hombre sería muy útil en la cosecha... Necesitamos gente,... Con los THOMSON, aunque vengan,... no será suficiente,... este muchacho, vale por cuatro... No deberías rechazarlo. Deberías hacer un esfuerzo y,... contratarlo. Parece buena persona.

—¿Por qué no lo escuchas a mi SAM?... ¡Niña,... deja de lado tus conflictos,... que ya es hora! No dejes escapar esta oportunidad...

—Estaría faltando a la promesa que me hice... –Comento, sabedora que estaba aduciendo una incoherencia ya innecesaria.

—¡Al diablo con esa promesa ridícula! ¡Ya es hora que entienda que la vida pasa y, que seguir aferrada a los rencores, no lleva a ninguna parte!... –Estalló una vez más la morena.

—¡MOLLY!... –La joven se asombró de la reacción de la mujer.

—¡Lo siento,... mi niña,... pero,... hace tiempo que necesitaba desahogar mis pensamientos!... Aunque,… creo que alguna vez ya le dije que me parecía estúpido su actitud... Al final,... usted fue la herida y, es usted la que está pagando las culpas de los demás... ¡Olvídese de una vez de ese cretino que la traicionó y comience a vivir!... Es joven,... tiene derecho... De un primer paso, aunque le cueste,... aceptando que trabaje gente blanca, joven, en su finca. Ahora se necesita,... ese muchacho busca trabajo, contrátelo,... parece ser fuerte, voluntarioso. Tanto mi SAM, como TOBY,... incluso los THOMSON, si llegaran a venir, son gente grande,.... no rendirán lo suficiente... ¡Aquí se necesita gente joven!... ¡Entiéndalo, mi niña!... –Se explayó en sus razones la morena, algo exaltada, ya que se estaba dirigiendo a su niña adorada, a la que muy pocas veces le había levantado la voz. Más, en esa ocasión, bien merecía el arrebato.

—¡Está bien!... ¡ Si lo crees conveniente,… Contrátalo, SAM!... ¡Pero termina la cosecha y,... se va!... No quiero extraños rondando por la finca. –Ordenó, quizás, no totalmente convencida. En todo ese tiempo que duró la conversación, no pudo dejar de mirar ni por un instante por la ventana al hombre, que, no había parado de trabajar. Se había quitado la camisa, dejando su torso desnudo, mostrando su musculatura, la ancha espalda y su piel dorada, la que brillaba por la sudoración por efecto del sol. Los cabellos oscuros, algo crecidos, le rozaban el hombro. Se lo veía fuerte, vigoroso, su físico atlético, aparentaba ser bien parecido, aunque por la distancia, no podía apreciar su rostro. Muy en su interior, eso le intrigaba, aún contra su voluntad, no podía dejar de observarlo, el extraño ejercía un magnetismo inusual en ella.

—¡Bien,… niña,... tú, mandas!... –El anciano tomó la jarra con agua fresca, un vaso y se marchaba.

—Ofrécele buena paga, comida segura y un lugar para descansar.... ¡Ah!... Tendrá que asearse un lugar en las barracas,... deben estar imposible de habitar.

—Sí, mi niña,... lo que tú digas. –El hombre se alejó.

—¡Y tú,... morena chillona!... –Se dirigió a la mujer señalándola con un dedo. –¡No vuelvas a tratarme de usted!... Ya te lo advertí que no me agrada y,... tampoco me agrada que me sermonees como lo hiciste. Duele escucharte decir algunas cosas... Sabes que me lastimaron mucho,... que no puedo olvidar todo el daño que me causaron,... que,... tengo mucho miedo de,... volver a creer en alguien y que,... por eso me recubro con esta coraza de altanería y muchas veces de desprecio, para no ceder nuevamente.... ¡Maldito sea!... Te estoy confesando mis temores y tú,... tú te sonríes muy despreocupada, casi burlona...

—¡No,... mi niña!... No me estoy burlando,... al contrario,... me complace saber que, detrás de esa apariencia, de esa coraza, como la llamaste,... sigue existiendo, esa muchachita agradable, delirante, soñadora, que eras hace tiempo, cuando entonces tus ojos brillaban llenos de ilusiones. ¡Y no como ahora,... que sólo muestran odio, resentimientos... –La mujer le ofreció sus brazos en señal de abrazo y, HOLLY, se refugió en ellos, como cuando era niña, buscando protección. Así, permanecieron varios minutos.

Nuevamente, se acercó a la ventana, desde allí, pudo observar cuando SAM, le alcanzó la jarra con agua y el vaso al desconocido, este, se sirvió y sin respirar bebió el contenido, volvió a repetir, sólo que, una parte del agua, la arrojó en su cabeza, sus cabellos quedaron chorreando, su torso empapado, necesitaba refrescarse, el calor era intenso. Luego continuó hachando, mientras el moreno le hablaba. En un momento dado, se detuvo en su tarea y, palmeó en la espalda al anciano. HOLLY, supuso que se debía a la propuesta que le trasmitía SAM, aceptándolo como empleado. A la distancia, le pareció ver una gran sonrisa en el rostro del hombre, aunque, a su pesar, no podía divisarlo correctamente. Una vez terminado de hachar la leña y acomodarlas, los hombres fueron hasta las barracas, como anticipara HOLLY, estaban hechas un desastre. En otra época, cuando vivía el padre de HOLLY y, contrataba gente para las tareas del campo, aquello estaba en condiciones, ahora, prácticamente abandonadas. Rápidamente, comenzaron a sacar afuera lo poco que había, por supuesto que todo lleno de polvo, ventilaron, había olor a humedad, a encierro, más bien a abandono. Quitaron las telarañas que pendían del techo y en las paredes, barrieron y lavaron el piso, mientras se oreaba, pusieron en condiciones el catre, un pequeño mueble donde guardar la ropa, una mesa y dos sillas, una deteriorada aguamanil y, algunas cosas pertenecientes al anterior habitante del lugar, que desechó por considerarlos innecesarias, al menos para su uso. Llegando el anochecer, todo estaba en condiciones, no se parecía en nada a lo que encontraron horas atrás. Incluso MOLLY, le facilitó sábanas y una manta y, algunas toallas aprovechando la oportunidad para ver al extraño de cerca. No dudó en comentar, al llegar a la casa, que se había llevado una buena impresión con el joven. Como era costumbre, HOLLY, escuchó con indiferencia el comentario.

Ya había oscurecido cuando SAM, decidido puso fin a las tareas.