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"No pienses demasiado, actúa. ¿Cómo conseguían los antiguos samuráis mantener una actitud serena y enfrentar el peligro en situaciones estresantes en las que se jugaban la vida? Esta es la pregunta que se hizo Keiichi Toyoda, cinturón negro de tercer grado en battojutsu y cinturón negro de segundo grado en aikido, y director de una empresa de desarrollo de recursos humanos que se especializa en el entrenamiento de la mente. La meditación de atención plena, práctica que se expande en el mundo con la esperanza de aliviar el estrés, se origina en el budismo y en el zen. Teniendo en cuenta que la sabiduría oriental pervive en la sociedad moderna, quizá podamos aprender también de la mentalidad de los samuráis. Mushin se trata, simplemente, de concentrarse en lo que tenemos delante dejando de lado nuestros diversos pensamientos y sin que importe el resultado. Una mentalidad cero, que no se perturba por nada. En un mundo sin respuestas claras, impredecible e incierto, tener una «mentalidad de samurái» puede ser la clave para combatir el estrés de la vida moderna."
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Seitenzahl: 135
Veröffentlichungsjahr: 2025
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No pienses demasiado, actúa.
¿Cómo conseguían los antiguos samuráis mantener una actitud serena y enfrentar el peligro en situaciones estresantes en las que se jugaban la vida?
Esta es la pregunta que se hizo Keiichi Toyoda, cinturón negro de tercer grado en battojutsu y cinturón negro de segundo grado en aikido, y director de una empresa de desarrollo de recursos humanos que se especializa en el entrenamiento de la mente.
La meditación de atención plena, práctica que se expande en el mundo con la esperanza de aliviar el estrés, se origina en el budismo y en el zen. Teniendo en cuenta que la sabiduría oriental pervive en la sociedad moderna, quizá podamos aprender también de la mentalidad de los samuráis.
Mushin se trata, simplemente, de concentrarse en lo que tenemos delante dejando de lado nuestros diversos pensamientos y sin que importe el resultado. Una mentalidad cero, que no se perturba por nada.
En un mundo sin respuestas claras, impredecible e incierto, tener una «una mentalidad de samurái» puede ser la clave para combatir el estrés de la vida moderna.
Keiichi Toyoda es cinturón negro de tercer grado en battojutsu (una técnica japonesa en el manejo de la espada) y cinturón negro de segundo grado en aikido (arte marcial japonés). Ha dirigido una empresa japonesa enfocada en el desarrollo de los recursos humanos durante más de veinticinco años y, además, es fundador de la escuela Wanna Be Samurai Japan (‘Quiero Ser Samurái, Japón’), en Tokio.
Asimismo, es profesor invitado en la Universidad Kanda de Estudios Universales (Chiba, Japón) e investigador visitante en el Instituto de Gestión Transnacional de Recursos Humanos de la Universidad Waseda de Tokio. Keiichi obtuvo su licenciatura en la Universidad Sophia de Tokio (Japón) y un Máster Ejecutivo en Liderazgo y Estrategias en la Universidad IE de Madrid (España).
Keiichi Toyoda, entrenador de mentalidad y experto en artes marciales, ha descubierto los secretos para sobrevivir y prosperar en la estresante sociedad de hoy en día; secretos que se remontan a las raíces de la atención plena que encontramos tanto en el zen como en el bushido.
En un mundo sin respuestas claras, impredecible e incierto, lo que sucede a nuestro alrededor se torna cada vez más inestable. A pesar de ello, en nuestros trabajos, escuelas y hogares, se espera que sigamos obteniendo resultados y éxito, por lo que muchas personas viven bajo continua presión y estrés; ¿qué podemos hacer para sobrellevar esta situación?
La respuesta se encuentra en la práctica del zen y en el código ético bushido; y la palabra clave es mushin o mentalidad cero.
El zen que se difunde actualmente en el mundo se desarrolló en Japón, y fue introducido en territorio nipón desde China alrededor del siglo XII, cuando los samuráis comenzaban a gobernar el país.
Contrariamente al budismo tradicional, cuyo saber se adquiere a través de los textos budistas, el zen apunta a enfrentar el presente por medio de prácticas físicas como el zazen (la meditación zen sentada); y puede que fuera este enfoque el que resonó con los samuráis, que vivían en una constante lucha física.
Los samuráis, que sufrían el intenso estrés de las luchas diarias, recurrían a las prácticas zen para conseguir calma y serenar la mente. Esto también resulta relevante en la actualidad, ya que, a través de la meditación de atención plena (conocida como mindfulness), se puede aliviar el estrés de la vida moderna.
Gracias a las enseñanzas del zen, los samuráis aprendieron a enfrentar los combates y lograr la victoria o, dicho en otras palabras, aprendieron a conseguir resultados positivos. Una de las palabras clave en los textos de bushido y en El libro de los Cinco Anillos es heijoshin, un vocablo que se relaciona íntimamente con el concepto de mushin y significa ‘tener paz mental’, ‘permanecer tranquilo’.
¿Cómo podemos afrontar las situaciones con mushin?
No te preguntes si podrás obtener resultados.No esperes resultados.No pienses en si tus esfuerzos darán resultado.No permitas que nada te limite; desata todo tu potencial de la forma más «natural» posible.
Keiichi Toyoda es cinturón negro de tercer grado en battojutsu (una técnica japonesa en el manejo de la espada) y cinturón negro de segundo grado en aikido (arte marcial japonés). Ha dirigido una empresa japonesa enfocada en el desarrollo de los recursos humanos durante más de veinticinco años y, además, es fundador de la escuela Wanna Be Samurai Japan (‘Quiero Ser Samurái en Japón’), en Tokio.
Asimismo, es profesor invitado en la Universidad Kanda de Estudios Universales (Chiba, Japón) e investigador visitante en el Instituto de Gestión Transnacional de Recursos Humanos de la Universidad Waseda de Tokio. Keiichi obtuvo su licenciatura en la Universidad Sophia de Tokio y un máster ejecutivo en Liderazgo y Estrategias en la Universidad IE de Madrid.
Puedes ver a Toyoda realizando battojutsu mientras habla sobre el mushin aquí en español:
https://youtu.be/b164iQe92gQ?si=vIqOK4RJka7HZuw0
Y en inglés:
https://www.youtube.com/watch?v=ucSWBZqLAkI&t=32s
Vivimos en un mundo que no nos proporciona respuestas certeras; un mundo impredecible, incierto. Las circunstancias que nos rodean se tornan cada vez más inestables, aunque siempre —ya sea en el trabajo, en la escuela o en el hogar— se nos exige que logremos buenos resultados.
Es sabido que muchas personas sufren de estrés, pero ¿qué hacemos al respecto?
Como continuamente me enfrentaba a este desafío, encontré respuestas en el zen y en el código bushido, que ayudan a sobrevivir y lograr resultados en la estresante sociedad actual, respuestas que se conectan con los orígenes del mindfulness.
La palabra clave es mushin, que es también el subtítulo de este libro.
Solo conseguimos buenos resultados si descartamos los pensamientos que nos distraen y nos focalizamos en aquello que tenemos frente a nosotros. Mushin se refiere a esa mentalidad que jamás se ve atrapada en ninguna contingencia. Mushin es también el estado mental que, hace siglos, anhelaban conseguir los guerreros samuráis japoneses.
Los antiguos samuráis, cuando combatían con la espada contra sus enemigos, ¿cómo conseguían mantener una actitud serena y enfrentar el peligro en situaciones estresantes en las que se jugaban la vida?
Esta es la reflexión que hice cuando practicaba battojutsu, el arte de manejar la espada japonesa, y el arte marcial japonés aikido.
Dirijo una empresa de desarrollo de recursos humanos que se especializa en el entrenamiento de la mentalidad, así que tengo muchas oportunidades para pensar cómo lidiar con el estrés, cómo hacer para reducirlo y cómo lograr resultados en el trabajo cuando las condiciones que se presentan no son las más favorables. Y, al confrontar esta problemática, uno se da cuenta de que el estrés de los samuráis, que conseguían su sustento a través del combate permanente, debe haber sido mucho mayor al estrés que enfrentamos nosotros en la actualidad.
¿Cómo hacían para mantener la calma y afrontar la lucha? Comencé a pensar que comprender esto podría darnos respuestas y conducirnos a ciertas prácticas que podíamos aplicar en nuestra vida moderna.
La meditación de atención plena, práctica que se expande en el mundo con la esperanza de aliviar el estrés, se origina en el budismo y en el zen… Así pues, teniendo en cuenta que la sabiduría oriental, transmitida de generación en generación durante miles de años, pervive en la sociedad moderna, quizá podamos aprender también de la mentalidad de los samuráis.
Los samuráis existieron durante casi setecientos años, desde el siglo XII hasta el siglo XIX, y he leído varios libros sobre bushido, lucha con la espada, la ceremonia del té y el zen, además de seguir con mis prácticas de aikido y battojutsu, para formarme una idea de cómo lograban estos guerreros mantener una actitud mental serena y afrontar el combate. Así es como descubrí el término mushin.
Mushin es una palabra profundamente relacionada con el budismo y el zen y, aunque digo que «la descubrí», no es que fuera algo que escuchaba por primera vez. De hecho, nosotros, los japoneses, utilizamos mushin para expresar que asumimos algo o que nos focalizamos en un asunto intentando realizarlo lo mejor posible, sin que los pensamientos o las emociones perturben nuestra mente. Se trata, simplemente, de concentrarse en lo que tenemos delante dejando de lado nuestros diversos pensamientos y sin que importe el resultado.
Es no conocer el resultado.
Esto está perfectamente alineado con la sociedad moderna: una época sin respuestas certeras, donde el futuro es incierto. Sin embargo, a pesar de no tener esas respuestas certeras y de no saber qué nos depara el futuro, en el mundo empresarial tenemos que lograr resultados positivos tanto de manera individual como corporativa.
Mientras reflexionaba sobre la palabra mushin en mis lecturas de libros sobre bushido y zen, comencé a pensar en la importancia de enfrentarnos a todo aquello que se nos presenta con una «mentalidad mushin».
Mi estudio de la sabiduría oriental comenzó entre 2017 y 2018, cuando cursé el máster ejecutivo en Liderazgo en la Universidad IE, una escuela española de posgrado.
Yo había estado averiguando sobre diferentes programas para aprender más sobre liderazgo y el programa de la IE me pareció bueno, así que decidí viajar regularmente a Madrid mientras seguía con mi trabajo.
El curso me sorprendió, ya que el programa de liderazgo en la IE, una de las principales escuelas de negocios del mundo, se basaba en la sabiduría oriental. Las clases comenzaban con una meditación de atención plena y, además del budismo, el zen y el yoga, también se mencionaba el código bushido, el aikido y la ceremonia japonesa del té.
Resultó muy estimulante hallarme expuesto a la sabiduría oriental en un programa en el que me había matriculado para estudiar el liderazgo occidental de vanguardia. Y también me hizo darme cuenta de que, aunque soy oriental, no sabía nada sobre Oriente o sobre Japón.
Es por eso por lo que, mientras realizaba el curso, quise saber más sobre Japón como japonés. Al mismo tiempo, sentí que mucha gente de todo el mundo, en particular en las sociedades occidentales, estaba buscando nuevos enfoques en Oriente ante una realidad que no ofrecía respuestas.
Fue en la misma época que el libro Ikigai se convirtió en un éxito de ventas internacional.
Puede ser que hayas leído el libro, que habla de cómo sus autores (españoles) se preguntaron por qué las personas que vivían en Okinawa (Japón) eran tan saludables y vivían tanto tiempo, y analizaron las razones. En ese proceso, se encontraron con el término ikigai (que podríamos traducir como ‘joie de vivre’ o ‘propósito vital’).
Quizás también hayas oído hablar de Wangari Maathai, una activista medioambiental de Kenia que ganó el Premio Nobel de la Paz y se inspiró en la palabra japonesa mottainai para lanzar su «campaña mottainai».
Tanto ikigai como mottainai son palabras familiares para nosotros, los japoneses. Y resultó un gran descubrimiento comprobar que palabras como estas, que expresan nuestra espiritualidad, impactan de manera positiva en otras partes del mundo.
Comprendí todo esto en la IE, y mi profesor sugirió que comenzara a practicar aikido. Eso me condujo a leer diferentes libros para aprender más sobre mi país e incluso comencé a practicar battojutsu y la ceremonia del té.
Y, a medida que profundizaba mis estudios, la palabra mushin aparecía una y otra vez.
Mushin es la mentalidad en la cual se alejan todas las preocupaciones, las propias y aquellas que surgen del entorno. Se trata de no vernos aferrados a los motivos o a los efectos que tienen las propias acciones. Es una mentalidad que intenta no detener la mente en ningún lugar en particular, y es por esta misma razón que podemos lograr resultados positivos.
Puede que te preguntes qué significa todo esto exactamente. Pues bien, como especialista en entrenamiento mental —alguien que ha visto muchos casos donde el cambio de mentalidad ha transformado los resultados, tanto en la vida como en el trabajo—, me entusiasmaba pensar que había descubierto un concepto clave excelente; pensé que el mushin era una importante actitud mental para todos, particularmente en la actualidad.
Mushin es una combinación de los kanjis (caracteres japoneses) mu, que significa ‘cero’ o ‘nada’, y sin (que también se pronuncia kokoro), que significa ‘mente’ o ‘corazón’. Yo elegí traducirlo como mentalidad cero, porque es una actitud en la cual uno se focaliza en la tarea que tiene delante sin distraerse con nada más.
Espero que me acompañes a investigar la idea del mushin a través de este libro.
Llamamos mushin a una mentalidad cero. Pero, antes que nada, ¿qué es exactamente la mentalidad?
Imagino que algunas personas llevan a cabo meditación de atención plena (mindfulness). Pero ¿cuál es la relación entre el mindfulness y la mentalidad?
Seguramente tienes un trabajo y quizás hasta practicas algún deporte… ¿Qué necesitas para lograr resultados?
Lo más importante podría ser tener la destreza necesaria; y por destreza quiero decir las habilidades y el conocimiento necesarios para realizar dicha tarea. Además, se necesitan habilidades de pensamiento y métodos para diseñar estrategias y tácticas que conduzcan a resultados, así como la capacidad de analizar marcos conceptuales.
Pero ¿es esto suficiente para conseguir buenos resultados?
Aun cuando alguien posee el conocimiento y las habilidades necesarias para hacer algo, no será capaz de aprovechar al máximo su potencial si su mente no está en paz. Y, a pesar de su aptitud, no conseguirá buenos resultados si no tiene un gran deseo de llevar a cabo su trabajo.
Podrá hacerlo si lo encara de manera seria, pero no hay manera de lograr algo si no es así. Las habilidades y el conocimiento son importantes —no se puede obtener resultados sin ellos—, pero solos no garantizan que los logros sean importantes. Lo que es crucial para obtener los resultados que uno desea es la mentalidad.
Esa es la razón por la cual muchos atletas de élite con habilidades extraordinarias recurren a entrenadores de mentalidad para competir en certámenes internacionales como las Olimpíadas o los Campeonatos Mundiales: quieren desempeñarse al máximo de sus capacidades; quieren participar en las competiciones en un estado lo más «normal» posible.
¿Por qué es tan importante estar mentalmente preparado? Porque incluso los mejores atletas se ponen nerviosos y ansiosos antes de una gran competición. Por eso es necesario calmarse y reflexionar sobre cómo enfrentarla.
Y esto no es algo exclusivo de los atletas de élite, sino que puede aplicarse a todos y cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana.
En el mundo impredecible que nos ha tocado vivir, donde se dice que no existen respuestas certeras, nadie sabe con certeza cuál es la mejor decisión. En este sentido, muchos de nosotros sentimos incertidumbre y nos preguntamos qué se supone que debemos hacer y cómo, y eso nos lleva a sufrir estrés.
En este punto es donde aparece la técnica de la meditación de atención plena (o mindfulness) y el concepto de mentalidad.
Hablaremos en detalle de la meditación de atención plena en el próximo capítulo, pero permítanme que señale aquí que juega un rol muy importante en la reducción del estrés y que nos impulsa a pensar en quiénes queremos ser. Dicho de otro modo, nos ayuda a mantener la mente en calma.