7,49 €
"MODO AVIÓN" es un viaje íntimo y transformador que te invita a reconectar contigo mismo. A través de reflexiones sinceras y profundas, la autora comparte su proceso de sanación emocional, abordando temas como el amor propio, el miedo, y la reconstrucción personal. Cada capítulo ofrece un respiro y una guía para aquellos momentos en los que la vida se siente abrumadora, recordándonos que, aunque a veces necesitamos desconectar, siempre podemos encontrar la fuerza para volver a sentir y vivir plenamente. Únete a esta travesía hacia el autoconocimiento y el renacimiento interior, y descubre cómo el silencio y la introspección pueden ser tus mejores aliados.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 34
Veröffentlichungsjahr: 2024
Candelaria Montoya Bellón
Montoya Bellón, Candelaria Modo avión / Candelaria Montoya Bellón. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5385-0
1. Relatos. I. Título. CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Automático
Ruinas
Karma
Idealización
Casi algo
Te quiero o te amo
Miedos
Desapego
Ansiedad
Silencios
Amor propio
Culpa
Aquí y ahora
Reconstruirse
Transformación
–777 La fuerza interior–
“Aquellos que creen en la magia
están destinados a encontrarla,
cree en ti, en tu luz”.
Los Amo Noah y Bela.
Comienzo a escribir este libro en un momento en el cual me siento… es decir… no me siento.
Estoy, pero no estoy, y es un dilema abrumador, no saber qué te pasa, porque literalmente no sentís nada; no hay dolor, no hay nostalgia, no hay deseos, no hay nada, y si no hay necesidad, ¿cómo poder sentir? El ser humano rige su vida siempre en busca de la satisfacción de necesidades, pero yo no tengo ninguna.
¿Acaso el tiempo y la transformación de mi propia persona generaron un vacío interior que no me deja sentir?
Las horas, los días, el tiempo pasa, pero yo estoy en automático, vivo, respiro, tengo una rutina, pero no la siento en realidad. Todo eso, sucediendo a la vez.
En el único momento que siento que estoy es al terminar el día, en mi cama, viendo el techo, a punto de cerrar los ojos, ahí… aparece mi paz. Que nuevamente se irá, para volver a no sentir nada. Es una montaña rusa, al salir el sol.
Hoy estoy un poco mejor que ayer, un poco menos triste, un poco menos cansada, y un poco más feliz. Y a veces es al revés.
No sé cómo describir lo que siento, muchas veces suelo pensarlo tanto, pero al momento de poner palabras a esos pensamientos, nada surge… Todo queda de nuevo en blanco, en vacío. Así me siento: vacía. Dicen que el vacío es necesario para poder llenarse de nuevo, con nuevas experiencias, vivencias, conocimientos, y aprendizajes. Pero lo que no creo necesario, es justamente lo que siento.
Nada de nada.
¿Será que hay algo que aún no puedo destrabar, para poder empezar a rellenar ese vacío?
Ponerse en modo avión desactiva la comunicación con el entorno. ¿Y si el botón es algo que no podés desactivar, como si hubieras roto el teléfono, y no pudieras volver a conectarte? ¿Será que el inicio de este modo, esta configuración, es el estar rotos?
Porque cuando nos rompemos todo lo que conocemos se va, cambia, o nuestra relación con eso lo hace.
Creo que después de cada ruptura, si es que podemos elegir una parte de ella, para mí en mi caso fue no reconocerme, mirarme y no saber quién soy, qué quiero.
Porque, aunque siempre se trata de avanzar, cuando diste todo, cambiaste todo, cosas que hasta creías que no te interesaban y comenzaste a hacer para poder enamorar al otro y que te ame más que incluso vos mismo, ahí entendés que perdiste, te perdiste…
Y ahora no solo te encontrás vos con el corazón roto, con mucha decepción, tristeza y, por sobre todo, miedos, sino que además no sabés ni quién sos. Entonces, el hecho de rompernos hace que cambiemos, vaciemos todo, y que el universo, dios, nosotros mismos, utilicemos ese lugar para llenarlo de cosas que realmente nos sirvan.
Hay una película que me gusta mucho, hace referencia a cuando nos conformamos con vivir infelices para siempre, porque nos da miedo el cambio y que todo quede reducido a ruinas. Pero a menudo las ruinas también son un regalo; las ruinas son el camino a la transformación.
Y las preguntas que me hago yo ahora son:
¿Qué me conviene elegir a mí?
¿Qué cosas creo merecerme en la vida?
¿Qué sacrificios puedo hacer y cuáles no?
Lo sé: he elegido y quiero seguir eligiendo la felicidad en lugar del sufrimiento. Estoy buscando un hueco para que mi futuro desconocido me llene la vida de sorpresas.