Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
La "poesía" es un crisol de metáforas que como alondras en cautiverio buscan hallar la luz que les permita nacer en cada persona que las encuentre. El "cuento" es mezclar la verdad con la ficción describiendo sentimientos, paisajes, situaciones que nos permiten: recordar, huir de nuestras propias vivencias adversas y compartirlas para que todas las personas tomen de sí, una experiencia diferente.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 106
Veröffentlichungsjahr: 2022
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
SILVIA BELLANTUONO
SILVIA BELLANTUONO
ISBN: 9789873657412
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
VILLA ALBERTINA UN PAISAJE AGRESTE
EL FUEGO Y LA LLUVIA
EL BARQUITO
EL REFUGIO
A MIS PRIMERAS AMIGAS
SOLEDAD
HOJA VERDE
ECLIPSE
ESPÍRITU LIBRE
DERECHO A LA VIDA
LA PÉRGOLA
EL LITERATO
SIN EQUIPAJE
EL CIELO DE PAPEL
EL DRAGÓN, LA PRINCESA Y EL OTRO
LA HUELLA
SIENTO MIEDO POR QUE NO TE CONOZCO
LA NEVE
NAVIDAD ENTRE EL SOL Y LA LUNA
CANTALISIO VINOBRAVO
APALIADA SIN CONSUELO
UNA LÁGRIMA EN LA DISTANCIA
VÍSPERA DE REYES
EL BASTÓN
EL RAPTO
Silvia Bellantuono
Arribamos de mañana, descubriendo, un paisaje hostil.
Calles polvorientas, sinuosas, donde la vista parecía no hallar su fin.
cerros con plantas de aloe vera la rodeaban.
La única diversión era bañarnos en el arrollo de aguas cristalinas que corría mansamente entre las piedras grises.
Una tarde, de regreso a casa, decidimos junto a mi familia seguir el curso de las aguas pues el arrollo discurría perdiéndose en los fondos de la vivienda. Comenzando la marcha, notamos que algo entre las espinosas plantas nos seguía. Imposible era detenerse a observar, puesto que cuando lo intentábamos no hallábamos nada. Sin embargo, todas las noches, escuchábamos ruidos en la galería. Con una luna plena que iluminaba todo, Queriendo saber cual era el motivo; entre los cerros vimos un par de ojos brillantes, intensos que nos miraban. El puma, avanzó con paso resuelto sentándose al otro lado de la calle. Estábamos inmóviles. Hasta que mi madre tomó una escoba y pegándola fuertemente contra la tierra, asustó al pequeño puma del cual no volvimos a saber.
Las lenguas de fuego llegaban al cielo,
Las plantas gritaban en mudo silencio,
El fuego avanzaba como nuestro amor,
Quemándolo todo sin consideración.
Te fuiste una tarde sin decir adiós,
Gritando silente así estaba yo,
Igual a esas plantas de angustia y dolor.
Mas al fin la lluvia amable cayó,
Reviviendo todo en fresco verdor.
Tu retorno hizo florecer mi amor,
Junto con las plantas,
Colmas de esperanzas,
Hoy solo tu y yo.
Llegaron las navidades,
Con la familia reunida,
Dieron gracias a la vida,
Por mantenerse unida.
Con un cielo pespunteado,
E iluminado de estrellas,
Festejábamos alegres,
La hora de noche buena.
Decidimos irnos todos,
a cantar a la vereda,
Entre pirotecnia y juegos,
Se desató la tormenta.
Los rostros se demudaron,
De alegría en tristeza,
¡todos adentro! Mojados,
Por culpa de una tormenta.
Pero mi madre cual mago,
Para continuar la fiesta,
Recogiendo envoltorios
de dulces y servilletas,
Cual artesana creó,
barquitos que en la tormenta,
Transportaron nuestro júbilo,
Por el cordón de la acera.
Mirándose largamente,
Recordaron el momento,
Con una actitud ausente,
Cuando invade el pensamiento.
Estando en la carretera,
Noche oscura,desolada,
La lluvia caía plena,
Hallándose sola ella,
En el medio de la nada.
Una visión repentina,
De una silueta genuina,
Hombre fuerte, interesante,
Se dibujó en la neblina.
Caminando en el diluvio,
Fueron hacia el mismo lado,
Una cabaña encontraron,
Pues los dos juntos entraron.
Al principio con recelo,
De soslayo se observaron,
Mas el frío insoportable,
Comenzó presto a juntarlos.
Por el imán de sus cuerpos,
se fueron aproximando,
Fundiéndose en uno solo,
hasta hoy que están casados.
Teníamos cinco años, Compartíamos las risas,
Corriendo por la vereda, Jugando a las escondidas.
Yo corría sin medida, Siempre detrás me quedaba,
Para gritar piedra libre, Mas nunca gritaba nada.
Pero Laurita venía, De la mano me tomaba,
¡corre conmigo! Decía, Así quedarás librada.
Con Miriam, su prima hermana, discutía acalorada;
yo corro, clamaba Miriam, Silvia quedará librada.
A Laura dejarme sola, Para nada le gustaba;
Aunque no llegara a tiempo, A ella no le importaba.
Hoy eres solo un recuerdo, Una amiga, una enseñanza,
corazón simple por dentro, Alma clara como el alba.
Cuantas veces en la vida, En problemas me encontraba,
Mas recuerdo con ternura, juntas en la misma estrada,
De tu mano acompañada, La meta siempre alcanzaba.
Soledad.
Que te atrapa con saña,
Como gris tela araña,
Sin dejarte respirar.
Soledad.
Letánica candileja,
Confundida y perpleja,
Sin saber donde estás.
Soledad.
Como abismo insondable,
emoción inestable,
que no tiene final.
Abriendo el cofre vetusto Tesoro de la memoria,
Encuentro las hojas ocres De amores sin historia.
Al tomarlas en mis manos deshaciendo se en partículas,
solo una perduraba :verde, compacta, esplendente, rígida.
El laberinto del tiempo Con su despiadada guerra,
No pudo borrar las huellas Pasión que hoy desespera.
Desplazándome en el aire Llegué a la playa del cielo,
Arrojé todos mis sueños Al mar junto a mis anhelos.
La encrucijada del mundo Sin escape ni consuelo,
Desde lo alto observé Mas decidí no perderlo.
Por un hilo de nostalgia descendí al mismo suelo,
Arrojando mis amores Quedé vacía por dentro.
Revisando los bolcillos De la ilusión desguazada,
hoja perenne, hallaba, De un amor que aún es flama.
El techo del cielo, de azul intenso el color,
pespunteado en claras gotas, de agua en suspensión.
de un matiz anaranjado, luna derramada al sol,
Daban vida a cubos de agua, Que al naranja de la luna,
resaltaba su espesor.
En eclipse toda mi alma, Por tu desaparición,
Imantándonos a fuego en un solo corazón,,
claro oscuro dibujado, roja esfera luna y sol;
Encontrándonos sospecho, Renacerá el amor.
“Con la boca cerrada”; sin decirte palabra, te remonto al séptimo cielo, o te arrojo en el más incandescente infierno ignorando que pasa.
“Con la boca cerrada”; puedo maldecir tus pasos, haciendo añicos tu alma, aniquilar tu esperanza con solo una mirada.
“Con la boca cerrada”; puedo colgar del aire: tu imagen casi inmóvil, decadente, inerte en la neblina fabricándote alas.
“Con la boca cerrada”; puedo aislarte en un estuche, desenfrenando mi instinto, liberando espacios de palabras gastadas.
“Con la boca cerrada”; puedo rogar por ti; plasmarte fantasías cubriéndote de luz rompiendo los esquemas de una vida imaginaria.
“Con la boca cerrada”; transgredo los parámetros de pasiones ocultas, íntimos secretos de alcoba en ahogadas madrugadas.
“Con la boca cerrada”; cubro tu piel de besos arribando en un cometa al radiante paraíso, donde se diluye el tiempo y la inquietud se aplaca.
“Con la boca cerrada”; transmuto toda ira, sosteniendo mi rabia, te retorno sonrisas, júbilo, ilusiones, aunque no sienta nada.
“Con la boca cerrada”; puedo quedarme ausente, caminar en sendas llanas con mi espíritu libre inmersa en el zafiro de un cielo con estrellas interiormente en calma.
“Con la boca cerrada”; no diré nunca eso que deseas escuchar pendientes borrascosas por las que ruedan tus ansias, volando en la estratósfera, ¡estaré siempre más alta!
Entrelazando los hilos en el bastidor del tiempo,
Daba importancia a las gemas gastadas de sus recuerdos.
Sus huesos entumecidos como un nido ahora desierto,
Gris acero su cabello, ausencia en el pensamiento,
La dejaron arrumbada: así como un trasto viejo.
Las estigmas en su cuerpo de amores vagos e inciertos,
Ya no otorgaban la fuerza de ir en contra del viento.
Mas padeciendo injusticias de seres por sus enredos,
Sosteniéndose en sus pies tomó el control decidiendo,
De todo y cuanto suceda en derredor de su techo,
Quemó sin piedad malicias haciendo humo el concepto,
De su derecho a la vida eligiendo lo correcto.
La pérgola de la vida que no pudimos cruzar,
Juntos pero de ambos lados sin podernos alcanzar.
El amor se desbriznaba entre lágrimas de sal,
Pues la insolencia del tiempo transcurría sin cesar.
Un cristal nos distanciaba mas permitiendo observar,
Reflejando sueños truncos ebrio fluctuante en la mar.
mieles de quimeras rotas lujurias sin desatar,
extraviaban naufragando nuestro vagabundo andar.
Juergas, risas en excesos forjando un feliz franquear,
Un leño seco la historia que el fuego va a devorar.
Consumido tu destino vapor es tu manantial,
Te aproximaste rallando no pudiendo atravesar,
El espejo que regresa una imagen desleal,
Un abanico de engaños que no haz deseado evitar.
El escritor detenido, queriendo atrapar las musas,
Que buscando libertad rebelde escapan difusas ;
Mordisqueando cada letra, esputando las palabras, Mirando hacia todos lados,
desmenuza sus ideas, da manotones de ahogado.
Busca ritmo ensaya métrica, cada punto es un quebrado,
La música de la frase, que en sus versos como resma, ha trenzado imaginando.
Gélido frío discurre a través de su osamenta,
Junto al fuego de su alma escribe dejando estela;
Tempestad de sentimientos, controvertido poema
Tinta de Río insalubre, mentira, verdad, enreda.
Con sensaciones dispares ásperos granos de arena,
Buscan el agua insaciable masacrando toda pena.
Mas fusionando el blanco junto al negro escribe en gris,
Controlando así la ira creando un nuevo matiz.
Lee su obra; se alivia coloreando las derrotas en un crisol de nostalgias,
Iluminando su espíritu, canta loas de esperanza, finalmente ahora es feliz.
Haré un viaje en el tiempo, en el cosmos eterno;
Dejando en esta esfera, insensible, decadente,
Amores imposibles, cercenados proyectos,
Mis anhelos más Dulces, los más queridos sueños.
tendrán como legado: libros y pensamientos,
Mis poemas escritos, mi sentir mis deseos.
Dejaré para quien, no me ha querido un verso,
Una estrofa de amor, un mensaje, un te quiero.
conferiré para quien me despreció el tormento,
De sentirme presente, flotando en su recuerdo;
Y me iré sin tristeza atravesando el viento,
Volando sin descanso atrapando el consuelo.
Olvidando rencores, sin sabores, momentos;
Desechables zafiros, que solo fueron miedos.
Arribaré donde ellos dieron me amor sincero,
Restando suspendida observando el desierto,
corazones fraguados, desteñidos, inciertos,
La humanidad sin alma, sin perdón, sin respeto.
Retornaré en la luz, como llama de fuego,
Junto a quienes me amaron gastados pero enteros,
Diluidas sus almas, despojados sus cuerpos,
Sabia, tenaz paciencia, esperan mi regreso.
Con espíritus nobles; antes que yo partieron,
Obviando el que dirán, siempre me defendieron.
cuando niña, me gustaba acompañar a mi madre a la frutería. El vendedor envolvía las manzanas en un folio de color azul. Los relucientes frutos asomaban dentro como piedras preciosas listas para adornar los cestos al lado de los demás vegetales. Una vez en mi casa tomaba los folios. Los cuales extendía sobre una superficie plana por que su tono era igual al del cielo en primavera.
Los colocaba con mucho esmero pues era tan bello como frágil. Si oprimía podía ajarse hasta romperse.
Comparándolo, absorta en la magia que me permitía haber un trocito de cielo apresado entre mis manos. Al crecer, aquellas brillantes hojas de papel fueron obsoletas en el uso, mas el cielo continuó conservando la inmensidad de un azul sin fin. Creemos tocarlo con las manos al ocurrirnos un hecho de una gran magnitud; al menos para nosotros. Pero el cielo es nada más que aire y como el aire se esfuman las ilusiones de nuestra vida.
Rescatando del arcón de la memoria, no sé por que, hoy recordé todas las batallas en las cuales no gané definitivamente. Siendo adolescente en uno de mis primeros bailes; de pie de frente al muchacho que me gustaba acercándose a mí con ternura me dio mi primer ósculo. Lógicamente, el baile era entre dos colegios. La preceptora retirándome del sitio, me regañó duramente diciendo:
No solo te dejas besar, sino mueves los cabellos hacia un lado y otro. Pareces una leona.
Quise balbucear algo, que ni siquiera había pensado. Aproximándose Jorge dijo obsecuente:
Que hay de malo, señora en un beso, somos novios.
Era una declaración de amor, (a su manera) pero una declaración al fin. En ese preciso instante recordé los folios azul cielo que otra vez tenía entre mis manos.
Al cavo de dos meses Jorge se fue de vacaciones con un grupo de amigos. Entre ellos una de mis amigas. No supe más de su persona hasta cinco meses después cuando ya tampoco era novio de mi oponente. Al preguntarle que le había sucedido respondió indolente: “se me traspapeló el tiempo”.. Los folios azules no solo se ajaban entre mis manos, sino en las manos de otras.
Hubo diferentes motivos para que yo halla creído tocar el cielo con las manos. Un amigo de quien yo consideraba como una hermana. Intentaba tener una relación conmigo, mas, a veces el amor nos hace pecar de incautos. Los folios eran tan brillantes hasta descubrir que mi amiga cubría su relación amorosa delante de su novio utilizando la simpatía que yo sentía por aquel casi desconocido.