Nueve días para fortalecer la fe - Jacques Philippe - E-Book

Nueve días para fortalecer la fe E-Book

Jacques Philippe

0,0

Beschreibung

El único problema del cristiano es la falta de fe. Si afrontamos con fe nuestras dificultades y limitaciones, si nos ponemos en manos de Dios con confianza plena, él se ocupará de nosotros, e incluso todo lo que parece más negativo acabará por volverse positivo. Lo que más reprocha Jesús a sus discípulos no son sus fallos humanos, sino su falta de fe. El autor ofrece aquí un sencillo itinerario para fortalecerla.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 47

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Jacques

Philippe

Nueve días

para fortalecer

la fe

EDICIONES RIALP, S. A.

MADRID

Título original: 9 jours pour fortifier sa foi

© 2019 by Éditions des Béatitudes

© 2020 de la versión castellana realizada por Miguel Martin,

by EDICIONES RIALP, S. A.,

Colombia 63, 8.º A, 28016 Madrid

(www.rialp.com)

Realización ePub: produccioneditorial.com

ISBN (edición impresa): 978-84-321-5206-1

ISBN (edición digital): 978-84-321-5207-8

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Índice

Portada

Portada interior

Créditos

Presentación

1. La fe, fuente de vida

2. Mi fe es la fe de la Iglesia

3. La fe, don de Dios y decisión humana

4. Fe, esperanza y amor

5. La fe aumenta en la oración

6. La fe puesta a prueba

7. Vivir en la simplicidad de la fe

8. Celebrar, compartir, anunciar nuestra fe

9. Entregarse a María para tener parte en su fe

Autor

Presentación

Este breve libro invita a un itinerario de retiro en casa o en vacaciones, en el metro, en el tren, etc., para quienes, disponiendo de poco tiempo, deciden dedicar a ello diez minutos al día.

Contiene 9 días de meditaciones inspiradoras para avanzar en la vida interior. Y, a la vez, ofrece una escuela de oración y un instrumento de transformación personal.

Cada día se proponen dos ratos de meditación: uno se puede vivir por la mañana y el otro cuando más convenga.

El itinerario incluye ejercicios de recogimiento, la Palabra de Dios, una meditación de un santo o de algún autor destacado, un propósito… Nos ayudará a sumergirnos en una auténtica experiencia espiritual.

Día 1

La fe, fuente de vida

MEDITACIÓN DEL DÍA

Señal de la cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Invitación al recogimiento

Dedico algunos minutos para recogerme. Me sitúo en el momento presente… Respiro calmadamente. Aparto toda preocupación, toda inquietud y me pongo con confianza en la presencia de Dios, que está aquí muy cerca de mí y que me ama.

Espíritu Santo, Tú que eres la luz, Tú que eres el Consolador, ven a guiar mi oración de hoy. Ven a llenarme de tu dulce presencia, despierta mi corazón al amor de Dios. Haz crecer en mí la fe y la confianza.

Meditación

En este retiro vamos a meditar sobre la fe, y pedir a Dios que nos la aumente. Eso es lo más importante para cualquiera de nosotros.

La fe es una realidad un poco paradójica. Por una parte, es algo sencillo, una disposición del corazón, vivida con frecuencia en una cierta pobreza y sequedad. Pero al mismo tiempo es una realidad extremadamente fecunda y bella, pues la fe, el acto de fe, nos pone verdaderamente en contacto con Dios, nos abre poco a poco toda la riqueza y la profundidad del misterio de Dios. Todo progreso en la fe supone progreso en la esperanza y en el amor. La fe es la única luz que nunca nos decepcionará. Es de hecho nuestra verdadera fuerza. Nos permite apoyarnos en Dios.

Puede decirse que todos nuestros pecados y todas nuestras faltas provienen, de algún modo, de una falta de fe. No creemos bastante en el poder y el amor de Dios, y ese es, a fin de cuentas, el verdadero problema de nuestra vida.

Es verdad que a veces nos encontramos con circunstancias difíciles y dolorosas, que pueden ser complicadas de resolver. Además, con frecuencia experimentamos nuestra propia fragilidad y nuestras debilidades; pero estas dificultades no constituyen el verdadero problema de nuestras vidas. Nuestro único problema es nuestra falta de fe. Si vivimos con fe nuestras dificultades, incluidas nuestras limitaciones personales, si nos ponemos en manos de Dios con confianza plena, entonces él se ocupará de nosotros, e incluso los acontecimientos de nuestra vida que nos parecen más negativos acabarán por volverse positivos.

En los Evangelios, Jesús insiste mucho en la importancia de la fe: si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esta montaña que se arrojase al mar y os obedecería (cf. Mt 17, 20; Lc 17, 6). Lo que más reprocha Jesús a sus discípulos, no son sus fallos humanos, sino su falta de fe.

Al leer el evangelio de san Juan, se puede encontrar toda una lista de los muchos beneficios que proceden de la fe: el que cree no es juzgado, sino que pasa de la muerte a la vida, camina en la luz, tiene la vida eterna, nunca tendrá sed, aunque muera vivirá, verá la gloria de Dios, resucitará, hará las obras que hace Cristo e incluso las hará mayores, vence al mundo (cf. Jn 5, 4).

Al final de su evangelio, san Juan habla así: Muchos otros signos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este libro. Sin embargo, estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre (Jn 20, 30-31).

¡Que tengáis vida en su nombre!

Eso es lo esencial: la fe nos da la vida, la vida verdadera en esta tierra, la vida eterna en el Reino. Nos pone realmente en contacto con Dios, nos hace tocar a Dios y dejarnos tocar por él. Y nuestro Dios es el Dios de la Vida.

LA GRACIA QUE PEDIMOS

Reconozco todas mis faltas de fe, y que ese es el principal problema de mi vida. Le pido a Jesús que me aumente la fe.

LUCES DE UN GRAN TESTIGO