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La vasta obra poética de Esteban Echeverría es poco conocida, aunque para el porteño era una de las facetas más importantes de su escritura. Este volumen recoge libros publicados en vida, como "Los consuelos" y "Rimas", además de una buena cantidad de poemas que se mantenían inéditos a la muerte del autor. Echeverría soñaba con una poesía latinoamericana "sublime como los Andes; peregrina, hermosa y varia en sus ornamentos como la fecunda tierra que la produzca".
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Seitenzahl: 278
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Esteban Echevarría
ESCRITORES ARGENTINOS.
Saga
Obras Completas III Poesías varias
Copyright © 1871, 2022 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726602425
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
El presente volúmen contiene las poesias sueltas de Don Estéban Echeverría, tanto aquellas que publicó durante su vida en los Consuelos, en las Rimas y en los Diarios y Revistas, como las que dejó inéditas en borrador.
Los Consuelos salieron á luz en el año 1834 y se reimprimieron en el de 1842 correjidos por el autor. Solo conocemos una edicion de las Rimas hecha en Buenos Aires á mediados de 1837, bien que la Cautiva, que ocupa la mayor parte del tomito de las Rimas haya sido reimpresa varias veces, sin intervencion del autor, dentro y fuera del pais.
Las poesias de la presente coleccion que no se hallan en las dos obras mencionadas, se han tomado de las periódicos y de los papeles del poéta, en donde permanecian por la mayor parte en borradores confusos é imperfectos. Echeverria, aunque de abundante inspiracion y fecundo escritor en verso, no debió tener la intencion de condenar á perpetua oscuridad las composiciones que depositaba en su cartera reservándose la llave, merced á la cual solo puede penetrarse de lleno dentro de ese tesoro: creemos que si la vida le hubiera alcanzado, y mejores tiempos que los tristísimos en que vivió, habria enriquecido la literatura patria con una edicion completa de la parte lírica de su vasto labor.
Hemos hecho cuanto nos ha sido posible para suplir la ausencia del poéta en la interpretacion de sus manuscritos, que á mas de ser de dificil lectura, han llegado á nuestras manos en el mas completo desorden; y gracias á la piedad fraternal, que sin ella habrian desaparecido del todo. Hemos copiado de nuestro puño gran parte de esos manuscritos, porque no nos era posible leerles sino con la pluma en la mano, pudiendo decir verazmente, que apesar de estas trabas, vencidas á esfuerzos del cariño, de la constancia y del íntimo conocimiento que tenemos de los hábitos intelectuales de Echeverria, no hemos adulterado, al menos á sabiendas, el pensamiento ni la espresion en una sola siquiera de las composiciones inéditas que tenemos la fortuna de salvar para siempre en el presente volumen.
Aunque consagrado á la parte lírica, no hemos podido menos que dar cabida en él á ciertas composiciones que no pertenecen estrictamente á aquel jénero, como por ejemplo, algunos fragmentos de poemas que dejó el autor á medio hacer y no pudimos incluir en los tomos ya impresos, por cuanto en ellos estarian menos en su lugar que en este tercer tomo.
Hemos conservado las fechas que encontramos al pié de algunas de las composiciones ya impresas ya manuscritas ó las que deducimos del estudio de los papeles del autor, y á mas insertamos una que otra nota para servir á los fines de la bibliografia y de la crítica ó á la mejor intelijencia del testo, reservando las ilustraciones mas por estenso para el volúmen de las obras en prosa que hemos prometido como el último de las completas de Don Estéban Echeverria.
Creemos con fundamento que despues de la presente cóleccion no será posible hacer ninguna otra ni mas completa ni mas esmerada, y que pocos serán los versos escritos por nuestro poeta que puedan aparecer en lo sucesivo, pues dificil es que haya persona alguna que se encuentre con mas aptitud y voluntad que nosotros para examinar con el empeño y el esmero necesarios los borradores que hemos tenido á la vista; los cuales, lejos de inutilízarlos, los hemos arreglado en lo posible, llevados por el sentimiento de simpatia que nos merece la memoria del lamentado autor. Cuanto salió de su pluma es para nosotros parte del monumento que unas tras otras levantan las jeneraciones en honor de la patria.
Observaremos, por último, que el autor de los Consuelos los dió á luz desde la primera vez sin prólogo ni advertencia preliminar: contentóse con esplicar en una nota, puesta al fin del libro, la razon que tuvo para darle aquel título, nota que colocamos al frente de este tomo 3.°, encabezando las piezas contenidas en los Conscelos.
__________
Qui no es trist de mos dictats no cur,
O en algun temps que sía tríst estat.
Ausias March.
No vea mis escritos quien no es triste,
O quien no ha estado triste en tiempo alguno.
Trad, de Luis De Leon.
__________
He denominado asi estas fugaces melodías de mi lira, porque ellas divirtieron mi dolor, y han sido mi único alivio en dias de amargura. Tal vez el tono lúgubre de algunas disonará al corazon de la mayor parte de los lectores, como dan escozor cuando nadamos en regocijo, los sonidos de una fúnebre música. Ellas, sin embargo, pintan solo en bosquejo el estado de mi alma en una época funesta, de la cual no conservo sino una vaga y confusa imàgen.
La tórtola solitaria se queja, el arroyo murmura, desplómase rujiendo el torrente, y la tormenta brama en las cimas de los montes y en las llanuras; así el Poéta templa la lira al unison de su alma, y modula el canto que le inspira su corozon. ¡Feliz si consigue entonces una lágrima de la ternura, y un suspiro de la helleza!
La «Profecía del Plata» y otras composiciones del mismo jénero en este libro insertas, las escribí preocupado aun del estilo y formas usadas por los poétas españoles, cuyas líras rara vez han cantado la libertad. Si, recobrando mi patria su esplendor, me cupiese la dícha de celebrar otra vez sus glorias, seguiria distinto rumbo; pues solo por no trillados senderos se descubren mundos desconocidos.
La poesia entre nosotros aun no ha llegado á adquirir el influjo y prepotencia moral que tuvo en la antigüedad, y que hoy goza entre las cultas naciones curopeas: preciso es, si quiere conquistarla, que aparezca revestida de un carácter propio y original, y que reflejando los colores de la naturaleza fisica que nos rodea, sea á la vez el cuadro vivo de nuestras costumbres, y la espresion mas elevada de nuestras ideas dominantes, de los sentimientos y pasiones que nacen del choque inmediato de nuestros sociales intereses, y en cuya esfera se mueve nuestra cultura intelectual. Solo así, campeando libre de los lazos de toda estraña influencia, nuestra poesía llegará á ostentarse sublime como los Andes; peregrina, hermosa y varia en sus ornamentos como la fecunda tierra que la produzca.
__________
O flor de alta fortuna!
Rioja.
Yo soy una flor oscura
De fragancia y hermosura
Despojada;
Flor sin ningun atractivo
Que solo un instante vivo
Acongojada.
Nací bajo mala estrella;
Pero me miró una bella
Enamorada,
Y me llamó pensamiento
Y fuí desde aquel momento
Flor preciada.
No descuello en los jardines
Como los albos jazmines
O las rosas;
Pero me buscan y admiran,
Me contemplan y suspiran
Las hermosas.
Si me mira algun ausente
Que de amor la pena siente,
Cobra vida;
Y es feliz imaginando
Que en él estará pensando
Su querida.
Yo soy grata mensagera,
Que bajo forma hechicera
Voy volando,
A llevar nuevas de dicha
Al que vive en la desdicha
Suspirando.
Símbolo del pensamiento,
Del amor y el sentimiento,
Mi destino
Es deleitar al que adora,
Y consolar al que llora
Peregrino.
Uruguay, Noviembre 1832.
__________
Fare thee well! and if for ever,
Still for ever, fare thee well:
Thron.
Tendido el lino la veloz barquilla
Mueve en el Plata su ligera quilla
Al rayo matutino,
Y por la faz undosa engalanada
Se desliza del céfiro halagada
Llevando al peregrino.
Al bajel llega luego que arrogante
Oprime las espaldas del gigante
Al parecer dormido,
Y el fino cuerpo airoso balancea,
Y las vistosas flámulas ondea
De su vigor erguido.
En el soberbio alcazar ya domina
Del cómitre la voz y á la marina
Gente imperiosa llama,
Que con mústios acentos velozmente
Dá los linos al aire, ó tristemente
En los mástiles clama.
Los hinche en globo el bonancible viento
Y divide las aguas al momento,
En círculo espumoso,
La prora murmurando, y ora inclina
O levanta la nave que camina
Con aire magestuoso.
Reclinado en el borde, con megillas
Enjutas pero tristes, las orillas
De su patria contempla
Lara perderse, cual coposo monte,
En el lejano y diáfano horizonte
Y el laud dulce templa.
Dolor siente en el alma, mas sereno
Brilla su rostro, que apuró el veneno
De congojas mortales,
Y temprano aprendió del sentimiento
A sofocar las ansias ó el contento,
Al corazon fatales.
Preludió al fin la melodiosa lira,
Y recordando de la suerte agravios,
El adios tierno que la ausencia inspira
Modularon sus lábios.
El halagüeño júbilo del mundo
Volver no puede al corazon burlado
La bella imágen de ilusion querida,
Que voló fementida.
Pierde la flor su púrpura y su nieve,
Su aroma grato y su verdosa pompa;
Así se agosta el esplendor lozano
Del corazon temprano.
Se rompe el velo mágico que al alma
Pintaba glorias, esperanzas dulces,
Cuando aun risueños los floridos años
Brindan amor y engaños.
Fuése el encanto de mis bellos dias,
Fuése la lumbre de mi albor lucido
Y solo es dado á mi enojosa vida
Sentir gloria perdida.
Mas ¿qué es sentir cuando el prestigio grato,
Que embellecía la existencia ha muerto,
E inexorable, aterrador destino
Del bien cierra el camino?
Dulce esperanza, celestial imágen
Vuelve á mi mente su divino fuego,
Disipa un tanto la tiniebla umbría
Que cerca el alma mia.
Tú me alentaste cuando el crudo anhelo
De la congoja marchitó mis dias,
Tú del abrigo de mis tristes lares
Me llevas á los mares.
Por ti mi patria y mis amores dejo,
Y de la tierra en los estraños climas
Voy á buscar á la ansiedad de mi alma
Agitacion ó calma.
Grata fué un tiempo á mi vivir la suerte,
Brindóme un tiempo deliciosas horas,
Que sueños fueron de ilusion falaces,
Sombras de bien fugaces.
En flor marchitas contemplé mis glorias,
Y sumergido el corazon de entónces
En triste noche, solitario abismo,
Se consume á sí mismo.
¿ Qué vale al pecho el palpitar de gozo
En el regazo de su dueño amado?
Qué al alma vale el seductor encanto
Que idolatraba tanto?
Si el placer vuela, el inefable hechizo
Se desvanece, cual la lumbre fátua,
Cuando al deleite la pasion apura;
Y el sentimiento dura.
Vanos placeres, deliciosos lazos,
Que al albedrío encadenais tan dulces,
Adios por siempre, ya de vuestro halago
Huyo libre el estrago.
Adios amores, de la vida rosas,
Que exhalais grato vuestro aroma un dia,
Y perdeis luego el poderoso hechizo
Que delirar nos hizo.
Y tú tambien, angélica hermosura,
Guarda celeste de mi triste vida,
Que yo ví en sueño y en feliz instante
Pude llamar mi amante.
Tú que supiste embelesar mi mente,
Tú que las ansias de mi amor pagaste,
Que el dulce nectar del amor me diste
Y dichoso me viste.
Tú que sentias como yo sentia,
Que á un solo acento de mi voz gozabas,
Que en lo secreto de mi pecho vias
Y conmigo sufrias.
Tú, en cuyos brazos sin contar las horas
Pasé la flor de mis lozanos dias,
Embebecido en éxtasis glorioso
De deleite amoroso.
Adios por siempre, el inhumano tiempo
Nuestras delicias devoró temprano,
Segó mis dichas, sin cesar me aqueja
Y de tí al fin me aleja.
Brotaron una lágrima los ojos
De Lara enternecido,
Al despertar de nuevo las memorias
De tan cumplidas glorias,
Del tiempo avaro míseros despojos;
Cayó su mano de la dulce lira,
Espiró el canto y su ánimo abatido
Quedó en tristes ideas sumergido.
Desde la orilla, acaso, alguna bella,
Con inquieto mirar, siguió la huella
Del bajel que volando se alejaba
Y su esperanza y corazon llevaba.
Junio, 1831.
__________
Heureux ceux qul n’ont point vue la fumée des fétes de l’étranger, et qui ne se sont ossis qu’aux festins de leurs péres!
Chateaubriand.
Feliz aquel que de su patrio suelo
Contempló solo el halagüeño cielo,
Y libre de pesares,
Vivió seguro del cariño amante
De la beldad que idolatró constante
En sus quietos hogares.
Nacen sus dias sin cesar serenos,
De gozo puro y de esperanza llenos,
Dulcemente halagados,
Y como en valle arroyo cristalino,
Corren sin agitarse á su destino
Por entre bellos prados.
El borrascoso mar de las pasiones
Su corazon no mueve, ni ilusiones
De bien frágil y vano
Brindan á su serena fantasía,
De fugaces deleites la ambrosia,
Con fementida mano.
De la ambicion se rie prepotente
Que se engolfa contino en la corriente
De la varia fortuna;
Ni acibaran funestos desengaños
La duleífera copa de sus años
Con su hiel importuna.
¡Quién me diera los dias venturosos
Que á mi anhelo ofrecian deliciosos
Placeres sin mudanza,
Cuando todo á mi vista era risueño,
Y mi existencía grata un largo sueño
De gloriosa esperanza!
¡ Quién diera á mi agitado pensamiento
La dulce calma y el feliz contento
Que disfrutara un dia!
Quién por lo bello el entusiasmo ciego,
La pasion noble y el divino fuego
En que mi pecho ardia!
¡ Quién sentir cual sentí, ó el llanto largo
Que embalsamaba el sentimiento amargo
Del corazon herido!
Quéin á mi juventud su lozanía
Marchita en flor, sin esperanza y fria!
Quién el ser lo que he sido!
Si al menos á piedad movido el cielo
Con la angustia voraz diese el consuelo
Del olvido á la mente!
Mas por siempre la imágen ilusoria
Del bien perdido vaga en la memoria,
Cual si fuera presente.
El astro de mi vida se ha eclipsado,
Y muerto á la esperanza, desolado,
El porvenir oscuro
Aparece á mi vista, cual desierto,
O borrascoso piélago sin puerto
Donde arribar seguro.
Mi corazon un tiempo palpitaba
Al mirar la hermosura y adoraba
Su irresistible encanto,
Amó tambien y en amorosos lazos
Se gozó insano y apuró en sus brazos
Deleite sacrosanto.
Mas disipóse todo y la amargura,
El recuerdo fatal tan solo dura,
Y aviva el sentimiento
Del triste corazon que aun inflamado,
De amar, sentir ó aborrecer privado
No halla, no halla alimento.
Todo he perdido; en mi insensata mano
Las flores de la vida bien temprano
Todas se han deshojado,
Y confusos y atónitos mis ojos
Solo contemplan míseros despojos
Del huracan pasado.
Ven á mis votos silenciosa muerte,
Y en reposo feliz la ansia convierte
Con que me aqueja el tiempo y el destino,
Ven, me arrebata donde no se siente:
Así cantaba de su patria ausente
Por consolarse un triste peregrino.
Junio, 1831
__________
EN EL MAR.
Subir veo lentamente
La nítida y blanca luna.
Goeter.
Cubierto el horizonte
De una faja nublosa,
Purpureos resplandores
Nacen en torno de su frente hermosa.
Con lentitud se avanzan
El espacio ocupando,
Y los cielos y tierra
De luminosos rayos inundando.
Disípanse las nubes
Del vasto firmamento,
Que de nuevo se cubre
De variado y magnífico ornamento.
Y las estrellas mústias
Trémulas centellean,
Y parece abandonan
El lóbrego palacio que hermosean.
Coronada de luces
La luna se aparece;
Cual reina de la noche
En su ceruleo trono resplandece.
Contémplase gozosa
En el mar transparente,
Que sereno refleja
La imágen de la bóveda luciente,
En calma la natura,
Parece adormecida,
Y su faz macilenta
A meditar al pensador convida.
Renacerá la Luna,
Y tras ella los dias
Circularán veloces,
Llevando en pos las esperanzas mias.
Mayo, 1830.
__________
Si lloras, lloro contigo;
Àlégrame tu contento;
Lo mismo que sientes siento
Tirso de Molina.
Cuando incierto giras
Esos ojos bellos,
Y que tus cabellos
Flotan sin disfraz,
Cuando mústia miras,
Mi rostro se viste
Con el velo triste
Del pesar voraz.
Mas cuando halagüeña
Contento respiras,
Y el aroma espiras
De lozana flor,
Entónces risueña
Se goza mí mente,
Y en pasion ardiente
Me abrasa el amor.
Asi en tu alegréía
Mi seno palpita,
Y tambien se agita
Si sufres pesar;
Así en armonía
Vibran las pasiones
De los corazones
Que saben amar.
Julio 18, 1830
__________
In vain, alas! in vain.
Campeell.
En vano busco la muger hermosa,
Iman de mi alma, que llenó mis dias
De tiernas ánsias, deliciosos sueños,
De amor y dichas.
La busco en vano que doliente siempre
Voz ominosa de la negra tumba
Burla mi anhelo y me responde triste:
«Aquí se oculta.»
Se oculta si. . . . ¿mas sempiterna noche
Cubrirá el lecho do mi amor descansa?
¿No verá un ángel que moró en la tierra
La luz de otra alba?
Pero qué importa, si su imágen bella
Mientras yo aliente vivirá en mi pecho,
Do el aura aspira que á los serafines
Destina el cielo:
Hasta que airada la insaciable muerte
Corte la trama de mi frágil vida,
Una mis restos á los suyos caros
Y todo estinga.
Enero, 17 1831.
__________
Se conmueven del Inca las tumbas.
Lopez.
Cuando con garra impía,
El hispano Leon tan arrogante,
El nuevo mundo asía,
Y su fuerza pujante
Dominaba en los piélagos de Atlante.
Cuando sus naos, preñadas
De avaricia y furor, lanzaba España
A las tierras domadas
Y á las playas que baña
El raudo Plata á vomitar su saña.
El portentoso Rio,
Enfurecído al ver tanta osadía,
Terrífico y sombrío
Su ceño mostró al dia
Por revelar aquesta profecia.
«Tiranos alevosos,
Gozaos, gozaos en la obra pasajera
De designios odiosos,
Que ya se acerca la era
A vuestro orgullo y suerte lastimera.
Gozaos si, que esta tierra,
De vuestro cetro duro fatigada,
Acudirá á la guerra
Y será quebrantada
Vuestra arrogancia y á su vez domada.
Ya la lumbre fulgente
Veo de Mayo alzarse par la esfera
Y la turba insolente,
Que vuestra ley venera,
Se aturde al verla cual si rayo fuera.
El Argentino entonces
Tremola el estandarte victorioso,
Y los tremendos bronces,
Y el acero filoso
Anima con su aliento poderoso.
Las cadenas quebranta
Que oprimen á la Patria moribunda,
Y su cerviz levanta
Airada y tremebunda,
Que conturba la hueste furibunda.
Su voz truena potente
Y á los pueblos concita á la venganza
De todo el continente,
Que acorren sin tardanza
Al campo de la lid y la matanza.
Del Sud en las regiones
La libertad arbola su estandarte
Y celestes blasones
A sus hijos reparte;
Marcial aliento les infunde y arte.
¿No mirais cómo el trueno
Que se enciende en mis márgenes de Plata,
De muerte y poder lleno,
Por el Sud se dilata
Y vuestros sólios rompe y desbarata?
¿No escuchais cuál retumba
En los Andes con hórrido estampido,
Y conmueve la tumba
Del Inca que ofendido
Del polvo se alza de furor ceñido;
Y á sus hijos convoca
Y á su progenie toda á la venganza
Con su acento provoca,
Que ardida se abalanza
De uno á otro campo con espada y lanza?
¿No veis cuál se encamina
Por el indiano suelo desprendiendo
Mil rayos que fulmina,
A polvo reduciendo,
De vuestras armas el poder tremendo?
Temblad, temblad, tiranos
Que oprimis á la América inocente,
Con aceradas manos;
Temblad, que ya el torrente
Do asolacion desata mi corriente.
Cual rayo amenazante
Que de la parda nube so desprende
Y ardiendo fulminante,
Con ímpetu desciende,
Deslumbra, aterra, despedaza, hiende;
Asi con saña airada
Desplomará su furia y vehemencia
Y será desquiciada
Vuestra vana insolencia,
Caduco poderío, omnipotencia.
Y el vasto continente,
De vuestro inicuo yugo libertado,
Gozará independiente
El venturoso hado
A su heroismo y gloria reservado.”
De Mayo el Sol brillante,
Se mostró al Argentino, y confundidos
Huyeron al instante
Los bandos atrevidos,
Por sus valientes haces perseguidos.
Y como astutos lobos,
Que bravos cazadores acecharon
Devorando sus robos,
Al verlas se pasmaron
Y la sangrienta presa abandonaron.
Mayo, 1831.
__________
Y con eterno eclipse
Cubrió sus bellos ojos.
Lofe de Vega.
Salid, salid del pecho
Sollozos y gemidos.
Del fatídico bronce
Los lúgubres sonidos,
Acompañen tan solo
El llanto y los suspiros.
Marchitóse temprano
El rozagante lirio,
La cándida azucena
Del argentino rio.
De sus hermosos ojos
El espléndido brillo,
La noche del sepulcro
Por siempre ha oscurecido.
De su belleza rara,
De su candor divino,
De tantas perfecciones
No quedan ni vestigios.
¡ O muerte inexorable!
¿Cómo, cómo has podido
Destruir en un instante
Ese tierno arbolillo?
Él era de sus padres
La delicia y cariño,
La vida y la esperanza
De un corazon cautivo;
Y cuando prometía
Tantos frutos opímos,
Te gozas inhumana
De un golpe en abatirlo.
Lloremos, sí, lloremos
El mísero destino,
De la flor malograda
Del Argentino rio.
Salid, salid del pecho
Sollozos y gemidos.
Y tú, ángel, que habitas
El estrellado Empíreo,
Si nuestras ansias oyes,
Contémplanos benigno
Y ayúdanos un tanto,
Con tu influjo divino,
A soportar tu pérdida
Y el dolor que sufrimos.
Salid, salid del pecho
Sollozos y gemidos.
Enero, 1832.
__________
¡O juicio divinal!
Cuando mas ardia el fuego
Echaste el agua.
jorce manrique.
El sol fulgente de mis bellos dias,
Se ha oscurecido en su primer aurora,
Y el cáliz de oro de mi frágil vida
Se ha roto lleno.
Como la planta en infecundo yermo
Mi vida yace moribunda y triste,
Y el sacro fuego, inspiracion divina
Devora mi alma.
¡ Don ominoso! en juventud temprana
Yo me consumo, sin que el canto excelso
Eco sublime de mi dulce Lira,
Admire el mundo.
Gloriosos lauros las divinas musas
Me prometieron, y guirnalda bella
A la sien tierna de la Patria mia
Yo preparaba.
Mas el destino inexorable corta,
Con mano impía, los frondosos ramos;
Que el frio soplo de dolencia infausta
Hiela mi vida.
Un foco inmenso de divinos ecos
Mi alma era un tiempo, que el activo soplo
De las pasiones, exhalaba ardiente
Voces sublimes.
Cuanto tocaba en su celeste fuego
Ardia al punto, el universo un himno
Era para ella, de armonias puras
Coro grandioso.
Mas negra sombra su esplendor eclipsa;
Angel de muerte de mi lira en torno
Mueve sus alas y suspira solo
Fúnebre canto.
Como la lumbre de metéoro errante,
Como el son dulce de armoniosa lira,
Asi la llama que mi vida alienta
Veo estinguirse.
Adios por siempre aspiraciones vanas,
Vanas, mas nobles, que abrigó mi mente;
Adios del mundo lisonjeras glorias,
Deleites vanos.
Adios, morada de tiniebla y llanto,
Tierra infeliz que la virtud repeles,
Y desconoces insensato al genio
Que te ilumina.
Mi mente siempre en tu region impura
Se halló oprimida; peregrino ignoto
Por ti he pasado y sin pesar ninguno
De tí me alejo.
Lira enlutada melodiosa entona
Funeral canto; acompañadla gratas
Musas divinas, mi postrer suspiro
Un himno sea.
Agosto 13, 1831.
__________
Sub umbra alarum tuarum protege me.
ps. xvi.
Silencio nada mas y no gemido
Lágrimas ó suspiro yo demando,
En el instante lastimero cuando
Descienda helado á la mansion de olvido.
Jamás estéril llanto á la ternura
Debió mi pecho en sus acerbos males,
Solo apuré los tragos mas fatales,
Que me brindó la impia desventura.
Dormir sin ser al mundo tributario,
Quiero en la noche tenebrosa y fria,
Sin que nadie interrumpa su alegría,
Morir, como he vivido, solitario.
Tú, númen de infelices, Dios de olvido
Que á la nada presides misterioso,
Encubre con tus alas silencioso
El sepulcro de un ser desconocido.
Diciembre 30, 1830.
__________
Et audivi vocem magnam.
apocalipsis.
Cuando el sol reina en el conit fulgente,
A la sombra sentado
De un álamo frondoso, tristemente,
Por el cielo esmaltado
De diamante oro y plata,
Mi pensamiento raudo se dilata.
Ante los ojos mios se anonada
El mísero planeta,
De dolor y de lágrimas morada,
Donde el mortal vegeta
En el piélago inmundo
De la ignorancia y del error profundo.
Mas léjos que do estalla horrisonante
El trueno, se remonta,
Mas léjos que la esfera rutilante
Que el águila transmonta,
Y que la eterea cumbre
Do no alcanza la necia muchedumbre.
Y en la eterna region de la armonía
Y las esencias puras,
Do reina inalterable la alegría
Que anhelan las criaturas,
En éxtasis glorioso,
Oye un coro de espíritus grandioso;
Y con ruido que al cántico supera
Resonar, como trueno, un ronco acento,
Que repite, vagando por la esfera;
“Ven do reina el contento
Y la gloria que anhelas ¡oh Poéta!
Deja ese triste y misero planeta.”
Setiembre 15, 1831.
__________
Inclina aurem tuam ad precem meam.
Ps.87.
En tí, Señor, confio,
A tí, mi Dios, me entrego;
Mi humilde y triste ruego
Implora tu piedad;
No mires con desvio
Mi llanto y amargura,
Que aunque mi alma está impura
No abriga la impiedad.
Mi espíritu se humilla
A tu divina planta,
Y su dolor levanta
Esperanzado á tí;
Acoje la sencilla
Plegaria que te envia,
Señor, y tu faz pia
Vuelve un instante á mí.
Henchido de pasiones
Mi corazon demente,
Se abandonó al torrente
Del mundo seductor;
Mas ya, sus ilusiones
Falaces desdeñando,
Se vuelve á tí implorando
Consuelo en su dolor.
Si algun tiempo embriagado
De deleites mundanos
Los tuyos soberanos
Insensato olvidé,
Perdona á un descarriado,
Que buscando hoy ansioso
Tu bálsamo precioso
Vá en alas de la fé.
Soy pecador indigno;
Pero mi alma sincera
Arrepentida espera
En tu inmensa bondad;
Contempla, pues, benigno,
Señor, y no indignado
A quien atribulado
Se acoje á tu piedad.
De dolor consumido,
De angustias y dolencia
Tu divina asistencia
Necesito, Señor;
Levanta mi abatido
Corazon, vuelve á mi alma,
Vuelve la dulce calma
Que le roba el dolor.
Atiende á tu criatura
Que mísera fenece,
Sus penas adormece,
Escucha su clamor;
Pues en mar de amargura
Se anega mi existencia,
Mírame con clemencia
Aunque soy pecador.
Noviembre 6, 1831.
__________
Ah! ya agostada
Siento mi juventud, mi faz marchita
Y la profunda pena que me agita
Ruga mi frente de dolor nublado.
Heredia.
Feliz tú que de bellas ilusiones
Sin cosar halagado, á las visiones
Inefables del alma,
Librar puedes tu ardiente fantasia,
Y de éxtasi embriagar y de armonía
Tu corazon en calma.
Feliz tú que aspirando el aura pura
Del magestuoso Plata, la hermosura
Contemplas de la luna,
Que asoma melancólica su frente,
Como gentil beldad que de amor siente,
La congoja importuna.
Mecido allí por sueño delicioso,
Oyes solo el susurro misterioso
De las olas serenas,
Que al rayo de la luna resplandecen,
Y en cadencia armoniosa se adormecen
Sobre muelles arenas.
Allí tu alma inflamada en su desvelo
Hasta el trono de Dios levanta el vuelo,
Y olvidada del mundo
Escucha la armonía soberana
Que de su eterna gloria eterna mana
Cual venero fecundo.
Allí anhela calmar su sed ardiente
En esa viva, inagotable fuente
Que al universo anima,
Y con álas de fuego divagando
El infinito abarca y remontando
Mas y mas se sublíma.
¡Quién como tú pudiera, el pecho lleno
De esperanza y de fé, por el ameno
Camino de la vida
Espaciar sus miradas halagüeñas,
Y ver por todo imágenes risueñas,
Como en la edad florida!
¡Quién en su lira modular sonora
Dulce amor y amistad consoladora,
Tesoros celestiales;
Y al son de la hechicera melodía
Derramar esperanza y alegría
En los pechos mortales!
¡ Quién fuese como tú que atras dejando
Un pasado feliz y contemplando
El porvenir brillante,
Un mundo de esperanzas y delicias
Ante tus ojos ves y no codicias
Nada al vulgo anhelante.
Mi juventud tambien tuvo visiones
De ambicion y de gloria y mil pasiones
Terribles la agitaron;
Amor fué su delirio y su ventura,
Y en brazos apuró de la hermosura
Delicias que volaron.
Mas cual roble soberbio que derriba
El feroz huracan de cumbre altiva,
Al impulso violento
De fogosas pasiones, abatida
Cayó mi juventud que solo vida
Tiene para el tormento.
¡O si en himnos de excelsa poesía
Yo pudiera el torrente de armonía
Exhalar de mi pecho,
O en tristes tonos modular suaves,
De mi fiero dolor las ánsias graves,
Las dudas y el despecho!
El canto entónces de la musa mia
Al eco de la tuya se uniria
En soberano coro,
Y esos pechos de bronce casi yertos
Latirian oyendo los conciertos
De vuestra lira de oro.
Pero vano delirio, mi destino
Es batallar con el dolor contino
Hasta que suene la hora;
Y consumirme en agonía lenta,
Como el ave inmortal que en sí alimenta
Fuego que la devora.
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FRAGMENTO.
There is no hope for nations! —Search the page
Of many thousund years—the daily scene,
The flow and ebb of each recurring age,
The everlasting to be which hath been 2
Hath taught us nought or little:
Bynon.
No hay ya esperanza para las naciones. Recorred las páginas de los siglos ¿qué nos han enseñado sus vieisitudes periódicas, el flujo y reflujo de las edades, y esa eterna repeticion de acontecimientos? — Nada ó muy poco.
Encantada y atónita mi mente
Registra los anales de los siglos,
Que pregona la fama mas gloriosos,
Y del pasado tiempo y del futuro
El tenebroso velo
Quiere rasgar en su impaciente anhelo.
Monumentos, pirámides alzadas
Por el humano orgullo en su demencia,
Fatídicos emblemas esculpidos
Por manos mercenarias y serviles,
Que adulacion respiran
Y vergüenza y oprobio solo inspiran.
Todo interroga, y á la vez responden,
Con dolorosos gritos que estremecen,
Los mármoles, los pueblos y los tiempos:
Que ignorancia y miseria sempiterna,
Inevitables males
Son la herencia fatal de los mortales.
Con lívido semblante y torvo ceño
Sus pasos gira en rededor del orbe
El tiempo inexorable, como fiera
Famélica, sedienta, enfurecida,
Que sus hierros quebranta
Y mueve libre su sañuda planta.
Sin cesar marcha y donde quier imprime
Su gigantesca mole el pié tremendo,
Monumentos humildes y arrogantes
Tiemblan y caen y desparecen luego;
Lo fértil y lozano
Se seca y muere entre su yerta mano.
Allí donde se muestra portentosa
La vanidad del hombre y la pujanza,
Acorre presuroso sepultando,
Con baldon de su orgullo, en el abismo
Profundo de la nada,
Dioses y templos y soberbia airada.
De asolacion y llanto se alimenta:
Ni la acerba agonia, ni los ayes,
Del que cansado de esperar fenece:
Ni los férvidos ruegos que á herir suben
Los dombos celestiales,
Nos libran de sus garras infernales.
Las ciencias y las artes mas sublímes,
Los héroes y los génios que lograron
Legar vano renombre á un mundo vano,
Nuestros desvelos todos, nuestra vida
Qué son?. . . . tristes despojos
Consagrados en ara á sus enojos.
Míseras ruinas que otro tiempo alzasteis
Vuestra soberbia frente hasta las nubes,
En hombros del orgullo y la demencia,
Al cielo y á la tierra amenazando,
Arbitras de memoria,
Respondedme ¿qué fué de vuestra gloria?
Lisongeros relámpagos de fama,
Prosperidad voluble y pasagera
Gozaron las naciones un momento;
Mas voraces de bien las negras furias
Del averno salieron,
Y en el olvido eterno lo sumieron.
¿Dónde está Egipto y el saber y nombre,
Que fueron maravilla á las edades,
Y con eco monótono la historia
Trasmite sin cesar de siglo á siglo?
Un instante brillaron
Y en el caos del tiempo se engolfaron.
¿Qué importa que pirámides tuviese
Con el sudor de esclavos fabricadas?
Que derramando el Nilo sus corrientes,
Del limo fecundante enriquecidas,
Sus comarcas bañase
Y próvida la tierra se mostrase?
Si el mísero habitante embrutecido
Por astutos hipócritas, ya sabios,
De religiosa máscara encubiertos,
Yace sumido en fanatismo astroso,
Y siervo sin coraje,
Al ídolo bestial rinde homenaje.
Ante los muros de Pelusa un dia
Las pérsicas falanjes se estendieron
De inmundos animales precedidas;
El Egipcio los vé, se hinca á adorarlos,
Y sus armas entrega,
Y su cerviz al opresor doblega.
En dias de esplendor el Asia tuvo
Imperios que á la tierra conturbaron,
Y allí encontró la adulacion rastrera
En coronados asesinos, héroes,
Y allí tembló el Romano
Al renombre de un solo Soberano. 3
¿Mas qué fué de la fuerza y poderío
Que al universo atónito asombraron?
Todo entre pompa feneció y deleites,
Y aun el vigor del alma:—allí hora esclavos
Y molicie contemplo
Entre las ruinas para grande ejemplo.
La Grecia libre fué de los tiranos
El inclemente azote justiciero,
Y el foco de las luces y la gloria;
Mas tambien á su vez la devoraron
La monstruosa anarquía
Y la nefanda inicua tiranía.
Platea, Maraton y Salamina,
Fueron vanos y estériles trofeos
A un ídolo sin culto consagrados 4
Por un pueblo ambicioso y corrompido,
Que al oro de un protervo
Se vendió con baldon y se hizo siervo. 5
Al ostracismo fulminó la envidia,
Y los brazos tremendos que en mil lides
Las pérsicas falanges deshicieron,
Sin patria, sin asilo, fugitivos,
Inermes mancillaron
La gloria de la patria que salvaron.
Como huracan violento que repente,
Se desata furioso en negra noche
De la sirte volcánica rugiendo,
Y por el ancho espacio se dilata,
Do quier despedazando
Y estrago y ruinas y terror sembrando;
Así el Aguila audaz de los Romanos,
Henchida de ambicion y de pujanza,
Con alas de terror cubre la tierra,
Desolando, aterrando las naciones,
Que doblan la rodilla
Ante el fatal poder que las humilla.
Y altiva sobre ruinas asentando
En Asia, Africa, Europa, los cimientos
De un imperio que eterno juzgaría,
Con escarnio y baldon del universo,
Vé desde el capitolio
Medio mundo rendido ante su solio.