Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Conjunto de piezas poéticas que contienen algunos de los mejores poemas de Joaquim Bartrina, como Beati illi o Arabescos. Incluye también fragmentos de obras teatrales, reflexiones y alguna improvisación. Su lírica descarnada es, como él mismo la describía, el reflejo de su lucha interior entre el sentimiento y la razón. Esto se traslada a las piezas que compuso durante su breve vida, algunas recogidas en este libro.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 46
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Joaquim Bartrina
Saga
Obras poéticas
Copyright © 1939, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686975
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
-Todo, todo en el mundo
crece cuarenta metros por segundo.
Esto decía un loco a cierto sabio
que visitaba un día el manicomio,
y al oír inferir tan rudo agravio 5
al sentido común, con vehemente
celo, digno de encomio,
quiso pulverizar rápidamente
la afirmación absurda del demente.
...Inútilmente, en vano busco el modo: 10
cortole el paso esta verdad probada:
-«A crecer cuanto ve nuestra mirada,
»creciendo nuestros ojos, como todo,
»no crecería a nuestros ojos nada».
Pensó que si el absurdo aconteciera, 15
creciendo todo en proporción debida,
eternamente igual la razón fuera
entre lo mensurable y la medida.
No encontró medio el sabio
de combatir del loco el desvarío, 20
y dijo al fin con balbuciente labio:
-Por más que me es sensible
tu afirmación extravagante y vana,
yo no puedo probar que es imposible...
¡Es limitada la razón humana! 25
-32-
¡Dios la hizo así!
¡No hay Dios!
- ¡Cállate, impío!
¿Podrás probarme acaso
que Dios no existe?
-Y de que yo no pueda
probarlo ¿no resulta el mismo caso
de antes? ¿O quieres que a tu juicio ceda? 30
Hay Dios: corriente; concedido queda,
pues no puedo probar que Dios no existe;
pero te exijo -y la razón me asiste,
y así, en tu misma lógica me fundo-
que has de admitir el hecho extraordinario, 35
de que todo en el mundo
crece cuarenta metros por segundo,
pues no puedes probarme lo contrario.
-33-
Juan envidia de Bruno la nobleza
y Bruno a Juan envidia la riqueza;
ambos envidian a Luis la calma,
y éste envidia a los dos, con toda el alma,
honores y fortuna ¡qué simpleza! 5
Bruno con lo de Juan feliz sería,
Juan sería feliz con lo de Bruno;
lo de Luis a los dos contentaría
y a Luis feliz lo de los dos haría;
¡y con lo propio no es feliz ninguno! 10
Podemos deducir de esos extremos
que, de la vida atados en el potro,
felicidad es lo que no tenemos.
Tal vez mejor diremos:
felicidad es lo que tiene el otro. 15
(A tantos...)
¡Qué monos! Saben bailar
y hablar con una mujer
-ciencias las dos a la par
que tras de mucho estudiar
nunca he podido aprender.- 5
¡Y hallan un dulce tesoro
de Escrich en una novela!,
y su voz siempre hace coro
cuando se pide otro toro,
¡¡¡y les gusta la zarzuela!!!, 10
¡¡¡y juegan al dominó!!!,
¡y si jugando les veis,
siempre les escucharéis
disputando quien faltó,
o poniendo el doble seis! 15
Siempre alegres se les ve
y tiene nada más que
veinte años toda su vida,
y en la mía, consumida,
yo ya nunca los tendré. 20
Imbécil yo les parezco,
y es cierto, pues cuando lidio
con mi constante fastidio,
¡verdad que les compadezco!,
mas ¡verdad que les envidio! 25
-35-
-Conque ¿te han dado un destino?,
¡lo mereces! (por pollino).
-Yo, no (tu envidia declaras).
-¡Me alegro! (¡así reventaras!).
¿Y mis versos?
-A luz dalos, 5
están de poesía llenos.
-¡Son muy malos! (son muy buenos).
-¡Son muy buenos! (son muy malos).
-Tu opinión en mucho aprecio.
-Yo te los corrijo pronto. 10
-¡Ah!, mil gracias (es un tonto).
-¡Hombre!, al contrario (es un necio).
-Tú siempre hermosa, Enriqueta
(¡qué necia y qué fastidiosa!).
-Y tú, Julia, siempre hermosa 15
(¡qué pesada y qué coqueta!).
¿Me amas?
-¿Yo?, ¡más que a mi vida!,
-36-
¿y tú?
-¡Que si te amo yo!...
¿Me olvidarás nunca?
-¡No!,
¿cómo olvidarte, querida? 20
(y mi Julia que me espera).
(-Y mi Juan que ha de venir.)
-Sin ti no puedo vivir.
-Yo, sin ti, mi amor, muriera.
(¿Cómo echarle?)
(-¿Cómo irme?, 25
no quiero que Julia aguarde.)
¡Adiós!
-¿Tan pronto? (¿tan tarde?),
¿no tienes más que decirme?
-¡Ah!, sí; volveré muy pronto.
-¡Adiós! (la tonta, me ama...) 30
-¡Ay!, ¡adiós! (me adora, el tonto...)
-37-
¡Qué bien tus ruinas,
Poblet, me declaran
que vive la dicha
do vive la nada!
Sólo de estos sitios 5
hoy turban la calma
el verde lagarto
al huir de mis plantas,
la mosca que zumba
y se agita ansiada, 10
ya presa en las redes
de la astuta araña,
la piedra que cae
del tiempo empujada,
el aura que gime 15
del bosque en las ramas
y que hasta mí llega
remisa, apagada,
y el eco perdido
de triste campana 20
que al vecino pueblo
a la iglesia llama.
Aquí, en estas ruinas
mi pecho se ensancha:
todo es luto y muerte..., 25
¡me siento en mi patria!
-38-
-¡Cómo corren los postes telegráficos!-
yo de niño, al viajar en tren, decía,
como decía luego, cuando joven:
-¡cómo pasan los días! 30
Hoy veo que los días no se mueven
ni los postes tampoco. ¡Y adivina
mi mente con dolor, con amargura,