Políticas de Igualdad desde Latinoamérica. Transformación hacia sociedades de los cuidados en el siglo XXI - Raquel Edith Partida Rocha - E-Book

Políticas de Igualdad desde Latinoamérica. Transformación hacia sociedades de los cuidados en el siglo XXI E-Book

Raquel Edith Partida Rocha

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Beschreibung

Políticas de Igualdad desde Latinoamérica: transformación hacia sociedades en los cuidados es un texto que expone las desigualdades en la vida cotidiana de la familia y el trabajo, las diferencias entre los géneros, en el contexto de un sistema capitalista que se resiste a reconocer la subordinación del trabajo remunerado y no remunerado, entre los géneros, y que debe abrir el debate profundo de la importancia de los cuidados con el afán de dar respuesta a un vacío histórico que no se ha logrado explicar, por qué los cuidados siguen siendo mayoritariamente solo un asunto de las mujeres. ¿Quién cuida a quién? es un gran interrogante. En la actualidad, los cuidados involucran a todos los sectores de la sociedad que se articulan entre lo político, lo económico, la salud y lo social en los diferentes ciclos de vida del ser humano. ¿Qué sucede si el gasto social de los cuidados es incosteable para el Estado, las empresas y las organizaciones sindicales de trabajadores? ¿Qué sucede si disminuyen o desaparecen los apoyos sociales de los cuidados? Es necesario pues una propuesta de análisis sobre las políticas de igualdad de género y los cuidados como la que aquí se presenta, que se realizan desde las ciencias sociales, con un enfoque pluridisciplinar que incluye la economía, la sociología, la antropología, el derecho o la geografía. El objetivo central es que estos análisis y reflexiones de las políticas públicas en materia de igualdad que se han implementado en los distintos países latinoamericanos puedan contribuir en las políticas públicas en todo el mundo.

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Raquel Edith PARTIDA ROCHA (Coord.)

Políticas de Igualdad desde Latinoamérica

Transformación hacia sociedades de los cuidados en el siglo XXI

Fundada en 1920

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas - Madrid - ESPAÑA

[email protected] – www.edmorata.es

© Raquel Edith PARTIDA ROCHA

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Todas las direcciones de Internet que se dan en este libro son válidas en el momento en que fueron consultadas. Sin embargo, debido a la naturaleza dinámica de la red, algunas direcciones o páginas pueden haber cambiado o no existir. El autor y la editorial sienten los inconvenientes que esto pueda acarrear a los lectores pero, no asumen ninguna responsabilidad por tales cambios.

Equipo editorial:

Paulo Cosín Fernández

Carmen Sánchez Mascaraque

Ana Peláez Sanz

© EDICIONES MORATA, S. L. (2022)

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas (Madrid)

[email protected]

Derechos reservados

ISBNebook: 978-84-19287-24-3

Compuesto por: M. C. Casco Simancas

Diseño de la cubierta: Ana Pelaéz Sanz

Nota de la editorial

En Ediciones Morata estamos comprometidos con la innovación y tenemos el compromiso de ofrecer cada vez mayor número de títulos de nuestro catálogo en formato digital.

Consideramos fundamental ofrecerle un producto de calidad y que su experiencia de lectura sea agradable así como que el proceso de compra sea sencillo.

Por eso le pedimos que sea responsable, somos una editorial independiente que lleva desde 1920 en el sector y busca poder continuar su tarea en un futuro. Para ello dependemos de que gente como usted respete nuestros contenidos y haga un buen uso de los mismos.

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Si quiere hacernos alguna sugerencia o comentario, estaremos encantados de atenderle en [email protected] o por teléfono en el 91 4480926

Sobre los autores

Introducción, por Raquel Edith PARTIDA ROCHA

PARTE I: GÉNERO EN EL DESARROLLO Y LOS CUIDADOS EN LATINOAMÉRICA

CAPÍTULO 1. Las políticas de igualdad del cambio social: hacia los cuidados en Latinoamérica, por Raquel Edith PARTIDA ROCHA

CAPÍTULO 2. Las mujeres en la desigualdad de las sociedades capitalistas, por Claudia MAZZEI NOGUEIRA y Leticia Yumy TABOSA MATSUNAGA

CAPÍTULO 3. Segmentación urbana y género: invisibilidad de los cuidados en el sector minero de Antofagasta, Chile, por María Adriana GEBAUER MUÑOZ y Raquel Edith PARTIDA ROCHA

CAPÍTULO 4. Familia y derechos en tensión en transexuales en Perú, por Rosario YSLADO MÉNDEZ y Johana SOTELO MORALES

CAPÍTULO 5. Trabajo, maternidad y deporte, porLivia GOMES VIANA-­MEIRELES, Antônia VANESKA TIMBÓ y Cássio BRAZ AQUINO

CAPÍTULO 6. Políticas públicas de cuidado en América Latina, por Cynthia Lucía HUITRADO TÉLLEZ

PARTE II: CONSTRUCCIÓN DE SOCIEDADES DEL CUIDADO EN MÉXICO

CAPÍTULO 7. Las mujeres como cuidadoras de la economía familiar. Una mirada a través de la prensa tapatía de 1917 a 1919, por Claudia GAMIÑO ESTRADA

CAPÍTULO 8. El liderazgo femenino feminista en las Eloh­políticas, por Cándida Elizabeth VIVERO MARÍN

CAPÍTULO 9. Desarrollo local y urbano, trabajo callejero y cuidados: análisis desde la interseccionalidad en el caso de las analquenses de Guadalajara, por Raquel Edith PARTIDA ROCHA y Trankilino Túlio QUEIROZ FREITAS

CAPÍTULO 10. El cuidado como bien público, derecho y categoría política: el caso Jalisco, por Érika LOYO BERISTÁIN

CAPÍTULO 11. Mujeres adultas mayores: entre la invisibilidad y la desigualdad, por María Guadalupe MORENO GONZÁLEZ y Lucía IBARRA ORTIZ

CAPÍTULO 12. Los cuidados que se deben brindar a los hijos en custodia compartida. Aspectos contemplados en la legislación mexicana, por Antinia Minerva MUÑOZ RODRÍGUEZ

BRAZ AQUINO, Cássio. Doctor en Psicología Social por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor Titular, Departamento de Psicología, Universidad Federal de Ceará, Investigador en el área de Trabajo, Tiempo Social y Ocio. Email: [email protected]

DE O. CAMILO, Juliana A. Graduada en Psicología, con Máster y Doctorado en Psicología Social por Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUCSP). Profesora en el Departamento de Psicología Social en la PUCSP. Investigadora en Trabajo, deportes, género y vida cotidiana [email protected] Email: [email protected]

HUITRADO TÉLLEZ, Cynthia Lucía. Licenciada en Estudios Políticos y Gobierno, por la Universidad de Guadalajara; maestría de investigación en Políticas Públicas, por FLACSO; actualmente estudiante del programa de Doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Guadalajara. Email: [email protected]

GAMIÑO ESTRADA, Claudia. Doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología Social, profesora de los Departamentos de Historia y Trabajo Social en la Universidad de Guadalajara. Profesora de asignatura del Centro de Formación y Capacitación Hannah Arednt, correo electrónico: [email protected]

GEBAUER MUÑOZ, María Adriana. Profesora de Asignatura del Centro de Capacitación y Formación Hannah Arendt, Doctora en Ciudad, Territorio y sustentabilidad UDG, correo electrónico: [email protected]

GOMES VIANA-MEIRELES, Livia. Doctora en Psicología Social en UERJ, Máster en Psicología en UFC, Especialista en Psicología del Deporte en CFP, Graduada en Psicología en Universidade Federal do Ceará - Brasil. Profesora del Curso de Educación Física de la Universidad Federal de Ceará, investigadora en el área de Psicología del Deporte, Psicología del Desarrollo y Evaluación Psicológica. E-mail: [email protected]

IBARRA ORTIZ, Lucía. Doctora en Ciencia Política, egresada de la Universidad de Guadalajara. Correo electrónico [email protected]

LOYO BERISTÁIN, Érika. Doctora en Ciencias Sociales, Profesora Investigadora del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara. Correo institucional: [email protected]

MAZZEI NOGUEIRA, Claudia. Profesora investigadora del Departamento social de la Universidad Federal de Santa Catalina, Brasil. Miembro de la Red Trabajo, Género y Vida Cotidiana (TRAGEVIC), correo electrónico: [email protected]

MORENO GONZÁLEZ, María Guadalupe. Doctora en Ciencias Sociales, SNI Nivel I, Investigadora del Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales. Correo electrónico [email protected]

MUÑOZ RODRÍGUEZ, Antinia Minerva. Maestra en Derecho Civil y Financiero por la Universidad de Guadalajara, profesora de tiempo completo, con Reconocimiento Perfil Deseable, PRODEP en el Centro Universitario de la Costa, Universidad de Guadalajara, México. Miembro del Cuerpo Académico en Formación: Género, Cuidados, Justicia y Paz. Correo institucional: atinia.muñ[email protected]

PARTIDA ROCHA, Raquel Edith. Profesora investigadora del Departamento de Estudios Socio-Urbanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara. Directora del Centro de Capacitación y Formación Hannah Arendt. Miembro Fundadora de la Red Iberoamericana Trabajo, Género y Vida Cotidiana (TRAGEVIC). Correo electrónico: [email protected]

QUEIROZ FREITAS, Trankilino Túlio. Estudiante de la Maestría en Territorio y Desarrollo Local, centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, correo electrónico: [email protected]

SOTELO MORALES, Johana. Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, Estudios de Maestría en Derecho Civil Empresarial, Asesoría Jurídica independiente, ORCID http://orcid.org/0000-0003-4194-0720

TABOSA MATSUNAGA, Leticia Yumy. Maestra en servicio social y políticas sociales, de la Universidad Federal de Sao Paulo, Brasil. Experiencia en investigación de género y trabajo.

VANESKA TIMBÓ, Antônia. Máster en Psicología en UFC, Especialista en MBA- Gestión de Personas en la Universidad Estácio do Ceará, Graduada en Psicología Universidade Federal do Ceará - Brasil, Profesora de Psicología en la Universidad Estatal de Ceará, Investigadora en Psicología Social en UFC Trabajo y Género. Email: [email protected]

VIVERO MARÍN, Cándida Elizabeth. Profesora Investigadora del Centro de Estudios de Género del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara. Doctora en Letras, Universidad de Guadalajara, ORCID: orcid.org/0000-0002-2209-7021¡, correo electrónico: [email protected]

YSLADO MÉNDEZ, Rosario. Doctora en Educación Internacional, Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, ORCID http://orcid.org/0000-0001-6820-8607

Esta obra se enmarca en el primer cuarto de siglo XXI, en que se expone una nueva realidad del sistema económico capitalista, que se caracteriza por un modelo productivo basado en organización del trabajo flexible, con una combinación de espacios de la vida cotidiana públicos y privados del trabajo o teletrabajo, con la reproducción social de los géneros y la producción económica, en donde la inserción al mercado laboral de las mujeres en actividades remuneradas y no remuneradas tanto formales como informales, han aumentado. En este nuevo contexto se hace necesario comprender una visión del mundo del trabajo, con relaciones laborales compuestas entre los diversos géneros. Las explicaciones, hasta ahora encontradas, sobre modelos de organización del trabajo y relaciones laborales explicadas desde patrones tradicionales, son actualmente insuficientes. Por otro lado, la pandemia de la covid-19 revela que dicho sistema y las estructuras económicas son deficientes, y que se requieren nuevas explicaciones que incluyan, desde las ciencias sociales, la articulación de la reproducción social de los géneros y la producción económica: conciliar entre la vida del trabajo, la familia, la salud y la economía, compartida entre los géneros y los cuidados.

Los cuidados son una variable independiente analítica en el mundo del trabajo que afecta a las relaciones laborales, a los marcos normativos del teletrabajo, a los mercados de trabajo, a las expulsiones globales, que generan un modelo económico productivo contemporáneo propio del siglo XXI que incluye el análisis de lo global, con dinámicas entre territorios, naciones y localidades, raza, género y clase social. Las sociedades y los modelos productivos y de relaciones laborales han cambiado por varios elementos de novedad: las tecnologías de información, el teletrabajo, la informalidad, trabajo transnacional o las cadenas globales, por mencionar algunas; se trata de nuevos contextos. Antes el Estado, los sindicatos y el capital, proveían o garantizaban los cuidados como prestación social a los trabajadores asalariados y con una relación laboral; hoy eso cambió, pues en la región iberoamericana, las políticas de los cuidados integrales en donde existe una relación formal laboral ya no se cubre íntegramente, por lo contrario, con la pandemia de la covid-19 se evidenció que los sectores vulnerables de la población quedaron excluidos, formándose un entorno de desigualdad entre géneros, entre lo formal e informal, entre lo urbano y lo rural, entre los educados y no educados, entre cualificados y no cualificados, entre trabajadores autónomos y no autónomos, entre etnias y razas. Dicho faltante se cubre y recae en la unidad doméstica de la familia (tradicional, extendida, monoparental), y principalmente en las mujeres.

El esquema de producción era fordista-taylorista, en donde el salario de un hombre, como eje articulador, eran suficientes para cubrir las necesidades de la familia, garantizaba de cierta manera a los cuidados y reforzaban los estereotipos de las relaciones de la división sexual del trabajo, pues el hombre es el que trabajaba en una industria manufacturera como la automotriz o la industria pesada metálica y siderúrgica, o como mineros, médicos, militares, deportistas de alto rendimiento, por mencionar algunas actividades masculinizadas, logrando una posición, puesto o empleo. Mientras, en las mujeres recaía la responsabilidad de la centralidad de la familia de los cuidados y la reproducción social y sexual, y las que participan en un empleo asalariado lograban integrarse con brechas de desigualdad de género muy diferencias.

Precisamente, este libro hace una reflexión sobre las nuevas sociedades contemporáneas y los debates de una construcción y cambio social, y se enmarca dentro de la sociología del feminismo del cambio social, que estudia los procesos y dinámicas singulares y en constante movimiento. Los cuidados se enmarcan en esta perspectiva del feminismo del cambio social, desde la interseccionalidad de “¿quién cuida a quién?”. Es una gran interrogante, ya que, en la actualidad, los cuidados involucran a todos los sectores de la sociedad que se articulan entre lo político, lo económico, la salud y lo social en los diferentes ciclos de vida del ser humano. Hoy han disminuido o casi desaparecido los cuidados como parte de una prestación laboral por parte de las instituciones, pues el gasto social ha sido incosteable para el Estado, las empresas y las organizaciones sindicales de trabajadores.

En la reciente crisis de la pandemia de la covid-19 se evidenciaron nuevos desafíos en los cuidados, pues se visibilizaron las deficiencias de las políticas estatales y gubernamentales así como en los marcos jurídicos, en donde se visibilizó la falta de protección social y las asimetrías entre los géneros. En el año de 2011 se tuvo un acercamiento con el feminismo del cambio social, pues se llevó a cabo la primera cátedra Género, Trabajo y Familia en la Universidad de Guadalajara, con invitados como Danièle Kergoat, Jacqueline Heinen y Roland Pfefferkorn, quienes pertenecen al grupo académico francés sobre Estado, Trabajo y Familia.

En 2013, debido a una estancia académica en la Universidad de Cádiz y en la Universidad Complutense de Madrid, se tiene un acercamiento con los investigadores Carlos Prieto, Sofía Pérez de Guzmán Padrón y María Teresa Martín Palomo, en donde se hacen las primeras discusiones sobre los temas de los cuidados, la conciliación del trabajo y la familia. Posteriormente, en la Universidad de Estrasburgo en el 2015, se realizó una estancia académica con el profesor Roland Pfefferkorn en la Facultad de Ciencias Sociales, con quien se aprendió más la perspectiva feminista del cambio social.

Para el año de 2016, en la Universidad de Toulouse, en la cátedra Juan Rulfo en el Instituto Pluridisciplinar de América Latina, se impartió la cátedra del feminismo del cambio social, que junto con la investigadora Marie Agnes Paláis se colaboró y se avanzó en la discusión teórica sobre el tema. También, durante dicha estancia académica, se participó dentro de la casa México Universitaria en Francia (MUFRAMEX) bajo el auspicio del Consejo Mexicano de Ciencia y Tecnología (CONACYT). De esa relación se logró ser admitida como miembro a la Red de Investigación México-Francia. Luego, durante el año de 2017, se formó una red latinoamericana con colegas de la Universidad de Cádiz, que junto con la Asociación Iberoamericana de Universidades de Posgrados (AUIP), se constituyó la Red Iberoamericana de Investigación en Trabajo y Vida Cotidiana (TRAGEVIC). En el marco de la Red en el año 2018, se realizó una segunda estancia académica con la Universidad de Cádiz, en la que se realizaron conferencias dentro de la Red TRAGEVIC, además de la discusión sobre las líneas de generación de conocimiento.

En junio de 2019, previo al año de la pandemia de la covid-19, se organizó en la Universidad de Guadalajara el Primer Congreso Internacional de Políticas Públicas de Igualdad de Género, en el que participaron varios conferencistas nacionales, así como de Latinoamérica y del Caribe, miembros de la Red TRAGEVIC, que junto con el apoyo de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres del estado de Jalisco y otras dependencias municipales y estatales se logró debatir sobre la problemática de falta de políticas públicas de igualdad y de cuidados en las nuevas sociedades contemporáneas. Después de nueve meses del evento de Guadalajara, la Organización Mundial de la Salud, decretaba la pandemia de la covid-19. Así, durante en el 2020, se dio continuidad con el grupo de trabajo de la red TRAGEVIC y se logró diseñar un instrumento con la encuesta que se aplica en España y Latinoamérica sobre Los efectos de la vida cotidiana, los cuidados y el teletrabajo durante la pandemia covid-19, en la cual se concluye que existe un retraso en las políticas públicas sobre los cuidados y de la igualdad de género en los países de la región.

El resultado de dicho encuentro, en Guadalajara, fue la encuesta de la pandemia. La especialización de los investigadores de la Red dio como resultado el material del presente libro, a partir de un proceso grupal de reflexión y discusión. Esta es una propuesta de análisis desde las ciencias sociales sobre las políticas de igual de género y los cuidados, con un enfoque pluridisciplinar que incluye la economía, la sociología, la antropología, el derecho o la geografía, por mencionar algunos. Como apuntan Palomo y Damanne (2020), hoy se vive una gran reconfiguración de la sociedad, pues considerar a los cuidados permite entender lo local y lo global entre los ensamblajes técnico-científicos, entre lo público y lo privado, donde prevalece una delgada frontera (Palomo y Damanne, 2020:1).

El texto tiene como objetivo central analizar las políticas públicas en materia de igualdad que se han implementado en los distintos países latinoamericanos, en especial en México, donde las políticas no son homogéneas, de ahí que cada capítulo cuente con una discusión del tema ad-hoc a cada nación, en donde se exponen en relación a las políticas igualitarias conforme al tipo de estado nación y gobierno. Se muestra el caso de Brasil, con la participación de Claudia Mazzei Nogueira y Leticia Yumy Tabosa Matsunaga, o en el texto de Livia Gomes Viana-Meireles, Antonia Vaneska Timbó, Cássio Braz Aquino. Para el análisis de Chile, con María Adriana Gebauer Muñoz y Raquel Edith Partida Rocha sobre la región minera de Antofagasta. Luego, el caso de Perú con el texto de Rosario Yslado Méndezy Johana Sotelo Morales. La mirada latinoamericana sobre los cuidados, con el capítulo de Cinthya Huitrado Tellez. En la segunda parte del libro, se profundiza en el caso de México con una perspectiva pluridisciplinar que va desde la historia, con el texto de Claudia Gamiño Estrada; el tema de la política, con el capítulo de Elizabeth Vivero Marín; el análisis del territorio con el trabajo de Trankilino Tulio Queiro Feitaz y Raquel Edith Partida Rocha; lo institucional, en la contribución de Erika Loyo Beristaín; la óptica desde los abuelos y adultos mayores en México, de María Guadalupe Moreno González y Lucía Ibarra Ortizy, finalmente, una perspectiva jurídica con el capítulo de Antinia Minerva Muñoz Rodríguez.Cada uno de los capítulos logró atender diferentes enfoques de las ciencias sociales, con eje articulador la interseccionalidad desde diferentes disciplinas, que permitan el análisis del estudio del cuidado, con evidencia documental, metodologías de estadística, así como de investigación aplicada.

En esta obra el lector encontrará cómo las diferentes regiones latinoamericanas han generado respuestas diversas, con políticas públicas hacia la igualdad de género y los cuidados. La tendencia generalizada en los países analizados es la carencia de instrumentos y acciones afirmativas que disminuyan el papel central de la mujer en la responsabilidad de la reproducción sexual, económica y política de los cuidados. La perspectiva de la interseccionalidad de los géneros permite incluir a todas las categorías de las mujeres: las transexuales, las indígenas, las mulatas, las no educadas, las del comercio sexual, las de comercio callejero, las inmigrantes, las deportistas, que participan en diversas actividades y que antes no se incluían en los análisis, ya que el indicador era binario mujer y hombre.

Por lo tanto, el título de este libro Políticas de Igualdad desde Latinoamérica: transformación hacia sociedades en los cuidados visibiliza la importancia de un cambio de paradigma en las sociedades contemporáneas industrializadas y no industrializadas, en donde se negaba el reconocimiento de la participación de las mujeres en los mercados laborales de finales del siglo XX, pues por décadas se consideró un asunto privado y no público el ámbito doméstico y la conciliación laboral y el trabajo, por lo que se construye un modelo de sociedad integral de los cuidados junto con un modelo económico de industrialización de cara al siglo XXI.

En efecto, en la actualidad, se abre la discusión hacia nuevas dinámicas, pues se han mostrado nuevas tensiones que se derivan de la incorporación de la mujer al mercado laboral asalariado y no asalariado, de la división sexual del trabajo, el sistema reproductivo y el trabajo doméstico muy utilizado en la región. A diferencia de otras regiones, en Latinoamérica los cuidados son un concepto más amplio y complejo pues, como apunta Araujo e Hirata (2020), no solo cuidan niños, abuelos, discapacitados y enfermos, sino que además limpian las casas, cocinan, y, durante la pandemia, se agregó una actividad más: el supervisar la educación y las tareas escolares de los chicos, en donde se marcan aún más las diferencias de la desigualdad social. Aunque las mujeres han ganado espacio en el terreno del mercado laboral, la división sexual se constriñe a las esferas reproductiva y a la supremacía masculina, por lo que para poder alcanzar el equilibrio entre vida reproductiva y productiva, a diferencia de los hombres, las mujeres se emplean en puestos de trabajo de menos horas o con empleo flexible, menos pagado, pero que les permite compaginar el trabajo remunerado con el de los cuidados, lo que refleja una baja salarial; incluso estando mejor preparadas, capacitadas, experimentadas que los varones, les ofrecen menores responsabilidades y peores condiciones laborales.

La hipótesis de trabajo que se encuentran en los capítulos, se centra, en que los países en la región pasaron de un modelo de sustitución de importaciones, que no visibiliza al mercado de trabajo planes o programas sociales de los cuidados, la conciliación entre familia y trabajo, pues se naturalizan al estereotipo que las mujeres deberán cuidar y atender a los hijos y. Con la apertura comercial global, de flexibilidad y durante la pandemia se visibilizan que los cuidados son responsabilidades en las tareas desarrolladas a las mujeres. Si bien el empleo, en Latinoamérica, no tiene una forma tradicional de la formalidad, hoy se identifican varios tipos de trabajo típicos y atípicos, con relaciones laborales típicas y atípicas, igual que las prestaciones sociales típicas y atípicas, como los cuidados que pueden ser formales e informales. En los cuidados no existe una sola problemática, sino varias, tales como el cuidado en las diferencias del género y trabajo; los cuidados y la conciliación del trabajo; los cuidados y las políticas públicas; los cuidados en la migración y las cadenas globales; los cuidados y la ética de justicia y paz, los cuidados y nuevas masculinidades. Ellos serán tratados desde la heterogeneidad y la interseccionalidad, que incluyen categorías de raza, género, en la formalidad o la informalidad. Por ahora, no existe un sistema integral de los cuidados: ni en Europa ni los países anglosajones han podido dar respuestas, ya que con la pandemia de la covid-19 se evidenció que existía una severa crisis de los cuidados, pues los gobiernos industrializados y los menos industrializados, las empresas privadas, nacionales y transnacionales, las empresas públicas en general no se responsabilizaban de una política de igualdad de género en los cuidados, sino que los individuos son los que cuidan a través de sus redes sociales de apoyo y algunas instituciones y gobiernos han generado políticas del cuidado su cada quién.

Los cuidados han sido un elemento clave, para facilitar la incorporación al mercado laboral de las mujeres, ya que garantiza una seguridad laboral y la garantía social de que se encuentren bien para poder ir a laborar. Sin embargo, lo que caracteriza al siglo XXI ya no es un modelo productivo fordista, posfordista, pos-taylorista (formales) clásicos, sino la presencia de actividades informales con el teletrabajo, trabajo en plataformas, flexibles con bajos salarios y nulas o pocas prestaciones sociales. Lo que ha prevalecido, en el caso de las mujeres, es que combinan actividades entre lo formal y lo informal, hoy existen trabajadoras con multitareas, puede participar en las actividades de manufactura y las combina con un trabajo en casa de venta de comida, de cuidado de niños, de belleza para incrementar los ingresos a la unidad doméstica. Por otro lado, la flexibilidad y la precariedad en el trabajo han alejado la presencia de que los sindicatos logren garantizar prestaciones sociales igualitarias entre los géneros. Por lo que hoy se cuestiona, las bajas prestaciones sociales, en los trabajos formales, por lo que los servicios de los cuidados, se organizan desde las redes informales de apoyo entre las mujeres informales (tías, abuelas, vecinas, compañeras de trabajo, estudiantes de bachillerato o profesionales), para que ellas logren insertar en el mercado laboral.

En el sistema capitalista, al no otorgar a las mujeres un sistema de cuidados suficientes y eficientes, se intensifican las condiciones de precariedad y desigualdad. Se fortalece el estigma de que el trabajo de los hombres tiene mayor valor que el de las mujeres, el propio sistema capitalista está organizado y estructurado para que les funcione mejor a los hombres económicamente, y las mujeres quedan relegadas a los trabajos de menor paga, con menos o nulas prestaciones sociales, y con la crianza, los cuidados de enfermos en la familia. Por otro lado, la brecha de la desigualdad salarial entre mujeres y hombres es un claro símbolo de las asimetrías de un modelo económico caracterizado por ser los hombres los que predominan en la escala económica más importante, mientras que el modelo social de los cuidados queda en las mujeres como un estereotipo y depende de ellas resolver esa dimensión.

Actualmente, se reconoce que no existe un solo tipo de empleo, así como de un solo modelo de política pública de los cuidados. Lo que se ha encontrado, es que la disminución del gasto social, en el sistema capitalista, el cambio del paradigma del trabajo, quienes viven un modelo económico productivo global, local y flexible que se encuentra inmerso entre lo formal y lo informal, con una reducción de prestaciones sociales, en donde el gasto social en los cuidados son principalmente cubierto por los individuos.

Políticas de Igualdad desde Latinoamérica: transformación hacia sociedades en los cuidados es un texto que expone las desigualdades en la vida cotidiana de la familia y el trabajo, las diferencias entre los géneros, en el contexto de un sistema capitalista que se resiste a reconocer la subordinación del trabajo remunerado y no remunerado, entre los géneros, se abren nuevas discusiones de los cuidados con el afán de dar respuesta un vacío histórico que no se ha logrado explicar, el por qué, los cuidados es solo un asunto de las mujeres. Una sociedad contemporánea, un sistema capitalista, deberá de atender políticas de igualdad de los cuidados es en entre todos los géneros.

Así, el libro que se divide en dos secciones, en el primero, se realiza el planteamiento de los cuidados desde la perspectiva de Género en el Desarrollo (GED) y se ejemplifica por países. Aquí se plantean los debates teóricos que centran la discusión en las diferentes tensiones de los géneros, incluyendo la contribución de la economía feminista, que es muy importante, pues se trata de una propuesta del cambio estructural, y cómo la economía feminista fue tomando presencia e importancia en la región latinoamericana. Se encuentra que la discusión de las mujeres se centró en dos grandes aspectos: a) las Mujeres para el Desarrollo (MED), y b) el Género en el Desarrollo. Ambas epistemológicamente y metodológicamente parten de diferentes ópticas, una su prioridad es estudiar a la mujer como dato empírico y como sujeto individual vulnerable; la otra muestra las tensiones de las desigualdades estructurales del sistema capitalista como un todo complejo. En el segundo, se expone el debate de la construcción de una sociedad del cuidado en México, que a partir de un recorrido multidisciplinar con interesantes contribuciones desde la historia, la filosofía, la geografía, el derecho o el trabajo social, lo que permite explicar entender desde las ciencias sociales el fenómeno de las políticas de igualdad de género.

En esta misma dirección, el primer capítulo del libro, introduce la discusión a una perspectiva teórica de La economía feminista y la sociedad de los cuidados en Latinoamérica se ubica las investigaciones de Género para el Desarrollo, en el que en el texto de Raquel Edith Partida Rocha muestra, cómo desde la década de los años setenta, los estudios de las mujeres se focalizaban en ellas, como sujetos de reflexión e individuos, no como un problema de un todo estructural de un modelo económico, se expone a partir de un estado del arte de las principales diferencias sobre el género y el desarrollo, hasta continuar con una propuesta de integración de una sociedad del cuidado entre el Estado, las instituciones y los individuos.

El capítulo de Claudia Mazzei Nogueira y Leticia Yumy Tabosa Matsunaga Las mujeres en la desigualdad de las sociedades capitalistas, señalan que el trabajo de las mujeres en el sistema capitalista, es un mecanismo en de un modo de producción que intensifica las condiciones de precariedad, fortalece el estigma de que el trabajo de los hombres tiene más valor que el de las mujeres, para que el sistema funcione mejor a favor a de los hombres, por lo que, de forma consciente, quedan relegadas a trabajos precarios, con menos o nulas prestaciones sociales, pero además con la responsabilidad de los cuidados en la crianza de los hijos y de la familia. Las autoras señalan que las brechas de la desigualdad salarial entre mujeres y hombres es una realidad del sistema capitalista en toda la región iberoamericana, como en Brasil, Chile, Perú y México, pero no solo se trata de una diferenciación económica y de género, sino también social, pues dentro de los segmentos de las mujeres de color o de los pueblos originarios, son estas etnias las más segregadas por el sistema capitalista. Se trata de una división sexual del trabajo, ya que femenino se define en relación al papel exclusivo de la reproducción humana, y por ello los cuidados, cuidar enfermos, cocinar y crianza recae en las mujeres.

En el texto de las autoras María Adriana Gebauer Muñoz y Raquel Edith Partida Rocha Desigualdad de Género y cuidados en la minería de Antofagasta, Chile se evidencian las asimetrías y desigualdades propias de la producción minera en un territorio difícil para la vida humana (ni de hombres ni de mujeres), pero en su escasez está la fuerza de su desarrollo en cuanto a abordar sus potenciales. Precisamente este capítulo muestra las desigualdades, desde la arquitectura y la geografía desde la propuesta del GED, pues es un territorio de especialización dedicado a la explotación de los minerales, un sector productivo masculinizado como un estereotipo, en el que el papel de las mujeres históricamente ha sido el de la reproducción de la familia, pero también con la explotación de la mano de obra de niñas, niños y mujeres en el sector. Lo que identifica este texto, es que un sector económico altamente masculino, en la ciudad, no pensó, cuestionó o acompañó política alguna de los cuidados, pero esta se normalizó por la división sexual del trabajo, en el que el que la mujer es y será la responsable de aquellos, por lo que la dificultad de la conciliación del trabajo y la familia son procesos complicados y de desgaste.

En el capítulo cuatro, Rosario Yslado MéndezyJohana Sotelo Morales, en el texto Familia y derechos en tensión en transexuales, en Perú, exponen un nuevo tema de la sociedad contemporánea: la diversidad de las familias, ya que actualmente el cuidado ha encontrado más género y no solo el de la heterosexualidad. Sin duda, para la composición del capital y la contabilidad de la unidad doméstica base, a la consolidación de la reproducción del trabajo y la enajenación ayudaba que lo reproductivo aseguraba un ejército de reserva de la mano de obra. En este contexto, la interseccionalidad abre el debate a la identidad de los géneros en Perú, es un análisis con una metodología exploratoria de familias no binarias, ya que el derecho constitucional de ese país inicia el reconocimiento legal de la existencia, es decir, ha sido un reto para las naciones de la región aceptar, conocer e implementar cambios de la sociedad que incluyan a todos los géneros, pero también a los pueblos originarios, es decir, desde la interseccionalidad, las autoras plantean cómo alcanzar las transformaciones.

Livia Gomes Viana-Meireles, Antônia Vaneska Timbó, Cássio Braz Aquino, en su capítulo Trabajo, maternidad y deporte en Brasil, construyen un planteamiento interesante en torno a la maternidad y a los trabajos atípicos, como las atletas de alto rendimiento con trabajo remunerado asalariado y su problemática conciliación del trabajo y la familia. En este texto las autoras sostienen y muestran que la división sexual del trabajo también se aplica en el deporte de alta competencia, pues los deportes que en el nuevo siglo se plantean siempre fueron concebidos para los hombres, ya que en la división sexual del trabajo las mujeres en los procesos de reproducción social son débiles y no aptas para el esfuerzo físico; ese tabú cambió, pues en este nuevo escenario las mujeres han demostrado capacidad física. Entonces no se trata de una cuestión biológica, sino de la reconstrucción social que dejó fuera a las mujeres, para ser el hombre heterosexual de una raza el más fuerte y la mujer la más débil. Así, si la mujer se incorpora al mercado laboral de los deportes de alto rendimiento está impregnada de una depreciación en relación con el hombre, y existe una precariedad entre los géneros si una atleta queda embarazada, ya que el retorno al mercado laboral es más complicado, porque las tareas de los cuidados de la conciliación y de la familia y la aceptación de que se incorpore está más cuestionada que en los hombres.

Finalmente, se cierra el apartado, con una contribución de Cinthya Huitrado Téllez Políticas públicas del cuidado en Latinoamérica, que intenta realizar y revisar lo que hasta ahora se ha tenido como ejemplo en el tema: la autora apunta que las políticas públicas se han vuelto un tema importante, pues permite explicar el papel del Estado, desde el interdisciplinar por la convergencia de actores que pueden llegar a convivir, y que cada una de ellos puede generar su definición desde su bagaje intelectual y especialidad, sin embargo, resalta, e papel del Estado para entender quién cuida a quién. La política pública es “todo lo que un gobierno decide hacer o no hacer, es compleja, pues se trata de un proceso integrador de decisiones, acciones, inacciones acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades públicas con la participación eventual de los particulares, y encaminado a solucionar o prevenir una situación definida como problemática”.

La segunda sección del libro se centra en la construcción de políticas de igualdad y del cuidado en México. En este se expone el caso de México, en donde, a través de la historia, la sociología, el derecho, la literatura y la geografía, se recupera y muestra que la responsabilidad de quién cuida a quién siempre las políticas han responsabilizado a las mujeres. México como un país en desarrollo, con una desigualdad, y con una representación de las mujeres basada en la división sexual del trabajo, siempre ha mostrado el rol y estereotipo basado en esta la división sexual del trabajo, como bien apunta Claudia Gamiño Estrada en el capítulo que titula Las mujeres como cuidadoras de la economía familiar. Una mirada a través de la prensa tapatía 1917-1919. En este trabajo inédito, con una perspectiva de la historia y género, muestra sistemáticamente la división sexual del trabajo y el papel de las mujeres en la reproducción social de la familia, en el que estas tenían que participar en el ámbito de la economía de la familia, pero también es un texto que aporta elementos del código de ética de los cuidados; realiza una revisión de la prensa escrita de Guadalajara y recoge que las mujeres, en los análisis de la prensa con perspectiva de género, permite visibilizar e identificar cómo era ser mujer que realizaba tareas de los cuidados no remunerados, y cómo ser mujer en actividades remuneradas consideradas como peligrosas. El texto evidencia de manera explícita cuáles eran los deberes y responsabilidades de una mujer en las tareas domésticas.

Luego, Elizabeth Vivero Marín en el capítulo El liderazgo femenino feminista en las Etho-políticas reflexiona sobre el papel de la vida pública de las mujeres, de cómo logran dejar de desempeñar solo el papel histórico en la división sexual del trabajo, y, cómo es un sujeto en construcción constante y que logra, a través del dialogo, reconocer ideas y pensamientos que las liberan de sus vidas. Este texto hace una reflexión desde la ética del cuidado y la filosofía de género, en donde se muestra que las mujeres en el espacio público no buscan el poder por el poder, sino el de servir, y buscan el bienestar de todos. Este apartado emplea una metodología de la narración profunda de los diálogos que reflejan y permiten desde la intersección reflexiones con alto contenido ético y filosófico.

El siguiente capítulo, Raquel Edith Partida Rocha y Trankilino Tulio Quiroz Faite realizan un análisis detallado con una metodología para los estudios de género utilizada en las investigaciones con una propuesta del interaccionismo, Desarrollo local y urbano, trabajo callejero y cuidados: un análisis desde la interseccionalidad en el caso analquense de Guadalajara, que buscan profundizar en detalle en las desigualdades entre los géneros en una zona tradicional con comercio callejero. Aquí se expone cómo en el trabajo informal del comercio callejero, las mujeres, además de participar en la economía familiar para el aumento de los ingresos familiares, son las responsables de los cuidados de los hijos y de los nietos, y que a pesar de estar todo el día en la calle cumplen a carta cabal con la reproducción social familiar y la producción social, además de tener que moverse de un lugar a otro con las mercancías a lo que se denomina triple rol. Esta es una metodología nueva de interpretación de los estudios de género e interseccionalidad.

Por su parte, Erika Loyo Beristaín en El cuidado como bien público, derecho y categoría política: El caso Jalisco realiza una descripción del concepto de cuidados desde la perspectiva política de un derecho humano, desde lo público, el territorio y la cotidianidad de igual forma; resulta imprescindible debatir y construir el cuidado desde la dimensión de la política, en donde la institucionalidad y la voluntad política deberían de hacer posible una discusión jurídica, institucional y normativa de todo aquello que permitiría alentar, promover y procurar el cuidado como un derecho. En este capítulo, los cuidados son considerados un bien público, derecho y como categoría política del derecho de cuidar y ser cuidados. Realiza un análisis desde la política de los cuidados y cómo esta deberá integrarse en las políticas públicas de Jalisco.

El capítulo, Mujeres Adultas Mayores: entre la invisibilidad y la desigualdad, de María Guadalupe Moreno González yLucía Ibarra Ortiz exponen una de las problemáticas actuales como es el tema de la vejez de las mujeres. Aquí se aborda otra dificultad que en los cuidados poco se analiza: una vez que las mujeres participan en el mercado laboral, formal o informal, cuando se retiran se encuentran que las condiciones de vida de la adulta mayor y las desigualdades definidas en razón de la edad y el género, tanto de las condiciones sociopolíticas como culturales, es un problema complejo con diversas aristas que es necesario analizar, sobre todo porque esta situación se ha llegado a internalizar y a normalizarse para una gran parte de la sociedad mexicana. Aquí se demuestra cómo el sistema capitalista, en la división sexual del trabajo, también segrega y desecha a las mujeres como una mercancía, pues son excluidas de programas de educación permanente y de espacios de recreación; sufren abandono y aislamiento; y en ellas se concentra una tasa alta de violencia, maltrato, abuso en todas sus formas (físico, psicológico, patrimonial, sexual), atentando así contra su integridad, su dignidad y su libertad, discriminación multidimensional que exige soluciones de carácter multidimensional. Hoy las instituciones del Estado mexicano han sido insuficientes para dar respuesta a los cuidados de aquellas que cotizaron en un trabajo remunerado, así como de aquellas que no lo tuvieron.

Antinia Minerva Muñoz Rodríguez, en Los cuidados que se deben brindar a los hijos en custodia compartida. Aspectos contemplados en la legislación mexicana, plantea un tema poco abordado en los cuidados: la custodia de personas es asumir de manera parcial o definitiva el cuidado y atención de seres humanos por parte de instituciones del Estado o de familiares de un menor de edad, y en el supuesto de este trabajo, la custodia compartida y los cuidados se deben proporcionar por parte de los ascendientes. Es un planteamiento desde la ciencia jurídica que expone el quién cuida a quién, pues cuidar es una actividad humana que tiene un componente no profesional. Se habla del cuidado formal que proporcionan los profesionales de la Enfermería, y del cuidado informal o familiar, que es el que brindan los familiares, allegados y amigos. Además en México es parte de un derecho en el artículo cuarto de la Constitución vigente mexicana garantizar los cuidados de los niños y adolescentes, pero también es una obligación por parte de los tutores y custodios que tienen la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y principios.

Se espera que esta obra logre proporcionar los elementos de discusión sobre la complejidad social que significa, en las sociedades contemporáneas, el género en el desarrollo y los cuidados. Se abre una perspectiva más amplia a una sociedad incluyente, que aporta nuevos elementos a la discusión de los cuidados, pues ya no son los estados, los gobiernos, las empresas, o los sindicatos quienes garantizan la permanencia de los cuidados con los servicios de salud y centros educativos a los enfermos, a las abuelas y abuelos, a los niños y adolescentes. Además, ha sido muy desigual, pues ha correspondido mayormente a las mujeres la responsabilidad, por ejemplo, de la custodia de un menor cuando los padres se divorcian en México, y los cuidados recaen en la mujer cuando esta puede y debe ser compartida; o en la conciliación del trabajo y la familia; también las desigualdades y vulnerabilidades de las mujeres en la etapa de abuelas, o cuando el trabajo doméstico remunerado recae en las mujeres. En fin, desde donde se observe en el tema, las mujeres son las condenadas por los estereotipos, y al sistema capitalista le beneficia contar con un ejército de mano de obra femenina barata no reconocida, subordinada y subempleada, en donde el varón juega el rol de productor económico mientras que las mujeres en su esquema de reproductoras, acrecientan estas asimetrías. Son las que en este libro se estudian.

Referencias bibliográficas

MARTÍN, M. T. y DANAMANE, A. (2020). “Cuidados en la encrucijada de la investigación”. En Cuadernos Relaciones Laborales. 38 (2). Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España.

GUIMARÃES, Nadya Arauj e HIRATA, Helena (2020). El cuidado en América Latina: mirando los casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay.http://biblioteca.clacso.org/clacso/gt/20200810034952/El-Cuidado-en-Am-Latina.pdf

Introducción

La desigualdad ha sido, en los países latinoamericanos, un problema estructural para el que, en lo que va del presente siglo, se han desarrollado agendas con el interés de marcar metas y objetivos concretos para lograr paliar las desigualdades y alcanzar los objetivos del milenio impuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que para el año 2030 nuestras naciones deberán lograr políticas educativas, sociales y culturales en la región. En el modelo económico actual las mujeres participan más en el mercado laboral formal e informal y tienen una presencia mayoritaria en los trabajos remunerados y no remunerados relacionados con los cuidados. Esto ha obligado que se tenga que revisar lo que ofrecen los Gobiernos para que las mujeres se incorporen a la vida productiva económica en igualdad de circunstancias que los varones tanto por el nivel salarial como por los puestos que desempeñan. El paradigma de atender además la vida reproductiva en las mujeres y ser capaz de desenvolverse en los espacios públicos es lo que Caroline Moser (1996) denomina el triple rol. Desde finales del siglo XX presenciamos un fuerte debate sobre cómo los gobiernos van a generar políticas públicas, programas, planes o estrategias que apoyen la incorporación de las mujeres a un mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres, un reparto igualitario de las tareas domésticas y que disminuyan las brechas de desigualdad de género, por solo mencionar algunos aspectos. Sin embargo, podemos constatar que en el primer cuarto del siglo XXI en los países latinoamericanos no se ha resuelto las desigualdades entre mujeres y hombres; todo lo contrario, se han recrudecido más las precariedades, la pobreza, la exclusión, la inmigración y la violencia de género doméstica. En la actualidad, a pesar de vivir en sociedades más informadas y comunicadas en las que se denuncia la existencia de desigualdades, el fenómeno es más complejo pues estamos ante dinámicas y procesos particulares que no son homogéneos.

La pandemia del covid-19 visibilizó el grave problema de que los cuidados, como derecho universal de toda democracia, no estaban garantizados y además a través de los cuidados se refleja la subordinación de las mujeres en el mercado laboral remunerado y no remunerado. Este capítulo tiene como objetivo introducir desde la perspectiva de la economía feminista, busca centrar las asimetrías y la difícil tarea de modificar a una sociedad del cuidado o los cuidados entre los géneros, incluyendo la protección social así como una gobernanza que contemple el cuidado como un derecho universal social para las mujeres. Un derecho que garantice un empleo de calidad, una democracia participativa e inclusiva, un servicio de calidad para las personas cuidadas y para las personas que cuidan al mismo tiempo, políticas de familia que no piense solo en el aspecto de la natalidad, sino como una política feminista para que las mujeres puedan salir al mercado laboral como un derecho fundamental, que permita su autonomía y su inclusión individual, que apoye sus necesidades específicas de cada uno o cada una, con un plan de cuidados que mejore las condiciones de forma individual. Aquí se plantea como hipótesis que el modelo económico de los países en la región, que pasa de uno de sustitución de importaciones con un Estado benefactor, no incluyó desde su planeamiento de origen la participación de las mujeres en la apropiación del espacio económico, laboral, social, comunitario, sino que fue un aspecto que nunca se plantea para abatir las desigualdades en la zona o atender la pobreza. Existe un vacío u omisión en naciones como las nuestras, en las que el desarrollo no fue incluyente y tampoco considera las desigualdades y la pobreza en las tareas de la conciliación, y que como señala bien Lourdes Benerias (2003), ahora se busca construir una nueva sociedad con respuestas a las necesidades del sistema capitalista con las políticas públicas que no limiten la posibilidad de alcanzar una verdadera igualdad de género.

Así, el capítulo se divide en tres apartados: en el primero se realiza un breve recorrido de la explicación del modelo cepalino de sustitución de importaciones y cómo la economía feminista fue tomando presencia e importancia en la región, que desde la década de los años setenta, en el que se centra la discusión académica en las Mujeres en el Desarrollo como un objeto de estudio central son los efectos que tienen las mujeres en el mundo del trabajo y cómo de forma individual enfrentan y afrontan la vida del trabajo. En esta corriente se puede enumerar la tendencia a mostrar las diferentes formas de trabajo de las mujeres en la maquila, en la migración, en la costura y trabajo a domicilio, en el poder económico, en la participación política, en los sindicatos, en el campo, las empresarias, las estadísticas de las mujeres, por señalar algunas. Durante la década de los años ochenta se categorizaba en función de las jefas de familia, unidad doméstica, inserción laboral, trabajo femenino; fue una perspectiva fértil, pues describía la situación de las mujeres para dejar la vulnerabilidad, aunque no se concebía como un eje integrador de un problema más complejo entre las tensiones de las estructuras mismas del sistema capitalista. En el segundo apartado se expone otro debate de la economía feminista, distinto al anterior, el Género en el Desarrollo, esta logra cuestionar que no existen políticas públicas hacia las mujeres y, cómo ahora se trata de atender las necesidades de la sociedad, donde la centralidad del argumento es que las instituciones del Estado, del capital, los territorios, generan las tensiones de la desigualdad entre los géneros, pues las instituciones no reconocen los derechos de inclusión y de igualdad como derechos humanos universales. El feminismo del cambio social explica cómo las transformaciones regionales y globales, nuevos marcos de sentido, han abierto una diversidad de espacios transformadores y múltiples voces emergentes de sujetos (hombres y mujeres) dialogan y alimentan las nuevas o renovadas formas de interrogar la realidad, de aportar saberes y opciones a lo antes invisible, para construir una igualdad profunda y abarcadora (Carosio, 2012). En el tercero se analiza algunas definiciones sobre los cuidados. Finalmente, se concluye con una reflexión general que a continuación se desarrolla.

Del feminismo estructural cepalino a la conformación ONU-Mujeres en Latinoamérica

El contexto histórico en la región se ha caracterizado por un modelo productivo y de organización económica fordista que ha imperado durante más de 60 años y bajo el cual se ha organizado el desarrollo regional territorial que hoy requiere una revisión. Así sucede con el nuevo enfoque de la formación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que surgió hace 73 años para lograr que esta región saliera de la pobreza y participara en el orden mundial económico en igualdad de condiciones. Porque la CEPAL, que en sus orígenes no planteó programas y estrategias para la inserción del mercado laboral de las mujeres, sino que se concentró en los órdenes desiguales macroeconómicos, ahora busca una nueva mirada de la teoría y de la práctica para alcanzar los estándares del desarrollo, de la no dependencia y de la igualdad de género —entre ellos las mujeres. En la actualidad, CEPAL ha debido de introducir la agenda de la desigualdad de género dentro de sus políticas de trabajo, sobre todo se mostró muy activa durante la pandemia del covid-19.

En 1975, la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en la Ciudad de México, se recomendaba, como conclusión, la necesidad de la creación de un centro de investigación y formación dedicado al desarrollo de la mujer. Al año siguiente el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (United Nations Economic and Social Council, ECOSOC) creó el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (International Research and Training Institute for the Advancement of Women, UN-INSTRAW). En 1979 el ECOSOC recomendó que la sede del INSTRAW estuviera en alguno de los países denominados “en “vías de desarrollo” y en 1983 se estableció la sede central en Santo Domingo, en la República Dominicana. Este país se convirtió oficialmente en la sede de elaboración de estudios, información e investigación que fueran útiles para diseñar estrategias para los órganos internacionales, nacionales y regionales de las Naciones Unidas. Se generaron datos empíricos cuantitativos sobre la mujer. El Instituto fue el generador de las primeras publicaciones de los resultados del sistema de Naciones Unidas. El INSTRAW comenzó sus actividades como una institución centrada en tres actividades fundamentales: a) la investigación; b) la capacitación, y c) la generación de información estadística. Así, este desarrolla una metodología de trabajo basada en tres áreas fundamentales: 1) el establecimiento de un vínculo estrecho entre la investigación y la capacitación; 2) las alianzas con organizaciones dentro y fuera del sistema de Naciones Unidas, el trabajo en redes y la formación de puntos focales, y 3) la proyección de sus resultados con el objetivo de influir en la planificación del desarrollo y las decisiones de política pública en el mundo.

Aquí se reconocen tres problemáticas centrales que se discuten en los distintos foros internacionales como tareas urgentes a resolver en la región y que se enumeran: a) Género, flujo de migración y desarrollo; b) Género, gobernabilidad y participación política de las mujeres, y 3) Género, paz y seguridad. Años más tarde, dentro de la X Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe celebrada en el año de 20071 (impulsó a las autoridades y a los organismos internacionales a estudiar asuntos tales como la contribución de las mujeres a la economía y la protección social, especialmente en relación al trabajo no remunerado, y la participación política en el propósito de instaurar la paridad de género en los procesos de decisiones a todos los niveles. A su vez, en el marco de análisis de la migración de las mujeres, resaltaron dos problemas de profunda seriedad relacionados con la contribución de las mujeres a la economía y la protección social, especialmente en relación con el trabajo no remunerado: (i) las cadenas globales del cuidado y (ii) la división sexual del trabajo en los hogares transnacionales.

Los mismos objetivos del Instituto no plantean las diferencias del sistema capitalista entre centro y periferia, tampoco incluyeron en el centro del debate a las mujeres, no importaba en los análisis si son de países en desarrollo o desarrollados. Por ello, el Instituto solo se concentró en el diseño y desarrollo de las estadísticas sobre la mujer a nivel internacional, nacional y regional, lo que constituyeron los primeros datos estadísticos descriptivos sobre mujeres. Desde entonces, se hizo notar la falta de datos en la mayoría de los países en desarrollo, en algunos se reconoció la necesidad de datos estadísticos exactos, fiables y adecuados sobre las desigualdades de las mujeres. Además, se reconoció el vacío de los instrumentos y directrices para contribuir al desarrollo de bases de datos nacionales nuevas a través de los institutos estadísticos de cada país.

El INSTRAW reveló que en Latinoamérica, cada vez más mujeres migraban y se convertían en las proveedoras económicas de sus hogares. En los países desarrollados muchas de ellas se ocupaban en actividades relacionadas con el trabajo doméstico y el cuidado de niños y ancianos, no solo de su lugar de origen sino del principal país receptor de mano de obra en las cadenas globales del cuidado, como España y Estados Unidos. Este fenómeno llevó a que la migración laboral de mujeres, asumieran tareas de reproducción social en los países de destino diera lugar al surgimiento de lo que se han denominado cadenas globales de cuidado2, que se forman a través de la importación de amor y cuidado de los países pobres a los países ricos. Cabe señalar que las cadenas globales de cuidado no solo implicaban a las mujeres del Sur que asumen roles reproductivos en el Norte, sino que incluyen también a las mujeres contratadas en el país de origen para suplir las tareas de cuidado de las emigradas.

En el año 2010 se fusionaron cuatro oficinas o secretarias de las Naciones Unidas dedicadas a las políticas de avance de los derechos de las mujeres (DAW, OSAGI, UNIFEM e INSTRAW) a partir de ello, se crea entonces la ONU-Mujeres, la que impulsó una restructuración de las oficinas y tareas por regiones y por países. Mientras que en enero de 2011 las oficinas de Santo Domingo se transformaron, en el Centro de Capacitación de ONU-Mujeres y en un generador de datos estadísticos para la igualdad de género para toda latinoamericana. Este nuevo paso, de conformar la ONU-Mujeres fue un logro que permitió incorporar elementos de conocimiento desagregado en materia de igualdad de género y derechos humanos en las mujeres de las naciones latinoamericanas.

Además, a finales del siglo XX