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¿Y para qué sirve un libro de poemas?, preguntarían ahora, obedientes, mis hijos. Servirá para atender, les respondería. Maestros mayores les dirán, en palabras más nobles o más bellas, qué es la poesía; básteles entretanto si les enseño que, para mí, es el acto de atender en toda su pureza. Sirvan entonces los poemas para ayudarnos a atender como nos ayudan el silencio o el cariño.
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Seitenzahl: 31
Veröffentlichungsjahr: 2021
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ediciónauspiciada por
el festival internacional de poesía de la habana
y el movimiento poético mundial
Diseño de cubierta: Elisa Vera Grillo
Diseño interior y diagramación: Onelia Silva Martínez
Coordinación editorial: Marlene Alfonso / Melba Tomás / Yanixa Díaz
© Herederos de Eliseo Diego, 2019
© Colección Sureditores, 2020
ISBN: 9789593022774
Unión de Escritores y Artistas de Cuba
Calle 17 no. 354 e/ G y H, El Vedado,
La Habana
Centro Cultural CubaPoesía
Calle 25 esq. a Hospital, Barrio de Cayo Hueso,
La Habana, Cuba
colección sur
dirigida por alex pausides
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Fue escrito este libro para mi madre, y para mis hijos, Constante Alejandro, Eliseo y Josefina. A los que quisiera decir enseguida cómo sucedió que teniendo ganas de leerlo, y no hallándolo, así completo, por más que lo busqué en muchos sitios diferentes, decidí por fin escribirlo yo mismo. Pareciéndome que habrá otras razones más graves para hacer un libro, pero ninguna más legítima.
Y ya escrito, y no hallando una bastante para publicarlo —siendo en cuanto a los demás tan riesgosa la que me llevó a escribirlo—, y deseando justamente poner estas palabras en la primera página; pensé que quizás podría ser útil, no a mis hijos, que para ellos fue escrito, sino a cualquier otro muchacho que ahora estará oculto. Esto pensé, sabiendo que un libro anterior sirvió a quien era entonces un niño, o poco más, y es hoy para mí un amigo, y un poeta que nos agranda el tiempo. Porque en esto ya no tengo dudas: o un libro es útil o no vale la pena, y cuando decimos que no sirve —¿habrá algo más tremendo?— ya lo decimos todo.
¿Y para qué sirve un libro de poemas?, preguntarían ahora, obedientes, mis hijos. Servirá para atender, les respondería. Maestros mayores les dirán, en palabras más nobles o más bellas, qué es la poesía; básteles entretanto si les enseño que, para mí, es el acto de atender en toda su pureza. Sirvan entonces los poemas para ayudarnos a atender como nos ayudan el silencio o el cariño.
No es por azar que nacemos en un sitio y no en otro, sino para dar testimonio. A lo que Dios me dio en herencia he atendido tan intensamente como pude; a los colores y sombras de mi patria; a las costumbres de sus familias; a la manera en que se dicen las cosas; y a las cosas mismas —oscuras a veces y a veces leves. Conmigo se han de acabar estas formas de ver, de escuchar, de sonreír, porque son únicas en cada hombre; y como ninguna de nuestras obras es eterna, o siquiera perfecta, sé que les dejo a lo más un aviso, una invitación a estarse atentos. A estar, mejor que estuve yo nunca, en lo que Dios nos dio en herencia.
y entre arboledas la graciosa quinta
con su pórtico blanco entre la sombra
Federico Milanés
1
Vamos a pasear por los extraños pueblos
ungidos con la sombra leve de los jazmines
y el olor de la noche como un recuerdo.