Prácticas Bambú - Patricia Bello - E-Book

Prácticas Bambú E-Book

Patricia Bello

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Beschreibung

Este libro propone un encuentro con la Terapia Ocupacional desde una mirada crítica, amorosa y reflexiva, atravesada por diferentes prácticas muy diversas pero que encuentran raíces en común: el valor de las ocupaciones, de la identidad ocupacional y de nuestra posición como profesionales de la salud alineada con la humanización y el respeto por los procesos. Cada uno de los capítulos intenta hacer visibles las premisas que acompañan y sostienen las prácticas de Terapia Ocupacional que sus autoras transitan. Proponen volver a las bases de la disciplina, valorándolas como andamiaje y como apoyo; reencontrarse con esas premisas troncales de la Terapia Ocupacional tan necesarias e integrales para cualquier campo de intervención. Resuenan en cada página el valor y la potencia que la Terapia Ocupacional propone para acompañar personas, grupos y poblaciones, jerarquizando la oportunidad de ser y estar en las ocupaciones como medio de salud y bienestar. Prácticas Bambú es la propuesta: prácticas que valoran sus raíces, les dan tiempo a los procesos y estimulan los entrecruzamientos para crecer.

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Seitenzahl: 431

Veröffentlichungsjahr: 2022

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MARÍA GUADALUPE DÍAZ USANDIVARAS

Prácticas Bambú

Repensando los procesos de la Terapia Ocupacional desde una mirada consciente, integral y colectiva

Prácticas Bambú : repensando los procesos de la Terapia Ocupacional desde una mirada consciente, integral y colectiva / MarÌa Guadalupe DÌaz Usandivaras ... [et al.]. - 1a ed - Ciudad AutÛnoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, eReader

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2502-4

1. Ensayo. I. Díaz Usandivaras , María Guadalupe CDD A864

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINAwww.autoresdeargentina.cominfo@autoresdeargentina.com

Índice de contenido

Las autoras

Agradecimientos

Prólogo. Mariel Pellegrini

Introducción

Capítulo 1 - Conceptos semilla para una mirada integral de la Terapia Ocupacional. ¿Desde dónde miramos?. Lic. TO M. Guadalupe Díaz Usandivaras

Capítulo 2 - Un horizonte posible, ¿hacia dónde miramos?. Buscando eco en los roles ocupacionales. Lic. TO Brenda Vieyra

Capítulo 3 - Enclave de conexión. Una mirada compasiva sobre el trabajo con familias. Lic. TO Patricia Bello

Capítulo 4 - Hacer visible lo invisible. La espiritualidad como motor para la vida cotidiana más allá del campo de intervención. Lic. TO Belén Castelli

Capítulo 5 - El uso terapéutico de uno mismo en discapacidad visual. Reflexiones sobre la importancia del abordaje holístico y colaborativo en Terapia Ocupacional. Lic. TO Melina Sol Haladjian y Lic. TO Agustina María Colombo

Capítulo 5 - El uso terapéutico de uno mismo en discapacidad visual. Reflexiones sobre la importancia del abordaje holístico y colaborativo en Terapia Ocupacional. Lic. TO Melina Sol Haladjian y Lic. TO Agustina María Colombo

Capítulo 7 - Terapia Ocupacional para terapeutas ocupacionales. Autoconocimiento y autocuidado, aspectos fundamentales para la práctica. Lic. TO M. Guadalupe Díaz Usandivaras

Capítulo 8 - Estilo Ocupacional. Respetando las maneras de ser y estar en las ocupaciones. Lic. TO Brenda Vieyra

Capítulo 9 - Mirada ampliada sobre la educación. La escuela como modelo de la sociedad que queremos construir. Lic. TO Bernarda Liceda Rosasco

Capítulo 10 - ¿Lobo, está? Entender al otro desde una mirada de Terapia Ocupacional. Lic. TO Manuela Juana.

Capítulo 11 - Residencias terapéuticas, un ensayo para la vida en comunidad. Posibles escenarios para la construcción subjetiva de la identidad. Lic. TO Cecilia Lorenzo

Capítulo 12 - La humanización de la salud, una asignatura pendiente. La Terapia Ocupacional como puente. Lic. TO Belén Castelli y Lic. TO M. Guadalupe Díaz Usandivaras

Capítulo 13 - Prácticas Bambú. Reflexión colectiva sobre las emociones en los procesos de Terapia Ocupacional. Bello, Castelli, Colombo, Díaz Usandivaras, Haladjian, Juana, Liceda Rosasco, Lorenzo, Parraquini y Vieyra

Palabras finales

Hitos

Table of Contents

Las autoras

Patricia Bello. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA). Hace 16 años que trabajo con niños, niñas y sus familias en ambientes hospitalarios, en consultorios y en instituciones. Estoy formada en Integración sensorial y Mindfulness. Lo que más me gusta de mi trabajo es ser testigo de transformaciones personales y grupales. Actualmente, trabajo en programas de Educación Emocional en el ámbito escolar, doy clases en la UBA y soy facilitadora en espacios grupales e individuales de crecimiento personal y profesional, acompañando a colegas terapistas ocupacionales. Soy una emprendedora consciente, apasionada de la aromaterapia y activista por el autocuidado y el cuidado del planeta. Madre de dos humanos y una gata.

IG: @patobell0

to.patobello@icloud.com

BelénCastelli. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA) y Diplomada en Medicina Integrativa Transdisciplinaria (UB). Ex residente y jefa de residentes del Hospital Manuel Rocca, donde me formé en el campo de la rehabilitación tanto de niños como de adultos. Estoy ligada a la docencia desde que era alumna, como tutora de la Práctica Profesional II de la Carrera de Terapia Ocupacional (UBA), supervisora del área de pediatría de la Residencia del GCBA y cocreadora de cursos universitarios y hospitalarios que promueven una mirada integral sobre la salud. Paralelamente me he formado en diversas prácticas integrativas, lo que me ha dado el impulso de no solamente integrarlas a la práctica desde la TO, sino de animarme a publicar al respecto y ofrecer ateneos, seminarios o talleres vinculados a esta temática. Fan del Modelo Kawa y de las metáforas que permiten comprender más la vida. Mamá de dos pequeños grandes maestros que me enseñan tanto. Emprendedora de herramientas que promueven un desarrollo multidimensional desde edades tempranas. Maestra de Reiki e Instructora de Meditación, lo que me ha permitido ampliar la mirada sobre el bienestar y abrirle paso a un mundo “invisible” para poder hacerlo visible. Feliz y muy agradecida de que esta nueva oportunidad de compartir se haya dado junto a este gran equipo.

IG: @bel.castelli

lictocastelli@yahoo.com

Agustina María Colombo. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UNSAM). Agradecida por haber descubierto esta profesión que me permite compartir mis valores e intereses como la vida en comunidad, el trabajo creativo en equipo, la promoción de la justicia y los procesos grupales de aprendizaje. Me siento muy afortunada por haberme encontrado con excelentes colegas que facilitaron mi crecimiento profesional. La participación en este libro significa para mí una oportunidad de ofrecer parte del conocimiento adquirido durante ese recorrido. Particularmente lo transitado junto a mi amiga Melina Haladjian en la construcción de Espacio Tenderé. Esperamos que nuestra experiencia invite a la reflexión y a la puesta en práctica de abordajes más conscientes.

IG: @espaciotendere

agustina.maria.colombo@gmail.com

espaciotendere@gmail.com

María Guadalupe Díaz Usandivaras. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA). Mi experiencia y recorrido laboral se da principalmente en Salud Mental, la inclusión sociolaboral de personas con discapacidad y el abordaje psicosocial del daño cerebral adquirido. En el ámbito académico, soy tutora de Prácticas Profesionales en diferentes universidades, colaboro con clases y talleres para diferentes cátedras y genero capacitaciones para profesionales de la salud.

A partir de mi propia experiencia de vida, volqué mi práctica actual hacia la promoción de la salud, acompañando procesos individuales y grupales desde una mirada integral, vinculada al bienestar ocupacional y la calidad de vida. Disfruto de acompañar procesos de colegas desde sus primeros pasos en la profesión, la supervisión de sus prácticas y el rol profesional. Creo que los terapeutas ocupacionales podemos beneficiarnos de nuestra propia práctica y debemos trabajar en el cuidado de nuestra propia salud mental y bienestar ocupacional para ejercer disfrutando de la profesión. Me gusta poner atención en los detalles y dar tiempo necesario a los procesos para habitarlos con conciencia. También me gusta pasar tiempo en mi casa y encuentro en la naturaleza y en la escritura grandes aliadas para mi bienestar. Entiendo a la Terapia Ocupacional como necesaria y relevante para construir una sociedad más justa y respetuosa.

IG: @modochai

mgdiazusandivaras@gmail.com

Melina Sol Haladjian. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UNSAM). En mi recorrido laboral comencé con la atención domiciliaria a personas con discapacidad visual, trabajé en atención a niñas y niños con diversas patologías y en centros de neurorrehabilitación para adultos. En el año 2017, luego de observar la poca oferta de espacios que existen para las personas con discapacidad visual, decidí enfocarme pura y exclusivamente a esta área.

Soy una fiel creyente de que el trabajo en equipo siempre es mejor, compartir saberes y experiencias con otros profesionales es una hermosa manera de nutrirse y crecer.

Así es como en el año 2020 junto a mi amiga y colega Agustina Colombo decidimos crear Espacio Tenderé, un lugar destinado a la atención de jóvenes y adultos con baja visión o ceguera. Un espacio en el que los usuarios y usuarias puedan construir su propio proyecto ocupacional, priorizando las áreas de participación social, productividad (estudio o trabajo) y vivienda independiente.

Nuestro mayor objetivo es brindar una atención personalizada, tratamientos a medida, dando lugar al protagonismo y la autogestión de aquellos usuarios y usuarias que nos eligen.

IG: @espaciotendere

melina.sol.to@gmail.com

espaciotendere@gmail.com

Manuela Juana. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UNSAM). Cuando empecé la carrera pensé que mi destino vocacional era con adultos con daño neurológico, pero conforme fui andando las materias encontré otra rama de la Terapia Ocupacional que me cautivó y se convirtió en una manera de ver la vida. Desde que me dedico a Pediatría trabajé en varios centros de rehabilitación, consultorios interdisciplinarios, colegios y fui voluntaria en diversas instituciones. Actualmente, me dedico a brindar espacios de formación para estudiantes y graduados, soy parte de un proyecto de investigación y tengo mi propio consultorio en Tigre. Estoy formada en Integración Sensorial y en Neurodesarrollo y no solo disfruto enormemente lo que hago, sino que además siento que la TO me encontró para convertirme en multiplicadora de ella y mostrar que Terapia Ocupacional es la vida misma.

IG: @sombrerosyboas

manuelajuanaesteva@gmail.com

Bernarda Liceda Rosasco. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA). Facilitadora de Mindfulness, especialización en educación. Liderazgo Educativo. Me he dedicado desde siempre a estar con niños y niñas, como babysitter, profesora de natación y luego como terapista ocupacional con formación en integración sensorial, sumando hace 5 años la práctica formal de la atención plena. La propia toma de consciencia y experiencias de vida, me impulsaron a abrirme de la atención clínica hacia espacios más colectivos donde voy buscando construir mi lugar profesional en educación. Convencida de que desde ahí podemos transformar la sociedad para que todas las personas tengan su lugar de participación significativa. He vivido en el interior y fuera del país, durante seis años. Estas experiencias han enriquecido mi persona y mi hacer desde el ser. Actualmente, brindo acompañamiento a personas adultas para el equilibrio ocupacional, y programas de Mindfulness a familias. Cocreadora de Pallki Lab, laboratorio de innovación educativa que ofrece diversos servicios, entre ellos programas de gestión emocional en entornos educativos. Mamá de tres niñas que son mis grandes maestras, como cada niño que me da el regalo de compartir su vida.

IG: @pallkilab

bernarda.liceda@gmail.com

Cecilia Lorenzo. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA) en formación continua en el campo de la salud mental y la orientación vocacional. Desde hace más de 10 años me desempeño en diferentes dispositivos (grupales e individuales), pensados para personas adultas con padecimientos mentales en distintos momentos de su tratamiento, teniendo una notable inclinación para los dispositivos de residencias terapéuticas.

En el ámbito académico, soy tutora de prácticas de salud mental en la UBA y participo de espacios de formación para distintas universidades en las carreras de Terapia Ocupacional y Medicina.

Al igual que mis colegas, considero que tanto los múltiples intereses que fui desarrollando, como la maternidad y otras experiencias de vida fueron factores fundamentales para enriquecer mi hacer profesional. Me intereso por indagar acerca de cómo la naturaleza y el entorno en el que vivimos nos constituyen como sujetos y de qué manera el conocimiento sobre estas temáticas puede resultar una herramienta para encontrar un equilibrio personal en nuestra salud física, mental y espiritual. Esto me llevó a formarme y experimentar con la fitoterapia y la astrología.

Creo que es necesario la construcción de una red comunitaria y colaborativa que acerque recursos y estrategias a las poblaciones más vulnerabilizadas para repensar el desempeño de sus roles y construir nuevos itinerarios de vida que les permitan expresar aspectos de su identidad que hasta el momento no hayan sido desarrollados. Ese es mi propósito.

cecilialorenzo03@gmail.com

Laura Parraquini. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA), autora y narradora de cuentos infantiles, profesora de yoga, permacultora y mamá. Creo que las propuestas pueden estar promovidas desde diferentes perspectivas y que en cada uno de mis trabajos pueden estar relacionados todos mis conocimientos y vivencias. Mi consultorio particular es una “sala de encuentros” donde acompaño principalmente a bebés, niños, niñas y sus familias en procesos de aprendizajes y experiencias. Uniendo las diferentes áreas en las que me fui formando, desde el 2013 me encuentro implementando, junto a mi compañero, el Proyecto Comunitario Sana la Tierra, el cual desarrollamos en el pueblo donde vivimos (San Francisco de Bellocq), cuyas actividades son abordadas desde la salud, la Terapia Ocupacional, el Arte, la Comunicación, la Ecología y la Permacultura.

IG: @lauriparraquini

lauraparraquini@hotmail.com

Brenda Vieyra. Soy Licenciada en Terapia Ocupacional (UNSAM), diplomada en autismo y preparadora laboral. Me especializo principalmente en inclusión sociolaboral, vida adulta y derechos de las personas con discapacidad. Busco potenciar mis alcances como terapeuta ocupacional por lo que me mantengo en aprendizaje continuo, también me formé en planificación centrada en la persona y en diversos abordajes que promueven la salud mental desde el respeto a la diversidad. Actualmente, coordino planes de vida independiente en Equipo Tríada y superviso y acompaño colegas a transitar su práctica desde una perspectiva de reflexión, ligada a los derechos y al bienestar. Creo que los apoyos son esas situaciones que nos ayudan a conectar con lo que queremos hacer. Nos andamian en ese proceso. Por eso en mi práctica propongo una mirada integral de la Terapia Ocupacional, que visibilice los aportes de la disciplina en la calidad de vida de las personas. Soy mamá de Juan Cruz y disfruto mucho de la lectura, del mate con yuyos y de las tardes de invierno. Escuchar e intercambiar creo que me sale bien, me gusta estar en ronda, pasarnos la palabra y llegar a nuevas ideas a las que no hubiese llegado sola.

IG@equipotriada

bvieyra.to@gmail.com

Agradecimientos

Honrar las raíces de nuestros aprendizajes y valores es una de las premisas de este libro. Por eso agradecemos a las universidades donde nos formamos, por ser la base de nuestro aprendizaje y razonamiento clínico, a todos los lugares de práctica y tutoras que nos permitieron conocer y discernir lo que era para cada quien y lo que no. A las y los referentes de otras formaciones complementarias que nos permitieron ampliar la mirada y hacer del saber nuestro propio camino. A las colegas con quienes supervisamos nuestra práctica clínica, por ayudarnos a habitar nuestro rol profesional y a crecer en él. Especialmente a Mariel Pellegrini, por su compromiso en escribir el prólogo de este libro y por compartir sus conocimientos y mirada sobre la Terapia Ocupacional. También agradecemos a nuestros grupos de sostén, por ser parte fundamental de quienes somos. Y nos agradecemos a nosotras, por haber disfrutado del proceso de cocreación de un libro colectivo, por habernos acompañado y respetado amorosamente, por hacer nuestros aportes a la profesión que elegimos una y otra vez.

Prólogo

La planta de bambú se liga al eterno ciclo de la vida, y se asocia a las cualidades de fuerza, estabilidad y durabilidad. Para muchas culturas representa buena suerte, fortuna, salud y prosperidad. Por lo que si una persona te regala esta planta quiere desearte una buena fortuna en todo lo que emprendas y hagas. Se tiene la creencia de que el número de tallos que tiene una planta de bambú representa ciertas áreas de nuestra vida. De igual manera que este libro. Las autoras nos comparten sus escritos bañados de respeto, luz y conocimiento que empoderan a nuestro hacer e identidad profesional. La lectura de este libro facilita al lector la revisión individual y colectiva, de senderos de la Terapia Ocupacional recorridos en el pasado, que clarifican el hacer actual e iluminan la elección y el andar del camino futuro.

Como profesionales estamos atravesados actualmente por el paradigma de los derechos de las personas, grupos y comunidades a las cuales ofrecemos nuestros servicios. Paradigma que influye en nuestro hacer profesional. En la historia de la disciplina, muchos de nosotros nos hemos preguntado ¿cómo incluir los valores de nuestra disciplina en el hacer cotidiano?, ¿cómo no perdernos en la especialización? que —como dicen las autoras— “gana en conocimiento, pero nunca debe olvidar las bases de las que proviene”. En este escenario, la Terapia Ocupacional que este libro nos invita a recorrer es una mirada que integra la diversidad, las dimensiones de la ocupación, resaltando la magia de lo invisible, el significado y la espiritualidad desde un hacer concreto, visible y mensurable.

Desde el inicio de su lectura, encontramos conceptos como naturaleza ocupacional, holismo, respeto, diversidad, uso terapéutico de uno mismo, fluir, roles ocupacionales, sentido de pertenencia, construcción colectiva, conexión, trabajo colaborativo, análisis de la actividad, contexto, justicia ocupacional, entre otros. Estos conceptos entrelazados y utilizados de manera clara y en contexto facilitan al lector su comprensión. Acompañados con experiencias esclarecedoras y sustentadas teóricamente, situados en espacios de intervención profesional amplios y variados.

Estamos ante una obra que, ya desde un principio nos regala los “conceptos semilla” para la práctica. El lector encontrará en ellos las bases para el fortalecimiento de su identidad ocupacional y la reflexión sobre la importancia del autoconocimiento, el autocuidado y el uso terapéutico de uno mismo. Concuerdo con las autoras, que únicamente “desde un diálogo respetuoso y franco tenemos la oportunidad de construir conocimiento colectivo, sostenido por las bases de la Ciencia Ocupacional y enriquecido por el aporte singular de cada experiencia clínica”. Pensando intervenciones basadas en el respeto al estilo ocupacional de las personas y colegas. Donde la diversidad y diferencia enriquecen el hacer y el estilo ocupacional. Las autoras plantean el concepto de estilo ocupacional de manera muy enriquecedora para el lector atento. Lo presentan como “la sumatoria de elecciones en el hacer de una ocupación, que acompaña la ejecución de sus secuencias, la carga de subjetividad, y da forma particular y personal a una actividad. Sumatoria de elecciones que, aunque no puede enseñarse y por ende tampoco corregirse según el estatus que terceros establezcan, debe respetarse y propiciarse, ya que ofrecen un cimiento sobre el que generar seguridad para alimentar la identidad y el sentido de autonomía”. Permitiéndonos y permitiendo, “dar lugar al ensayo, para que puedan explorar, elegir, cambiar de opinión y volver a cambiar si es necesario”. Como nuestro andar en la vida, caminado por senderos que nos llevan a lugares maravillosos e impensados; otros nos llevan a caminos difíciles de andar; y en otras oportunidades, caminos que nos llevan a lugares de los cuales queremos salir y no volver a transitar. Donde con empatía y respeto en el espacio terapéutico, el profesional de Terapia Ocupacional construye con el otro una oportunidad única para facilitar un encuentro fortalecedor de la identidad y calidad de vida en el hacer cotidiano. Caminos simbolizados por las autoras en uno de sus capítulos como el “espacio del té, que da lugar a ejercer distintas elecciones, no se trata solo de gustos de té, sino también de todo lo que tiene lugar en ese encuentro”.

Otro de los valores de esta obra es la humanización de los contextos y el valor que estos tienen en el hacer cotidiano, donde lo visible e invisible de la ocupación está presente presionando, estimulando, abrazando y conteniendo el hacer ocupacional. Contexto integrado por elementos, objetos, tareas, personas, cultura y nuestro uso terapéutico de uno mismo como Terapeuta Ocupacional en ese lugar y tiempo. En ese aquí y ahora, que “empieza a aparecer en la medida en que nos permitimos cuestionarnos a nosotros mismos y a la forma en la que encaramos nuestra práctica profesional”, la cual exige compromiso, atención plena y observación consciente.

Resulta relevante señalar que otro punto de la calidad de la obra es el fluir de los conceptos y capítulos escritos por diferentes autoras. Su lectura corre con naturalidad y significado. Los capítulos se enlazan en conceptos que se complementan, conectan y transitan como una construcción respetuosa y coherente. Reflejan con su propio ejemplo, lo que nos invitan a practicar como colectivo profesional y en los servicios ofrecidos de Terapia Ocupacional, acompañando “los procesos desde esta mirada es una posición ética del hacer Terapia Ocupacional”.

Y, como complemento final, es inevitable resaltar el simbolismo utilizado desde el título de la obra con la planta del bambú y la Terapia Ocupacional. Esto nos convoca a tomar tiempo para crecer primero para adentro y expandir nuestras raíces, para luego, cuando estemos listos, aparecer en la superficie. El lector estudioso e interesado, podrá acceder a conocimientos actualizados de la disciplina, pero, sobre todo, se sentirá contagiado por la energía y el fluir de las autoras para enriquecer con conocimientos, reflexiones y experiencias que fortalecerán la identidad profesional. Desde una mirada empática y respetuosa, no solo a las personas, familias y comunidades a las cuales brindamos servicio, sino también al colectivo profesional de la Terapia Ocupacional. Si hablamos del respeto a la diversidad en las personas y grupos, ellas nos llevan a valorar también el ejercicio del respeto a la historia y colectivo de los profesionales de la Terapia Ocupacional.

Para finalizar, agradezco a las autoras el haberme invitado a escribir este prólogo. Es una inmensa emoción la que me acompaña. Muchas de ellas han sido alumnas, colegas, discípulas y maestras en mi recorrido profesional. El orgullo que me acompaña es claramente una de las huellas invisibles que esta obra me deja. Deseo que el lector pueda disfrutar y crecer personal y profesionalmente durante su lectura, y sumarse a la invitación de las autoras, las cuales nos convocan “a que colaboremos en que las experiencias en la vida dejen huellas en su paso, hagan ruido, dejen ecos, tengan efectos y que no pasen desapercibidas”.

Mariel Pellegrini

Mgter. - Lic. en Terapia Ocupacional

Introducción

“Citando a otros, nos citamos a nosotros mismos.”

Julio Cortázar

La escritura como proceso en sí mismo es de gran valor para revisar, para elaborar y hasta para sanar; y su producto final, como transmisión de pensamientos, experiencias, conceptos, dudas y tanto más, es una herramienta colectiva. Las letras quedan y pueden ser consultadas, interrogadas, subrayadas, repensadas, tamizadas con la experiencia e historia de cada lector y lectora. Documentar la práctica es importante para cualquier disciplina, para construir conocimiento y para hacer red entre comunidades que se representan y se reconocen aprendices unas de otras. Toda disciplina se enriquece con los aportes que suceden con el tiempo y las experiencias. De esa rueda de aprendices es que nace la intención de formular de manera colectiva, algunos escritos sobre la Terapia Ocupacional.

Los ejes de este libro, compartido y colectivo, los establecimos en nuestras primeras reuniones, los tomamos como bandera y fueron encontrando relatos, formas y preguntas. Estos ejes tienen que ver con las dimensiones del ser y del hacer, con la identidad ocupacional, la espiritualidad, el holismo, la empatía, el significado, el sentido y la humanidad compartida. Dichas raíces conceptuales nos nutren y nos invitan a volver ahí cuando estamos perdidas, confundidas, cuando nos enredamos en las planificaciones o en el sentido de lo que proponemos.

El bambú como metáfora, por su proceso de nacimiento y crecimiento, nos ayudó a pensar mucho de lo que queremos contar. Sus características también nos identificaron como grupo de autoras con una idea común presente en experiencias diversas. El bambú es una planta muy especial que durante sus siete primeros años crece hacia abajo, expandiendo sus raíces hasta lo más profundo para después ser capaz de alcanzar un crecimiento muy veloz y frondoso. Durante ese primer tiempo, podemos pensar que no creció, pero hay una dimensión invisible que lo estaba preparando para poder lidiar con los desafíos futuros del exterior. A su vez, esta forma invisible de su desarrollo se da en forma de rizoma, un complejo sistema de raíces en línea horizontal. Estas características nos recordaron nuestro propio proceso de organización y de escritura, el tiempo necesario para madurar las ideas, nuestros propios entrecruzamientos en la lectura y aportes del proceso. Como ese rizoma, nos fuimos expandiendo, cruzando y fortaleciendo para contar tiempo después con este libro en nuestras y muchas manos. Lo invisible del proceso tiene una gran connotación en lo que pretendemos transmitir a lo largo del recorrido de esta lectura, íntimamente relacionado a nuestras prácticas donde el significado (invisible) toma protagonismo para un hacer ocupacional, particular y único en cada quien. Dar ese lugar nos permite confiar en procesos más firmes y duraderos, como el bambú.

Poner en palabras algunos tejidos importantes de la práctica cotidiana resultó muy poderoso para cada una de nosotras, y nos habilitó la posibilidad de poder frenar para pensarnos. Definitivamente, ese tiempo fue (y es) una oportunidad para reencontrarnos con los fundamentos de la disciplina y para compartir los procesos que acompañamos como profesionales de distintas áreas. No siempre tenemos ese tiempo para escucharnos, leernos, pero sabemos que es muy necesario para valorar —aún más— las herramientas con las que contamos como profesionales de la Terapia Ocupacional. Ese tiempo invaluable de vernos en nuestro hacer y conectar con nuestro ser pasó a palabras a lo largo de estos capítulos, en un proceso de escritura reflexiva y lectura amorosa entre quienes escribimos. De esta manera, la escritura colectiva atravesó los saberes individuales para construir, en conjunto, una mirada de la práctica que resuene en otras personas.

Todas las profesionales aquí escribientes nos entusiasmamos con poder plasmar, compartir y poner en valor y en reflexión nuestras miradas y quehaceres; revisando el lugar de la identidad, las dimensiones del ser, el holismo y la espiritualidad en las ocupaciones que instrumentamos terapéuticamente, y también como profesionales y personas en unidad y coherencia entre lo que decimos, lo que hacemos y lo que somos.

Creemos que la especialización o la división en campos de intervención tiene una utilidad metodológica y de profundización que no implica alejarse de las bases de la profesión, sino más bien todo lo contrario. Partimos del mismo lugar: por un lado, la naturaleza ocupacional del ser humano; y por el otro, creyendo que las ocupaciones son fundamentales para la salud, la identidad y el sentido de competencia de las personas, grupos o poblaciones y con un significado y valor particular para cada quien. Luego, elegimos especializarnos y afinar el conocimiento; pero con la certeza de que siempre será necesario volver a las bases para que estas nos sostengan, y así reconocernos en nuestros orígenes permitiendo que nutran nuestro recorrido. También el rizoma funciona como base firme y sostenida.

Sabemos que el desarrollo profesional supone el tránsito por diferentes etapas: exploratorias, de formación, de especialización y de creación. Sin embargo, no las suponemos como etapas lineales, correlativas; las pensamos como etapas móviles. A veces nos sentiremos habitando alguna de ellas, y en otros momentos pasando por otra. Ir y volver “hacia atrás” parece tener una connotación negativa, como si el andar terapéutico fuera en una sola dirección. Sin embargo, este grupo de terapistas ocupacionales supo aprender que ir y venir por esas etapas de desarrollo es lo que nos permite hoy detenernos a reflexionar(nos), observar(nos) y crear(nos). A su vez, nuestro yo profesional está acompañado de nuestro yo personal, que también, como un espejo, hará efectos o rebotes en nuestra práctica.

Este libro recopila experiencias y reflexiones que coinciden en una mirada integral del ser humano, independientemente de los campos de ejercicio o los caminos de especialización que solemos recorrer. En esta producción podrán encontrar prácticas comunitarias, trabajos con niños, niñas y sus familias, procesos en salud mental, abordajes en el campo físico, entre otros relatos, y todos responden a esa visión holística de nuestra profesión. Con la sumatoria de los capítulos logramos el producto final de nuestro amoroso proceso que, en un primer momento llamamos “Libro de TO en construcción colectiva”. Sin embargo, consideramos que es mucho más que la suma de sus partes. El rizoma, también desde una mirada filosófica, nos invita a pensar que los aportes individuales pueden no seguir líneas de jerarquía, sino que cualquier elemento puede transversalmente hacer efecto e incidir en otro. Cualquier aporte puede entonces ayudar a repensar e interrogar constructivamente, más allá de su posición. En síntesis, todos los aportes nos permiten crecer y afianzar bases para el desarrollo personal. En esta línea pensamos el proceso de escritura, una escritura rizomática, donde nos aportamos, incidimos y nos permitimos ser atravesadas por los saberes de las otras autoras y sus experiencias.

Añoramos que la lectura de este libro les deje una invitación a la pausa, al autocuidado profesional, al retorno a los cimientos que estructuran nuestras prácticas y a las preguntas que puedan construir formas distintas de hacer Terapia Ocupacional. Una suerte de invitación a intervisar: un tiempo y un espacio para la reflexión sobre el quehacer cotidiano, que no tiene por qué ser tiempo a solas, puede ser en compañía, en ronda, en grupo. Profesionales que reflexionan, debaten situaciones que consideran necesario revisar, y se apoyan en conceptos teóricos que no responden las dudas solo por ser leídos. Demandan movimientos más allá de la lectura, nos ponen en tensión entre el decir, el leer, el hacer y el resultado. Esa tensión como oportunidad es la que se traduce en esta compilación de reflexiones, no siempre con respuestas, pero sí como preguntas guía, relatos amorosos que acompañan el pensar y situaciones cotidianas en las que, tal vez, reflejarse. La planta de bambú se liga al ciclo de la vida y nos recuerda la importancia de tener paciencia y perseverar apoyándonos en las bases de nuestra disciplina, para ser capaces de aplicarlas en el día a día y estar atentas a los movimientos propios y de los demás. En los procesos que acompañamos, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas para aliviar el malestar, por no identificar lo complejo de lo invisible o porque no estamos en condiciones (personales o formativas) para acompañar el ritmo del otro. Pero, como todos los procesos, considerar el tiempo necesario para profundizar y construir bases sólidas propias y con otros, nos acerca a resultados más firmes y duraderos. Todas las prácticas desarrolladas en este libro tienen ese espíritu, buscan introducir ese recordatorio y —alineadas con el rizoma— aportar para crecer. Estas son nuestras Prácticas Bambú.

Recomendaciones para encontrarte con el libro

Invitamos a leer este libro de dos maneras: en forma lineal o como la vida misma, es decir, eligiendo tu propia aventura (o lectura en este caso) a modo de Rayuela de Cortázar. Si la opción es la de aventurarse, al final de cada capítulo se encontrarán algunas articulaciones sugeridas entre escritos que resuenan entre sí.

Recomendamos hacerlo en momentos de disponibilidad para la reflexión y el encuentro entre quien escribe, lo leído y la propia experiencia lectora. Creemos que tener en cuenta el momento y el espacio para la lectura predispone a ese encuentro y lo hace más reconfortante. Sugerimos tener a mano algo para tomar notas (en las últimas hojas del libro vas a encontrar algunas hojas para este fin) y así poder establecer las propias reflexiones e incluso, invitamos a compartirlas con las autoras para sumar miradas y aportes acerca de la propuesta y seguir construyendo la profesión bajo este espíritu colectivo.

Formas de leer este libro:

Lineal

Rayuela

Te deseamos una gran lecto-aventura y te agradecemos inmensamente por dedicarte este tiempo.

El espíritu de esta publicación es inclusivo y diverso, respetando los estilos particulares de las autoras. Se utilizan términos diferentes para referirse a los destinatarios de nuestras prácticas que hacen referencia, en todos los casos, a las personas como seres ocupacionales protagonistas y activos en el espacio propuesto. La intención del lenguaje utilizado es inclusiva, se hará el ejercicio de usar palabras que reemplacen exclusiones de género sin condicionar la lectura.

Capítulo 1

Conceptos semilla para una mirada integral de la Terapia Ocupacional

¿Desde dónde miramos?

Lic. TO M. Guadalupe Díaz Usandivaras

Desde mi recorrido profesional en la práctica que elegí realizar —y en la que me encontré en el camino y elegí conservar— fui construyendo y profundizando una mirada integradora sobre las personas con las que me vinculo en mi ejercicio profesional. Una mirada que nace de la formación de grado, pero que también desarrollé en búsquedas posteriores por necesidad de ampliar la mirada, de comprender mejor y de encontrar coherencia.

Años después me encuentro conversando, dando capacitaciones, abriendo espacios de reflexión que invitan a volver a las bases, a volver a casa.

Esta manera de entender la Terapia Ocupacional está en las bases, no es novedad. Pienso que a veces la especialización nos aleja de las raíces. Nos agudiza la mirada, pero perdemos el bosque, el conjunto. Fragmentamos en campos de intervención, en funciones corporales y por momentos nos sistematizamos, descuidamos la identidad de la profesión sin querer. Desde siempre entendí y ejercí la Terapia Ocupacional como una disciplina holística que trabaja con las personas en todas sus dimensiones. Con el tiempo y el ejercicio profesional, fui observando que la práctica dividía a la persona. La universidad lo hace en sus materias y prácticas profesionales, pero eso lo entiendo como una propuesta pedagógica para profundizar el saber. El problema está cuando no volvemos a reunir las partes y, ya ejerciendo como profesionales, trabajamos con una persona con lesión medular haciendo foco en su nueva funcionalidad, la forma en que realiza las transferencias para que sea autónomo y “descuidamos” el duelo por el que está atravesando por la pérdida de movilidad de sus miembros inferiores o si está pudiendo cumplir con las expectativas de sus roles porque eso “es del campo de salud mental”. Incluso, en muchos procesos de enfermedad no hay derivación tampoco a psicología sosteniendo el foco únicamente en la dolencia física. Lo mismo sucede con los pacientes severamente perturbados de su salud mental que parecieran haber perdido el cuerpo y no es habitual preocuparse de sus controles clínicos, por ejemplo, hasta que algún síntoma lo haga necesario. O, incluso, muchas veces desatendemos lo postural y el registro del cuerpo para comenzar una sesión de TO no contemplando las diferentes dimensiones del ser para estar en ese aquí y ahora. Esto es más común aún verlo en otras disciplinas, pero en la nuestra también sucede. Trabajamos con personas en todas sus dimensiones, aunque nos podamos formar específicamente en algunas áreas en particular. La especialización gana en conocimiento, pero nunca debe olvidar las bases de las que proviene.

Dentro de los postulados básicos de la Terapia Ocupacional encontramos que a través del compromiso en ocupaciones podemos alcanzar la salud, el bienestar y la participación en la vida. Para que esto sea así, es que nos especializamos en estudiar la ocupación como medio y como fin, como instrumento y como propósito. Y es entonces que aparecen otros postulados sobre los que se basa nuestra profesión: las ocupaciones son fundamentales para la salud, la identidad y el sentido de competencia de una persona, un grupo o una comunidad, y tienen un significado y valor para cada quien en particular. Salud, identidad, propósito, significado, valor. Todos estos conceptos no pertenecen a un campo de intervención en particular, son las bases de nuestra profesión, independientemente del campo elegido para ejercer. En el campo de la salud mental, ayudar al desarrollo y desentramado de estos conceptos en la vida de las personas es moneda corriente; aunque también hay quienes hacen la vista gorda y recortan la práctica al desarrollar alguna habilidad exclusivamente fuera de un contexto más amplio. En lo personal, siento que este recorte no le hace justicia a una profesión tan integral y holística que desde sus postulados básicos plantea un sinfín de intervenciones posibles que requieren del arte de cada profesional para articular y contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de otros. En cuanto a los servicios de TO, estos se proporcionan para habilitar, rehabilitar y promocionar la salud y el bienestar de las personas con necesidades relacionadas y no relacionadas a una discapacidad. Y es en este último punto que entramos todos, también los terapeutas ocupacionales. Me resulta interesante poder pensarnos como receptores posibles de nuestra propia práctica, eso nos ubica en un lugar humano y vulnerable como el de cualquiera, realista y con la necesidad de repensarse y buscar apoyos cuando es necesario. Salir de la imagen tramposa del profesional de la salud completo y poderoso que muchas veces conduce a prácticas de dudosa calidad. El Marco de Trabajo para la Práctica luego dice que estos incluyen la adquisición y preservación de la identidad ocupacional para quienes están en riesgo de desarrollar una enfermedad, lesión, trastorno, afección, impedimento, discapacidad, limitación de actividad o restricción de participación. Entonces el trabajo sobre la identidad ocupacional nos concierne a todos, sin importar el campo de intervención.

Me propongo, entonces, en este capítulo, desarrollar algunos conceptos teóricos que, articulados con la práctica, nos visten de terapeutas ocupacionales en cualquier campo de intervención, nos prestan la manera desde donde mirar. Los llamo conceptos semilla porque en ellos encuentro un origen necesario desde donde partir y un potencial enorme cuando son sembrados con paciencia, confianza y constancia. Mis conceptos semilla para la práctica de Terapia Ocupacional son:

Identidad – roles ocupacionales – espiritualidad – significado – exploración – participación – contextos – tiempo – uso terapéutico de uno mismo.

Cuando hablamos de participar en ocupaciones que devuelvan sentido, hablamos entonces del valor que aquellas ocupaciones tienen para cada uno y que es intransferible e imposible de objetar. Sería lo que llamamos la dimensión invisible de las ocupaciones. Estamos entrando en el terreno de la identidad ocupacional y también en el concepto de espiritualidad de las ocupaciones. Ambos están íntimamente relacionados y se borronean cuando rápidamente, a veces, se escapa alguna indicación arbitraria por falta de tiempo. Ayudar a otros a encontrar dirección a su proyecto de vida no es tarea menor, y solo puede darse este acompañamiento si mantenemos una mirada respetuosa y logramos separar pensamientos propios y juicios de valor. Cuando hablamos de proyecto de vida, hablamos de acompañar dando lugar a la comprensión del mundo del otro desde su perspectiva, de identificar los obstáculos y facilitadores de su entorno y de la posibilidad de pensar sobre sus desafíos ocupacionales, metas y objetivos por los cuales trabajar. Se trata de encontrar juntos el sentido hacia donde dirigir los esfuerzos de tales desafíos. Entonces, no se trata en absoluto de indicar una actividad o hacer cumplir una rutina con hábitos saludables, sino de establecer un vínculo que nos permita entrar en el mundo del otro para ayudar a encontrar eso que hace sentido y entonces refuerce la identidad ocupacional. “Abrirse a los valores del otro es consecuencia de tener empatía, y la empatía toca el espíritu: la empatía en la práctica de la atención de la salud es la representación de la convicción de que, estimulado por la voluntad de comprender del terapeuta, el paciente reunirá el coraje necesario” (Peloquin, 1995). Para J.1, Terapia Ocupacional es “una terapia para abrir la mente y arreglar algunos problemas”. M., un paciente con el que trabajé hace muchos años en forma individual decía “no lo puedo explicar, pero me hace bien, es como que yo voy para adelante y vos estas al lado por si me salgo del camino, como en un auto”. Estas percepciones de la terapia solo pueden darse cuando el terapeuta está disponible y en conexión con el otro. No hay Terapia Ocupacional sin conexión.

Sin teorizar sobre el proceso de Terapia Ocupacional que tan bien está descrito por otros autores en la bibliografía disponible, es importante destacar el periodo de evaluación como una etapa clave para establecer este vínculo necesario. Clave también para ir en busca de esta dimensión invisible que necesitamos conocer para poder tirar de esa puntita y, ojalá, destapar la olla que permita un buen puchero. Con tantas cualidades, esta etapa solo puede ser dinámica. Desde los diferentes marcos teóricos, contamos con variadas herramientas que nos allanan el camino, siempre que conozcamos su potencial e implementación. El poder de cualquier evaluación estandarizada y no estandarizada radica en la capacidad del terapeuta de acompañarla con una buena entrevista y una buena observación, por sí solas no cumplen una función útil. Es en contexto y con razonamiento clínico. Esta etapa del proceso de Terapia Ocupacional involucra muchas de las semillas de este semillero.

Es así, entonces, que lo que buscamos es conocer quién es esta persona como ser ocupacional: su identidad ocupacional, conocer su historia, qué significaron sus experiencias, cómo entiende diferentes situaciones, sus valores, intereses y, sobre todo, comprender las situaciones desde sus puntos de vista. Esta identidad, se construye a lo largo de la vida gracias a la participación en diferentes contextos, y este será uno de los “conceptos semilla” para la práctica. Claro que también buscaremos conocer los roles que desempeña y cuán significativos son y fueron, su autonomía en la vida diaria y los apoyos necesarios, sus fortalezas y limitaciones y su percepción de las mismas, entre otras cosas. Los roles ocupacionales hacen a la Terapia Ocupacional en todos sus campos de abordaje. La intervención debe estar intermediada por la comprensión de los roles de vida de las personas con las que trabajamos ya que el significado se desprende cuando se habita la ocupación. Y cuando esto es identificado y puesto en contexto para la terapia, ¿quién es el ser que hace? ¿Cuán atravesados están los roles de esta persona por la disfunción ocupacional por la que consulta? Disfunción que puede ser en cualquiera de las dimensiones del ser y que nuestra comprensión multidimensional de las personas nos permitirá abordar con mayor eficacia. ¿Cómo es afectado el rol de compañero de trabajo en alguien con una discapacidad adquirida?, ¿cuán atravesado está el rol de madre en alguien que no cuenta con la movilidad de sus miembros inferiores?, ¿cómo desempeña su rol de estudiante alguien con afasia? Nuestro desafío, entonces, será intentar comprender ¿qué hace?, ¿porqué hace lo que hace?, ¿cómo hace lo que hace?, ¿cuánto le gusta lo que hace?, ¿cómo considera que hace lo que hace?, ¿con qué frecuencia hace lo que hace?, ¿qué valor tiene eso que hace? No conformarnos con datos concretos o cuantitativos,ya que estos datos sueltos son datos vacíos. Dos personas pueden coincidir en esos datos y vivir de manera completamente distinta, eso ya lo sabemos. Y es entonces que se hace presente la espiritualidad en las ocupaciones para develarnos su importancia en cuanto al significado. Peloquin dice quela ocupación es una forma de hacer y, en esta forma, expresa la espiritualidad; y Mariel Pellegrini lo define así: “Es aquello que explica por qué a una persona le gustan los paisajes montañosos y a otros el mar, la primavera o el otoño, es esa dimensión que nos hace únicos. La espiritualidad al estar conectada con las ocupaciones significativas se manifiesta en la expresión de las personas cuando disfrutan mirar un atardecer, escuchar una música, leer un libro, elegir un aroma, por ejemplo. Es aquello que conecta al ser humano con una dimensión profunda e íntima que surge mágicamente o que acompaña la vida cotidiana. Al ser algo tan único de cada ser humano, no se pueden identificar qué ocupaciones facilitan su desarrollo, ni qué comportamientos la caracterizan, lo que sí puede identificarse es cómo se va desarrollando en la vida de cada individuo, y cómo las ocupaciones significativas facilitan su desarrollo.” Además, agrega que facilita la realización personal, la posibilidad de encuentro consigo mismo y con otros. Este encuentro con el otro también debe propiciarse en el espacio terapéutico y para eso debemos estar presentes en cuerpo, mente y alma. Saber preguntar, pero también aprender a escuchar.

El uso terapéutico de uno mismo es un aliado elemental para nuestra práctica, nos aporta la posibilidad de entablar un vínculo con el otro fuerte y duradero. Especialmente, cuando se trata de ayudar a identificar el significado, hace falta mucho de uno mismo para poder plantear situaciones, ejemplificar, proponer y demás. Para esto es fundamental atravesar por un propio proceso de autoconocimiento. Esta es otra herramienta importante para la práctica. En el autoconocimiento, vamos a encontrar la puerta a grandes posibilidades para el desarrollo personal y profesional, además de mejor calidad en nuestras intervenciones; ya que responden a cierta genuinidad y coherencia entre nuestro ser y hacer. Nos permitirá saber hasta dónde podemos y queremos sostener determinada situación y sobre todo cuando somos nosotros, los terapeutas, quienes tenemos que solicitar apoyo para distintas circunstancias (supervisión profesional, apoyo emocional, etc.). ¿Acaso no es necesario esto en cualquier campo de intervención?

El Marco de Trabajo para la Práctica en su cuarta edición describe al uso terapéutico de uno mismo como una parte integral del proceso de Terapia Ocupacional “en el cual los terapeutas ocupacionales desarrollan y manejan su relación terapéutica con los clientes mediante el uso del razonamiento profesional, la empatía y un enfoque colaborativo y centrado en el cliente para la prestación de servicios (Taylor & Van Puymbrouck, 2013)”. Estas características nos definen como disciplina e iguala nuestras prácticas a pesar de los campos de intervención y las poblaciones. Continúa: “...Los terapeutas ocupacionales utilizan el razonamiento profesional para ayudar a los clientes a dar sentido a la información que reciben en el proceso de intervención, descubrir el significado y generar esperanza (Taylor, 2019; Taylor & Van Puymbrouck, 2013)”. Ayudar a comprender y resignificar lo sucedido en el proceso resulta fundamental y debe ser siempre una prioridad para el profesional. Es así como el manejo de aspectos invisibles o subjetivos deben estar en consideración siempre y no adjudicarlos a campos específicos. “La empatía es el intercambio emocional entre los profesionales de la Terapia Ocupacional y los clientes que permite una comunicación más abierta, asegurando que los profesionales se conecten con los clientes a un nivel emocional para ayudarlos con su situación de vida actual…”.Conectar resulta un pilar fundamental para hacer Terapia Ocupacional y un gran indicador para revisar nuestro desempeño.“Los profesionales desarrollan una relación de colaboración con los clientes para comprender sus experiencias y deseos de intervención. El enfoque colaborativo utilizado durante todo el proceso honra las contribuciones de los clientes junto con los profesionales…”. Este honrar la mirada y el saber del otro nos vuelve beneficiarios de la misma práctica, enriqueciéndonos de su mundo y al mismo tiempo habilitando su ser en el mundo.

“Mediante el uso de habilidades de comunicación interpersonal, los profesionales cambian el poder de la relación para permitir a los clientes un mayor control en la toma de decisiones y la resolución de problemas, lo cual es esencial para una intervención eficaz…”. La autodeterminación es la antecara de la autonomía, acompañar esa posición subjetiva de cómo encarar la propia vida se logra si paralelamente cultivamos nuestro ser y nuestras maneras de hacer y de comunicar. “Los clientes han identificado la relación terapéutica como fundamental para el resultado de la intervención de Terapia Ocupacional (Cole y McLean, 2003)”. Que así sea, siempre.

Siguiendo con el desarrollo de estos conceptos, podemos afirmar que no se puede elegir lo que no se conoce y para conocer hay que tener la oportunidad de participar y luego, de explorar, entre otras cosas. En este proceso de participación y exploración es que se va definiendo la identidad ocupacional. Según Kielhofner, esta es la que nos permite elegir, tomar decisiones, armar lazos sociales, tener control sobre elecciones simples o complejas, tener metas ocupacionales, reconocer un estilo de vida deseado, aceptar responsabilidades, reconocer limitaciones, tener compromisos y tener intereses. Lo que sucede con frecuencia es que el acceso a las oportunidades de participación es lo que suele estar restringido en las personas con discapacidad, por lo cual, es clave ofrecer contextos de exploración donde se pueda recuperar algo del tiempo transcurrido en cuanto al descubrir. En la exploración no hay posibilidad de fracaso, y eso es un gran alivio y permiso para hacer. Es un momento de máxima libertad donde se puede dar rienda suelta a la curiosidad. Brindando estas oportunidades y propiciando los espacios suficientes, existe la posibilidad de la aparición de intereses, de dar lugar a la motivación intrínseca, aquella que no depende de recompensas externas, sino que es la que aparece cuando se siente placer por la actividad en sí misma, no por el logro o resultado. Promovemos el desarrollo del ser.

Cuando hablamos de contextos hago referencia a la importancia de identificarlos para poder reconocer su función facilitadora u obstaculizadora en el desempeño de las personas. ¿Qué es lo adecuado para su cultura? Somos los TO quienes debemos adaptarnos en respuesta a la cultura en la que se está aplicando TO. El concepto de ocupación es diferente en Oriente que en Occidente, o incluso dentro de las culturas latinoamericanas. La generación, alteración, manipulación y mantención de contextos constituye el arte de TO. Debemos preguntarnos ¿en qué entornos participa?, ¿cuáles son sus contextos?, ¿cuáles son las demandas y los apoyos que tiene en esos contextos?, ¿qué otros contextos y entornos son posibles?, ¿qué disponibilidad existe? Debemos además considerar la interacción con contextos y ambientes. Cuáles facilitan o interfieren con sus habilidades. ¿Es confortable el lugar donde vive?, ¿tiene suficiente privacidad?, ¿cuenta con las cosas necesarias para hacer lo que quiere?, ¿cómo describiría el clima donde vive?, ¿cuenta con lugares para divertirse?

Especialmente es importante tener en cuenta a la red social (familia, amigos, compañeros, vecinos) de la persona con la que estamos trabajando y el dispositivo o la institución en la que está inmersa si es que hay institución de por medio. Conocer la dinámica familiar nos permitirá comprender mejor el caso y la posibilidad o no de determinadas modificaciones, tendremos una perspectiva con mayor realismo de las intervenciones ya que es la familia quien comparte la mayor parte del tiempo y es quien puede ser un apoyo, un sostén o, sin querer, un obstáculo. Comprender y hacer espacio a los miedos que surgen ante la autonomía de, por ejemplo, un joven con discapacidad que empieza a dar sus pasos hacia la vida adulta va a facilitar el proceso para todos. En una reunión familiar sobre un proyecto de microemprendimiento, se dieron las siguientes situaciones: El papá de G. no pudo dejar de contar el relato de las 18 internaciones previas de su hijo, y sin embargo no puede más del orgullo que le genera su autogestión para trabajar en un kiosco. Se emociona. La hermana de L. manifiesta su intención de apoyo para lo que surja de esa reunión, pero también se lee un inmenso agotamiento cuando le contesta al papá de E. sobre un comentario que él hizo: “¿Una vez sola lo tuviste que sacar de la comisaría? Tenés suerte”. Conocer esta dinámica, entonces, nos permite identificar los posibles apoyos, el alcance de las redes.

En cuanto a la Institución, tener en claro su misión, características del dispositivo en que se encuentra la persona es fundamental para comprender la situación general de la persona, sus posibilidades o restricciones, y clave a la hora de hacer propuestas adecuadas de intervención. El ambiente, el espacio, los objetos posibilitan un estar, ya sea transitorio o no, que nos vincula a ese lugar. Por el contrario, la interrupción o transición de la pertenencia a un lugar puede tener consecuencias en la identidad y el bienestar. El espacio, los objetos, el clima que se puede generar va a influir directamente como intervención. En un dispositivo de internación en salud mental, implementamos un buzón para que las personas pudieran decir más allá de los espacios terapéuticos y retomar, desde allí, las sugerencias para transformar el estar cotidiano. En ese buzón se podían encontrar cosas como estas: “Pónganle más fideos a la sopa”, “creo que la cocina de este lugar no está preparada para albergar a pacientes vegetarianos”, “encuentren el cancionero”, “sería mejor que los talleres sean después de la siesta o del té”, “quiero hoy 23/12 volver con mi familia”, “me pone mal cuando no atienden el teléfono”, “estoy volviendo del infierno”. Hacer que el espacio resulte contenedor, organizador, disminuya la angustia generada por estar en un lugar no familiar, predisponga a la colaboración y al compromiso con el proceso de tratamiento y producir cambios en el estado de ánimo es algo que se debe garantizar en un dispositivo de estas características. En una conferencia, Winnicott se refiere a esto vinculado incluso a intervención:

“Aprendí pronto que en aquel albergue ya se hacía terapia. La practicaban sus muros y techos, los vidrios del invernadero… los baños absurdamente grandes para que los chicos pudieran chapotear en agua caliente hasta el ombligo. La practicaba el cocinero, la regularidad con que llegaba la comida a las mesas, los cobertores suficientemente abrigados y quizás los colores cálidos, el esfuerzo por mantener el orden…”.En su libro Proyecto manicomio, la Dra. Jorgelina Sequeira comparte su mirada: “Con respecto a pacientes que viven hospedados en instituciones, he visto mayor mejoría en aquellos que se han podido apropiar del espacio, han podido generar un vínculo transferencial con la institución, lo que llevó a que pudieran sentirse acogidos, sentir pertenencia, dejar la lucha y el malestar, abandonar la resistencia a ser ayudados, aceptarse con dificultades y reconocer el momento por el que están pasando”. Facilitar el sentido de pertenencia y la posibilidad de ser ayudados en un momento de dificultad, me parecen tareas excepcionalmente reconfortantes.

Pensar el beneficio de esa pertenencia también para quienes trabajan allí, sin dudas tendrá repercusión en la calidad de atención. Entonces, hay que encontrar ese cancionero y no escatimar en los fideos de la sopa.

La evaluación de estas oportunidades y estos espacios requieren de otro factor que merece ser desarrollado y que nos suele resultar limitante: el tiempo



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