Preparación para la vida - Dr. Héctor Caram-Andruet - E-Book

Preparación para la vida E-Book

Dr. Héctor Caram-Andruet

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Beschreibung

Este libro involucra un diálogo con la Palabra de Dios, guiado por el Espíritu Santo y enfocado en lo que debemos creer y hacer para encontrar el Camino, fortificarnos en la Verdad y alcanzar la Vida eterna. La Biblia advierte que ya estamos en los "días tardíos", y que "nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados y potestades, contra seres espirituales de maldad en altos sitiales". Profetiza que la ciencia avanzará hacia un Nuevo Orden Mundial y una Iglesia Universal, promovidos por Satanás previo a la aparición del Anticristo y el Falso Profeta en los "días finales", en el "Período Apocalíptico de la Gran Tribulación", que culminará en la 2da. Venida de Cristo con la derrota de las fuerzas del mal en Armagedón. Pero la buena noticia es que Dios ha prometido a la Congregación Fiel, la que ha guardado su Palabra, que Él "te rescatará en la hora de prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la Tierra. Vengo pronto".

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Seitenzahl: 283

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Índice de contenido

Portada

Créditos

Prefacio

Introducción

CAPÍTULO 1 SUPREMACÍA DE JESUCRISTO

¿Por qué escribir sobre Él?

El Testimonio del Padre

El Testimonio de Cristo

CAPÍTULO 2 JESUCRISTO EN LA TRINIDAD

El Hijo Unigénito del Padre

Los Atributos de Dios

Las Cualidades de Dios

CAPÍTULO 3 PREPARACIÓN DEL HOMBRE INTERIOR

El Principal Propósito del Hombre

Fijando Prioridades

Exhortación a la Sabiduría

El Amor por Jesucristo

El Amor por el Prójimo

Amistad con Dios

No Confíes en tu Entendimiento

La Racionalización del Pecado

El Bautismo del Espíritu Santo

Los Dones del Espíritu

Los Frutos del Espíritu

Caminando con Dios

La Oración

La Unción

La Comunión

Las Aflicciones del Cristiano

La Duda

El Perdón

El Ayuno

Contentamiento

CAPÍTULO 4 LA PREPARACIÓN DEL HOMBRE EXTERIOR

El Hombre Exterior

La Gran Comisión

Respondiendo al Llamado

Enviados de Dios

Coraje Cristiano

Hermandad en el Espíritu

Las Obras

Trabajadores con Dios

Ministerio de Intercesión

Ministerio de Ánimo

Fidelidad hacia los Hombres

Responsabilidad hacia el Amigo

El Misionero

Victoria en Jesucristo

CAPÍTULO 5 PREPARACIÓN PARA LA LUCHA

Nuestra Lucha

Tiempo de Engaño

Las Fuerzas del Mal

Idolatría

No desechéis a Dios

Lo Religioso vs. lo Espiritual

CAPÍTULO 6 PREPARACIÓN PARA LA MADUREZ

La Madurez Espiritual

Emocionalidad vs. Espiritualidad

La Renovación de la Mente

La Batalla de la Mente

La Obediencia

La Integridad

Cristo: la Luz

CAPÍTULO 7 PREPARACIÓN PARA LA VIDA

Avanzando hacia la Meta

El Rapto de la Iglesia

CAPÍTULO 8 EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN

Breve Resumen

Segunda Venida de Cristo

El Milenio

El Juicio Final

CAPÍTULO 9 EL INGRESO A LA VIDA

El Reino de Dios

La Eternidad

Conclusiones

Nota Personal del Autor

Antecedentes Biográficos del Autor

Sinopsis

Índice

Hitos

Índice de contenido

Portada

Dr. Héctor Caram-Andruet

Preparación para la vida

Un Diálogo con la Palabra de Dios

Caram-Andruet, HéctorPreparación para la vida : un diálogo con la Palabra de Dios / Héctor Caram-Andruet. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-1624-4

1. Religiones. I. Título.CDD 231.04

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723Impreso en Argentina – Printed in Argentina

A Jesucristo, nuestro Señor.

A Graciela, mi esposa.A mis hijos: Martín, Roger y Andrea.A mis nietos: Ian y Lucas.

Prefacio

Este libro está dirigido a Cristianos y No-Cristianos, a todos quienes sean guiados por el Espíritu de Dios a leerlo. A los primeros, para su edificación espiritual; a los segundos, para el conocimiento de la verdad. 

Ha sido escrito y estructurado dando total preeminencia a la Palabra de Dios, intercalando comentarios a la misma bajo la guía y sabiduría del Espíritu Santo. Por ello, las referencias bibliográficas a libros otros que la Sagrada Biblia son mínimas, apelando en vez al uso amplio y frecuente de concordancias.

El estilo del autor procura claridad y precisión en su mensaje, incorporando en forma asidua y literal los textos bíblicos analizados, de manera que la evaluación de los comentarios e interpretaciones del autor puedan ser directa y rápidamente cotejadas con los mismos. El uso de párrafos y sub-párrafos de contenido temático tienen el mismo propósito.

El autor sostiene la interpretación literal de la Palabra de Dios, que es la posición que adoptó la Congregación Patriarcal en sus primeros 300 años de vida, antes de que se desarrollaran “doctrinas de hombres” paralelas y ocasionalmente contradictorias a las Escrituras, como el propio Señor Jesucristo lo advirtió (Mt.15:9). Por ello, el autor se opone firmemente a los que pretenden editarla o modificarla de su texto original.

Introducción

El autor publicó en el 2014 en EEUU de Norteamérica, por medio de la Editorial Charisma Media Company, el libro titulado “The World Crisis and Bible Prophecies- Discerning the Signs of the Later Days”, lo que traducido significa: “La Crisis Mundial y las Profecías Bíblicas- Discerniendo las Señales de los Días Tardíos”, donde se analizaron todas la profecías concernientes al tiempo presente, o lo que las Escrituras denominan como “Los Días Tardíos”. El autor ha considerado importante Incorporar un breve resumen del mismo en el presente libro, de manera de proveer al lector una visión escatológica de lo que el Señor nos advierte habrá de ocurrir en el futuro cercano. Es esencial ampararnos en la protección de Dios para que lo que viene sea motivo de bendición, y no de consternación.

En décadas recientes ya se han cumplido extraordinarias “señales externas” anunciadas por Dios, tal como el regreso de la diáspora Judía desde todas las naciones del mundo a la Tierra Prometida, profecía cumplida con la fundación del Estado de Israel en 1948. Así también el retorno del pueblo Judío a Jerusalén ocurrido en 1967. Concurrentemente, el “florecimiento” (Mt.24:32-33) de Israel desde 1967 hasta el presente, período durante el cual se ha convertido en una de las naciones más avanzadas del mundo en lo que era una tierra desértica y desolada. La profetizada permanencia del Estado de Israel en la Tierra Prometida también se cumplirá (Am.9:14-15), a pesar de los intentos bélicos por parte de los 100 millones de musulmanes que la rodean, porque Dios así lo ha prometido. 

Asimismo, están ocurriendo numerosas “señales espirituales” profetizadas para los “días tardíos”, como el avance del conocimiento, la degradación ética y moral del hombre moderno, como lo describe la Palabra en términos muy claros (2 Tim.3:1-5). Se nos advierte de igual manera: “Revestíos de la armadura de Dios, para que podáis resistir contra las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los seres espirituales de la maldad que están en las alturas” (Ef.6:10-12). El propio Señor Jesucristo, respondiendo a sus discípulos sobre la parusía (su regreso a este mundo) y el final de los tiempos, les advirtió “mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos amparándose en mi nombre y dirán: ¨Yo soy el Cristo¨ y engañarán a muchos. Habéis de oír fragores de batallas y noticias de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis. Porque eso tiene que suceder, pero todavía no es el fin. Efectivamente se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá pestilencias y terremotos en diversos lugares. Todo esto será el comienzo del doloroso alumbramiento” (Mt.24:3-8). 

Las precedentes son profecías originalmente escritas hace más de 2.000 años, referidas por el autor en su libro del 2014, y que están hoy siendo consideradas en el presente libro (escrito en el 2020) en medio de la Pandemia del Covid-19, las que se están ya cumpliendo para el desconcierto del mundo. Jesucristo advirtió que “no os alarméis” porque Satanás y sus ángeles caídos inducirán a los líderes mundiales a controlar la humanidad por medio del miedo, restricciones a las libertades individuales, la manipulación de la mente y las emociones, lo que en el presente es agravado por el uso de los medios masivos de comunicación. 

Adviertan que “la activación de terremotos de gran intensidad en diversos lugares” ya está ocurriendo, pero se agravarán en el futuro cercano. Para los que digan: terremotos y guerras los ha habido siempre, Cristo aclaró que estos aumentarán en frecuencia e intensidad, como los dolores del parto, en la medida que el tiempo se acerca (Mt.24:8). La presente pandemia está ya categorizada como uno de los mayores desastres en la historia de la humanidad, si bien el Señor ha dicho “no es el fin aún”. Por ende, en el contexto de las profecías previamente referidas, esta pandemia no puede sino ser considerada como una advertencia de Dios para la humanidad que se ha alejado de Él para que se arrepientan, y para los cristianos, para que se mantengan firmes en la fe. La llamada “Revolución Tecnológica” y en particular la aplicación de la Inteligencia Artificial y el Trans-humanismo (la supuesta futura digitalización de la conciencia humana), están igualmente siendo promovidas por las fuerzas del mal y representan un pretendido desafío al Omnipotente. No obstante, la presente pandemia no será significativa comparada con los cataclismos apocalípticos de los tiempos finales, los que sí causarán terror en el mundo, con el propósito de que los hombres reconozcan sus limitaciones frente al Todopoderoso. “Porque escrito está: Destruiré la sabiduría de los sabios, y anularé la inteligencia de los entendidos” (1 Cor.1:19).

Período Intermedio

Esas mismas Escrituras advierten que esta crisis es sólo el “comienzo del doloroso alumbramiento”, por cuanto al presente ya estamos incursionando en el período previo al Rapto de la Iglesia y a la Gran Tribulación de los días finales. Durante este período se materializará un creciente desorden socio-económico y moral en el mundo que preparará el camino para un Nuevo Orden Mundial y una Nueva Religión Universal dominados por el mal, temas sobre los que ya se habla hoy y se continuarán desarrollando en los próximos años. Por ello, el autor se concentrará en los capítulos siguientes de este libro en el período actual de la humanidad que culminará con el Rapto de la Verdadera Congregación Cristiana (1 Tes.4:16-17), el que analizará conforme a las Escrituras y sin incursionar en aspectos doctrinarios o tradicionales que no están mencionados en las mismas. La auténtica Congregación Cristiana representa a aquéllos que verdadera y fielmente guardan los preceptos y admoniciones de Jesucristo, quién es el Verbo y nuestro Señor. Por eso este libro ha sido titulado “Preparación para la Vida” y se enfoca en lo que debemos creer y hacer para encontrar el Camino, comprender la Verdad y alcanzar la Vida eterna en el Reino de Dios. Es la esperanza del autor que ello ayude a desplazar la actual preocupación de tantos por doctrinas demoníacas, la muerte terrenal y las cosas de este mundo. El aguijón de la muerte ya ha sido vencido por Cristo en la cruz (1 Cor.15:54-55). No obstante, “El Espíritu dice expresamente que, en los últimos tiempos, algunos desertarán de la fe y se entregarán a espíritus engañosos y enseñanzas demoníacas” (1 Tim.4:1) y eso es hoy una creciente realidad. Por ello, los cristianos sufrirán un nuevo período de persecución.

El Rapto de la Iglesia Fiel

Pero los que persistan en la fe serán rescatados: “Porque has guardado la consigna de Mi constancia, también Yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la Tierra. Vengo enseguida. Conserva lo que tienes, para que nadie te quite tu corona” (Ap.3:10). El Rapto del pueblo de Dios de la Tierra y la simultánea remoción del Espíritu Santo que habita en él, antes del Período de la Gran Tribulación, ocasionarán gran consternación y confusión en el mundo. Por una parte, millones de fieles a Cristo de todas las edades, sexo y condición social serán arrebatados de la Tierra simultáneamente y en todo el mundo. Los infieles que queden en el mundo reaccionarán de diversas maneras, en medio del estupor y el miedo. Pero es de esperar que cada uno reaccione acorde a su espíritu, educación e instintos, lo que significa que habrá empatía en muchos por los demás, así como que otros demostrarán lo peor que hay en ellos: crímenes, robos y violencia. El Espíritu Santo, que habrá sido removido, tampoco estará en el mundo para constreñir las fuerzas del mal: “Ahora ya sabéis lo que le retiene, hasta que aparezca en su momento (el Anticristo, o “el hijo de la perdición”). Porque el misterio de la impiedad está ya en acción. Apenas desaparezca el que hasta ahora lo está reteniendo (el Espíritu Santo) aparecerá el impío, a quién el Señor (Jesús) destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parusía” (2Tes.2:6-8). 

Por ello, reafirmamos que el foco de este libro será concentrarnos en la oportunidad actual de consolidar la decisión de los que creen, y de esforzarse en mantenerlos fieles a la Palabra para ameritar ser escogidos por Dios para el Rapto de este mundo, previo a la Tribulación. En otras palabras: Cristo nos reitera hoy, a los que estamos vivos, la posibilidad de no conocer muerte; y a los que habrán de morir en el Señor antes del Rapto de la Iglesia, el ser resucitados primero; todos liberados en cuerpos de incorrupción, para conjuntamente unirnos por siempre a Él (1Tes.4:15-18). Es por eso que consideramos de extrema importancia que se conozca y comprenda esta promesa del Señor, así como los horrores de la Tribulación para no ser tentados y caer en ella, lo que se analizará bíblicamente en este libro, si bien de manera breve y resumida. La decisión que se tome ahora tendrá consecuencias eternas, y lo eterno es para siempre! Dice el Espíritu a través del Apóstol Pablo: 

“Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: para los que cayeron, severidad; para contigo, en cambio, bondad divina, si es que te mantienes dentro de esta bondad. De otro modo, también tú serás cortado” (Rom.11:22). Por cuanto que es difícil para el hombre comprender lo infinito del amor de Dios, quién no dudó en enviar a su Hijo unigénito a morir vicariamente por nosotros en la cruz, para que el que crea en Él no se pierda sino gane la vida eterna en su reino; así también le es difícil al hombre entender la magnitud del odio y maldad de Satanás y sus adeptos contra Jesucristo y los que creen en Él. Por ello, deberemos comprender que la justicia perfecta demanda que el castigo sea proporcional a la ofensa infligida contra Dios y su Cristo, ergo el porqué de la severidad de la Tribulación.

Período de la Gran Tribulación 

(7 años), previo al regreso glorioso del Señor Jesucristo se producirá el advenimiento de la Falsa Trinidad y de sus ángeles caídos: “Aquél (el Anticristo) tendrá también su parusía, por la acción poderosa de Satanás, bajo la forma de toda clase de poder, de signos y de prodigios falsos y de toda especie de maldades, que seducirán a los que están en vías de perdición, por no haber acogido el amor de la verdad que los habría salvado. Y por eso Dios les manda una poderosa fuerza seductora que los llevará a creer en la mentira, de suerte que acaben condenados todos los que no creyeron la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad” (2Tes.2:9-12).

Durante este período, a muchos les costará comprender y se confundirán con el despliegue de poder de las fuerzas del mal, específicamente autorizadas por Dios para dictatorialmente dominar al mundo durante ese período. Pero el designio de Dios es que ésta sea una prueba final para el remanente de cristianos, judíos y creyentes que no ameritaron ser rescatados en el Rapto de los fieles. A pesar de esto, una buena parte de ellos regresarán a Dios durante la Tribulación, pero a costas de enormes sufrimientos o de morir mártires (los Santos de la Tribulación). 

Durante los 3.5 primeros años de este Período, el Anticristo gobernará con extraordinaria sagacidad y con el despliegue de falsas señales y milagros, dominará y consolidará su poder sobre un mundo desquiciado, confuso y dividido durante los años que lo precedieron, y auspiciará el Nuevo Orden y la Nueva Religión Universal que se promovió durante ese tiempo. Como un gran logro, el Anticristo firmará un acuerdo de Paz con Israel, y el pueblo Judío lo confundirá con el “Mesías” que han estado esperando por siglos (por cuanto que no reconocieron a Cristo cuando vino), pero antes del fin de este período los traicionará, e Israel será invadido por una coalición de naciones dirigidas por él. Asimismo, el Anticristo sobrevivirá en forma aparente una falsa herida de muerte en su cabeza, que impactará a muchos. Formará también una coalición de Diez Reinos en Europa (a semejanza del viejo Imperio Romano), consolidando su hegemonía territorial y causando persecución y muertes masivas sin piedad alguna. “Porque entonces será la angustia tan grande como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y si no se abreviaran aquéllos días nadie se salvaría; pero en atención a los elegidos, se abreviarán los días aquéllos” (Mt.24:21-22). Su reino durará otros 3.5 años (la segunda mitad del Período de la Tribulación), durante el cual el Anticristo reconstruirá el ala del Templo de Jerusalén y entrará en el lugar sagrado y se declarará Dios, acto que las Escrituras llaman “la Abominación de Desolación” (Dn.11:31). Esto desatará el juicio final de Dios sobre el Satanás, el Anticristo, el Falso Profeta y la población mundial que ha aceptado la marca de la Bestia, un sistema satánico de control reconocido por el nombre de la Bestia o el número “666” (en el lenguaje de hoy, seguramente un sistema computarizado de extraordinaria velocidad y memoria, con reconocimiento de imágenes y estructuras robotizadas), siendo la “marca” seguramente un chip insertado en la mano derecha o en la frente de la población, “sin el cual nadie podrá comprar ni vender”, y que permitirá a la Bestia matar a quienes se nieguen a recibir dicha marca (Ap.13:15-18). Esta es una profecía extraordinaria por dos razones fundamentales:

Nos conmina a aceptar en fe que Dios ha otorgado a la Falsa Trinidad el poder de dominar a los Santos de la Tribulación y al mundo durante los últimos 3.5 años del período de la Tribulación, para probar su arrepentimiento y fidelidad (su Iglesia Fiel ya habrá sido previamente rescatada del mundo sin conocer muerte, como se comenta más arriba: El Rapto de la Iglesia). Esta será una dura prueba, en cierta manera semejante a la obediencia de Jesucristo al pedido del Padre, quién estando en igualdad con Dios, no vaciló en aceptar su sacrificio y muerte vicaria para salvar a los pecadores que creyesen en Él (Flp.2:5-9).

La anticipación profética (2.000 años) de un sistema de computación de avanzada tecnología para los tiempos finales, que solo los que vivimos hoy pudiésemos entender (algo imposible para los que nos antecedieron), representa una extraordinaria profecía.

Los Juicios de Dios 

Éstos serán anunciados al inicio de la etapa final del Período de la Tribulación, acorde a lo descripto en el libro de Apocalipsis, Capítulo 5, Los Siete Sellos, y que representan el preanuncio de los flagelos que se ejecutarán posteriormente a través de Las Siete Trompetas (Ap. Cap. 8 y 9) y Las Siete Copas (Ap. Cap.16), como se comentará seguidamente.

La Apertura de los Siete Sellos

: por parte del Cordero (el Señor Jesucristo), seguirán un orden cronológico y progresivo. Los cuatro primeros corresponden a los Jinetes del Apocalipsis, a quienes se les dará autoridad sobre un cuarto de la Tierra para conquistar, quitar la paz, imponer justicia, a matar con la espada, con hambruna, pestilencia y con fieras salvajes. El quinto sello alude a los mártires, Santos de la Tribulación, que darán sus vidas por causa de la Palabra de Dios. El sexto sello advierte sobre un gran terremoto, en que el Sol se volverá negro, la luna como de sangre, y los astros del cielo caerán como una higuera deja caer sus brevas. Y cuando se abra el séptimo sello habrá un silencio absoluto en toda la Tierra durante 30 minutos. En ese momento, a los cuatro ángeles del Señor con poder de dañar la tierra, el mar y los árboles, se les ordenó no proceder hasta que los “144.000 siervos escogidos de todas las tribus de Israel” sean sellados en sus frentes como protección (Ap.14:1-4). Estos habrán de predicar la salvación de Dios a los gentiles remanentes en la Tierra. También se enviarán a “Dos Testigos” con gran poder a predicar la salvación de Jesucristo al remanente Judío, que si bien no son identificados (Ap.11:3-12) se considera que pudiesen ser los profetas Elías y Enoc, quienes en su tiempo fueron llevados a Dios sin conocer muerte. Estos dos siervos predicarán con gran vigor y poderosas señales durante 3.5 años, y serán matados públicamente por las fuerzas del mal, pero Dios los resucitará públicamente al tercer día, como testimonio de su autoridad, en el mismo sitio de su muerte.

El Sonar de la Siete Trompetas

 (Ap .Cap. 8 y 9): de la enunciación de los Juicios mencionados precedentemente se pasará a la ejecución de los mismos, en lo que la Palabra identifica como Las Siete Trompetas, a cargo de siete ángeles:

La primera trompeta causará granizo y fuego mezclado con sangre que abrasará una tercera parte de la tierra, de los árboles y de toda hierba verde;

La segunda arrojará al mar algo así como una gran montaña ardiendo en fuego y la tercera parte del mar se convertirá en sangre, matando una tercera parte de la fauna marítima, y una tercera parte de las naves se hundirán;

La tercera trompeta desplomará del cielo una estrella ardiente sobre ríos y fuentes de agua que se contaminarán, causando la muerte de muchos hombres;

La cuarta afectará una tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas, oscureciéndolas;

La quinta causará que la caída de una estrella abra el pozo del Abismo, del que surgirá una humareda como la de un gran horno, y de ésta saldrán langostas como escorpiones con autoridad para atormentar solo a los hombres que no tienen el sello de Dios durante cinco meses, y serán guiadas por el Rey del Abismo (Satanás);

La sexta soltará a cuatro ángeles con miríadas de miríadas de jinetes prestos para matar, conjuntamente con las dos trompetas anteriores, hasta un tercio de los hombres no protegidos por Dios; “pero el resto de los hombres no se convirtieron de sus asesinatos, ni de sus maleficios, ni de su fornicación, ni de sus robos” (Ap.9:21).

El séptimo ángel “declaró consumado el misterio de Dios anunciado por los profetas… y declaró: El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos” (Ap10:7; 11:15).

Las trompetas precedentes representan gravísimos castigos dirigidos a idólatras, asesinos, maléficos, fornicarios y ladrones, quienes a pesar de la magnitud de las pruebas no se arrepentirán ni retornarán a Dios. Importantemente, debe observarse que los hombres sellados o protegidos por Dios serán eximidos de las consecuencias de dichas pruebas y tormentos. 

Las Siete Copas de la Ira de Dios

 (Ap.Cap.16): serán derramadas en forma sucesiva y rápida por siete ángeles:

El primero derramará su Copa sobre la Tierra, y una úlcera maligna y dolorosa sobrevendrá sobre los hombres que tienen la marca de la Bestia y que adoran su Imagen;

El segundo derramará su Copa sobre el mar, y éste se convertirá en sangre como de muerto, y todos los seres vivientes que existan en el mar perecerán;

El tercero derramará su Copa sobre los ríos y fuentes de agua, que se convertirán en sangre. Y se oyó al ángel de las aguas decir: “Justo eres, el que Es y el que Será, por haber hecho así justicia. Porque derramaron sangre de santos y de profetas, sangre les ha dado a beber. Bien se lo merecen”;

El cuarto derramará su Copa sobre el Sol y le será concedido abrasar a los hombres con fuego. “Blasfemaron entonces del nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, pero no se convirtieron para darle gloria”; 

El quinto derramará su Copa sobre el trono de la Bestia. Su reino se cubrirá de tinieblas y la gente se morderá la lengua de dolor. Blasfemarán entonces del Dios del cielo a causa de sus dolores y de sus úlceras, pero no se convertirán para darle gloria;

El sexto derramará su Copa sobre el río Éufrates, que se secará para dar camino a los reyes, con más de 200 millones de combatientes, que vendrán de Oriente. Declara el profeta que “vio salir de las fauces del Dragón (Satanás), y de la Bestia (el Anticristo) y del Falso Profeta tres espíritus inmundos…que obran señales y visitan a los reyes de la Tierra entera con el objetivo de congregarlos para la batalla del gran día de Dios todopoderoso…y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Harmaguedón” (Ap.16:18). Entonces, el Señor Jesucristo regresará al mundo con sus ángeles para liderar esta batalla contra las fuerzas del mal, a las que derrotará con el poder de su boca.

El séptimo derramará su Copa al aire, y del Santuario saldrá una gran voz que proveniente del trono dirá: ¡Hecho está! , y habrá relámpagos, y voces y truenos, y sobrevendrá un terremoto tan violento como nunca antes. Dios se acordó entonces de Babilonia la grande, para darle a beber la copa del vino de su terrible ira. Desaparecerán entonces las islas y los montes, y una enorme graniza caerá sobre los hombres quienes blasfemarán a Dios, porque la plaga será terrorífica.

La Caída de Babilonia (Ap.Cap.17-18) 

Fue ésta una ciudad originada de Babel, a la que el Señor destruyó por el desafío de sus hombres de querer construir una torre que alcanzara el reino de Dios. Para confundirlos, Él creó entonces diversos lenguajes. Babilonia fue demoníaca desde sus orígenes ya que la esposa de Nimrod, su fundador, fue Semiramis, reconocida como la primera gran sacerdotista de la idolatría y la madre de todo sistema pagano en el mundo, cuya influencia ha perdurado a través de los siglos. Espiritualmente, las Escrituras nombran a Babilonia como la “Gran Prostituta”, porque “con ella fornicaron los reyes de la tierra y con el vino de su fornicación se embriagaron los moradores de la Tierra…sus mercaderes eran magnates… y con sus maleficios se extraviaron todas las naciones. Y en ella se encontró sangre de profetas y santos, y cuantos fueron asesinados sobre la Tierra” (Ap.18). Apocalipsis advierte que Babilonia está construida sobre “siete colinas” y por su pasado de gran poder e influencia, así como de persecución al cristianismo, el comentario en la Biblia Católica de España (usada como referencia en este libro) a 1 Pe.5:13, considera que Babilonia representa a Roma. 

Sea ésta, u otras metrópolis como Nueva York o Londres, según la opinión de otros estudiosos bíblicos, Dios pondrá en la mente del Anticristo y de los diez reinos ejecutar Su propio plan divino, por lo que ellos mismos destruirán Babilonia y la dejarán despojada y desnuda. Bajó entonces un ángel del cielo y gritó a gran voz: “Cayó Babilonia, la grande”… mientras otro ángel decía: Salid pueblo mío de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni partícipes de sus plagas”. Y aunque la ceguera demoníaca del mundo parezca poco menos que imposible, la Palabra dice que se levantarán contra ella y “será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y no aparecerá nunca más” (Ap.18:21).

El Retorno de Jesucristo 

La primera venida de Jesucristo, hace algo más de 2.000 años, fue el evento más importante de la historia del mundo, y dividió el tiempo entre “antes” (a.c.) y “después” (d.c.) de Él. Vino primeramente a su pueblo y este no lo recibió, pese que existían 38 profecías explícitas sobre su nacimiento: cuando sería, como sería, donde sería, de que familia, de su linaje, nacido de una virgen, que sería declarado “Hijo de Dios”, que su ministerio sería en Galilea, que sería rechazado por su pueblo, que sería crucificado, etc…, y por cuanto todas y cada una de éstas profecías se han cumplido, la probabilidad de un error estaría en la enésima potencia, o sea, virtualmente imposible. Esta prueba irrefutable de la veracidad de las Escrituras y de lo que éstas declaran sobre el Señor Jesucristo, la analizaremos en detalle en el Capítulo 1º de este libro. 

Concerniente a la Segunda Venida de Cristo, el respaldo profético es igualmente abrumador: hay 1.845 profecías en las Escrituras sobre este evento, de las cuales 1.527 están en el Viejo Testamento. La mayoría de ellas ya se han cumplido! Sólo la falta de conocimiento de la Palabra de Dios, y de comunión con el Espíritu Santo que nos ha sido dado para guiarnos a la Verdad, pueden aun someramente explicar la presente falta de fe de Judíos y Cristianos, quienes aún piden una “señal” para creer. Pues aquí la tienen delante de sus ojos, y consideren que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hch.11:6). Por ello, incursionaremos en profundidad sobre estos temas en los capítulos siguientes de este libro.

La Segunda Venida de Cristo no será como la primera, vista por un grupo pequeño de pastores y algunas huestes angelicales. Esta vez la Palabra nos dice: “Inmediatamente después de la Tribulación de aquéllos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su brillo, las estrellas caerán del cielo y el mundo de los astros se desquiciará. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, se golpearán el pecho todas las tribus de la Tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad. Y enviará a sus ángeles con potente trompeta, para que reúnan a sus elegidos desde los cuatro vientos, de un extremo al otro de los cielos” (Mt.24:29-31). Cristo montará un caballo blanco, al igual que los ejércitos del cielo que lo siguen, y sobre su manto lleva un nombre: “Rey de Reyes y Señor de Señores”, y frente a Él lo confrontarán todas las naciones de la Tierra con todos sus ejércitos, guiados por la Bestia y por cuantos adoraron su imagen. Pero el Anticristo y el Falso Profeta serán rápidamente tomados prisioneros, y “ambos … arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre. Los demás fueron muertos por la espada que salía de la boca del jinete” (Ap.19:20). Dice la Palabra que después de esto, habrá un gran clamor en el cielo, y se oirá: “¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder de nuestro Dios, porque sus designios son verdaderos y equitativos…”.

Y entonces aparecerán tronos y las almas de los que habían sido decapitados por causa de dar testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios durante la Tribulación, quienes “volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. Esta es la Primera Resurrección. Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos no tiene potestad la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con Él por mil años” (Ap.20:4-6). 

El Milenio 

Por designio de Dios, sólo Satanás será entonces encadenado (constreñido) y arrojado al Abismo por 1.000 años, tiempo durante el cual Cristo reinará en la Tierra en lo que se llamará “el Milenio”. Los Santos de la Tribulación serán entonces resurrectos y reinarán con Cristo durante ese período como sacerdotes y la muerte no tendrá ya potestad sobre ellos. Los demás muertos no volverán a la vida hasta cumplidos los 1.000 años y los grandes y pequeños serán entonces juzgados delante del Trono Blanco de Jesucristo, según las obras registradas en los libros. Y a los que su nombre no se encontró escrito en el Libro de la Vida fueron precipitados en el lago de fuego, junto con Satanás, el Hades y la Muerte. Esta es la Segunda Muerte.

Al final del Milenio, Satanás será liberado del Abismo por un breve tiempo y saldrá una vez más “a seducir a los pueblos que están en los cuatro ángulos de la Tierra para congregarlos a pelear, tan numerosos como la arena del mar. Avanzaron por la superficie de la Tierra y cercaron el campamento de los Santos y la ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró. El diablo que los había seducido fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la Bestia y el Falso Profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap.20:7-10). Resulta casi incomprensible que tantos hombres que habrán de vivir durante el Milenio bajo la gloria y bendiciones del reinado de Cristo pudiesen ser, una vez más, seducidos por Satanás para rebelarse contra Él. Pero la Palabra dice que “engañoso es el corazón de los hombres más que todas Las cosas” (Jr.17:9). Podría tal vez compararse esta situación con la tentación de Adán, quién rodeado de bendiciones en el paraíso se dejó seducir por el diablo por la idea de ser como Dios, y pecó comiendo del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, que era lo único que se le había prohibido. 

La Nueva Jerusalén 

Las Escrituras cierran con la más gloriosa promesa de Dios: “Vi luego cielo nuevo y Tierra Nueva, porque el primer cielo y la primera Tierra pasaron, y el mar no existe ya. Y vi la ciudad santa, la Nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, preparada como esposa ataviada para su esposo. Oí una gran voz que procedía del trono, la cual decía: ¨Aquí está la morada de Dios con los hombres. Morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte ya no existirá, ni existirán ya ni llanto ni lamentos ni trabajos, porque las cosas de antes ya han pasado¨. El que estaba sentado en el trono dijo: ¨Mirad, todo lo hago nuevo¨. Y añadió: ¨Escribe, porque estas son las palabras fidedignas y verdaderas¨. Luego prosiguió: Hecho está! Yo soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, Yo le daré gratis de la fuente de la vida. El que venza heredará estas cosas. Y Yo seré su Dios y él será mi hijo”. (Ap.21:1-7). Pero Su advertencia es igualmente clara: Nada impuro entrará en ella, ni tampoco los que cometen abominación o falsedad, sino sólo los que están inscritos en el Libro de la Vida del Cordero.