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Relatos y crónicas radicales es una mirada objetiva del partido más antiguo de Argentina en estos cuarenta años de democracia, a través del relato histórico de hechos que sucedieron y personajes que se involucraron en la vida democrática del país y de la provincia de Santiago de Estero. Este relato se traslada particularmente al pequeño pueblo de Fernández, desde la década del cuarenta, cuando los inquietos habitantes comenzaron a expresar sus convicciones para resolver los conflictos de la sociedad y promover la calidad de vida, sus derechos y obligaciones. Épocas de consensos, pese a la disparidad de ideas; épocas de buscar el bien común, de dictar leyes para mejorar la educación; de elecciones de hombres comprometidos con la salud y el deporte. Tiempo de comités y unidades básicas. El inicio de la vida democrática, desde que el pueblo de Fernández emite por primera vez su voto para elegir al intendente y al concejo deliberante. Las páginas de este libro son un homenaje a la vida democrática de la ciudad de Fernández; a los hombres y mujeres de las distintas ideologías que gobernaron por el bien común, a la visita del presidente Raúl Alfonsín, como un hecho histórico y único.
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Seitenzahl: 178
Producción editorial: Tinta Libre Ediciones
Córdoba, Argentina
Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo
Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.
Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.
Tillan, Cristina Teresa
Relatos y crónicas radicales : historia de la Unión Cívica Radical en la ciudad de Fernández y su contexto nacional y provincial / Cristina Teresa Tillan. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2024.
204 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-824-829-5
1. Historia Argentina. 2. Relatos Históricos. 3. Historia Regional. I. Título.
CDD 306.0982
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Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
© 2023. Tillan, Cristina Teresa
© 2023. Tinta Libre Ediciones
Dedico estas páginas a la memoria de todos aquellos que hicieron de la democracia una forma de vida.
A todos los ciudadanos que tomaron la decisión de vivir en democracia, eligiendo a sus dirigentes.
A los que militaron y militan en la UCR de la ciudad de Fernández.
Agradecimientos:
Doctor Víctor Araujo
Francisco del Valle Durán
Raúl Jorge Castillo
Juan Domingo Roitman
Honorable Concejo Deliberante
Municipalidad de la ciudad de Fernandez
Índice
Nota de la autora 13
Introducción 17
CAPÍTULO 1
Hombres radicales 21
Desde Mitre y Alem hasta Yrigoyen 23
Nace un nuevo partido en Argentina 23
La Revolución del Parque o Revolución del 1890 24
Una segunda revolución 26
La Revolución de 1905 29
CAPÍTULO 2
Desde Yrigoyen hasta Illia 33
El Yrigoyenismo 35
La Ley del Sufragio Universal, Ley N.° 8871 35
¿Cómo se votaba antes de esta nueva ley? 36
Elecciones de 1916 37
Un santiagueño en la reforma universitaria 37
De embajador de Francia a presidente 39
Elecciones de 1928 (segunda presidencia de Yrigoyen) 40
El golpe con olor a petróleo 41
Elecciones de 1958: Balbín y Frondizi 44
Con Frondizi, la Unión Cívica Radical regresa al gobierno 47
Arturo Illia 49
Economía y Agro 49
Junta Coordinadora Nacional 52
Emblemas de la UCR 53
CAPÍTULO 3
Advenimiento de la democracia (1983-2023) 55
Mi padre y los ideales de Alfonsín 57
Comienzo del tiempo político del Dr. Alfonsín 57
La multipartidaria 60
Interna Radical para elegir candidato presidencial 62
Alfonsín, padre de la democracia 63
El coraje de Alfonsín durante las adversidades y conflictos en su gobierno 64
Anécdotas de un líder 65
La despedida 67
CAPÍTULO 4
Mujeres radicales 71
Mujeres radicales contemporáneas 78
Margarita Malharro de Torre y el Proyecto de Cupo Femenino 81
Mujeres militantes en la ciudad de Fernández 84
CAPÍTULO 5
Santiago del Estero, entre la complejidad, el quiebre y un epílogo de consenso 87
Inicios de la UCR: gobiernos radicales en Santiago del Estero 89
Divisiones del partido y primer gobernador radical 90
Los gobiernos radicales antes del peronismo 94
José Ignacio Cáceres: conciliador para mantener la unidad 95
Alianzas y fusiones para armar un nuevo partido 96
Eduardo Miguel: De Loreto a la gobernación 99
Benjamín Zavalía, gobernador electo 99
1983: El retorno de la democracia en Santiago del Estero 101
Tiempo de reformas 102
Gerardo Zamora, gobierno de consensos 104
Claudia Ledesma Abdala 105
CAPÍTULO 6
Fernández, inicio de las instituciones, comité y hombres radicales 107
La estación Fernández y los inicios de la vida ciudadana 109
Primera comisión municipal 110
Celebración del cincuentenario de Fernández con presencia radical 111
Los comités del radicalismo en las décadas de 1940 y 1950 113
1963, concejo de vecinos durante el gobierno de Arturo Illia 118
Municipio de tercera categoría y primer intendente radical de Fernández 121
Elecciones de 1973 122
Proceso de Reorganización Nacional: la Dictadura Militar desde 1976 a 1983 124
1983: Regresa la democracia a la ciudad de Fernández 125
Intendencia de Ricardo Lucindo Araujo 126
Intendencia de Luis Fernández (1987-1991) 126
Intendencia de Juan Carlos Fortuna (1995-2001) 127
Concejales por la UCR entre 1973 y 2018 129
Hombres que acompañaron el gobierno de la UCR en Fernández 132
Ricardo Melano, secretario de Vivienda, Acción Social y Cultura (1987) y secretario de Gobierno (1995) 133
Osvaldo Peiretti, secretario de Gobierno (1987) y concejal (1988-1991) 133
Víctor Rodolfo Araujo: concejal, vicepresidente del Concejo Deliberante (1987-1990) y secretario de Gobierno (1995) 135
Francisco del Valle Durán: concejal y presidente del Concejo Deliberante (1987-1990) 135
Internas radicales locales 136
Anécdotas de la interna del inicio de la democracia en 1983 (también por Raúl Jorge Castillo) 138
Conclusiones partidarias de Castillo 139
Aquellos militantes 140
CAPÍTULO 7
La visita de Raúl Alfonsín a Fernández 141
5 de mayo de 1990, sesión Concejo Deliberante 143
Visita del doctor Raúl Alfonsín al Honorable Concejo Deliberante 144
CAPÍTULO 8
El compromiso a través de las leyes 153
Dr. José Cheein, diputado provincial (1958) 155
Jorge Raúl Castillo, constituyente y diputado provincial (1985) 157
Algunos aspectos de la Ley 5804 160
Anécdotas partidarias 160
Director de Cultura desde 1983 hasta 1986 162
Anécdotas como diputado 163
Un altercado en el gobierno de Menem por el Canal Federal 164
CAPÍTULO 9
Tiempo de crecer 171
A cuarenta años de democracia ininterrumpida 173
Gestión del Dr. Víctor Araujo 174
Te mira la historia, te mira un pueblo: Fernández eligió el presente 178
Honorable Concejo Deliberante 181
Declaración del Concejo Deliberante a los cuarenta años ininterrumpidos de democracia 182
Tres generaciones radicales 184
Caminar hacia la convivencia democrática 191
Bibliografía 193
Nota de la autora
Cuando acepté la invitación para relatar algunos hechos que tienen que ver con la trayectoria del partido más antiguo de Argentina, visualicé enseguida la ideología de mi padre y busqué hacerlo como homenaje a él y a otros hombres de la ciudad de Fernández que, a través del Partido Radical, buscaron el bienestar de la comunidad cuando ejercieron o ejercen responsabilidades en el municipio.
Quizás mi trayectoria artística estuvo empapada de argumentos operísticos que revelan ideas políticas y profundizan la historia de cada lugar donde se sitúa la escena: “Mozart tocaba los estragos del mal gobierno y los ocultos abusos del poder” (Pons, 2017).
Los contextos políticos, por ejemplo, dieron forma a la ópera.
Las ideas y concepciones políticas insertadas en la música, la pintura, la escultura y la escritura revelan que fueron los medios para canalizarlas. Por ejemplo, Wagner hace un discurso contra la Revolución Industrial, y la ópera de Verdi es propaganda política y “hunde sus raíces en la denuncia social” (Vargas-Machuca, 2011).
El escenario se nutre con personajes, algunos más importantes que otros, algunos con más trayectoria. Desde la platea, se aplaude o se deja de aplaudir, o se disfruta o no de esa escena, según su mala o buena interpretación.
La escena de la política también merece a veces el aplauso; otras, las revelaciones o las abstenciones. Algunos personajes son aplaudidos o repudiados, son idealizados, porque no son reales. Lo importante es que las convicciones sean reales.
Mi relato no es una clase de historia política, porque no soy académica en este tema; tampoco pretendo competir con aquellos que lo son. Solo, a través de fuentes, testimonios y vivencias, quiero mostrar hechos que sucedieron cuando los simpatizantes de la Unión Cívica Radical ejercieron la política en el municipio de Fernández.
Las célebres frases y textos de los grandes referentes del partido que se encuentran plasmados en este libro son un gran desafío para el lector, que quizás sueña con que estos se hagan realidad a través del rol que cumplen las personas elegidas democráticamente para desempeñar la política en los distintos cargos asignados por la ciudadanía.
En los primeros capítulos, relato algunos hechos cronológicos de los orígenes de la Unión Cívica Radical, en los que se dan a conocer los distintos momentos que vivió la militancia entre 1890 y 1983 a nivel nacional y provincial. También, la vida institucional en el Municipio de Fernández y el rol del primer concejo deliberante en sana convivencia con el Partido Justicialista, a través de hechos y vivencias de las sesiones y de los hombres y mujeres que participaron de esta.
No quise dejar de lado el rol que cumplieron algunas mujeres dentro del radicalismo en la lucha por sus derechos. Mujeres que se manifestaron a principios del siglo XX, cuando el mundo político solo era de hombres; mujeres que buscaron a otras mujeres para la lucha por la igualdad y que hasta por décadas contemporáneas siguieron sumando victorias y desafíos.
En nuestra ciudad de Fernández surgieron dirigentes comprometidos y jóvenes mujeres que trabajan hoy en proyectos para una ciudad moderna.
Estudiar el pasado y el presente debería ser la consigna que ayudará a vislumbrar un futuro de sana convivencia democrática, ya que la democracia cumple cuarenta años ininterrumpidos en Argentina.
Introducción
Nombres como Alem, Yrigoyen, Alvear, Balbín, Frondizi, Illia, De la Rúa y Alfonsín quedaron plasmados en la memoria de muchos ciudadanos fernandenses, que escuchaban desde su infancia a sus abuelos o padres simpatizar por estos señores que plasmaron sus ideas para formar un gran partido que luego haría historia en todas las provincias y pueblos de la República Argentina.
La ciudad de Fernández, en ese tiempo, era un punto pequeño que no conocía de política, pero, con su fundación, inmigrantes y habitantes de allí comenzaron a involucrarse en organizar la institución que regiría la vida ciudadana.
En 1891, a un año de la fundación de Fernández, se creaba uno de los más importantes partidos políticos de Argentina.
Aquel 26 de junio de 1891, seguidores de Leandro Alem constituyen la Unión Cívica Radical.
Las provincias poco a poco se irían involucrando en este nuevo partido y esto se trasladaba a pequeñas localidades.
Así fueron surgiendo nuevos nombres, convertidos en dirigentes, cegados por la pasión de una nueva disciplina. De la misma manera que con el deporte, la política sería un nuevo camino para manifestar sus ideas y proyectos en bien de la comunidad.
En Santiago del Estero, comenzó una trayectoria radical a fines del siglo XIX. Con uniones y divisiones, lograron ser gobierno durante algunos periodos, intercalados por diversas intervenciones federales de facto, civiles y golpes de estado.
Durante estos periodos, se sancionaron leyes que tenían que ver con los municipios, como el del pueblo de Fernández, que contaba con una comisión municipal, elegida por el gobernador e integrada por los vecinos más respetables de la localidad. No tenían ninguna militancia política, solamente trayectoria en instituciones de educación, salud y deporte, o provenían del comercio o el agro.
En Fernández, en la década de 1940 y 1950, surgieron los comités, que convocaban a jóvenes idealistas. Luego, estos serían los dirigentes que, desde cargos institucionales, gobernaron, dictaron leyes y estuvieron al servicio de la comunidad.
En 1963, se crea por ley el Concejo de Vecinos, el primer cuerpo deliberativo que tuvo la ciudad.
A partir del año 1973, al ser municipalidad de tercera categoría, elige su primer concejo deliberante en las elecciones de ese año.
Entre elecciones nacionales y provinciales, conflictos institucionales locales y visitas presidenciales (como la del doctor Ricardo Alfonsín), la ciudad mantenía su calidad institucional y podía convivir en democracia si gobernaba o no la Unión Cívica Radical.
RELATOS Y CRÓNICAS RADICALES
CAPÍTULO 1
Hombres radicales
Pero, para hacer esta buena política, se necesitan grandes móviles, se necesita fe, honradez, nobles ideales; se necesita, en una palabra, patriotismo.
Leandro Alem
Desde Mitre y Alem hasta Yrigoyen
Pareciera que todo coincide con la fundación.
En el norte, en la provincia de Santiago del Estero, se fundaba en 1890 un nuevo pueblo y se iba armando una nueva sociedad.
En Buenos Aires, se gestaban ideas, se conspiraba y surgían revolucionarios: hombres ávidos de justicia ante atropellos del poder de turno, pero que se enfrentaban con provincianos que pertenecían al mismo suelo argentino y no coincidían con sus ideologías e ideales. “Desde sus comienzos, en 1890, la UCR tuvo una fuerte base de apoyo en la provincia de Buenos Aires, debido a los esfuerzos organizativos de su fundador, Leandro Alem, y a la popularidad de su principal líder, Hipólito Yrigoyen” (García Sebastiani, 1999).
Nace un nuevo partido en Argentina
Una fecha: 13 de abril de 1890.
Un nombre: Bartolomé Mitre.
Un lugar: Frontón Buenos Aires.
Nombre del Partido: Unión Cívica.
Presidente del partido: Leandro N. Alem.
Líderes de distintas tendencias, como Lenadro Alem, Pedro Goyena, Francisco A. Barroetaveña, Juan B. Justo, José Manuel Estrada, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Lisandro de la Torre y el influyente expresidente y general Bartolomé Mitre integraban el nuevo partido.
La Revolución del Parque o Revolución del 1890
Simpatizantes radicales, dirigidos por Leandro Alem y Bartolomé Mitre, provocaron, a través de un levantamiento armado, la caída del presidente de la nación: Juárez Celman, quien fue reemplazado por su vicepresidente, Carlos Pellegrini.
La cantidad de víctimas por la Revolución de 1890 nunca ha sido bien establecida. Distintas fuentes hablan desde ciento cincuenta hasta trescientos muertos o, en forma indiscriminada, de mil quinientas bajas, entre muertos y heridos1.
Jóvenes militantes como Marcelo T. de Alvear, José Crotto, Enrique Pérez, Luis Basail, Tomás Valle y Mariano de la Riestra fueron miembros de la Revolución del Parque. Irigoyen se contactó con ellos y comenzaron a organizarse en todo el país. Finalmente, se consagró la fórmula para las elecciones de 1891. Esta estaba conformada por Bartolomé Mitre y Bernardo de Irigoyen.
Sin embargo, Mitre y Roca, líder del partido autonomista nacional (PAN)2, acuerdan una fórmula nacional entre ambos partidos, lo que lleva al enojo de Alem, quien decide constituir un nuevo bloque junto a sus seguidores. Por eso, fundaron el 26 de junio de ese año la Unión Cívica Radical, y los seguidores de Mitre, la Unión Cívica Nacional. Desde entonces, estos fueron conocidos con el nombre de los cívicos, mientras que aquellos lo fueron con el nombre de los radicales.
El partido de Alem fue el primer partido político del país que pregonaba las libertades públicas, la constitución y la democracia.
Alem fue el único que reivindicó a los partidos cuyas rivalidades y disentimientos engendrarían buenas instituciones. Los jóvenes eran los protagonistas, por ello, el 26 de junio de 1891, llamaron al partido fundado por Leandro Alem Unión Cívica Juvenil.
En tiempos donde la prosperidad había quedado atrás y la crisis económica devastaba Argentina, se hacía sentir una tremenda crisis política. Por esto, surgían grupos revolucionarios que movilizaban a la población para así restaurar las instituciones y el orden y hacer valer sus derechos.
Cívicos con boina blanca en la Revolución del 90. Fuente: La vidriera de Casilda (lavidrieradecasilda.com.ar)
Cantón revolucionario en una de las esquinas de Piedra (actual Mitre) y Talcahuano, Buenos Aires, Julio de 1890:
Fuente: Efemérides Radicales (http://www.efemeridesradicales.com.ar/indice/R/Revolucion_de_1890/Revolucion_de_1890.html)
Una segunda revolución
El nuevo partido tenía una amplia adhesión popular. Pero el gobierno denunció un complot para destituirlos antes de las elecciones de 1892, por lo que declaró estado de sitio y detuvo a dirigentes radicales, entre los que estaba Leandro Alem.
Sin la participación de la Unión Cívica Radical, se realizaron las elecciones y fue elegido el candidato oficialista Luis Roque Sáenz Peña por el partido Autonomista Nacional.
El partido de Alem comenzó a organizarse y se llevó a cabo la revolución. Esta se hizo sentir a lo largo de todo el país, en revolucionarios de provincias como San Luis, Corrientes, Tucumán y Santa Fe. En Buenos Aires, la revolución estalló el 30 de julio y fue dirigida por Hipólito Yrigoyen3 y su hermano, el coronel Martín Yrigoyen.
El gobierno nacional comenzó una represión para sofocar los estallidos, deteniendo a Alem y llevando a Yrigoyen al exilio.
La frustrada revolución puso en evidencia las diferencias entre los dos líderes. El nuevo líder radical, Hipólito Yrigoyen, mantuvo la línea de la intransigencia revolucionaria y volvió a las armas en 1905, al sublevarse contra el gobierno conservador de Quintana. Yrigoyen justificaba su acción en una proclama revolucionaria:
“Ante la ineficacia comprobada de la labor cívica electoral y el incumplimiento de las leyes y respetos públicos, es sagrado deber del patriotismo ejercitar el supremo recurso de la protesta armada a que han acudido casi todos los pueblos del mundo en el continuo batallar por la reparación de sus males y el respeto de sus derechos”(Pigna, 2023).
Los desencuentros llevaron a Alem al suicidio4 y a Yrigoyen a continuar con su lucha. Desde 1893 hasta 1905, reclamaban elecciones libres y democráticas.
Después de la revolución, la Unión Cívica radical elabora una carta orgánica, con la cual cambiaba radicalmente el gobierno de los partidos. La carta establecía que el gobierno del partido lo ejercían la Convención y el Comité Nacional.La primera, constituida por el mismo número de delegados que cada provincia enviaba al Congreso, ejercía la autoridad superior. Entre sus atribuciones estaban dictar el programa, modificar la carta orgánica y elegir los candidatos a presidente y vicepresidente de la nación veinticuatro horas después de sancionado el programa, en sesión pública, por voto secreto hasta obtener mayoría absoluta.
En las convenciones provinciales, se designaban los candidatos a diputados nacionales, a la gobernación, a la legislatura provincial, electores de presidente y vice, de gobernador y los delegados a los organismos superiores del partido. El Comité Nacional, compuesto de sesenta miembros, cuatro por cada provincia, ejercía la dirección. La selección se realizaba por grados y empezaba en los clubs parroquiales –que más tarde recibirán el nombre de comités— para que en votación secreta designaran a los miembros de las autoridades provinciales, que a su vez elegían a las nacionales (Persello, 2011, p. 87).
El partido político fundado por Alem tuvo diversas etapas desde su fundación. Algunas provincias fueron incluidas dentro de esta nueva organización y otras vivieron su propia experiencia institucional:“A la etapa fundacional, que algunos denominan el radicalismo de Alem o el primer radicalismo, le sucedió una suerte de edad oscura, de desorganización, entre 1897 y 1903”(Reyes, 2022).
La carta orgánica proclama las libertades públicas en el funcionamiento de las instituciones y afirma:
“Levantar como bandera el libre ejercicio del sufragio, sin intimidación y sin fraude. Propender a garantir a las provincias el pleno goce de su autonomía y asegurar a todos los habitantes de la República los beneficios del régimen municipal” (Pigna, 2023).
En febrero de 1904, se conformó el Comité Nacional, que eligió presidente a Pedro C. Molina y publicó un manifiesto que afirmaba que la UCR era la única fuerza fiel a sus principios. En este, se declaró la lucha armada y la abstención electoral de todos los distritos en las elecciones de diputados nacionales, de presidente y de vicepresidente de la nación5.
La Revolución de 1905
Corría 1905. Yrigoyen se mantenía inflexible con sus ideas revolucionarias. Expresa la sublevación ante el gobierno conservador en una proclama (ya citada): “Ante la ineficacia comprobada de la labor cívica electoral y el incumplimientode las leyes y respetos públicos, es sagrado deber del patriotismo ejercitar el supremo recurso de la protesta armada a que han acudido casi todos los pueblos del mundo en el continuo batallar por la reparación de sus males y el respeto de sus derechos” (Pigna, 2023).
El reclamo de elecciones libres y democráticas convenció a los dirigentes de la época de que debían realizar reformas graduales en el sistema electoral.
Con la reorganización iniciada en 1903, y hasta la revolución de 1905, se consolida el radicalismo de Yrigoyen, “amparando en las banderas de la intransigencia, la abstención y la revolución” (Reyes, 2022).
La revolución del 4 de febrero de 1905 estalló en diversos puntos del país. Es la revolución grande, donde se toman comisarías en la Capital Federal y el interior de la República:
“La sublevación alcanza a los regimientos en Córdoba, Santa Fe y Mendoza, donde el movimiento se hace sentir con fuerza. Valerosos soldados empuñan las armas para que el país sea de todos y no de unos pocos” (Arrondo, 2003).
Varios documentos fueron puestos al servicio del pueblo. En ellos, se justifica y se da a conocer la finalidad de la gesta revolucionaria. Uno de ellos es el llamado Manifiesto de la revolución radical, emitido por Yrigoyen, donde uno de los puntos importantes es comunicar la decadencia en que se encuentra la Nación Argentina:
“La revolución la realiza únicamente la Unión Cívica Radical, porque así lo marca su integridad y lo exige la homogeneidad de la acción; pero es por la Patria y para la Patria. Ese es el sentimiento que la inspira y esa es la consigna que lleva cada uno de sus soldados. En ese concepto, solicita el concurso de cuantos quieran contribuir con su esfuerzo a la obra de la reparación. Los principios y la bandera del movimiento son los del Parque, mantenidos inmaculados por la Unión Cívica Radical, la que bajo sus auspicios promete a la República su rápida reorganización, en libre contienda de opinión ampliamente garantizada, a fin de que sean investidos con los cargos públicos los ciudadanos que la soberanía nacional designe, sean quienes fueren. Los únicos que no podrán serlo, en ningún caso, son los directores del movimiento, porque así lo imponenla rectitud de sus propósitos y la austeridad de su enseñanza” (Arrondo, 2003).
“El pueblo ignora el destino real de las sumas arrancadas a sus riquezas, en la forma de impuestos exorbitantes, porque el Congreso no cumple con el deber de examinar las cuentas de la administración, para hacer efectivas las responsabilidades emergentes de los gastos ilegales y de la malversación de los dineros públicos” (Arrondo, p. 18).
CAPÍTULO 2
Desde Yrigoyen hasta Illia
La democracia no consiste solo en la garantía de la libertad política, entraña a la vez la posibilidad para todos de alcanzar un mínimo de felicidad siquiera.
Hipólito Yrigoyen
El Yrigoyenismo
Hipólito Yrigoyen sería el primer presidente electo el 12 de octubre de 1916 al 12 de octubre de 1922, por la Ley Sáenz Peña. Luego, le sucedería Marcelo Torcuato de Alvear, desde el 12 de octubre de 1922 al 12 de octubre de 1928. Y, nuevamente, sería presidente Hipólito Yrigoyen, desde el 12 de octubre de 1928, hasta ser depuesto por el gobierno de facto del general José Félix Uriburu, el 6 de setiembre de 1930.
La Ley del Sufragio Universal, Ley N.° 8871